Educación electoral —
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Educación electoral

El vínculo entre educación y vida cívica fue establecido por Aristóteles:

    “[…] lo más importante […], en cuanto a la estabilidad de los Estados, es la educación; […] que ésta sea la más apropiada [y concuerde] con la constitución” (La Política, Libro VIII, Capítulo VII, p. 354)

Esta sección da por hecho que el esfuerzo educativo está dirigido a promover y sustentar la democracia. Es posible contemplar un proyecto de educación cívica cuya intención sea perpetuar una civilidad parapetada en una aristocracia educada aunque esencialmente estática e indiferente —el contexto en el que surgió el término, primero en Roma y luego en la Inglaterra urbana pre-isabelina.

Esta es una introducción a la educación cívica y electoral, un componente popular aunque más limitado de la educación cívica. Se exploran posibilidades y restricciones de la educación cívica como una manera de asegurar la democracia en una variedad de contextos políticos. Se explica parte de la terminología usada alrededor del mundo y los contextos institucionales que son más efectivos. Se ofrece al educador cívico un conjunto integral de herramientas para establecer e instrumentar un programa. Se brinda una guía respecto de varias técnicas, métodos y materiales, y hay secciones que abordan el financiamiento, monitoreo, evaluación e institucionalización de los programas.

Este apartado considera en primer término la educación cívica y después, cuando es apropiado, los programas específicos de educación electoral que son necesarios para la preparación de las elecciones. Las autoridades electorales que tienen el extenso mandato de la educación cívica, encontrarán que éste es discutido junto con la educación electoral, que es más restringida, e inclusive con la obligación de informar a los votantes, que otros organismos electorales deben llevar a cabo. La mayoría del texto es de un interés educacional general, a menos que haga referencia específica a tareas circunscritas a la educación electoral.

Panorama general de Educación electoral

Esta área temática examina la forma en que se pueden conducir los programas de educación electoral en distintos contextos. Está escrito para ayudar a los encargados de diseñar, instrumentar y evaluar los programas educativos. Aunque el enfoque de este tema se ha ido ampliando para proporcionar información acerca de la educación cívica, no todos los organismos electorales tienen un mandato tan amplio. A aquellos que requieren sólo una descripción general sobre la tarea de educar a los electores les sugerimos ver las secciones introductorias.

El apartado abarca siete pasos que el educador puede utilizar con el fin de desarrollar programas relevantes, rentables y educativamente apropiados.

Los siete pasos se refieren a:

    1. Entender la labor educativa;
    2. Establecer el mandato educativo;
    3. Evaluar el contexto en el que se habrá de desarrollar el programa;
    4. Desarrollar una estrategia apropiada;
    5. Diseñar e instrumentar el programa;
    6. Monitorear y evaluar el programa; y,
    7. Asegurarse que las mejores prácticas y las lecciones aprendidas sean incorporadas en futuros programas.

Se le presta especial importancia a una serie de métodos y aspectos detallados de los programas que se han usado anteriormente y que pueden formar parte del programa a diseñar. Se ofrecen ejemplos y sugerencias para actividades complementarias y se formulan comentarios sobre sus costos y efectividad de acuerdo con las circunstancias prevalecientes.

Los métodos examinados son:

Terminología

Es común que se utilicen los términos de información a los votantes, educación electoral y educación cívica indistintamente. Existen, sin embargo, particularidades que los distinguen, y tienen que ver con el enfoque, duración y momento en que se aplica determinado programa, así como con las entidades que participan en su instrumentación. Este apartado se centra en las ideas prácticas acerca de la planeación e instrumentación de los programas para la educación cívica y electoral. Cabe aclarar que existen discusiones respecto de algunas de las perspectivas y temas relacionados con estos conceptos y la forma en que podrían ser empleados para promover la democracia.

Principios guía de la educación electoral

La educación cívica y electoral es realizada por una gran variedad de organizaciones e individuos. Es apoyada y auspiciada por organismos electorales, gobiernos democráticamente elegidos a través de diversos ministerios o departamentos, organismos constitucionalmente establecidos tales como comisiones de derechos humanos, así como organizaciones internacionales, regionales y de la sociedad civil local.

Este tipo de educación se volvió particularmente importante durante la ola de democratización que desembocó en el financiamiento y organización de elecciones de transición en África y Europa del Este. Este resurgimiento de la democracia también hizo que se reconsiderara la importancia de iniciativas organizadas para proteger y estimular la democracia en democracias más establecidas.

Todos estos esfuerzos hicieron uso de los mejores conocimientos acerca de los recursos disponibles en materia de comunicación, información y técnicas metodológicas y educativas. La práctica, más que los preceptos, se convirtió en la norma. Como resultado, el campo de la educación electoral está impulsado por un compromiso con un electorado informado y vigoroso, y no solamente con un conjunto de principios fácilmente discernibles. Esto ha hecho posible que cada iniciativa electoral nacional reconsidere los temas, métodos, prácticas educativas, recursos disponibles, y limitaciones locales importantes que rigen no sólo los programas generales de educación electoral y cívica que se pudieran repetir de un año a otro, sino también el programa específico necesario para cada elección, referendo o plebiscito.

Esta área extrae ejemplos de una variedad de contextos, aunque son únicamente indicativos. Cada país debe desarrollar su propio programa dentro de una serie de parámetros que se encaminen a cumplir con un compromiso universal: elecciones libres y justas.

¿Por qué educar a los votantes?

La educación electoral se lleva a cabo para ayudar a la administración electoral en su tarea de organizar elecciones libres, justas y de la mejor calidad a costos competitivos. Comprende la información básica que todo votante debe poseer para poder llegar preparado al sitio de votación y emitir su sufragio en la(s) fecha(s) acordadas. La educación electoral sensibiliza al electorado acerca de la importancia de la participación en las elecciones.

La educación electoral inculca en los ciudadanos las actitudes, comportamientos, y conocimientos que estimulan y consolidan la democracia. Durante una elección, esta educación asegurará la organización efectiva y el activismo de los ciudadanos en apoyo de partidos y/o de causas particulares, el adecuado comportamiento por parte de los ciudadanos necesario para celebrar elecciones pacíficas, la aceptación de los resultados y la tolerancia de la competencia y la oposición.

La educación por sí misma no puede sostener la democracia. Sin embargo, puede protegerla cuando la práctica ciudadana se apoya en un Estado sensible y democrático. Evidentemente, una ciudadanía educada puede superar insuficiencias derivadas de los preparativos administrativos de una elección.

¿Quién debe conducir la educación electoral?

Un programa nacional de educación electoral puede ser una actividad muy onerosa si sólo el organismo electoral la lleva a cabo. Se puede desarrollar de una mejor manera al alinear todos los recursos disponibles en un país, especialmente si una elección en particular reviste gran trascendencia. La autoridad electoral puede seleccionar los medios para alcanzar esta sinergia introduciendo regulaciones, incentivos e información que sólo ella pueda proporcionar.

Algunos organismos electorales han encontrado que es más fácil organizar y estimular programas de educación electoral que asegurar que los contendientes de una elección participen de forma vigorosa y justa. Sin embargo, la educación electoral debe ir de la mano del desarrollo de un clima que permita la actividad electoral y el debate público sobre los diferentes temas y entre los distintos contendientes. Las autoridades electorales deben fomentar actividades partidistas de educación electoral, así como programas de educación electoral no partidarios bajo su supervisión.

Un programa nacional

Para construir un programa nacional hay que prestar mucha atención a los detalles de esta área, así como al contexto dentro del cual se va a llevar a cabo una elección (ver Evaluación del contexto). Sin esta evaluación, los educadores pueden de repente encontrar que están siguiendo ejemplos inapropiados o adaptando modelos educativos e informativos inadecuados. La educación es una combinación de contenido, métodos y medios apropiados. Estos métodos están bien documentados en la teoría de la educación y el desarrollo, y no hay porqué instrumentar, por ejemplo, modelos de democracias ricas a países con menos recursos y una cultura diferente.

Establecido el contexto, los educadores deben determinar los objetivos y metas del programa (ver Construyendo un mandato y Objetivos educativos). Las autoridades electorales pueden involucrarse en esta actividad y hacer uso en el futuro de estas metas y objetivos para evaluar el éxito de cualquier programa y los presupuestos que deben facilitarse para su desarrollo.

Contexto de la educación cívica y electoral

Antecedentes históricos

La educación electoral tiene una tradición que es tan larga y tan breve como la conducción de elecciones modernas. La educación cívica, por otra parte, tiene antecedentes tanto en el desarrollo de la democracia antigua así como en la formación de estados.

En sí, la educación moderna universal en un estado moderno y democrático se creó para promover y respaldar la democracia. Aquellos que libraron campañas para la extensión del derecho al sufragio condujeron programas de educación e información pública. La Liga de Mujeres Votantes de los Estados Unidos conserva en la actualidad un intenso programa no partidista para asegurarse que los votantes tomen decisiones políticas de manera informada.

La conducción de educación electoral ha sido considerada durante mucho tiempo como parte de la labor de las autoridades electorales. Sin embargo, recientemente, organizaciones activas en la educación y movilización de los electores así como las cuestiones más generales de ciudadanía y democracia se han diversificado. Hoy los que se interesan y participan en la educación electoral provienen de una amplia gama de experiencias.

Algunas personas pueden tener experiencia en administración electoral. Pero otros pueden venir de programas de educación cívica, activismo público, resolución de conflictos, comunicación de masas, formación, o educación primaria, secundaria, avanzada, o de adultos. Algunos de ellos pueden haber trabajado extensamente con grupos especiales tales como los jóvenes, los ancianos, los discapacitados, las minorías étnicas o lingüísticas, o las mujeres. Sus antecedentes pueden seguir reflejándose en el enfoque, estilo, contenidos y audiencias de sus programas de educación electoral.

La discusión sobre distintos enfoques y las consecuencias de esto se puede encontrar en la sección general de Educación cívica. La manera en que las diferentes experiencias y valores de los educadores pueden incidir en los programas de educación electoral se puede encontrar en Valores del educador.

El contexto en el que se conduce la educación

El contexto social y político dentro del cual se lleva a cabo una elección o plebiscito tiene un impacto fundamental sobre el programa educativo electoral que lo apoya. Así, toda iniciativa de educación electoral estará significativamente influenciada por la historia y el ambiente sociopolítico dentro del cual es planeada y ejecutada.

Hay metodologías que tienen una mayor relevancia y cuya selección puede estar determinada tanto por las metas e ideología educativas como por el contexto local. Al mismo tiempo seguramente habrá metas que estén determinadas principalmente por el contexto, especialmente cuando están fuertemente ligadas al ambiente político y electoral.

Desafortunadamente, no todo el material sobre educación electoral disponible que se utilizó como referencia especifica las circunstancias bajo las cuales fue producido. Tal información podría hacer que estos materiales fuesen más útiles, e incluso permitir el uso de estos materiales en contextos similares aún cuando estén separados temporal y geográficamente.

Democracias establecidas

Aun en democracias que ya están establecidas y que cuentan con una tradición de celebración periódica de elecciones, existen diferencias considerables en el enfoque de la educación electoral. Tanto Australia como Canadá tienen programas de educación electoral sustanciosos y de largo alcance que operan todo el año y no solo durante la época electoral. En algunos países de Europa, las actividades de educación electoral son conducidas primordialmente por organizaciones de la sociedad civil, mientras que en la India, un ambiente político vibrante y muy partidista es el que sostiene el interés en las elecciones.

En los Estados Unidos de América, la educación electoral y la movilización se lleva a cabo por una variedad de entidades incluyendo autoridades electorales de ámbito estatal, medios de comunicación (por ejemplo, la campaña de MTV, Rock the Vote), y una serie de organizaciones de la sociedad civil, grupos especiales de interés, asociaciones profesionales y sindicatos (incluido el AFL-CIO), y los partidos políticos. Algunas de éstas pueden considerarse más como organizaciones defensoras o promotoras de determinadas causas que como educadores electorales no partidarios. No obstante, existen otras que tienen una historia digna de mostrar en términos de fomentar el registro de electores y la educación electoral y ayudar la promoción del voto.

Transiciones a la democracia

Un gran número de países han experimentado el retorno a la democracia después de un periodo de gobiernos autocráticos o, en algunos casos, el establecimiento de un orden democrático por primera vez. Invariablemente la primera elección, o restablecedor, se ha caracterizado por una movilización política considerable. Cuando la comunidad internacional ha participado en la transición, frecuentemente se hacen inversiones en educación y administración electoral.

Esta inversión se ha materializado en forma de asistencia técnica, apoyo a las organizaciones domésticas de la sociedad civil y a las autoridades electorales. De igual forma se han compartido materiales y recursos a través de programas de capacitación. En algunos casos esto se ha traducido en el establecimiento de organizaciones locales y regionales auto sostenido. Empero hay también circunstancias donde no ha sido posible sostener instituciones locales dedicadas a la educación electoral y a la manutención de la participación ciudadana.

Reconstrucción de Estados destruidos y construcción de Estados nuevos

El colapso de Estados por sus propios conflictos, o la decisión de líderes, ciudadanos y la comunidad internacional de reconocer nuevas fronteras estatales, pone trabas particulares a aquellos que deben colaborar en el desarrollo de estos estados. En algunos casos, se han realizado referendos antes de que se hayan establecido las nuevas fronteras y, subsecuentemente, ha habido elecciones para nuevas asambleas a nivel nacional y local.

Típicamente, la comunidad internacional se ha visto involucrada en estos procesos con un programa integrado que incluye programas de apoyo a la ciudadanía y a las elecciones. Estos inevitablemente deben ir de la mano de la construcción de nuevas instituciones, y de la protección y estímulo a la sociedad civil. Fuera de los programas tradicionales de información y educación electoral, los programas integrados pueden también tener en cuenta cuestiones de liderazgo, tolerancia, resolución de conflictos y principios de democracia.

Lecciones generales

Aunque las expectativas de la comunidad internacional y local han sido altas, la experiencia de la última década ha dejado claro que la educación electoral y las actividades más amplias de fomento de la democracia exigen un esfuerzo a largo plazo. Esto significa la creación o mejora de la capacidad local y el fomento de la complementariedad y del apoyo regional.

Para que iniciativas de educación cívica y electoral tengan éxito, deben ser acompañadas de la creación de instituciones democráticas sostenibles incluyendo partidos políticos viables, asambleas funcionales, una cultura de buena gobernabilidad, garantías constitucionales respaldadas por un poder judicial independiente, una administración electoral imparcial capaz de conducir elecciones periódicas y un Estado efectivo.

En este ambiente, los ciudadanos pueden ejercitar sus derechos y pueden ser educados en los roles y responsabilidades que implica ser un ciudadano, incluyendo las elecciones. En circunstancias menos propicias, puede que sea necesario establecer otras metas educativas.

Colaboradores

El área temática de Educación cívica y electoral fue escrita por primera vez por Paul Graham del Instituto para Alternativas Democráticas en Sudáfrica (Institute for Democratic Alternatives in South Africa, IDASA) y desarrollada bajo la supervisión de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (International Foundation for Electoral Systems, IFES). Las actualizaciones al tema fueron realizadas por Catherine Barnes del 2000 al 2001 y fueron plenamente revisadas del 2004 al 2006 por Paul Graham, bajo la supervisión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Ideas y definiciones básicas de información electoral, educación electoral y educación cívica

Como se sugirió en las secciones introductorias de esta área temática, algunas distinciones necesitan ser hechas entre la educación electoral, la información electoral y la educación cívica. Ciertamente, cada una de ellos se halla bajo el rubro de actividades educacionales continuas que se refuerzan mutuamente en apoyo de las elecciones y la democracia. En ese sentido, sería correcto asumir que la educación del votante debe ser uno de los componentes de un amplio programa de educación cívica.

Pero los términos no son necesariamente intercambiables. Implican algunos matices que los diferencian en cuanto a los objetivos, público, mensaje, enfoque, calendario y/o mandatos institucionales. Brevemente:

  • La educación cívica básica se refiere a conceptos más amplios que hacen alusión a una sociedad democrática, como son los roles y responsabilidades propios de los ciudadanos, el gobierno, los intereses políticos y especiales, los medios de comunicación, y los sectores comerciales y/o sin fines de lucro, al igual que la importancia de elecciones periódicas y competitivas. Se hace hincapié no sólo en que los ciudadanos se interesen, sino en que participen en todos los aspectos de la sociedad democrática. La educación cívica es un proceso continuo, que no se limita al ciclo electoral. La información y educación para el votante, sin embargo, pueden formar parte de un esquema mayor de educación cívica. La educación cívica puede llevarse a cabo por sistemas escolares o universitarios, organizaciones de la sociedad civil y, tal vez, por algunas agencias del Estado, y no necesariamente tiene que ser la autoridad electoral.
  • La información electoral básica se refiere a la que permite a los ciudadanos calificados votar, pues se incluye la fecha, lugar y horario de votación; el tipo de elección; la identificación necesaria para establecer su elegibilidad como elector; los requerimientos de registro; y los mecanismos de votación. Estos constituyen hechos básicos acerca de la elección y no requieren de la explicación de sus conceptos. Los mensajes serán desarrollados para cada nueva elección. En general, estas actividades pueden ser implementadas rápidamente, aunque una planificación suficiente sigue siendo requerida. A las autoridades electorales se les suele requerir que provean este tipo de información, aunque los candidatos de la elección y las organizaciones de la sociedad civil también lo hagan.
  • La educación electoral básica suele abocarse a la motivación de los votantes y a su preparación para participar satisfactoriamente en las elecciones. Se refiere a tipos de información relativamente más complejos acerca del voto y el proceso electoral, y es descrito por conceptos tales como: el nexo entre los derechos humanos y los derechos electorales; el rol, las responsabilidades y los derechos de los electores; la relación entre elecciones y democracia y las condiciones necesarias para elecciones democráticas; el secreto de la papeleta de votación; por qué cada voto es importante y su impacto en la responsabilidad pública; y, cómo es que los votos se transforman en escaños. Cada concepto implica una explicación, y no la sola declaración de los hechos. La educación electoral requiere de un periodo de instrumentación mayor al de la información electoral y, de manera ideal, debería apoyarse en ciertas bases fundamentales. Este tipo de información es provista con frecuencia por las autoridades electorales y las organizaciones de la sociedad civil.

En sociedades donde se han experimentado importantes cambios en los sistemas, procesos y procedimientos electorales, así como para quienes recientemente se han registrado para votar y quienes habrán de votar por primera vez, tanto los programas de información como los de educación al votante tendrán que hacer amplia referencia a los hechos y a los conceptos.

Existen información y características educacionales comunes. Esto se discute en Elementos comunes de la información y la educación electoral

El significado de democracia

El concepto de democracia es emocionante. El incremento en el número de Estados adscritos a la práctica democrática ha significado una nueva vida para muchos que ahora viven libres de la opresión política o de reglas autoritarias. Es un término complejo para muchos, especialmente para aquellos en las democracias más recientes. Toma tiempo llegar a entender su significado práctico. Existe mucha información acerca de la democracia. Es deber de los educadores clarificar esta información en términos adecuados para los educandos. El concepto de democracia conlleva un reto muy especial, pues incorpora aspectos de comportamiento, aptitudes, conocimientos y actitudes, así como cuestiones sobre la política o el poder.

La manera en que cada educador actúa y enseña influirá en lo que la gente entiende por democracia. Como resultado de ello, hay un debate considerable en la literatura relativa a la metodología para educar sobre la democracia, en la que se valora la interacción, la participación y las contribuciones individuales al debate y al descubrimiento del significado.

Existe información básica que proporciona una buena base para el desarrollo de un entendimiento y valoración de la democracia.

Definiendo democracia

El concepto de democracia es complejo y controvertido. Como consecuencia, siempre habrá diferencias de opinión, a pesar de que existan convergencias considerables para una definición básica. La mayoría de las definiciones de democracia se enfocan en cualidades, procedimientos e instituciones. Al haber muchas expresiones de democracia alrededor del mundo, sería prudente que los educadores evitarán el asumir que ciertas prácticas y procedimientos específicos deben ser promovidos y adoptados de manera universal. El entendimiento propio de cada persona, su experiencia y creencias, y la historia de su país deben incorporarse para crear una definición que sea significativa y práctica para su vida cotidiana.

La democracia no consiste de un solo conjunto de instituciones cuya aplicación es universal. La forma específica que la democracia toma en un país es ampliamente determinado por las circunstancias políticas, sociales y económicas predominantes, y es fuertemente influenciada por factores históricos, tradicionales y culturales.

La mayoría de las lecturas sobre democracia comienzan por identificar de dónde proviene la palabra y en dónde se registró y formalizó la primera práctica de la democracia. También proporcionan definiciones de democracia que se han utilizado a través del tiempo. Luego hay cualquier cantidad de definiciones, desde las más simples hasta las más complejas, que pueden ser usadas para complementar aquellas que las personas hubieran formulado en una discusión.

    “La palabra democracia proviene del griego demos que significa personas y kratos que significa autoridad o poder.”1

    “…gobierno que es conducido con el consentimiento, otorgado libremente, de los ciudadanos.”2

    “…un sistema de gobierno en donde la autoridad suprema proviene de los ciudadanos.”3

    “Mandato dado por los ciudadanos de un país de forma directa o por representación.”4

    “La forma de gobierno en que el control político es ejercido por todos los ciudadanos, ya sea directamente o a través de representantes electos por ellos.”5

    “La palabra democracia en sí significa gobierno del pueblo. Una democracia es un sistema donde los ciudadanos pueden cambiar a sus gobernantes de una manera pacífica y en que se otorga al gobierno el derecho a gobernar porque la ciudadanía así lo expresa.”6

Los albores de la democracia

La palabra democracia fue acuñada por los antiguos griegos quienes establecieron una forma de gobierno directo en Atenas. Todos los varones adultos se reunían para discutir temas y votaban a mano alzada. Los esclavos y las mujeres no tenían derecho a votar. Esta forma de gobierno consume mucho tiempo y es imposible para las grandes poblaciones reunirse cada vez que una decisión debe ser tomada.

Por lo tanto, el paso de la democracia directa (en donde las personas votan directamente sobre cada asunto) hacia la democracia representativa (en donde las personas votan para que representantes o políticos tomen decisiones en su nombre) era inevitable conforme las sociedades democráticamente establecidas eran más grandes y diversas.7 Hoy en día hay formas de democracia directa como referendos, peticiones, plebiscitos, y propuestas, pero se practican con mayor frecuencia en democracias con más experiencia y recursos tecnológicos.

La democracia de nuestros días

La democracia existe para proporcionar una manera de vivir y estar juntos, de forma que sea beneficioso para todas las personas. Aunque es factible que muchas de las democracias actuales no existieran antes de la Segunda Guerra Mundial, hay precedentes en la mayoría de las sociedades tradicionales de una forma de gobierno donde los ideales en que la mayoría de personas creían guió a los gobernantes y a las comunidades en la manera en que las decisiones y las reglas eran hechas, y en el modo en que los miembros de la sociedad eran tratados y vivían juntos.

La afirmación de que la democracia es un concepto ajeno al continente africano se basa en la confusión entre los principios democráticos y sus manifestaciones institucionales. Los primeros incluyen una amplia participación, el consentimiento de los gobernados, y la rendición de cuentas públicas de quienes están en el poder, mismos que han trascendido en los sistemas políticos tradicionales de África.8

La transición política hacia un Estado democrático y la reestructuración necesaria, como la votación y las elecciones, la constitución, y un poder judicial independiente, pueden ser abrumadores para los nuevos ciudadanos. Por esta razón, enfocarse en la experiencia propia de la gente es un medio útil para desarrollar una comprensión práctica y básica de la democracia.

Los educadores que trabajan con los ciudadanos sobre temas relativos a la democracia, deben alentarlos a expresar sus opiniones respecto de los valores que ya existen en su comunidad para la interacción diaria de quienes la integran. A partir de lo anterior, el propio educador será capaz de llegar a un conjunto de aspiraciones y valores democráticos a la medida de cada sociedad, lo que a su vez formará una base útil desde la cual explorar la forma de gobierno que existe en un país determinado y la medida en que pueda definirse como democrático.

Tipos de democracia

Democracia representativa

Toda persona tiene el derecho de formar parte del gobierno de su país, ya sea directamente o a través de los representantes elegidos libremente. La voluntad del pueblo debe ser la base de la autoridad del gobierno, expresada mediante la celebración de elecciones periódicas y genuinas, bajo el esquema de voto igualitario, universal, libre y secreto.9

La votación es uno de los mecanismos que guía a los estados democráticos y mantiene el rumbo de sus dirigentes, además de permitirles saber cuál ha sido su desempeño. Durante las elecciones, los ciudadanos votan por el candidato de su predilección, que al ganar se convierte no sólo en representante del "pueblo" sino en gobernante del país por un periodo determinado desde su cargo. Dicha elección se hace de acuerdo al sistema de circunscripción o de representación proporcional, o la combinación de ambos.

Los educadores cívicos en un país particular pueden decidir enfatizar e ilustrar con mayor profundidad el tipo de representación democrática que han elegido. Adicionalmente, podrían querer explicar las diferencias entre los posibles sistemas, sus beneficios y sus costos.

Democracias constitucionales

La mayoría de las democracias, aunque no todas, se basan en una constitución escrita o en una ley suprema que sirve para orientar a los legisladores y las leyes que emiten. Las constituciones escritas sirven como garantía para los ciudadanos respecto de la obligación del gobierno a actuar de una manera determinada y a defender ciertos derechos.

La fortaleza de una democracia real depende de ciertos derechos y libertades. Estos derechos y libertades deben ser protegidos para asegurarse que la democracia sea un éxito. En muchos países, es en la constitución donde se garantizan la protección de estos derechos. De igual manera, establece las estructuras y funciones del gobierno y proporciona la guía para la preparación de otras leyes. Está normalmente protegida de la enmienda por el capricho de un gobierno en particular al requerirse de una mayoría especial de legisladores, o la consulta a los electores vía un referéndum, antes que cualquier cláusula pueda ser cambiada.

Requisitos mínimos para que un país sea definido como democrático

Ante el aumento en el número de gobiernos que tienen elecciones libres y justas y que se declaran a sí mismos Estados democráticos, algunos teóricos han desarrollado un conjunto de requisitos mínimos, ya que las elecciones por sí mismas no producen un país democrático. Dichos requisitos ofrecen una visión general de qué es la democracia y un estándar contra el cual comprobar si un país es democrático o no. La siguiente lista de requisitos mínimos es producto del estudio comparado de democracias y de la lectura de varias teorías de la democracia.

  • el control sobre las decisiones de gobierno acerca de política dado por mandato constitucional a los representantes electos
  • los representantes electos son elegidos en elecciones habituales y libres
  • los representantes elegidos ejercen sus facultades constitucionales sin que funcionarios no elegidos las nulifiquen
  • todos los adultos tienen derecho de votar en las elecciones
  • todos los adultos tienen derecho a ejercer un cargo público
  • los ciudadanos tienen derecho a expresarse sobre cuestiones políticas, en términos generales, sin riesgo de penalización por parte del Estado
  • los ciudadanos tienen el derecho de buscar fuentes alternativas de información, tales como los medios noticiosos, siendo esas fuentes protegidas por la ley
  • los ciudadanos tienen derecho a formar asociaciones y organizaciones independientes, incluidos los partidos políticos independientes y los grupos de interés
  • el gobierno es autónomo y capaz de actuar de manera independiente independientemente y sin limitaciones externas (como las impuestas por alianzas y bloques)

Si cualquiera de las anteriores condiciones no se cumple, los expertos argumentan que el país no es una verdadera democracia.

Críticas al gobierno

Educar a los ciudadanos acerca de la democracia en que viven significa que los educadores les proveerán de herramientas para analizar sus circunstancias. En algunos casos, esto podría provocar una fuerte crítica al gobierno, los poderes que tiene, la manera en que funciona, y si parece o no cumplir las promesas hechas al momento de la elección. Los educadores deberían prepararse para hacer frente a esta crítica de manera constructiva, de manera que los ciudadanos aprendan también cómo hacer frente a sus críticas en forma democrática y pacífica.

Notas:

1 Democracy For All, (South Africa: StreetLaw, 1995), p4.

2 Ibid, p4.

3 Ibid, p4.

4 Ibid, p4.

5 Civitas, National Standards for Civics and Government (Calabasas, CA: Center for Civic Education, 1994).

6 Namibia Institute for Democracy, Democracy and You: A Guide to Better Understanding (Windhoek: n.p.), 6.

7 ML Strom, Citizenship and Democracy (Pretoria: Idasa, 1996), p13.

8 Claude Ake, citado en Reflections on Democracy (Pretoria: Idasa, 1997).

9 Asamblea General de las Naciones Unidas. 1948. Resolución 217 A (III). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo 21.

Información básica al elector

Información para elecciones en curso

Como se señaló al comienzo de esta área temática, el término información al elector por lo general se usa para referirse a los aspectos fundamentales de las elecciones, es decir, dónde votar, cuándo y cómo. La desilusión con respecto a la eficacia de la educación al votante o la sospecha de que éste es un término que sugiere campañas partidarias a favor de un partido político, ha provocado que un número de autoridades electorales decidan que su trabajo consiste principalmente en dar información al elector.

La información es una función de las autoridades electorales

A pesar del hecho que ninguna de las advertencias es necesariamente verdadera —la educación al votante puede ser efectiva e independiente de cualquier partido político— sí parece haber algo de cierto en alentar la opinión que las autoridades electorales deben concentrarse en la información al votante, y dejar que las tareas de educación al votante y de educación cívica más generales queden en manos de otras organizaciones.

Las autoridades electorales son las únicas que cuentan con toda la información necesaria, y de ellas depende su distribución. Las intervenciones educativas requieren muchos más recursos y la concentración en un esfuerzo que va más allá del de una autoridad encargada de las importantes necesidades administrativas y logísticas de una elección. Sin embargo, si las autoridades electorales llegaran a aceptar esta perspectiva, tendrían que desarrollar un mecanismo para fomentar iniciativas de educación cívica y para los votantes. Con relación a la información que se requiere, también debe provenir de un entendimiento integral de las necesidades de los votantes, y de una retroalimentación útil y regular durante el transcurso de las elecciones.

Comprensión de las necesidades locales

Debido a que la información es en términos generales local —la ubicación de las mesas de votación, las listas de los contendientes—, los programas de información al votante tienen que desarrollarse de tal forma que puedan responder a las necesidades y al conocimiento local. En algunos casos, esto se hace nombrando funcionarios dedicados a informar. En otras, los funcionarios centrales cumplen con la función de aportar información de carácter local.

La importante función de los medios de comunicación

Sin importar qué camino se tome, estas personas necesitan tener buenas relaciones con la prensa. Muchas veces los medios son la única forma de hacer que la información sea recibida por un gran número de personas en el menor tiempo posible. Las afirmaciones de la prensa, los resúmenes periodísticos, los boletines y la documentación de la prensa son las herramientas más importantes para un programa de información local (ver Medios masivos).

Información oportuna

Difusión de información en el momento adecuado

No siempre es posible manejar un programa de información de forma tan cuidadosa que las personas reciban toda la información que necesitan justo a tiempo para actuar en consecuencia. La selección de los momentos idóneos es un reto importante. En ambientes electorales de gran flexibilidad, en donde el marco legal o reglamentario o los plazos electorales importantes y los procedimientos cambian en el transcurso de la elección, y donde la infraestructura de comunicaciones puede ser deficiente, esto constituye un desafío de relevancia.

Cuando se cuentan con cadenas modernas de medios electrónicos e impresos, articuladas con una industria publicitaria sofisticada y con una sólida infraestructura de comunicaciones, puede ser posible preparar mensajes en muy corto tiempo y transmitirlos en el momento indicado.

La información resultará útil cuando estas cadenas o redes operen en ambientes donde la gran mayoría de personas acostumbren leer sus publicaciones o sigan transmisiones. Mucho sólo depende de sistemas de información repetitivos con capacidad de almacenamiento de archivos y de redundancia.

Difusión de información precisa

En sociedades pobres, los propietarios de aparatos de radio y televisión son muy pocos. En las sociedades modernas y opulentas, el público se ha vuelto muy segmentado. En ambas situaciones, la información a través de una sola vía es muy riesgosa.

Por otro lado, la información que puede ser archivada —panfletos y otros materiales escritos, mensajes grabados, etc., que puede ser distribuida y guardada como referencia— debe permanecer actual y precisa. Y no existe garantía alguna de que la información vaya a ser revisada cuando se la necesite.

Así, siempre existirá un esfuerzo por alcanzar el equilibrio entre la distribución a tiempo de información correcta y la distribución de información al mayor público posible.

Preparar un programa detallado

En general, los programas de información al votante tienen que manejar el tiempo de manera muy cuidadosa. Para ello será necesario tener un programa completo y detallado. Si la información al votante es novedosa, a raíz de algunos cambios significativos en los procedimientos electorales o porque se trata de una elección fundacional, entonces se hace necesaria una revisión real de todos los aspectos del programa. Esta revisión de fondo se puede hacer asegurándose que haya una buena retroalimentación por parte de las organizaciones y los educadores trabajando en el campo; o, a través de una línea telefónica de información y quejas. Sorprendentemente, muchas de las autoridades electorales asumen que la gente tiene la información de forma adecuada simplemente porque se ha hecho pública.

Planeación de la difusión de la información

Finalmente, además de las dificultades generales expuestas anteriormente para hacerle llegar oportunamente la información a la gente, la producción y la distribución de los materiales en sí toma algún tiempo. Algunos formatos demandan más tiempo de preparación que otros. La producción y transmisión de un anuncio en la radio puede realizarse de manera más rápida que el diseño, impresión, suaje, entrega y distribución de un folleto. Aunque siempre existe la posibilidad de hacer un esfuerzo sobre humano, no se deben esperar milagros. La única forma de realizar estos esfuerzos sobre humanos, y de cumplir con plazos poco realistas, es invirtiendo mucho dinero. Entre más complejo sea el programa de información y más ajustados los plazos para realizarlo, es probable que se incrementen más los costos.

Mensajes de información electoral

No existe ningún tipo de mensaje estandarizado que deba ser incluido dentro del programa de información al votante. Todos deben concordar con una elección en particular. Sin embargo, lo que sí existe es un conjunto de categorías que deben ser cubiertas.

Nivel de gobierno a elegir

Los votantes que no entienden la lógica detrás de una elección, y las consecuencias derivadas de los resultados, están en una seria desventaja. Es muy sencillo que estén mal informados y, por tanto, les es difícil tomar decisiones informadas. Así, es esencial que en el programa de información al votante se incluya aquella acerca de los cargos de gobierno en disputa y sus roles y responsabilidades, la forma en que los votos se cuentan y cómo es que en algunos se traducen en escaños, y el sistema de gobierno resultante, de una manera apropiada. Si bien un programa de educación electoral puede ir más allá del simple apoyo para que los ciudadanos comprendan mejor los sistemas electorales y de gobierno, un programa de información podría limitarse a ofrecer algunos datos básicos generados por otras dependencias gubernamentales.

Fechas y horarios para el registro de los votantes

La información acerca de los horarios y fechas para el registro de los votantes es más compleja debido a las posibles variaciones entre regiones y jurisdicciones. Particularmente, puede existir la tentación de ofrecer toda la información con relación al registro a través de una sola fuente. Esto se debe evitar, pues los votantes deben recibir sólo la información que necesitan. La información más detallada acerca de las inspecciones, quejas y revisiones de las listas debe aparecer por separado, en publicaciones más técnicas.

Ninguna campaña de información debe asumir, en especial en lo que al registro de los votantes se refiere, que una sola notificación legal, tal como se requiere en muchas leyes, sea suficiente. La información debe estar disponible donde la gente se encuentre y debe hacerse accesible en formas que pueda advertir y entender.

Centro de registro

Uno de los aspectos más complicados del proceso de registro del votante es el ubicar dónde hacer el trámite, a no ser que pueda hacerse por correo o a través de cualquier otro medio de comunicación. A menos que las autoridades decidan identificar centros especialmente establecidos que posteriormente puedan ser utilizados también como sitios de votación, es probable que el registro se lleve a cabo en una gran variedad de sedes. Como resultado, debe haber una señalización pública que indique los sitios donde las personas pueden registrarse, además de permitirle a la gente saber cuándo se está llevando a cabo el proceso de registro. Adicionalmente, se deben utilizar otros medios de comunicación masiva, teniendo en cuenta que quizá los menos efectivos dentro de esta categoría son el correo y el teléfono, puesto que es muy difícil comprobar si efectivamente el mensaje ha sido recibido por el votante. Los operativos de registro se diseñan, precisamente, para hacer frente al hecho que las personas se mudan de domicilio.

Fecha y hora de las elecciones

La fecha y la hora en que se va a llevar a cabo la votación es una información estándar que puede aparecer en cualquier material publicado. A pesar de que pueden ser las mismas en todo el país, puede que no sea así en países más grandes. En esos casos, podría ser necesario regionalizar la información.

Si bien la información puede tener un bajo perfil al inicio, es probable que a medida que se aproxime la fecha de la elección vaya adquiriendo más notoriedad en las comunicaciones, tanto por parte de las autoridades electorales como por los candidatos.

Candidatos

Las autoridades electorales deben de comunicar la lista de candidatos legítimamente postulados y registrados para participar en las elecciones. Quizá esa lista sólo tenga que ser colgada en el tablero de noticias de la oficina de un magistrado o de funcionario electoral local. Pero sería recomendable que también fuera publicada más ampliamente a través de la prensa.

Algunas administraciones electorales editan una publicación que ofrece la información básica con relación a los partidos participantes, normalmente sometida por los mismos partidos, la cual puede servir para habituar a los votantes a las guerras informativas que pueden llevar a cabo los partidos. Este es un aspecto particularmente importante en cualquier elección que se lleve a cabo en países donde los conflictos sectarios o étnicos han conducido a la separación geográfica de partidos y zonas de exclusión de sobrevuelo.

Códigos de conducta

En última instancia, las elecciones son concursos por el poder. Por ende, muchas leyes electorales establecen códigos de conducta para los partidos políticos. O pueden listar posibles violaciones a ley y las sanciones aplicables. Los ciudadanos son los mejores custodios contra abusos de los candidatos, pero sólo si saben qué es lo que deben esperar de sus partidos. Una amplia difusión de los códigos de conducta ayuda a reducir el conflicto.

De igual forma, las elecciones son un servicio ofrecido por el Estado, o en nombre del Estado, a través de un órgano independiente. Los ciudadanos tienen derecho a saber qué tipo de servicio pueden esperar; y la publicación de este tipo de información también sirve como protección contra malos manejos administrativos y posibles fechorías o fraudes electorales.

Centro de votación

Por lo general, los sitios de votación se pueden identificar a simple vista. Pero el primero que vea el votante no es necesariamente el que le corresponde. Puede haber gran confusión en las poblaciones donde se instalen mesas de votación en múltiples lugares, ya sea porque la más cercana puede no ser la indicada o porque se instalen muchas mesas de votación en un solo lugar.

Aunque esta información puede no ser tan importante en lugares donde las elecciones se han realizado con regularidad en un mismo recinto o sede y donde el registro se ha efectuado en el mismo lugar donde la persona debe votar. Sin embargo, es absolutamente necesaria cuando los sitios de votación aún están siendo definidos después del periodo de registro. Ahora bien, esto no es fácil de comunicar dado que se requiere información diferente para cada grupo de votantes. Entre los distintos métodos que se utilizan para manejar esto están:

  • enviar postales que confirmen el registro e indiquen la ubicación del sitio o mesa de votación
  • Colocar carteles y pancartas en el vecindario
  • proporcionar la información a los partidos políticos
  • uso de estaciones de radio locales (ver Medios de impacto comunitario)
  • publicación de información en los periódicos locales, ya sea directamente o mediante el uso de insertos
  • publicitar a nivel local y regional los centros de información y líneas directas donde se pueden ofrecer detalles por teléfono

En cada uno de estos casos, es esencial algún tipo de comunicación personal. Existen estrategias para proveer la información tanto a solicitud expresa como cuando no se ha hecho.

Los programas generales de información al votante debieran promocionar durante la fase inicial del proceso dónde y cómo debe votar la.

Servicios especiales de votación

Dependiendo de las concesiones legales, se puede ofrecer una variedad de servicios especiales de votación a los votantes. Estos pueden incluir votación en ausencia, votación anticipada, o votación en urnas móviles el día de las elecciones. Para poder utilizar cualquiera de estos servicios, es probable que los electores tengan de hacer una solicitud, ya sea verbal o por escrito (en algunos casos, un formulario). Y que, probablemente, haya un calendario específico en el que esta solicitud o formulario se deba hacer. Por esta razón, es importante que los educadores difundan la existencia de los servicios especiales de votación a los electores, para identificar a quienes tienen derecho a utilizar estos servicios, y para transmitir el calendario y los medios por los que dichos servicios se pueden solicitar.

Documentos requeridos

Una vez que la gente conoce el lugar donde le corresponde votar, debe llegar a los sitios de votación con los documentos necesarios para comprobar su identidad y su elegibilidad como votante. Las distintas administraciones pueden requerir documentos diferentes, y la selección de documentos necesarios para la identificación puede diferir de los requeridos el día de las elecciones.

En ambos casos, debe haber una campaña de comunicación acordada con anterioridad para que los posibles votantes puedan poner todos sus papeles en orden. Aquellos países que requieren documentos de identidad nacionales, o que utilizan cédulas o carnés de votantes, deben dar tiempo para que la gente pueda obtener estos documentos. A pesar de que esto quizá no afecte a la mayoría, es muy posible que sí lo haga en el caso de los votantes más jóvenes que todavía no hayan obtenido estos documentos, de los inmigrantes y refugiados, y de otros grupos marginales que pueden no tener todos los documentos en orden.

Medidas de seguridad para la votación

Para algunas elecciones, puede haber la necesidad de introducir nuevas medidas de seguridad para garantizar la integridad del proceso de votación y el resultado de las elecciones. Existen varias razones por las cuales los votantes deben ser informados sobre las medidas de seguridad de votación. La primera es que algunas de estas afectan directamente la forma como se procede frente a los electores una vez que entran al centro de votación. Un ejemplo es el uso de la tinta indeleble y escáneres ópticos para identificar a los electores que ya hubieran emitido su voto. Dado que este tipo de actividad puede ser novedosa para la cultura existente, es factible que haya que superar percepciones negativas, o incluso el temor, para asegurar que las medidas de seguridad de la votación no tengan como resultado el disuadir a los electores de que ejerzan su voto.

Al mismo tiempo, puede parecer que otras medidas de seguridad de la votación (como el uso de papel especial, sellos u hologramas) solamente son del interés de los trabajadores electorales. Sin embargo, la razón principal para las medidas de seguridad de la votación es aumentar el nivel de integridad del proceso electoral y la confianza de los votantes de que su voto va a ser contado (¡una sola vez!), y que el resultado refleje con precisión la voluntad de los votantes. Así que, para elevar los niveles de confianza del público, se tiene que hacer un esfuerzo concertado para asegurar que las personas estén informadas sobre las medidas de seguridad de la votación que se lleve a cabo. Y, esto debe hacerse antes del día de las elecciones como una medida para alentar a las personas a salir a votar.

Marcar correctamente la papeleta de votación

Una vez en el sitio de votación, los votantes necesitan saber cómo marcar correctamente su voto a fin de que sea incluido en el escrutinio. En países donde se utiliza desde hace tiempo el mismo método para votar y donde no se han producido modificaciones significativas al diseño de la papeleta de votación, es probable que haya que enfocar tal esfuerzo hacia los electores que votan por primera vez.

En los países en que no existe un método consistente para votar en los diferentes tipos de elecciones, cuando se introduce un método nuevo de votación, en donde se han producido cambios importantes en el diseño de las papeletas de votación, donde algunas estructuras de gobierno están siendo sometidas a elección por primera vez, o donde la introducción de nuevas tecnologías ha afectado el procedimiento para marcar y emitir el voto, hay necesidad de un programa de educación dirigido a todo el electorado.

Y, en caso de que existan disposiciones especiales para los votos viciados o nulos, se debe explicar a los votantes cómo pueden devolver la papeleta con una marca de votación errada y cambiarla por una papeleta nueva.

Educación electoral básica

Panorama general

La educación en apoyo a las elecciones es conocida como "educación electoral", donde el principal objetivo es el elector. Existen otras áreas de educación necesarias para que las elecciones sean exitosas, pero éstas pueden ser conducidas por los partidos políticos o por oficiales de la administración electoral. Sin embargo, la educación al elector es considerada una función distinta y discreta. Generalmente es identificada como una función de las autoridades electorales y, ocasionalmente, es encomendada por ellas a compañías privadas y organizaciones de la sociedad civil. También es promovida por organizaciones que buscan el interés público, independientemente de cualquier atribución en esta materia de las autoridades electorales.

¿Qué es la educación al elector?

En esencia, la educación al elector es una empresa diseñada para asegurar que los electores estén listos, deseosos y con capacidad de participar en la política electoral. Se asume que esto incluye conocimiento electoral y confianza en que los procesos electorales son apropiados y eficaces para elegir los gobiernos y las políticas que beneficiarán al elector individual.

¿Es suficiente la educación al elector para la democracia?

Como se indica en otras secciones de esta área temática, la educación electoral es esencial para asegurar que los electores puedan ejercer su derecho al voto y expresar su voluntad política a través del proceso electoral. Si los electores no están preparados o motivados para participar en el proceso electoral, entonces pueden surgir preguntas acerca de la legitimidad, representatividad y capacidad de respuesta de los dirigentes elegidos y de las instituciones. Al mismo tiempo, la educación electoral es una actividad muy especializada. Está dirigida a electores aptos y versa sobre eventos electorales específicos, así como sobre el proceso electoral en general. Si bien la educación electoral es un componente necesario del proceso electoral democrático, no es suficiente para la democracia.

La educación electoral necesita ser complementada con una educación cívica continua a fin de lograr la participación y la cultura democráticas que derivan de las elecciones periódicas, que son, de hecho, su razón de ser. La educación cívica emplea una perspectiva más amplia. Se trata más de ciudadanos que de electores, y resalta la relación entre ciudadanía activa y sociedad democrática. Se entiende que los ciudadanos deben involucrarse en el proceso político en su rutina diaria y no solamente durante elecciones (para más información al respecto ver Educación cívica).

Ciertamente, la participación en elecciones y el status de "elector" tienen un peso especial en países en transición que organizan elecciones para su fundación y donde el derecho al voto se ha obtenido a través de la lucha social. Sin embargo, a medida que el mundo democrático se dirige hacia el sufragio universal, la votación es considerada como una de las muchas formas en que los ciudadanos participan y apoyan la democracia.

Comparaciones internacionales

El ámbito de actividades para la educación electoral en un determinado país depende de diversos factores. ¿Cuenta el país con una larga historia de elecciones democráticas, o la elección que se celebra es la primera o una de transición? ¿El registro de electores es obligatorio o voluntario? ¿Quién es responsable del registro de electores? ¿El derecho al voto fue ampliado para incluir nuevos grupos de electores? ¿Ha habido cambios en el sistema de representación o en el proceso de votación? ¿El proceso electoral y las instituciones políticas gozan de la confianza de los electores? ¿La campaña electoral es abierta y competitiva? ¿Se han emprendido actividades de educación electoral en el pasado? ¿Existe un programa de educación cívica continuo? Las respuestas a todas estas preguntas, y más, tendrán un impacto en las actividades y alcance de los programas de educación electoral.

¿De quién es la responsabilidad?

Si bien la información al elector es responsabilidad de las autoridades electorales, la educación al elector puede ser fácilmente considerada como responsabilidad tanto de las autoridades electorales como de la sociedad civil. Hasta puede ser considerada responsabilidad de varios organismos gubernamentales encargados de informar y educar a los ciudadanos. El mandato de la autoridad electoral u otros organismos gubernamentales puede ser determinado en la legislación, mientras que las organizaciones de la sociedad civil, pueden, como parte de su misión, comprometerse con la educación del elector y la participación política de los ciudadanos.

No está a discusión la necesidad de educar a la gente para que participe en las elecciones. Sin importar si estas personas son adultos o niños, existen muchas necesidades educativas relacionadas con el cómo se conducen las elecciones. Pero también existen necesidades respecto de la participación activa en el marco de gran competitividad política. Una actividad educacional implica el uso de elecciones simuladas o paralelas. Por ejemplo, en Chile, los niños acompañan a sus padres a las urnas el día de las elecciones e incluso votan en una elección paralela. En otros casos, las actividades de las elecciones simuladas pueden también enfocarse en el comportamiento al momento de votar o incorporar la campaña electoral entera. El que haya niños que se postulen para candidatos, o que hagan proselitismo en favor de otros, proporciona lecciones importantes que no pueden ser aprendidas a través de un acercamiento que se centre únicamente en las actividades del día elecciones.

Los objetivos de la educación tradicional al elector

La educación tradicional al elector intenta crear un clima de participación informada por parte de todos los posibles electores en unas próximas elecciones. Adicionalmente, pretende permitirle a los posibles electores emitir su voto con confianza.

Estos objetivos también pueden ser logrados a través de otras intervenciones, por lo que los educadores deberían establecer programas que funcionen en concordancia con otras iniciativas que se ocupen de temas tales como la seguridad del elector, los procedimientos básicos para votar, la accesibilidad a los sitios de votación y campañas animadas pero no violentas y menos intimidatorias por parte de los candidatos.

Equilibrar los gastos de los programas de educación al elector de acuerdo a todas las intervenciones anteriores es muy importante para poder asegurar que los presupuestos no sean excesivos. Los costos de los programas de educación al elector pueden, y deben, estar basados en estimaciones de costo por elector. Se puede argumentar, y en efecto se ha hecho en muchas ocasiones, que las elecciones, aunque sean caras, son más baratas que la guerra o que cualquier conflicto endémico en la comunidad. Esto es cierto, pero el propósito de las elecciones democráticas es asegurar que se celebren periódicamente, y esto no se puede hacer siempre de manera extravagante. Los costos deben ser sopesados cautelosamente y los programas desarrollados deben ser eficientes y rentables. Algunas veces esto puede significar el reducir los objetivos a los que necesariamente deben ser alcanzados por el programa para poder llevar a cabo una elección efectiva.

El momento para la educación electoral

El momento para llevar a cabo la educación electoral puede —o no— ser el mismo que el de un programa de información para los electores, aunque es probable que se produzcan simultáneamente en algunas ocasiones. En particular, puede depender de la duración del programa, de la institución que lo ejecuta, del mandato o de la misión de dicha institución, de los parámetros del programa, de los tipos de materiales de instrucción que se están desarrollando, y de las necesidades del grupo o grupos a que se dirige.

En lugares donde no existe una autoridad electoral permanente y donde los recursos son limitados, un programa de educación electoral sólo puede ser realizado durante el periodo de las elecciones y en conjunto con actividades de información al elector. En algunos casos, la educación electoral puede ser iniciada un poco antes que la información a los electores, sobre todo si hay grandes cambios en el sistema de representación y en el marco legal para las elecciones del país, donde el sufragio está siendo ampliado y donde hay cambios significativos en la política y en los procesos electorales. En países donde la democracia está consolidada, hay una autoridad electoral permanente y suficientes recursos, la educación electoral puede ser, en cambio, una actividad continua. Dependiendo del mandato de la autoridad electoral y de la misión de algunas organizaciones de la sociedad civil, la educación electoral puede ser manejada como uno de los componentes de un programa más amplio de educación cívica.

