En todos nuestros análisis, la variable dependiente es la presencia o ausencia de una determinada ley electoral; las variables independientes son la región, el desarrollo económico, el grado de democracia y la herencia cultural.
Nuestro universo consta de 237 países y territorios enlistados en la sección de datos comparados (Comparative Data) que pone a disposición una colección sistemática de la forma en que los países administran sus elecciones (accediendo a través de la Red de Conocimientos Electorales ACE). Cubre el campo de la administración electoral alrededor del mundo incluyendo viejas administraciones electorales (Europa y América Latina), nuevas (Europa del Este, la región del Pacífico, algunos lugares en África, Medio Oriente) y aquellas quienes comenzaron de cero (Afganistán o Iraq). Los territorios reconocidos también se incluyen en esa colección; se debe tomar nota sin embargo que existe mucha información perdida acerca de ellos. Brindamos información acerca de las reglas conforme a las cuales las elecciones se llevan a cabo tanto en territorios reducidos como en los de grandes dimensiones, ricos y pobres, en contextos libres y no libres.
Hemos seleccionado nueve aspectos de la legislación electoral que parecen ser interesantes e importantes y sobre los cuales existe suficiente información disponible.
Los nueve
factores son:
1.
Marco jurídico
2.
Administración electoral
3.
Delimitación de distritos electorales
4.
Registro de los electores
5.
Partidos y candidatos
6.
Elecciones y medios de comunicación
7.
Logística de las elecciones
8.
Conteo de Votos
9.
Educación Electoral
Comenzamos con el marco jurídico que define los parámetros de la legislación electoral; y pasamos entonces a los temas del organismo electoral, la delimitación de distritos electorales, los procesos de registro de electores, las reglas relacionadas con los partidos, los candidatos y los medios de comunicación, la emisión y el conteo de los votos. Y finalizamos con la pregunta relativa a la educación electoral. En cada dominio identificamos tres o cuatro aspectos específicos, y examinamos las leyes que han sido adoptadas para tratarlos.
En cada dimensión, en primer lugar documentamos la variedad de leyes electorales mientras identificamos las prácticas más populares. Entonces determinamos si la propensión a adoptar o a no adoptar una regla determinada depende de la región, de la riqueza del país, de su grado de democracia, y de su herencia colonial.
Nuestro punto de partida es la geografía. Hemos mantenido las seis regiones de acuerdo a la clasificación utilizada por la Red de Conocimientos Electorales ACE (ACE Electoral Knowledge Network): África, América, Asia, Medio Oriente, Región del Pacífico y Europa. Determinamos si ciertas reglas parecen o no ser más populares en algunas regiones que en otras. Cuando se presentan estas diferencias, y éstas ocurren con mayor frecuencia, no estamos en posición de especificar el por qué de esta situación. Puede deberse a las diferencias culturales, económicas o políticas que existen entre estas regiones. Se podría requerir de un análisis más profundo para tratar el significado de estas variaciones regionales.
Las diferencias regionales son intrínsecamente interesantes, y esta es la razón por la que sistemáticamente comenzamos con una simple descripción de patrones a través de todos los continentes. Como se apuntó anteriormente, el significado exacto de estas diferencias es ambiguo, y es el motivo por el que los analizamos separadamente de otros factores. Al grado que, no obstante que estas variaciones regionales no parecer estar relacionadas con los factores económicos y políticos que también estamos considerando, nos inclinamos a suponer que reflejan el impacto de la cultura y/o las redes sociales que vinculan a las élites políticas dentro de una determinada región. Nosotros ofrecemos estas conjeturas, aunque deben ser tratadas con mucha cautela. Finalmente debemos apuntar que el número de observaciones para el Medio Oriente (14 como máximo, con frecuencia menos de 10 debido a la falta de información) es muy pequeño, así que las generalizaciones relativas a esa región deben ser tomadas con extrema precaución.
Después de una valoración de las variaciones geográficas, volteamos al papel potencial de tres factores que podrían afectar la naturaleza de las leyes electorales: el nivel de desarrollo económico, el grado de democracia y la herencia cultural (colonial).
El primer factor es el económico. El indicador es el Producto Interno Bruto (GDP) per cápita conforme al poder de adquisición en dólares americanos de un partido en 2002. Como fuente de información se tomó la información comparada a nivel nacional “La calidad de la Información Gubernamental (Versión 2008), de Jan Teorell, Sören Holmberg y Bo Rothstein. Tenemos información de 174 países: el rango es de 520 a 61,190, con una media de 9,087 y una desviación estándar de 9,925. Desde que Seymour Martin Lipset, destacado especialista en democracia, quien escribió en 1959 su trabajo pionero Desarrollo Económico y Legitimidad Política (Economic Development and Political Legitimacy) una vasta literatura ha sostenido que el desarrollo económico representa un fuerte antecedente de democratización, y que por tanto es “natural” verificar si las leyes electorales son o no sistemáticamente diferentes en los países ricos y en los pobres.
