Elecciones y VIH/SIDAIntroducciónDespués de más de dos décadas de que se descubriera el Síndrome de Inmunodeficiencia El VIH/SIDA representa un serio desafío para muchos países en desarrollo. Además de constituir una tremenda emergencia médica, países que ya lidian con la pobreza se ven atrapados en un círculo vicioso de menores capacidades, pérdida de recursos humanos y bajo crecimiento. Sin embargo, además de ser una seria amenaza para el desarrollo socio-económico y las condiciones de vida, el VIH/SIDA también representa retos para la democracia y el buen gobierno. Sudáfrica es el país más afectado por la pandemia del VIH/SIDA, con el mayor número de infectados. Hay 4.7 millones de sudafricanos afectados por esta pandemia, lo que representa un 20% de la población adulta (HIV/AIDS, Democracy and Citizenship p. 2). En noviembre de 2004, IDASA (el Instituto para la Democracia en Sudáfrica, por sus siglas en inglés) publicó el informe VIH/SIDA y Gobernabilidad Democrática en Sudáfrica– Ilustrando su Impacto en los Procesos Electorales (IDASA 2004), que analiza cómo es que el VIH/SIDA puede y de hecho impacta la democracia electoral en Sudáfrica.
Los principales resultados del informe del programa de IDASA sobre Gobernabilidad y SIDA se detallan en las siguientes secciones:
Artículos sobre el tema
Administración electoralLos organismos electorales (OE) son vitales para la acreditación de los resultados electorales con el sello de aprobación que el régimen elegido necesita para ganar legitimidad nacional e internacional. Con el fin de llevar a cabo con éxito su mandato, un OE necesita tanto de personal calificado y con experiencia como de estadísticas demográficas precisas para alimentar el padrón nacional de electores. Cuando la epidemia de VIH/SIDA reduce la disponibilidad de dicho personal debidamente calificado y el aumento de la mortalidad no se refleja adecuadamente en el padrón de electores, el riesgo de fraude electoral se multiplica (Ibid., p. 29). En general, los OE que dependen de los trabajadores del servicio público para que les brinden apoyo durante las elecciones, son vulnerables a los efectos de la pandemia, que pueden comprometer sus capacidades institucionales. Esta vulnerabilidad se ve agravada por el hecho de que la mayoría del personal temporal pertenece al servicio público, en particular docentes, cuya profesión es una de las más afectadas por la pandemia de VIH/SIDA. Como la conducción de las elecciones requiere de personal con experiencia, la vulnerabilidad del personal de apoyo ante la enfermedad puede reducir la confianza de los OE en que puedan brindar su acumulada experiencia y habilidades en elecciones futuras. "(Ibid., p. 14). Mattes señala que, además de diezmar el número de servidores públicos, la pandemia podría perjudicar gravemente los procesos de institucionalidad política. Un cuerpo de servidores públicos, cada vez más reducido, habrá estado en su posición el tiempo suficiente para desarrollar las habilidades especializadas, la experiencia y el profesionalismo necesarios para hacer su trabajo. Además, habrá un menor número de funcionarios con experiencia disponibles para capacitar al personal más joven en las habilidades formales claves, o para perpetuar procedimientos de operación o normas estándar más informales (Maanda David Nelufule, el SIDA y la democracia: ¿qué sabemos?, 2004:19).
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Si bien se ha destinado mucho análisis en explorar cómo los sistemas electorales difieren en su construcción y en términos de acuerdo a los principios democráticos que afirman, poca o ninguna atención se le ha dado a cuan sensibles a los efectos de una epidemia como la del VIH/SIDA ( Ibíd.: 28) El informe sugiere que el modelo electoral de Westminster o sistema electoral mayoritario, es más vulnerable al VIH/SIDA que el de representación proporcional (RP). Los efectos se dejan sentir en el proceso de sustitución de los miembros del Parlamento que sucumben a la enfermedad (Ibíd.: 15). El sistema electoral mayoritario tiene graves consecuencias de costos para la sostenibilidad; este sistema es particularmente vulnerable dado que en la mayoría de casos las elecciones parciales deben celebrarse el fin de sustituir a todos los miembros que mueren. Para subrayar este hecho son proveídas de tres países de Sudáfrica pruebas preliminares de las elecciones parciales generadas debido al aumento de muertes y el costo de la celebración las mismas. Si bien Sudáfrica utiliza el método de RP en el ámbito nacional, utiliza un sistema híbrido (Mayoritario y RP) en el ámbito local y aún podría sufrir los efectos de la enfermedad. Por otro lado, un estudio