Si se lleva a cabo como parte del sistema escolar, un breve curso de educación electoral también puede ser incorporado como parte de un esquema mayor de educación cívica. Este curso puede ser ofrecido a niños de diversas edades, o tan sólo a aquellos que están cerca de la edad de votar. El tiempo dedicado a la educación electoral, en este caso, también puede depender de la profundidad y amplitud del curso en cuestión. Pueden incluirse juegos de rol, simulacros de campañas y elecciones, y ejercicios de aprendizaje, tanto dentro como fuera del salón de clases. Estas actividades pueden estar limitadas a una clase en particular o estar incluidas en todas las clases y en diferentes grados escolares. También puede suceder que haya competencias entre escuelas. Cuanto más completo y complejo el curso, más tiempo se le tiene de dedicar. Para más información ver Simulacros.

Mensajes y métodos

Ayudar a los ciudadanos a entender y participar en las elecciones —más que como contendientes o seguidores de un determinado competidor (una importante pero poco explotada forma de educación)— requiere concentrarse en unos cuantos aspectos claves. Estos parecen tener un significado universal, a pesar de que cada elección tiene sus características especiales.

Los educadores deben tener en cuenta ciertas consideraciones metodológicas, las cuales son abordadas en Elementos potenciales para un programa. Varios de los elementos de un programa pueden ser apropiados dependiendo de los recursos disponibles y de los objetivos fijados por la organización educativa o, de manera alterna, por la organización que patrocina el programa. Las variaciones metodológicas disponibles demuestran que la educación al elector cae entre dos conceptos muy precisos: "información al elector" y "educación cívica", a pesar de que el segundo concepto presenta sus propios dilemas.

Mensajes estándar de educación electoral

Los educadores de los electores utilizan ciertos mensajes ordinarios o estandarizados, proceso que implica dos cosas:

  • Que se deben comunicar elementos clave específicos del mensaje; y,
  • Que el contenido de un documento con mensaje se puede reproducir tal como está o puede transformarse para su distribución posterior.

Existen cuatro mensajes generales que deben ser comunicados en todos los programas para la educación al elector. Esto requiere que los educadores trabajen con los especialistas en contenidos para asegurar que sean abordados de tal forma que tengan significado para el país en que se está desarrollando la democracia. Cada país tiene su propia historia, la cual ofrece temas organizadores y mitos democráticos, al igual que ligeras diferencias en cuanto a procedimientos y principios que requieren un tratamiento distinto al aplicado, incluso, en un país vecino. Sin embargo, es posible delinear las inquietudes presentes en cada área.

  • Elecciones y democracia. Es imposible concebir la democracia, en el marco de una sociedad u organización compleja y moderna como factible, sin que se cuente con un sistema para determinar las preferencias de grandes contingentes de ciudadanos a través de un procedimiento de votación. Las elecciones son uno de los eventos que definen a las democracias modernas, y con su celebración periódica y justa vienen los prerrequisitos adicionales de que los ciudadanos dispongan de opciones entre individuos, partidos y políticas. También, que podrán escoger entre esas opciones con plena libertad y sin que medie intimidación alguna, y que cuenten con el derecho de postularse a sí mismos y a otros como candidatos. Finalmente, que tendrán las libertades necesarias para discutir las diferentes opciones entre políticas y para formar asociaciones que puedan competir en las elecciones, respaldar a algún partido o candidato, u ofrecerles la información que necesiten para poder emitir su voto. Igualmente, tendrán libertad de movimiento para hacer campaña en favor de su causa o candidato a lo largo del país,

El desarrollo de este argumento es esencial, en la medida que es posible que existan aquellos que consideren que es posible llevar a cabo unas elecciones sin que existan las anteriores condiciones. En la India, las autoridades electorales deben determinar si están presentes estas condiciones antes de decidir que se proceda con la elección. Pero ha habido otras ocasiones, en otros lugares, donde las elecciones se han utilizado para desarrollar una credibilidad y una aparente legitimidad con relación a un gobierno que no tiene ninguna intención de asegurarle a los ciudadanos la presencia de los derechos democráticos necesarios durante un periodo de elección.

  • La función, responsabilidad y derechos del elector. El segundo grupo de mensajes motiva a los ciudadanos a participar en las elecciones. Con ellos los electores aprenden la forma en que la participación individual en las elecciones ayuda a establecer un gobierno representativo y asegura la responsabilidad por parte de los representantes elegidos.

Sin embargo, no es suficiente concentrarse únicamente en las funciones y en las responsabilidades. Los educadores también deben tener en cuenta los derechos relacionados con una elección libre y justa. Ayudar a los electores a entender sus derechos también facilita la supervisión o vigilancia de las elecciones por parte de todos los ciudadanos, y no solamente por parte de ciertos grupos especialmente interesados. Además, asegura que la supervisión no se haga sólo con relación a los candidatos, sino también con relación a la administración.

  • Tu voto cuenta. Si bien en todos los sistemas se establece el principio de que cada voto cuenta, existen algunas diferencias sutiles dependiendo del sistema electoral que se utilice. En los sistemas de pluralidad o mayoría relativa, los ganadores y perdedores pueden ser definidos por un pequeño margen de votos. En los sistemas en que se utiliza la proporcionalidad, cada voto cuenta para poder construir una representación proporcional de los candidatos preferidos por los electores.

Dejando los juegos o cálculos numéricos a un lado, se debe ayudar a los electores a entender que su voto individual tiene un peso importante para determinar los derechos que tienen sobre el partido o el representante elegido después que se ha ganado o perdido una elección. Es muy difícil que los ciudadanos sientan que su voto en efecto cuenta mucho si no se desarrolla esta relación representativa con los candidatos elegidos.

  • Tu voto es secreto. En muchas ocasiones es esencial que los electores estén protegidos contra cualquier intimidación o temor sobre consecuencias políticas o personales ulteriores. En esas circunstancias, se debe reafirmar la calidad secreta del voto y, en la medida en que sea posible, probarla. La secrecía tiene connotaciones tanto positivas como negativas, y en las sociedades que valoran la comunidad, el secreto puede generar sospecha. También puede haber sociedades que consideren el secreto como algo imposible, ya sea por causa de una administración que no funciona o de creencias dominantes.

En estas circunstancias, los ejemplos de los asuntos que deben ser manejados en secreto, o que simplemente no pueden ser divulgados, ofrecen a los educadores metáforas potenciales para los procesos electorales.

También existen otros enfoques alternativos. Tal vez el más poderoso es cuando las elecciones se repiten sin ninguna consecuencia negativa para los electores. Pero la legislación electoral tendrá que respaldar el mensaje, considerando cuidadosamente la forma en que se cuentan los votos y se anuncian los resultados. Un voto individual puede ser secreto, pero la preferencia de una comunidad puede no serlo, y esto puede tener consecuencias importantes.

Otros mensajes

Cada elección tendrá un conjunto de mensajes ordinarios específicos. En muchos casos, estos mensajes incluyen frases atractivas que pueden ser utilizadas en comunicaciones más cortas como las que aparecen en calcomanías, carteles y ropa. Estos mensajes deben ser preparados por los educadores de tal forma que se puedan utilizar ampliamente. Incluso pueden formar parte de un banco de datos en fax, para que lo educadores que tengan acceso a él puedan marcar y obtener una copia de los mensajes para utilizarlos y distribuirlos. Los países con acceso al Internet y con correo electrónico pueden hacer la distribución a través de estos medios.

Adicionalmente a estos mensajes ordinarios, existe una herramienta que ha ganado popularidad y que incluso puede ser considerada como el documento más importante y más distribuido que se haya preparado para un programa de educación, y se explica a continuación.

Preguntas frecuentes

Desde el inicio de las elecciones, los educadores recogen listas de preguntas planteadas en los talleres de trabajo, en las llamadas telefónicas y por el personal electoral cuando éste es reclutado y entrenado. Una vez hecho eso, se les cataloga y clasifica. En el momento que hay una lista inicial de diez preguntas, se prepara un documento con respuestas breves para ser distribuido por todos los medios posibles.

Esta lista de preguntas frecuentes puede ser cambiada varias veces durante el transcurso de una elección. Se pueden agregar preguntas y la información que va surgiendo puede incluso alterar o complementar las respuestas existentes. Alguien se hace cargo de mantener la lista actualizada y de distribuirla.

Debido a que el documento o listado cambiará varias veces y a que puede ser enviado por fax o por correo electrónico e incluso puede ser distribuido en los talleres de trabajo, es muy importante que cada versión sea fechada, numerada e incluso marcada con la hora en los últimos días previos a las elecciones. Si las preguntas están siendo preparadas por una organización o por las autoridades electorales, la lista debe tener una portada con todos los detalles de la organización que la preparó y distribuyó, junto con instrucciones para contactarlos para más información.

Puede haber también muchas preguntas frecuentes preparadas especialmente para el personal encargado de la administración electoral y para los educadores. Es importante entender que diferentes personas tienen diferentes preguntas. En todo caso, el resumen de todas las inquietudes que tienen las personas con relación a las elecciones, y las respuestas claras y concisas a las mismas, son herramientas esenciales que tendrán un impacto tremendo que justificará de sobra los costos de su preparación.

Elementos comunes de la información y la educación electoral

Aunque existen importantes diferencias entre las actividades de la información al votante, la educación electoral y la educación cívica, una forma de educación podría conducir de manera casi natural hacia otra y, en muchos casos, ser un elemento de un esfuerzo más amplio.

Hay ciertos elementos que resultan comunes entre la información y la educación electorales. Ambos deben incorporar su propia versión del calendario electoral. Ambos pueden trabajar junto con las demás partes interesadas, incluyendo partidos políticos, funcionarios electorales y/o sectores de la sociedad civil para incrementar el alcance de los programas y asegurar su eficiencia. Ambos se ocupan no sólo de la votación en el día de elecciones, sino también del registro de electores. Y, finalmente, ambos tienen que considerar maneras en que los recintos de votación puedan ser utilizados para reducir costos y mejorar la efectividad del programa.

Como resultado de esta coincidencia de objetivos, esta área temática trata simultáneamente de la información y educación electoral, a menos que se indique lo contrario. La educación cívica no es el objetivo primario de esta área temática, aunque hay todo un apartado dedicado a ella. Puesto que la información y educación electorales suelen ser un importante componente de los programas de educación cívica, se han incorporado algunos de sus productos en la sección de Materiales Electorales.

Explicación de los sistemas electorales

Los sistemas electorales son una creación humana. Es inevitable que cualquier sistema electoral, al haber sido creado bajo determinadas condiciones, para lograr ciertos fines y fomentar determinados valores, ejerza cierta influencia en el sistema político en el cual viven los ciudadanos. No es la panacea, a pesar de que puede estar protegido dentro de una constitución. Así, es un asunto de debate público y, si fuese necesario, objeto de reforma política.

Un programa de educación cívica proporcionará a los ciudadanos algunos de los argumentos en favor de determinados sistemas, y las ventajas y desventajas de su propio sistema. Esto tendría que ser realizado sin realizar proselitismo a favor de uno u otro sistema en caso que ello socavara gravemente la fe de los ciudadanos en su propio sistema electoral o pusiera en desventaja a los que promueven los méritos de cualquier otro sistema, mediante estereotipos.

Sin esta educación más general, el debate público sobre los sistemas electorales puede llegar a ser irracionalmente acalorado, y muy rápidamente pasar de la consideración del contexto en el que las elecciones deben realizarse y del sistema adecuado, a un partidismo que recuerda a los 'big-endians' y 'little-endians' de los Viajes de Gulliver. (Nota de traducción: en Liliput, los 'big-endians' o 'ancho-extremistas' abrían un huevo cocido por el extremo más grande; mientras que los 'little-endians', por el más pequeño).

Una vez que un sistema electoral ha sido seleccionado, los nuevos electores necesitarán una explicación de su funcionamiento. Cuando se reforme un sistema, los educadores tendrán el reto particular de explicar el nuevo sistema, dado el profundo apego que la ciudadanía desarrolla a sus propios sistemas y su resistencia al cambio. Los sistemas electorales parecen tener el mismo apego entrañable que ocurre con la moneda los pesos y las medidas —el cambio generacional parece ser más efectivo que la educación.

Los educadores están a menudo fascinados por la política y las elecciones —se trata de una vocación y de una afición, y los secretos de los sistemas electorales parecen ser especialmente seductores. Hay una tentación de convertir las oportunidades para educar a la ciudadanía sobre un sistema electoral en particular en un viaje de terminología específica a través de demasiados detalles. Las necesidades de la audiencia se pierden dando preferencia a debates sobre fórmulas de cuotas, información complicada de cartografía de distritos electorales, negociaciones entre los partidos políticos y los organismos electorales acerca de la constitución de listas de candidatos cuando ocurren vacantes, y así sucesivamente. Aunque ciertos grupos de personas tienen que saber de tales asuntos, los educadores deben primero establecer las necesidades y el nivel de la audiencia.

La trampa de los educadores

A continuación algunos elementos básicos que son esenciales:

  • ¿Por qué se ha elegido el sistema actual?

Es cierto que la razón por la cual un país tiene un sistema de representación proporcional (RP), de mayoría relativa (MR) o de voto único transferible (VUT) —por mencionar los sistemas parlamentarios más populares– puede estar perdida en las brumas del tiempo. Un país puede tener un colegio electoral, en vez de una elección presidencial directa, por motivos más relacionados con la falta de ciertos avances tecnológicos, tales como teléfonos, sistemas de transporte transcontinentales seguros y rápidos, como automóviles y aviones, servicios postales confiables y otras formas más modernas de comunicación, que con cualquier otra razón de fuerza. Aún así, hay condiciones y valores sociales que sostienen el sistema actual en su lugar, si ha existido antes, o que explican el porqué se ha adoptado recientemente. Vale la pena explicar estos asuntos, porque pueden hacer referencia a importantes conceptos políticos de equidad, historia y lucha por la expansión del sufragio, la representatividad y responsabilidad.

  • ¿Qué opción enfrentarán las personas en la cabina de votación?

Al momento de votar, las personas se enfrentan a diferentes sistemas electorales que presentan consecuencias distintas. ¿Verán una lista de los partidos políticos o habrá más bien una lista con los nombres de los candidatos? ¿Tendrán la oportunidad (como en Suecia) de seleccionar un partido político en la papeleta para entonces ver la lista de candidatos de ese partido político y expresar sus preferencias entre esos candidatos?

Los electores no deberían encontrar sorpresas cuando lleguen a la cabina de votación. Deberían saber qué clase de decisión se les pedirá que hagan, particularmente cuando se les requiera escoger entre varias opciones, sea en una sola papeleta de votación compleja o en una serie de papeletas, como puede ocurrir en sistemas mixtos o en múltiples elecciones que tienen lugar el mismo día.

El saber qué decisiones van a tener que tomar el día de votación ofrece a los electores orientación respecto a qué deben prestar atención durante la campaña electoral. ¿Tendrán que hacer una elección binaria –un partido u otro; este candidato o el otro– o que expresar un rango de preferencias? En el primer caso, los electores podrían desarrollar algunos criterios de decisión basados en la exclusión; en el segundo caso, prestar atención a diferentes aspectos de los planteamientos políticos de cada partido que les interese. Independientemente de la forma en que los electores escojan sus preferencias, adoptarán estrategias con base en la manera que las opciones les son presentadas por el sistema electoral.

  • ¿Cómo es que sus votos se convierten en escaños?

Una vez que los educadores han dominado los mecanismos de conversión, que son más complicados para los sistemas de RP y de VUT, aunque también pueden tener complicaciones en los de MR en cuanto a votos empatados, o en las elecciones presidenciales directas en relación a las elecciones de segunda vuelta, tienen que encontrar formas de explicar tales mecanismos mediante una combinación de metáforas y de escenarios. Los sistemas de RP son a menudo explicados en términos de deportes individuales donde los participantes reciben premios por llegar en primer lugar, o segundo o tercero y así sucesivamente. En los sistemas de MR, los educadores hablan de ganadores y perdedores. Al elaborar las metáforas, se debe tener cuidado de no elogiar de más a aquellos que han vencido –después de todo, éstos tendrán que representar incluso a quienes decidieron no concederles su voto– y de encontrar la manera en que los perdedores de las elecciones sigan siendo respetados y se den cuenta de que no todo está perdido, de lo contrario, la posibilidad de viciar el resultado puede aumentar.

Los escenarios pueden tomar ejemplos tanto de la realidad como de situaciones ficticias –normalmente, más seguras– y muestran cómo los diferentes números de votos se convierten en determinado número de escaños. Los sistemas de RP, en particular, se benefician de estos tipos de ejemplos, aunque los sistemas mixtos, que son cada vez más populares, a menudo se explican mejor en esta forma, pues salir ganador para obtener proporcionalidad puede tener consecuencias diferentes en función del número obtenido de escaños por MR.

  • ¿Qué pueden esperar los electores de los partidos durante la campaña y a quién es probable que encuentren?

Los partidos políticos se han vuelto cada vez más sofisticados en la gestión de sus campañas. Utilizan datos demográficos y de encuestas para planificar sus interacciones con posibles votantes. Sin embargo, es más probable que los sistemas de MR se caractericen por sus campañas locales en las cuales los candidatos son presentados y perfilados y sus méritos y plataformas son resaltados. Al final de una elección, el elector es capaz de reconocer a alguno de los candidatos que resulta elegido. Los electores pueden ver las diferencias entre la cobertura de los medios de comunicación local centrada en su candidato, y la cobertura de los medios nacionales centrada en los dirigentes y programas de los partidos, o en los “escaños marginales”, donde es posible o probable una diferencia. En los sistemas de RP se concentran en la imagen del partido y, en los países en que las papeletas electorales tienen la cara del dirigente del partido político, también en esa persona. El perfil del partido es lo más importante, y a menudo, el que las listas de candidatos pueden y deberían ser evaluadas, pasa a segundo plano.

Los electores querrán saber si vale realmente la pena interrogar a un candidato sobre su política personal o si las convenciones partidarias van a tener mayor poder. Por otro lado, los electores podrían buscar un candidato poco ortodoxo si consideran que su éxito, ya sea como independiente o dentro de un partido, va a sacudir el poder establecido.

  • ¿Cómo se presentará el parlamento después de la elección?

En la educación electoral se presta muy poca atención a los resultados de una elección, no sólo en lo que respecta al equilibrio del poder, sino también en sus implicaciones de gobernabilidad. En sistemas de RP, el elegir a muchos partidos pequeños puede dificultar el que hayan gobiernos estables. En los sistemas de MR, el papel que el candidato elegido tiene de continuar la representación de su distrito, provincia o estado puede ser clave para la forma en que un votante elige. Los electores necesitan saber cómo funciona el parlamento y qué poderes tiene, así como cuáles son las potestades individuales que los representantes tienen, y su relación con cualquier otro poder ejecutivo elegido por separado.

El calendario electoral

Obviamente, cada elección tiene su propio calendario. Si bien la educación electoral puede ser una actividad continua, hay un momento en que se declara una elección y se establece su fecha. Los educadores deben tener un calendario con las etapas de la elección y adaptar su programa en función de estas fechas. Tomando en cuenta lo anterior, debe desarrollarse un plan de ejecución detallado para el programa de educación electoral para ser adjuntado al calendario electoral. Lo ideal es que el calendario electoral esté definido antes del inicio del programa de educación electoral. Sin embargo, en algunos países en vías de desarrollo y en sociedades en transición, esto no siempre será posible. En este caso, los educadores que no sean parte del organismo electoral tienen que asegurar una comunicación abierta y continua con los funcionarios electorales para mantenerse enterados de nuevos plazos o cambios en los calendarios previamente establecidos.

El calendario electoral deberá incluir todas las fechas que se establecen por ley o por medio de reglamentos, a partir del cual los educadores necesitarán considerar las respectivas etapas para determinar cuáles afectan directamente a los votantes y evaluar las demandas y consecuencias educativas necesarias.

El programa de educación tiene que preparar a la gente para participar en el proceso electoral. Personas diferentes participan en momentos distintos y, en algunos casos, de manera diversa. En teoría, el programa educativo debería abarcar todos estos preparativos. Si bien la educación e información electorales están típicamente dirigidas al electorado en general, es importante que también se dirija a los grupos de alto impacto y que ayude a los grupos más pequeños en su participación electoral (véase Votantes marginados y grupos con necesidades especiales).

Exigencias educativas

Los asuntos que pueden ser de interés especial para los votantes y que pueden requerir su participación incluyen:

  • la formación o el registro de partidos políticos
  • la nominación de candidatos y las listas partidarias, que pudiesen requerir actividades públicas tales como elecciones primarias o recaudación de firmas
  • la demarcación de límites electorales
  • el registro de electores y la inspección y ratificación de las listas de electores
  • el establecimiento de mesas de votación
  • periodos para solicitar servicios especiales de votación, como votación ausente o móvil
  • el periodo de votación, que puede incluir oportunidades de votación anticipada, así como en el día de las elecciones
  • el proceso de quejas, sea a través de las comisiones electorales o de los tribunales

Los educadores pueden hacer uso de los momentos públicos de la elección para aumentar la eficacia de sus programas. Al enfatizar esos momentos se puede obtener cobertura de los medios, debate público, y también impulsar a los votantes para que identifiquen sus propias necesidades educativas. Esto los puede alentar a participar en los programas de educación electoral.

Implicaciones educativas

La primera de las implicaciones es, evidentemente, el anuncio de la fecha de las elecciones. Esto provoca, inevitablemente, intensa actividad partidaria, aumenta la consciencia pública sobre la elección, y comienza el debate en los medios de comunicación y en el entorno social de la contienda. Tal convocatoria, especialmente en situaciones en las que se prevea la necesidad de un programa substancial de educación electoral, podría combinarse con materiales de exhibición y difusión enunciando los requisitos para ejercer el derecho al voto, incluyendo los procesos de registro electoral.

A partir de ese momento, habrá otros similares, aunque de menor importancia. Si estos son tomados en cuenta en el calendario, el equipo de educación puede desarrollar intervenciones programáticas adecuadas para obtener publicidad, multiplicar los efectos del programa, y desarrollar la sinergia necesaria para aumentar su impacto, reducir el esfuerzo y limitar los costos.

Los partidos políticos y la educación electoral

Los partidos políticos compiten. Se asume que la educación al votante es una actividad neutral y no partidaria, así que siempre existe la suposición de que la educación al votante no tiene nada que ver con los partidos políticos. Esto es incorrecto por dos razones: en primer lugar, porque los individuos y grupos de individuos adquieren la mayor parte de su conocimiento sobre elecciones y democracia no de su interacción con educadores electorales neutrales, sino de su interacción con el gobierno y de sus experiencias en la política. En segundo lugar, los partidos tienen un interés egoísta en atraer votantes y, por ende, pueden ser un conducto efectivo para asegurar que los votantes reciban la información que necesitan para ejercer el voto. Así, los partidos políticos, quienes los apoyan, las oficinas de campaña y el equipo en general son, de hecho, educadores potenciales. La tarea de los educadores electorales es administrar esta recurso, inevitable e importante, de manera que beneficie a todos los ciudadanos.

Asegurarse que los partidos poseen información exacta

Los partidos políticos tienen interés en asegurarse que quienes los apoyan acudan al sitio de votación que les corresponde a la hora adecuada, que emitan su voto y que este sea contabilizado. Puede que no estén interesados en darles esta información a personas que no los apoyan, aunque otros partidos pueden acercárseles. Por esta razón, los educadores querrán desarrollar estrategias para asegurarse que todos los partidos políticos dispongan de la información necesaria.

Esta no es la única información que los partidos tienen interés en transmitir debidamente. Todos los partidos desearán que quienes los apoyan conozcan:

  • las reglas susceptibles de ser violadas por otros partidos
  • cómo verificar y evaluar las listas de votantes
  • qué puede causar la descalificación de un candidato y/o votante
  • dónde y cómo presentar una impugnación
  • qué puede ser objeto de monitoreo durante el periodo de campaña electoral, el día de la elección y durante el periodo inmediato posterior a la elección

Para poder hacer esto, desearán que sus miembros y colaboradores desarrollen una comprensión profunda de la ley electoral y de los procesos electorales. Además, querrán transmitir este conocimiento a sus miembros y simpatizantes.

Si bien pueden existir partidos políticos que tengan interés en mantener a las personas ignorantes frente a las prácticas democráticas en general, así como frente a sus derechos legales y constitucionales, el que la educación electoral sea exacta y acertada es del interés de la mayoría, si es que no de todos, de los partidos políticos.

No dejar la educación electoral sólo en manos de los partidos

Hay quienes consideran que promover el voto (por ejemplo, la información y motivación básica al votante) es una actividad que deben desarrollar enteramente los partidos políticos. Es un hecho que esa es la tradición en muchas democracias desarrolladas. Es común que la autoridad electoral no juegue ningún papel a la hora de llevar a la gente a votar, ya que sus responsabilidades se limitan a proporcionar información sobre dónde, cuándo y cómo votar.

No obstante, en la mayoría de los casos existen razones por las cuales es necesario un programa. Puede que los partidos tengan una capacidad limitada, o que no exista una amplia formación partidaria entre segmentos significativos de la población. Puede existir tal rivalidad, que la naturaleza colaboracionista de las políticas electorales no haya sido entendida ni por los partidos ni por los ciudadanos, en cuyo caso una fuente confiable puede ser necesaria para juzgar la información que se recibe de los partidos políticos. Cuanto más costosas se vuelvan las campañas electorales y más especializado el enfoque hacia un determinado segmento de la población, muchos votantes potenciales son simplemente ignorados por los partidos políticos. Más allá de la posibilidad de que ciertas personas no sean alcanzadas por los contendientes o candidatos, existirá información que los partidos no desearán enviar. Así pues, los programas no partidarios tendrán que suministrar esta información.

Asegurarse que los partidos proporcionan lecciones positivas

Puede que no se considere a la supervisión de la conducta partidista y el desarrollo de su buen comportamiento a través de la legislación, regulaciones, recompensas y castigos como una tarea educativa. Sin embargo, lo es, y puede ser desarrollada por la autoridad electoral (y de hecho algunos aspectos serán responsabilidad de los supervisores, tribunales y cortes electorales), o a través de grupos ciudadanos con la capacitación adecuada. También puede ser desarrollada por agentes de los partidos, una vez más, con la capacitación pertinente. Incluso es posible incorporar esta actividad en la información pública general sobre educación electoral, mencionando el papel de los partidos durante las elecciones y los mecanismos a través de los cuales se puede ejercer un control sobre sus actividades. Una vez equipados con esta información, los propios ciudadanos en lo individual pueden ayudar a mantener la honestidad de los partidos, que, a su vez, da soporte al programa de educación electoral y a los programas más amplios de educación cívica, desarrollando la confianza de los electores en la democracia y aumentando su compromiso con la política electoral.

Los funcionarios electorales y la educación electoral

Información específica y funciones educativas

Las autoridades electorales designarán al personal para administrar y conducir los programas de educación e información al votante. La organización de estas oficinas dependerá de la naturaleza de la autoridad electoral, es decir, de si es un organismo temporal o permanente, del mandato que se le haya dado para la creación del programa y de la magnitud del mismo. Igualmente, dependerá de si el programa corresponde a una elección en específico o de si es parte de uno de educación cívica, así como de si sólo está dirigido a los posibles votantes o puede incluir a la población infantil.

Cualquiera que sea el caso, habrá personal que tendrá la función específica de conducir los programas educativos e informativos. También existirán funcionarios responsables de las relaciones con los medios, otros encargados de la capacitación del personal electoral y otros más de manejar las relaciones humanas. Finalmente, habrá personal de la autoridad electoral que también tendrá que desarrollar un papel de comunicación social.

La coordinación de las comunicaciones y el desarrollo de un programa educativo será una tarea importante al interior de la propia autoridad electoral. Los educadores deben jugar un papel en esta actividad y no deben ser vistos únicamente como funcionarios. Todo lo que la autoridad electoral comunique tendrá un impacto sobre las percepciones, actitudes y conocimiento de los votantes. El manejo cercano permite a la autoridad electoral limitar los traslapes y los gastos innecesarios de recursos.

La autoridad electoral nacional es solamente una parte de la organización jerárquica de la administración electoral. Existirán funcionarios educativos, de relaciones públicas y capacitadores en los niveles más bajos y mucho más cerca de las mesas de votación. También será importante manejar su interacción y comunicación.

Impacto del comportamiento organizacional y público

El programa educativo tiene que ser considerado dentro de un contexto más amplio. Cada funcionario asociado con la autoridad electoral tiene un papel que jugar a la hora de educar al público. De hecho, lo hacen aunque no sea esa su intención. La manera en que se comportan e interactúan con el público durante el registro electoral, al recibir quejas y al manejar las mesas de votación puede ser de gran valor educativo o socavar las motivaciones de los votantes. Será necesario que las autoridades electorales se aseguren de mantener una actitud neutral y profesional, y que sea congruente con los mensajes públicos que están siendo comunicados sobre las elecciones y sobre las autoridades electorales.

Fuera de esta condición general –que uno puede considerar como el currículum secreto de la autoridad electoral– existe también una función educativa importante en la que pueden participar los funcionarios, y para la cual necesitan recibir capacitación e información suficiente que les permita desempeñar este papel, que deben prepararse con tiempo para que sean efectivas.

Además de información oportuna, la designación anticipada de los funcionarios encargados de las mesas de votación a nivel local, en particular, asegurará que personas en las comunidades locales sean identificadas con el proceso electoral y, por ende, que serán capaces de auxiliar a los votantes que viven cerca de ellos.

Los funcionarios electorales como educadores

Siempre hay dos formas en que los funcionarios pueden tratar a los electores. Una, comportarse como si el elector tuviera que conocer o buscar la información que necesita con el fin de obtener el servicio, y dos, proporcionarle el conocimiento requerido, ya sea de manera verbal o mediante la señalización adecuada, tomando en cuenta sus necesidades.

Es posible realizar esto en cualquier etapa del proceso electoral, inclusive a través de la interacción con los votantes en el sitio mismo de votación. Ciertamente, los funcionarios pueden apoyar de manera significativa al programa educativo electoral si están capacitados no sólo para su trabajo específico sino también para manejar los paquetes de información básica al votante.

Uso de los recintos electorales para la educación al elector

Hay dos razones por las cuales los recintos electorales deben ser utilizados como lugares primarios para la información y educación electoral.

  • La información y la educación pueden proporcionarse de manera más económica.
  • La distribución de información puede incorporarse a otros materiales electorales. La publicidad puede mostrarse sin ningún costo y los materiales promocionales pueden ser distribuidos por el personal existente. Además, el mismo personal puede encargarse de dar a conocer la información mientras están involucrados en otras actividades.

  • Los materiales de educación e información electoral que se exhiben, identifican y hacen más visibles estos sitios de votación.
  • Los votantes se sienten atraídos al lugar y se satisfacen uno de los objetivos básicos de la información electoral, asegurarse que las personas sepan dónde ir a votar, y otro de los de la educación electoral, asegurarse que exista confianza en el proceso y la administración, al tiempo que se logran otros propósitos.

Tal vez sea obvio que los sitios de votación pueden ser lugares para informar y educar (ver Educación electoral en los recintos de votación). Pero es probablemente menos obvio que las oficinas administrativas del gobierno en general, los centros de registro y los de escrutinio pueden servir a propósitos similares (ver Oficinas de la autoridad electoral y Educación electoral en los centros de escrutinio). También puede ser menos obvio el hecho de que esa sea la intención de las autoridades electorales. La ubicación de las mesas y oficinas, su accesibilidad al público, el servicio que se presta y el cuidado con que cada mesa de votación es dispuesta, son todas lecciones para el público votante. En la medida en que son visibles y resultan comprensibles para los no votantes, también sirven para alertar a las personas y, por ende, para incrementar el número de posibles votantes en futuras elecciones.

Oficinas de la autoridad electoral

Las autoridades electorales deben considerar la forma en que sus propias oficinas puedan utilizarse para promover las elecciones y contribuir a la educación al votante.

Las oficinas generales de la autoridad electoral suelen percibirse como un símbolo de la elección. El estilo de la construcción puede transmitir el enfoque serio, no partidario y eficiente que resulta necesario para las elecciones. Las autoridades desearán igualmente asegurar que las construcciones no transmitan percepciones negativas.

El mensaje del inmueble y del personal

El personal encargado de la instalación y del mantenimiento de las oficinas generales y adicionales de la autoridad electoral que se establecerán, temporal o permanentemente, querrán buscar maneras para que el diseño y decoración de las construcciones, así como la conducta de los empleados, transmitan mensajes apropiados sobre la elección.

Además de estos mensajes implícitos, las autoridades también desearán considerar formas más explícitas para ayudar al programa educativo. Éstas pueden ser desde sistemas para exponer carteles y pancartas fuera de las oficinas, hasta tableros de noticias y sistemas para la distribución de materiales en lugares públicos dentro de los edificios para los asistentes a programas de educación que se estén llevando a cabo dentro de sus instalaciones.

Un lugar para la educación

Donde esto último es posible, los programas pueden variar desde simples talleres que requieran tan sólo un sistema de propaganda pública y un salón de seminarios para exhibiciones, hasta talleres de amplio alcance. Tales programas proporcionan foros regulares para programas educativos como soporte de las elecciones y la democracia. Aquellas autoridades electorales que logren conseguir presupuestos para estos programas son extremadamente afortunadas.

Aún la oficina más pequeña puede exponer un cartel, alojar una pequeña exhibición de materiales de educación electoral y de elecciones, o puede tener una mesa de información donde el público pueda obtener panfletos u otros productos para información. Es importante que el enfoque de tales exhibiciones sea educativo y no burocrático. El propósito es informar y educar al público, no abrumarlos con la importancia o minucia de la administración electoral. Las autoridades electorales necesitarán considerar formas para entrenar a los empleados para que impulsen programas de información pública, así como para recompensarlos por las iniciativas que aseguren, a costos relativamente bajos, que sus oficinas estén proporcionando un servicio al público.

Educación electoral en los sitios de votación

En los sitios de votación hay oportunidad de brindar información de último minuto a aquellos que no la pudieron obtener de otra forma. Si bien la cantidad de información que se puede dar es mínima, hay que tener todo el cuidado para aprovechar esta oportunidad que representa un bajo costo.

Es posible que los electores hayan sólo tenido contacto limitado con los programas de educación electoral durante el periodo electoral, y que éste haya sido superficial, dejando al votante únicamente con el mensaje de que debía registrarse y acudir a votar. Tendrá que decidirse si la mesa de votación puede o no suministrar información de último minuto al votante, ya sea en los días previos a la elección o el mismo día. Como es probable que esta información se termine proporcionando de una u otra forma, así sea cuando los funcionarios ordenan las filas o cuando se aseguran que las personas llevan la documentación completa antes de llegar a la entrada de la mesa de votación, siempre es bueno considerar la forma de hacerlo de manera efectiva.

La siguiente información es la que usualmente se le da a los votantes cuando llegan a la mesa de votación:

Información básica

  • dónde está la entrada del sitio de votación
  • la ubicación de listas públicas de electores que ayuden a los votantes a ubicar el sitio de votación que les corresponde (en especial cuando hay varias mesas de votación en un mismo lugar)
  • dónde hacer la fila
  • si hay algún tipo de requisito de seguridad o indumentaria que tenga que ser cumplido
  • dónde encontrar servicios sanitarios o de refrigerio si el tiempo de espera en la fila es prolongado
  • qué tan larga puede ser la espera
  • qué documentos debe presentar
  • dónde está la entrada a la mesa de votación
  • qué tipo de servicios pueden esperar de los funcionarios electorales
  • por dónde se sale de la mesa de votación

También puede ser necesario proporcionar una señalización en relación con el estacionamiento cercano al sitio de votación.

La información básica puede complementarse con información adicional como:

Información adicional

  • la distribución al interior del sitio de votación
  • los nombres y responsabilidades de los funcionarios electorales u oficiales de votación
  • un listado de las personas que pueden permanecer al interior del sitio de votación, como observadores electorales, representantes de partidos o candidatos, periodistas, comisionados electorales o personal de seguridad
  • un listado de los partidos y/o candidatos que participan en la contienda
  • el diseño de las papeletas de votación e instrucciones sobre la manera adecuada de marcar la elección de cada elector
  • el procedimiento para solicitar asistencia en la mesa de votación y cómo ocuparse de las papeletas echadas a perder

Esta información puede complementarse con otra más general sobre los cargos de gobierno a elegir, los servicios que presta cada uno de ellos y la manera en que los resultados electorales afectarán la conformación del gobierno. Estas materias más generales pueden incrementar la capacidad del votante a la hora de tomar una decisión razonable y racional y reducir la incertidumbre e inseguridad frente a la elección.

Aparte de esta información, en las mesas de votación también se deseará generar un clima que apoye los mensajes de educación electoral que han caracterizado determinado programa educativo. Se pueden exhibir mensajes o lemas apropiados.

Clima electoral

Debe considerarse cuidadosamente la manera como se proporcionará toda esta información para tener la certeza de que es accesible, clara, y significativa. Limitarse a pegar una serie de carteles o afiches a lo largo de una pared porque se tienen de sobra no es suficiente y puede ciertamente ser contraproducente.

Una vez que se ha instalado la mesa de votación de manera apropiada, los funcionarios electorales querrán proporcionar elementos básicos para la información al votante.

Planeación

Si bien todos los oficiales deberían desempeñar su trabajo en la mesa de votación de una manera que tenga en cuenta al público, puede haber quienes tengan la particular tarea de proporcionar información a todos los votantes o a aquellos que soliciten ayuda.

  • El papel del personal
  • Quienes fungen como acomodadores y controladores de las filas, ayudan a dirigir a los electores en las filas y hacia las mesas de votación. Cuando las filas son demasiado largas, es posible hacer arreglos para dar un tratamiento especial a los ancianos o votantes discapacitados. También pueden ayudar a las personas a prepararse para votar verificando que tengan los documentos correctos, respondiendo preguntas sobre el proceso electoral y buscando y auxiliando a los votantes que parezcan perdidos.

    Este personal debiera recibir una capacitación adicional que vaya más allá de la educación electoral que se les proporciona a los funcionarios en las mesas de votación, en la que se incluya una cuidadosa explicación sobre cuestiones como la privacidad, el carácter secreto del voto y la no partidización. Todo esto debe ser manejado con particular cuidado en las mesas de votación, no sólo para asegurar una agradable experiencia electoral para individuo, sino también para despejar cualquier sospecha sobre el personal encargado de la mesa de votación y el procedimiento electoral.

    En las mesas de votación, aquellos que buscan asistencia para votar, o que tienen preguntas en relación con algún aspecto del procedimiento electoral, pueden ser asistidos sólo si la legislación y las regulaciones electorales disponen que se pueda prestar dicha ayuda. Se debe definir quién puede ofrecer esa ayuda y cómo se le supervisará para que quede claro que se trata de una asistencia e información concerniente a los procedimientos y que no busca influir en la decisión del elector.

    Los programas de educación electoral trabajarán conjuntamente con los programas de logística electoral para asegurarse que la señalización disponible en las mesas de votación despliegue la información estipulada en las regulaciones. Debido a lo anterior, los preparativos deben comenzar lo antes posible dentro del periodo electoral. Una vez se ha llegado a un acuerdo sobre lo que es preferible y lo que está permitido, los encargados de la planeación del diseño y la distribución de las mesas de votación y de ofrecer la información a los oficiales sobre cómo distribuirlas, también deben considerar la posible la necesidad de brindar información y las posibilidades de que la mesa proporcione una experiencia educativa.

  • Señalización
  • Los carteles o afiches que ilustren los procedimientos electorales pueden prepararse para ser exhibidos en la parte exterior de las mesas de votación, o incluso para pegarse a las urnas. La señalización en las mesas puede indicar no sólo su número o tipo (i.e. lista de votantes), sino también ilustrar o explicar en forma precisa lo que el votante tiene que hacer en la mesa.

    Una vez más, la señalización debe tener un efecto acumulativo, por lo que se debe tener cuidado de que sean del tamaño adecuado y se exhiba en el sitio propicio (ver Carteles y pancartas). Demasiada información puede resultar confusa, especialmente si va a ser vista por un amplio número de personas con diferentes grados de alfabetización.

    En casos donde no es posible enviar a los votantes información por correo que les ayude a prepararse para votar, o se requiere información adicional de último minuto, puede ser posible preparar y distribuir folletos o panfletos a las personas mientras hacen fila para votar. Esta información puede ser una réplica de lo que se está exhibiendo, proporcionar información básica sobre los procedimientos electorales y sobre la distribución de la mesa de votación, así como listar los derechos de los electores. En ese mismo folleto, u otro similar que se entregue después de votar, se puede agradecer a las personas su participación.

  • Entrega de materiales antes y después de votar
  • A medida que se retiran los votantes, se les pueden entregar materiales con información adicional, como la hora en que se anunciarán los resultados o información sobre el gobierno. Esta es una de las pocas oportunidades que tiene el gobierno o la autoridad electoral de establecer contacto con todos los votantes, o al menos la mayoría, especialmente en los países desarrollados.

    El contacto con los votantes es por lo general limitado, sin importar cuán intensivo haya sido el programa electoral. Como resultado, puede suceder que las personas lleguen a la mesa de votación con preguntas sin resolver. Es posible utilizar el tiempo que duran las personas en la fila para concluir la información electoral y para proporcionar servicios tales como la revisión de las listas de electores.

  • Mesas de información
  • Tales servicios pueden ser ofrecidos en mesas de información situadas fuera de los sitios de votación. Se puede permitir su instalación en el perímetro o a lo largo del área general de votación. Posiblemente dispongan de copias de las listas de votantes y de mesas de votación cercanas para que las personas que estén en el lugar equivocado puedan ser redirigidas. También pueden contar con personal que desarrolle talleres y demostraciones de última hora para los individuos y grupos.

    Si se cuenta con los arreglos logísticos necesarios y con voluntarios de la sociedad civil local para conducirlos, los mensajes de educación al votante de último minuto pueden alentar a las personas a ir a los puestos de votación donde encontrarán asistencia. De esta forma, se les puede ahorrar mucho tiempo y energía tanto a los educadores como a los electores. Este será un lugar donde querrán estar los votantes, donde estarán motivados a aprender y donde sabrán qué es lo que desean aprender. Un pequeño insumo puede convertirse en el más efectivo, dirigir a las personas para que obtengan más información.

Centros de escrutinio

Dependiendo de la forma en que el proceso electoral está organizado en un determinado país, las papeletas de voto se computan en la mesa electoral y luego son tabuladas sucesivamente en instancias más altas del organismo electoral, o, después del cierre de la votación, las papeletas son transportadas a centros de escrutinio. Para los efectos de esta discusión, se denomina “centros de escrutinio” a todo lugar donde los votos son computados o consolidados y se determina los resultados de la votación.

El acceso a los centros de escrutinio suele estar restringido a categorías específicas de personas. Sin embargo, también pueden convertirse en lugares de reunión para el público, especialmente si los resultados serán anunciados desde esas locaciones, para lo cual los educadores necesitarán considerar qué tipo de información se requiere en ellos y cómo maximizar las oportunidades que este momento electoral tan importante.

Si bien hay pocos miembros del público general en el centro de escrutinio, es posible que existan fuertes demandas de información adecuada y precisa por parte de los candidatos y sus representantes, observadores acreditados y periodistas. Aunque es posible que estas personas hayan recibido información de la organización a la que pertenezcan y que puedan recibir información adicional directamente de los oficiales escrutadores, no debe subestimarse la necesidad de ofrecerles información simple que describa sus funciones, responsabilidades y derechos.

Información para quienes estén adentro del centro de escrutinio

Si se van a hacer anuncios electorales en los centros de escrutinio, es probable que se encuentren presentes miembros del público. Los oficiales de escrutinio deben estar capacitados y contar con información para hacer de esta oportunidad una ocasión memorable para esas personas.

Información para quienes estén afuera del centro de escrutinio

Contar votos y declarar resultados brinda una oportunidad de realzar la importancia de las elecciones como medio para asegurar transiciones pacificas del poder y para alentar la aceptación de los resultados y la reconciliación entre ganadores y perdedores. Si bien la mayoría de las personas experimentarán este momento a través de la radio o de la televisión, muchas otras lo harán en las calles.

Se deben hacer arreglos para divulgar y exhibir ampliamente cualquier anuncio de resultados, así como la presentación de los resultados finales. Algunos países publican protocolos oficiales del escrutinio, en el local del cómputo, para su revisión por el público, ya sea la mesa de votación o agregados totales en los organismos electorales de nivel superior o centros de escrutinio. Se pueden también hacer copias certificadas para su distribución a representantes de los candidatos, agentes de los partidos, observadores electorales y periodistas. Los detalles sobre cómo publicitar los resultados, así como sus limitaciones se examinan en Reportes progresivos; acumulación de declaraciones de resultados y Publicación de resultados.

El registro de electores

Asegurarse que las personas comprendan las listas electorales (lista de electores en cada mesa de votación, registro de electores), decidan registrarse, sean capaces de registrarse y que lo hagan correctamente representa un gran reto para los educadores. El registro electoral se ha convertido en un prerrequisito esencial para poder votar.

Con unas pocas excepciones transitorias vinculadas a los casos en que se pensó que no era posible integrar un registro de electores separado o donde se temía fallar en el principio de inclusividad, los electores deben registrarse para poder votar. Integrar un registro electoral, y después mantenerlo en forma precisa, plantea varios desafíos para los votantes, contendientes (candidatos) y administradores.1

Como resultado, los educadores tendrán, en primer lugar, que poner mucha atención a las regulaciones y sistemas que se estén instituyendo para manejar el registro de electores. El registro implica requisitos de ingreso que han sido utilizados en el pasado para privar del derecho al voto a posibles electores. Pero en los países donde el costo del registro recae sobre los individuos y no en el Estado, incluso los arreglos administrativos pueden crear obstáculos que requieren de una motivación considerable para ser superados.

Dicha motivación puede, hasta cierto punto, ser fomentada a través de la educación y de la organización política, cuando se perciba que existe un sistema electoral y un gobierno eficiente en que la representación marque la diferencia. Sin el incentivo y los mecanismos para registrarse, así como un archivo apropiado de registros, la educación que promueve el registro por parte del elector individual no tiene asidero real. Ciertamente, la educación para los funcionarios y el cabildeo político puede ser tan importante como un programa nacional de educación al votante.

Una vez se han determinado los sistemas para el registro de electores, los educadores pueden establecer un programa. El programa tendrá que abarcar:

  • las razones para registrarse
  • los beneficios del registro
  • la forma en que se lleva a cabo el registro
  • cómo revisar los detalles del registro
  • cómo corregir errores
  • el calendario para el registro o corrección del registro del elector

Los individuos también pertenecen a partidos políticos y a grupos de ciudadanos, por consiguiente, querrán comprender:

  • la forma en que las listas de electores los protegen contra el abuso electoral;
  • cómo impugnar estas listas;
  • cómo se utilizarán las listas el día de las elecciones;
  • dónde se exhibirán las listas;
  • cómo leer e interpretar las listas;
  • el calendario para impugnación de las listas o solicitar modificaciones.

Cuando el registro es permanente, la educación electoral podría tener que desarrollarse a través de los sistemas existentes de educación y gobernabilidad. Dado que existe un momento previo a las elecciones en que las listas de electores se cierran para no aceptar modificaciones, se debe recordar con regularidad a los ciudadanos de la necesidad de registrarse o de verificar los detalles de su registro. Y esto tiene que formar parte del programa educativo para jóvenes que llegan a la edad de votar.

Cuando el proceso de registro se realiza por temporadas o cuando los datos son sometidos a una mayor revisión antes de una elección, puede proponerse llevar a cabo un programa nacional de educación electoral con el fin de apoyar el propio proceso de registro. Dicho programa debe ser considerado, en todos sus aspectos, como una intervención educativa, por lo que los educadores tendrán que pasar por todo el ciclo de diseño educativo.

Campañas de educación pre-electorales

Hay que tener en cuenta consideraciones especiales dada la naturaleza específica del programa de registro de electores y la urgencia de una campaña educativa. Ejemplos de manuales en inglés para las campañas de registro para la elección del gobierno local de Budapest en Hungría de 1994 pueden ser consultados aquí.

En particular, los educadores tendrán que tratar de asegurarse que los votantes potenciales lleguen a los puntos de registro a tiempo. Además, los electores tendrán que comprender la importancia del registro electoral, que no es obvio cuando los principales beneficiarios del registro de votantes parecen ser los administradores y no los votantes.

Por consiguiente, la motivación se convierte en un aspecto importante del programa educativo, pues a diferencia de las elecciones donde hay de por medio una contienda con un resultado que motiva a los votantes, es posible que se vuelvan apáticos y pasen por alto los plazos para registrarse.

 

Notas:

1 Los detalles sobre la manera de establecer y mantener un registro de electores se examinan en el Registro de electores.

Educación cívica básica

Esta área temática trata sobre la información a los votantes, la educación electoral y el concepto asociado de educación cívica. En muchos casos, la educación electoral es un componente curricular de la educación cívica. La existencia de un programa continuo de educación cívica puede servir para sentar las bases para iniciativas de educación electoral, así como para mejorar su impacto.

La educación cívica, sin embargo, puede definirse ampliamente fuera del ámbito de la política electoral y del oficial de la administración electoral. Es posible que una persona responsable de la educación electoral pueda también participar en una campaña más amplia de educación cívica. De hecho, es factible sugerir que la educación electoral es una amalgama de información a los votantes con ciertos aspectos, relativos a las elecciones, de un programa de educación cívica.

La educación cívica se desenvuelve en el ámbito informal de la educación para adultos, aunque algunos de sus aspectos son tratados formalmente en las escuelas. Esta sección considera enfoques alternativos y terminología y algunos de los mensajes estándar de educación cívica que se consideran importantes.

La constante incertidumbre

Hay dos formas en que se aborda la educación cívica. Una es considerar que todo cae en el terreno de la educación cívica, por lo que se establece como el principio integral y sine qua non de todos los esfuerzos educativos. La otra es limitarla a un punto aislado del resto de los procesos de aprendizaje de la vida. Ambos están siendo probados en la práctica, además de ampliamente considerados en la teoría. Ninguno es particularmente útil. El próximo desafío para los educadores y activistas de la democracia es obtener el equilibrio debido para que los ciudadanos no sólo se sientan, sino que estén facultados para participar en la fundación, construcción y conservación de la democracia en la forma apropiada a su respectivo contexto.

Terminología

Los profesionales en educación cívica han escogido una serie de términos para describir su labor. Eligen nombres para el enfoque educativo que en su opinión transmiten más adecuadamente los objetivos de tal educación. Cada uno de estos nombres, o términos, tienen sus propios dilemas y suposiciones operativas. Sin embargo, un análisis del concepto de educación cívica, tomando en consideración tales términos, da una idea de los asuntos que preocupan a los educadores cívicos.

Educación para la democracia

Los programas que se definen como de educación para la democracia tratan sobre la preparación de las personas bajo el supuesto de que ésta primero tiene que ser establecida y que luego debe ser conservada. El contenido de tal programa educativo incluye el desarrollo de aptitudes y el entendimiento necesarios para este establecimiento y conservación.

