Al igual que en el caso de las adquisiciones, el inventario de
suministros no utilizados es realizado de acuerdo a las regulaciones generales del gobierno y varía sustancialmente de un país a otro. Por ejemplo, en España un inventario tanto de los suministros utilizados como de los no utilizados se elabora después de una elección. Las autoridades municipales locales están a cargo de la elaboración de un inventario y del almacenamiento de los materiales electorales. Transfieren esta información a los delegados provinciales y regionales del gobierno nacional quienes, a su vez, consolidan los inventarios a nivel provincial y lo informan al Ministerio del Interior. No se incurre en ningún costo especial o imprevisto en esta actividad que sea distinto a los costos operativos de las distintas administraciones involucradas. Los suministros que puedan reutilizarse son almacenados en instalaciones municipales. Lo suministros que no fueron utilizados, en su gran mayoría productos impresos, son eliminados o reciclados a nivel local.
El control de inventarios en Australia requiere que los arreglos para el almacenamiento de suministros no utilizados sean incluidos en el contrato al momento de la adquisición del material para las papeletas. Es tratado como parte del inventario
de la Comisión Electoral Austrailana y se ve reflejado en la hoja de balance de costos. Todo se procesa electrónicamente.
En Canadá, los suministros y materiales electorales son rastreados mediante el uso del Sistema de Administración de Suministros, una aplicación desarrollada localmente que utiliza un índice promedio de costo mensual para estimar el valor de los suministros sin utilizar. En Suecia, después de cada elección se lleva a cabo un inventario de los suministros no utilizados; materiales sin utilizar no impresos, como sobres, pueden ser utilizados en elecciones futuras. El organismo electoral central siempre mantiene en almacén cierta cantidad de sobres electorales y papel utilizado para la impresión de papeletas. Este tipo de almacenamiento es considerado como reserva. Los organismos electorales locales almacenan materiales utilizados en los centros de votación, como urnas y mamparas, normalmente elaboradas con materiales resistentes de larga duración, por lo que no necesitan ser reemplazadas con mucha frecuencia, razón por la cual constituyen un costo bajo y ocasional en el presupuesto del OE.
En Guatemala, las comisiones electorales subnacionales efectúan un inventario de los materiales utilizados y los no utilizados, enfocándose específicamente en materiales de larga duración como mamparas y urnas, las cuales son almacenadas para la siguiente elección. Las autoridades electorales nacionales mantienen un registro de los inventarios. En Camboya, los suministros no utilizados son inventariados y almacenados en instalaciones centrales. Cada año, se crea un Comité de Inventarios que lleva a cabo esta tarea para todos los departamentos del Comité Nacional Electoral. Adicionalmente, el departamento de operaciones recibe reportes mensuales sobre movimientos de mobiliario y equipo, dentro y fuera del almacén central.
Los acontecimientos en Afganistán en 2004 ilustran algunos de los imponderables y complicaciones que se pueden derivar del sistema electoral en sí. La fórmula electoral para la presidencia requiere de una segunda vuelta entre los dos candidatos que obtengan el mayor número de votos si ninguno de ellos recibe el 50 por ciento más uno de los votos en la primera ronda. En la etapa de planeación de esta posibilidad (que a final de cuentas no fue necesaria pues Hamid Karzai obtuvo más del 50% de los votos en la primera ronda), el secretariado electoral tuvo que adquirir cantidades importantes de artículos para el día de la elección como bolsas a prueba de fraude, sellos y tinta indeleble. Estos materiales no utilizados ahora están almacenados en un almacén prestado por la UNICEF en Kabul. En la actualidad el Organismo Electoral Conjunto (JEMB) y su secretariado están intentando decidir dónde y cómo almacenar las urnas y otros materiales electorales. El JEMB confía plenamente en el sistema de inventarios de Naciones Unidas, por lo que aún no ha desarrollado sus propias políticas y procedimientos.