piloto realizado por IDASA en Zambia en 2003 —que utiliza el sistema electoral mayoritario- indica que entre 1964 y 1984 (20 años antes de la aparición del VIH/SIDA), un total de 46 elecciones parciales se celebraron y 14 de ellas fueron a causa de la muerte por enfermedades y accidentes combinados. Si bien durante un período de 18 años (desde 1985, año en el primer caso de SIDA fue documentado en Zambia, a febrero de 2003) 102 elecciones parciales se celebraron y el 59 de las mismas fue a causa de muerte por enfermedad. La mayoría de los 59 elecciones parciales, un total de 39, se celebraron entre 1992 y febrero de 2003, que coincidentemente son los años en que la pandemia de VIH/SIDA alcanzó su máximo en Zambia. Aunque puede no haber información concreta sobre la naturaleza de las enfermedades que condujeron a la muerte de los representantes, los análisis de tendencias pueden ser indicativos de la influencia de la pandemia. "(Ibid.: 15f). El informe señala que las enfermedades en general, y especialmente el VIH/SIDA, contribuirán a los cambios de poder en los países donde se utiliza el sistema electoral mayoritario. El efecto de la enfermedad, combinado con las vacancias generadas por las expulsiones, renuncias o cambios de bancada (transfuguismo) de los miembros, ha obligado a celebrar en Zimbabwe 13 (+1) en las elecciones parciales desde las elecciones legislativas de 2000. Ocho de las elecciones parciales surgieron debido a que los representantes parlamentarios murieron prematuramente de la "enfermedad". El efecto mayor es que los partidos de la oposición han perdido la mayoría de las elecciones parciales, en parte tal vez debido a su inhabilidad para competir constantemente contra un partido de gobierno con gran dotación de recursos." (Ibíd.: 16)
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Dada la abrumadora naturaleza representativa de la democracia en el mundo hoy, los partidos políticos que compiten en las elecciones a fin de ganar escaños en las asambleas legislativas son, por supuesto, absolutamente esenciales para el proceso democrático. Mientras que los miembros del parlamento ganan mandatos personales de circunscripciones electorales en países como Bostwana y Zambia estos, sin embargo, coordinan trabajo parlamentario bajo la dirección de sus respectivos partidos políticos. Bajo el sistema electoral alternativo, en donde los electores sólo pueden votar por partidos y no por miembros del parlamento individuales, como en Sudáfrica y Namibia, los partidos políticos son lo más importante para el proceso electoral y para el trabajo legislativo en el parlamento. Cuando la epidemia del VIH/SIDA socava la capacidad de los partidos de llevar a cabo la campaña electoral y de representar efectivamente a sus votantes durante las sesiones parlamentarias —a través de la pérdida de líderes, de miembros activos del parlamento relacionados con la enfermedad y muerte por SIDA- los partidos serán menos representativos del electorado y menos efectivos en la configuración de su legislación de acuerdo al mandato que han recibido de sus electores (VIH/SIDA y gobernabilidad democrática en Sudáfrica —Ilustrando el impacto en los procesos electorales, 2004:29). Adicionalmente, el VIH/SIDA ha puesto a prueba la estructura de los partidos al crear una mayor necesidad de reemplazar cuadros que han sucumbido a la enfermedad o han muerto. A pesar de que no se han presentado severos defectos funcionales en la estructura de los partidos, la perdida de antigüedad o jerarquía y de experiencia no obstante es reportada para reducir las capacidades y la memoria intelectual de los partidos un tanto.
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Willan señala que la alta prevalencia del VIH/SIDA en Sudáfrica ha generado en la sociedad civil una gran movilización alrededor del tema, como en el caso de la Campaña de Acción de Tratamiento (Samantha Willan, “VIH/SIDA, Democracia y Gobernabilidad en Sudáfrica”, Iniciativa de la Sociedad Civil Africana sobre gobernabilidad y SIDA, Tema resumen N° 1 May 2004).
Siguiente: Voto especial Voto especialCésar enfatiza la correlación entre el bajo número de votantes y los temas relacionados con el VIH/SIDA. Electores muy enfermos para votar o personas preocupadas por las demandas o necesidades relativas al VIH/SIDA son a menudo privadas del derecho al voto (Chirambo & Caesar ”Teorías y Perspectivas emergentes” Sida y gobernabilidad, v 1(1), marzo 2003). En el reporte de IDASA se reconoce que el “voto especial” es una muy usada medida institucional para asegurar, lo mayor posible, que las personas no sean privadas de su derecho al voto por estar enfermas, minusválidas o embarazadas.