Los educadores pueden conducir programas de educación para la democracia en sociedades que no son democráticas y ver esto como una intervención social para asegurar que lleguen a serlo. La definición de la democracia, por lo tanto, resulta muy importante tanto para la determinación de lo que debe ser enseñado como para el programa educativo mismo. Tal definición puede ser clásica: pero puede también ser una más radical en la que se incluyan aspectos de democracia industrial, derechos de consumidores y justicia social.

Educación de la ciudadanía

En cuanto la sociedad haya dispuesto un código legal por el cual se establezca la ciudadanía, los educadores pueden considerar la necesidad de las personas de educación que les permita convertirse en un ciudadano ideal. En dicho programa educativo, serían resaltados los derechos, funciones y responsabilidades de la ciudadanía, y podría ser vinculado al proceso de naturalización de los inmigrantes. Como tal, es probable que surja un debate serio sobre la situación jurídica de los ciudadanos y de la manera en que se definen su identidad y relación con el estado. Si bien el enfoque general puede ser de asimilación, también puede haber programas que consideren asuntos tales como los expresados en el párrafo siguiente, que son conservados por separado sólo para los efectos de esta discusión.

Educación para la ciudadanía

La ciudadanía se puede definir no solamente en términos legales, sino también de acuerdo a la manera en que se ejerce la responsabilidad que implica respecto de otras personas y del estado, o donde éste último no existe, en la construcción de vida comunal. La educación en apoyo a la ciudadanía, expresada como un conjunto de relaciones y responsabilidades que incumben a cada persona y la capacidad de respuesta del estado hacia esta persona y los miembros de su comunidad, tendrá que considerar las aptitudes de la ciudadanía activa. Cuando se llevan a la práctica tales aptitudes, la persona se convierte en un ciudadano. Antes de eso, son sólo un lema.

Las aptitudes a que se hace referencia pueden incluir las necesarias para participar en una elección, para tomar decisiones comunales, o para participar en el debate público. Es probable que incluyan las aptitudes necesarias para garantizar un estado receptivo o para participar en su construcción. Estas competencias pueden incluir actividades de promoción, organización y para impulsar políticas públicas. Los programas de educación que se ocupan de la ciudadanía se basan en el supuesto de que la ciudadanía es posible. En otras palabras, es más probable que tenga lugar en las sociedades en que el concepto del ciudadano se ha establecido y donde la práctica de la ciudadanía es posible. Estas sociedades tienen explícita o implícitamente las disposiciones constitucionales que reconocen a los individuos y sus contribuciones a la gobernabilidad, así como su relación como un actor independiente dentro del país y en relación con el estado.

Educación política

Aquellos que consideren importante la dirección de la vida pública en la polis (ciudad-estado) podrían describir su labor como educación política. Donde existe la política, las personas tienen que adquirir la capacidad de leer y entender la vida política en torno a ellos, y necesitan aprender los modos en que pueden participar en la vida política.

El análisis social, la investigación del discurso y la comunicación públicos, el entendimiento de las maneras en que interactúan los sistemas políticos y sociales, y la manera en que se negocia y divide el poder, será todo parte de tal programa educativo.

Formación para el liderazgo

Una última forma de educación cívica se puede describir como la formación para el liderazgo. Esta formación presupone que el liderazgo puede y debe ser aprendido, y luego ejercido por los seres humanos. Este programa considerará una amplia gama de aptitudes y relaciones de liderazgo. Es probable que también se consideren aspectos del poder personal y político, con un enfoque ético e impulsado por valores. Hay dos tendencias en la educación para el liderazgo. Aunque ambas tienen temas en común, e históricamente parecen haber sido impulsadas por motivaciones similares, se manifiestan en sociedades diferentes o en diferentes estratos dentro de cada sociedad.

El ejercicio responsable del poder

Muchas iglesias, clubes, clubes juveniles (el movimiento de los Scouts es un ejemplo), y sociedades filantrópicas, como el Club Rotario, dan cursos de formación para el liderazgo como parte de su marco organizativo que se concentran en el desarrollo de aptitudes, ética, virtudes sociales, etcétera.

Alcanzando el liderazgo

Las organizaciones con menos acceso al poder en la sociedad tienden a utilizar programas de formación para el liderazgo con una metodología centrada en la experiencia, y, tal vez no sorprenda, llevado a cabo para quienes se niega el liderazgo en la sociedad.

En el centro de la discusión sobre la terminología adecuada está el debate sobre el propósito de tal educación. ¿Es solamente para inculcar comportamientos y aptitudes que ajusten a una persona en una determinada sociedad, o tiene un papel vital en equipar a las personas para actuar sobre su entorno y cambiarlo? La práctica varía ampliamente. Afortunadamente, en las sociedades que no están asoladas por la guerra, el flujo fácil de información y el consenso internacional en favor de la democracia ha significado que la mayoría de las personas tienen la oportunidad que fue denegada a muchos de sus antepasados. Pueden convertirse en los gobernantes de su propio destino, si es que tienen la voluntad, las aptitudes y una cierta medida de libertad de la carencia y del miedo.

Mensajes estándar de educación cívica

Aquí hay por lo menos cinco mensajes estándar (o temas) que deben ser cubiertos en un programa de educación cívica.

  1. el significado de democracia
  2. el papel, la responsabilidad y los derechos de los ciudadanos
  3. buena gobernabilidad
  4. principios y procedimientos democráticos
  5. instituciones y leyes democráticas

 

Antecedentes

El propósito de la educación cívica es alentar a los ciudadanos a participar plenamente en la vida política de una comunidad y de un país que estén comprometidos con los valores y los principios fundamentales de la democracia. Teniendo esto como un objetivo de trabajo, los responsables de la planificación y realización de programas de educación cívica los han producido con una gran variedad de materias en sus programas de estudio.

A nivel escolar, instituciones en Australia y los Estados Unidos de América han establecido normas o puntos de referencia que establecen precisamente lo que se debe cubrir en un programa educativo. Tal precisión no parece estar disponible de manera similar en otros países, ni está disponible para las intervenciones informales con adultos. Sin embargo, si se realiza la educación cívica sólo en las escuelas, existe la posibilidad de que se le reduzca al mismo nivel de otras materias que se convierten en irrelevantes, ya sea al terminar la escuela o incluso durante el periodo escolar a causa de la escasez de oportunidades para que los niños participen en la vida política.

Existe un cierto consenso sobre los tipos de mensajes que deben ser transformados en las declaraciones teóricas que formen la columna vertebral de un modelo de plan de estudios de educación cívica para adultos. Estos mensajes se complementarán con material adicional que considere a fondo la historia de cada sociedad y la manera en que trata los conceptos de consentimiento contingente y de incertidumbre delimitada, y las normas y prácticas de su democracia particular. Estos mensajes estándares giran en torno a los siguientes temas:

    El significado de democracia — definiciones, tipos, y retos

    Como un ejemplo de lo que los educadores podrían preparar para guiar a los educandos en su discusión de esta materia y para ser puestos a disposición como materiales educativos, se ha incluido un documento que trata de la definición de democracia. El mismo documento también sugiere maneras en que se puede utilizar el tema durante eventos educativos y ser transmitido a grupos de alumnos.

    El papel, las responsabilidades y los derechos de los ciudadanos

    Vea Educación electoral básica para la discusión de este tema y de la importancia de abordar tanto los derechos como las responsabilidades. Los ciudadanos individuales tienen limitado poder frente al estado, a menos que tal estado respete y proteja los derechos de ese ciudadano. Sin esta protección, es difícil hablar de responsabilidades. Aunque, es probable que la responsabilidad de la persona sea forzar al estado a reconocer los derechos humanos y la democracia.

    Buena gobernabilidad

    El ciudadano tiene mayor poder en la medida en que entienda cómo funciona el gobierno y tenga criterios para juzgar su desempeño. Gradualmente, el gobierno tiende a ser entendido como un proceso en el que el estado, los funcionarios electos y las personas actúan concertadamente para regir de una forma colaborativa, a lo que se denomina gobernabilidad. La buena gobernabilidad no sólo exige la participación de los ciudadanos, educa a los ciudadanos sobre la democracia y la participación.

    Pero la buena gobernabilidad debe cumplir ciertos criterios, tales como transparencia, legitimidad, responsabilidad, capacidad de respuesta y eficacia. Esto puede tener de ser hecho bajo condiciones donde la participación puede obligar a escoger entre eficiencia y democracia. Estos son algunos de los conceptos más importantes y difíciles a considerar en un programa de educación cívica.

    Los principios y los procedimientos democráticos

    La democracia tiene valores. Pero aún más importante es que trata sobre determinadas prácticas, ritos, procedimientos, etcétera, que derivan en dar opciones a los ciudadanos, garantizando un gobierno representativo, y una oportunidad para juzgar la eficacia de ese gobierno con regularidad.

    Los valores o principios se expresan en la acción. De tal manera que los ciudadanos querrán entender los principios, que pueden ser universales, y la manera en que las distintas sociedades se han constituido para asegurar que estos principios sean expresados. Además, estudiarán la manera en que las prácticas de su propio país mejoran o impiden los principios democráticos.

    La ventaja de separar estos dos aspectos es que no se favorece la importación de prácticas ya establecidas en otro país como condiciones sine qua non de la democracia sin comprobar si efectivamente podrían serlo, o si es que esos principios pueden manifestarse de formas culturalmente más apropiadas.

    Las instituciones y las leyes democráticas

    Cada país tiene su propio conjunto de instituciones democráticas y leyes, por nuevas que sean. Estas tienen que ser reconocidas y entendidas si es que se espera que la ciudadanía haga uso de ellas, ayude a perfeccionarlas o modificarlas, y las cambie o derogue.

    Los educadores tienen que hallar maneras de asegurar que los materiales apropiados para su propio país sean adecuados para cubrir estos temas. Es posible obtener información general y comparativa. Si bien esto es importante en sí mismo, es sólo cuando esta información general y comparativa se aplica directamente a las necesidades del grupo de alumnos que realmente adquiere vida. De manera que los educadores tienen que estar constantemente dispuestos a buscar nuevos ejemplos de diferentes lugares y momentos para aplicarlos a sus propias circunstancias.

Democracia directa

Siempre ha habido una tensión entre los procesos de democracia representativa y sus elecciones periódicas —de donde surgen legislaturas que controlan los procesos de la toma de decisiones en interacción con los ciudadanos—, y formas más directas de la toma de decisiones. Así, mientras la mayoría de los países tienen procedimientos para organizar referendos y plebiscitos, a menudo éstos son limitados a momentos de suma importancia.

Sin embargo, hay algunos países donde se utiliza con mayor frecuencia la democracia directa, por lo general definida como un proceso de toma de decisiones. Suiza es uno de esos países. Ciertos estados de los EE.UU., en determinadas condiciones, permiten que propuestas de ciudadanos figuren en las papeletas de votación.

La educación cívica durante los plebiscitos o referendos nacionales puede ser fácilmente partidista. Es muy difícil llevar a cabo cualquier forma de educación que no requiera una ponderación de opciones, y hay una corta distancia de ahí a una ponderación de decisiones —especialmente porque las preguntas de un referéndum son a menudo formuladas para forzar decisiones simples sobre temas complejos.

Existen ciertos asuntos del procedimiento que pueden formar parte de un programa educativo —¿qué es un referéndum?, ¿cómo participar?, ¿cuál es la pregunta?, ¿por qué se está sometiendo a consulta?, y, particularmente importante, ¿cuáles serán las consecuencias de las diversas alternativas? Y, en algunos casos, será posible y necesario elaborar material educativo que ofrezca argumentos para cada postura. Si la institución que proporciona el material educativo tiene una reputación no partidista puede ser posible desarrollar ese tipo de material. Alternativamente, los educadores pueden simplemente asegurar que no se impida a los electores recibir y comprender el material más partidista proporcionado por los distintos grupos políticos.

Dado que los referendos pueden ser vistos como una respuesta a temas importantes que afectan el futuro, y en el proceso tienen el potencial de decepcionar a importantes sectores de la sociedad si es que llegan a perder, éstos son a menudo momentos de tensión, incluso en las democracias más estables. En estados frágiles pueden ser precursores de una crisis. Los educadores tendrán la responsabilidad de preparar a las personas para ganar o perder, se enfocarán en modos alternativos para seguir adelante y llevarán a cabo programas que fomenten la tolerancia política.

Una vez resuelto el referéndum, los educadores tendrán que proceder con programas que consideren las consecuencias y el significado de la decisión tomada —siempre difícil de determinar. Algunos de los últimos referendos en Francia y en los Países Bajos han demostrado que los resultados pueden ser inciertos, y que a menudo no hay plan B.

En la Columbia Británica fue organizado un experimento innovador en un tipo diferente de democracia directa (para examinar la cuestión compleja y altamente emocional de la reforma del sistema electoral) que terminó en la convocatoria de una asamblea ciudadana para representar a los ciudadanos en general. Este enfoque estilo jurado para la toma de decisiones públicas proporciona un proceso diferente y más de tipo consultivo, y por lo mismo permite el proceso educativo tanto para los participantes como para los que esperan fuera del salón de asamblea.

Educación cívica

La educación cívica puede ser definida a grandes rasgos en términos que la mantengan fuera del ámbito de la política electoral y del organismo que administre las elecciones. Es posible que una persona encargada de la educación electoral también pueda participar en una campaña más amplia de educación cívica. Sin duda hay elementos que sugieren que la educación electoral es en realidad una amalgama de la información a los votantes y de ciertos aspectos de un programa de educación cívica, es decir, aquellos que tratan sobre las elecciones.

Por lo general, la educación cívica es llevada a cabo en ambientes de educación informal, aunque hay aspectos que son parte de la educación escolar formal. Esta sección sugiere que la educación cívica en una democracia es aprendida y enseñada de mejor manera en el medio de la lucha para establecer y sostener la propia democracia.

Introducción a la educación cívica

Para los propósitos de esta área temática, el término “educación cívica” se emplea para describir la gran tarea de educar a los ciudadanos para que asuman, con toda consciencia, sus funciones y responsabilidades dentro de los Estados democráticos y ejercer sus derechos.

El término “educación cívica” ha ganado aprobación como la descripción de este proceso de otorgar poder y de liberación, pero también conserva algunos matices de una misión socializadora, a los que educadores astutos que operan en una diversidad de contextos deberían asirse.

Esta variedad de contextos forman la base de las siguientes secciones de esta área temática. Si bien hay temas centrales de educación cívica, los contextos en los que éstos han sido investigados y desarrollados son cada vez más diversos. Como se ha vuelto más importante el rol de la educación para modificar estos contextos y hacerlos aptos para los ciudadanos —y viceversa—, es necesario que los educadores presten atención a sus diferencias y trayectorias o historiales.

Estos temas se refieren a la visión, virtud, costumbres y práctica

Los estudios sobre educación cívica invariablemente comienzan con el análisis de la democracia y de los términos relacionados de ciudadanía y sociedad civil. Aquellos involucrados en la educación cívica tienen la esperanza de ciudadanos con poder, que se organizan voluntariamente para ser autosuficientes y tener un impacto político en sociedades donde la democracia, representativa y participativa, produce paz, prosperidad y la liberación personal. Todos estos conceptos son controversiales. A pesar de que en la década de los 90 predominó la creencia en el triunfo de la democracia como régimen de gobierno, y de que se dio un nuevo impulso a la educación cívica, se ha dado paso a tiempos de mayor cautela durante los que la guerra, el terror y la revolución han vuelto a surgir como instrumentos para la construcción de Estados y de proyección de poder, por lo que todo programa de educación cívica debe proponer un ideal del futuro ante los educadores y educandos.

Visión

La virtud cívica es un tema frecuente en muchas innovaciones de los planes de estudios y de proyectos diseñados para cambiar el enfoque de la educación de ser una actividad meramente concentrada en el conocimiento y la información —aprender sobre la política de determinados países, o la historia del desarrollo de una constitución y la manera en la que dicha constitución se ha utilizado o si se ha abusado de la misma— a ser la consideración de la responsabilidad personal que cada aprendiz individual tiene de comportarse bien dentro de la sociedad democrática en la que vive. Se han elaborado listas de virtudes que, se supone, son particularmente apropiadas para esta forma de vida. Éstas incluyen el respeto hacia los demás, la tolerancia, la responsabilidad compartida por la comunidad, el respeto a la constitución y a los derechos humanos, la coexistencia pacífica y la amistad en los asuntos locales y nacionales.

Virtud

En algunas tipologías del educador, las virtudes y costumbres se cruzan entre ellas y con aptitudes cívicas, que se definen de forma separada. Pero todos concuerdan en que la educación cívica debe inculcar comportamientos que permitan a las personas construir una forma de vida democrática, independientemente del régimen particular en el que se encuentren. Entre estas costumbres están las simples de la resolución no-violenta de conflictos; formación, expresión y promoción de intereses y necesidades, de modo que intereses y necesidades distintos puedan ser identificados y resueltos; el votar; el ser una persona tanto pública como privada, y otros.

Costumbres

Las sociedades siempre son complejas —y las sociedades democráticas tienen que establecer, sobre la base particular de su historia y equilibrio de fuerzas, las prácticas que les permitan cumplir el mínimo elemental que constituya el fundamento de esa sociedad (vea El significado de democracia). Después de haber construido esas prácticas y procedimientos —y en el proceso de renovarlos y reformarlos para satisfacer exigencias contemporáneas— las sociedades tratan de educar a sus ciudadanos para que participen y hagan uso de los mismos.

Práctica

En esencia, la educación cívica busca que la ciudadanía tenga el poder y la capacidad de crear una sociedad democrática y de participar al máximo en ella. Así como los contextos siempre son diferentes, también los desafíos que enfrentan los educadores.

Es importante que las decisiones adoptadas en la elaboración de programas de educación cívica, mientras se averigua acerca de modelos y materiales, y en la búsqueda del apoyo de otros profesionales y de otorgar poder a las personas el poder, se tengan en cuenta de las siguientes diferencias. ¿Está el educador cívico involucrado en la preservación y renovación de un estado democrático (véase La educación cívica en las democracias establecidas); en la construcción o reconstrucción después de una guerra o conflicto civil (véase La reconstrucción después de la guerra); atendiendo el surgimiento de la democracia (véase La educación cívica en las democracias emergentes), o en la transformación de las sociedades (véase Los regímenes autoritarios y los estados frágiles)? ¿O es el educador parte de un equipo que hace frente a una crisis mucho más inestable en la que el concepto de estado es irrelevante ante la emergencia inmediata (véase Educación cívica durante emergencias)?

Regímenes autoritarios y estados frágiles

La educación para la democracia no requiere un Estado democrático. De hecho algunas de las iniciativas más innovadoras en la educación informal han ocurrido en Estados autoritarios. Como se señaló en la introducción, la educación cívica es a menudo una característica de Estados autoritarios que buscan construir un consenso social entre sus súbditos. Existen por supuesto sociedades que creen que un régimen autoritario, ya sea que haya sido establecido a través de un liderazgo tradicional, en respuesta a crisis de guerra o fallas en el desarrollo, o a través de opiniones ideológicas o religiosas generalmente aceptadas, es una forma apropiada de gobernar el estado. Este no es el lugar para esa discusión, y el área temática no trata de esa forma particular de educación cívica, aunque muchos de los elementos de este programa puedan ser usados en tales situaciones estáticas.

Estados frágiles, que están colapsando o que ya han colapsado, presentan problemas particulares ya que implican niveles de inseguridad, y a veces de terror, personal y guerra, lo que hace difícil la asistencia a programas educativos. Sin embargo, las personas que viven en tales circunstancias merecen toda clase de ayuda para retomar el control de sus vidas y en la reconstrucción de sus países. En algunos casos, este esfuerzo debe esperar hasta que exista un nivel de estabilidad asegurada, pero si los educadores son excluidos de la planificación durante este periodo, se pueden establecer instituciones y procesos que luego socavarán sus intentos posteriores.

Los educadores cívicos dedicados a la construcción de Estados democráticos encontrarán oportunidades para la educación dentro de aquellas organizaciones a las que ha sido permitida la existencia o que se hacen ellas mismas de un espacio. Tales instituciones pueden ser de carácter religioso, asociaciones voluntarias de socorro, de auto ayuda y cooperativas, o inclusive grupos vecinales de discusión. En algunos casos, estos grupos pueden estar presentes fuera del país en cuestión.

Tales programas educativos inevitablemente coexisten con la acción política, a pesar de que puedan estar limitados por el contexto, y esto los hace particularmente poderosos.

Los programas para la juventud son especialmente importantes bajo estas condiciones. En algunos casos, proporcionan un ambiente seguro para los jóvenes que de otro modo serían víctimas del Estado. Pero aún cuando los jóvenes estén involucrados en alguna forma de acción directa contra el Estado, u otro conflicto civil, la educación puede dar información sobre la calidad de su vida y acciones, y posibilitar una salida democrática a esas situaciones de conflicto.

La reconstrucción después de la guerra

En Afganistán, las asambleas tradicionales han sido recreadas con gente joven para promover la ciudadanía y motivar a las personas a presentarse como candidatos en las elecciones de los gobiernos locales.

En Irak, se estaba efectuando un trabajo de gran envergadura con grupos femeninos, exponiéndolos a debates constitucionales y permitiéndoles visitar otros países mientras se preparaban la constitución, los referendos y las elecciones para después de la guerra.

En Burundi y en la República Democrática del Congo, la atención se concentró fundamentalmente en las elecciones, pero también se realizaron algunos esfuerzos de educación esencial.

En Bosnia, Civitas estableció un programa de educación cívica escolar utilizando coordinadores locales.

En Sierra Leona, instituciones clave de la democracia, como la Comisión Nacional para la Democracia y la Comisión Nacional Electoral, han desarrollado programas enfocados en la educación para la paz y en las elecciones con la población joven como su principal audiencia.

Las sociedades de posguerra que han sido capaces de desarrollar un programa de reconstrucción con ayuda nacional o internacional son también capaces de introducir una variedad de programas educativos.

Estos están a menudo vinculados, como ocurrió en Angola, con programas de fortalecimiento de la sociedad civil —donde las organizaciones nacionales empiezan a hacerse del espacio creado por un acuerdo de paz o un cese al fuego. En algunos casos, esos programas están vinculados a la creación de nuevos organismos electorales o instituciones legales. Y, por supuesto, es fundamental que los programas de educación cívica sean parte de toda actividad de desmantelamiento de tropas, especialmente, pero no sólo, para los soldados infantiles.

La educación a menudo se centra en acuerdos y tratados de paz, en el fomento de la tolerancia entre las facciones previamente en guerra, y en los acuerdos de transición propuestos. Estos incluyen a menudo rondas de elecciones y referendos —sobre calendarios necesarios para mantener vivo un tratado, pero siempre bajo tensiones que se suman a la confusión y la inseguridad ciudadana.

La educación cívica en democracias emergentes

Los programas de educación cívica formales introducidos en las escuelas estatales existentes han sido especialmente importantes en Europa del Este ofreciendo un punto de referencia para permitir a estos países profundizar las democracias que se crearon con el colapso de la Unión Soviética y la posterior desintegración de los Estados mantenidos unidos por su dependencia de la URSS.

En algunos países, estos programas fueron igualmente importantes para establecer la necesidad de educación adicional de docentes y para la reforma de planes de estudios y de los sistemas de escolarización. Además, a menudo operan en las secuelas de educación menos formal impulsada por organizaciones de la sociedad civil inmediatamente antes y durante la transición democrática.

Durante los primeros años después de una transición democrática, encontrar fondos y recursos para la educación cívica fuera de los ingresos normales disponibles para los países es relativamente fácil. Conforme el éxito democrático establece políticas rutinarias, la motivación para dichos fondos disminuye. Así, es importante la institucionalización temprana, aunque a menudo se ve obstaculizada por las debilidades de las instituciones clave, como las escuelas, parlamentos y organizaciones cívicas.

Por lo tanto, los educadores cívicos deben prestar atención en incrementar la fuerza de las instituciones locales en términos de su capacidad intelectual, de gestión y administración, y de las facultades de trabajo y los procedimientos que se dan por sentados en democracias más establecidas.

Los planes de estudio frecuentemente se ocupan de asuntos relativos a la construcción de la nación y pueden incluso tratar de desactivar grupos de la sociedad civil involucrados en la agitación democrática. Estos son enfoques naturales, pero limitados, para una democracia amplia y para una política de desarrollo en las que la acción ciudadana es fundamental. En un Estado democrático es posible desarrollar una vía intermedia en la que la agitación democrática se transforme en interés por la ciudadanía.

La educación cívica en las democracias establecidas

Después de muchos años en que las democracias establecidas han dependido completamente de costumbres e instituciones arraigadas para sostener a la ciudadanía democrática, temores más recientes sobre tendencias anti-democráticas emergentes, grupos alienados y electores apáticos han causado un debate mucho más coordinado acerca de la necesidad de esfuerzos adicionales, algunos de ellos educativos y otros a través de experimentar con la reforma electoral, el fortalecimiento de partidos políticos y la democracia directa.

A veces se olvida que las democracias establecidas tienen sus propias historias de conflicto y tensión. Varias de las instituciones, prácticas y procedimientos que existen, surgieron de esos momentos de tensión y pueden aparecer por sí mismos en el futuro cuando aparezcan problemas similares. Otros problemas que enfrenten estas sociedades de hecho pueden ser nuevos y requerir instituciones nuevas.

En los Estados Unidos de América, se han desarrollado planes de estudio de educación cívica para las escuelas públicas, y un programa similar se ha puesto en marcha en el Reino Unido. Ambos surgieron fuera del sistema estatal oficial y dependieron de la presión política, apoyo y trabajo con escuelas individuales y maestros para motivar su adopción más universal.

En Alemania, las fundaciones y las academias laicas que surgieron a principios de los años 50, después de la guerra, para reactivar la ciudadanía y asegurar que hubiera reconciliación y rehabilitación continúan operando dentro de un marco de formación política apoyada por organismos gubernamentales tanto federales como provinciales.

Conforme Europa se ha ampliado e integrado, se han establecido programas educativos de la Unión Europea, tanto de carácter más informativo como con un propósito educativo más profundo —la red subyacente al proyecto Grundtvig/Sócrates proporciona información y buenas prácticas. La aparición de nociones incipientes de ciudadanía transnacional sugiere un nuevo reto para los educadores.

Claro que en sociedades de gran complejidad producto del desarrollo y de prácticas democráticas largamente establecidas, es muy difícil para los educadores considerar programas universales, de manera que existen pocos de esta naturaleza. Quienes buscan desarrollarlos para momentos democráticos particulares encontrarán ayuda en las secciones de alineación y estrategia. Los educadores, en cambio, están trabajando con nuevos migrantes, grupos excluidos, en el fortalecimiento de partidos políticos, promocionando campañas sobre derechos humanos y educación para el desarrollo.

Algunos países, especialmente aquellos con un pasado colonial o misionero, han utilizado la educación para el desarrollo para animar a sus propios ciudadanos a la acción doméstica y la solidaridad y compasión internacionales. Las técnicas usadas en estas campañas tienen que ser juzgadas cuidadosamente para garantizar que no sólo causen una movilización social a corto plazo, sino un compromiso concomitante a largo plazo para la democracia y la ciudadanía activa.

La educación cívica durante situaciones de emergencia

La acción internacional en situaciones de emergencia está ahora bien establecida. Las lecciones de la ayuda tras el tsunami durante los seis primeros meses de 2005 ya están registradas.

No es sorprendente que las demandas de estos esfuerzos de socorro, sea la protección de refugiados, la distribución de alimentos o de atención médica, o la reconstrucción de la propiedad dañada y de las sociedades mismas, han opacado las diversas necesidades educativas que surgieron y los intentos de diferentes organizaciones para satisfacerlas.

En cuanto los afectados se ven obligados a extender su estadía en comunidades y locales provisionales, sus necesidades sociales y educativas crecen. Nuevos acuerdos políticos (a nivel de la comunidad y en relación con autoridades locales y organizaciones de emergencia), vacíos en el liderazgo comunitario, el enfrentar la ruptura de los procesos de socialización, especialmente entre los jóvenes y los niños, son todas necesidades que tienen que ser atendidas por las comunidades y esto se puede hacerse con mayor facilidad través de programas educativos.

En algunos casos, cuando las comunidades desplazadas se encuentran en un estado de incertidumbre, la educación puede proporcionar algún propósito durante periodos que de otra manera son de aparente dependencia.

En tales situaciones de emergencia, existe la necesidad que los educadores que buscan ayudar consideren asuntos de ingreso, accesibilidad y relevancia. Los planes de estudios pueden centrarse inicialmente en ajustes simples tales como la obtención de documentos, atenuación de dolor y trauma, y en la reconstrucción de la comunidad. Si las comunidades son forzadas a permanecer por extensos periodos en circunstancias temporales, preocupaciones de más largo plazo sobre el desarrollo personal, las habilidades cívicas, y los programas de formación vocacional o de perfeccionamiento de habilidades pueden ser posibles. Dada la importancia de la creación de una comunidad, los educadores podrían utilizar las técnicas de la educación entre pares y los procesos de auto-gobierno.

Sin embargo, los programas de educación de cualquier nivel requieren de tiempo para su planificación, así como de locales y personal —y una inversión muy fuerte en estos puede consolidar las circunstancias de las personas que preferirían volver a su hogar anterior, o que podrían tener sus propias opiniones sobre cómo hacer la reconstrucción y la reinversión de mejor manera.

La relación entre educación general y educación cívica

Existe una relación entre educación general y educación cívica, pero no es una simple.

La educación universal como necesidad para la democracia

Uno de los teóricos educativos más importantes del siglo XX, John Dewey, produjo un tratado sobre educación titulado Democracia y Educación. Este libro, al igual que otros similares, argumenta la necesidad de una educación universal financiada por el Estado para que la democracia se mantenga. La naturaleza vital de la educación general garantiza la supervivencia de la experiencia democrática, que de otra forma sería reemplazada por formas alternativas de gobierno social.

Sin embargo, a medida que avanzó el siglo XX se hizo evidente que si bien la educación universal puede llevarse a cabo con bases liberales y pluralistas, respetando la experiencia personal y el desarrollo del conocimiento, esto no garantiza automáticamente que la gente pueda participar de manera activa en las democracias que existen hoy en día. De hecho, se siente nostalgia por el espíritu y la virtudes cívicas de las épocas pasadas y por el idealismo de aquellos que lucharon primero por la democracia y luego por el sufragio universal.

La educación cívica como complemento

Como resultado de lo arriba mencionado, la educación ha empezado a ser vista como una actividad general que debe ser complementada por alguna forma de innovación curricular conocida como "educación cívica". Esto puede hacerse en todo el currículum —la discusión por lo general gira en torno a las instituciones educativas formales en el nivel de primaria y secundaria— o agregándole una materia más al mismo. Lo último tiene como resultado el aislamiento de la educación cívica de la otras inquietudes de la vida, y al ingresar a un currículum congestionado, tendrá que competir con otras demandas —educación ambiental, matemáticas y ciencias adicionales, educación empresarial, etc. Lo anterior tampoco dice nada del valor comparativo que se da a las diferentes materias a raíz de las demandas de educación superior y exámenes externos.

De otro lado, las intervenciones en todo el currículum fallan por su complejidad, pues requiere de una flexibilidad educativa, que no siempre está presente en los colegios, y de una facilidad educativa, que no siempre está disponible en la academia. Por ende, debido a que son responsabilidad de todos, se convierten en la responsabilidad de nadie.

Los experimentos son duraderos

La educación cívica en los colegios es, por tanto, una empresa en construcción. Parece que los enfoques informales relacionados con la vida en comunidad y con la organización social están progresando más, al igual que aquellos relacionados con las elecciones cuando la democracia está viva en la mente de las personas. En la medida en que la educación informal trata asuntos que son ignorados, segregados o que están por encima de la autoridad de los colegios, la educación cívica se convierte en una forma integradora de educación que reúne las habilidades requeridas para la vida cotidiana ofrecidas por la educación general y las pone a disposición de los adultos que intentan tener una participación completa dentro de la sociedad.

La educación universal sienta las bases para la construcción de las habilidades necesarias

En este sentido, es posible considerar las distintas formas en que la educación general puede sentar las bases para la educación cívica y cómo las habilidades de los ciudadanos pueden extraer su sustancia de la educación formal, siempre y cuando ésta se encuentre disponible.

La institucionalización de la educación cívica

Si es cierto que las personas aprenden de la experiencia, y si un gran número de personas participan en la vida política —no sólo en las sociedades democráticas sino también, y a pesar del costo personal, en las sociedades antidemocráticas— sin haber tenido el beneficio de la "educación cívica", entonces debe haber otras formas en que las personas están siendo educadas. Y de hecho las hay. El principal medio de enseñanza para la educación cívica ha sido y sigue siendo el proceso social. Donde este proceso es vital, y donde los que participan en él reflexionan acerca de la filosofía que hay detrás de sus luchas y de su práctica, se desarrollan los dirigentes, los ciudadanos participan activamente y las organizaciones se fortalecen.

Los educadores tal vez no puedan reproducir las condiciones sociales que conducen a la organización sindical, la organización de la comunidad cívica, y de la política conducida por medios democráticos. Pero pueden involucrar estos procesos sociales en formas que hacen más factible que las personas aprendan y se desarrollen. Esto sólo se puede hacer si los educadores están familiarizados de alguna manera con los azares de la vida política. Las organizaciones que combinan el activismo político con servicios educacionales, u organizaciones educativas que tienen una relación con aquellos que participan en asuntos sociales, o incluso los educadores empleados principalmente como capacitadores al interior de las organizaciones, tienen más probabilidades de garantizar que la educación cívica se lleve a cabo como algo intrínseco a través de la participación en los asuntos públicos y cambio social, que son las mejores de todas las posibles escuelas para la democracia.

Es posible que tales escuelas puedan ser creadas a través del desarrollo prudente de foros públicos, la vida en sociedad, y la actividad comunal. Aunque éstos podrían surgir espontáneamente, aquellos que están en el campo de la educación cívica también pueden estimularlos como parte de su propio programa. Debates públicos sobre asuntos de interés, por ejemplo, pueden proporcionar una oportunidad para que el público aprenda sobre la libertad de opinión, las reglas para debatir, el manejo de controversias, y rituales para la toma de decisiones, a pesar de que los que asisten no perciban ningún propósito educativo.

La participación como educación

En primer lugar, los educadores se regocijarán por el hecho de que los ciudadanos participen en la vida pública y de la comunidad, sin importar cuál sea el tema que los motive. Tan sólo la participación puede mejorar la comprensión de la gente sobre la vida política, pero sin un componente educativo y de reflexión en su activismo, esa comprensión puede ser limitada e inclusive errónea. El papel del educador con respecto a la participación en actividades políticas o cívicas es doble:

  • aumentar la capacidad de la gente para participar en esa actividad política o cívica; y,
  • desarrollar formas en que estas mismas personas puedan reflexionar y aprender de la experiencia de la actividad política o cívica.

Por supuesto, no hay garantía de que el resultado de la participación de los ciudadanos sea constructivo. Parece haber una serie de casos en los que las personas se desilusionan y deciden usar medios violentos y no democráticos para obtener sus fines políticos. En otros casos, las personas simplemente capitulan. Sin embargo, la evidencia sugiere que es posible para las personas comprometerse con los principios de la democracia y, aún en circunstancias en que no hay apoyo de la sociedad para este compromiso, participar en una actividad que aumenta su eficacia a medida que pasa el tiempo.

Este ha sido el caso en muchos países donde los movimientos sociales, a través de una confluencia de fuerzas no completamente de su propia creación, han establecido culturas de democracia y participación pública, que son generalmente admiradas. Estas culturas, sin embargo, no son necesariamente transportables, y las lecciones aprendidas en una sociedad sobre la manera de conseguir la democracia no siempre puede acomodarse en un país donde hay una constitución democrática, pero la buena gobernabilidad es el asunto de mayor interés.

El principio de animar a las personas a trabajar en conjunto para conseguir apoyo para su causa en un grupo distinto de socios potenciales y para elaborar códigos de conducta y de toma de decisiones que sean fundamentalmente democráticos, para entonces involucrar a quienes pudieran apoyar o inhibir el logro de sus objetivos sociales, contribuye a desarrollar tanto la virtud como el activismo políticos.

Campañas de educación pública

La mayoría de los países realizan campañas de educación pública que se ocupan de asuntos de género o de salud, del cuidado y uso del agua, del medio ambiente, del aseo de la ciudad, tabaco y otras. Estas campañas utilizan a veces los principios esbozados en Principios de la educación pública, pero no tienen necesariamente la intención primordial de promover la educación cívica per se.

Es difícil entender, sin embargo, cómo una campaña de educación pública puede no apoyar la educación cívica. Cuando se involucra la coordinación y la armonización de grandes grupos de ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil, o educadores, se está ya trabajando en el desarrollo de aptitudes cívicas. Cuando se preparan los mensajes, no se puede evitar el trato de asuntos de virtud cívica y responsabilidad ciudadana. Cuando se establecen los argumentos del caso, no se puede sino tratar cuestiones sociales y de organización social.

Los educadores comprometidos con los programas de apoyo a la democracia utilizarán campañas públicas de educación para hacer llegar mensajes cívicos y asegurar que adopten una visión más amplia. Por lo menos, se debe garantizar el que se puedan orientar los recursos de dichas campañas de forma tal manera que reduzcan la carga en los presupuestos de educación puramente cívica.

Por lo tanto, los educadores deberían identificar esas campañas y negociar las formas en que puedan hacer la labor de educación cívica. Para lograr esto, será útil el que los educadores cívicos estén conscientes de la importancia de la participación de todos para el éxito de la educación pública, y de la relevancia de las aptitudes y el entendimiento políticos para el desarrollo de un entorno dentro del cual la campaña pueda tener éxito.

Momentos de transición

Hay momentos en la historia de un país cuando el cambio es evidente. En esos momentos, la gente es más receptiva a los debates de la vida pública y de la participación política. Es probable que estén involucrados, o por lo menos preocupados por dicha situación, y es probable que expresen la necesidad de contar con educación, concientización o información. Esos momentos son raros, pero cuando ocurren le proporcionan al educador una oportunidad tangible.

Tal vez el momento de transición más regular en toda democracia es la elección, sobre todo la elección en la que parezca probable que se producirá un cambio de gobierno. Esos momentos son tal vez la razón principal por la cual la educación electoral, a diferencia de la educación cívica, parezca tener la mayor parte de la atención y apoyos internacional y nacional. Pero en realidad, lo que ocurre es que la elección proporciona una excusa (y muy buena) para la educación cívica. Los asuntos de la elección y las decisiones que se tienen que tomar son palpables, el discurso público es mayor, y las oportunidades para la educación, sobre todo a nivel informal, más patentes.

Hay otros momentos, sin embargo, que los educadores deben ser capaces de reconocer y de aprovecharlos. En los países grandes, donde la cuestión nacional de la democracia constitucional ya ha sido resuelta, estos momentos pueden ser más fáciles de encontrar en el ámbito local. Y no es de extrañar que la educación cívica esté cada vez más vinculada a cuestiones de democracia y gobierno local. Por otro lado, puede ser que, además de los gobiernos locales, los gobiernos regionales o las asociaciones económicas proporcionen la próxima meta de transición de la educación cívica para muchos países.

Labor pública

Hay un número creciente de experimentos, particularmente en las universidades, pero también en algunos sistemas de educación y en escuelas individuales, para desarrollar programas de apoyo para el aprendizaje. Estos son normalmente diseñados como una combinación de enseñanza en aula y de actividad voluntaria en organizaciones de servicios y de asistencia social. Dado que los que participan son estudiantes a tiempo completo supeditados a las necesidades del año educativo, las opciones de servicio ofrecidas, de las que se pretende sacar lecciones tienden a ser esporádicas y periódicas, organizadas no por los estudiantes, sino por la institución educativa y la institución receptora.

Con la movilidad creciente de los jóvenes, especialmente en el hemisferio norte, el voluntariado durante las vacaciones se ha convertido en una actividad a gran escala, y estos programas de prácticas, de voluntarios y de becas van involucrando cada vez más a los jóvenes en el trabajo para el desarrollo y de servicio social, a menudo, pero no siempre, en un país en vías de desarrollo.

El valor de lo anterior es limitado en alcance —muy pocas personas pueden participar— y el nivel de aprendizaje se ve limitado por el compromiso de la persona y de las instituciones de origen y receptoras.

Sin embargo, se ha iniciado un movimiento que recluta a grupos de jóvenes con un avalador adulto para participar en labores públicas —el esfuerzo cooperativo para mejorar su propia sociedad, centrándose en problemas reales mediante el diseño e instrumentación de soluciones reales. Esto se hace a través de la estructuración del análisis social, transfiriendo aptitudes organizativas y políticas durante el proceso de resolución de problemas, y estimulando a los jóvenes para que realicen acciones constructivas durante un determinado periodo.

Plan nacional para la educación cívica

Hay una serie de intentos de crear un plan de estudios nacional para la educación cívica. Estos se desarrollan en el marco de la filosofía y la terminología educativa existente en cada sistema particular de educación —que establecen estándares, especifican los resultados, se basa el contenido en programas y libros de texto que ya están disponibles, y, en algunos casos más limitados, las normas de evaluación están ya dictadas.

Si se elige institucionalizar la educación cívica vía un plan de estudios a cargo de la autoridad educativa, se deben tener en cuenta: los resultados esperados, qué es lo que se va a enseñar y en dónde, los materiales de apoyo para los que imparten y para los que reciben el conocimiento, y la forma de evaluación.

También se tiene que decidir si dicho plan de estudios implicará la incorporación de contenidos a las materias que ya se imparten, o si será objeto de estudio aparte, en cuyo caso, habrá que preguntarse cómo es que se relacionará con las demás áreas de estudio dadas las superposiciones y duplicidades.

Los principales obstáculos para el desarrollo de un plan de estudios nacional no están relacionados con el tema, aunque hay una serie de desafíos en este sentido que se indican en otras secciones. Se trata más bien de encontrar el tiempo y espacio necesarios, en la formación y el apoyo a los educadores, y en la evaluación de los alumnos.

Educación formal

Existe una relación directa entre la universalidad de la educación básica y la democratización. Algunos han argumentado que las personas instruidas, y con conocimientos básicos de matemáticas y ciencias, son catalizadores para la expansión de la democracia. Otros, al analizar la sustentabilidad de la democracia han insistido en que sólo se puede lograr si a quienes obtienen el derecho al voto se les dota de educación básica estandarizada.

Históricamente, se ha asumido que, con la excepción de una variedad de asignaturas opcionales diseñadas para instruir a los alumnos acerca de las estructuras sociales y políticas, la educación cívica está implícita en el acto de educar. En algunas escuelas experimentales muy publicitadas, se han creado micro-sociedades para garantizar que el aprendizaje del aula se complemente con la experiencia de una institución de auto-gobierno.

Pero en general, conforme las escuelas se fueron institucionalizando, los planes de estudio se especializaron y se percibió a la sociedad como más compleja, la educación cívica, o una variante de éste término, se convirtió en un tema que compite por un espacio en la jornada escolar.

La mayoría de estas asignaturas han sido degradadas y desacreditadas, no necesariamente a causa de su contenido, aunque el creciente desajuste entre el contenido y la experiencia de vida del estudiante tienen un impacto, sino porque son consideradas como menos importantes, tanto por los profesores como por los estudiantes, en comparación con las asignaturas verificables del plan de estudios —idiomas, matemáticas y ciencias, y otras asignaturas básicas.

Para contrarrestar esto, la educación cívica ha sido incorporada en la vida de los colegios mediante actividades extra-curriculares como las elecciones estudiantiles, la auto-gestión de sociedades extra-muros, y comités de padres, alumnos y profesores. Especialistas en distintas materias han sido alentados a introducir los conceptos de educación cívica en sus respectivos campos, identificándolos e incorporándolos a la historia, los idiomas, el arte y el drama, la sociología y la economía, la administración de negocios y las habilidades para la vida.

Existe cierta controversia acerca del papel de la escuela en la educación cívica. Puede ser vista como demasiado política y, por lo tanto, dar lugar a conflictos y partidismos. Por otra parte, las comunidades pueden no querer escuelas administradas por el Estado que por interfieran en la formación política de sus hijos, temiendo que sea una forma de propaganda o de sociabilización en contradicción con los valores y compromisos de esa comunidad.

En ese sentido, la educación cívica tiene algunos paralelismos con los actuales debates sobre el papel de la religión o la educación religiosa en las escuelas. Sin embargo, en sociedades democráticas donde los ciudadanos han establecido un sistema nacional de escuelas cuyos fondos provienen de sus impuestos, hay una expectativa de que, como fue ambicionada originalmente cuando la educación universal era promovida, las escuelas promuevan el desarrollo de ciudadanos responsables.

Un considerable trabajo ha venido realizándose recientemente en los Estados Unidos de América en el desarrollo de un plan de estudios estandarizado y en el intento de conseguir que se imparta —a veces como una alternativa más para el módulo general de la ciencia política. En suma, se han enfocado en tres componentes y una metodología imperativa:

  • Conocimiento cívico esencial, incluyendo el desarrollo de una democracia constitucional y sus principios;
  • Habilidades cívicas esenciales, incluyendo habilidades intelectuales y de participación y su puesta práctica; y,
  • Virtudes cívicas esenciales, como los rasgos de responsabilidad y el respeto por los otros.

Un imperativo de esto es el profesor democrático, imbuido con un compromiso con que el ambiente del aula sea compatible con la teoría y la práctica de la democracia y la libertad.

En Sudáfrica, un extenso programa de valores y educación ha sido desarrollado e institucionalizado en el departamento nacional de educación para preservar, promover y extender la democracia constitucional establecida en 1994.

En la transición de los estados de Europa del Este hacia la independencia, la democracia y, en algunos casos, la adhesión a la Unión Europea, la educación cívica a través del sistema escolar existente o en paralelo, mediante instituciones y procesos educativos no formales, han sido una de las más tempranas formas de capacitación democrática hechas por la comunidad internacional.

Educación no formal

Algunos países han introducido un plan de estudios nacional para la educación cívica que ha sido distribuido usando métodos de educación no formales. Una amplia gama de organizaciones e instituciones han acordado, a través de un proceso de consulta o de dirección por un consejo de administración electoral o una institución similar, emitir un plan de estudios común.

Kenia es, en particular, un buen ejemplo de esto. Su plan de estudios publicado fue preparado y emitido en el periodo anterior a las elecciones nacionales del 2002.

El plan de estudios fue elaborado tras un análisis de referencia nacional de las actitudes de los ciudadanos y sus necesidades educativas. Fue emitido por una coalición de 70 organizaciones no gubernamentales, coordinadas por una pequeña oficina de gestión del proyecto, y financiada por fondos de desarrollo internacional utilizados de manera conjunta. Los resultados de este proyecto han alentado a sus financiadores y participantes a planificar una segunda ronda de análisis.

Las demoras en la finalización de las reformas constitucionales, cuya redacción impulsó al primer análisis, han impactado en que la educación sea informal —y es un buen ejemplo de cómo programas de educación cívica electoral pueden ser acorralados por exigencias fuera de su control.

Malawi también ha operado un plan nacional de estudios, especialmente apropiado para sus circunstancias, impulsado mediante la Iniciativa Nacional para la Educación Cívica (NICE, por sus siglas en inglés). Fue diseñado por educadores y bibliotecas comunitarias organizadas únicamente por NICE, en lugar de una coalición como en Kenia.

En ambos casos, la iniciativa ha recibido apoyo nacional y legal a pesar de haber sido creado mediante un esfuerzo combinado de la comunidad internacional de donantes y la comunidad no gubernamental. Es difícil saber si un plan de estudios diferente hubiera sido creado, o siquiera si se hubiera intentado, si sólo hubiera habido dinero disponible para el sistema de educación nacional.

Cuando se desarrolla un plan de estudios para ser impartido de manera no convencional, se enfrentan problemas relativos a quién es responsable de su autoría y supervisión.

En Kenia se trató de superar por el estudio de referencia y el desarrollo de materiales impresos y publicados oficialmente antes de la puesta en marcha del programa. Además, los programas fueron emitidos como una campaña de duración determinada en un clima político propicio, en lugar de ser desarrollado como un plan de estudios estandarizado que fuera a ser impartido a lo largo de un periodo determinado.

En Uganda, dicho plan de estudio fue desarrollado por el organismo electoral a principios de los años noventa, y se pretendía que cualquier tentativa sobre educación cívica lo acatara.

Algunos países acreditan a las organizaciones y las dotan de materiales existentes. Otros, las acreditan y les permiten desarrollar  sus propios materiales siguiendo una guía.

En Alemania, el desarrollo de material teórico y materiales de capacitación para el plan de estudios, aunque no es obligatorio, actúa como un regulador informal al alentar a otros a que utilicen lo que ya existe en lugar de desarrollar unos propios, con el ahorro que ello implica.

La educación no formal, por su propia naturaleza, se realiza en circunstancias diversas (surgen problemas de idioma, de adaptación de materiales y soporte audiovisual, del momento apropiado para la educación y en cuanto a los niveles de entrada e interés de los alumnos). Es impartida por una serie de educadores y facilitadores, y, a pesar de la posibilidad de cierta capacitación en cascada en el corto plazo, es inevitable que se aborden el programa con sus propios estilos y habilidades de enseñanza. Y finalmente, la educación no formal se hace a menudo casi sin previo aviso, lo que reduce la posibilidad de entregar materiales ya preparados.

Los costos de los planes de estudio de producción nacional, ya sean los de naturaleza limitada probados en algunos países o de carácter integral como el de Kenia, son elevados, y el desperdicio puede ser considerable. El riesgo que los materiales puedan perder rápidamente su relevancia y sean reemplazados por cursos de producción local se agrega al desperdicio.

La responsabilidad de la educación cívica entre las instituciones nacionales

Diversos departamentos de educación, cuerpos de administración electoral e instituciones legales han tenido la responsabilidad de la educación cívica. Como instituciones nacionales, pueden tener un mandato en el marco de uno mucho más general sobre derechos humanos, acuerdos constitucionales o desarrollo social.

También ha habido algunos consejos multi-sectoriales nacionales y foros establecidos a través de estatutos provisionales o asociación voluntaria.

Finalmente, hay manifestaciones domésticas de organizaciones internacionales y asociaciones.

Cada una de éstas tiene méritos y retos.

Si un país va a alentar y promover la educación cívica entonces es esencial que haya alguna organización que actúe como elemento de cohesión entre otros actores. Esto implica que estén en condiciones de ejercer algún poder o influencia —mediante la primacía legislativa, con la provisión de presupuesto o por su liderazgo intelectual. En la ausencia de esta ventaja, la educación cívica seguirá siendo fragmentada aún cuando se siga el modelo alemán —véase más adelante. Esto podría no verse como un problema, e incluso podría ser considerado como apropiado para una sociedad democrática que fomente el que múltiples voces e instituciones interactúen para el fortalecimiento la sociedad —aunque introduce un cierto nivel de inercia institucional que hace difícil la innovación en tiempos de difíciles.

El modelo alemán

Alemania ha establecido una institución federal para politische bildung (educación para una ciudadanía democrática) que obtiene fondos federales para sus propios programas y los desembolsa a través de una cadena de fundaciones, centros regionales, y organizaciones no gubernamentales. Mediante el desarrollo de materiales educativos y por medio de los incentivos y controles que le permite la concesión de subvenciones, ha financiado a nivel nacional, sistemas de educación cívica democráticamente alineados y domésticamente efectivos en donde la educación formal, la educación no formal, las instituciones estatales y la sociedad civil jueguen un papel. Este sistema está tan profundamente arraigado al paso de más de medio siglo de existencia, que apenas y se le hace referencia en Alemania, y pasa inadvertido por quienes desarrollan modelos de educación cívica. Merece mucha más atención de la que recibe.

