César enfatiza la correlación entre el bajo número de
votantes y los temas relacionados con el VIH/SIDA. Electores muy enfermos para
votar o personas preocupadas por las demandas o necesidades relativas al
VIH/SIDA son a menudo privadas del derecho al voto (Chirambo & Caesar
”Teorías y Perspectivas emergentes” Sida y gobernabilidad, v 1(1), marzo 2003).
En el reporte de IDASA se reconoce que el “voto
especial” es una muy usada medida institucional para asegurar, lo mayor
posible, que las personas no sean privadas de su derecho al voto por estar
enfermas, minusválidas o embarazadas.
El simple hecho de que exista y que haya sido entregado
a más de 650 000 electores en la última elección es una indicación importante
del compromiso de las autoridades Sudafricanas de lograr que la participación
democrática a través del voto sea lo más inclusiva posible.
Sin embargo, existe una necesidad de afirmar al
público, ya sean personas sufriendo una enfermedad debilitante o crónica, que
califican para esta medida. El informe encuentra por ejemplo que algunas
personas que viven con el VIH/SIDA que quizás podrían desear tener acceso o
hacer uso del voto especial, carecen de suficiente información acerca de si son
aptos o no para votar.
Esto suele tener implicancias en la participación de
personas que están infectadas por enfermedades como el VIH/SIDA que vienen
acompañadas de estigma y discriminación (VIH/SIDA y gobernabilidad democrática
en Sudáfrica-ilustrando el impacto en los procesos electorales, 2004:17)
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