Sin embargo, existe una necesidad de afirmar al público, ya sean personas sufriendo una enfermedad debilitante o crónica, que califican para esta medida. El informe encuentra por ejemplo que algunas personas que viven con el VIH/SIDA que quizás podrían desear tener acceso o hacer uso del voto especial, carecen de suficiente información acerca de si son aptos o no para votar. Esto suele tener implicancias en la participación de personas que están infectadas por enfermedades como el VIH/SIDA que vienen acompañadas de estigma y discriminación (VIH/SIDA y gobernabilidad democrática en Sudáfrica-ilustrando el impacto en los procesos electorales, 2004:17)
Siguiente: Estigma y discriminación Estigma y discriminaciónEl estigma y la discriminación han resultado ser el factor determinante para la falta de participación en las elecciones por las PVVS (personas viviendo con SIDA) y por sus cuidadores.
La opinión de los encuestados se correlaciona con los hallazgos de estudios sobre el estigma y la discriminación, especialmente el estudio del Departamento de Salud de Sudáfrica del 2002, en el sentido que el VIH/SIDA sigue siendo un tabú entre algunas comunidades africanas, en especial en los enclaves de las zonas rurales. El sentimiento de estigma, al parecer, sería más fuerte entre las personas que son sintomáticas; los encuestados sostuvieron que la mayoría de los miembros de las comunidades no harían fila junto a alguien con signos visibles de enfermedad, por ejemplo, erupciones o llagas en el cuerpo. Sobre la base de esos debates, el informe concluye que las personas que tienen signos visibles de la enfermedad del VIH/SIDA, y los que han declarado públicamente su condición, son más propensos a abstenerse de la votación pública, sobre todo si se encuentran en una zona rural. No existe nada que sugiera que las PVVS hayan perdido la voluntad de participar en la vida política. Muy por el contrario. La mayoría de los encuestados manifestaron su deseo de participar, pero se vieron limitados por factores estructurales y de actitud. Estos resultados no son representativos de las opiniones de todas las PVVS ya que sólo 68 personas participaron en los grupos de discusión, pero son indicativos de tales actitudes y pueden tener validez externa". (VIH / SIDA y la Gobernabilidad Democrática en Sudáfrica - Ilustrando el impacto sobre Procesos Electorales, 2004: 18)
Siguiente: Mortalidad de eletores Mortalidad de los electores
ONUSIDA, el órgano de las Naciones Unidas responsable de la coordinación de esfuerzos de la Naciones Unidas para luchar contra la pandemia del VIH/SIDA, calcula que 5.3 millones de sudafricanos de todas las edades se infectaron con el VIH a finales de 2003. Los análisis de ONUSIDA acerca de las muertes entre 1999 y 2003 entre los electores registrados en el padrón electoral, reforzaron el argumento de que los sectores críticos de electores en Sudáfrica están muriendo de SIDA. En conjunto, entre 1999 y 2003 cerca de 1,5 millones de electores registrados en Sudáfrica murieron de diversas causas. El informe sostiene que los inusuales perfiles de mortalidad en el electorado en gran medida se explican por el SIDA. Este argumento se basa en la fuerte correspondencia encontrada entre los perfiles que el análisis generó y los que han sido descritos por los expertos demógrafos en el campo del VIH/SIDA, así como sobre la base del informe de los análisis estadísticos (Ibíd.: 15). Con un inicio de la epidemia en los comienzos de 1990, es sólo recientemente que Sudáfrica ha entrado a una fase donde los efectos devastadores se volverán cada vez evidentes y dolorosos en términos de un incremento agudo en los niveles de enfermedad y mortalidad relativos al SIDA. Esto es, a menos que una campaña de tratamiento extensiva y rápida pueda efectivamente detener este trágico desenvolvimiento. Contributors to Focus on HIV/AIDS and ElectionsThe HIV/AIDS Focus On is based on a report developed by Kondwani Chirambo at IDASA (The Institute for Democracy in South Africa). It was compiled and further enriched with external sources by Johan Lindroth, whilst on secondment to International IDEA. Since HIV/AIDS was first discovered in 1981 more than 20 million people have died from AIDS, and today one person is infected with HIV every five seconds. Africa is the continent worst stricken by HIV/AIDS, and Asia and Eastern Europe are experiencing a terrifying increase in the number of persons infected with the virus. The IDASA research project had the objective of investigating the probable impact of HIV-AIDS on electoral processes as a key facet of the democratisation process in Africa. The rationale is that democracy requires strong institutions and the full participation of citizens in political, social and economic life to be sustainable. The main message from the research report is that the legitimacy and effectiveness of the South African democracy and its electoral processes risk being undermined by the HIV/AIDS epidemic. On behalf of IDASA we would like to thank the following persons and institutions for their cooperation and support: the Rockefeller Brother Fund, the Ford Foundation, the Independent Electoral Commission of South Africa, Citizen Surveys, the Electoral Institute of South Africa, Derek Davids, Mary Caesar, Marietjtie Myburg, Vasanthie Naicker, Shaila Gupta, Paul Graham, and People Living with HIV/AIDS and care givers who supported the project. |