Instituciones nodales

La elección en cuanto a la institución nodal —un departamento de estado, una institución creada por mandato legal, como un organismo electoral o una comisión de derechos humanos, una universidad o un grupo de universidades o un foro nacional de educación cívica— será determinada por los países de manera individual. En algunos casos, esas instituciones pueden emerger como resultado de un conjunto particular de circunstancias. Como sea que suceda, la institución necesitará recursos para al menos participar involucrar otros actores y desarrollar alguna forma de programa nacional.

Los organismos electorales no son necesariamente las organizaciones apropiadas: tienen las demandas propias de las elecciones, personal limitado y la necesidad de ser vigorosamente apartidistas. Las Comisiones de Derechos Humanos enfrentan problemas similares, aunque están habituadas a que se les “politice” y a lidiar con dichas situaciones.

 

Educación popular

En todo el mundo, los movimientos de educación popular vinculados a la democratización o a la vida en comunidad han sido establecidos de acuerdo a planes de estudio autónomos y locales. A menudo se ejecutan sobre la dinámica maestro-estudiante, donde los maestros son personas de una posición peculiar en la comunidad. Van desde lo que se llama “escuelas de iniciación” en partes de África, pasando por escuelas religiosas que son usuales en comunidades judías e islámicas, hasta escuelas asociadas con sindicatos de trabajadores y movimientos sociales o políticos particulares. Recientemente, las organizaciones de la sociedad civil han desarrollado formas de consolidar sus  varios programas educativos a corto plazo en componentes residenciales más extensos bajo la premisa de que tendrán impacto a más largo plazo.

Algunos de los más recientes hacen recordar un movimiento en particular, cuyos protagonistas consideran haber tenido un impacto significativo en el desarrollo de la democracia en los países escandinavos. Hay una continua promoción de estas ideas, y de las instituciones populares que la apoyan, en los países en desarrollo. Es útil, por lo tanto, analizar el modelo de educación popular de tal vez mayor duración e institucionalización de todos los asociados directamente con la democracia.

La primera escuela popular abrió sus puertas en Dinamarca en 1844 a instancias de Nikolaj Grundtyig, y estas “escuelas para la vida” organizadas alrededor de un solo profesor, un hogar y una pequeña comunidad de estudiantes internados, rápidamente se convirtió parte de la vida democrática de los países nórdicos.

En la actualidad hay escuelas en varios países que están firmemente basadas en los principios de Grundtyig, y otras que, aunque mantienen el nombre de escuela popular o escuela superior popular, han evolucionado en gran medida como instituciones de formación profesional con cierta inclinación hacia la naturaleza política del trabajo y hacia una firme relación con el gobierno en la ciudad o región donde se encuentren.

En sus primeras manifestaciones había una relación directa entre la democratización de las sociedades nórdicas y las escuelas populares. Las segundas estaban planeadas para “avivar e instruir, pero primero y más importante para avivar” (Christen Kold, 1866), e insistieron en controlar su propio plan de estudios en un momento cuando la educación formal en general se extendía lentamente y sin un impacto inmediato en las clases trabajadora y campesina.

Con el tiempo, las escuelas superiores populares desarrollaron un nicho social particular en momentos en que los individuos se familiarizaban con su situación y exploraban su nuevo rol en la sociedad, queriendo desarrollar una nueva habilidad, o entrando a una nueva fase en su vida. Existe un interés particular por las personas con necesidades de educación especial y en las comunidades de inmigrantes. Diferentes escuelas populares tienen diferentes especialidades e intereses, pero todas ellas operan de acuerdo a una ética descrita recientemente por el director de la Escuela Superior Popular Alma en Suecia como:

  • una educación gratuita y liberal para adultos
  • que sea voluntaria e informal, aunque impartida a través de una institución formal
  • que las instituciones operen bajo la premisa de que todos los ciudadanos son libres e independientes y que tienen derecho a participar en todos los aspectos de la sociedad democrática
  • que se creen las condiciones en que las personas persigan libremente el conocimiento
  • que se estimule la curiosidad y el pensamiento critico

Las primeras escuelas populares alentaron el canto, el uso del lenguaje común, y el entendimiento de la política y la vida pública. Esta educación es de provecho holístico, pero no es de utilidad desde la óptica de que no sólo se centra en habilidades de trabajo o en la superación de exámenes. Muy pronto estos principios fueron adoptados por el movimiento obrero así como por las escuelas, y el movimiento de las escuelas populares hoy en día todavía tiene aceptación social y apoyo a pesar de la educación formal universal.

El movimiento de las escuelas populares está relacionado con el de los círculos de estudio, que implica que grupos autodidactas de adultos que se reúnen periódicamente para aprender una destreza o estudio de una cuestión o tema se organizan alrededor de un animador. Estos círculos de estudio fomentan la autogestión, el aprendizaje permanente y el obtenido en particular de los demás en un contexto de colaboración y de igualdad. Los círculos de estudio, por lo tanto, proporcionan oportunidades eficaces y de bajo costo para la educación adulta y el desarrollo del capital social.

 

Procesos sociales

Si es cierto que las personas aprenden de la experiencia, y si un gran número de personas participan en la vida política —no sólo en las sociedades democráticas sino también, y a pesar del costo personal, en las sociedades antidemocráticas— sin haber tenido el beneficio de la "educación cívica", entonces debe haber otras formas en que las personas están siendo educadas. Y de hecho las hay. El principal medio de enseñanza para la educación cívica ha sido y sigue siendo el proceso social. Donde este proceso es vital, y donde los que participan en él reflexionan acerca de la filosofía que hay detrás de sus luchas y de su práctica, se desarrollan los dirigentes, los ciudadanos participan activamente y las organizaciones se fortalecen.

Los educadores tal vez no puedan reproducir las condiciones sociales que conducen a la organización sindical, la organización de la comunidad cívica, y de la política conducida por medios democráticos. Pero pueden involucrar estos procesos sociales en formas que hacen más factible que las personas aprendan y se desarrollen. Esto sólo se puede hacer si los educadores están familiarizados de alguna manera con los azares de la vida política. Las organizaciones que combinan el activismo político con servicios educacionales, u organizaciones educativas que tienen una relación con aquellos que participan en asuntos sociales, o incluso los educadores empleados principalmente como capacitadores al interior de las organizaciones, tienen más probabilidades de garantizar que la educación cívica se lleve a cabo como algo intrínseco a través de la participación en los asuntos públicos y cambio social, que son las mejores de todas las posibles escuelas para la democracia.

Es posible que tales escuelas puedan ser creadas a través del desarrollo prudente de foros públicos, la vida en sociedad, y la actividad comunal. Aunque éstos podrían surgir espontáneamente, aquellos que están en el campo de la educación cívica también pueden estimularlos como parte de su propio programa. Debates públicos sobre asuntos de interés, por ejemplo, pueden proporcionar una oportunidad para que el público aprenda sobre la libertad de opinión, las reglas para debatir, el manejo de controversias, y rituales para la toma de decisiones, a pesar de que los que asisten no perciban ningún propósito educativo.

En primer lugar, los educadores se regocijarán por el hecho de que los ciudadanos participen en la vida pública y de la comunidad, sin importar cuál sea el tema que los motive. Tan sólo la participación puede mejorar la comprensión de la gente sobre la vida política, pero sin un componente educativo y de reflexión en su activismo, esa comprensión puede ser limitada e inclusive errónea. El papel del educador con respecto a la participación en actividades políticas o cívicas es doble:

  • aumentar la capacidad de la gente para participar en esa actividad política o cívica; y,
  • desarrollar formas en que estas mismas personas puedan reflexionar y aprender de la experiencia de la actividad política o cívica.

Por supuesto, no hay garantía de que el resultado de la participación de los ciudadanos sea constructivo. Parece haber una serie de casos en los que las personas se desilusionan y deciden usar medios violentos y no democráticos para obtener sus fines políticos. En otros casos, las personas simplemente capitulan. Sin embargo, la evidencia sugiere que es posible para las personas comprometerse con los principios de la democracia y, aún en circunstancias en que no hay apoyo de la sociedad para este compromiso, participar en una actividad que aumenta su eficacia a medida que pasa el tiempo.

Este ha sido el caso en muchos países donde los movimientos sociales, a través de una confluencia de fuerzas no completamente de su propia creación, han establecido culturas de democracia y participación pública, que son generalmente admiradas. Estas culturas, sin embargo, no son necesariamente transportables, y las lecciones aprendidas en una sociedad sobre la manera de conseguir la democracia no siempre puede acomodarse en un país donde hay una constitución democrática, pero la buena gobernabilidad es el asunto de mayor interés.

El principio de animar a las personas a trabajar en conjunto para conseguir apoyo para su causa en un grupo distinto de socios potenciales y para elaborar códigos de conducta y de toma de decisiones que sean fundamentalmente democráticos, para entonces involucrar a quienes pudieran apoyar o inhibir el logro de sus objetivos sociales, contribuye a desarrollar tanto la virtud como el activismo políticos.

La mayoría de los países realizan campañas de educación pública que se ocupan de asuntos de género o de salud, del cuidado y uso del agua, del medio ambiente, del aseo de la ciudad, tabaco y otras. Estas campañas utilizan a veces los principios esbozados en Principios de la educación pública, pero no tienen necesariamente la intención primordial de promover la educación cívica per se.

Campañas de educación pública

Es difícil entender, sin embargo, cómo una campaña de educación pública puede no apoyar la educación cívica. Cuando se involucra la coordinación y la armonización de grandes grupos de ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil, o educadores, se está ya trabajando en el desarrollo de aptitudes cívicas. Cuando se preparan los mensajes, no se puede evitar el trato de asuntos de virtud cívica y responsabilidad ciudadana. Cuando se establecen los argumentos del caso, no se puede sino tratar cuestiones sociales y de organización social.

Los educadores comprometidos con los programas de apoyo a la democracia utilizarán campañas públicas de educación para hacer llegar mensajes cívicos y asegurar que adopten una visión más amplia. Por lo menos, se debe garantizar el que se puedan orientar los recursos de dichas campañas de forma tal manera que reduzcan la carga en los presupuestos de educación puramente cívica.

Por lo tanto, los educadores deberían identificar esas campañas y negociar las formas en que puedan hacer la labor de educación cívica. Para lograr esto, será útil el que los educadores cívicos estén conscientes de la importancia de la participación de todos para el éxito de la educación pública, y de la relevancia de las aptitudes y el entendimiento políticos para el desarrollo de un entorno dentro del cual la campaña pueda tener éxito.

Momentos de transición

Hay momentos en la historia de un país cuando el cambio es evidente. En esos momentos, la gente es más receptiva a los debates de la vida pública y de la participación política. Es probable que estén involucrados, o por lo menos preocupados por dicha situación, y es probable que expresen la necesidad de contar con educación, concientización o información. Esos momentos son raros, pero cuando ocurren le proporcionan al educador una oportunidad tangible.

Tal vez el momento de transición más regular en toda democracia es la elección, sobre todo la elección en la que parezca probable que se producirá un cambio de gobierno. Esos momentos son tal vez la razón principal por la cual la educación electoral, a diferencia de la educación cívica, parezca tener la mayor parte de la atención y apoyos internacional y nacional. Pero en realidad, lo que ocurre es que la elección proporciona una excusa (y muy buena) para la educación cívica. Los asuntos de la elección y las decisiones que se tienen que tomar son palpables, el discurso público es mayor, y las oportunidades para la educación, sobre todo a nivel informal, más patentes.

Hay otros momentos, sin embargo, que los educadores deben ser capaces de reconocer y de aprovecharlos. En los países grandes, donde la cuestión nacional de la democracia constitucional ya ha sido resuelta, estos momentos pueden ser más fáciles de encontrar en el ámbito local. Y no es de extrañar que la educación cívica esté cada vez más vinculada a cuestiones de democracia y gobierno local. Por otro lado, puede ser que, además de los gobiernos locales, los gobiernos regionales o las asociaciones económicas proporcionen la próxima meta de transición de la educación cívica para muchos países.

Labor pública

Hay un número creciente de experimentos, particularmente en las universidades, pero también en algunos sistemas de educación y en escuelas individuales, para desarrollar programas de apoyo para el aprendizaje. Estos son normalmente diseñados como una combinación de enseñanza en aula y de actividad voluntaria en organizaciones de servicios y de asistencia social. Dado que los que participan son estudiantes a tiempo completo llevados por las necesidades del año educativo, las opciones de servicio ofrecidas, de las que se pretende sacar lecciones tienden a ser esporádicas y periódicas, organizadas no por los estudiantes, sino por la institución educativa y la institución receptora.

Con la movilidad creciente de los jóvenes, especialmente en el hemisferio norte, el voluntariado durante las vacaciones se ha convertido en una actividad a gran escala, y estos programas de prácticas, de voluntarios y de becas van involucrando cada vez más a los jóvenes en el trabajo para el desarrollo y de servicio social, a menudo, pero no siempre, en un país en vías de desarrollo.

El valor de lo anterior es limitado en alcance —muy pocas personas pueden participar— y el nivel de aprendizaje se ve limitado por el compromiso de la persona y de las instituciones de origen y receptoras.

Sin embargo, se ha iniciado un movimiento que recluta a grupos de jóvenes con un avalador adulto para participar en labores públicas —el esfuerzo cooperativo para mejorar su propia sociedad, centrándose en problemas reales mediante el diseño e instrumentación de soluciones reales. Esto se hace a través de la estructuración del análisis social, transfiriendo aptitudes organizativas y políticas durante el proceso de resolución de problemas, y estimulando a los jóvenes para que realicen acciones constructivas durante un determinado periodo.

Normalmente esos grupos de labor pública, ya en funcionamiento en los EE.UU., Sudáfrica e Irlanda, se reúnen durante sus tiempos libres, seleccionan problemas de sus propias comunidades, colaboran con organismos de los gobiernos locales que tienen recursos y poder, y construyen alianzas con otros grupos de la comunidad que tienen un interés común en la solución del problema específico. Esto no es sólo un grupo de acción, ya que mientras realizan las actividades, los jóvenes aprenden cómo funciona el mundo y cómo se le puede cambiar, al tiempo que desarrollan un entendimiento cívico que puede ser transferido a otros aspectos de su vida y de su sociedad.

Mandato en materia educativa

¿Es necesaria la educación electoral?

Las elecciones son disputadas por los partidos políticos, y en algunos países por candidatos respaldados por organizaciones públicas o por grupos de votantes. Son administradas por las autoridades electorales.

¿Bajo qué circunstancias y con qué derecho se involucran los educadores en este proceso aparentemente simple? Después de todo, es un proceso que emprenden adultos que, presumiblemente, están seguros de lo que quieren, y tienen la sofisticación necesaria para sobrevivir en el contexto sociopolítico en el cual se llevan a cabo las elecciones.

Sin embargo, un argumento simple y obvio es el de diseminar información al público sobre la forma como se conducirán las elecciones. Aún en democracias establecidas con una tradición de elecciones periódicas, los votantes requieren de información.

Quienes votan por primera vez, los ancianos, los analfabetas y las personas con necesidades especiales estén entre los grupos prioritarios a recibir educación. Cambios en el uso de tecnología electoral, como por ejemplo, la introducción de las pantallas táctiles, o en los procedimientos electorales, como el voto por correo, necesitan un esfuerzo generalizado de educación electoral. Un aumento en el número de candidatos o partidos políticos que se presentan en una elección, así como un incremento en el número de iniciativas públicas sobre las cuales se pide a los votantes que tomen una decisión, pueden complicar el diseño de la papeleta de votación.

La confusión de la "papeleta mariposa" que se utilizó en Palm Springs, Florida, durante las elecciones de 2000 muestra la necesidad de llevar a cabo una educación electoral adecuada, incluso en las que podrían considerarse circunstancias idóneas.

La necesidad de educación electoral es aún mayor en entornos de transición y de post-conflicto que están pasando por procesos de cambios sistémicos, legales y de procedimiento radicales y donde el derecho al voto puede ser más extenso.

Pero cuál es el mandato para una educación más extensiva que recalque la importancia de las elecciones, no sólo en época electoral sino como una iniciativa duradera. Eso es más difícil de responder.

Hay personas que argumentan que la educación electoral puede importunar y ser objeto de abuso, de manera que debiera ser excluida por completo del proceso electoral.

Un creciente compromiso hacia la educación al votante

El creciente mandato para la educación electoral es consecuencia de gran variedad de fuentes. Los principios internacionales que están surgiendo apoyan la diseminación de la democracia y la extensión del sufragio universal a todas las personas. Las elecciones, por supuesto, son parte integral de este movimiento. De manera que, en este contexto, la educación al votante asegura que los ciudadanos comprendan sus derechos electorales y sean capaces de ejercitarlos.

Sumado a lo anterior, los mandatos legislativos establecen funciones claras para las autoridades electorales. Hay una creciente tendencia a creer que las autoridades electorales deberían proveer no sólo información pública sino también educación para asistir a los votantes a ejercitar su responsabilidad cívica al votar.

El mandato define las directrices de la educación electoral

Establecer un mandato permite que los educadores se centren en los objetivos apropiados para las sociedades particulares y los procesos electorales en los cuales están operando.

En algunos casos, el mandato para la educación electoral puede ser establecido a través de una legislación o por orden ejecutiva. Por lo general, los mandatos legislativos son conferidos a las autoridades electorales o entidades que reciben fondos públicos para la realización de la educación electoral. El mandato de la Comisión Electoral Central de la Federación de Rusia para participar en una amplia actividad de educación electoral y de formación, por ejemplo, fue concedido por una orden ejecutiva que ligó tales actividades con la instrumentación y cumplimiento de la legislación de derechos de voto aprobada en 1994.

Con respecto a las organizaciones de la sociedad civil, el mandato de llevar a cabo actividades de educación electoral es, por lo general, establecido a través de sus documentos de incorporación, estatutos y declaraciones de misión. La declaración de misión, en particular, articula las necesidades que la organización ha sido creada para atender, identifica la clientela a servir, y explica brevemente la forma en que la organización va a hacerlo.

Una institución pública u organización de la sociedad civil puede tener un mandato amplio o limitado. Puede limitarse a la sola realización de actividades de educación electoral, o llevarlas a cabo como parte de un mandato más amplio en educación cívica o de promoción pública.

Cuando se crea un mandato, ya sea como resultado de una legislación, orden ejecutiva, o por la aprobación de una declaración de misión, es necesario asegurar el conocimiento del público y su apoyo, así como de establecer la legitimidad de una educación electoral. La adopción de tales medidas aumenta las perspectivas de éxito de los esfuerzos de educación electoral.

Lo cierto es que una elección suscita una multitud de asuntos sobre quiénes pueden estar interesados en obtener educación y más información. Los educadores, por lo general, usan las elecciones como plataforma para ampliar la comprensión de las personas frente a temas sociales, económicos y políticos generales. Pueden incluso utilizar esta oportunidad para intentar mejorar las habilidades organizacionales de las personas. Todos estos son aspectos importantes de la educación para una democracia funcional.

No obstante, los educadores deben enfocarse. Necesitan operar en un ambiente claramente definido. El desarrollo de mandatos tanto generales como específicos, por lo tanto, es fundamental para definir el enfoque.

Principios internacionales del mandato para la educación

El mandato de educación cívica, aunque sea tomado de la declaración de una legislación nacional o de la misión pública, es también probable que provenga o esté influenciado por prácticas internacionales comparables y por los instrumentos y principios establecidos por países en foros y tratados internacionales.

Una discusión detallada sobre estos principios y su relación con las elecciones la podemos encontrar en una publicación del Centro para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.1 En una encuesta de diecinueve instrumentos universales y regionales, la publicación señala que "países y personas alrededor del globo han reconocido que las elecciones libres y justas son un punto crucial para la continuidad de la democratización y un medio imperativo para darle voz a la voluntad de las personas."2

Para alcanzar esto, la publicación pone atención a lo que considera como elementos comunes de la ley y el procedimiento electoral, que aseguran que las elecciones estén siendo llevadas a cabo de forma justa y libre y bajo el mandato de la ley. En relación a la información pública y a la educación al votante el documento detalla:

    124. El financiamiento y la administración deben proporcionarse para la realización de campañas objetivas, informativas y de educación electoral apartidista. Dicha educación cívica es especialmente crítica para poblaciones con poca o nula experiencia con elecciones democráticas. El público debe estar bien informado sobre dónde, cuándo y cómo votar, así como sobre la importancia de votar en las elecciones. La gente debe poder confiar en la integridad del proceso y en su derecho a participar en éste.

    125. La literatura debe estar enteramente disponible y debe ser publicada en las varias lenguas nacionales que pudieran existir para ayudar a asegurar la participación significativa de todos los posibles electores. Los métodos multimedia podrían ser empleados para dar una efectiva educación cívica a la gente dependiendo de los varios niveles de alfabetización. Las campañas de educación del elector deberían extenderse por todo el territorio del país incluyendo las zonas rurales y periféricas.3

El Secretariado de la Commonwealth ha estado involucrado en gran número de programas para apoyar las elecciones a través de la Comunidad Económica. Entre 1993 y 1997, se organizaron reuniones alrededor de la comunidad, a las que asistieron Altos Oficiales Electorales, durante las cuales se sostuvieron discusiones sobre cómo se podrían mejorar las prácticas electorales y se produjo un documento sobre práctica electoral titulado, Good Commonwealth Electoral Practice4 (buenas prácticas electorales de la Commonwealth), basado en los materiales de borrador y en las discusiones. Más allá de la importancia del documento, las discusiones fueron una importante base para el intercambio de información y experiencias.

Los principios señalados en el documento están diseñados para ser aplicados no sólo a elecciones gubernamentales nacionales y locales, sino que también buscan asistir a las personas en el fortalecimiento de sus propios sistemas electorales. Por tanto, son presentados como herramientas en vez de como recetas globales. Como muestra, considere los párrafos que versan sobre la educación pública:

    42. Los programas educativos apartidistas, apropiados y efectivos, aun cuando no son siempre responsabilidad de un cuerpo electoral, son un aspecto esencial tanto en países donde se está desarrollando una "cultura" electoral, como en las democracias establecidas. Como tales, deben estar adecuadamente financiados y profesionalmente organizados, y enfocados a grupos particulares (por ejemplo: mujeres, grupos minoritarios, los desfavorecidos y niños de colegio). Donde es viable incorporar prácticas para fomentar las elecciones nacionales a nivel del colegio, se podrían establecer centros que enseñen procedimientos electorales y educación al votante.

    43. El fomento, en particular, de la participación femenina en todas las facetas del proceso democrático merece especial atención.

    44. El costo de los programas de educación pública debe minimizarse mediante el uso de los medios de comunicación de servicio público ya sea a una tarifa mínima o sin cobro alguno.5

El documento de la Commonwealth va más allá de la declaración de las Naciones Unidas al identificar la importancia de la educación electoral/educación del elector en las "democracias establecidas". Entre 1994 y 1997, la creciente sensibilidad frente al desempeño democrático y la participación —especialmente frente a los resultados electorales y el entusiasmo— entre las democracias establecidas y las emergentes dejó claro que la democracia no puede tomarse a la ligera bajo ninguna circunstancia.

Como resultado, existe un consenso internacional general sobre la importancia de la educación electoral y la necesidad de establecer programas profesionales y de gran efectividad a costos razonables como soporte de las elecciones y, por extensión, como soporte de una agenda democratizadora más amplia.

Los grupos de observadores internacionales inevitablemente comentan sobre la conveniencia de los programas de educación y preparación de los electores. Estas afirmaciones amplían nuestro conocimiento con respecto a aquello que es necesario para poder asegurar que no sólo existan elecciones libres, justas y creíbles, sino que también exista un financiamiento adecuado para lograr que la toma de decisiones y la gobernabilidad en escenarios complejos sean de corte democrático.

Notas:

1 Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Los Derechos Humanos y las Elecciones — Manual sobre los aspectos de carácter jurídico, técnico y de derechos humanos de las elecciones [en inglés], Serie de Capacitación Profesional N º 2 (Nueva York y Ginebra: Naciones Unidas, 1994), 1.

2 Ibíd.

3 Ibíd., pág. 17.

4 Commonwealth Secretariat, Good Commonwealth Electoral Practice, A working document, (London: Commonwealth Secretariat, 1997)

5 Ibíd., párrafos 42-44.

Marco jurídico para la educación electoral

La legislación nacional impacta las funciones de las autoridades electorales

Las elecciones se desarrollan dentro de un contexto legislativo que puede apoyar o inhibir las metas de la educación electoral. Las autoridades electorales deberían considerar, por lo tanto, no sólo su propia jurisdicción legislativa sino también las previsiones legales que pudieran tener algún impacto sobre su habilidad para informar y educar a los votantes y alcanzar la participación popular en procesos electorales. A este respecto, es importante tener claro que la autoridad electoral normalmente dependerá del gobierno electo (o en el caso de sociedades en transición, de la autoridad estatutaria) para que prepare y apruebe la legislación conducente.

A diferencia de muchas otras directrices legales, la legislación relativa a la conducción de elecciones, sistemas electorales, libertad de información y asociación, reunión de fondos políticos y desarrollo de la actividad política, pueden manipularse para beneficiar al partido político o régimen en turno. Esto no sólo puede tener serias implicaciones para la administración general de las elecciones, sino que además puede jugar un rol muy importante en la determinación de la efectividad de las campañas que buscan motivar a la gente a votar y lograr una participación ciudadana activa.

Por lo tanto, en la primera oportunidad posible, las autoridades electorales deberían desarrollar mecanismos para reducir el impacto de circunstancias políticas particulares en toda legislación que tenga consecuencias electorales. Dichos mecanismos pueden incluir la inserción de ciertos procedimientos electorales dentro de la Constitución, estableciendo la necesidad de mayorías especiales, o un comité particular y procedimientos de participación pública anteriores a la enmienda.

Una buena legislación electoral facilita la educación al votante

Más allá de lo anterior, existen otras consideraciones importantes que se deben tener en cuenta en una legislación electoral específica.

  1. Las tareas de educación e información electoral serán menos complicadas si la legislación y las regulaciones reducen la complejidad y estimulan la participación general.
  2. En particular, las definiciones legales y las prácticas relacionadas al voto nulo o inválido pueden ser restrictivas, y como tales castigadas, o abiertas. Las provisiones relacionadas con el diseño de la papeleta pueden ser complicadas, haciéndolas confusas, o sencillas. El proceso de votación puede ser facilitado, tanto psicológica como físicamente, por el número, accesibilidad, y ubicación de las mesas de votación, la calidad e instrucción de los funcionarios, los horarios de votación, el que se provean servicios especiales de votación, y la facilidad de inscripción en el registro electoral.

    Si bien existe la presunción general que quienes elaboran los anteproyectos de legislación electoral favorecen un amplio acceso a las urnas, la historia indica que este no siempre ha sido el caso. La legislación debería ser intrínsecamente democrática. Si no lo es, sería necesario que los grupos de activistas se involucrasen en la información, educación y movilización del elector con el fin de cambiar el sistema.

    La coherencia en las legislaciones y entre ellas es también sumamente importante. ¿Son compatibles todas las leyes y disposiciones que rigen las elecciones, por ejemplo, las relativas al derecho al voto, a las elecciones locales y nacionales, sobre referendos, financiamiento de campañas, información pública y de actividades de campaña, y las de sanciones administrativas y penalizaciones criminales? No es raro que las leyes para elecciones nacionales y locales tengan disposiciones contradictorias o incompatibles. Esto puede presentar problemas reales si las elecciones nacionales y locales se celebran simultáneamente. Si existen plazos distintos para el registro de los electores, o diferentes métodos para marcar las  papeletas de votación, o procedimientos divergentes para presentar una impugnación, es probable que haya una gran confusión y que la tarea de educar a los electores sea considerablemente más complicada. Para evitar estos problemas, algunos países han adoptado códigos electorales universales.

  1. La educación no es necesariamente una actividad neutral
  2. Dar carta blanca a toda clase de grupos de la sociedad para hacer labor de campo y proveer educación, puede generar cierto temor, frente a la posibilidad de que se desarrolle propaganda en contra del gobierno, promoción sesgada proveniente de partidos particulares o, simplemente, información incorrecta. La legislación, por ende, puede ser restrictiva al determinar quiénes pueden educar e informar al elector. Aunque mucha de la legislación electoral actual presta muy poca atención al tema de la educación al elector. Esto suele significar que la autoridad electoral tiene libertad de involucrar instituciones, organizaciones e incluso individuos sin un mandato legal específico. Ahora bien, lo anterior podría resultar complicado para las autoridades electorales recién nombradas en sociedades donde la demanda por información y educación es grande en comparación con los limitados recursos y en que la consciencia de la existencia, aceptación y confianza en educadores alternativos es incipiente.

Existen vías para maximizar estos recursos, siempre y cuando la legislación defina la educación electoral de manera amplia o por lo menos dé a la autoridad electoral el poder para sumar a otras organizaciones o individuos nacionales o internacionales.

Impacto de la legislación nacional y las directrices locales en las iniciativas de educación electoral

Las elecciones normalmente se llevan a cabo dentro de un marco legislativo existente. En las sociedades en transición, este marco puede ser muy complejo, con una gran variedad de acuerdos temporales y leyes de una administración anterior, como en algunos países que pertenecían antiguamente a la Unión Soviética y en Yugoslavia, que temporalmente enmiendan o ponen una moratoria sobre las leyes anteriores (o toman ciertas provisiones sobre las mismas). En tales circunstancias, los decretos presidenciales que afectan el proceso electoral tampoco son de extrañar.

Dentro del marco legislativo pueden existir leyes o especificaciones particulares que tendrán un impacto sobre las iniciativas de la educación electoral. Éstas deben ser identificadas y evaluadas respecto de sus implicaciones para la instrumentación del programa.

Imperativos constitucionales

La Constitución define las capacidades y derechos de los ciudadanos, su elegibilidad para votar y contender en las elecciones, y los arreglos electorales generales. Determina las formas de gobierno, y por tanto el resultado de la votación, y establece la manera en que el público va a estar representado y la eficacia probable de esa representación. La constitución establece, igualmente, las medidas de seguridad, las responsabilidades de cada departamento de Estado, ya sea hacia su interior o con el público, y las cuestiones de igualdad y equidad.

Dado que las elecciones están tan fundamentalmente ligadas a la sucesión democrática y a la gobernabilidad, gran parte del trabajo que gira a su alrededor estará constitucionalmente protegido. Los educadores deben familiarizarse con la Constitución, las previsiones constitucionales relevantes del país o del estado, y la manera en la que ellas gobiernan el contenido y dirección de su programa de educación electoral.

Cuando rige una Constitución, pueden existir una variedad de leyes establecidas en relación con la conducta de la autoridad electoral, su jurisdicción y facultades, así como su alcance fiscal y responsabilidades. (Ver Legislación electoral).

Otra legislación a nivel nacional

Más allá de la legislación electoral específica, una variedad de leyes a nivel nacional dentro de un país pueden afectar a los programas de educación electoral. Pueden oscilar entre lo mundano y lo complejo y sencillamente llevar a la frustración. Un ejemplo de lo mundano puede ser el asegurarse que las publicaciones se registren, identifiquen y estén disponibles en diferentes librerías o en archivos públicos. Una legislación más compleja puede determinar si los educadores necesitan el permiso del ocupante o dueño de una propiedad privada, por ejemplo una finca, para realizar actividades de educación electoral. Y la frustración puede ocurrir cuando los educadores deben tener autorización con el fin de conducir la educación en una base militar.

Esta sección sensibiliza a los educadores sobre la necesidad de monitorear la legislación que tendrá impacto sobre su programa de educación electoral. En situaciones donde se puedan presentar conflictos, los juicios tendrán que basarse en la precisión del programa para alcanzar todos los requerimientos legales, incluso si estos han sido establecidos con el fin de frustrar la libre afluencia de información o la educación de los ciudadanos. En situaciones donde probablemente no se presentarán este tipo de conflictos, los juicios estarán basados en los costos ya fijados de una legislación específica y por lo tanto en la habilidad para llevar a cabo un tipo particular de programa.

Existen otras áreas de legislación mucho más obvias que los educadores tendrán que considerar. Por ejemplo:

  • Medios de comunicación y publicidad
  • Seguridad
  • Financiamiento y donativos (obras de caridad)
  • Libertad de información
  • Educación y capacitación
  • Acceso a lugares

La legislación puede impactar en el formato de los materiales a publicar; por ejemplo, la cobertura que los medios de comunicación dan al proceso electoral, el contenido y tamaño de las propagandas, y la posibilidad de obtener tiempo de emisión sin costo. Una legislación puede haber estimulado o desanimado la diversidad de los medios de comunicación. Consecuentemente, esto puede tener un impacto en el número de medios disponibles proyectados, en su cuota de mercado relativa, la audiencia a la que quieren llegar y de cuánta confianza gozan como fuente de información.

Las autoridades electorales y los partidos deben considerar las previsiones que regulan el acceso gratuito a los medios de comunicación. Probablemente existirá alguna regulación en relación a la necesidad de identificar la fuente de los mensajes o productos relacionados con las elecciones, incluyendo materiales de educación electoral. Se recomienda que se revise el contenido de todo material por las autoridades antes de su publicación.

Para obtener más información sobre este tipo de cuestiones, vea el área temática de Elecciones y Medios, en particular, principios jurídicos, marco legal para los medios de comunicación, leyes o reglamentos para los medios de comunicación durante elecciones, e información al electorado.

En algunos países, las legislaciones sobre seguridad pueden tener un impacto sobre las reuniones públicas, su organización, tiempo y propaganda. Las actividades al aire libre podrían estar restringidas por los toques de queda. La legislación concerniente a la seguridad puede oscilar entre la más restrictiva (ya sea en una parte o en todo el país) hasta una que dé apoyo constructivo para las elecciones. En dichos casos, quienes planean la educación tendrán que entender los roles que la policía y las unidades armadas pueden jugar para controlar multitudes, como soporte logístico, y en tener su propio equipo para los programas de educación electoral.

Financiar programas educativos requiere ayuda del Estado, fundaciones u otras fuentes solidarias, filantrópicas o individuales. Muchos países poseen legislación en lo que se refiere a la reunión de fondos, reportes financieros, el registro de oficiales financieros o personal que recaba fondos, y la forma como éstos fondos deben estar sujetos o no a impuestos.

Los programadores educativos que operan en países con una legislación de libertad de información tendrán que acatar, a su vez, los lineamientos de esa legislación. Donde exista la legislación de libertad de información, se tendrá la oportunidad de promover la transparencia gubernamental, que es normalmente un componente fundamental de la información pública efectiva y de los programas de educación. Pero donde no exista dicha legislación, o donde sea restringida, es posible que dichas actividades sean sino imposibles, más difíciles de realizar.

Dado que la educación cívica y electoral son actividades primordialmente informales —a no ser que se aplique un plan de estudios específico en el sistema de educación formal— los educadores probablemente no tendrán que enfrentarse a la legislación para educación general. Sin embargo, tendrán que cumplir con la legislación que se refiere a la contratación y empleo de educadores, así como con cualquier estándar de entrenamiento nacional. En resumen, deberán hacer uso de cualquier directriz que se relacione con certificaciones de entrenamiento nacional.

Leyes y ordenamientos locales

Dentro de un país, probablemente, quepa la posibilidad de que exista un conjunto de leyes y/o ordenamientos que afectarán las actividades de educación electoral llevadas a cabo por grupos locales o por organizaciones internacionales. A menudo, los funcionarios locales adoptan ordenamientos que regulan actividades tales como mítines públicos (puede ser necesaria una autorización especial, en forma de un permiso, por ejemplo), dónde pueden ser colgados los materiales de las campañas y de las elecciones, tales como carteles, y quiénes son responsables de su remoción. Puede que también haya reglamentos sobre los niveles de ruido e incluso los disturbios públicos pueden entrar en escena. Si quienes organizan las actividades de educación electoral no se familiarizan ni cumplen con las leyes locales pueden recibir multas y otras sanciones en el plano local.

Este repaso de la legislación no es de ninguna forma exhaustivo y no toma en consideración las leyes básicas de los países, ni su legislación estándar comercial, de los derechos civiles o del trabajo. Ni el elector ni los programas de educación cívica están fuera de la legislación nacional simplemente porque están relacionados con las elecciones o asuntos políticos, sociales y económicos más grandes. Los educadores tendrán que comprender, y ser capaces de cumplir con, la legislación que se aplique en cada país. Esto puede significar que los roles de las organizaciones internacionales que ayudan en la educación electoral serán más complicados. Por esta razón, el desarrollo de convenios con organizaciones locales, o bajo la tutela de la autoridad electoral en sí, es a menudo esencial.

Legislación electoral

La legislación electoral puede existir como un grupo separado de leyes o como un código electoral único. Ello puede incluir condiciones para el establecimiento de la autoridad electoral y sus funciones, el registro de los electores y el sistema electoral a ser instrumentado. Aunque los educadores electorales pueden no participar en el diseño de esta legislación, ésta tendrá un gran impacto sobre la industria de la educación electoral.

Sistemas electorales

Diferentes sistemas electorales plantean otras tantas demandas a los votantes y a las autoridades electorales. La selección de un sistema normalmente refleja las circunstancias sociales dentro de las que se encuentran los votantes. Aun si la legislación está protegida contra fáciles modificaciones, hay momentos en los cuales el cambio social precede los cambios en la ley electoral. Esto puede generar un choque entre los votantes y el sistema. Recientemente, diversos países han estado involucrados en discusiones sobre modificaciones potenciales para sus sistemas. Dichas modificaciones obviamente tendrán un mayor impacto sobre la educación al votante. Donde un sistema ha perdurado por determinado tiempo, los votantes tienden a asumir que es el único y el más apropiado, y por ende habrá resistencia al cambio.

Generalmente, sin embargo, los educadores electorales desearán cabildear por sistemas que limiten la complejidad tanto al nivel del voto como de sus resultados.

Legislación electoral y educación al votante

El mandato legislativo para la educación al votante es frecuentemente un pre-requisito para movilizar los colaboradores y el presupuesto necesarios para apoyar el programa. Hay países, por otro lado, donde la legislación específicamente excluye iniciativas abiertas de educación electoral por parte de las autoridades electorales. España es un ejemplo de ellos. En tales casos, las autoridades electorales deben proveer información a los votantes dentro de unas directrices muy restringidas.

Por otro lado, el creciente entendimiento sobre el valor de la educación ha resultado en cláusulas más detalladas sobre la educación cívica y electoral en dicha legislación. En varios casos, éstas han estado ligadas a la información general y la legislación de campaña. Normalmente es necesario interpretar cuidadosamente la legislación; la independencia de las autoridades electorales, así como su seguridad sobre el control de sus presupuestos, tienen un impacto sobre la habilidad para establecer programas innovadores de educación pública y electoral.

Las cláusulas legislativas pueden oscilar entre simples y más complejas. En algunos casos, las funciones delegadas a la autoridad electoral pueden no estar claras en lo relacionado con la educación al votante. La coincidencia aparente entre elecciones y democracia, puede hacer que las autoridades electorales reciban un claro mandato para promover la democracia o simplemente lo deduzcan de sus roles y funciones.

En Etiopía, la elección de una asamblea constituyente requirió del establecimiento de un cuerpo electoral. Sumado a sus otros "poderes y labores", fue necesario "proporcionar ampliamente al público educación cívica relacionada con las elecciones."1

Una breve disposición similar existe en Australia en la Ley Electoral de la República de 1918. Las funciones de la Comisión Electoral son: "promover un conocimiento público sobre materias electorales y parlamentarias que representen el sentido de los programas educativos de información a través de diferentes medios."2 La brevedad, sin embargo, no ha limitado la creatividad. En Australia, la naturaleza obligatoria de las votaciones ha llevado a los educadores de los votantes a interpretar ampliamente su mandato. Para llenar esta responsabilidad y con el fin de que todos los votantes estén capacitados para votar y entender la importancia de este proceso, el Estado promueve la relación entre el voto y el votante. El resultado ha sido un extenso programa de educación electoral.

En Canadá, el mandato educativo se ha extendido de manera interesante para asegurar que la educación se provea sobre una base inclusiva. "El más alto funcionario electoral puede instrumentar programas de educación e información públicas para difundir mayormente el proceso electoral dentro de la ciudadanía, particularmente a lo largo de aquellos grupos y personas que experimentan dificultades a la hora de ejercer sus derechos democráticos."3 Este es un buen ejemplo de cómo los cambios sociales van seguidos por directrices legislativas.

Desafortunadamente, este no es siempre el caso. En dos situaciones de transición, autoridades provisionales han dado igualmente directrices temporales. En el referendo sobre la creación de Eritrea, la proclamación establece que la autoridad electoral tiene como una de sus funciones: "promover el referéndum e informar a los votantes".4 Y en Bosnia y Herzegovina, la provisión reza en una parte: "Con el fin de informar a los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina acerca del proceso electoral y sus derechos ciudadanos como votantes, la Comisión Electoral Provisional ha decidido que todas las estaciones de radio y televisión a lo largo de Bosnia y Herzegovina y en ambas entidades deben promocionar el material informativo sobre educación electoral producido por la Comisión Electoral Provisional."5

Esto ilustra la estrecha relación entre educación electoral y el papel general de los medios de comunicación en las elecciones. Yuxtapuesto con los artículos relativos al uso de los medios de comunicación por parte de los partidos, también señala la relación entre la educación e información electorales y la propaganda de las campañas políticas de los candidatos.

La ley electoral de Mozambique incluye un capítulo titulado "Propaganda electoral y educación cívica". En ese capítulo de once artículos, solamente uno, el artículo 102 (Educación Cívica), relata las preocupaciones reales frente a la educación al votante. Pero al integrar estas secciones, parece ser que los votantes no sólo estarán mejor informados sino también más comprometidos con la participación electoral si se ven expuestos tanto a buenas campañas publicitarias como a la información electoral necesaria.

La ley de Mozambique proporciona una visión adicional sobre la información al votante y mensajes y métodos educativos:

  1. A través de los medios de comunicación, la Comisión Nacional Electoral debe promover la educación de los ciudadanos de acuerdo con los objetivos de las elecciones, el proceso electoral y la forma como cada votante elige.
  2. Los comunicados, declaraciones semi-formales y otras actas de la Comisión Nacional Electoral deben ser publicados gratuitamente en los medios de comunicación públicos, convirtiéndose éstos en una prioridad.6

Más allá de legislación estándar en materia de elecciones, legislación independiente sobre derechos de votación, como la que existe en los Estados Unidos y Rusia, puede exigir que autoridades electorales en todos los niveles proporcionen información y educación para el electorado en general o para determinados grupos claves, y hacer el proceso de votación más accesible, por ejemplo a los votantes con discapacidades o votantes por primera vez.

En algunos casos, a menudo en entornos de transición, la legislación electoral no se pronuncia sobre la cuestión de informar a los votantes. En estos casos, las autoridades electorales necesitan decidir sobre si tienen o no la autoridad para llevar a cabo la educación electoral como parte de su preparación más amplia de las elecciones. Esta decisión puede ser afectada por el contexto sociopolítico en el que se celebran las elecciones, tradiciones del marco legal (por ejemplo, ¿cuán restrictiva es la interpretación de las disposiciones legales?), y sensibilidades acerca del mandato. ¿El público espera que la autoridad electoral proporcione información fundamental sobre las elecciones? ¿Hay dinero para hacerlo? ¿Acaso los participantes políticos consideran que esto va más allá del mandato de la autoridad electoral y podría esta percepción afectar negativamente la legitimidad de la institución o de las elecciones? Estas preocupaciones, en ausencia de un mandato legal, llevaron a la Comisión Electoral de la República de Montenegro, por ejemplo, a no participar en actividades de educación electoral.

En países en transición no es raro encontrar situaciones en las que la autoridad electoral tiene el mandato legal de informar a los votantes, de educarlos o de cambiar sus actitudes, pero no le es proporcionado el presupuesto necesario para cumplir con tales obligaciones. Esto se conoce como un mandato sin fondos. En los entornos de recursos escasos, el simple hecho de organizar una elección a tiempo puede consumir todos los fondos disponibles. Muy a menudo, la educación electoral se vuelve una prioridad relativamente baja o se considera un lujo. Georgia proporciona un ejemplo en el que los presupuestos para la organización de elecciones han sido rutinariamente insuficientes, con transferencias de fondos gubernamentales que tienen lugar relativamente tarde en el proceso electoral. En tales circunstancias, la comunidad internacional suele involucrarse, y asume los costos de las actividades de educación electoral.

La legislación electoral y la promoción de la democracia

Dada la importancia de las elecciones en el mantenimiento de la democracia y sus instituciones, muchas autoridades electorales usan su poder para informar y educar al público extendiendo su trabajo a colegios y otras instituciones educativas. En algunos casos este tipo de trabajo está dirigido en menor medida a la educación cívica, y en una mayor proporción a la educación para y sobre las elecciones, como en Rusia y Ucrania.

Hay momentos, sin embargo, en que la ley electoral parece ir más allá de este tipo de educación electoral y obliga a las autoridades electorales a intervenir en un nivel mucho más amplio. En México, la ley electoral incluye entre los fines del Instituto Federal Electoral el de "coadyuvar a la promoción y difusión de la cultura política" y el de "contribuir al desarrollo de la vida democrática".7 Esto ha redundado en un extenso programa educativo que no sólo funciona muy bien, sino que se va más allá de una elección en particular.

En Sudáfrica, el acta por la que se establece la comisión electoral lista una serie de funciones para "promover las condiciones que conduzcan a elecciones libres y justas" así como "el conocimiento para procesos electorales serios y democráticos".8 Los objetivos de la comisión se resumen en "fortalecer la democracia constitucional".9 Lo anterior puede tener implicaciones educativas que todavía no han sido previstas por la comisión.

El devenir permitido por dichas provisiones, empero, coloca responsabilidades significativas en las autoridades electorales. Ahora bien, este puede no ser el caso en sociedades donde existen instituciones paralelas, bien sean privadas o públicas, o donde la autoridad tiene una misión administrativa pesada. El tamaño de una elección o las restricciones causadas por el costo de las elecciones, pueden dificultar que las autoridades se involucren en algo que vaya más allá de una simple información electoral. Efectivamente, manejar un programa educativo general a costa de un programa efectivo de información al votante para cada elección puede ser contraproducente.

Sistemas de votación y regulaciones

La legislación electoral puede disponer, o no, que las autoridades electorales, u otras instancias del gobierno, desarrollen regulaciones en relación con los procedimientos de votación. Dichas regulaciones sirven para ejemplificar o clarificar previsiones en la ley electoral e instruir o guiar a los funcionarios electorales y a otros participantes en el proceso electoral; pueden incluir plazos para la nominación, de campaña o  para los procedimientos sobre informes de financiamiento, asignación de tiempos gratuitos, cómo funcionan los sitios de votación y cómo es que reciben a los votantes, los criterios para determinar si un voto es válido o no y los procedimientos para el conteo de los votos. En ocasiones, estas regulaciones pueden parecerse a grandes bosques donde los votantes y los educadores pueden llegar a perderse, y en algunos casos, hasta enredarse en la maleza legislativa.

El momento propicio

Las regulaciones, por lo general, siguen a la legislación. No obstante, estas regulaciones pueden contener detalles que obligan a los educadores a redefinir de manera significativa sus programas. Los simulacros de elección, por ejemplo, pueden requerir conocimientos detallados sobre los procedimientos en los sitios de votación. Cuando las regulaciones se adoptan de manera tardía o se someten a continuas revisiones, la cantidad de tiempo para que los educadores formulen programas completos es limitado. En muchos entornos de transición, donde la propia ley electoral puede estar en un estado de cambio cercano a una campaña electoral, o incluso en medio de la misma, es baja la probabilidad de que los reglamentos sean aprobados oportunamente para ofrecer las aclaraciones necesarias.

El país de Georgia durante la campaña electoral de 2000 constituye un ejemplo de ello. En las últimas semanas de la campaña electoral, el Parlamento seguía debatiendo cambios de fondo en varias leyes que regían las elecciones. Como resultado no quedó claro cuál era la versión de las leyes pertinentes que se aplicaría. En tales circunstancias, era prácticamente imposible dictar reglamentos con el propósito de clarificación. ¿En qué se habrían basado dichos reglamentos? Entre los detalles que había que decidir, se tenía: ¿qué formas de identificación de votante serían aceptadas en el día de las elecciones? ¿Y cuál era el método de marcar la papeleta? Estos son los tipos de datos que tienen que ser abordados por los educadores oportunamente.

Incluso si una ley electoral está en vigor, factores tales como una corta campaña electoral, recursos limitados para dedicar a una elección, y la ausencia de una autoridad electoral permanente pueden combinarse para dar lugar a una situación donde el calendario electoral sobrepase la emisión de los reglamentos necesarios. Bajo estas circunstancias, existe un riesgo muy real para los educadores. Si los reglamentos son aprobados o modificados después que el programa de educación electoral se ha puesto en marcha, el resultado puede ser la confusión en el día de elecciones —todo lo contrario de lo que se pretendía.

Detalles

Las regulaciones están más bien diseñados para quienes conducen las elecciones y para quienes compiten en ellas, no para los votantes, aunque ciertos detalles pueden impactar en la participación de los electores en el proceso. Las regulaciones pueden ser muy detallas debido a que las previsiones legales no sean adecuadas o a la limitada capacitación de los funcionarios electorales. El exceso de detalles en ese tipo de regulaciones puede entorpecer el trabajo de los educadores al tener dificultades para hacer referencia a ellos en sus programas. Es difícil aludir a demasiados detalles con los mensajes directos y breves diseñados para la televisión, la radio y los carteles.

Será necesario decidir con cuáles formatos y en cuáles medios se puede transmitir información detallada. También habrá preocupación respecto de la pérdida de claridad en el tema a la luz de demasiada información técnica. Ahora bien, algunos votantes que estén poco familiarizados o se sientan inseguros con respecto al proceso de votación, desearán mayor información. Identificar esos grupos y enfocarse en ellos ayudará a dirigir información más detallada a quienes lo requieran.

Autoridad

Si bien la aprobación de reglamentos detallados o de última hora puede dificultar el trabajo de los educadores, la ausencia de reglamentos también puede ser problemático. En algunos entornos de transición, la autoridad legal para adoptar reglamentos puede no ser conferida a la autoridad electoral u otros organismos responsables del país. Esta situación también puede provocar incertidumbre. La autoridad electoral podría ser incapaz de aportar claridad o uniformidad al proceso electoral si hay lagunas en la legislación o disposiciones legales que son confusas e incluso contradictorias. En última instancia, tanto los administradores como los educadores pueden tener las mismas dudas que los votantes acerca de la forma en que el proceso se supone que funcione. Si estas preguntas no se pueden responder de manera oportuna, el programa de educación electoral estará incompleto y es probable que persista la confusión de los votantes.

