Las listas de electores son elaboradas con el exclusivo
propósito de dejar constancia de la elegibilidad de los electores para votar y
facilitar el proceso de votación (a una edad determinada y bajo ciertas
condiciones legales), ejerciendo con ello su derecho al sufragio a espacios de
tiempo regulares. Las listas de electores son una prueba tangible de
certificación, y su calidad y validez se juzgan conforme a su capacidad
para servir a ese propósito específico.
Existen otras modalidades registros de población con
distintos propósitos: registros civiles, listas de residentes, y distintos
documentos de identificación personal (credenciales, pasaportes y licencias de
conducir). El número de registros y las ubicaciones institucionales de cada
registro varían de país en país, dependiendo de sus tradiciones históricas y
legales.
Los registros civiles, que generalmente tienen su
base a niveles de gobierno local, tienen el propósito de registrar y certificar
los nacimientos, muertes y el estado civil. La certificación por parte del
registro civil es la prueba principal de ciudadanía, que en su momento se basa
generalmente en la nacionalidad. Los registros civiles ofrecen pruebas de edad
—y ambos, la ciudadanía y la edad, son los requerimientos fundamentales para
gozar del derecho al voto. De igual manera se compilan otras listas. Las listas de electores no deben considerarse per se como un registro de ciudadanos o de residentes, y por otra
parte no están enfocadas ni a ayudar con la identificación de ciudadanos, ni
(menos aún) a servir como un recurso para la cuantificación de la población en
un determinado país. Esencialmente estos listados son elaborados con el
propósito de permitir a los electores, en forma individual, votar únicamente en
un determinado distrito electoral y en un centro de votación específico.
En la producción y mantenimiento de la lista de
electores, el tipo de vínculo que se espera entre la lista de electores y otros
tipos de registros, depende básicamente de dos factores. El primero, la
tradición administrativa en la rama legal de un determinado país. Y la segunda,
se refiere a las circunstancias especiales bajo las cuales se organiza el
registro de electores, la mayoría de las veces en el caso de las democracias
emergentes y en situaciones de post-conflicto. En el último caso, los problemas
que devienen de un déficit en la existencia de estadísticas poblacionales,
registros civiles e identificación de ciudadanos, así como de numerosas poblaciones
desplazadas, pueden influir significativamente en los procedimientos por medio de los cuales se lleva a cabo el registro.
En términos generales, el principal vínculo entre
la lista de electores y los registros civiles es el requisito de un certificado
de nacimiento como prueba de ciudadanía (misma que normalmente es definida por la nacionalidad) y, al menos en primera instancia, un comprobante de domicilio o
residencia (el cual regularmente puede ser requerido para la ubicación de los
electores en sus respectivos distritos, sitios y centros de votación). Las
listas de electores y los documentos personales de identificación son
vinculados debido a la necesidad del elector de ser identificado en la urna.
Finalmente, el vínculo entre la lista de electores con el censo de población
puede encontrarse en el papel facilitador que juega la información censal para
la organización inicial del registro electoral, y la desagregación de la
lista electoral dentro de cada distrito.
Asimismo, la estadística poblacional puede ser
contrastada contra la lista de electores para valorar la magnitud o segmentos por
edad de la población que serán elegibles para ejercer su derecho al voto en el
presente o en el futuro. Así como para dotar a los ciudadanos o residentes en un país de
ciertos documentos personales, tales como las credenciales de identidad
nacional, pasaportes o licencias de conducir. Estas actividades con frecuencia
son llevadas a cabo por alguna rama administrativa en materia de seguridad,
generalmente la policía nacional, por lo que estos documentos se elaboran con propósitos
de identificación personal individual.
Una tercera modalidad de registro es el listado de
residentes, que puede ser compilado, mantenido y actualizado por autoridades
locales en los distritos de las grandes ciudades, distritos, comunas o villas.
Estas listas pueden servir para distintos propósitos regularmente relacionados
con la prestación de servicios públicos a nivel local, y para proporcionar
información a niveles más altos del gobierno para su respectiva acción (por
ejemplo, la corrección o actualización de otras listas de ciudadanos sobre las
que se requiere información sobre su residencia, como la lista de electores).
Finalmente, otro tipo de registro de documentación es la población censal, la
cual generalmente es compilada cada 10 años para la elaboración de estadísticas
agregadas de la población a diferentes niveles de un país. La información
agregada del censo (aunque no información sobre personas en lo particular)
tiene muchas y distintas aplicaciones, incluida la definición de los distritos
electorales —los cuales se pueden basar en la población—, y la adjudicación de
escaños parlamentarios o de consejos locales a distritos, tomando como criterio
la población.