El registro de los electores puede ser conducido sobre una base específica (ad-hoc) para una elección en particular u organizado sobre una base permanente con actualizaciones periódicas o como parte de un proceso de actualización continuo. El registro específico se presenta con menos frecuencia, a excepción de las elecciones en contextos post-conflicto. Sin embargo, existen casos excepcionales aún en las democracias establecidas en donde el registro permanente de electores fue instituido recientemente (por ejemplo, Canadá en 1997).
Además, el registro de electores puede ser obligatorio o voluntario para los ciudadanos. Una encuesta global en 124 países llevada a cabo por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) encontró que el registro de electores obligatorio es más común en Europa Occidental, al igual que en Europa Central y del Este. En las naciones de esas regiones, está organizado sobre una base continua, en donde el elector es registrado automáticamente al cumplir los 18 años de edad, sin que medie requisito o solicitud ante autoridad pública alguna. Este sistema está basado en la ciudadanía individual y en la información sobre la edad proporcionada por el registro civil o por los padrones de residentes compilados a niveles de gobiernos locales.
El registro obligatorio no es de amplia difusión en África o Norteamérica. En Sudamérica, las dos prácticas están uniformemente distribuidas. Una vez más, mucho depende de la forma en que están organizados los registros civiles y los registros de residencia.
Los registros de electores permanentes se actualizan constantemente o a intervalos de tiempo específicos, normalmente durante el periodo precedente inmediato a una elección. El registro continuo requiere de una infraestructura adecuada para mantenerlo, ya sea en la administración electoral o en el registro civil. Esto implica la adición de nombres y otra información relevante de las personas que satisfacen los requisitos de elegibilidad (tener la ciudadanía, satisfacer los requisitos de ciudadanía, y contar con la edad necesaria para votar) y la eliminación de los nombres de aquellas personas que por alguna razón no cumplen con tales requisitos (generalmente, originados por deceso o por cambio de residencia).
Los registros continuos son utilizados con mayor frecuencia que los registros periódicos en todas las regiones del mundo, a pesar de la compleja maquinaria y los altos costos en que se incurre. Es importante destacar, no obstante, que el registro de electores llevado a cabo en periodos de registro determinados es en última instancia una operación mucho más onerosa que mantener un registro sobre una base permanente (IDEA, 2002, p. 30).