El papel del educador

Los educadores por su parte, desearán escudriñar cuidadosamente todas las regulaciones y asegurarse de recibir tanto el borrador como el proyecto final de las regulaciones (sin confundir uno con otro). En el borrador, los educadores podrían comentar cómo afectan las regulaciones la tarea educativa. Con la versión final, los educadores tendrán que usar programas educativos para transmitir correctamente los detalles de las regulaciones, y, si es necesario, enmendar los resúmenes y materiales educativos para asegurar la precisión de los mismos. Si los cambios lo ameritan, debieran considerar formas para reeducar a quienes ya pasaron por el programa inicial. Probablemente lo más importante es que los educadores pueden presionar a las autoridades para que se publique el documento completo y final de las regulaciones tan pronto como sea posible, y a que se apeguen a é a pesar del deseo por hacer lo contrario.

Vacíos legislativas

En algunas situaciones, la educación electoral puede ser iniciada en el medio de un vacío legislativo. Los vacíos legislativos pueden afectar la educación electoral de dos maneras. En primer lugar, es posible que la ley electoral no diga nada sobre el papel de las autoridades electorales y de otras entidades en la conducción de actividades de educación electoral. Esto podría ser el resultado de una omisión o de un esfuerzo intencional para limitar el derecho de voto o mantener a los electores en un estado de ignorancia. Si el sistema electoral está siendo reformado, también cabe la posibilidad de que la legislación no reconozca las necesidades emergentes de educación electoral.

La ausencia de disposiciones en la ley electoral que provean educación electoral de manera adecuada, probablemente empeorará la incertidumbre general sobre el proceso electoral. Los educadores dentro de las autoridades electorales se enfrentan a menudo a la inercia si no hay un mandato legal para la educación electoral. Y puede que existan ramificaciones políticas o financieras si optan por proseguir con la educación electoral en ausencia de un mandato legal. Otras organizaciones pueden no estar dispuestas a comprometer recursos para programas de educación electoral que podrían resultar obsoletos por discrepancias imprevistas entre las proyecciones de los educadores y las intenciones de los legisladores.

En segundo lugar, podría haber lagunas en la legislación con respecto a los aspectos fundamentales del proceso electoral que deben ser comunicados a los votantes. ¿Trata la ley de manera adecuada y clara, por ejemplo, cuestiones tales como: procedimientos de registro de electores; formas de identificación necesarias en el día de las elecciones, proceso y plazos para la presentación de denuncias; oportunidades para votar temprano, a través de urnas móviles, o por vía postal; el método correcto de llenar la papeleta, y procedimientos en la mesa de votación el día de las elecciones? Si no, será muy difícil para los educadores hacer frente a las preguntas de los votantes sobre el proceso.

Los vacíos electorales ocurren y esperar llenarlos puede ser imposible. La planeación educativa requiere tiempo y organización. Y entre menos tiempo se le dedique a este tema los costos serás más altos, sin mencionar los riesgos al gastar recursos y confundir a la ciudadanía.

Superando los vacíos legislativos

En caso que no exista una legislación, o por lo menos disposiciones legales relativas a la educación electoral, se pueden adoptar medidas para garantizar que los programas no se diluyan en trivialidades, generalidades innecesarias o afirmaciones inexactas y engañosas.

Como primera medida, los educadores deben comprender claramente su misión, manifestarla continuamente y mantenerse apegados a ella.

No está de más el tener en cuenta el contexto en el que se adoptó o reformó una legislación; bajo qué tipo de limitaciones y presiones políticas funcionaba la legislatura y cuál fue el razonamiento detrás de diversas disposiciones y opciones que finalmente no fueron aprobadas. ¿Habrá oportunidades para reformas adicionales en el futuro? ¿Qué obstáculos podrían impedir la reforma? Realizar este tipo de evaluación puede ayudar a los educadores a comprender mejor lo que puede ser posible en un dado momento y planificar mejor para el futuro.

Aunque los educadores no estén en la capacidad de aclarar cada una de las cuestiones en una elección determinada, sigue siendo factible comunicar principios importantes e informar. Puede que no sea posible, por ejemplo, decir si los votantes tendrán que producir documentos de identidad, tarjetas de votación, o si tendrán que marcarles los dedos con tinta indeleble. Sin embargo, es posible comunicar el porqué no debe haber duplicación de votos y las diversas maneras de prevenirlo.

Finalmente, debemos facultar y animar a los participantes para que busquen información por sí mismos. Listas de contactos, documentos básicos, y redes son todos recursos importantes para eso. Se puede también enseñar a los no iniciados a leer y entender la legislación básica para que la puedan seguir cuando esté disponible o a lo largo de un proceso de enmienda.

Los educadores pueden también desempeñar un papel de promoción y educación, bien sea con las autoridades electorales o con organizaciones de la sociedad civil, en relación con los encargados de formular la política pública y los legisladores. A veces es útil explicar o reforzar cómo tanto lagunas en la legislación como un electorado mal informado o confundido pueden impactar la eficiencia, uniformidad y legitimidad del proceso electoral. Ilustrar cómo los problemas del pasado se pudieron haber evitado a través de una mejor legislación combinada con una adecuada educación electoral.

La importancia de la transparencia

La capacidad de los educadores, entre otros, para seguir la aprobación de una nueva legislación, dar seguimiento a la enmienda de la legislación vigente, o contribuir para el proceso de reforma electoral, depende, en gran medida, de su capacidad para acceder a la información y a quienes son responsables por la toma de decisiones. Si las audiencias parlamentarias y debates sobre la reforma electoral no son abiertos al público, si no hay un anuncio público y periodo de discusión, si los anteproyectos o incluso las versiones finales de la ley no se da a conocer ampliamente, es difícil de llevar a cabo la educación electoral de una manera informada y oportuna. En algunos entornos de transición y post conflictos, donde hay cambios en las leyes electorales de última hora, donde hay escasez de recursos y redes de impresión y distribución, y donde no hay ni una base jurídica o una tradición política de divulgación, no es raro que tanto administradores como educadores trabajen sin la última versión de la legislación. La promoción de la transparencia necesita ser una parte integral del proceso de reforma electoral conforme los países avanzan hacia sistemas más democráticos de gobierno.

 

Notas:

1 Transitional Government of Ethiopia, Negarit Gazeta of the Transitional Government of Ethiopia, official translation, No. 56, 23rd August 1993 — Proclamation No. 64/1993, Electoral Law of Ethiopia, 5.1(d).

2 Government of Australia, Commonwealth Electoral Act 1918, Reprint No. 7, Section 7 (1)(c).

3 Government of Canada, Canada Elections Act, Referendum Legislation, Indexed Copy, Part II, Sec. 8 (2).

4 Provisional Government of Eritrea, Proclamation No. 22/1992, Chapter 1, 5.(1)(d)

5 OSCE Mission to Bosnia and Herzegovina, Provisional Election Commission, Rules and Regulations, Article 116.

6 Government of Moçambique, Electoral Law of Moçambique, English translation, Part IV, Chapter II, Article 102, (1) and (2).

7 Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, Libro Tercero, Título Primero, Capítulo I, Artículo 30 numeral 1 inciso g.

8 Republic of South Africa. No. 51 of 1996: Electoral Commission Act, 1996, President's Office, No. 1602. 4 October 1996, Chapter 2, 5. (1) (c) and (d). Ver http://www.polity.org.za/govdocs/legislation/1996/act96-051.html

9 Ibid., Chapter 2, 4. Ver

Construyendo un mandato de educación electoral

El mandato de educación electoral puede provenir de una variedad de fuentes, por ejemplo producto de una legislación o de una declaración de misión. En adición a este mandato, los responsables de la educación electoral deberían negociar los objetivos y parámetros de un programa específico de educación electoral con los participantes en el proceso electoral, incluyendo las autoridades electorales, los candidatos y la sociedad civil. Cada uno de estos grupos tiene un rol dentro del proceso electoral, y como tal tiene un interés en los esfuerzos de la educación electoral.

Esta sección aborda lo concerniente a cada uno de los participantes del proceso electoral, retoma sus tareas para asegurar que esta actividad esencialmente competitiva —en que se busca el poder conferido por los ciudadanos— se convierta en un ejercicio de cooperación, y posteriormente sugiere manera en que cada elemento del programa de educación electoral se articule para impulsar la participación.

Grupos de interés en el mandato de educación electoral

Un mandato educativo requiere la aceptación o apoyo de todos aquellos que tienen un interés de primer orden en el resultado exitoso del programa. Si es un programa de educación electoral, todos los que participan en la elección sentirán que tienen derecho para comentarlo, participar en él, y evaluar la efectividad del programa. Pueden escoger no ejercer su derecho. E incluso bajo ese último supuesto, puede que surjan muchas críticas o que minimicen la importancia del programa.

Los educadores sensatos los evadirán para centrarse en su misión y propósito, así como para establecer los objetivos y parámetros de su programa, ayudados por todos los participantes primarios en las elecciones. Esta interacción puede ser planeada, aunque muchas veces envuelva otras actividades no anticipadas (ver Mecanismos de cooperación para la educación). Hay ocasiones en las que puede provocar la controversia pública. La controversia no es de temerse en sí misma, sino cuando provoca que haya una disminución de credibilidad o autoestima de los educadores.

Tres segmentos electorales

Siempre existen tres segmentos de participantes comprometidos en una elección.

Cuerpos estatutarios o cuerpos que conducen la elección. En muchas ocasiones, la legislación electoral designará una autoridad electoral u organismo de gobierno para conducir las elecciones. Dependiendo de su estructura organizativa, puede tener departamentos responsables de la educación electoral, las relaciones públicas, la capacitación, la redacción de reglamentos y regulaciones, los preparativos para las elecciones, etcétera. Pueden existir, así mismo, otros cuerpos estatutarios, tales como las propias instituciones legislativas, organizaciones o departamentos de seguridad, y gobiernos locales, que tienen alguna responsabilidad para brindar apoyo a las elecciones.

Los contendientes. Los contendientes primarios en una elección son los candidatos, ya sean independientes o registrados por partidos políticos, organizaciones públicas o grupos de ciudadanos. Sus campañas, a menudo con el apoyo de las estructuras de los partidos, pueden tener recursos dedicados a actividades de información electoral y a promover que los ciudadanos voten.

El electorado. El tercer grupo de participantes está comprendido por todos aquellos que están habilitados para votar. Se le puede considerar como uno solo; segmentado por grupos, como las mujeres, los jóvenes y los votantes por primera vez, o los militares; y, en términos de organizaciones y asociaciones más formales, simplemente como sociedad civil. A este enorme y amorfo grupo en muchos casos, a veces erróneamente, se le describe como sector independiente, no gubernamental o voluntario. La sociedad civil juega un papel importante en la educación electoral dada su habilidad para movilizarse en favor de actividades de interés público, y por su capacidad para alcanzar un amplio rango de audiencias y por los recursos que posee.

Las elecciones se tratan tanto de la competencia como de la colaboración. Los educadores electorales aprovechan el comportamiento colaboracionista de los tres grupos de participantes para desarrollar y fomentar un mandato para sus programas y que estos grupos se comprometan con los mismos y los apoyen.

La autoridad electoral y otros organismos establecidos por ley en su calidad de grupos de interés en el mandato para la educación electoral

Independientemente de que el programa de educación al votante sea apoyado por el Gobierno o por grupos independientes, los educadores desearán desarrollar y mantener buenas relaciones con los organismos estatutarios.

La autoridad electoral

Ya sea que la estructura de la autoridad electoral sea de tiempo completo con personal profesional, la de una comisión temporal establecida en el tiempo próximo a la elección y con personal limitado o de medio tiempo, o la de una unidad administrativa dentro de un organismo de gobierno quizá con personal comisionado, su interés estará en asegurar que se disponga de información electoral precisa y oportuna, y que sea distribuida ampliamente.

Dependiendo de los recursos a su disposición, la autoridad electoral puede estar en condiciones de conducir su propio programa de educación electoral. O puede ser parcial o totalmente dependiente de la asistencia internacional y/o grupos de la sociedad civil para llevar a cabo esa tarea. También puede haber una división del trabajo por la cual la autoridad electoral asume, por ejemplo, la responsabilidad por la educación electoral en general, mientras que organizaciones internacionales y grupos de la sociedad civil se encargan de grupos especiales, tales como votantes de minorías étnicas o mujeres. En este caso, puede ser clave una interacción rutinaria en la forma de coordinación e intercambio de información. Cualquiera que sea el arreglo, la autoridad electoral probablemente tenga un interés especial y control final sobre los programas de educación electoral. Después de todo, es una de las mayores manifestaciones públicas de la autoridad electoral, y querrá asegurarse que la información sea correcta y neutra. La calidad del programa de educación electoral, por su parte, en términos substantivos y de su ejecución, afecta la percepción del público sobre la efectividad y profesionalismo de la autoridad electoral.

Además de la oficina Central o Nacional, la autoridad electoral puede tener cuerpos regionales o locales encargados de la diseminación de la información pública. En algunos casos, cada jefe de oficina puede tener un remisor de información educativa o pública. Es esencial asegurarse que exista una estrecha relación entre aquellos responsables de la administración de la elección y aquellos responsables de la educación al votante.

La necesidad de buena información

Un programa efectivo de educación electoral obviamente depende de buena información acerca de las elecciones. Esta información puede ser considerada tanto en términos del proceso electoral como del electorado.

En primer lugar, los responsables de la educación electoral necesitan información clara, correcta y oportuna sobre el proceso electoral. Si el marco legal o reglamentario está siendo modificado al mismo tiempo que el programa se está desarrollando, los educadores electorales tendrán que mantener abierta la comunicación con los responsables de la adopción del marco legal o de la redacción de los reglamentos de modo que se pueda obtener información lo más rápidamente posible.

Para garantizar la eficacia del programa de educación electoral, también se tiene que obtener información sobre el electorado y de los propios electores. ¿Cuáles son las características de los electores? ¿Hay segmentos del electorado, como los electores jóvenes o rurales, por ejemplo, que parecen estar especialmente apáticos o mal informados? ¿Qué es lo que parece confuso o causa miedo a los electores sobre los procesos de registro o de votación? ¿Existen elementos importantes de información que ellos desconocen? ¿Hay cambios en los procedimientos electorales que los electores desconocen? Este es el tipo de información que tiene que difundirse para garantizar que el programa de educación electoral satisfaga realmente las necesidades del electorado. Durante las varias etapas de los programas de educación electoral, los conceptos, mensajes y productos de los medios de comunicación pueden ser probados a través de grupos focales o de otras formas de investigación de mercado para determinar la claridad y la adecuación de la información. También es posible solicitar opiniones y reacciones de los electores con métodos más informales.

El contacto con los electores a través del programa de educación electoral, por lo general, resulta en una buena información sobre cómo los electores perciben el proceso electoral y problemas relativos al proceso. Sin embargo, en medio de la preparación de las elecciones, los administradores pueden tender a descuidar esta fuente de información. También hay una tendencia de parte de aquellos que están íntimamente relacionados con los detalles de la elección, a perder la noción  de qué y cuánto sabe realmente el elector común. Por lo tanto, es conveniente que un buen programa de educación electoral pueda incluir un mecanismo para obtener y procesar información proveniente de los electores y suministrársela a las autoridades electorales para remediarla si fuese necesario.

Departamentos de gobierno

Además de las autoridades electorales, existen otros cuerpos estatutarios que debieran ser consultados cuando se está definiendo un mandato para el programa de educación al votante. Algunos países cuentan con programas preexistentes de educación cívica conducidos por departamentos educativos o de educación pública. Puesto que la educación cívica tiene un componente que busca generar identidad nacional, comúnmente forma parte de las oficinas de información, departamentos de medios y telecomunicaciones, oficinas presidenciales o departamentos involucrados en el desarrollo, planeación constitucional y otras disposiciones institucionales. Dentro de dichos departamentos puede haber especialistas que tengan una visión particular sobre qué se debe hacer durante periodos electorales, cómo se debe hacer y hasta qué medida compite con o complementa sus propios programas.

Los departamentos educativos pueden concentrarse principalmente en los niños, empero, muchas veces adelantan programas de educación y entrenamiento con adultos. Igualmente pueden ser los responsables de otorgar las licencias y requisitos de calificación para aquellos que trabajan en el campo educativo. Así mismo, pueden convertirse en uno de los grupos participantes en dichas calificaciones nacionales, trabajo de entrenamiento y asesoría. Ellos son aliados importantes así como competidores potenciales, especialmente si su propio presupuesto es reducido.

Cuerpos estatutarios independientes

Pueden existir cuerpos estatutarios independientes responsables del manejo particular de algunos aspectos de la Constitución del país. Por ejemplo, comisiones de derechos humanos, cortes constitucionales, comisiones responsables de la equidad racial y de género, y consejos que se ocupan de grupos especiales, los cuales participan y desarrollan roles específicos en el proceso educativo.

La sociedad civil organizada como grupo de interés en el mandato para la educación electoral

Los votantes y los ciudadanos no son simplemente individuos en el limbo. Tampoco son los partidos políticos los únicos mediadores de sus intereses en la arena política. Esta área recurrirá al término "sociedad civil". Esta sección trata sobre la importancia de la sociedad civil en las negociaciones y en la definición de un mandato cívico y educativo, así como del desarrollo de una definición funcional de sociedad civil.

Sociedad civil: una definición funcional

Esta sección tendrá un acercamiento pluralista y liberal al concepto de sociedad civil. Es mucho más instructiva la definición que nos brinda Larry Diamond cuando describe la sociedad civil como:

“[...] el reino de la vida social organizada de forma voluntaria, auto generadora, (ampliamente) apoyada en sí misma, autónoma del Estado, cohesionada por un orden legal o un conjunto de reglas compartidas. Es diferente a la sociedad en general, puesto que involucra ciudadanos que actúan colectivamente en la esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas; intercambiar información; alcanzar metas comunes; realizar demandas al Estado; responsabilizar a los empleados oficiales...; excluye... el realizar esfuerzos políticos para controlar el Estado.”1

En otras palabras, la sociedad civil consiste en un rango de asociaciones y miembros de organizaciones que agrupan ciudadanos para actuar en los reinos de la política. No se le puede segregar del sector privado, como se hace en algunas ocasiones, porque inevitablemente incluirá asociaciones con intereses comerciales y de negocios. La sociedad civil tampoco puede ser considerada como un sector independiente, dado que ésta puede tener un carácter partidario. Por el contrario, ésta podría ser considerada como un conglomerado amorfo de intereses y recursos que puede, en momentos históricos cruciales de un país, estar a favor de determinadas metas sociales.

Para los efectos previstos en este documento, los autores advierten sobre cualquier uso del término que sugiera una connotación ideológica. En muchos de sus usos, se supone que la sociedad civil es progresiva, o que tiene una política social coherente en favor de los pobres y desfavorecidos, o que tiene una visión particular de las relaciones sociales y económicas. Cuando se usa de esta manera, sin embargo, el término puede volverse polémico, sobre todo cuando se usa en un contexto electoral. En entornos donde los políticos o autoridades electorales están decididos a limitar la competencia política, el uso ideológico del término sociedad civil puede llevar a la exclusión de la sociedad civil tanto de las campañas como de las elecciones.

Movilizar a la sociedad civil durante una elección

Una elección es un evento en que la sociedad civil —dados sus recursos, su voluntad natural, sus variadas habilidades y su capacidad para llegar a todos los sectores de la sociedad— debe movilizarse y estar a favor de actividades educativas apartidistas hasta donde sea posible.

Durante un periodo electoral, diferentes grupos podrían involucrarse en la educación o en la observación electoral, así como encargarse de actividades de corte más político, como apoyar a un partido político o candidato sobre otro, y hacer proselitismo en su nombre.

Estos grupos pueden no tener necesariamente actividades políticas o electorales, o incluso educativas como su principal objetivo. Como resultado, tienen que negociar toda actividad política con sus miembros. Estos tipos de grupos incluyen sindicatos, grupos de la comunidad, asociaciones de empresas y profesionales, y, posiblemente, entidades religiosas.

Pueden existir otras organizaciones y asociaciones que apoyarán una elección exitosa pero que permanecerán independientes frente a los candidatos y a las autoridades electorales. Entre éstos podemos encontrar organizaciones de interés público profesional con un cuerpo administrativo, y posiblemente con una membresía pública limitada, comúnmente conocidas como organizaciones no gubernamentales u ONGs dedicadas a educación electoral y cívica, activismo público, supervisión de las elecciones y escrutinios paralelos, y derechos humanos. Un ejemplo bien conocido de este tipo de grupo, en los EE.UU., es la Liga de Mujeres Votantes.

Además, probablemente existirá una serie de grupos de intereses especiales que llevarán a cabo educación electoral y movilización dirigida principalmente a su propia clientela. Tales grupos pueden incluir jóvenes y votantes por primera vez, electores mujeres, minorías étnicas o lingüísticas, comunidades rurales o remotas, electores discapacitados, y desplazados internos o refugiados. Algunas de estas clientelas pueden estar "en riesgo" debido a su relativa falta de información, apatía, sentimiento de alejamiento de las instituciones y procesos existentes, o vulnerabilidad ante la manipulación.

ONGs y sociedad civil

El uso del término colectivo "ONG" en conjunción con sociedad civil, y la tendencia de algunos líderes de ONGs a asumir el papel de voceros de la sociedad civil, no debe confundir a los educadores y a las autoridades electorales sobre la diferencia entre éstas. Aunque las ONGs sean importantes, son en realidad un segmento de la amplia categoría designada como sociedad civil.

Esa amplia sociedad civil incluye todos los tipos de asociaciones anteriormente mencionadas. Los educadores, empero, deberán mirar mucho más de cerca a un rango más o menos visible de cuerpos, tales como clubes deportivos y sociales, y asociaciones cooperativas y de ahorro. Los miembros de estos grupos representarán todas las persuasiones políticas y, por ende, se convertirán en un recurso comúnmente apartidista para un programa educativo.

Organizar a la sociedad civil

Es posible enviar una invitación a una autoridad electoral para que asista a una reunión. Es posible hacer uso de una lista de partidos registrados, o partidos con escaños en el parlamento, para realizar una invitación similar a los candidatos. Es posible también persuadir a los candidatos para que se reúnan y coordinen sus esfuerzos de colaboración durante una elección.

Pero cuando se trata de la sociedad civil, puede ser más difícil encontrar una lista completa de todos los grupos de ciudadanos organizados informal o independientemente. Además que algunos podrían no estar interesados en brindar ningún apoyo. Y los que puedan estar interesados, probablemente no se conozcan entre sí o no tengan experiencia trabajando juntos. Por su propia naturaleza, la sociedad civil no puede ser coordinada a través de un cuerpo único. Sectores de la sociedad civil pueden estar alineados y, a través del uso de organizaciones centrales, algunas de ellas pueden ser alentadas a organizarse por sí mismas de forma más eficiente según los propósitos de un evento o programa específico de educación electoral.

Se pueden adoptar medidas para informar y apoyar a grupos de la sociedad civil e incluso para coordinar sus esfuerzos en apoyo de las elecciones. Estas incluyen reuniones regulares para informar a los grupos (por ejemplo, acerca de la evolución de la campaña electoral en curso, como puede ser la adopción de nuevas regulaciones o nuevos procedimientos electorales o tecnologías) y para facilitar la cooperación y la coordinación; sesiones de formación para ayudar a preparar a los encargados de hacer participar los electores, reuniones informativas regulares por parte de las autoridades electorales; libretos y preguntas comúnmente formuladas (FAQs, por sus siglas en inglés) distribuidas vía fax o correo electrónico y actividades similares que contribuyan al consenso.

Grupos de participantes en la educación electoral

Es esencial tratar a la sociedad civil como un grupo participante en el desarrollo de metas, objetivos y parámetros del programa de educación electoral. Estas organizaciones tienen la habilidad para proveer información rápida y confiable sobre el electorado. También pueden tener voluntarios o personal con acceso a, o experiencia de trabajo con, comunidades locales. También pueden ofrecer opciones a un costo relativamente bajo para llegar a la base y reforzar personalmente mensajes comunicados por medios de comunicación masivos.

Notas:

1 Larry Diamond, "Towards Democratic Consolidation," Journal of Democracy 3 (July 1994): 5.

Los contendientes como grupos de interés en el mandato para la educación electoral

Participación apartidista

La educación electoral está diseñada para ser apartidista. Para que la motivación en los votantes sea efectiva, los programas deben ser imparciales y no deben favorecer a un competidor —candidato o partido político— sobre otro. Este es un punto muy importante que es muchas veces olvidado en las sociedades en transición, donde no se hace mucha distinción entre educación electoral y campañas de propaganda.

¿Si la educación electoral es una actividad neutra, por qué, entonces, se permite que candidatos y sus partidos tengan voz en el desarrollo de un mandato para educación electoral? Muy simple, todos los candidatos y partidos políticos tienen interés en asegurarse que los votantes entiendan de qué se tratan las elecciones tanto en el sentido general como político. En general, es del interés de partidos y candidatos el asegurar que los votantes escuchen todos los puntos de vista, tomen su propia decisión y salgan a votar con un sentido de libertad y seguridad. A pesar de que esto no parezca ser del interés a corto plazo de un candidato particular, los votantes que entiendan las cuestiones y tomen decisiones inteligentes basadas en éstas, al final de una elección confiarán en los resultados y permitirán que los ganadores gobiernen.

Puesto que las elecciones son inherentemente competitivas, los candidatos pueden ser susceptibles a la posible influencia de un determinado partido político y grupos de interés sobre los programas de educación electoral. Si ellos creen que esto ha sucedido, posiblemente tratarán de limitar el daño que les pudiera haber sido causado por este programa, limitando el acceso del mismo a los votantes, intimidando a los educadores, y poniendo barreras similares para corregir los efectos del programa.

En muchos entornos de transición, entre algunos contendientes puede también haber una fuerte creencia de que un electorado mal informado y un proceso electoral caótico los beneficie. En este caso, es posible que los esfuerzos para abrirse y clarificar el proceso de votación, así como hacerlo más eficiente, educar a los electores sobre sus derechos y cómo adecuadamente ejercerlos provoque reacciones hostiles. Es también probable que este tipo de mentalidad resulte en los tipos de barreras que se ha señalado anteriormente.

Por esta razón, los educadores electorales desearán establecer relaciones con todos los candidatos y sus partidos políticos con el fin de asistirlos en la definición del rol de un programa apartidista, los límites de la información que se maneja y su relación con las campañas partidistas.

Más allá de los partidos políticos

Es importante no asumir que los candidatos se limitan al número de partidos políticos oficialmente registrados. Los partidos muchas veces mantienen algún tipo de relación con variados comités de expertos, instituciones, grupos de investigación y otros, que debido a su experiencia y conocimientos específicos, pueden ser instrumentales en las discusiones sobre un mandato para la educación electoral. Dependiendo de las disposiciones legales, otros grupos también pueden estar en condiciones de presentar candidatos. Puede haber la auto nominación basada en la recolección de un número determinado de firmas, grupos de electores pueden unirse para presentar una lista de candidatos, también se puede permitir a organizaciones públicas que nominen candidatos o que se forme una coalición de partidos políticos y otros grupos para disputar una elección en particular. Es posible que muchos de estos partidos o grupos sean de naturaleza más transitoria o su participación en elecciones más esporádica, y por lo tanto sean difíciles de contactar. No obstante es posible que se tenga que evaluar su importancia relativa. Esto varía de acuerdo con las circunstancias particulares de cada elección.

El desafío presentado por boicoteos electorales

Los movimientos de boicot a las elecciones con una amplia base presentan problemas particulares a los electores y a los educadores que tienen que ser tomadas en consideración. Si un grupo específico en la contienda electoral, representado por algunos de los partidos políticos, grupos de interés especiales, y organizaciones de la sociedad civil, optan por el boicot —y alientan a sus seguidores para que apoyen el boicot— de una elección que perciben como ilegítima, entonces los esfuerzos para informar, motivar y movilizar a los electores se puede volver cada vez menos neutral. Es decir, cualquier tentativa de incentivar la votación puede ser vista como un apoyo al gobierno (o a los partidos) en el poder. Es más probable que esta situación afecte a las organizaciones internacionales y grupos de la sociedad, ya que las autoridades electorales pueden estar ser legalmente obligadas a proporcionar educación electoral, a pesar de las circunstancias. Aún así, grupos de la sociedad civil pueden estar divididos sobre si la participación o el boicot es la mejor forma de afectar el cambio social, jurídico o político. Como se señaló anteriormente, es necesario hacer una evaluación sobre el alcance y la importancia relativa del boicot. Para los que optan por continuar con las iniciativas de educación electoral a pesar de un apoyo al boicot por una base amplia del electorado, puede ser conveniente reunirse con ambas partes y explicar claramente a los electores las consecuencias de su decisión de votar o no votar.

Competencia y colaboración para la educación de los electores

La delimitación de un mandato para la educación al votante requiere que todos los grupos participantes involucrados en una elección comprendan y se adhieran a los principios fundamentales de unas elecciones libres y justas. Con el fin de que los votantes acepten el resultado y le permitan gobernar al ganador, éstos deben creer que la elección fue conducida de manera libre y justa. Para que esto suceda, todos los grupos participantes deben colaborar en el establecimiento y mantenimiento de un grupo de reglas y prácticas aceptadas transparente y ordenadamente, para desarrollar una conducta y etiqueta electoral que soporte estas reglas.

Es claro que existen grupos participantes que no tienen ningún interés en el resultado de una elección, excepto que exprese la voluntad del pueblo, o del electorado. Pero los partidos, otras facciones políticas y los electores individuales tendrán un interés en la competencia por el poder. Estos pueden incluir educadores y organizaciones de la sociedad civil. Se espera que los ciudadanos aptos ejerzan su derecho al voto y tomen una decisión informada acerca de su futuro político.

Se puede argumentar que esta competencia hace imposible que alguien colabore en favor del proceso y no del resultado. Dada esta circunstancia, posiblemente lo mejor que se puede esperar es una vigilancia basada en el interés propio. Pero aún tal interés propio puede resultar en colaboración, si no en motivación colaboradora. Si eso tampoco es posible, las elecciones tendrán que ser conducidas por organizaciones y cuerpos extranjeros. Existen amplios precedentes donde elecciones nacionales se han llevado a cabo sobre esta base.

Este tipo de arreglo no es perdurable a largo plazo, y todos los países casados con la democracia deben desarrollar estrategias para motivar conductas colaboracionistas entre los ciudadanos y sus partidos políticos y representantes. Para conducir programas de educación electoral, este comportamiento debe extenderse al desarrollo de un mandato para la educación al votante alejado de la propaganda política.

Los votantes son clave para los intereses de los candidatos

Es en el interés de los candidatos que los votantes estén bien informados y preparados, bien motivados y capacitados para tomar decisiones críticas. Es de su interés que haya una gran participación electoral y que los resultados de la elección reflejen la voluntad del pueblo. En este proceso y en la aceptación del resultado, el votante individual es clave y la educación para todos esos electores, el electorado, es un componente crucial para lograrlo.

Mecanismos de cooperación para la educación electoral

En la delimitación de un mandato para la educación al votante, las autoridades electorales pueden acudir a la legislación electoral, si existe, para determinar quién está encargado de esas actividades. Aún si la ley es explícita en cuanto a las funciones de la información pública y educativa —muy pocos actos legislativos son explícitos— puede seguir siendo necesario interpretar la ley con el fin de instrumentarla.

Una vez que se ha determinado cuáles son las entidades que tienen la obligación jurídica o el derecho legal para instrumentar la educación electoral, el proceso del desarrollo de metas, objetivos, y parámetros de los programas crea oportunidades para establecer coaliciones, o alianzas estratégicas, dentro de la sociedad civil y entre la sociedad civil y organismos de gobierno responsables, como la autoridad nacional electoral. Mediante la creación de mecanismos de cooperación, autoridades electorales y grupos de la sociedad civil pueden reducir el costo total de un programa de educación electoral mientras que aumentan su alcance.

Un acuerdo sobre los propósitos, metas y parámetros de los programas de educación cívica y electoral puede ser alcanzado de dos maneras:

La autoridad electoral puede determinarlos por ella misma y después tratar de convencer a aquellos con quienes desee colaborar. Este acercamiento presenta numerosas desventajas en términos del tiempo que se requiere para ofrecer el programa, así como la falta de sentimiento de pertenencia entre los grupos de la sociedad civil, y la dificultad en llegar a un acuerdo y mantenerlo a lo largo de lo que dure el programa. En última instancia, estas desventajas pueden conducir a resistencia o resentimiento de parte de grupos de la sociedad civil, que a su vez puede afectar la percepción que se tenga de la autoridad electoral y perjudicar intentos futuros de asociación estratégica.

La autoridad electoral podría decidir desarrollar una serie de mecanismos para adueñarse de los propósitos, metas e ideales. Estos pueden incluir:

  • Conferencias para educadores
  • Reuniones consultivas
  • Entrevistas con líderes de la sociedad civil
  • Distribución amplia y transparente de la legislación electoral
  • Suministro oportuno de otros documentos que puedan ser de interés para los educadores, tales como comunicados de prensa, materiales de capacitación de funcionarios electorales, y materiales de información pública, por ejemplo,
  • Preguntas más frecuentes (Frequently Asked Questions —FAQs—)

Algunas autoridades temen que estas actividades retrasen el proceso y lo hagan confuso. Aunque que pueden existir diferencias de opinión o inclusive controversia pública, estas medidas usualmente culminan en mejores leyes y programas adecuados que al final ahorrarán tiempo, puesto que no habrá necesidad de convencer a la gente de la causa o adaptarla a los estándares establecidos por el programa. El tiempo y el esfuerzo invertidos en este proceso generalmente se recompensan con éxito a largo plazo.

Para más información o para conocer sobre los arreglos de organización para la realización de programas de educación electoral, refiérase a la sección sobre Organización específica de elecciones.

Evaluación del contexto

Normalmente, es esencial comprender el contexto dentro del cual se conducirán los programas de educación al votante. Esta evaluación debe comprender un entendimiento de los votantes en sí, así como de los recursos disponibles para promover el programa.

Las evaluaciones de contexto son aún más importantes en entornos de transición, donde es probable que haya cambios significativos en el ambiente electoral. Estos pueden incluir una nueva constitución, leyes electorales promulgadas o modificadas recientemente, cambios en procedimientos electorales, la introducción de nuevos sistemas de representación o de tecnologías electorales, la creación de una autoridad electoral permanente o de organismos representativos a nivel local, el crecimiento de los partidos políticos y grupos de la sociedad civil, la concesión del derecho al voto a ciertos segmentos de la población, grandes movimientos de ciudadanos (incluyendo personas desplazadas como resultado de la guerra), mejoras o tal vez empeoramiento de la infraestructura del país, la proliferación de medios de comunicación, etcétera.

Entender el contexto contribuye a que los programas sean relevantes y significativos. Es igualmente importante asegurarse que los programas serán no solamente efectivos, sino diligentemente evaluados después de ser completados.

En relación con los votantes, los educadores desearán conocer sus antecedentes básicos para después, haciendo uso de las mejores técnicas disponibles, determinar las necesidades educativas u objetivos electorales de los grupos particulares.

Antecedentes del votante

El tiempo empleado para entender a los electores que cumplen las condiciones necesarias para participar en una elección ayuda a garantizar que el programa de educación electoral responda adecuadamente a las necesidades del electorado, lo cual es el principal objetivo y que no sólo cumpla con algunas de las nociones pre-concebidas de los que se encargan de educar a los electores.

Aún cuando regularmente se celebran elecciones, los educadores no pueden pensar que saben todo lo necesario acerca de un electorado particular para la próxima elección. Siempre existirán quienes votan por primera vez. Esto puede abarcar a los jóvenes que justo han alcanzado el requisito de la edad para votar, a los que han recientemente han adquirido la ciudadanía y que tienen derecho a votar por primera vez. O puede incluso significar que electores apáticos se han dinamizado por una cuestión en particular, candidato, o por los esfuerzos de los partidos políticos para “sacar el voto”.

Además, no hay grupo de electores, ni sistema electoral que debiera considerarse estático. Incluso aquellos que han votado en el pasado pueden tener nuevas preocupaciones y pueden haber desarrollado nuevos estilos de vida socioeconómicos. Dichos factores pueden marcar la diferencia frente a la necesidad de lo que se debe comunicar y cómo se debe comunicar. Además, pueden producirse cambios en el sistema electoral, como el uso de nuevas tecnologías o cambios en el diseño de la papeleta de votación para permitir un mayor número de candidatos o iniciativas públicas, lo que necesita ser destacado y explicado a través de la educación.

Los acontecimientos recientes en el estado de Florida, durante las elecciones presidenciales del 2000 en los EE.UU., demuestran cómo, incluso en un sistema electoral relativamente desarrollado, la insuficiencia de educación electoral tanto a votantes con experiencia de votación, como para los que votan por primera vez puede tener importantes consecuencias en relación con la eficiencia de la administración de elecciones, la eficacia de cada votación, y la determinación de los resultados electorales.

Como se señaló anteriormente, en sociedades en transición y países en desarrollo hay un gran número de razones para llevar a cabo programas de educación electoral. Puede deberse a la juventud de la población, la expansión del derecho al voto, o incluso a la novedad de las elecciones en todos o algunos de los niveles, de manera que habrá un número importante de ciudadanos que voten por primera vez. También pueden haber cambiado radicalmente el marco constitucional y legal de las elecciones, así como los procedimientos para el registro electoral.

Sumado a información más específica, que será considerada en el apartado Evaluando las necesidades del elector, quienes planean la educación deberán contar con datos demográficos confiables, los cuales incluyen:

  • dónde vive la gente
  • cuánta gente vive allí
  • normas culturales y religiosas
  • niveles de educación y escolaridad
  • niveles de participación de los electores en elecciones anteriores

Consideraciones demográficas al planear la educación electoral

¿Quién vive en dónde?

Esta es la pregunta básica, la primera pregunta que los educadores necesitan formular al desarrollar un programa universal, ya sea de alcance nacional, regional o local. De hecho, la palabra "demografía" está estrechamente relacionada con la palabra "democracia", y puede decirse que es la base de las discusiones sobre representación y gobernabilidad.

Información del censo

La pregunta respecto de quién vive en dónde usualmente se responde a través de un censo nacional. Donde éstos son llevados a cabo con regularidad por organizaciones confiables en circunstancias donde no existen razones para evadirlo y donde no hay posibilidades de que se cometan errores administrativos a lo largo del conteo y procesamiento de los resultados, muy seguramente existirán datos veraces disponibles para los educadores. Sin embargo, en entornos de transición, cuando las fronteras se han vuelto a trazar o donde ha habido una migración o cambios importantes de población, puede que no haya datos disponibles actualizados de los censos. Esto puede ser el resultado tanto de la fluidez del entorno político, de recursos financieros limitados o nulos, o de la falta de una institución con experiencia y aceptada públicamente para llevar a cabo un censo.

Idealmente, los datos recabados mediante un cense reflejan información sobre los distintos grupos, tales como cuántas personas hay en cada grupo dividido de acuerdo a su edad, género y estrato socioeconómico, así como características familiares. Todo esto estaría disponible de acuerdo al área demográfica, comprendidas por áreas más pequeñas diseñadas para zonificación. Toda esta valiosa información podría ser consultada a través de un software específico de sistema de información geográfica (GIS, por sus siglas en inglés), que permite una planeación detallada basada en mapas. O podría consultarse en cuadros y gráficos, folletos o tablas. En algunos entornos de transición, aun cuando haya voluntad y medios para recabar datos sobre la población, puede ser muy difícil obtener información de una agencia de gobierno que no funciona de forma transparente, o que no se considera responsable ante el público.

La manera como estas cuentas pueden llevarse a cabo varía de acuerdo al tipo de sociedad y los recursos disponibles. En general, un censo es un conteo completo de cada grupo familiar, y por esta razón se realiza periódicamente, usualmente cada cinco o diez años. Un censo puede resultar costoso y requerir de una planeación considerable. Los países deberían tratar de asegurarse que un censo y una elección nacional no coincidan.

Los censos también son controversiales. El resultado de un censo es usado para la planeación nacional y la demarcación de circunscripciones electorales (ver Información demográfica). En muchos países, el número de personas en cada estado o región tiene una influencia directa sobre el número de personas que pueden ser elegidos para dichas demarcaciones. Por esta razón, los resultados de un censo son escrutados cuidadosamente. Las preguntas que se formulan determinan la información que estará disponible para quienes planean y para los políticos, y puede afectar las percepciones nacionales del área, especialmente si se encuentra que un gran número de personas hablan una lengua particular o se describen a sí mismos de determinada manera.

Dadas estas controversias, existe un control considerable sobre los resultados del censo. Una forma de control es aplicar encuestas con el fin de cotejar la información; otra manera es observar la información longitudinal producto de estudios de mortalidad y de estimados de desplazamiento territorial de la población. Pero también debido a esta controversia, pueden existir datos que deben ser contrastados con otra información. En países con límites mal demarcados o en donde han existido conflictos comunitarios, la gente puede no dejarse censar.

Mientras que un censo se realiza sobre una base universal, países con amplios asentamientos urbanos informales pueden considerar difícil la realización del mismo. En algunas situaciones, la fotografía aérea y las muestras de datos sobre el número de personas por vivienda, pueden ser utilizados para obtener mejores estimados.

El uso de los datos censales con precaución

Los educadores deberían ser cautos respecto de la información recogida en los censos; y deberían compararla con información recogida durante el registro de votantes o con datos adicionales obtenidos por aquellos que trabajan en un área particular. A pesar de esta precaución, las autoridades electorales que no posean información censal estarán en clara desventaja. En el caso de un país nuevo o con límites administrativos recién trazados, por ejemplo, o cuando no ha sido realizado un censo en muchos años, las autoridades electorales probablemente sub-planearán o sobre-planearán. La última opción, aunque más costosa, es preferible.

Información básica necesaria

Los educadores deberán ser capaces de dividir el país en distritos electorales y tener disponible para cada uno de éstos la siguiente información básica:

  • número total de personas
  • número de hombres y mujeres
  • número de personas en edad de votar
  • número de personas entre 18 y 25, 26 y 40, y mayores de 65
  • tipo de vivienda donde viven estas personas
  • distribución del ingreso
  • idioma principal utilizado en el hogar

Teniendo la información que identifica, aún grosso modo, el status socioeconómico de las personas, ya sea por el tipo de vivienda o por el ingreso familiar, se tendrán algunas indicaciones del rango de otros patrones de vida similares. Sabiendo cuáles personas son jóvenes, y que posiblemente voten por primera vez; y cuáles son mayores y por ende requieren una atención especial será igualmente útil. En todos los casos, los educadores querrán emplear otro tipo de información que les permita interpretar los datos demográficos.

Interpretación de datos

Interpretar el perfil de la gente a partir de su edad o de sus ingresos requiere un entendimiento de la cultura del país. ¿Va la gente a trabajar a muy temprana edad? ¿Cuál es el promedio de expectativa de vida? ¿Qué tan saludables son las personas? ¿A qué edad tiende la gente a tener hijos? ¿Dentro de qué rango de ingresos se considera la pobreza o riqueza, y cómo se expresa ésta en el estilo de vida y gustos de las personas?

Fuentes de información

Comparando la información de las oficinas nacionales de censo o los departamentos relevantes de gobierno, con la información recolectada internacionalmente a través del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud o las Naciones Unidas y sus organismos anexos, los educadores pueden obtener rápidamente datos demográficos. Si son afortunados, esta información estará disponible en computadoras y si son extremadamente afortunados, tendrán acceso al GIS (software) actualizado. Así la información esté disponible, ésta estará supeditada al tiempo y tendrá que ser corregida de acuerdo a los mejores estimados posibles.

El papel de las autoridades electorales

Puesto que la autoridad electoral tiene urgencia por contar con buena información demográfica, deseará discutirla con los departamentos de estado con el fin de determinar cómo pueden perfeccionarse los datos disponibles. Esta es una función general, mas no una función educativa. Pero, la obtención de datos actuales y precisos sobre la población contribuye con toda una serie de preparaciones electorales, desde el diseño del programa de educación electoral hasta la determinación del número de electores. Esto último influye en el número de áreas de votación, el número de papeletas a imprimir, la cantidad de material electoral necesario, y en el número de trabajadores electorales a ser nombrados, etc. Así, los educadores necesitarán tener acceso a datos de población y sugerir que se recolecte cierta información adicional de carácter socioeconómico y de comportamiento.

Normas culturales y religiosas

La educación cívica y electoral debe ser culturalmente sensible. La forma en que un programa educativo se acerca a la gente, el lenguaje utilizado, los métodos adoptados y el estilo de los educadores, tienen que ir de acuerdo con las preferencias culturales y religiosas de los electores.

Estas preferencias pueden convertirse en un obstáculo, en una barrera o en una ventana. Cualquiera que sea, los educadores siempre tendrán una relación dialéctica con ellas. La educación, dada su naturaleza, siempre pondrá en peligro el status quo. Ofrece nuevas visiones, lo cual puede animar a los individuos y grupos de individuos a reflexionar de manera crítica frente a las normas que dan por hechas. Debido a que la educación al votante se imparte no sólo de acuerdo a las necesidades del electorado, sino también atendiendo las necesidades y demandas del Estado, los educadores tendrán que ser precavidos respecto de la forma en que interactúan con la cultura y religión de las personas.

No hay mandato que obligue a que estas normas se apliquen si entran en conflicto con los mensajes emitidos para las elecciones. Asimismo, la educación para la democracia inevitablemente cuestionará aquellas prácticas que no van de acuerdo con los principios universales. Este es un dilema con el cual deben convivir los educadores. Los países que no cuentan con un sistema democrático de gobierno son los que afrontan en mayor medida este dilema. Sin embargo, este problema puede presentarse igualmente en grupos minoritarios dentro de un país democrático.

La barrera

La cultura y la religión pueden representar una barrera para el educador, puesto que crean sociedades con sus propios símbolos y lenguaje. Estas sociedades no son siempre cerradas, empero, cuando detectan extraños pueden sospechar de ellos.

Pueden tener opiniones y tradiciones preestablecidas acerca del papel de la educación, lo que es la democracia y si es aceptable o no. Sumado a esto, diferentes culturas pueden tener estrictas opiniones con respecto a quién debe o no educar a los hombres, mujeres y niños. Hay conceptos de liderazgo y autoridad que van en contrasentido del principio de la igualdad general, pilar fundamental de la democracia representativa.

En sociedades mucho más abiertas, cuando menos existirán parámetros establecidos sobre metodología educativa. La forma de enseñar y aprender estará determinada por sus propias prácticas culturales y religiosas, y las innovaciones tales como pequeños grupos de trabajo, individuos contestando cuestionarios de evaluación, el uso de ayudas audiovisuales, y la privacidad en el resultado de los ejercicios generará escepticismo o dudosa aceptación.

El obstáculo

Las barreras pueden fácilmente convertirse en obstáculos que entorpecen la labor de los educadores. La cultura y la religión pueden hacer que la gente común, deseosa de adquirir y conocer una buena educación electoral y sus derechos como ciudadanos, vea limitado su acceso a ella. En estas situaciones, la falta de sensibilidad cultural y religiosa no será tratada con tolerancia, sino por el contrario utilizada como una excusa para que un programa educativo no tenga éxito. Por esta razón, los educadores deberán sopesar cuidadosamente estas susceptibilidades con el fin de no convertirse en un obstáculo.

La ventana

Es mucho más propicio cuando los educadores entienden el contexto dentro del cual trabajarán o adaptan su programa de tal forma que crean grupos que conocen el contexto. Así, contarán con una rica fuente de idiomas, analogías, tradiciones y anécdotas que puedan mostrar a los votantes nuevos caminos para comprender su propia realidad y las lecciones electorales o cívicas.

Para dar tan sólo un ejemplo, sería útil discutir sobre los educadores sudafricanos que debieron encontrar una forma para que el pueblo entendiera la naturaleza secreta del voto. Discutiendo con mujeres de sociedades tradicionales, encontraron que la maternidad proveía una visión alegórica. Generalmente, el sexo del bebé no se sabe con anterioridad al nacimiento. Igualmente se descubrió que hablar abiertamente de la maternidad es un tabú; por ello, la imagen escogida para la discusión fue la del sembrador que planta la semilla. Nadie conoce el género de la semilla hasta que crece. Sin embargo, en todas las ilustraciones utilizadas para este particular paquete de educación electoral, aparece una mujer embarazada. La mujer vota, pero su condición no se discute. Es notorio, especialmente para las mujeres, y el concepto de la secrecía del voto es comunicado en secreto.

Género

El Afrobarómetro,  una encuesta a gran escala sobre las actitudes acerca de la democracia y la gobernabilidad en 15 países africanos, analiza sus datos contra una serie de factores demográficos —lenguaje, geografía, edad, estatus socio-económico, y así sucesivamente. El género es uno de éstos. Sin embargo, consistentemente hay muy poca trascendencia estadística en este análisis— hombres y mujeres en África tienen similares valores y percepciones, y se comportan o inclinan a comportarse en maneras similares cuando se confrontan con situaciones particulares. Por mucho, las mayores diferencias se encuentran en la geografía, y por lo tanto, en la historia y la cultura.

Los educadores tratan de entender el contexto en el que van a trabajar y no ven a la mujer como una clase de persona separada. Lo que ellos tratan de entender es cómo acercarse a la mujer en el marco de los lugares particulares a los que están restringidas, y buscan la manera cómo asistir mejora a las mujeres a que ejerzan sus propios derechos individuales y corporales, así como sus responsabilidades de forma que las doten de poder y de seguridad.

Consideraciones de grados de alfabetización y escolaridad

Los educadores tendrán que evaluar cuidadosamente todo aquello que se pueda aprender sobre los niveles de alfabetización y escolaridad de sus electores, con tanto detalle como sea posible, así como consultar a la información nacional y regional que les ayude a adaptar sus planes para llegar a los electores que son funcionalmente iletrados.

Alfabetización

La educación cívica y electoral no puede suponer un determinado nivel educativo. Aun las sociedades industrializadas y sofisticadas, con altas tasas de escolaridad, tienen un porcentaje de gente iletrada o semi-iletrada. En el hemisferio sur, los niveles de analfabetismo que usualmente son reportados de manera deficiente, van del 10% hasta más del 70% de la población. Estas estadísticas opacan el hecho de que algunos segmentos de la sociedad pueden tener diferentes grados de alfabetización.

En Perú el 76% de los analfabetas son mujeres1. Este patrón se repite a lo largo de la mayoría de los países en desarrollo. Esta discriminación contra las mujeres muestra el ejemplo más obvio de patrones de analfabetismo que los educares deberán descubrir. Dentro de los límites de un país, existirán sectores en donde los niveles educativos son más bajos que en otros, como en las áreas rurales o remotas. Así mismo, habrá variaciones dentro de estos sectores donde ciertos grupos de personas, tales como mujeres o ancianos, tendrán niveles más altos de analfabetismo.

Crear programas educativos que se centren en aquellos que cuentan con cierto nivel educativo, obviamente excluirá a los analfabetas. Crear programas que incluyan a los analfabetas no necesariamente excluirá a los letrados. Y crear programas en donde exista un énfasis intencional en los programas de aprendizaje orales y cooperativos asegurará que tanto letrados como iletrados tengan la oportunidad de aprender.

Los países que poseen un alto grado educativo gozan de ciertas ventajas. Pueden hacer uso de la palabra escrita con mayor facilidad. Sin embargo, en estos países, las personas con menos oportunidades —los jóvenes, las mujeres, los pobres— pueden no poseer altos niveles educativos. Los educadores tendrán que evaluar cuánta gente está en capacidad de leer y qué tanto lo comprenden.