El Segundo factor es el grado de democratización. Utilizamos la categorización anual sobre derechos políticos proporcionada por Freedom House (Freedom House). Su categorización va del 1 (más libre) hasta 7 (menos libre). Utilizamos el registro promedio obtenido entre 2001 y 2006. Estos resultados han sido estandarizados a efecto de que el mínimo sea igual a 0 para los 13 países que tuvieron los peores resultados en cada uno de los siete años, y 1 para los otros 55 países que año con año recibieron las mejores puntuaciones. Las democracias fuertes constituyeron 29% de los casos en que obtuvimos información. Nuestro objetivo es determinar si las democracias conducen o no elecciones de manera diferente con relación a los países no democráticos o autoritarios.
Uno podría preguntarse si el grado de democratización es o no lo que nos conduce a la adopción de una determinada ley electoral o viceversa. Debe reconocerse que la causalidad puede ir en ambas direcciones. Por una parte, un país que ha llegado a ser “democrático” podría inclinarse a modificar sus leyes electorales en cierta dirección. Por la otra, es probable que un país que ha adoptado un conjunto de leyes sea considerado “democrático” por parte de los expertos internacionales que se dedican a clasificar los derechos políticos alrededor del mundo. Aunque ambas causales son posibles, creemos que la causalidad corre principalmente del grado de democracia a la adopción de leyes específicas. Nuestra creencia se basa en la asunción de que los expertos evalúan el nivel de derechos políticos primero y principalmente sobre la base de indicadores concretos sobre libertad de expresión y el grado observado de competencia, que en el texto de las leyes.
El tercer factor a ser considerado es la herencia colonial. Distinguimos colonias francesas (27 países), españolas (19 países), y británicas (66 países). En su análisis de leyes electorales en 63 democracias contemporáneas (“Establishing the Rules of the Game: Election Laws in Democracies” 2004), Massicotte, Blais y Yoshinaka, encontraron que las ex colonias tienden a adoptar las mismas reglas electorales utilizadas por su madre patria más reciente, y deseamos establecer si este patrón se sostiene o no de manera generalizada.
Dada la naturaleza exploratoria de esta investigación el análisis estadístico se ha mantenido tan sencillo como ha sido posible. Hemos dividido las variables dependientes de tal suerte que simplemente distinguimos aquellos países que adoptaron o no una regla determinada. Para cada regla, ofrecemos dos piezas de información. Primero mostramos la correlación ambivalente (bivariate) entre regiones y la existencia o ausencia de una regla. Posteriormente, indicamos en una tabla resumen si la presencia o ausencia de una regla está o no significativamente relacionada con el nivel de desarrollo económico, el grado de democratización, y su herencia colonial. Hemos desarrollado análisis múltiples que incluyen estos tres factores y las tablas resumen nos dicen si existe o no una correlación estadísticas importante.
Debemos mencionar al inicio que las correlaciones entre nuestras variables independientes generalmente son modestas. La correlación más fuerte (.66) refleja el hecho de que la abrumadora mayoría de las excolonias españolas están localizadas en el Continente Americano, por lo qe como consecuencia algunas veces es difícil distinguir los efectos de estos dos factores. El resto de las correlaciones está bajo .5, a excepción de aquellas entre Europa y el Producto Interno Bruto, que se ubica exactamente en .50.
Las conclusiones que reportamos y las interpretaciones que sugerimos son necesariamente tentativas. Estamos conscientes del hecho de que parte de esta información está incompleta y que en algunos casos (esperamos que muy raros) quizás aún imprecisos, dado el tiempo que media desde la última validación de la información (para algunos países esta información ha sido únicamente confirmada en 2001, para otros ha sido validada más recientemente). Examinamos un número limitado de factores que podrían “explicar” el por qué ciertas reglas son adoptadas en algunos países y en otros no, así como también probamos modelos básicos. Nuestro trabajo es estrictamente reflexivo, y nuestro deseo es que sea el detonante para la elaboración de más y mejores análisis.
A pesar de todas estas limitaciones, creemos que es provechoso obtener cierto significado de las distintas leyes electorales que prevalecen en el mundo, para analizar la asombrosa variación que existe, y para destacar los factores que parecen estar relacionados con éstas.