Una vez vencidos los conflictos y las severas agitaciones políticas, los costos electorales no tienden a disminuir en forma global, aunque algunos de sus rubros en particular pueden probar ser más sensibles que otros a las medidas de recorte. En otras palabras, la estabilidad es mucho menos costosa que un conflicto civil, pero esto no debe pensarse que habrá una disminución automática de costos una vez que la democracia se haya estabilizado y la administración estatal continúe su desarrollo. No existen argumentos que nos hagan esperar que procesos masivos como el del registro de electores y la votación en sí, no sean sujetos de los mismos retos y expectativas que otras empresas emprendidas por la administración estatal moderna (por ejemplo, la recolección de impuestos, servicios educativos, los servicios postales y las telecomunicaciones).
Hay muchos más países donde los costos de la elección se han incrementado durante el último lustro, que aquellos en donde los costos han disminuido. En cerca de la mitad de los países, el presupuesto estuvo sujeto a cambios provocados por la inflación misma y no cambiaron en esencia. El caso de Suiza, con un presupuesto electoral constante en los últimos cinco años, ilustra esta situación. En el lado opuesto están Canadá, España y Suecia, que experimentaron un elevado incremento de sus presupuestos, en gran medida debido a la expansión del voto por correo, y al desarrollo de intensas campañas de información a los electores.
Aunque las elecciones de segunda y tercera generación tienden a ser menos costosas que las primeras elecciones celebradas después de un conflicto civil, tenemos algunos casos que nos muestran una tendencia contraria. En tres países latinoamericanos (Nicaragua, 2001; Ecuador, 2002; Guatemala, 2003) las elecciones subsecuentes fueron más costosas que las anteriores.
Los gastos electorales que muestran un mayor crecimiento tienden a ser los relativos al personal y a los servicios profesionales. Algunas veces esto sucede siguiendo el establecimiento de una administración electoral cada vez más consolidada, como en Camboya y Guatemala; en otras, deviene de fuentes externas con experiencia profesional en los campos de la computación y las telecomunicaciones, como en Australia, España y Suecia. Los programas de información al votante y el voto postal son otros gastos que han experimentado un crecimiento, especialmente en las democracias establecidas en donde los sofisticados esfuerzos y programas de información al votante ofrecen notificaciones individualizadas sobre la fecha y lugar de la votación. Por ejemplo, en Suiza, el programa de información electoral representa tanto como el 50% del presupuesto electoral total. De acuerdo a los resultados de una encuesta respondida por la Comisión Electoral Australiana, las áreas de operación que experimentaron los incrementos más significativos en términos de costos, se relacionaron con la actualización del sitio en Internet de la AEC (desarrollo de una sala virtual), en las actividades relativas a la administración de un aumento del 40 por ciento en el volumen del voto postal, y también en el control del creciente volumen de votos provenientes del exterior junto con los problemas de seguridad inherentes al caso.
El voto postal dentro y fuera del país se está convirtiendo en una herramienta popular, aún cuando es un tanto costosa. En España, por ejemplo, el costo por votante registrado creció de $2.1 en 1996 a $4.1 en 2004. Mientras que factores como el de información y contabilidad pueden explicar en buena medida este crecimiento, aún hay suficiente espacio para el incremento real de los costos, que pueden ser explicados por cambios significativos en la administración del proceso electoral. En cualquier de los casos, el incremento en los costos ha sido mucho más grande que el 10% en el número de electores elegibles que pasó de 31.4 millones en 1996 a 34.5 millones en 2004. Algunas de las discrepancias están relacionadas con el cambio de moneda corriente en España, que pasó del uso de la peseta al euro, así como por la caída del valor del dólar contra el euro en los últimos años. Estos factores externos son responsables de una estimación en la que al menos el 25% del costo por votante registrado debe considerarse como “inflado” debido a factores meramente contables; tomando esto en consideración, el costo para el año de 2004 fue de $3 por votante registrado.
Existen otros factores que también son responsables de los elevados costos de 2004 comparados con 1996. Los cambios más significativos en la administración electoral de España en los últimos ocho años son los siguientes:
- Un dramático incremento en el número de electores registrados fuera del país, a quienes se les hizo llegar materiales electorales vía correo postal (1.1 millones de personas), más otros servicios de correo a electores ordinarios. Más aún, se mejoraron los medios de información a electores dentro y fuera del país (por ejemplo, brindándoles información en línea). Esto explica el porqué el rubro más grande en la más reciente elección fue el de los gastos por servicio postal y de telecomunicaciones, que representó el 21% del presupuesto total.