Escolaridad

Además de los niveles educativos, los educadores podrían necesitar considerar los niveles de escolaridad. Obviamente existe una superposición aquí. Muchas personas aprenden a leer en la escuela. Y aquellas que no aprenden a leer son quienes frecuentemente no están en capacidad de asistir a la escuela o no permanecen en ella por mucho tiempo.

Los niveles o años de escolaridad pueden revelar a los educadores otros aspectos acerca de los niveles educativos. La escolaridad afecta la manera probable en que las personas comprenderán otros esquemas de educación. Esto determina, para bien o para mal, la manera como la gente valora el aprendizaje y cuáles métodos se asocian con mayor facilidad a los programas educativos.

La educación electoral y cívica tiene muchas ventajas, en cuanto que ésta puede ser conducida como una campaña independiente, fuera del aula de clases y alejada de los patrones particulares de disciplina, construcción y diseminación del conocimiento, competencia por la información y el éxito.

Los educadores electorales tienen ventajas en las sociedades que valoran la educación, en especial la enseñanza de largo plazo. Se benefician de las culturas en donde la escolaridad motiva la toma de decisiones democráticas y la autonomía personal. Pueden construir sus programas con mayor facilidad en aquellos sistemas educativos en los cuales ha habido programas de educación electoral y cívica como parte del currículum de educación formal e informal.

Entender los patrones establecidos por los sistemas escolares de un país, proveerá un visión sobre las motivaciones y habilidades de la población votante. El reciente auge de la educación cívica en el nivel escolar, aún en democracias de larga tradición, sugiere que la escolaridad tanto tradicional como innovadora y moderna puede no ser suficiente para preparar los ciudadanos para la democracia, si no viene acompañada de un currículum preparado especialmente para este propósito. De ahí que los educadores de adultos no deberán confiar en que los niveles de educación y escolaridad de la sociedad aseguren la comprensión de las complejidades de la democracia moderna, incluso si pueden asumir que las personas tendrán la capacidad de leer los panfletos que explican cómo registrarse, y cuándo y dónde votar. Ciertamente, no podrán asumir que la escuela inculca la motivación y las habilidades para la participación pública o cívica. (Ver La relación entre la educación general y la cívica).

Notas:

1 UNESCO, eAtlas of Literacy

Uso de recursos existentes para programas de educación

Los programas de educación tienen que adaptarse a los recursos disponibles. Lo cual no tiene que ser una limitación, siempre que los educadores están conscientes de los recursos de los que disponen antes de establecer los objetivos y estrategias de los programas educativos.

Además de los evidentes recursos en personal y dinero, los educadores deben considerar qué otra cosa tiene para ofrecer el país en términos de infraestructura y el capital social.

En muchas sociedades en transición, en particular a causa de la guerra, los conflictos civiles, o el estancamiento económico, la calidad de la infraestructura puede plantear uno de los mayores desafíos a la puesta en marcha de un programa de educación de los votantes, sobre todo con respecto a la distribución.

También puede haber desacuerdo acerca de quién es el responsable de cubrir los costos de ciertas actividades o productos básicos. En algunos casos, por ejemplo, la ley electoral puede requerir el uso de medios de comunicación propiedad del Estado para transmitir los mensajes de educación electoral. A menos que se estipule claramente y sin ambigüedades el uso gratuito del tiempo, entre el medio de comunicación y la autoridad electoral podrían surgir diferentes interpretaciones respecto a cuál de sus presupuestos cubrirá los gastos de la radiodifusión.

Una vez evaluados los recursos disponibles, se podría encontrar que éstos son suficientes para desarrollar los programas necesarios.

Sin embargo, se podrían presentar serias limitaciones. Si así sucediera, la autoridad electoral puede actuar como catalizador para el desarrollo de los recursos con que se cuenta. No tiene por qué permanecer pasiva ante desventajas o escasez, aun cuando necesite elaborar estrategias, especialmente educativas, que tomen en consideración la reducción de sendos recursos. Puede haber la posibilidad de obtener recursos del sector privado, así como de las agencias internacionales o de potenciar recursos formando asociaciones estratégicas con la sociedad civil (ver Mecanismos de colaboración para la educación electoral y la sección Organizaciones sociales existentes). Al final, los parámetros de la educación electoral tienen que reflejar una contabilización honesta de los recursos. El presupuesto de la educación electoral no debe poner en peligro otros preparativos para las elecciones, y la administración electoral, en general, no debe utilizar recursos que son necesarios para otros propósitos.

Infraestructura del país

En general, nunca parece haber suficiente dinero para la educación al votante. Se debe hacer una profunda consideración de los recursos de los que un país dispone en términos de su infraestructura. Para ello se suele incluir la forma como estos recursos pueden contribuir, o impedir de no estar disponibles, el desarrollo del programa.

Hay cuatro áreas específicas que los educadores electorales deberán considerar acerca del país donde están trabajando:

El sistema educativo: Para entender el sistema educativo se debe tener información básica sobre el número y ubicación de las instalaciones de enseñanza primaria, secundaria y universitaria, con el fin de identificar posibles sitios y grupos de trabajo. Un análisis de plan nacional de estudios identificará la existencia de materiales y competencias educativas que puedan servir como fundamento del programa.

Medios masivos de comunicación: Un estudio de los medios masivos de comunicación arrojará un análisis de los medios existentes, el mercado que abarcan, las características de sus audiencias, la naturaleza de su capital, por ejemplo, los que son del Estado probablemente tengan la obligación por ley de asignar cierto tiempo aire para los mensajes de educación electoral, mientras que puede o no ser necesario pagar a los de tipo privado. El suministro de energía también debe ser considerado como elemento que influye en la selección de los propios medios.

Mecanismos de entrega y distribución: ¿Cómo se difundirán los mensajes del programa de educación al votante? Esto usualmente contemplará la distribución de materiales educativos, el despliegue de instructores, y la aplicación de controles financieros y administrativos. ¿Qué tan confiables son todos esos medios? ¿Cuál es la calidad de la infraestructura del transporte y qué opciones ofrece? ¿Debe haber una distribución ad hoc? ¿Existen empresas u ONGs que pudiera asumir exitosamente las responsabilidades de distribución? ¿Existen grupos específicos que pudieran ayudar con la distribución de ciertos materiales?

Espacio público: Puesto que la educación electoral comprende la diseminación de información a través de los medios de comunicación y la reunión de personas para participar en dinámicas de grupo, los educadores electorales tendrán evaluar qué instalaciones públicas están disponibles para que las personas se reúnan, qué tipo de lugares se adaptan mejor a los tipos de técnicas empleadas (como los juegos de rol), y las condiciones bajo las cuales las personas tienen la costumbre de reunirse. Disposiciones especiales también pueden ser necesarias para reservar el espacio o para notificar a los funcionarios locales de su uso para educación electoral. También puede ser necesario proporcionar alojamiento para los formadores o para los participantes en los programas de capacitación.

Ventajas adicionales

El conocimiento de la infraestructura del país o la región puede ayudar a identificar el rango de posibles escenarios para la educación al votante, introducir individuos y organizaciones al programa, establecer diferenciaciones regionales y culturales las cuales deberán ser tenidas en cuenta; igualmente posibilitará el establecimiento de áreas marginales o de alto riesgo donde se requiera un mayor esfuerzo.

La documentación de esta información será muy útil para el personal encargado de la planeación. De igual manera, dada su utilidad, ésta debe ser corta, analítica y fácil de comunicar. Mucha de esta información debe estar disponible fácilmente. Si no lo está, se tendrá que sopesar el costo de obtener esta información contra los beneficios de tenerla. En algunos casos, resúmenes ilustrativos o intuitivos pueden ser más beneficiosos para la planificación de los programas de educación electoral.

¿Cómo se encuentra la información?

Es posible que ciertas oficinas gubernamentales necesiten regularmente información sobre el país. Pueden ser los responsables del desarrollo, la planificación o las comunicaciones. Además de reunir esta información, es posible que también sean responsables de su distribución. Es factible que compañías a nivel nacional tales como bancos, compañías mineras y grandes manufactureras también mantengan información.

Algunos países, así como ONGs y otras organizaciones publican libros u otros reportes anuales.

Otros usos para la información de un país

Una autoridad electoral puede recolectar la información del país para utilizarla con una amplia variedad de propósitos. Si este es el caso, la tarea del educador electoral se facilita. Los intereses de los planificadores y administradores en la autoridad electoral serán diferentes, y los educadores electorales no podrán renunciar a la responsabilidad de preparar un resumen adecuado para su propio programa.

Dicho resumen deberá ser distribuido entre las agencias encargadas de partes del programa de educación electoral, entre las ONGs motivadas a desarrollar programas por sí mismas, y después de algunas modificaciones entre agencias internacionales de educación y grupos de observadores.

Sistema educativo

El sistema educativo de un país es uno de los recursos más importantes de los que disponen los educadores cívicos y electorales. Cualquiera que sea el sistema que exista en un país, los educadores electorales deberán considerar los recursos disponibles en términos de currículum, oportunidades de capacitación, equipo de personas e instrumentos para el reclutamiento voluntario así como posibles lugares de aprendizaje.

Sistema de educación nacional

Un sistema educativo incluye instituciones tanto formales como informales a nivel primaria, secundaria y estudios universitarios. Las instituciones formales son aquellas que desarrollan, de forma privada o con ayuda del Estado, un esquema educativo clasificado que resulta en la expedición de un certificado, diploma o grado reconocidos por el Estado y que pueden tener vigencia internacional. Las instituciones informales son aquellas que conducen programas cortos vocacionales y de crecimiento personal que no son necesariamente reconocidos por el Estado, aun cuando se expidan certificados después de la culminación de los estudios. Dichos certificados pueden ser reconocidos por una asociación profesional o vocacional. La brecha entre la educación formal e informal está usualmente determinada por el campo de acción.

La educación primaria consiste en grados de educación básica normalmente ofrecidos a los niños dentro de un sistema obligatorio. La educación secundaria, usualmente llamada bachillerato, incluye por lo general un esquema más diferenciado que prepara a los estudiantes para la graduación y, posible acceso a la universidad. Finalmente, la educación superior incluye preparatorias y universidades, así como educación técnica y vocacional. Estas instituciones combinan frecuentemente una serie de cursos formales con un rango de oportunidades educativas menos formales. En algunos sistemas educativos la capacitación vocacional y técnica puede ser ofrecida en cualquiera de estos niveles de educación. Sumado a lo anterior, puede existir una variedad de oportunidades de educación y capacitación continuada, particularmente en países que tienen sectores privados y de sociedad civil influyentes.

Algunos países tienen un sistema educativo articulado y regulado a través de unos parámetros nacionales de certificación. En estos países, la educación y capacitación a través de las innumerables instituciones antes consideradas, puede permitir que la gente se mueva alrededor del sistema y alcance certificados así como oportunidades integrales de educación. En otros países, los sistemas son mucho más rígidos y las diferentes instituciones determinan el progreso y los resultados de manera independiente.

Sistema educativo

Será necesario considerar si el sistema educativo proporciona oportunidades universales para que la gente aprenda sobre gobierno, política, comportamiento electoral o reglas y estándares generales de la sociedad. Si este es el caso, los educadores tendrán que ponderar si esto puede reemplazar alguna parte del programa informal de educación cívica y electoral para adultos, o si por el contrario, el sistema educativo ha sido diseñado de tal forma que reduce o inhibe la participación del pueblo en la actividad democrática.

En muchos casos, la educación primaria y secundaria proporcionará habilidades, actitudes y conocimientos que brindarán una educación más detallada que dé soporte a una democracia o unas elecciones. En algunos casos, sin embargo, los sistemas nacionales de educación podrán haber sido forjados para asegurar un apoyo al régimen que no es democrático, y donde las diferencias no son bienvenidas. En dichos casos, la educación primaria y secundaria puede dejar un legado que compromete severamente la habilidad de las personas para asumir un comportamiento democrático, resolver diferencias, tomar decisiones, votar o participar de las instituciones democráticas. En este tipo de situaciones, los programas de educación cívica tendrán que ser extensos.

Oportunidades de capacitación

Los educadores que operan en la esfera electoral y cívica enfrentan impedimentos considerables para encontrar colegas capacitados y oportunidades de capacitación para sí mismos. De hecho, la mayoría de la gente que trabaja en este campo se interesó debido a que posee conocimientos en ciencias sociales, política, o conocimientos educativos generales. Quienes se dedican al área de educación para adultos pueden estar en mejor disposición de trabajar como educadores electorales, puesto que la educación para adultos usualmente incluye trabajo con personas en desventaja, y porque la superación de éstas requiere una acción política en varios niveles.

El sistema educativo de un país proveerá estos caminos informales de capacitación, los cuales dependerán no sólo del grado de consolidación democrática que tenga el país, sino también del grado de interacción que el sistema tenga con los movimientos sociales y las necesidades del educando. Es interesante notar que muchas de las oportunidades vitales de capacitación, y los programas más innovadores, están disponibles en países que cuentan con democracias marginales e intensos conflictos sociales.

Los responsables de la capacitación de los educadores deberán descubrir oportunidades de entrenamiento dentro del sistema y, cuando sea necesario, complementar estas oportunidades con capacitación de corto plazo dentro del trabajo.

Listas para reclutar personal y voluntarios

Los programas de educación electoral y las campañas de educación cívica requieren disponer de un gran número de funcionarios en un lapso muy breve. Este personal recibe, a lo sumo, orientación sobre el material disponible, aunado a limitadas habilidades para la educación para adultos. En el caso de programas amplios, tener un grupo de profesores capacitados en quienes apoyarse es muy ventajoso. Existe, sin embargo, una advertencia. La educación formal demanda cierto tipo de habilidades y comportamiento. Suele haber una brecha entre el aula y el lugar donde se lleva a cabo el programa de educación cívica y electoral que no todos los profesores comprenderán.

Los educadores deberán identificar en el sistema educativo aquellos niveles del propio sistema que presentan los mejores candidatos para su programa. Notarán, igualmente, las fechas para la matrícula formal en los términos del sistema, incluyendo calendarios de examen, para no crear falsas expectativas en los profesores e instructores de sistemas formales para incorporarse a un programa de educación cívica y electoral.

Lugares de aprendizaje

Casi tan importante como conseguir funcionarios y voluntarios será obtener lugares a bajo costo y accesibles para conducir un programa de educación al votante. Fuera de aquellos aspectos del programa que tienen que ver con llevarlo a grandes grupos de personas, existirán también aspectos del mismo que requieren instalaciones para la realización de seminarios y conferencias (capacitar a los educadores, talleres, resúmenes, preparación de materiales y actividades con grupos focales). Las instituciones educativas, ya sean privadas o estatales, pueden estar usualmente disponibles a muy bajo costo. En algunos casos, éstas también proporcionarán facilidades de hospedaje para programas largos.

Una vez más, al igual que con otros aspectos de los programas de educación cívica, deberá existir un balance entre los costos y la conveniencia frente a las percepciones públicas de todas o algunas de estas instituciones.

Locales para eventos educativos

Los educadores electorales tendrán que encontrar y asegurar lugares de reunión para una gran variedad de actividades. Esto introduce varias interrogantes relacionadas con los costos y la administración de sus programas.

El entrenamiento en cascada, las conferencias de los medios de comunicación, las reuniones de coalición de ONG, los talleres de educación electoral, los talleres de diseño de sistema educativo, los festivales de música, los ensayos dramáticos y los seminarios de escritura son sólo algunos de los tipos de reunión que son requeridas. De esta manera, los educadores competirán por los espacios de reunión con cualquier otra persona que participe en las elecciones, incluyendo partidos políticos, administradores electorales y la prensa.

Es sorprendente cuán difícil resulta obtener lugares de reunión públicos -identificarlos, reservarlos, obtenerlos a bajo costo, y mantenerlos disponibles cuando el programa es incierto pero pudiendo requerirlos. También es probable que sea un desafío encontrar un espacio adecuado para las necesidades de una actividad en particular. Una conferencia, ejercicios de juegos de roles, eventos televisados, producción teatral, o sesión de planificación requieren probablemente tipos de espacios diferentes. Para algunos casos, asientos tipo teatro pueden estar bien. Para otros, los educadores pueden necesitar reacomodar el mobiliario para favorecer la participación. También se puede requerir de un telón de fondo interesante, de espacio abierto, bastante espacio en las mesas para separar y compaginar materiales, o hasta de múltiples tomas de corriente.

Aún aquellos países que poseen grandes industrias turísticas y de convenciones pueden presentar problemas con los sitios de reunión que se encuentren fuera de los centros turísticos, en lugares más aislados y menos agradables del país. Puede inclusive existir competencia por obtener las áreas de los centros turísticos si las elecciones se están llevando a cabo al mismo tiempo que otras convenciones en la misma ciudad. En consecuencia, es esencial contar desde etapas tempranas con personas confiables que busquen los lugares de reunión y que puedan ser creativos en la búsqueda de lugares apropiados para las reuniones.

Entre los lugares de reunión menos obvios, y ciertamente fuera de la experiencia normal de los agentes de viaje profesionales, encontramos las iglesias y asambleas religiosas, así como los centros de retiro, campos, instituciones educativas, parques de diversiones y campos deportivos. Cuando se necesitan lugares donde se pueda dormir, éstos son aún más difíciles de encontrar a no ser que se cuente con la hospitalidad de la gente local.

Dichos sitios alternativos, sin embargo, son difíciles de reservar a distancia, y el pago, donde se requiera, por lo general tiene que hacerse en efectivo. Tener entonces contactos locales y tener que cargar grandes cantidades de dinero puede ir en sentido contrario al sistema centralizado y administrativamente conveniente que las organizaciones de educación electoral nacional, así como las autoridades electorales utilizan.

Los hoteles y los centros de conferencias comerciales se convierten en los lugares predilectos de reunión, antes que los espacios públicos, aunque éstos aseguren que la elección operará desde una base comunitaria y con el apoyo de la comunidad. A no ser que sea posible persuadir a los dueños de tales lugares de reunión para que donen su uso, los costos del programa de educación al votante pueden dispararse y desanimar a los organizadores a la hora de conducir eventos públicos.

Mecanismos de comunicación

La capacidad de comunicación interna e internacional de los países no es uniforme. Los avancen en la tecnología de la comunicación se realizan por etapas, y aunque los avances previos se perpetúan, cada país concede un diferente grado de confianza a cada tipo de avance de acuerdo a sus necesidades y limitaciones.

Es importante que los educadores comprendan la logística de las comunicaciones en cada país particular y no traten de establecer programas que descansen en sistemas de alta tecnología, que no se puedan mantener ni poner en práctica. Al mismo tiempo, puesto que la tecnología se superpone, ésta puede generar extraños arreglos. Los países en desarrollo, por ejemplo, pueden pasar por encima de los países desarrollados, como muchos lo han hecho recientemente con el uso de los teléfonos móviles o celulares y las máquinas de fax. El correo electrónico, por ejemplo, puede ser más confiable que los servicios postales tradicionales.

Además de las comunicaciones, los educadores tendrán que movilizar a numerosas personas y materiales. Desafortunadamente éstos aun no viajan a través de líneas telefónicas, a pesar de que hasta esto está cambiando.1 Por ello los educadores deberán conocer los sistemas de viaje y carga.

Desplazamiento de las personas

¿Qué tipo de facilidades existen para traer personas al país? En la mayoría de los lugares esto incluirá aeropuertos internacionales. En otros, como en Santa Helena, un puerto puede ser el único medio de entrada. Aún más importantes son las facilidades para que las personas se puedan mover dentro del país. ¿Existen aerolíneas locales? ¿Se conectan éstas con otros medios de transporte? ¿Si no existen aerolíneas, existe sistema de tren? ¿Hay servicios de autobuses que conecten a las ciudades y los municipios? ¿Dentro de un municipio o región, se puede encontrar transporte público como autobuses, sistemas de riel o taxis? ¿En países donde el transporte público es deficiente, existen vehículos motorizados disponibles para compra o alquiler? ¿En qué condiciones se encuentran todos estos sistemas? En algunos países, pueden existir dos sistemas separados de transporte: privado y público (incluyendo fuerzas militares). Los educadores desearán conocer cuál de los dos tendrán que usar y si es que ambos están disponibles. ¿Qué pasa con lugares remotos? ¿Se necesitan, por ejemplo, helicópteros, para transportar personas para aldeas en zonas de montañas?

Si el principal medio de transporte es terrestre, ¿cuál es la condición de la red carretera del país y cómo es que esto afecta el tiempo necesario para viajar de un lugar a otro? En algunos países, puede tomar dos horas para viajar 240 kilómetros (150 millas) en una autopista. En otros países la misma distancia puede tomar todo el día. ¿Y cuántos kilómetros de autopista hay? ¿En qué medida se va a necesitar viajar en carreteras estrechas o mal pavimentadas? ¿Existen caminos intransitables durante mal tiempo? ¿Qué condiciones meteorológicas se prevén durante la conducción de la educación electoral? ¿Hay la posibilidad de comprar o rentar vehículos adecuados? ¿En qué estado se encuentran? ¿Cómo la disponibilidad y el precio de los combustibles pueden afectar el transporte?

Traslado de bienes

Mover bienes puede ser tan fácil o tan complicado como transportar personas. En muchos casos, pequeñas cantidades de material pueden viajar con los educadores. Sin embargo, grandes cantidades de material requerirán servicios de carga. Estos pueden ser por mar, río, carretera, tren o aire. Cada uno tiene sus ventajas y sus desventajas; los costos, por su parte, tendrán que analizarse de acuerdo con la velocidad y confiabilidad requerida.

Transmisión de mensajes

Los educadores pueden considerar las siguientes posibilidades para transmitir mensajes que los ayuden a manejar sus programas:

Transmisión Oral:

En términos muy simples, los mensajes pueden pasarse de persona a persona. En algunas circunstancias, de hecho, esto es esencial. Donde es así, habrá que desarrollar las habilidades correspondientes para que los mensajes se transmitan adecuadamente y sean recordados. Las sociedades que se han apartado de la tradición oral tendrán que apoyarse en individuos relacionados con sociedades tradicionales. En un país donde existan altos grados de alfabetización, los mensajes podrán ser escritos y distribuidos a mano.

Servicios Postales:

Los servicios postales no son siempre uniformes. Para los educadores, dichos servicios deben ser confiables. En muchos países, pero no en todos, existe un único servicio postal controlado y del cual el gobierno es dueño. El servicio usualmente incluye la recepción, transmisión, y entrega de cartas y servicio de paquetes postales. La confiabilidad en cada uno de ellos puede variar, así como el servicio y costo de país a país. De igual forma el servicio podrá variar dependiendo de si es un monopolio o no.

Los educadores deberán considerar la rapidez con que se entrega y se recibe el material enviado. Muchas comunidades rurales no poseen servicios postales y, por lo tanto, deben recoger el correo en depósitos. Esto significa que para que determinada persona reciba un mensaje, una vez éste llegue a su lugar de destino, la persona debe ser alertada para que vaya y reclame la respectiva comunicación.

En lugares donde los servicios postales son deficientes, el robo, la pérdida y retardo en la correspondencia puede afectar seriamente el cumplimiento de los programas de educación electoral.

De cualquier forma, el servicio postal sigue siendo el sistema disponible más efectivo en términos de costos.

Radio:

Las cadenas de radio pueden ir desde los típicos sistemas transmisor/receptor usados por la policía, los militares, las comunidades rurales y los transportistas de carga, hasta las emisoras comerciales capaces de transmitir mensajes a grandes cantidades de personas con radios de fácil adquisición. La radio es capaz de establecer una comunicación de doble vía a lo largo de largas distancias. Dada la importancia de esta forma de comunicación en ambientes donde no están disponibles otros sistemas, ésta debe ser tenida en cuenta dentro de la estrategia de los educadores electorales. Los educadores deberán considerar los beneficios que un estudio basado en la radio y en conferencias televisivas puede traer a los programas educativos.

Teléfono:

El teléfono puede ser la herramienta más crítica para la comunicación cuando se manejan programas de educación al votante. Por sí mismo, se puede convertir en un medio educativo potencial. Así, conocer las posibilidades y limitaciones del sistema telefónico es clave.

En particular, los educadores tendrán que informarse sobre la disponibilidad de "líneas terrestres", instrumentos tales como auriculares, intercambios regionales, alternativas a líneas terrestres como sistemas celulares o inclusive instrumentos satelitales. También se tendrá que tener claro que las condiciones del terreno pueden afectar de manera importante el rango de alcance de los teléfonos celulares.

En algunos países, los sistemas de telefonía tienen problemas para tender el cableado. En otros, la fibra óptica ya es una realidad. En algunos, los intercambios manuales y los teléfonos de disco son los únicos disponibles. Igualmente existen otros que combinan éstos sistemas con otros más avanzados que pueden o no ser compatibles con los antiguos. Pueden existir líneas específicas para fax, o puede ser que las máquinas de fax usen las líneas existentes.

Computadora:

Con la aparición del Internet y de los proveedores de servicio de Internet, el correo electrónico ó e-mail, así como otros servicios, están disponibles, al menos para aquellos que poseen una computadora (ordenador), teléfono y módem. La magnificencia del Internet no significa, sin embargo, que el correo electrónico (e-mail) y la transferencia de archivos no puedan ser utilizados con sistemas que cuentan con computadoras y teléfonos lentos y pequeños. El e-mail no es sinónimo del World Wide Web.2 Es totalmente posible implantar un sistema de e-mail usando módems lentos, teléfonos de pulso y computadoras basados en el sistema DOS. Obviamente, aquellos que tienen acceso a computadoras, módems y líneas telefónicas rápidas, podrán acceder a la red y a todo lo que ofrece.

Tecnología basada en las computadoras u ordenadores:

Conforme la tecnología para la comunicación se integra cada vez más, los sistemas telefónicos y de computación poseen servidores con una gran variedad de facilidades adicionales que promueven la productividad y, donde la infraestructura básica y las habilidades de mantenimiento existen, la reducción de costos. Dentro de estas posibilidades se encuentra la de enviar un fax directamente a una computadora a un solo destinatario o a un gran número de personas, la posibilidad de usar el Internet para "chatear" o tener acceso a servicios telefónicos, y la posibilidad de que pequeños grupos de personas en diferentes locaciones presencien teleconferencias.

En cuanto al teléfono se refiere, la llamada automática y los sistemas de mensajes de voz capacitados para permitir que las personas, a través de opciones de tono, consulten y envíen mensajes, proporcionan caminos para que el teléfono se parezca cada vez más a la red mundial. Básicamente, la red es una forma para depositar información y que el usuario la consulte cuando la necesite.

Todas estas opciones están disponibles para los educadores en sociedades con avanzados sistemas de comunicación. En cada país los educadores tendrán que determinar aquello que está disponible antes de iniciar la planeación de sus programas.

Tecnología y tradición

Mientras que las tecnologías modernas de telecomunicaciones y computadoras pueden aumentar la gama de opciones de comunicación abierta a los educadores, consideraciones culturales acerca de su uso pueden seguir entrando en juego. La población en general, o algunos grupos en particular, pueden sospechar o sentirse incómodos con ciertas tecnologías modernas. Puede haber algunas personas que consideren que, por la razón que sea, son inadecuadas para fines educativos o electorales.

Notas:

1 Los países con buenos sistemas de telecomunicaciones y de electricidad confiable pueden usar instalaciones de videoconferencias para que las personas se pongan en contacto sin tener que desplazarlos de un lado al otro. Originalmente, esto requería el acceso a un estudio de televisión y a un sistema de radiodifusión, pero, cada vez más, la Internet ofrece posibilidades de bajo costo con la sola necesidad de una computadora. En lo que respecta a los documentos, las opciones del correo electrónico y de publicaciones asistidas por computadora ofrecen la posibilidad de enviar documentos electrónicamente que pueden ser reproducidos localmente en vez de ser transportados.

2 Cuando se habla de la Internet casi siempre uno se refiere a la World Wide Web, con sus gráficos de alta resolución y páginas Web —pero hay otros programas más pequeños y más antiguos que están disponibles para comunicación electrónica a través de la red.

Importancia de los medios de comunicación

Sin el acceso a los medios de comunicación nacionales y comunitarios todos los programas de educación pública pueden estar en desventaja. Es posible realizar programas basados exclusivamente sobre métodos de educación cara a cara, empero estos programas pueden sufrir dificultades si no existe una estrategia complementaria que promocione eventos y noticias para incrementar la motivación y los materiales para distribución. Siempre es necesario realizar una evaluación inicial de los medios de comunicación disponibles.

Directorios de medios de comunicación

En algunos países, el registro de los medios de comunicación resultará en directorios disponibles al público. En otros casos, las ONGs y las agencias de medios de comunicación del gobierno pueden haber recolectado dichos directorios. Igualmente las agencias de publicidad pueden llevar libros que detallen los medios de comunicación disponibles así como sus audiencias.

Inicialmente, los educadores deberán desarrollar listas, que posteriormente serán la base de su propio directorio, que analice los medios de comunicación disponibles y apropiados para la programación educativa. Algunos de los criterios que se deberán incluir son:

  • ¿Los medios de comunicación son propiedad del Estado o están bajo su control?
  • ¿Si están controlados por el gobierno, obliga la ley electoral a proporcionar espacio o tiempo de emisión gratis para mensajes de educación electoral?
  • ¿Si es de propiedad privada, está su gerencia de acuerdo en publicar anuncios de servicio público, tales como mensajes de educación electoral, ya sea gratuitamente o a un precio de descuento?
  • ¿Cuáles son las tarifas de publicidad que cobran las empresas?
  • ¿Los medios de comunicación tienen un alcance nacional o más bien local?
  • ¿El medio particular está capacitado para preparar sus propios anuncios?
  • ¿Qué mecanismos utiliza cada medio en particular para aceptar propagandas o copias preparadas por un programa educativo?
  • ¿En qué formato deben ser presentados los anuncios o copias del programa de educación a los medios de comunicación en cuestión?
  • ¿A qué audiencias (tipo y tamaño) llegan los diversos medios de comunicación y en cuánto tiempo?
  • ¿Cuáles son las características de su audiencia?
  • ¿Cómo son las dimensiones o características de la audiencia afectadas por la fecha y la hora y por la programación, es decir, cuáles son los programas más populares o los periódicos más leídos durante la semana o los fines de semana?
  • ¿Cuántas horas de emisión tiene por día la empresa?
  • ¿Cuál es la frecuencia de impresión, dos veces al día, todos los días, varias veces por semana, semanal, mensual, trimestral?
  • ¿El consejo de redacción de la empresa tiene una orientación política particular, o la empresa está asociada de alguna manera con un determinado partido político?
  • ¿En qué idiomas emite/imprime la empresa?
  • ¿Quiénes son los contactos para cada medio de comunicación en particular y cuáles son los contactos electrónicos así como direcciones?

Una base de datos adecuada necesitará ser preparada para estas fuentes. Dada su importancia, los educadores deberían fomentar la experiencia dentro de sus propios equipos en este campo y, además, desarrollar los contactos apropiados con practicantes de afuera.

Suministro de energía y otros productos básicos

Los educadores tienen que tomar nota de cualquiera escasez o interrupciones en el suministro de servicios o materiales importantes tales como electricidad, gas, papel, o tinta, especialmente en entornos de transición. Si no hay una red de energía eléctrica estable, es posible que no tenga mucho sentido invertir en anuncios de televisión costosos. Sin embargo, la radio puede todavía ser una opción, una vez que los receptores de radio pueden funcionar con baterías. En tales circunstancias, los medios impresos y el contacto directo pueden tener un papel más importante. Los educadores también tienen que tener en cuenta cómo la escasez o interrupciones de energía eléctrica pueden afectar a los procesos de producción: si los proveedores de servicios no tienen fuentes de energía independientes y confiables, muy a menudo esto aumenta el tiempo necesario para la producción. Si el papel o la tinta son difíciles de obtener, las actividades de impresión tienen que disminuir. Incluso cuando estos materiales existen, la escasez de combustible puede afectar la capacidad de entregar y distribuir el material impreso. Por lo tanto, los educadores tienen de evaluar la disponibilidad de los principales productos básicos y el impacto que pueden tener sobre tipos y combinaciones de medios de comunicación a utilizar.

Planeación y evaluación cuidadosas

Los países con infraestructuras de medios de comunicación vibrantes son esenciales para el desarrollo de la democracia, hasta el punto que los programas de educación cívica y electoral realizan una selección y promoción cuidadosa de los medios de comunicación, para lograr un impacto a largo plazo de futuros programas educativos.

Los partidos políticos en la educación electoral

Los partidos políticos permanecen como un componente esencial de un sistema político democrático en el siglo XXI.

Ha habido una tendencia desafortunada a ignorar la contribución que los partidos políticos pueden hacer para la educación electoral y que debe realizar para una mayor educación cívica. La apatía del elector está directamente relacionada con la eficacia de los partidos políticos en el desarrollo y comunicación de las posiciones políticas que fortalecen el interés ciudadano en los asuntos públicos y de gobierno, y que, debido a su capacidad de respuesta a las necesidades individuales y sociales, identifica opciones que las personas consideran suficientemente convincentes para salir y votar.

Esta tendencia se ha visto impulsada por la creencia de que aquellos con un particular interés partidario, no son confiables para informar a los electores de sus derechos o para ayudarles a tomar decisiones, y que generalmente tratarán de seducir y engañar al ofrecer sólo una cara de la información o que sea errónea. Es extraño que se confíe en esos partidos para gobernar pero no para tener el interés público en mente en otros momentos.

Sin embargo, incluso si cada una de las partes ofrece información sesgada, la libre circulación de la misma, y las normas bajo las cuales las elecciones modernas pueden y deben ser conducidas, permite que mensajes e información diversos y complementarios lleguen a los electores. Existen ciertos sistemas en los cuales es asumido que el esfuerzo combinado de campañas partidarias, y un organismo electoral descentralizado eficiente, proporcionarán suficiente información y educación electoral para cualquier elección particular.

De ahí la aparente escasez de la educación electoral en democracias largamente establecidas y su énfasis en momentos de transición. Esta es una suposición producto de una visión limitada, y pasa por alto las numerosas instituciones que conducen programas de educación electoral en dichas democracias en tiempos electorales, sin hacer una clara alusión a que se trata de educación electoral.

Los educadores responsables de los programas de educación electoral o cívica deberían por tanto, considerar cómo involucrar de la mejor forma a los partidos políticos para que contribuyan a sus programas, si a través de una provisión directa del plan de estudios que haya sido determinado conjuntamente; de impulsar a sus partidarios para que participen en los programas; del establecimiento y conducción de sus propios programas de educación, como se hace por muchas de sus fundaciones partidarias; o, simplemente al tomar en serio la necesidad de comunicarse, en todo momento y no sólo durante las elecciones, hábilmente o con fuerza con el público acerca de sus propios programas y del contexto constitucional que los obliga, por un lado, a una forma particular de organización y comportamiento y, por el otro, les da la libertad de existir y competir.

En los países donde los partidos políticos carecen de recursos, los educadores pueden incluso considerar formas apartidistas para fortalecer estas campañas. Algunas posibles opciones son:

  • capacitar a candidatos y partidos en administración y conducción de campañas
  • publicación y distribución independiente de colecciones de los estatutos de los partidos
  • cabildear por el libre acceso a los medios de comunicación manejados por el Estado
  • proporcionar a los partidos folletos de información electoral apartidista, a los que se pueda añadir cierta información de cada partido, reduciéndoles los costos de impresión
  • realizar eventos educativos públicos en los que candidatos y partidos puedan presentarse ellos mismos al público

Una evaluación del rol de los educadores con respecto a los partidos políticos deberá considerar el grado en que los partidos representados en las diferentes legislaturas representan a los ciudadanos en general, y si, producto de anomalías en el sistema electoral o de las divisiones y exclusiones socio-políticas existen partidos constituidos —con o sin registro— o agrupaciones y alianzas políticas informales que debieran ser incluidas en las tareas de educación. Las interacciones con cada uno de los anteriores dependen de la situación institucional de cada educador, pues si pertenece a un organismo creado por mandato legal podría sólo serle permitido relacionarse con partidos que cuenten con registro. De ser este último el caso, deberían considerarse alternativas para asegurar que no se excluya de forma sistemática a nadie por razones de su filiación política, siendo que únicamente se pudiese acceder a ellas con programas educativos oficiales y no por programas independientes.

Tiempo y dinero

Es importante asegurarse durante la evaluación del contexto que el equipo encargado de la planeación tenga pleno conocimiento de las restricciones financieras y de tiempo. Estas no son siempre obvias o abiertamente expresas, así que los educadores desearán enterarse de los detalles lo más pronto como les sea posible. Nunca hay suficiente tiempo, ni suficiente dinero.

Ahorrar tiempo y dinero

Los programas educativos tendrán que considerar caminos para reducir los costos y ahorrar tiempo. Primordialmente, esto se logra gracias a los voluntarios y al número de organizaciones que contribuyen con la industria educativa. Asimismo, las tareas se pueden simplificar si hay un planeamiento adecuado y unos mecanismos reguladores. También se puede lograr este objetivo si se duplican los recursos y el personal. Un evento o manual de capacitación puede llenar este vacío o llegar a más de una audiencia.

Un traje a la medida

Desafortunadamente, las tareas relacionadas con las elecciones se hacen con premura y sus fechas límite no pueden ser reprogramadas porque un educador sienta que el tiempo disponible no es suficiente. Por el contrario, los objetivos del programa tienen que ser reorganizados, y las consecuencias de esto, explicadas al cliente, sea un patrocinador, una autoridad electoral, un departamento de gobierno o un grupo de educandos, cuyas expectativas tendrán que ser atendidas en el transcurso del proyecto. Este es, de hecho, un concepto difícil para los no educadores: el aprendizaje está supeditado al tiempo. El desarrollo de materiales, la orientación, la capacitación de los educadores, y la impartición de la educación en sí consumen tiempo y cuya concreción puede ser difícil en plazos específicos. Quienes conducen programas cíclicos obviamente manejan con mayor facilidad este tipo de fechas, pero para aquellos que tienen que empezar desde cero cada vez que se va a desarrollar una campaña o una elección, es mucho más complicado.

Organizaciones sociales existentes

El concepto de "capital social" es una forma abreviada de pensar en los recursos humanos que pueden estar disponibles para un programa de educación al votante. Desafortunadamente, es un término que se ha convertido en una palabra de moda en los círculos políticos, así que requiere alguna discusión teórica. Una vez entendida, puede usarse para proveer información adicional sobre un país.

En esta sección se observarán los factores que constituyen el capital social y la forma en que puede ser utilizado en programas de educación electoral con el fin de mejorar las prácticas democráticas dentro de los países y sus comunidades. También se examinarán brevemente sus deficiencias como herramienta de aproximación a una comunidad para lograr niveles más altos de democracia.

Su aparición en la política moderna llega al tiempo que un continuo juicio en términos económicos de todos los aspectos de nuestra existencia. ¿Estamos siendo "productivos" como empleados? ¿Está "cumpliendo" el gobierno? ¿Estamos generando suficientes "insumos" en las prácticas sociales?

Las democracias alrededor del mundo han venido evaluándose desde los años 90. A pesar del optimismo de principios de la década, hay cierto escepticismo frente a la durabilidad de las democracias que surgieron recientemente.

En estos días la gran pregunta en la política gira alrededor de cómo se puede fortalecer y consolidar la democracia. ¿Cómo puede el éxito de la democracia en un área transferirse a otra parte del mundo donde no ha sido exitosa, o ni siquiera ha existido, por décadas?

Uno de los factores que surgen de esta interrogante tiene que ver con el papel de la sociedad civil en países democráticos. Como enfatiza Robert Putnam en la mayoría de sus escritos y especialmente en Hacer que la Democracia Funcione: Tradiciones Cívicas en la Italia Moderna [Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy], los niveles de interacción entre la sociedad civil y el gobierno determinan los niveles de democracia dentro de un país.1 Esto implica que entre más altos sean los niveles de interacción, más fuerte será la democracia y viceversa. Tradiciones cívicas [Civic Traditions] rastreó veinte años de vida política y asociativa en Italia, comparando los resultados de las regiones del norte con aquellas del sur. Putnam concluyó que las regiones del sur eran menos democráticas que las del norte dada la existencia de relaciones patrón—cliente con la mafia. El norte, por el contrario, se apoyaba más en organizaciones y grupos de mentalidad cívica.

Definición de capital social

El concepto de capital social fue iniciado por James Coleman y más adelante desarrollado por Pierre Bourdieu. Coleman utilizó el término para describir cómo los individuos hacen uso de sus "lazos sociales" para destacar, y Bourdieu lo usó para referirse a las ventajas y oportunidades que obtienen las personas al ser miembros de ciertas "comunidades".2

La definición de capital social es bastante sencilla. Es lo que permite que una sociedad opere efectivamente. Esto incluye factores intangibles tales como valores, normas, actitudes, confianza, redes, y semejantes. Putnam afirma que el capital social está comprendido por aquellos factores que se encuentran dentro de una comunidad y que facilitan la coordinación y cooperación para obtener beneficios mutuos.3 Esto significa que si uno trabaja en una comunidad donde hay confianza, valores, redes y aspectos similares, el resultado será más efectivo que el trabajo realizado dentro de una comunidad donde no existan estos factores. Esto tiene gran impacto sobre las interacciones entre las organizaciones no gubernamentales y la comunidad en lo referente a la educación electoral.

Francis Fukuyama, el autor de El Fin de la Historia y el Último Hombre, y de Confianza: las virtudes sociales y la creación de la prosperidad, y un gran número de artículos, cree que "la vitalidad [del capital social] es esencial para el funcionamiento del mercado y la democracia."4 Esto significa que, tanto el gobierno como las comunidades deben asegurarse que los altos grados de confianza, normas y valores existentes se mantengan y alimenten dentro de esa sociedad, con el fin de facilitar su trabajo y lograr que sea más exitoso.

La educación electoral está diseñada para conocer las inquietudes que tienen la mayoría de los votantes frente a las elecciones antes de que éstas se realicen. Éste es un esfuerzo costoso. Consecuentemente, aquellos que están en involucrados en la labor de conducir programas de educación electoral buscarán medios para minimizar los costos. Si el capital social facilita la cooperación dentro de una comunidad, entonces, con toda certeza, esos factores deben utilizarse para facilitar la educación al votante y lograr que su alcance sea más efectivo.

Normas y valores

Las normas y valores dentro de una comunidad hacen referencia a las actitudes entre los ciudadanos que facilitan sus interacciones. Si todos los ciudadanos en una comunidad, por ejemplo, creen que cada persona debe ser tratada con respeto y valorada como un participante, se involucrará a todas las personas en las discusiones sobre asuntos que afecten a la totalidad de la ciudadanía. Estas actitudes se evidenciarán en las normas de esa sociedad. La gente respetará la propiedad privada, los puntos de vista y los derechos de las otras personas. También podemos decir que estos ciudadanos conocerán y entenderán que tienen que pagar sus impuestos, pagar por los servicios y participar en las discusiones democráticas.

Cuando una organización conduce programas de educación electoral dentro de esa sociedad, su trabajo será mucho más sencillo puesto existen normas y valores pre-establecidos. Los educadores no tendrán que abogar por la tolerancia, la creación de espacios seguros de discusión, ni recordarles a las personas el cumplimiento de su deber cívico al votar. La comunidad ya posee todos esos valores y normas.

El capital social de esta sociedad puede utilizarse para facilitar la transferencia de información sobre el proceso de votación. Los educadores deben hacer uso de las normas y valores existentes dentro de esa comunidad con el fin de facilitar el aprendizaje. Aquellas normas y valores deben reforzarse con ejemplos sobre las labores que deben desempeñar los ciudadanos en un proceso de votación.

Las normas igualmente se refieren a aquellas prácticas comunes dentro de las comunidades y organizaciones. La gente puede tener ciertas prácticas que están culturalmente determinadas. En sociedades africanas tradicionales, por ejemplo, el jefe es la persona más poderosa. Si éste no ha sido consultado, la comunidad no puede abrirse a determinado programa, ya sea física o psicológicamente. Podría prohibirse el acceso del equipo de trabajo del programa al área, pues los ciudadanos podrían pensar que el equipo no respeta su cultura y prácticas y, por ende, no escucharán la información que ellos brinden. Es importante para los educadores conocer las prácticas de una comunidad, respetarlas y apegarse a ellas mientras se trabaja en esa área.

Algunas áreas pueden también tener líderes informales. Estas personas deben ser consultadas para facilitar el trabajo dentro de esa comunidad. Algunas veces los líderes religiosos tienen este status, así como los profesores o los trabajadores de la salud. Para los educadores es clave conocer a éstas personas y respetar las normas y valores propios de la comunidad.

Redes

Un segundo factor que compone el capital social es el sistema de redes. Cada sociedad tiene sus propias redes que pueden tejerse alrededor del trabajo, la iglesia, el deporte y cualquier club o grupo existente en esa sociedad. Las redes pueden utilizarse para lograr que los programas de educación al votante resulten más efectivos y menos costosos, y lograr que alcancen un mayor número de personas con una mínima cantidad de insumos de parte de los educadores.

Existen extensas redes que abarcan a un gran número de personas de diferentes sectores de una comunidad y con diferentes intereses. Los educadores electorales pueden utilizar esas redes para diseminar su información. Un punto de entrada en la sociedad es todo lo que se necesita. Los educadores electorales pueden acercarse a un club de fútbol, que se reúne una vez a la semana. La información de esa reunión puede ser retransmitida socialmente por los miembros a través de las redes a las que pertenecen. Un miembro puede ser parte de un grupo de lectura mientras que otro puede formar parte de un grupo de cocina. Esta información puede entonces extenderse a lo largo de la comunidad a través de dichas redes.

Los educadores electorales deben emplear estratégicamente estas redes y suministrar información suficiente (impresa y verbal) hasta el punto que ésta impacte de la mejor manera posible a la comunidad. Los panfletos informativos deben entregarse en la entrada de un sitio con gran afluencia de personas. La información debe estar igualmente disponible en puntos de reunión tales como centros comerciales, iglesias, colegios y gimnasios para complementar la  transmisión verbal. En comunidades rurales donde la tradición oral (narrativa) todavía persiste y el analfabetismo es alto, las redes pueden ser muy efectivas. Los educadores electorales, quienes probablemente no podrán quedarse en el área por un largo periodo de tiempo, pueden empero, informar a aquellas personas que se mantienen en contacto con la mayoría de la comunidad, tales como profesores, líderes religiosos, trabajadores de la salud e incluso dueños de almacenes.

Confianza

La confianza es un factor importantísimo para el éxito de la democracia. Francis Fukuyama considera que la gente que no cree en los demás termina cooperando sólo bajo un sistema de reglas y regulaciones formales, que deben ser negociadas, acordadas, litigadas y cumplidas muchas veces bajo medios coercitivos.5 La confianza sólo puede obtenerse a través de prácticas de largo plazo. Las personas confían unas en otras tras relacionarse por un periodo de tiempo. Debe ser establecida por medio de un proceso de experiencia y repetición. Si alguien le cuenta a otra persona un secreto y esa persona lo guarda, por ejemplo, la confianza entre los dos se fortalecerá. La próxima vez, depositará en la otra persona un nivel más alto de confianza.

El flujo de información será más efectivo en las sociedades si existen altos grados de confianza. Las personas confiarán en lo que el educador les dice, y por ende es mucho más probable que crean en la información que se les suministra. La confianza es inherente a las redes, y por ello, los dos factores son complementarios. Es del interés grupal mantener altos niveles de confianza dentro de una red. Los educadores pueden aprovechar esos niveles de confianza para el desarrollo de su programa. Es importante trabajar con las personas en las que confía la mayoría de la comunidad. Dado que las personas confían en ellos, es muy probable que los escuchen sin dudas ni desconfianza.

Los educadores electorales deben utilizar el capital social existente en las sociedades. Éste puede asistirlos a la hora de cumplir la importante pero difícil tarea de informar a la gente sobre las elecciones.

Aunque el capital social tiene numerosos aspectos positivos, también hay puntos negativos que pueden surgir.

Problemas

La existencia de normas y valores supone que la gente las conoce y las sigue. Sin embargo, si una persona nueva llega a una comunidad, deberá aprender y asimilar estas normas y valores antes de que sea aceptada. Esto significa que, en cualquier momento, puede haber gente excluida debido a su falta o limitado conocimiento de las normas aceptadas. Algunas veces esas normas no son obvias, y los educadores accidentalmente pueden ignorarlas o incumplirlas y así molestar a la comunidad. Los valores, a su vez, pueden ser muy específicos, pero también pueden ser muy complicados.

Las redes pueden igualmente implicar exclusión. Si alguien pertenece a un grupo con una red, esto significa que hay personas externas al grupo. Estas estructuras tienden a asistir sólo a aquellas personas que pertenezcan a la red. No ser miembro, por ende, pueden situar a algunos sectores de la comunidad en desventaja. Aquellas comunidades que son muy unidas serán obviamente más difíciles de penetrar que aquellas que están abiertas a influencias externas. Los educadores deben examinar cuidadosamente cada comunidad para saber cuáles son las redes más constructivas y efectivas. Éstas pueden ser las que tengan más contacto con la gente.

Para las personas externas, la confianza puede ser difícil de establecer, como por ejemplo para un educador de una organización como un cuerpo estatutario que no está representado dentro de la comunidad. En este caso, los programas de capacitación deben ser desarrollados para los capacitadores que ya están dentro de la comunidad. Deben ser personas aceptadas y en las que la comunidad confíe, con el fin de que faciliten la transmisión de información a su respectivo grupo de personas.

El capital social es un concepto con gran potencial que permite a los educadores pensar en formas efectivas de comunicación. Aquellos involucrados con la educación cívica también deberían considerar caminos a través de los cuales puedan explotar los beneficios del capital social.

Evaluar las redes sociales

Todos los países tienen capital social, así como otros recursos. El propósito de conducir un examen minucioso del contexto, o una encuesta, es convertir lo invisible en visible para permitir que los diseñadores y quienes instrumentan los programas educativos accedan a las asociaciones culturales que fomentan la democracia y puedan encontrar formas para controlar aquellos factores que impiden su desarrollo.

Existen varias formas para llevar a cabo este examen, la más sencilla puede ser poniendo equipos de personas a realizar entrevistas y tabular la información en una base de datos simple o en un kárdex que permita contactar a las personas. Estos equipos empezarán seleccionando un rango obvio de organizaciones nodales en un área geográfica y solicitándoles información. Un segundo grupo de entrevistas será realizado a individuos y organizaciones relacionados con el primer grupo de contactos.

Una vez reunido el primer grupo de contactos —de la mayor extensión posible de acuerdo con las limitaciones presupuestales y de tiempo impuestas por el programa educativo— los grupos de cada campo podrían encontrar de utilidad el realizar una representación gráfica de las redes sociales. Esto se hace usando grandes hojas de papel, escribiendo el contacto inicial y después usando un contacto lógico para situar otros contactos en la red o mapa. De esta forma se pueden establecer vínculos entre las personas con referencias simples como "Referenciado por [determinada persona]" o "Recomendado por [determinada persona]" o "Trabaja en forma cercana con [determinada persona]" o cualquiera que sea la apropiada. Dicha red puede ayudar a los educadores a entender el "tejido social" de una región geográfica.

