Las lecciones aprendidas por la mayoría de las
agencias de cooperación para el desarrollo a través de los procesos de evaluación
descritos anteriormente, en proporción con las restricciones que enfrentan las
instancias que prestan apoyo al poner estas conclusiones en práctica, han sido
el tema de iniciativas y estudios de mayor detalle, promovidos principalmente
por IDEA Internacional, la Comisión Europea
y el PNUD, con el ánimo de hacer que la asistencia electoral efectiva se ubique
mas allá de facilitar elementos técnicos para un evento electoral. El propósito
de estas iniciativas ha sido establecer claramente a los grupos de interés y a
las agencias de cooperación para el desarrollo la necesidad de enfrentar la
realidad respecto de que han brindado demasiada asistencia fuera de tiempo, pues
sus contribuciones únicamente han paliado los problemas estructurales, sin
resolverlos.
Al respecto, la Conferencia de Ottawa[*] , organizada por
IDEA Internacional y por la Agencia
Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) en mayo de
2006, representó un momento determinante para el establecimiento de un nuevo
acercamiento que haga de la asistencia electoral una efectiva y significativa
para el desarrollo democrático total de los países a los que se brinda apoyo.
Fue reconocido formalmente que, aunque algunos conceptos como “efectividad”, “sustentabilidad”
y “desarrollo de capacidades” fueron reconocidos como la manera de lograr un
avance, llevar a la práctica estos conceptos era difícil. El apoyo para la
construcción de instituciones es, por su propia naturaleza, un ejercicio de
largo plazo, y por tanto menos visible o, tal vez, con menor atractivo político
en circunstancias donde las elecciones se efectuarían en años posteriores.
Además, el progreso en la construcción de instituciones es difícil de medir y a
la vez fácilmente influenciable por factores externos y eventos imprevistos,
por tanto no siempre se informa del mismo en programas gubernamentales amplios
o está siquiera ligado a éstos. La consecuencia potencial de la negligencia
respecto del fortalecimiento de las instituciones en periodos donde no se
verifican elecciones, es que pueden llevarse a cabo comicios “abiertos y
democráticos” en países semiautoritarios, en los que se brindan espacios a la
oposición únicamente en los breves periodos en que el mundo está pendiente de
dichos comicios. De manera similar, si lo que se busca es generar cambios
reales, las actividades relativas a la construcción de instituciones deben de
estar apoyadas por el correspondiente mejoramiento de la pluralidad y de la
aplicación de las leyes.
En algunas ocasiones, estas prácticas han
llevado a que las agencias de cooperación para el desarrollo fueran utilizadas
de manera poco correcta y excesiva.
Por ejemplo, oficiales de estas agencias se
podrían haber visto presionados para utilizar los recursos financieros
destinados a brindar apoyo en gastos inmediatos no redituables, en lugar de
inversiones con beneficio de largo plazo (consulte el apartado “Utilizando la tecnología”[*]).
Además el retraso en la reacción de las agencias de cooperación para el
desarrollo en cuanto a identificar las necesidades de la asistencia y planear
sus responsabilidades ante la prestación de apoyo, podría ser utilizado por los
receptores de la ayuda para ejercer mayor presión.
Para dirigir el apoyo hacia la
sustentabilidad –una etapa importante y frecuentemente subestimada- se debe llamar a los grupos de interés para
que éstos se encarguen de definir cuáles son las necesidades que deben
atenderse una vez concluido el evento electoral, y en el periodo entre
elecciones. Debe hacerse una consulta amplia y generarse tantos consensos como
sean posibles entre todos los grupos de interés (incluyendo el gobierno, los
partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil
interesadas en la gobernabilidad democrática, académicos e instituciones
especializadas en el análisis), acerca del sistema político, las disposiciones
legales aplicables, los sistemas electorales y las actividades relacionadas con
estos. Esto podrá promover el compromiso y cumplimiento de los grupos de
interés en materia política y electoral a todos los niveles, tanto durante el
periodo electoral, como después de este.
Con este fin, las agencias de
cooperación para el desarrollo tienen la responsabilidad de asegurarse de que
los objetivos establecidos en los programas de asistencia electoral cuenten con
visión de largo plazo y con una estrategia para la democratización del receptor
del apoyo. Recíprocamente, los programas de democratización y buen gobierno necesitan
estar alineados con los planes y las prioridades de los programas nacionales de asistencia
para el desarrollo (programas para la reducción/erradicación de la pobreza) y
deben ser una parte integral del diálogo entre las agencias de cooperación para
el desarrollo y el gobierno del país que recibe el apoyo.
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[*] en inglés