- El creciente volumen de servicios de impresión y correo de la Oficina del Registro de Electores, que representó aproximadamente el 13% del presupuesto electoral, el rubro de más grande crecimiento en el presupuesto. Este incremento se dio como resultado de los elevados niveles de voto en el exterior; y
- La transmisión rápida de los resultados preliminares la noche de la elección. Esta actividad ha sido mejorada tecnológicamente y ahora recibe casi el 10% del total del presupuesto.
En Suecia, el costo de la tecnología y las comunicaciones en la red es bastante elevado debido a la gran inversión que han hecho. Adicionalmente, la mayor parte de este trabajo lo han hecho consultores en lugar de un personal permanente —otra razón más para el alto costo. Los esfuerzos para informar a los electores están enfocados principalmente en la producción de una revista en 14 idiomas, además del Sueco; la colocación de información en la página web; la producción de folletos; y la publicidad en televisión y radio. También se elaboran folletos y películas en lenguaje de señas y en sistema Braille. El costo derivado de los programas de información al votante ronda los 18 millones de coronas (2.3 millones de dólares) para cada elección general; este número se incremento en un 60% entre 1998 y 2002.
Antes de la elección del Parlamento Europeo en junio de 2004, el organismo electoral central participó en la Campaña Democrática instrumentada por el gobierno a través de la organización de seminarios informativos para los representantes de municipalidades, organizaciones, agencias gubernamentales y escuelas. La autoridad enfocada en las escuelas incluyó folletos informativos en su plan de difusión general. El organismo electoral central estaba preparado para desarrollar sus propias actividades informativas mucho mejor antes de la elección general de 2006; entre las sugerencias adicionales está la preparación de paquetes especiales de información para escuelas e inmigrantes.
En años recientes, en Suecia se han hecho inversiones especiales en nuevas tecnologías y comunicaciones basadas en la comunicación por Internet. Para financiarlas, cada año se autoriza un presupuesto anual relativamente alto al organismo electoral. El costo asociado al soporte de IT (acrónimo de Information Technology) y a la tecnología en 2002, de más de 20 millones de coronas, fue casi el doble de su costo normal. Las nuevas tecnologías son principalmente utilizadas para producir el registro de electores, apoyar en hacer más exacta la delimitación de los distritos electorales y en el manejo de los resultados de la elección. Adicionalmente, los resultados de la elección son publicados electrónicamente inmediatamente después del cierre de los sitios de votación el día de la elección.
Algunos países muestran una dramática reducción en sus presupuestos electorales. El caso de Camboya es espectacular debido a que su primera elección se llevó a cabo como parte de una operación de paz en 1993 y tuvo un costo excepcionalmente elevado —cercano a los $46 por elector registrado. Posteriormente, el costo se redujo a $5 en 1998 y a $2 en 2003. Algunas de las líneas presupuestales que han tenido grandes reducciones en años recientes incluyen ahorros en personal (Canadá), educación al votante (Australia) y el registro de electores después de establecer uno de carácter permanente (Camboya).
En otros países como España, sin embargo, no se ha notado una reducción significativa de una elección a otra —aunque a lo largo del tiempo, se han señalado un buen número de medidas para reducir los costos. Las autoridades electorales de España han adquirido experiencia en los últimos 20 años con un número de medidas rentables:
- Se han conseguido considerables ahorros con la descentralización de los trabajos de impresión de las papeletas desde finales de la década de los '80 (las listas de partidos son distintas en cada una de las 52 provincias), y la ampliación de la licitación a un mayor número de empresas. Se han reportado ahorros de más del 50%, pasando el costo de 1.6 pesetas a 0.60 por papeleta, ahorrando alrededor de 2 millones por elección;
- El costo de las campañas de información al votante se redujeron significativamente en la década de los 90 al limitar la verificación de campañas a los medios de comunicación estatales en donde el tiempo aire es libre. Los gastos se redujeron de aproximadamente 13 millones a 1 millón.
- Como se mencionó anteriormente, la descentralización de los procesos para la preparación y aplicación del presupuesto, junto con el hecho de hacer formalmente responsable a cada una de las agencias de su propio presupuesto y control, parecen haber sido rentables; y
- Las autoridades electorales elaboraron un estudio de factibilidad para sustituir las urnas desechables anteriores con las que actualmente se utilizan que son de plástico rígido. Se espera tener ahorros en costos por almacenamiento, así como en el área de producción; actualmente cerca del 30% del total de las urnas son irrecuperables después de una elección. Medidas de rentabilidad de este tipo han sido introducidas en otros países como en Australia.
Los gastos que permanecen constantes varían significativamente entre uno y otro país. Algunos ejemplos incluyen salarios para los oficiales electorales y de registro en Canadá y Guatemala; capacitación en Australia; campañas de información al votante por parte del OE (España); educación al votante (Camboya); y cada uno de los rubros que integran el presupuesto (Suiza).