Esta información para contactar a las personas será complementada con datos provenientes de encuestas relacionadas con la cultura y normas políticas y sociales. Las personas que desarrollaron el examen deberán preparar un reporte narrativo para los diseñadores educativos que incluya información cualitativa como anécdotas, historias típicas, fotografías de los entrevistados y descripciones del lugar. Dichos reportes mostrarán una visión profunda del área dentro de la cual se insertará el programa y pueden ser de gran ayuda incluso para quienes ya residen en el área descrita.

Lugares a examinar

Un examen minucioso del contexto, o encuesta, puede empezarse en cualquier lugar, siempre y cuando se hagan las preguntas adecuadas a los entrevistados. Existen ciertos individuos y organizaciones, sin embargo, que probablemente estarán mejor conectados con las redes sociales que otros. Entre éstos podemos encontrar las organizaciones religiosas y culturales, las asociaciones económicas y comerciales, los clubes con gran cantidad de afiliados, y las asociaciones de residentes o trabajadores. Será importante asegurarse que los equipos de cada campo, penetren hasta las organizaciones más comunes.

Las organizaciones nodales son aquellas que, además de su propio trabajo o con el fin de conducir su propio trabajo, mantienen unidas una o más redes al proporcionarles servicios secretariales y domésticos coordinados. Estas organizaciones pueden ser usualmente mencionadas por los entrevistados. Las organizaciones nodales no deben ser asumidas como voceras de la comunidad ni como reemplazo de las redes que apoyan.

Preguntas a formular

Los equipos de campo deberán obtener información básica de los entrevistados. Esta información debe incluir:

  • Nombre exacto, siglas y todos los nombres de uso típico de la organización que la persona representa. En muchas sociedades, para referirse a las organizaciones se pueden utilizar muchos apelativos, y los trabajadores de campo pueden confundirse creyendo que no se trata de una misma sino de varias.
  • Direcciones exactas que incluyan código postal actual. En el caso de las organizaciones informales, se puede requerir información adicional como por ejemplo el nombre del almacén donde se pueden dejar mensajes o las direcciones postales donde sea necesario enviar una segunda carta para pedirle al destinatario que acuda a recoger su correspondencia, etcétera.
  • Detalles de los individuos y organizaciones claves con las que el entrevistado trabaje o se asocie regularmente. Esta información debe incluir los nombres de las organizaciones a las que el individuo o su organización pertenecen.

Redundancia

Es posible que la evaluación del contexto se desarrolle al mismo tiempo que otros aspectos del programa. Estos otros esfuerzos pueden incluir grupos focales de investigación, estudios piloto y el registro de electores. Puesto que es importante entender el tejido social antes de las intervenciones programáticas, sería conveniente considerar esto como un paso inicial previo al desarrollo de actividades adicionales al programa.

Notas:

1 Robert D. Putnam, Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy (Princeton: Princeton University Press, 1993).

2 A. Portes and Landolt, "Downside of Social Capital" in The American Prospect, no. 26 (May/June 1996), 18-21.

3 Robert D. Putnam, "The Prosperous Community: Social Capital and Public Life" in The American Prospect, no. 13 (Spring 1993).

4 Francis Fukuyama, The End of History and the Last Man (New York: Free Press, 1992) or Francis Fukuyama, Trust: The Social Virtues and the Creation of Prosperity (New York: Free Press, 1995).

5 Francis Fukuyama, Trust: The Social Virtues and the Creation of Prosperity (New York: Free Press, 1995).

Autoridades formalmente competentes

La autoridad nacional electoral puede tener el mandato para organizar los programas de educación electoral, pero también es uno de los recursos disponibles más obvios para las iniciativas de educación electoral no oficiales. Pueden también haber oportunidades para la realización de actividades conjuntas de educación electoral a través de alianzas estratégicas entre la autoridad electoral y la sociedad civil, entre otras. El papel de los funcionarios electorales se aborda con más detalle en la sección Funcionarios electorales y educación electoral. Además de los funcionarios de la autoridad electoral designados, hay probablemente otros organismos gubernamentales, que son a menudo olvidados, como por ejemplo los ministerios de información y educación, organismos encargados del registro electoral, comisiones ejecutivas o legislativas responsables de la educación cívica, o servicios gubernamentales de apoyo, por nombrar sólo algunos.

Otras ramas del Estado deben ser consideradas como recursos adicionales. Éstas proporcionan educadores y comunicadores capacitados, grandes grupos de voluntarios y probablemente acceso a información o experiencias que pueden ser esenciales durante la planeación e instrumentación del programa.

Los directorios gubernamentales pueden aportar los antecedentes necesarios para la evaluación, sin embargo obtener acceso al equipo y recursos de los departamentos de gobierno requiere un contacto personal y apoyo de los ministros del gabinete o ministros de estado y, aun más importante, de los altos funcionarios estatales o servidores civiles.

Los planeadores electorales deberían trabajar con las autoridades electorales para asegurarse que los departamentos de gobierno y sus altos funcionarios se mantienen informados y sepan que pueden colaborar con el programa desde el principio. Esto es especialmente importante si, por alguna razón, los servidores civiles anteriormente responsables de las elecciones y la educación cívica han sido excluidos del presente programa y dispersados en otros departamentos entre una elección y otra.

Pueden existir dudas sobre si se deben utilizar los servidores civiles o no en situaciones de transición donde ha prevalecido una estrecha asociación entre el servicio civil y determinado régimen. Si este es el caso, se tendrá que tener un mayor cuidado al evaluar las recomendaciones dadas y el personal contratado. No obstante, la experiencia que tiene el Estado no se gana fácilmente, y en muchos casos no está escrita de forma tal que pueda ser utilizada por inexpertos.

Como en todas las evaluaciones de un programa, tendrá que existir un balance entre la utilidad del recurso y el propósito del programa, así como entre el impacto que el uso del recurso tenga frente a los costos, la eficiencia y la legitimidad pública.

El sector privado

El negocio de los negocios puede ser buen negocio. No obstante, para realizarlo los intereses comerciales tienen que ir de acuerdo con la estabilidad y prosperidad del mercado y su reputación a los ojos de los consumidores presentes y futuros. Aquellos que consideran sus intereses de largo plazo también se preocuparán por cultivar ciudadanos educados y responsables.

Las elecciones son también, de alguna u otra forma, sustanciales empresas comerciales, así que hay el doble de razones para que las empresas se conviertan en un recurso importante para los educadores. La empresa privada no debe ser considerada únicamente como un donante, aunque pueda serlo. Debe ser igualmente considerada como socia en el negocio y como apoyo en las áreas que tienen que ver con equipos técnicos secundarios y altos funcionarios, instalaciones, personal, material, etc. En algunos casos, se puede estimular a las grandes empresas para que desarrollen programas educativos independientes o bajo la tutela de la autoridad electoral.

El sector privado puede ser tan amplio y diverso en la mayoría de los países como lo es la sociedad civil. La actividad económica puede incluir "pregoneros" y representantes multinacionales, campesinos vendiendo su excedente y otras formas de agro-industria. La variedad de estas actividades económicas se está expandiendo, aun cuando cada compañía independiente prefiere sin duda alguna (como desearía cada político) ser el único jugador en el campo.

Por lo anterior, no se puede considerar al sector privado como un monolito. Cualquier evaluación del sector como un recurso tendrá que considerar las particularidades del país en vez de tomar una visión predeterminada de lo que se puede alcanzar. Se tendrá que examinar hasta qué punto el sector privado tiene intereses partidistas, y cómo éstos pueden superarse para contribuir a un programa apartidista. De igual forma, habrá que tener en cuenta la imagen pública de los negocios de la comunidad y el grado en el que ésta puede afectar la credibilidad y legitimidad del programa.

Los educadores también deberían ver más allá del sector privado, ya que puede haber algunas organizaciones sin fines de lucro de la sociedad civil con intereses comerciales, empresariales y profesionales. Para más información sobre estos tipos de asociaciones, véase La sociedad civil organizada como un grupo de interesado en la educación electoral.

Es difícil imaginar, sin embargo, que en un país sea posible operar una campaña de educación nacional sin el apoyo del sector privado, aunque sólo sea financiero.

Cooperación sur-sur

La tarea global de educación cívica y electoral ha llegado a una etapa donde, como resultado de los esfuerzos hechos por fundaciones internacionales, es difícil separar la colaboración de organizaciones en el sur tradicional de aquellos en el norte.

Gran parte de la experimentación y la innovación en la educación cívica y electoral es realizada en el sur por instituciones locales. En partes del mundo, este trabajo es financiado por presupuestos nacionales y fondos de solidaridad local, pero muchos siguen siendo financiados por instrumentos internacionales de ayuda para el desarrollo.

Existe, sin embargo, un incremento en el número de fondos regionales para la democracia y las elecciones, algunos en manos privadas y otros establecidos por organizaciones regionales intergubernamentales. Aunado al intento de creas fuentes de financiamiento locales, el flujo de la capacidad intelectual a través de las misiones de observación electoral, el que se compartan las experiencias en cuanto a mejores prácticas, y la movilidad de los académicos, personal de ONGs, empleados civiles y administradores electorales ha significado que la colaboración internacional para la educación y el apoyo electoral no se limite a la transferencia de recursos del norte al sur.

Agencias internacionales

Hay un creciente número de agencias internacionales y consultores individuales listos, disponibles y capacitados para suministrar ayuda para la administración de elecciones, particularmente en materia de educación cívica y electoral. Para obtener asistencia internacional es necesario conocer estos recursos, así como las tareas específicas que requieren apoyo internacional.

Organizaciones gubernamentales internacionales

La asistencia electoral internacional se ha convertido en una actividad central de la familia de Naciones Unidas (ONU), que ha establecido una serie de organismos especializados capaces de responder a una amplia gama de actividades necesarias —desde administración y observación de elecciones hasta educación cívica y electoral. Con la publicación en 2002 del Índice de Desarrollo Humano del PNUD "Informe sobre Desarrollo Humano: Profundizar la democracia en un mundo fragmentado", la ONU reconoció una creciente tendencia por parte de sus miembros para apoyar actividades relacionadas con la democracia y la gobernabilidad en paralelo al desarrollo, o como fundamento para el mismo. Con el establecimiento del Fondo de Naciones Unidas para la Democracia en 2005, surgió un consenso mundial en que los países actúan solidariamente entre sí para promover la democracia.

Estas iniciativas mundiales han sido estimuladas o seguidas por iniciativas regionales y subregionales. La Unión Africana y la Organización de los Estados Africanos establecieron mecanismos por los cuales los países pueden ser llamados a rendir cuentas respecto de las acciones que lleven, o no, a la profundización de la democracia.

Todas estas iniciativas han alentado la colaboración para el apoyo electoral y la educación cívica.

Conseguir apoyo

A pesar de una arquitectura cada vez más unida de las instituciones al nivel mundial, las organizaciones internacionales gubernamentales (OIG) todavía funcionan dentro de distintas esferas de influencia y con distintos marcos de referencia. Puede obtenerse más información sobre cada una de estas OIGs de sus oficinas regionales o locales o desde sus sitios Web.

Los organismos regionales como la Unión Europea (UE), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Africana, y organizaciones internacionales, como la Mancomunidad Británica y las Naciones Unidas, todas prestan diferentes niveles de asistencia a las elecciones de sus miembros y, en ocasiones, a los países donantes y a los que soliciten asistencia. La División de Asistencia Electoral ofrece información en su página sobre cómo Naciones Unidas puede involucrarse en las elecciones, además de que cuentan con un documento guía para la asistencia electoral. Varios de los distintos países también proveen servicios a través de agencias gubernamentales de desarrollo, por ejemplo, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Departamento Británico para el Desarrollo Internacional (DFID), la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), y sus embajadas en el extranjero. En ocasiones, algunos países pueden ser invitados por los OIGs para actuar en su nombre. En general, el apoyo de los gobiernos tiene que ser solicitado por el gobierno o alguien que represente una comunidad de intereses dentro del país.

Organizaciones no gubernamentales internacionales

Aparte de los gobiernos existen numerosas ONGs o asociaciones de ONGs que proporcionan educación para apoyar las elecciones y la democracia. Entre los anteriores se encuentran los socios de la Red de conocimientos electorales ACE. Muchos, además de otorgar pequeñas bolsas de financiamiento, mantienen páginas Web que proporcionan información sobre organizaciones de donantes, asistencia técnica (organizada por área de asistencia, como educación electoral) y fuentes de información regional.

A diferencia de las agencias gubernamentales de financiamiento, las organizaciones no gubernamentales internacionales pueden optar por financiar sólo aquellos proyectos que están siendo llevados a cabo por otras organizaciones no gubernamentales afines, apoyando así el desarrollo del sector no gubernamental en su conjunto. Por esta razón, es importante para los que buscan financiamiento entender bien la orientación, objetivos y prioridades de la organización de la cual se está buscando tal financiamiento.

Preparándose para el apoyo

Los recursos sólo pueden ser obtenidos si la organización identifica específicamente el tipo de apoyo requerido y lo liga a los objetivos y prioridades de financiamiento del donante. El apoyo puede ser en forma de asistencia técnica, como por ejemplo, consejos sobre desarrollo, instrumentación y ejecución de un programa de educación electoral, vía la formación de formadores (FDF), repartición de equipos, a través de financiamiento o pagando los costos de una actividad específica, como la impresión y distribución de materiales. Una vez preparada una propuesta, cualquiera de los socios del proyecto ACE estará dispuesto a remitir a las personas a las áreas potenciales de apoyo.

Necesidades educativas

Esta sección proporciona los medios a través de los cuales se puede recolectar la información necesaria para descubrir las necesidades educativas. Entre éstos podemos incluir:

  • comprensión de los grupos de enfoque
  • realización de encuestas y sondeos
  • recopilación de información existente
  • aprender de los interlocutores e intermediarios

Los ciudadanos y los votantes tienen numerosas necesidades que, en una elección, se trasladan a temas o asuntos, problemas o grandes ideas, a las que los partidos políticos responden por medio de su material de campaña. Los educadores, por otro lado, se interesan sólo en aquellas necesidades que pueden resolverse con educación o a través de otras intervenciones educativas.

Claramente pueden existir otras necesidades que sólo pueden satisfacerse con cambios en las relaciones de poder o del entorno. Un ejemplo de esto es la necesidad de seguridad que tienen los votantes cuando van a acercarse al sitio de votación. Los educadores podrán explicar a los votantes todos los convenios que se hacen en esta materia, pero sólo la puesta en práctica de dichos convenios brindará seguridad.

En el ejemplo anterior, los educadores de una organización de derechos humanos podrían escoger desarrollar un programa que vaya más allá de la explicación de los arreglos hechos para proporcionar seguridad a los votantes al informarles de medidas que pueden tomar para garantizar su propia seguridad. El establecer un conjunto de necesidades, en todo caso, no reduce las decisiones estratégicas e ideológicas que los educadores deben tomar al determinar los objetivos y resultados del programa.

No obstante, es importante ir más allá de la simple descripción del contexto del votante, o la comprensión de los sucesos políticos del día, hay que llegar a una identificación a través del establecimiento de grupos de enfoque o de educandos, así como a una investigación adecuada que incluye una lista completa de las necesidades que puedan llegar a suplir uno o más programas educativos.

Una sección independiente a esta área temática (ver Objetivos educativos) hace un repaso sobre la manera en que dichos listados de necesidades pueden transformarse en un conjunto adecuado de objetivos educativos.

Grupos de enfoque, audiencias y electorados

Cada persona presenta distintas necesidades educativas. Aunque existan algunas necesidades comunes a todos los votantes potenciales, probablemente éstas se expresarán de forma diferentes según los individuos o grupos.

¿Quién se beneficia de un programa educativo?

La valoración de las necesidades tiene que considerar a los receptores o beneficiarios de un esfuerzo educativo. Hay varias palabras que pueden utilizarse para describir a estos receptores. Cada una de estas palabras tiene sus ventajas y desventajas, y los educadores al trabajar conjuntamente pueden confundirse innecesariamente al diferenciar la terminología.

Los comunicadores comúnmente hablarán de "el público", o "públicos", al referirse a un subconjunto de personas con características comunes muy particulares. Los anunciantes pueden hablar de una "audiencia", como por ejemplo una "audiencia joven". Aquellos encargados de conducir las campañas o con un mensaje informativo público particular pueden considerar un "grupo de enfoque" o "audiencia de enfoque" a las mujeres que están fuera del colegio pero que son menores de 20 años. Y los activistas o algunos educadores pueden decir que con quienes trabajan se constituyen en "electorados".

Cada una de estas palabras está siendo utilizada para indicar la importancia de definir cuidadosamente y de segmentar de la manera más realista posible, el grupo particular de individuos con los que el educador planea trabajar. Aún si el mandato para la educación electoral es universal y dirigida al electorado en general (ver Grupos de alto impacto), cada programa tendrá que tener en cuenta los diferentes métodos y mensajes dependiendo de los diferentes segmentos de la población. Algunos grupos pueden estar marginados, mientras que otros tienen necesidades especiales respecto del proceso de votación (ver Electores marginados y grupos con necesidades especiales). Más allá de esas necesidades específicas, también habrá que considerar que cada grupo aprende de manera distinta.

Restricciones a la segmentación

Existen restricciones a las opciones que tienen los educadores. Algunas de éstas están ligadas a la información y los recursos. No siempre se puede conocer y predecir todo acerca de los individuos o grupos de individuos, y aumentar el número de personas siempre lleva a la simplificación.

Las consideraciones políticas, constitucionales y legislativas introducen otro tipo de limitaciones. El educador electoral podría verse obligado por la ley o un imperativo político a prestar atención a audiencias o electorados particulares. Pueden existir consideraciones logísticas. Los recursos disponibles y necesarios para alcanzar a grupos nómadas o de exiliados, por ejemplo, pueden simplemente no estar disponibles sin importar cuán relevante pueda considerarse este grupo. O el programa de educación al votante tendrá que ser generalizado —a través de la selección del lenguaje, medios y metodología— y por ende podría excluir algún segmento particular de la sociedad. Una selección cuidadosa de éstos puede ayudar, y pueden haber imperativos legislativos que pesen más que las restricciones logísticas.

Sumado a esto encontraremos que los educadores tienen ciertos "valores" que hay que hacer explícitos al evaluar cuáles electorados se convertirán en objetivos y hasta qué punto. Los educadores pueden sentir que, siendo justos, la gente pobre requerirá mayor atención que aquellos que tienen dinero, aun cuando éstos también requieran educación. O podrían considerar que la participación femenina es más importante que la de los hombres.

En muchas de estas opciones, puede que sea posible establecer un programa educativo que no discrimine, sino que se construya sobre la base de las fortalezas de educadores particulares que trabajen con electorados particulares. Existen "grupos de alto impacto" que los educadores deberían alcanzar dado el "efecto onda" que puede conseguirse al concentrarse en dichos grupos. Y finalmente, aquellos educadores que están comprometidos con la expansión y profundización de la democracia probablemente querrán prestar especial atención a los "marginados" o "grupos especiales" que requieren de cuidado y atención particular a la hora de determinar sus necesidades educativas; para estos últimos se deberán desarrollar programas especiales (que usualmente son más costosos).

El votante individual

Estos términos —grupo de enfoque, audiencia, electorado— son todos, conceptos genéricos. Ellos integran a los individuos en categorías manejables. Los educadores prefieren no etiquetar a las personas sino considerarlas como estudiantes, pupilos, participantes o principiantes. Los educadores electorales desarrollarán planes y currículos. Son ellos los que contemplan su tarea en términos de campañas, información pública y lecciones. Habrá momentos en los cuales se verán obligados a usar la terminología genérica. Sin embargo, los buenos educadores siempre tendrán en cuenta al aprendiz individual como base de cualquier planeación.

El electorado general

Los educadores, especialmente los que trabajan en programas oficiales de educación electoral, tanto a través de la autoridad electoral o algún otro cuerpo de carácter legal, tendrán cierta responsabilidad en proporcionar información electoral al electorado en general. Los electores con derecho al voto serán definidos en la constitución y la ley electoral. Normalmente, requerimientos de ciudadanía, edad y competencia serán establecidos. Algunos prisioneros podrán retener su derecho al votar, pero otros no. Y, en algunas elecciones, por ejemplo las municipales o de representantes de acuerdo a los distritos, requerimientos de residencia pueden también entrar en juego.

La autoridad electoral puede tener alguna obligación, entonces, de informar a todos los electores la fecha y tipo de elección, horas de votación, la ubicación de sitios de votación, requerimientos de registro y dónde hacerlo, el tipo de identificación requerido para establecer que se está calificado para votar, la manera apropiada en que se debe indicar la opción en la boleta electoral, y demás.

Estos mensajes generales de información electoral pueden entonces ser complementados, tanto por los propios programas de la autoridad electoral o por los de grupos de la sociedad civil, mediante información autorizada y mensajes educativos enfocados a casos especiales, como grupos marginados o aquellos con necesidades especiales.

Grupos de alto impacto

Los educadores pueden reducir el esfuerzo necesario para conducir un programa si identifican grupos de personas que tengan efecto sobre otras sin que el programa educativo les ponga mayor atención. Existe un modelo estratégico de planeación que afirma que todas las actividades pueden medirse bajo dos escalas —esfuerzo e impacto. Si los educadores electorales usan esta escala encontrarán que pueden definir cuatro tipos de trabajo:

  • programas que requieren mucho esfuerzo y que tienen un alto impacto
  • programas que requieren mucho esfuerzo y que tienen un bajo impacto
  • programas que requieren menos esfuerzo y que tienen un alto impacto
  • programas que requieren muy poco esfuerzo pero que también tienen muy poco impacto

El "esfuerzo" puede definirse de acuerdo al uso de recursos (personas, dinero, equipos) y la complejidad del programa. El "impacto" puede ser definido como el logro de objetivos establecidos donde éstos resultan en un cambio de actitud o comportamiento, o el desarrollo de habilidades o conocimiento de la audiencia con la que se trabajó. Así, es obvio que un educador inteligente deseará llevar a cabo programas que reduzcan el esfuerzo mientras que incrementan el impacto.

La selección de los grupos de alto impacto tiene que ser hecha con cierta humildad, porque es un arte más que una ciencia. De manera que los educadores podrían estar convencidos que se han escogido tales grupos, cuando en realidad se hizo usando como elemento de exclusión la reducción del esfuerzo y no porque el educador sabe que se incrementará el impacto.

¿Qué están buscando los educadores?

Como regla general, los educadores buscarán personas (o grupos de personas) que tengan fácil acceso a otras y que posean autoridad dentro de ese electorado. Que cuando hablen, las personas crean en la seriedad de lo dicho. Igual de importante es que tengan grupos de personas que deseen escucharlos.

También puede que busquen personas que tengan el poder de diseminar determinados mensajes a electorados particulares. Puede que sean maestros, entrenadores o comunicadores. O puede que, dada su posición en una compañía o institución, estén en capacidad de movilizar a dichas personas.

Las ventajas de invertir tiempo en identificar a estos grupos de personas, y después prestándoles especial atención, son obvias. Sorprendentemente, los educadores continúan preparando programas generalizados haciendo uso de aproximaciones con "estímulos aislados" a pesar del hecho de que esto pueda resultar más costoso, aun cuando parezca más barato por votante alcanzado.

Los costos rara vez tienen en cuenta los efectos multiplicadores gratuitos que pueden conseguirse a través de programas especializados para grupos de alto impacto.

Electores marginados y grupos con necesidades especiales

En cada elección, y ciertamente en cada campaña de "educación para la democracia", existen grupos especiales que requieren atención particular. Hay ciertos grupos que emergen con determinada frecuencia y que necesitan especial atención. Dentro de éstos grupos podemos incluir:

Listarlos aquí no significa que los educadores se cierren a la posibilidad de que puedan existir otros grupos que requieran atención especial. Estos grupos variarán de país a país. Entre más se atomice la sociedad por el progreso, y exista más conciencia sobre las necesidades especiales y los derechos humanos de los grupos en oposición a los individuos, probablemente se podrán identificar un mayor número de agrupaciones especiales.

En circunstancias de transición, los intereses de ciertos grupos se podrán identificar con mayor exactitud, y estos grupos merecerán atención especial durante las elecciones. El régimen del Khmer Rouge en Camboya, por ejemplo, generó grandes cantidades de emigrantes de Camboya, a quienes se garantizó el derecho al voto en las elecciones supervisadas por las Naciones Unidas. Las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica fueron consideradas como altamente incluyentes, y se tuvieron que realizar acuerdos para una diáspora de sudafricanos alrededor del mundo. La baja participación electoral de las personas jóvenes en democracias de larga tradición ha motivado programas especiales creados especialmente para la juventud.

Los educadores electorales no deberían menospreciar las formas tradicionales y visibles bajo las cuales funcionan las sociedades, si desean extender los derechos democráticos a toda la ciudadanía. Aparte de las hegemonías establecidas por grupos particulares de ciudadanos a través del lenguaje, cultura y manipulación del poder, una educación adecuada usualmente requiere matices especiales y una aproximación sofisticada a los individuos. Entre más matices se descubran y se tornen visibles mejor.

Funcionarios electorales

Los funcionarios en las mesas de votación y en el organismo electoral pueden ser un activo muy valioso para cualquier programa de educación electoral. Tienen la ventaja de que se les puede identificar claramente, están dispuestos a atender a las capacitaciones, están disponibles antes de una elección y, si se conservan los registros, también después, y están altamente motivados, aún cuando en algunos casos la motivación sea pecuniaria. Al proporcionarles capacitación que incluya un componente de educación al votante, pueden convertirse en una potencial fuente informal de educación (ver Los funcionarios electorales y la educación electoral). Al mismo tiempo, es factible que en muchos países en desarrollo y sociedades en transición, los trabajadores electorales y funcionarios electorales tengan exceso de trabajo y no se les reconozcan sus esfuerzos. En esos casos, los educadores tendrán que evitar expectativas poco realistas.

No obstante, debido a las labores que ellos desempeñan, se tendrá que prestar especial atención a la información relacionada con los lugares y horas donde estas personas puedan votar, puesto que ésta difiere de la que se le suministrará a los votantes en general. Así parezca una tarea pequeña, no debe pasarse por alto, pues impactará sobre la confianza con la que ellos hablen sobre las elecciones e igualmente reducirá sus propias inseguridades, que pueden magnificarse conforme haya más presión.

Votantes en el exterior

El número de votantes fuera del país variará dependiendo del país en particular y de la elección. De igual forma, podría existir una legislación que defina si todo el grupo de personas, o solamente algunos, tiene derecho a votar o no. Aparte de los votantes residentes en el exterior se pueden incluir aquellos que forman parte del servicio diplomático, o están de vacaciones o en viajes de trabajo. Se puede incluir, también, a aquellos que viven fuera de su país de origen por largos periodos pero que mantienen la ciudadanía, e incluso a aquellos que nunca han vivido en su país de origen pero que tienen la ciudadanía por algún derecho histórico. En la mayoría de los casos, los que desean votar se identificarán de alguna forma. Se pueden elaborar planes para repartir la información o el material educativo entre éstas personas, la que inevitablemente tendrá que diferenciarse de aquella dada a los votantes residentes, por ejemplo en cuanto a los lugares de votación, horarios y métodos para votar. Puede que se hagan arreglos para permitir, entre otros, el voto por correo.

Voto anticipado y en ausencia

Para las personas que van a estar en el país en los días próximos a las elecciones, pero no el mismo día de la elección, puede haber algunas disposiciones que los cubran. Esto a menudo afecta a las personas que puedan estar de viaje o en el extranjero por motivo de negocios o vacaciones. Para algunas elecciones, como las presidenciales, esto puede incluir las personas que en el día de elecciones no van a estar presentes en la área donde se registraron.

Dos de las opciones más comunes disponibles para esos grupos son el voto en ausencia y el voto anticipado. El voto en ausencia requiere de una solicitud ante la autoridad electoral. Las boletas son posteriormente enviadas a los electores por correo, se marca el voto(s), y luego se devuelven por correo. En el caso del voto anticipado, los votantes pueden ir a su sitio de votación o a una oficina electoral de nivel superior para emitir su voto(s). Algunos países también permiten a los votantes que no estén en su área de registro en el día de las elecciones presidenciales obtener un certificado que les permita votar en otra área. Evidentemente, todos estos servicios especiales de votación tienen sus propios procedimientos y requisitos únicos que deben ser difundidos a los votantes que los quieran usar.

Refugiados y desplazados internos

El grupo más complicado de votantes fuera del país o jurisdicción son, por mucho, los refugiados y los desplazados internos (IDPs por el acrónimo en inglés de internally displaced people). Los refugiados y los IDPs suelen ser desplazados por causa de una guerra, un conflicto civil o las perturbaciones climáticas. Ello provoca problemas tales como la pérdida de los registros y de los documentos de identificación personal y electoral, lo que deriva en la incapacidad para votar en los lugares donde se encuentran registrados y el acceso a sitios alternativos de votación. En el caso de las elecciones locales y legislativas, el ejercicio de sufragio general en lugar de universal, también podría presentar problemas de representación. Los países de la antigua Yugoslavia y de la región del Cáucaso proveen algunos ejemplos donde fue necesario hacer arreglos especiales para la votación y donde se requirieron programas específicos de educación al votante para los refugiados en los países vecinos y para los IDPs.

Cuando el desplazamiento también incluye el cruce de fronteras, los problemas se incrementan exponencialmente. Donde las elecciones son un resultado de acuerdos políticos, puede que exista un programa para la repatriación de refugiados antes de las elecciones, tal y como sucedió en Mozambique. Si la repatriación puede hacerse antes de la fecha de elecciones, es posible realizar programas de educación electoral en ese país. Sin embargo, aquellos que han sido refugiados por largos periodos, o como consecuencia de una agitación o guerra significativa, pueden requerir especial atención. El programa de información está contenido en Comunicarse con exiliados, refugiados y desplazados internos

Nómadas y migrantes

Las elecciones nacionales, regionales y municipales se asumen generalmente como una selección de representantes para un área geográfica determinada. No obstante hay personas que viajan, y como resultado de ese viaje, tienen intereses en más de una localidad; o no pueden ser asignadas a un distrito electoral en particular. Estas personas nómadas y migrantes —ya sea porque su estilo de vida se considera que está forzado por razones económicas, políticas o climáticas, o por simple decisión personal— representan un reto muy serio (aunque ideológicamente no representan una amenaza) a los conceptos de la democracia.

La mayoría de la veces, las sociedades que estas personas construyen, y dentro de las que establecen su propios patrones de liderazgo, están relativamente cerradas a los extraños. Puede que además, los intereses de estas personas los excluyan, o hayan sido excluidos, del discurso político en general. La sección sobre grupos aislados y nómadas provee información sobre los programas.

Electores en zonas remotas

En algunos países, existen también posibilidades de que existan votantes en zonas remotas. Estas áreas pueden ser casi inaccesibles por la mayoría de las formas de transporte, tener muy limitado acceso a los medios de comunicación, y prácticamente no tener interacción con otras comunidades. En los Estados Unidos, esas comunidades se encuentran en Alaska, mientras que en el país de Georgia, se pueden encontrar a lo largo de la cadena montañosa del Cáucaso. A pesar de su lejanía, habrá la posibilidad, aunque sea limitada, de llegar a estas comunidades. Sin embargo, será necesario planear todo por anticipado. Los materiales electorales tendrán que ser entregados a estas comunidades en algún momento y, con toda certeza, habrán vuelos organizados por el gobierno a esas zonas para el transporte de alimentos y provisiones y para el traslado de las personas. Si se han programado vuelos en helicópteros, se pueden hacer arreglos para asegurar que se entreguen materiales para la educación electoral. Llegar a los grupos nómadas y aislados proporciona información sobre este programa. La sección sobre grupos aislados y nómadas provee información sobre los programas.

Minorías

Las sociedades no suelen ser homogéneas. La mayoría de los países tienen minorías étnicas, lingüísticas y culturales definidas. Puesto que estos grupos se constituyen en minorías, es posible que haya existido una tendencia pasada a marginarlos o a tratarlos de forma distinta, y quizá con métodos opresivos. Con la desautorización viene la introspección y aparente apatía. Y con el aislamiento de la cultura dominante viene una serie de normas lingüísticas y culturales que impiden la preparación de programas educativos, a no ser que se les preste la debida atención a estos grupos, así como a las relaciones de poder que presentan sus interacciones con la mayoría.

Puede que se oponga resistencia a los programas educativos por tener un diseño que aparentemente busque asimilar a los grupos o socavar la cohesión de los mismos. Algunas minorías pueden, además, ver la democracia como una amenaza. Lidiar con este alejamiento del proceso democrático no es una tarea exclusiva de los educadores. Usualmente este es un reto mayor para aquellos involucrados en la educación para la democracia y para las personas encargadas de desarrollar instituciones democráticas que respeten los derechos humanos.

Discapacitados

En un creciente número de países, las personas minusválidas y con discapacidades se están organizando. Esto es particularmente cierto en sociedades democráticas donde es posible realizar movilizaciones para acceder al Estado y a los recursos del sector privado. Sumado a un imperativo que facilite la participación de las personas en las elecciones, hay que realizar esfuerzos especiales para permitir que los discapacitados tengan acceso a éstas y otras instituciones.

Puede que las intervenciones más importantes frente a este tema no giren en torno a la educación para los discapacitados. La sensibilidad estructural y de la infraestructura, el desarrollo de métodos para votar y el acceso a los sitios de votación, así como la capacitación y educación de funcionarios y personas sanas física y mentalmente, es esencial.

Si existen programas de educación al votante para las personas sanas, entonces éstos tienen igualmente que reproducirse para las personas discapacitadas. Existe un rango de métodos y técnicas especiales requeridos, los cuales se discuten en Garantizar la participación de recluidos domiciliarios y discapacitados. La información más importante puede que sea la demográfica. De igual manera la cooperación de instituciones y asociaciones que trabajen con discapacitados es un requerimiento ineludible.

Electores que no pueden salir de casa o están hospitalizados

Inevitablemente, habrá electores que estén muy debilitados o enfermos para acercarse a las urnas en el día de las elecciones. Dependiendo de la ley electoral y la costumbre, pueden hacerse arreglos para que voten quienes están confinados en sus casas, para los pacientes en los hospitales, hogares de ancianos, o en centros de rehabilitación. Se pueden establecer lugares especiales de votación, o se les puede permitir votar en ausencia o mediante el uso de urnas móviles. Para atender estas necesidades, es probable que haya algunas modificaciones en el proceso de votación, así como procedimientos específicos para solicitar estos servicios especiales de votación. Esto deberá ser abordado a través del programa de educación electoral.

Prisioneros

Los prisioneros pierden su libertad una vez que son condenados por una corte de ley a una sentencia bajo custodia. Sin embargo, no siempre pierden su ciudadanía. En algunos países, sentenciar puede llegar a significar, decidir si a determinada persona se le retiran o no sus derechos cívicos mientras dure la sentencia bajo custodia. En otros países, se asume que con la pérdida de la libertad también se pierden las cosas que requieren libertad de movimiento. Votar puede ser una de éstas.

El aumento en el uso de la detención para personas que esperan un juicio, y que aún no están condenadas por ningún crimen, el uso extensivo de sentencias que no son bajo custodia, a través de la cual la persona condenada puede votar y otra bajo custodia por la misma ofensa no puede, así como el uso de prisiones para la detención de opositores políticos y disidentes, sugiere que hay que prestar una mayor atención a este segmento de la población.

Este es el caso particular de las sociedades que creen que la prisión se creó para castigar y rehabilitar a las personas. Los prisioneros dejan la prisión y vuelven a la sociedad normal. Sin importar si lo hacen después de periodos cortos o largos, requieren información y educación que les permita participar de forma constructiva en la sociedad, lo cual incluye participar en las elecciones. Consecuentemente, hay que pensar en la educación cívica y electoral que se le da a los prisioneros, así puedan o no votar. Dicho programa impone retos especiales que se discuten en Educación de prisioneros y en Educación en instituciones restringidas.

Presos políticos

En algunos países en desarrollo y sociedades en transición, puede haber otro uso para las cárceles, por ejemplo, detener a los opositores políticos y disidentes sociales. Estos grupos, bien sea que aún permanezcan detenidos o hayan sido liberados por medio de un arreglo negociado o impuesto, de una amnistía o indulto, enfrentan necesidades y retos especiales de reincorporación a la sociedad y a la vida política, incluyendo su participación constructiva en la política a través del voto y otros medios. En el caso que los presos políticos no participen en el proceso electoral, la legitimidad de la elección o del gobierno resultante podría ser socavada. Estos temas deberán ser abordados con especial atención y sensibilidad a través de programas de educación cívica y electoral.

Fuerzas de seguridad

Los ejércitos, las fuerzas de policía y cuerpos oficiales o informales similares se consideran normalmente como ciudadanos. En sociedades que se han visto envueltas en conflictos civiles o represión interna, estos ciudadanos están a menudo comprometidos y aislados. En tales situaciones, hay que realizar esfuerzos distintivos para lograr la desmovilización y rehabilitación. Una vez más, la educación tiene que dirigirse a aquellos que están dentro y fuera de las fuerzas de seguridad.

Empero, coexisten otras demandas que surgen aun en democracias consolidadas. Los soldados están supeditados a la permanencia en bases aisladas o en el exterior; estas bases están cerradas a las influencias cívicas generales por razones de control y seguridad; y por ello los soldados en particular pueden ser susceptibles a amenazas e intimidación. En sociedades con fuerzas de policía militarizadas pueden aplicar las preocupaciones similares.

Los servicios uniformados que requieren el uso de la fuerza, ya sea por rebelión y resistencia o por el ejercicio legítimo o ilegítimo del Estado de autoridad, desarrollan rápidamente un lenguaje, modo de vida y cultura propia. Estas preocupaciones deberán tenerse en cuenta al desarrollar programas educativos (ver Fuerzas de seguridad y Educación en instituciones restringidas). Dichos programas son importantes porque esas fuerzas pueden garantizar la seguridad el día de las elecciones y la transición exitosa de un gobierno a otro, o convertirse en una "piedra en el zapato".

Mujeres

Ya no es aceptable que un país establezca un sistema democrático y elecciones sin darle el derecho al voto a la mujer. El derecho al sufragio, sin embargo, no vino sin una lucha anterior. El derecho a votar legalmente es una cosa, pero la posibilidad de participar enteramente en los asuntos cívicos y la posibilidad de votar son cosas completamente diferentes. Mientras que las mujeres constituyen la mayoría de la población en varios países, éstas se encuentran sub-representadas en la vida política.

La educación por sí sola no cambiará esto. Pero es posible, y ciertamente necesario, desarrollar programas educativos que pongan particular atención a las barreras económicas y culturales que impiden el avance en la participación y que afectan a las mujeres alrededor del mundo.

Cuando estas barreras coinciden con una membresía minoritaria, pobreza y dispersión geográfica, se forma una pared muy alta que debe ser escalada o derrumbada.

Jóvenes y primo votantes

En cada elección hay nuevos votantes dentro de los que encontramos a aquellos que llegan a la edad reglamentaria para sufragar. Los programas en los colegios que impulsan la participación cívica y la competencia electoral motivan a las personas a votar. No obstante, existe la necesidad de desarrollar programas de educación al votante adicionales que hablen el idioma de los jóvenes de cada país en particular. Esto es particularmente cierto en países en vías de desarrollo, donde el cohorte juvenil es significativo y donde las personas jóvenes usualmente se movilizan para apoyar a uno u otro partido político o facción, los cuales desafortunadamente no siempre tienen los mismos buenos intereses presentes en las mentes de los jóvenes.

Si bien los jóvenes que llegan a la edad de votar estipulada por la ley pueden constituir un porcentaje importante de quienes votan por primera vez, hay otros grupos que también se deben de tener en cuenta. Estos pueden incluir a los nuevos votantes (que pueden ser grupos tales como las minorías o las mujeres), los nuevos ciudadanos, o incluso algún otro segmento de la población que haya sido tradicionalmente apático, pero que se ha movilizado y reforzado por una campaña de inscripción, alguna cuestión social, por un partido político, campaña o candidato.

Todo ciudadano que vote por primera vez en las elecciones probablemente tendrá menos información sobre sus derechos y sobre el funcionamiento del proceso. Estos votantes pueden encontrar particularmente burocráticos, y quizás incluso intimidatorios, algunos aspectos del proceso de registro y votación. Los educadores deben identificar las necesidades de información y los temores de este grupo para asegurarse de que estas dificultades se pueden superar y que este grupo no se desvincule del proceso.

Otras consideraciones

Los educadores deben tener en cuenta ciertas consideraciones, además de las necesidades educativas del electorado general y de cualquier grupo objetivo.

Consideraciones políticas, constitucionales y legislativas

El marco constitucional y legislativo puede determinar ciertos requisitos a los educadores, particularmente de las autoridades electorales u otros cuerpos estatutarios, en lo que se refiere a la información y educación electoral. Puede que se les pida proporcionar información al electorado en general y/o a grupos particulares y la sociedad. Las presiones políticas pueden también afectar los parámetros del programa de educación electoral.

Consideraciones logísticas

Algunas de las siguientes consideraciones logísticas pueden entrar en juego. ¿Existen grupos en áreas particularmente remotas a las que sea difícil llegar? ¿Presenta el país problemas en la infraestructura de transporte y comunicación? ¿Los obstáculos logísticos son reales o creados artificialmente para mantener a ciertos grupos desinformados e inactivos? ¿Pueden los obstáculos logísticos ser superados y qué recursos serán necesarios para hacerlo? Las respuestas a estas preguntas impactarán los parámetros del programa de educación electoral.

Valores del educador

Finalmente, los educadores aportan al ejercicio de la educación electoral sus propios valores, suposiciones y prejuicios. Esto necesita ser identificado a fin de dar confianza a los educadores acerca de que el programa realmente se ocupa de la necesidad de los electores en lugar de limitarse a cumplir con la idea preconcebida de algún grupo de elite.

Consideraciones políticas, constitucionales y legislativas

La decisión de las audiencias más apropiadas para la educación electoral no está enteramente en las manos del educador. La política, constituciones y leyes restringen o dirigen el programa.

El papel de la política

La educación electoral le da poder a los votantes. Esto los anima a registrarse y, una vez registrados, a votar. Los motiva a decidir por quién deben votar, y les proporciona la habilidad necesaria para sopesar las opciones que se les presentan. Estas son actividades que tienen consecuencias políticas. Es por ello que no será sorprendente que los intereses políticos intenten ampliar o reducir el alcance de la información emitida por los educadores electorales a través de canales formales e informales.

En situaciones donde las elecciones han empezado a presentarse regularmente, y donde existe un consenso general sobre su beneficio y el potencial de la alternancia gubernamental, las autoridades electorales podrán establecer un programa educativo que no sea sólo universal sino también inclusivo. En sociedades donde aún hay mucho de por medio, y donde las elecciones están determinadas por la coerción internacional o una inclinación por establecer una legitimidad pública sin extender el poder político, existirán tentativas que buscarán reducir las posibilidades de conducir extensivamente un programa de educación al votante.

Los opositores encontrarán un amplio rango de formas para interferir en la educación electoral que irán desde la intimidación hasta la violencia, limitando el acceso a los votantes, hasta el descrédito de los educadores y sus programas, así como decisiones sobre el presupuesto, la legislación, el tiempo en el que se realizarán las elecciones, y otras materias en manos del gobierno.

Las constituciones juzgan y confieren derechos

Cuando existen constituciones, y en particular en aquellas sociedades que operan bajo declaraciones de derechos humanos, probablemente existirán cuestiones de equidad. En algunas sociedades, puede ser posible focalizar la educación electoral en grupos particulares. Empero, las autoridades estatutarias podrán enfrentarse con el requerimiento que todos los votantes reciban el mismo tratamiento y un servicio igual. Dicho servicio universal puede actuar como una motivación para los educadores. Pero también puede proporcionar inhibiciones serias al tratar de llevar a cabo un programa informativo que vaya más allá de lo básico.

Toda la información adicional requerirá una diferenciación, y esto tendrá que realizarse cuidadosamente, de tal forma que el programa no se vea socavado por la controversia. Este puede ser el caso, por ejemplo, de una batalla legal sobre si un programa debe suministrarse a un solo sector de la sociedad o si debe ofrecerse a diferentes niveles de costo a distintos segmentos del país.

Cuando no existen constituciones, ya sea porque la sociedad opera —como en Gran Bretaña— sobre la base de un conjunto de documentos y precedentes históricos, o porque actualmente se encuentran en proceso de formulación de la Constitución o porque ha tenido constituciones anteriores que se han visto afectadas por un conflicto, los educadores electorales tendrán la ventaja de poder utilizar otros mandatos para focalizar su educación en grupos tales como aquellas personas que han sido privadas del derecho al sufragio, combatientes, ancianos y otros. Cualquiera que sea el caso, los educadores no querrán sobrentender que un servicio universal y limitado es el más apropiado y efectivo.

La legislación establece responsabilidades y limitaciones

La legislación proporciona a los educadores electorales un mandato particular. Este mandato inevitablemente incluye la responsabilidad de proveer información o educación electoral. Las autoridades electorales en algunos países, por ejemplo en Rusia, Ucrania, Australia, Canadá, México y Paraguay, tienen un claro mandato para llevar a cabo educación electoral y/o cívica.

En otros, especialmente en entornos de desarrollo o de transición, la autoridad electoral puede que no tenga un mandato explícito para llevar a cabo la educación electoral. Si bien puede parecer obvia la necesidad de alguna forma de educación electoral oficial, las autoridades electorales, principalmente aquellas en ambientes altamente polarizados políticamente, pueden no querer extralimitarse en su mandato legal, o pueden ser susceptibles a dar esa impresión. Cuando la legislación limita a los educadores electorales oficiales, es posible que ese grupo establezca alianzas con los educadores de la sociedad civil para lograr extender su programa o para asegurar que la educación electoral sea adoptada por entidades calificadas y apropiadas. Es la legislación, no obstante, la que determina si este trabajo ampliado o alternativo recibirá financiamiento por parte de recursos oficiales.

Consideraciones logísticas

Si bien es posible usar medios creativos e innovadores para realizar educación electoral dirigida a todos los votantes, el encontrar la solución correcta frecuentemente requiere encontrar un equilibrio entre lo ideal y lo práctico. La selección se hará sobre la base de simples limitaciones logísticas, entre las que podemos encontrar:

  • el tamaño de grupos particulares
  • el aislamiento de grupos particulares
  • el tiempo disponible
  • la posibilidad de producir y traducir el material
  • la capacidad de entregar y distribuir materiales
  • el número de educadores disponibles

Con presupuestos limitados y una elección por delante, es posible que los programas de educación electoral se vean apremiados. Pero es importante que los educadores tomen previsiones que mitiguen, o eviten, las restricciones a sus programas.

Puesto que siempre existirán lugares de votación, incluso en las áreas más remotas, y dado que éstas necesitarán suplirse con material y personal, los educadores electorales siempre tienen acceso, así sea limitado, a los mismos votantes. Más importante aún, la educación electoral, si se planea cuidadosamente, puede reducir los problemas logísticos y los costos potenciales de las elecciones. Votantes que pueden estar en el lugar adecuado en el momento apropiado, portando la identificación adecuada, sabiendo cómo llenar las papeletas de votación y capacitados para pasar por el sitio de votación rápida y eficientemente, puede llevar a reducir el tamaño del personal para las votaciones, así como del horario de atención de las mesas de votación, y por ende de las necesidades de seguridad durante el día de elecciones.

Estos argumentos a favor de la educación electoral no obstante las limitaciones logísticas, sugieren que se tengan que examinar los motivos ulteriores de quienes imponen restricciones logísticas severas para asegurar que no estén tratando de limitar el acceso de grupos particulares de votantes a las urnas. Empero, puede llegar el momento en el cual los educadores tengan que evaluar costos y beneficios, y aceptar que puede haber ciertos votantes que tendrán que ser excluidos de los programas generales. Cuando esto sucede, puede que sea necesario utilizar un programa suplementario.

Valores del educador

Los valores de los educadores tendrán un impacto sobre dónde se proporcionará la educación, quién recibirá el programa y su cobertura. En situaciones donde abundan los recursos, puede que éste no sea un problema, pero en países con recursos limitados, habrá que tener cuidado de asegurar que ciertos votantes no sean ignorados.

Los educadores empleados por las autoridades electorales puede que no sean capaces de hacer caso omiso de algunos grupos particulares de principiantes porque no les agraden o porque crean que no son importantes. Ni ellos no son inmunes a predisposiciones personales.

Los educadores no estatutarios, de otro lado, toman decisiones todo el tiempo sobre los grupos de personas con los cuales pretender trabajar y a cuáles tienen la intención de ignorar. En la mayoría de los casos éstas decisiones se toman bajo un conjunto de valores operantes que pueden ser explícitos, y, por tanto, transparentes y predecibles. Pero éste no es siempre el caso. Las ONGs y las organizaciones comunitarias algunas veces no se percatan de sus propios prejuicios o predisposiciones.

Como resultado de estos valores y predisposiciones, puede que se le preste gran atención, o ninguna, a grupos y electorados particulares. Cuando existe transparencia de parte de los educadores, los programas estatutarios de educación al votante pueden "llenar los vacíos". O se pueden identificar conjuntos particulares de votantes con los que la autoridad electoral tiene la obligación de trabajar, o en última instancia, adoptar un programa general de educación al votante y que los grupos no estatutarios llenen los vacíos. El punto crucial aquí es lograr que estos valores y predisposiciones se tornen visibles, así sea únicamente para los encargados de planear los programas educativos.

Sumados a las selecciones sobre grupos de enfoque particulares, los valores de los educadores pueden, de igual forma, determinar en principio las decisiones que se tomen sobre las necesidades educativas. Frecuentemente, las autoridades electorales son nombradas debido a su experiencia en leyes o, inclusive, son transferidos temporalmente por el Poder Judicial. Pueden tener una gran experiencia en la burocracia gubernamental y estar familiarizados con todas las leyes pertinentes, reglamentos y procedimientos. Al mismo tiempo, estas autoridades pueden estar alejados de las preocupaciones de orden administrativo de los trabajadores electorales, y de los niveles de información y conciencia de los votantes comunes. Idealmente, debería existir un diálogo entre el educador (que tiene algo) y el principiante (que desea algo) —especialmente cuando estos últimos son adultos— con el fin de establecer las necesidades educativas. Las decisiones relacionadas con aquello que el educador debe ofrecer, específicamente aquello que considera como apropiado dentro de las necesidades educativas y, por ende, deben ser alcanzadas, son muy importantes.

Donde existen grandes cantidades de iniciativas educativas y recursos ilimitados, puede que no sea necesario preocuparse mucho por estas cuestiones. La planeación puede nutrirse de la variedad de intereses expresados por los educadores electorales con el fin de asegurar una mayor cobertura. Pero puede que éste no sea siempre el caso, así que deberá tenerse mucho cuidado a la hora de asegurarse que el sistema no sufra un colapso (esto es, fallas no anticipadas que lleven al fracaso del programa) porque los educadores decidieron no proveer educación en un lenguaje particular, o a las mujeres de una aldea, o a una aldea determinada o a través de una estación de radio o periódico específico.

También deberá tenerse mucho cuidado al tomar decisiones que acaben con los recursos destinados a un grupo a expensas de otro, ya sea porque saben cómo votar o porque nunca votan o en el peor de los escenarios, porque "ellos votarán por los otros y no por nosotros".

