Las autoridades electorales no imaginarían
instalar una mesa de votación en la cima de una montaña escarpada, alejada del
poblado más cercano. Sin embargo, para un elector de edad avanzada o en silla
de ruedas, la instalación de una mesa de votación en un segundo piso es tan
inaccesible como esa montaña. A medida que un mayor número de ciudadanos busca
ocupar su lugar en la sociedad, las instituciones públicas necesitan poner en
práctica estrategias que sean incluyentes y promuevan una participación plena e
igualitaria.
Al seleccionar los sitios donde se van a
instalar las mesas de votación, las autoridades deben prever que existan
facilidades de acceso de la calle al recinto y a lo largo de su interior hasta
las mesas de votación. Las mesas y urnas deben estar ubicadas a una altura que
esté al alcance de personas que usen sillas de ruedas. Como mínimo
indispensable, las mesas de votación deben estar en la planta baja de cualquier
edificio y las autoridades electorales deben convenir con las organizaciones
locales de discapacitados la adopción de reglas para seleccionar los recintos
de votación.
Muchos países industrializados han
desarrollado guías para el diseño de recintos de votación y es común que
cuenten con rampas permanentes o temporales para facilitar el acceso. También
se está volviendo más común instalar mesas de votación en asilos para adultos
mayores, en hospitales y en otras instalaciones donde suele reunirse gente de
edad o con discapacidades. Algunos países en desarrollo ya han empezado a
tratar el tema de la accesibilidad a los recintos de votación. El mejor de
estos esfuerzos puede iniciar con un compromiso para que la votación siempre
tenga lugar en la planta baja de las instalaciones seleccionadas y para que
existan rampas de fácil acceso.
Para información sobre guías para seleccionar
sitios de votación en los Estados Unidos, puede consultar www.gao.gov/new.items/d02107.txt