Evaluando las necesidades del elector

Los educadores deben anticipar y entender las necesidades de aquellos para los que están diseñando los programas. Hay diferentes maneras de evaluar las necesidades, y aquellos que planean un programa educativo deberían considerar esto sobre la base de:

  • tiempo disponible,
  • complejidad de los programas y de su distribución geográfica;
  • si el programa se está llevando a cabo por primera vez o si ya se tiene conocimiento del electorado a quien va dirigido; y
  • recursos financieros disponibles.

Básicamente, los educadores querrán conseguir asistencia profesional. Esta sección proporciona una visión global para que los educadores determinen qué tipo de asistencia profesional es necesaria y la forma en que debe ser manejada. Encuestas describe las actividades más comunes y complejas de las que se tendrá que encargar el equipo educativo. Pero es posible utilizar los Datos disponibles y usar el equipo de educación en sí mismo para obtener información a través de los Interlocutores e intermediarios.

Encuestas

Con el fin de desarrollar programas efectivos, los educadores electorales deben conocer de votantes o votantes potenciales. Necesitan saber lo que la gente sabe (o cree saber). También necesitan saber cuál es la percepción que se tiene de las elecciones y del voto. Finalmente, necesitan saber qué impulsa o inhibe a las personas a emitir su voto.

¿Cómo se puede obtener esta información? Se puede mirar en una bola de cristal; se puede adivinar; se pueden examinar experiencias del pasado; se puede hablar con otras personas que estén involucradas en el campo; o simplemente, se puede preguntar a los votantes o votantes potenciales, aunque sería imposible hablar con todo el mundo. Entonces, cómo estar seguro que las respuestas que dan las personas con las que se habla son las correctas y si son representativas de la totalidad de los votantes potenciales.

El uso de las encuestas

Las encuestas son útiles cuando se quieren conocer las actitudes, valores, motivaciones, predisposiciones y posibles comportamientos de un gran número de personas. Las encuestas son también útiles cuando se desea generalizar los resultados de una población grande.

Grupos de enfoque

Con un pequeño número de personas —digamos unas pocas decenas— por lo general resulta más útil usar métodos cualitativos y de mayor profundidad, tales como grupos de enfoque, que permiten hablar a plenitud de sus sentimientos. Después, simplemente se pueden revisar las transcripciones de las discusiones grupales para averiguar sus pensamientos y actitudes. Los grupos de enfoque generalmente proporcionan una mejor comprensión de los temas. La riqueza de dichas transcripciones es muy difícil de cuantificar, y salvo en un reducido número de casos, la cuantificación es generalmente inútil.

Es importante tener en cuenta, de todas formas, que los grupos de enfoque no son una simple reunión o conversaciones sin estructura. Los grupos de enfoque emplean una metodología específica con respecto a la selección de las personas que van a estar en el grupo. Los grupos deben ser tan homogéneos como sea posible, y deben ser estructurados para reflejar las diferencias clave de potencial interés. Un grupo puede incluir sólo a hombres jóvenes que votan por primera vez, por ejemplo, y otro puede incluir a únicamente a mujeres jóvenes que votan por primera vez. La comprensión del comportamiento de los grupos viene de las conversaciones cuidadosamente facilitadas, al igual que de las diferencias que entre ellos existan. A partir de ese ejercicio se podrán identificar los problemas clave para ser tenidos en cuenta al realizar una gran encuesta, o para investigar asuntos descubiertos por aquellas encuestas con mayor profundidad.

Diseñando encuestas

Esta discusión se propone ayudar a dos tipos de personas. Primero, a aquellas que pudieran desarrollar una encuesta individualmente, para quienes esta es una guía útil, o un plan sobre todos los pasos claves en los tendrán que trabajar. Aunque no es un "manual de usuario" suficiente como para desarrollarlo cada paso a profundidad.

Algunos detalles han sido incluidos en esta sección para que aquellos interesados en el tema tengan una guía sobre lo que puede ser una de las partes más costosas de un programa nacional de educación. Otros lectores pueden desear ignorar la información técnica a continuación.

Las variadas dimensiones asociadas con las encuestas van por lo general más allá de las capacidades y recursos de que dispone un solo individuo u organización. De este modo, muchas organizaciones probablemente prefieran contratar una firma de investigaciones profesionales con experiencia en encuestas para que les haga este trabajo. En ningún momento, y bajo ninguna circunstancia, se debe delegar el control del proceso. Esta descripción pretende permitir a las autoridades electorales mantener un control crítico a la hora de monitorear el proyecto.

Para llegar a conseguir que una encuesta sea exitosa, se deben seguir una serie de pasos:

Diseño de encuestas

Decidir qué información es necesaria

¿Qué información se desea recolectar y por qué? El proceso empieza por formular unas preguntas simples: "¿Sobre cuáles opiniones o posibles comportamientos desea usted saber al respecto?" En el argot de la ciencia social esto es llamado la variable dependiente. "¿Cuáles cree usted que son las causas?" Estas son las variables independientes. Las respuestas serán cimientos importantes para el contenido de la encuesta.

Suponga que quiere saber sobre las causas de la participación electoral, o la variable dependiente. Se decide, entonces, evaluar los diferentes impactos de los factores causales potenciales, tales como:

  • información
  • motivación
  • interés
  • eficacia
  • percepciones del grado de competencia electoral entre partidos en una determinada elección

Estas serán las variables independientes. Básicamente, se habrán identificado cinco factores clave que son importantes y que necesitan ser medidos. Sólo restará definir cada uno de estos conceptos, o factores, para que todos coincidamos en lo que significa, por ejemplo, "competencia electoral" o "motivación".

Se crea entonces un "marco conceptual de trabajo" que sirve como esquema para el proyecto entero. En cualquier momento del desarrollo del proyecto, se sopesar si lo que se está haciendo ayuda a medir alguno de los elementos identificados con anterioridad. Si no es así, puede que se haya perdido el rumbo (lo cual es muy fácil), y encontrar que se está trabajando en algo lejano a los intereses reales.

Al mismo tiempo, mientras se estructura el contenido de la encuesta, también se puede notar que hay cosas importantes que realmente quiere saber, pero que no están en el esquema. En este punto, no se debería adecuar una pregunta a lo ya establecido, sino que se debería revisar el esquema e integrar el nuevo tema.

La conceptualización se basa generalmente en:

  • el conocimiento que ya se tiene sobre el contexto local;
  • la revisión de lo que se conoce y lo que ha sido publicado sobre el tema, por ejemplo la participación electoral; y,
  • consultas a expertos en el campo.

Antes de que el Servicio de Opinión Pública (POS, por sus siglas en inglés) del Instituto para Alternativas Democráticas en Sudáfrica (Institute for Democratic Alternatives in South Africa, IDASA) condujera una encuesta en Cape Flats, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, sobre la visión pública del crimen, las políticas y la acción colectiva, por ejemplo, se consultó a una gama de criminólogos, sociólogos, trabajadores sociales y periodistas con extensa experiencia en el campo y en la literatura académica relevante. Esto ayudó a identificar las áreas conceptuales clave, y los parámetros del cuestionario.

Operatividad

En esta etapa, la meta es empezar a formular un cuestionario estructurado mediante el diseño de preguntas específicas que midan la existencia en "mundo real" de fenómenos o actitudes de acuerdo al marco conceptual de trabajo. En otras palabras, el marco conceptual de trabajo se convierte en un cuestionario.

Idealmente, se deben diseñar varias preguntas que midan cada concepto clave. Una sola pregunta, con frecuencia, puede ser un indicador poco confiable de las actitudes de las personas en esta área. El objetivo final consiste en ser capaces de promediar las respuestas a todas las preguntas sobre un concepto para proveer un valor acumulado, válido y confiable, o índice del concepto (como "el interés”). Las preguntas no deben simplemente medir la misma cosa, sino extraer varias dimensiones o elementos de "interés político".

Una pregunta, o serie de preguntas, válida es la que mide lo que se pretende con eficacia. Una forma de validez es la llamada "validez aparente". Esto se refiere que al leer las preguntas, los términos parecen referirse a lo que se quiere investigar. Otra es la llamada "validez estructural". Esto es cuando la respuesta a una pregunta, o serie de preguntas, parece correlacionarse internamente la una con la otra, o con otras preguntas que miden cosas que se esperaría que estén relacionadas con el interés político.

La "confiabilidad" se refiere a si se dará la misma respuesta a las preguntas de una muestra a otra. Existen varios tipos de pruebas estadísticas para poder evaluar la validez estructural y la confiabilidad.

La "operatividad" es probablemente el aspecto que más tiempo consume en el proceso de las encuestas. Convertir conceptos en preguntas válidas y confiables que midan exactamente lo que se quiere, requiere un cuidadoso análisis en el vocabulario que ha de emplearse.

Formulación de preguntas para maximizar los datos de las encuestas

En general, las preguntas deben medir exactamente lo que se está tratando de responder. Deben ser tan claras como sea posible, especialmente en lugares con niveles de educación y alfabetización bajos. Por esta razón los términos y las formas de expresión son cruciales.

Una guía útil es consultar el trabajo que han realizado analistas respetados en el área, como participación electoral, y examinar el tipo de preguntas que se formulan. ¿Qué preguntan otras personas a nivel internacional para medir la eficacia, o la posible participación electoral?

Hacer preguntas que ya han sido formuladas en algún otro lugar también permite comparar los resultados con los que han sido encontrados en otros lugares, en otros tiempos. Esto es crucial. Cualquier resultado de una encuesta —como por ejemplo que el 34% de los sudafricanos no están interesados en la política— puede por sí mismo significar algo importante. Por otro lado, podría significar más si supiéramos que el porcentaje es mucho más alto, mucho más bajo o igual para las personas de otros países.

Al mismo tiempo, un contexto particular puede requerir de una pregunta especialmente formulada. De esta manera existe una fina línea entre el desarrollo de preguntas que tengan sentido en un contexto específico, y la producción de resultados que al ser comparados permitan un mejor entendimiento de la dinámica local.

Más allá de estos comentarios generales, hay un gran número de escollos potenciales que los diseñadores de las preguntas deben entender.

Preguntas abiertas

Estas preguntas permiten que quien las responda pueda hacerlo espontáneamente, en sus propios términos. En lugar de pedir a las personas que califiquen la importancia de algunas posibles razones para votar en una escala de "muy importante" a "nada importante", se les puede preguntar, por ejemplo: "¿Cuáles son las razones más importantes para votar?" Así, las personas no presuponen qué es lo que se busca probar.

Las preguntas abiertas, sin embargo, son muy costosas. La mayoría de las compañías de encuestas sólo permitirán realizar tres o cuatro. Una pregunta típica, tal como: "¿Cuáles son los problemas más importantes que enfrenta su país?", puede obtener docenas de respuestas diferentes. Cada una de ellas debe ser examinada y categorizada o "codificada" en categorías más amplias que sean consideradas útiles. Este es un proceso que toma mucho tiempo y que eleva considerablemente los costos del trabajo.

Las preguntas cerradas, que son las que tienen opciones cerradas para que las personas escojan, también presentan una gama de problemas potenciales que se discuten más adelante.

Formulación

Se refiere a la manera como se presentan, o enmarcan, problemáticas importantes en la pregunta de una encuesta. ¿Qué aspectos particulares de una problemática general deberían ser abordados? ¿Qué conjunto de alternativas políticas deberían ser ofrecidas a los encuestados? ¿Puede una pregunta sobre la ubicación de un parlamento implicar cuestiones de costos y eficiencia? ¿Debería tener Sudáfrica una capital administrativa en Pretoria, por ejemplo, y una legislativa en Ciudad del Cabo o deben estar juntas en una misma ciudad? ¿Debería hacerse la pregunta sobre el status quo cambiante? De nuevo, como ejemplo: ¿Debe el parlamento permanecer en Ciudad del Cabo, donde actualmente está, o debe ser trasladado a Pretoria o a algún otro lugar? Estas preguntas pueden producir diferentes resultados, con implicaciones políticas muy diferentes.

Aunque diferentes formulaciones pueden producir resultados significativamente distintos, las decisiones sobre qué tipo de formulación utilizar son casi imposibles de resolver y casi siempre generan críticas por parte de alguna parte del espectro político.

Orden de las preguntas

El orden de las preguntas puede moldear las respuestas, alterando el contexto que tienen en cuenta quienes responden sobre una problemática. Dado que las respuestas a una pregunta pueden moldearse por las respuestas a preguntas anteriores, preguntas que por sí mismas son imparciales, pueden crear un efecto bastante diferente cuando se formulan de manera intercalada. Las preguntas sobre la posible participación electoral, por ejemplo, pueden inclinarse a favor de una participación potencial mayor si están precedidas por preguntas sobre el deber de las personas de votar, pues se les recuerda ese deber.

Orden de las respuesta

El orden en que se enumeran las posibles respuestas también puede tener efectos importantes sobre los resultados. Cuando se plantean respuestas extremas antes de una moderada —efecto de "contraste"—, se incrementa la probabilidad de escoger la más moderada.

Los efectos de orden también difieren de acuerdo con el método que se utilice para entrevistar. En las encuestas por teléfono o las entrevistas personales que son leídas a quienes responden, siempre se presente un "efecto de estímulo reciente" donde quienes responden tienden a escoger las últimas opciones, puesto que tienen más tiempo para pensar en ellas. En contraste, las presentaciones visuales como tarjetas o cuestionarios por correo pueden tener un "efecto de estímulo primario" donde las primeras alternativas tienden a ser escogidas por las personas, porque es más probable razonar sobre la misma.

Preguntas dicotómicas vs. preguntas de selección forzada

Las preguntas "dicotómicas" le piden a la persona estar o no de acuerdo con una afirmación, a favor o en contra de cierta posición, o expresar determinado grado de opinión. Con las preguntas de "selección forzada" el investigador pretende proveer alternativas balanceadas, tales como: "¿Está usted a favor de la política ’x’ del gobierno, o debería buscar alcanzar la política ’y’?”

Un conjunto de preguntas sobre estar " de acuerdo" o "en desacuerdo" predispone al encuestado hacia "estar de acuerdo", especialmente cuando no dispone del conocimiento. Los encuestados con menor nivel educativo y poca experiencia política pueden ser especialmente susceptibles a ese efecto. Cuando una persona ha reflexionado poco sobre algún tema, es menos probable que desarrolle argumentos que contradigan las aseveraciones dicotómicas planteadas y es más probable que asienta.

La solución típica es ofrecer al encuestado una segunda o tercera alternativa sustancial —una alternativa forzada. Esto le proporciona un contraargumento. Lo anterior generalmente conlleva una disminución en el número de personas que están de acuerdo con la primera alternativa en esta clase de formatos y también cambia la distribución de la opinión. La fuerza de los argumentos y las alternativas presentados son importantes —no todos son igualmente efectivos. El crear una segunda alternativa sustancial pone a los investigadores en la difícil posición de moldear la opinión pública mediante la decisión de cuáles alternativas incluir, así como con el contenido de esas alternativas.

Preguntas ambiguas o compuestas

Un obstáculo típico que debe ser evitado son las preguntas ambiguas o compuestas. En ellas, la alternativa propuesta se plantea junto con una solución, un ejemplo sería: "¿Aprueba usted un incremento en los impuestos para reducir el déficit presupuestario?" Quienes responden muchas veces no tienen claro cómo será interpretada su respuesta.

Acaso con un "sí" aprueba, por ejemplo, el incremento de los impuestos, o quiere decir que hay que deshacerse del déficit, o ambas.

Una variación se presenta cuando la pregunta contiene calificativos que llevan a los encuestados hacia la elección de una alternativa específica.

Palabras clave

Otra área de dificultades potenciales es el fraseo usado para describir el objeto o el referente de una propuesta dada. ¿Están los fondos del gobierno diseñados para tratar la "drogadicción", o la "rehabilitación de la drogadicción”, brindar "asistencia a los pobres", o proporcionar "bienestar social" o "mejorar las condiciones de los pobres"? ¿Se les está preguntando a los encuestados que aprueben la "política presidencial" o su "manejo de la política"?

¿Qué palabras describen las alternativas que tienen los entrevistados a la hora de responder? ¿Se les está preguntando que "aprueben", "apoyen", o "favorezcan" algo, o que lo califiquen en una escala de "excelente", "bueno", "regular" o "pobre"?

Otra forma particular como se presenta este problema es asociar las "palabras de moda", o palabras usadas para evocar respuestas emocionales por parte de los encuestados, con alternativas de respuestas. Estas palabras pueden inyectar cálculos partidarios o ideológicos a las respuestas, al igual que respuestas menos informadas. En los Estados Unidos, la palabra "comunista" era bien conocida por sus efectos en las respuestas a las preguntas sobre las políticas extranjeras. La mención del presidente casi siempre tiene un gran impacto en los resultados, usualmente a favor de lo que sea que la Casa Blanca hace. En Sudáfrica, uno puede obtener diferencias significativas en los resultados si se les pide a las personas que comparen su vida ahora, y su vida hace diez años, eso es, si se les pregunta su vida comparada con "la vida bajo el apartheid".

"No sabe"

Los formatos de las preguntas también afectan el número de personas que expresan su opinión. Altos niveles de "No sabe" (NS) se obtienen al formular preguntas que requieran respuestas sobre si se está o no de acuerdo, sobre problemáticas remotas y abstractas, y en aquellas de gran dificultad (Ej.: aquellas que requieren explicaciones largas para hacer proyecciones al futuro).

El nivel de NS también puede ser afectado por el uso de un "filtro" como: "¿O no ha tenido usted la oportunidad para pensar en esto?" Los filtros usualmente incrementan el número absoluto de respuestas de NS, legitimando la falta de respuesta. Pero los filtros pueden también afectar la distribución sustancial de la opinión. Aquellos que posiblemente expresen su opinión cuando realmente no la tienen, no escogen las opciones de respuestas variadas en forma aleatoria. El problema se torna más complejo puesto que los llamados "flotantes" (aquellos que presentan respuestas diferentes dependiendo de los diferentes tipos de pregunta) son difíciles de predecir y no parecen tener una característica común.

Todas las dificultades potenciales revisadas en esta sección surgen por la forma en que los seres humanos piensan. La manera en que los humanos procesan la información es afectada en gran parte por la forma en que la información es presentada. Esto no es menos cierto en el ámbito de las encuestas. Las personas no desarrollan investigaciones exhaustivas para instantes representativos de una opinión o una actitud en la memoria de largo plazo. Por el contrario, prefieren buscar la información más accesible ya sea en el contexto del ámbito histórico o experimental inmediato, o del cuestionario o entrevista.

No existen respuestas fáciles. El significado de una pregunta siempre depende parcialmente de dónde se sitúe el cuestionario. La manera como consideramos nuestras respuestas siempre depende parcialmente de las alternativas y de cómo éstas nos son presentadas.

Aparte de algunas buenas reglas no parecen existir soluciones obvias al problema de las palabras. Aunque se trate de evitar "contaminar" las preguntas, puede que aquellas preguntas "limpias", extraídas del contexto político, resulten irreales e irrelevantes. Las palabras de moda y las asociaciones que sitúan entre la espada y la pared son, por lo general, las que le dan realismo político a las preguntas de las encuestas.

Preparación de la encuesta

Antes de realizar un trabajo de campo con los entrevistadores, cada cuestionario debe ser probado en encuestados similares a los que van a ser entrevistados en la encuesta real. Con base en este experimento, podremos identificar las fallas del cuestionario y hacer los ajustes necesarios.

Aunque pueda sonar extremista, la mayoría de los estudios pilotos son hechos en cuartos pequeños con un espejo falso, para que se pueda ver cómo va a ser la entrevista real, mientras que se observa y oye exactamente lo que va a suceder en relación con las preguntas, las respuestas y el lenguaje corporal.

Esto proporciona una excelente oportunidad para revisar si:

  • las instrucciones están claras para el entrevistador;
  • las preguntas están claras tanto para quien entrevista como para quien responde;
  • las preguntas suenan bien;
  • las preguntas incomodan o ponen ansiosa a la persona;
  • quien responde se cansa y piensa menos sus respuestas, y en qué punto ocurre esto;
  • las preguntas reúnen los diferentes tipos de respuestas que pretendemos obtener.

Cuando se probaron preguntas sobre identidad social, por ejemplo, IDASA encontró que el planteamiento, "¿Cómo se denomina a usted mismo?", estaba generando calificativos  personales, tales como, "buena persona" y "de mente abierta", lo cual no era lo que pretendían averiguar. Fue entonces necesario crear una especie de contexto en el que la persona respondiera la pregunta. Así, se reformuló a "Pensando en todos los grupos en Sudáfrica...", y entonces se listaban varios tipos de grupos y se preguntaba "… ¿En cuál considera usted que se encuentra?".

Las pruebas piloto usualmente llevan a que se vuelvan a escribir, por lo menos, algunas preguntas, e incluso a borrar otras. Si en la prueba piloto el cuestionario es muy extenso, se debe devolver al marco de trabajo conceptual. Cuando son muchas áreas conceptuales, se debe eliminar un tema completo que pueda ser interesante pero no vital, o deshacerse de una o dos preguntas de cada área de conceptos.

Traducción

En una sociedad multilingüe, es imperativo que todos los encuestados puedan responder las preguntas en el lenguaje que se sientan más cómodos.

Aunque esto consume mucho tiempo, la mejor manera para asegurarse que los cuestionarios significan lo que realmente se propuso, es usar el método de "ciego doble" al traducir. Un grupo de lingüistas toma el cuestionario original y lo traduce a los lenguajes deseados. Después otro grupo de lingüistas toman esas versiones y lo traducen de nuevo al inglés (o al idioma original).

En ese punto, la versión re-traducida necesita ser comparada con la versión del idioma original. Cualquier diferencia debe ser ajustada encontrando otra palabra que exprese mejor el concepto clave, ya sea en el idioma original o en la traducción. En cualquier caso, nótese que si el lenguaje original es cambiado, todas las demás traducciones necesitan ser revisadas de acuerdo a esto.

Los buenos traductores no traducen simplemente cada palabra. Deben ser capaces de decirle cuándo los entrevistados están habituados a ciertas palabras clave en otros lenguajes, tales como "parliament" (parlamento), con el fin de utilizar los términos apropiados en el cuestionario.

Métodos para entrevistar

El método para entrevistar es esencial. Las respuestas a las preguntas del cuestionario no son necesariamente independientes de la manera como se obtienen.

Teléfono

Un método crecientemente popular es contactar a los entrevistados por teléfono. Las encuestas por teléfono por lo general son menos costosas, dado que no requieren que los entrevistadores viajen por todo el país o la región hasta la casa de las personas, además de que pueden ser más rápidas.

Un problema mayor se presenta debido a los porcentajes de propiedad de línea telefónica. Incluso en los Estados Unidos, se ha estimado que hacia principios de la década de los 90, un 5% de la población nacional (y el 10% en algunos estados) no tenían teléfono.

El gran problema es que el tener teléfono no es aleatorio. Es altamente asociado con los ingresos familiares. Aquellos que no poseen teléfono generalmente tienen puntos de vista extremadamente diferentes en cuanto a lo social y lo político, con respecto a quienes tienen teléfono. En países en vía de desarrollo, la diferencia entre los que tienen y los que no tienen teléfono impiden que las encuestas nacionales sean representativas, puesto que no se pueden representar adecuadamente las opiniones de las familias de bajos ingresos.

En los Estados Unidos, la organización Gallup una vez estimó que las encuestas pre-electorales por teléfono eran cinco o seis puntos más favorables para los republicanos que para los demócratas. Un ejemplo impresionante ocurrió en 1992 en Sudáfrica, cuando el Human Sciences Research Council (HSRC, Consejo de Investigación de Ciencias Humanas) utilizó una encuesta por teléfono para proyectar que F.W. de Klerk tenía más apoyo que Nelson Mandela en una carrera hipotética para la presidencia. El HSRC observó que en las respuestas finales, habían pesado las proporciones raciales del país. Lo que ellos olvidaron, es que aquellos africanos con teléfono no eran africanos muy típicos en general.

Las encuestas por teléfono también hacen más fácil que las personas decidan no participar en la encuesta, y por esta razón, que salgan de la muestra. Como nos daremos cuenta más abajo, es importante no dejar que la gente se autoexcluya de la muestra. Aún más, las encuestas por teléfono raramente establecen la relación de confianza mutua posible que se presenta en las entrevistas personales, necesarias para que los entrevistadores puedan llevar a los entrevistados a temas controvertidos.

Las personas simplemente son más renuentes a expresar actitudes negativas a extraños que no ven. Puesto que las encuestas por teléfono tienen mayor probabilidad de incluir personas aisladas, éstas generalmente se sesgan hacia una recopilación de datos menos negativos. En algunas situaciones, sin embargo, la ausencia de contacto personal que se presenta con las encuestas telefónicas, es preferible.

Correo

En las encuestas por correo, simplemente se envía por correo el cuestionario a quien lo va a responder. El cuestionario entonces es autoadministrado. Dado que revisten una labor y costos de envío relativamente menores, tienden a ser más rentables.

Ahora bien, las encuestas por correo tienden a recibir menores grados de respuesta. Recibir una tercera o cuarta parte de respuestas frente a las encuestas enviadas, se considera un gran éxito, aun cuando estas tazas necesitan de un gran esfuerzo para persuadir a las personas para que respondan la encuesta. Se pueden sin embargo, ofrecer otros incentivos, tales como premios u oportunidades para ganar premios.

En algunos lugares, la efectividad de los servicios postales es un impedimento tanto por la calidad del servicio como por los altos grados de analfabetismo. Por estas y otras razones personales, las encuestas por correo sólo se llevan a cabo en grupos de enfoque específicos, usualmente audiencias muy educadas, empresarios de alto nivel o de "élite".

Entrevistas personales

Las entrevistas personales pueden establecer una relación de confianza con quien responde, permitiendo la realización de preguntas más sensibles y respuestas con mayor profundidad. Dado que el entrevistado puede ver al entrevistador en entrevistas cara a cara, las características del entrevistador, tales como género y raza pueden influir en las respuestas de los entrevistados. Por consiguiente, en lugares como Sudáfrica, las compañías encuestadoras usualmente tratan de asegurarse de que el entrevistador sea del mismo sexo que el entrevistado. Si la encuesta se relaciona con cuestiones de sexo o género, es importante que los entrevistadores sean del mismo sexo.

Las entrevistas personales tienden a ser costosas, dados los costos del viaje y del trabajo. Sumado a lo anterior, las entrevistas personales presentan muchos problemas logísticos que no tienen otros métodos. Es tan simple como que usted se enfrenta a pasar por la puerta principal de otra persona, absolutamente solo. Especialmente en Sudáfrica, los "malos" vecindarios, los sistemas de seguridad en los edificios y otros problemas menores, como los Rottweiller o los Doberman y los Pincher no permiten a los encuestadores contactar a todas las personas de la muestra.

De nuevo, aquellos que se niegan a responder y no pueden ser contactados en su casa, pueden llegar a causar estragos sobre la muestra pues generalmente esta población tiene atributos y actitudes muy diferentes.

Muestreo

Las encuestas son útiles cuando queremos saber sobre un gran número de personas. La meta es hablar con un número menor de personas (muestra) y generalizar a un gran grupo de personas (población). El muestreo es generalmente complejo y usualmente requiere de muchas estadísticas y computadoras. Pero es importante entender las bases lógicas para comunicar de una forma inteligente a una compañía que realiza el trabajo de campo lo que se quiere y para poder revisar de manera adecuada el resultado de ese trabajo.

¿Cuál es la población sobre la que usted quiere saber o generalizar algo? ¿Sobre todos los votantes, sólo sobre los votantes potenciales? ¿Acerca de los hombres o las mujeres? ¿Respecto de gente de edad avanzada o de los jóvenes?

Extraer una muestra de una población grande puede ser comparado con la elaboración de una sopa. Cuando uno mezcla una olla grande de sopa, un buen cocinero dirá que con tan sólo dos o tres cucharadas uno puede darse una idea razonable y confiable del sabor de toda la sopa. Obviamente esto asume que la sopa ha sido bien mezclada y que, por lo tanto, la sal no se amontonó en una sola esquina, o que las papas no están todas en el fondo de la olla, o que el ajo no está solamente en un lado de la olla. Cualquiera de estas posibilidades significaría que las cucharadas no estarían en la posibilidad de medir el contenido completo de la olla.

De nuevo, asumiendo una olla bien mezclada, más o menos el mismo número de cucharadas bien mezcladas nos daría una buena idea del sabor, sin tener en cuenta si fue hecha en una olla casera o en una olla de tamaño industrial de las que se usan en los restaurantes. El mismo número de cucharadas darían lo mismo si la sopa está bien mezclada. La cantidad de cucharadas deseadas variaría un poco, pero no se incrementaría tan rápido como el tamaño de la olla.

Empero, muy pocas poblaciones están "bien mezcladas": generalmente hay grupos (o una clase social) con actitudes que difieren significativamente del resto de las personas (así como sabemos que hay vegetales y condimentos diferentes) que no están repartidos al azar entre la población, sino que tienden a agruparse en ciertas regiones o vecindarios.

Hay que minimizar, lo más que se pueda, la posibilidad de que la muestra pueda ignorar o minimizar la representación de cualquiera de estos grupos o estratos en una muestra diseñada como puramente aleatoria. En efecto, mientras se intenta extraer una muestra que sea representativa de toda la población (o la olla de sopa), probablemente también se quiera "estratificar" la muestra y extraer pequeñas sub-muestras de cada uno de los grupos deseados (asegurándose así de que existen sub-muestras de papas, arroz y tomates).

Esto significa prestar atención a todos los tipos de razas y grupos lingüísticos, todas la regiones, pobres o ricas, urbanas o rurales, que hay que representar. Usualmente estos estratos tienen que ser construidos de manera que sus tamaños sean proporcionales al tamaño de estrato de la población real. De esta manera, si el componente rural de la población deseada es el 52%, el componente rural de la muestra debe ser el mismo.

Ahora bien, una vez que se decide estratificar en más de dos dimensiones, la selección de la composición de la muestra puede resultar complicada. Una muestra nacional en Sudáfrica, por ejemplo, puede dictar que se necesita un número determinado de personas de razas mixtas, personas rurales de Cabo Oeste y también un número determinado de africanos y personas blancas rurales, de la provincia. Esto también significa obtener un número de personas de áreas metropolitanas para cada grupo de esta provincia. Como esto se puede volver bastante difícil, puede ser que sea necesaria la colaboración de un demógrafo o un matemático para encontrar la solución.

Sin embargo, en algunas instancias puede ser mejor tener una muestra aleatoria estratificada desproporcionada. Esto sucede, en general, cuando un sub-grupo deseado representa una proporción muy pequeña de la población deseada. En Sudáfrica, por ejemplo, una muestra proporcionada consistiría en alrededor de un 9% de personas de raza mixta y alrededor de un 2% de personas de origen hindú. Pero si, por razones de costo, la muestra nacional es sólo de 2,000 personas, esto resultaría en menos de doscientas personas de raza mixta y alrededor de cuarenta hindús a encuestar.

De todas formas, no es posible basar ningún estimado estadístico confiable en una sub-muestra de cuarenta personas. Inclusive con doscientas personas, el margen de error sería tan grande que las proyecciones respecto a los votantes de raza mixta no ayudarían mucho a guiar un programa de educación dirigido a estas comunidades. Esto sería aún más complicado si se quisiera examinar las diferencias entre hombres y mujeres, urbanos y rurales o quiénes apoyan los partidos, dentro de las sub-muestras de personas de raza mixta y de ascendencia hindú. El número de personas que hubieran respondido dentro de estos sub-grupos resultaría demasiado pequeño para que fuera útil.

De esta manera, se puede considerar utilizar una “muestra sobre dimensionada” de pequeños grupos como estos. En ese caso, sabiendo que algunos de los pequeños grupos en que se está interesado sólo ameritan cuarenta entrevistados en una base de proporciones estrictas, se puede decidir entrevistar a cien personas para obtener una base más confiable de información. Una vez que todos los datos han sido seleccionados, esta muestra desproporcionada es corregida "dando un peso" menor a las cien entrevistas en razón de la tasa apropiada de forma que represente la proporción correcta de la muestra completa.

Sopesar las muestras también es útil cuando se trata de otros atributos demográficos importantes de los que ya existe información, pero que se conocerán hasta que los encuestados abran sus puertas. Es posible que se conozca, por ejemplo, el número de hombres y mujeres en una población deseada, y el número de personas de diferentes estratos educativos. Pero quizás no se pueda estratificar la muestra de acuerdo a estos rasgos a priori, porque el entrevistador no sabrá, hasta que alguien abra la puerta o conteste el teléfono, si es hombre o mujer o cuál es su grado de educación.

Una vez que la muestra esté hecha, se puede comparar con la población real según las líneas demográficas de las cuales tiene información, y después sopesar a las personas hacia arriba o hacia abajo en la dirección apropiada. Imaginemos, por ejemplo, que en la muestra se contactaran el doble de mujeres a las que verdaderamente existen en la totalidad de la población. En este caso, cada mujer en la muestra sería sopesada, al final, hacia abajo por la mitad, para llevar la proporción de mujeres de la muestra a su proporción adecuada.

La construcción de muestras es determinante para los costos de una encuesta dada. Las muestras que requieren una alta proporción de personas del medio rural que respondan, tenderán a ser más costosas debido a que los entrevistadores se tienen que trasladar a esas áreas.

Para lograr configurar muestras representativas en una encuesta de bases nacionales, usualmente se requiere de una considerable cantidad de infraestructura y personal. De esta manera, la mayoría de las organizaciones no gubernamentales, aun si pueden diseñar el proyecto y son capaces de analizar los resultados, necesitarán contratar una organización profesional para que conduzca las entrevistas.

Selección de participantes

Llegando al núcleo familiar

Una vez que se ha decidido, por ejemplo, el tamaño total de la muestra deseada y el número de entrevistas a ser conducidas en cada estrato, el siguiente paso es traducir esa muestra en entrevistas.

Hay por lo menos dos maneras muy diferentes de proceder en este punto. La clave de la distinción es decidir si se quiere una muestra de probabilidades aleatorias o una muestra por cuotas.

Muestra de probabilidad aleatoria

En la probabilidad aleatoria, cada persona de la población tiene la misma oportunidad de ser seleccionada al final de la muestra. Esto supone que se conoce el tamaño total de la población. Si el tamaño es "n", entonces la probabilidad de selección de las personas es = 1/n.

Si contamos con un listado de toda la gente que vive en una determinada demarcación, una muestra probabilística totalmente al azar simplemente significa que se irán extrayendo de esa lista todos los nombres necesarios hasta alcanzar la cifra deseada. Alternativamente, si se ha segmentado la muestra en varios subgrupos (por ejemplo, población urbana y rural), se seleccionará al azar un número X de nombres de la lista de población urbana y un número Y de nombres de la lista de poblaciones rurales. Una vez que se toma la muestra, va a ser simplemente necesario visitar estas personas, contactarlas por teléfono, o enviarles el cuestionario por correo.

Incluso en los casos en que se cuenta con listados completos de todas las personas que habitan en una comunidad, las entrevistas personales que utilizan muestras totalmente aleatorias tienden a ser extraordinariamente costosas. Se tienen que asumir los costos de realizar entrevistas en todos los sitios seleccionados al azar independientemente de qué tan distantes resulten entre sí. Consecuentemente, las estrategias de entrevista más personalizadas utilizan muestras al azar acotadas. Es decir, se minimizan los costos de transportación enviando a un grupo de entrevistadores a una locación seleccionada al azar para que conduzcan las entrevistas requeridas en ese punto.

Las muestras acotadas son ampliamente utilizadas porque reducen costos, pero también porque a menudo no se cuenta con listas completas de nombres. Muchos países, provincias o municipalidades no cuentan con ese tipo de listas o, si las tienen, no las compartirán con un investigador.

Por tanto, a pesar de que se pueda saber el tamaño de la población total y el número de personas que viven en las distintas regiones o subgrupos, puede no necesariamente existir un listado de nombres individuales. Las muestras acotadas alrededor de puntos muestrales, ayuda a los investigadores a llegar a domicilios individuales de forma tal que se mantiene el azar y una idéntica probabilidad de selección.

Esto implica la selección de un conjunto de las denominadas "unidades primarias de muestra" (UPMs). Las UPMs son las unidades más pequeñas de las que se eligen al azar los puntos de muestra finales. Las UPMs comprenden las unidades geográficas más pequeñas sobre las que existen datos poblacionales confiables (para la mayoría de las encuestas, esto significa la población de más de 18 años). En algunos países que cuentan con buenos datos censales, son llamadas "áreas numeradas".

Sin embargo, el procedimiento no se limita simplemente a extraer puntos muestrales finales de las UPMs, porque éstas casi siempre tienen diferentes magnitudes de población. Aún en los casos en que se pueden obtener áreas numeradas determinadas por el censo compuestas de un número determinado de domicilios cada una (por ejemplo, en Zimbabwe cada área numerada comprende 100 domicilios) el número de personas en cada domicilio va a ser diferente. Por tanto, se debe pesar cada UPM potencial por el número real de personas que viven en ella. Es decir, la probabilidad de seleccionar un punto muestral final de una UPM debe ser proporcional a su población efectiva.

Una vez que se ha medido cada UPM por el tamaño de su población, se puede proceder a seleccionar al azar los puntos muestrales finales. El número efectivo de puntos muestrales finales se determina por el número de entrevistas que se desee realizar en cada punto y el tamaño total de la muestra. La mayoría de las encuestas realizan entre cinco y siete entrevistas en cada punto. Consecuentemente, si se van a hacer cinco entrevistas en cada punto y el tamaño total de la muestra es de 2,500, se debe seleccionar al azar una lista de 500 puntos muestrales finales.

Ahora ya se sabe a dónde se quiere ir. Por ejemplo, la lista generada puede mostrar 350 suburbios, algunos de los más populosos serán seleccionados más de una vez, y 150 distritos rurales. Los investigadores de encuestas dispondrán de mapas de cada una de estas áreas y luego seleccionarán al azar un lugar en un suburbio. La tarea puede tornarse muy laboriosa, pues algunos investigadores podrían sobreponer una transparencia de los puntos numerados elegidos al azar, luego seleccionar un número al azar y entonces buscar en el mapa la calle en donde intersecan. Ese es el punto donde finalmente se enviará a los entrevistadores.

En muchos lugares no existen mapas confiables, o los mapas rurales pueden ser tan extensos que sólo muestran la ubicación de los poblados, pero no las calles que los conforman. En este caso, se tendría que fijar una regla como la de empezar en algún punto común, tal como una iglesia, escuela o edificio municipal.

Una vez que los entrevistadores saben a qué punto deben dirigirse, deben seguir una serie de reglas que les permitan seleccionar domicilios al azar. Por ejemplo, pueden dirigirse al punto de partida convenido, mirar al este o al oeste y luego avanzar diez casas y realizar entrevistas cada cinco. La regla debe ser elegida al azar, pero todos los entrevistadores deben seguir una misma. El punto clave es que el entrevistador no debe intervenir en la selección de los domicilios.

El último paso consiste en seleccionar a un entrevistado real. Una vez más, darles a todas las personas la misma probabilidad de ser seleccionadas exige que no sólo se hable con la gente que abre la puerta o conteste el teléfono. Si se está trabajando con una muestra escogida de un enorme registro de población, se necesita hablar con la persona específica cuyo nombre aparece en la lista.

Si no se cuenta con esa lista, una vez que está frente a la puerta o tiene a alguien al teléfono, se necesita "numerar" el domicilio o hacer una lista de la gente que vive en él (normalmente son ciudadanos mayores de 18 años). Luego, se necesita seleccionar un nombre al azar y entrevistar únicamente a esa persona. Una forma común de seleccionar a esa persona al azar es preguntar quién de los residentes en el domicilio cumplió años más recientemente. En áreas rurales, mucha gente puede irritarse al no tener la oportunidad de expresarse, especialmente si no se elige al jefe de la familia, sobre todo si es hombre, y pueden no entender el método del cumpleaños. Una forma visible de mostrar la lógica de la selección al azar es la de distribuir un juego de tarjetas de distintos colores entre todos los elegibles, volverlas a reunir y pedirle a alguno de los presentes que seleccione al azar una de las tarjetas: la persona a la que se distribuyó esa tarjeta es a la que se entrevista.

Sin embargo, no todas las puertas que se toquen ni todas las llamadas telefónicas que se atiendan se traducirán en una entrevista exitosamente realizada. Muchas personas no estarán en casa, otras sí lo estarán pero permanecerán inaccesibles tras rejas de seguridad y otras simplemente se rehusarán a contestar. Como se ha indicado, es muy importante hacer todo el esfuerzo posible para que las personas no se autoexcluyan de la muestra. Esto debido a que es probable que quienes no se encuentren en su domicilio, o se rehúsen a participar, sean diferentes de la muestra general en varios sentidos. Es altamente probable que las personas que generalmente se encuentren en casa, especialmente si las entrevistas se realizan entre semana, sean jóvenes, desempleados, amas de casa y ancianos. Los que se rehúsan a hablar con los entrevistadores tienden a estar más aislados, y se quiere que ese tipo de personas estén representadas en cualquier muestra. Esto es especialmente cierto si tal aislamiento se relaciona con un tópico de interés, como votar.

La "no respuesta" puede causar estragos en la representatividad de una muestra. En los Estados Unidos se ha duplicado desde los años cincuenta, pasando de entre 12 y 22% a entre 30 y 55% en el caso de entrevistas personales y de 25 a 35% para muestras telefónicas. En Sudáfrica, la "no respuesta" llegó a cerca del 100% en algunas comunidades de blancos conservadores en entrevistas realizadas entre 1993 y 1994.

Un truco utilizado con frecuencia es el de corregir la falta de respuestas "promediando" las respuestas obtenidas de acuerdo con las estadísticas censales conocidas. Así, si no fueron entrevistados suficientes varones de edad media, las respuestas de ese grupo pueden ser "promediadas al alza" en algunas fracciones. De esta forma se tiene que, por ejemplo, si sólo se realizaron la mitad de las entrevistas a este subgrupo de las que se requerían en la muestra, simplemente se multiplica cada caso por 1.5.

No obstante, esto resulta problemático porque se asume que aquellos que no fueron incluidos en la muestra o rehusaron participar son iguales a los que se entrevistaron en todo el espectro de actitudes registradas por la entrevista. Sin embargo, como se acaba de mencionar, el simple hecho de que una persona estuvo fuera del lugar (probablemente trabajado o de compras) o se rehusó a contestar, probablemente las hace diferentes de aquellos que sí estuvieron en casa o quisieron hablar con el entrevistador.

Hay algunas cosas que se pueden hacer para minimizar la incidencia de quienes se rehúsan a colaborar. Es necesario capacitar a los entrevistadores intensamente para que sean tan corteses como sea posible. El cuestionario debe incluir una parte introductoria que haga la encuesta lo más interesante posible para los potenciales entrevistados, así como para convencerlos de la importancia que se le concede a sus opiniones. Finalmente, los entrevistadores deben preguntar si han llegado en un momento oportuno y si no, ofrecer la posibilidad de concertar una cita cuando el entrevistado no esté ocupado y pueda invertir algún tiempo en responder las preguntas formuladas.

Se puede tratar de minimizar el efecto de la gente que no se encuentra en su hogar de distintas maneras. Antes que nada, se debe tratar de celebrar la mayor parte de las entrevistas por la noche o durante los fines de semana. Los días hábiles son difíciles porque los trabajadores suelen encontrarse fuera de su hogar, aunque las amas de casa pueden disponer de más tiempo para hablar. El peor momento parece ser el de la cena, cuando la gente se encuentra ocupada en su preparación o consumo y les irrita sobre manera ser perturbadas.

En segundo lugar, se le debe dedicar gran atención a las denominadas "visitas posteriores". Si la persona incluida en la lista o la que fue seleccionada al azar por el método del cumpleaños o de las tarjetas de colores no se encuentra disponible, se debe preguntar cuándo es probable que regrese y volver entonces para conseguir la entrevista. La mayoría de las compañías encuestadoras exigen que los entrevistadores realicen al menos dos, cuando no tres "visitas posteriores" para contactar a la persona originalmente seleccionada. Algunas encuestas que proveen información sobre el mercado para los medios requieren hasta cuatro de esas visitas.

Sólo cuando el entrevistador ha efectuado el número requerido de visitas posteriores y no ha tenido suerte, se le debe permitir realizar una "sustitución". El sustituto no debe ser alguien que habite el mismo hogar. Es preferible que sigan alguna regla, como ir a la segunda o tercera casa de la izquierda o la derecha o marcar un número arriba o debajo en la lista telefónica.

La clave reside en hacer un esfuerzo extra para asegurarse de que quienes probablemente se encuentren fuera de su domicilio no pueden escabullirse fácilmente de la muestra y de que no sean fácilmente sustituidos con el tipo de personas que es más probable que se encuentren en su hogar.

La ventaja de una muestra probabilística al azar es que permite sacar provecho de las leyes de muestreo matemático que posibilitan generar resultados para la población en su conjunto basados en una muestra. Estas leyes nos indican que el promedio (media) de cualquier muestra tomada al azar tenderá a igualar la media de la población total de la que se extrajo. Más concretamente, para cualquier tamaño muestral determinado, esas leyes nos ofrecen fórmulas para calcular el margen de error exacto de cualquier muestra. Es decir, sabemos que para una muestra determinada, una estimación muestral se ubicará con cierto rango en la media real de la población en general el 95% de las veces. Esto es así porque si tomamos un gran número de muestras, las leyes de probabilidad nos indican que alrededor del 5% caerá fuera del margen normal de error. Sin embargo, 95% de las muestras su ubicarán dentro del rango o banda calculable de la media real de la población. Entre más grande la muestra más estrecha esa banda.

Cuotas

Un método alternativo es el de muestreo por cuota. En este caso, la muestra total se construye para representar a la población en su totalidad a lo largo de todas las líneas importantes de diferenciación. Por ejemplo, se decide que la muestra tendrá ciertos porcentajes de cada provincia y de cada ciudad, de hombres y de mujeres, de cada grupo lingüístico y de cada grupo racial. Sin embargo, la selección final de los entrevistados queda a juicio del entrevistador.

A cada entrevistador se le da una cuota que cubrir en su área; es decir, una lista con el número de personas que deben identificar y entrevistar y que correspondan a las distintas categorías demográficas. Así, se le puede pedir a un entrevistador que encuentre a cinco hombres y seis mujeres africanos que vivan en áreas urbanas, y a siete hombres y ocho mujeres africanos que vivan en áreas rurales.

Sin embargo, no se les indica a qué domicilios o calles ir, o algún procedimiento de selección al azar que deban seguir, simplemente deben encontrar a la gente que se ajuste a las categorías deseadas.

Debido a que los entrevistadores son liberados de la responsabilidad de todo el procedimiento al azar descrito anteriormente, son capaces de obtener el número deseado de entrevistados más fácilmente y con costos de transporte mucho más bajos. Esto hace que las muestras por cuota sean considerablemente más económicas que las muestras probabilísticas al azar.

No obstante, la mayor limitación deriva del hecho de que al sustraerle la probabilidad de inclusión equitativa y conocida, que caracteriza a la muestra probabilística, no se pueden utilizar las teorías matemáticas de la probabilidad para hacer inferencias de una muestra por cuotas a la población en su conjunto. Es posible calcular la frecuencia de respuestas de una muestra por cuotas, pero hablando estrictamente, no se puede determinar el grado en que esos resultados serán representativos de los valores verdaderos de la población en su conjunto.

Trabajo de campo

El trabajo de campo requiere la selección y el entrenamiento de los entrevistadores, al igual que su despliegue y su manejo.

Entrevistadores

Siempre que sea posible, es mejor usar solamente entrevistadores capacitados y con experiencia. En cualquier caso, la capacitación es extremadamente importante. El proceso de selección de los encuestados debe ser revisado cuidadosamente si no se cuenta con entrevistadores profesionales. Igualmente se debe revisar extensivamente el cuestionario, incluso cómo se espera que las preguntas sean leídas y que ciertas palabras sean enfatizadas. Hay que recalcar la importancia de no abordar a los encuestados inapropiadamente o dar una opinión explícita o implícitamente a través de la ropa, las expresiones faciales o el lenguaje corporal. Aún entrevistadores experimentados deberían ser capacitados extensivamente con cada nuevo cuestionario.

Puesto que contratar a estudiantes universitarios suele ser menos costoso, usualmente se les pide que conduzcan las entrevistas. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con esta opción. Los estudiantes que están interesados en encuestas sociopolíticas, generalmente están activos políticamente y por lo tanto están más propensos a comunicar sus propias preferencias a los encuestados de manera bastante explícita.

Como se mencionaba anteriormente, es necesario asegurarse de que los entrevistadores sean del mismo contexto cultural que los entrevistados, especialmente si la encuesta toca temas relacionados. De todas formas, en algunas ocasiones, puede ser mejor seguir otros procedimientos.

Trabajo de campo

El trabajo de campo debe ser realizado bajo estricta supervisión de los supervisores de campo. Las compañías más respetadas visitarán nuevamente, por lo menos, a un 10 o 15% de las casas de las familias entrevistadas, para confirmar que realmente fueron entrevistadas, y también para repasar algunas preguntas y verificar que las respuestas asentadas son las respuestas verdaderas.

Probablemente lo más importante no es hacer esto, sino que los entrevistadores sepan que será realizado y que su pago dependerá de los resultados satisfactorios que se obtengan de las visitas de confirmación. Los entrevistadores de campo no difieren de las demás personas de la sociedad. Desafortunadamente, muchas historias han sido contadas sobre investigadores desesperados que encuentran a sus trabajadores de campo sentados bajo un árbol, llenando cuestionarios con nombres, direcciones y respuestas ficticias. Las llamadas de rectificación pueden hacerse cuando gran parte de la población posee el servicio telefónico. Si no, la rectificación deberá realizarse personalmente y probablemente antes de que el grupo de entrevistadores abandone el área.

Los supervisores de campo también deben revisar todos los cuestionarios, antes que el equipo se aleje del área, para asegurar que todo fue llenado completa y correctamente, y si no, enviar el entrevistador de vuelta a la persona para obtener la información necesaria.

Recibiendo datos

Las respuestas obtenidas necesitan entonces ser traducidas a un formato legible en computadora. Hay algunos paquetes de software estadísticos que proporcionan funciones accesibles para la captura de datos, para después manipularlos e interpretarlos. El SPSS (Statistical Package for Social Sciences) o PECS (Paquete Estadístico para Ciencias Sociales) es uno de los programas más usados.

Las compañías de trabajo de campo comúnmente tabulan los datos y proporcionan un reporte técnico. Aún así, la organización que paga la encuesta debe obtener su propio juego de datos en disco para computadora, preferiblemente compatible con el formato SPSS. La organización también puede querer hacer su propio análisis, o si no tiene experiencia en el manejo estadístico, contratar a otro individuo o entidad para hacerlo. En cualquier caso, la organización debe conservar la posibilidad de monitorear y evaluar lo que le está siendo entregado. Igualmente importante, es el hecho que pueden hacerse una gran cantidad de manipulación de datos, de tabulaciones cruzadas o de correlaciones para obtener mayores y mejores interpretaciones de los datos, pero que una compañía de encuestas no siempre presenta en su reporte técnico.

Tiempo

Realizar el trabajo apropiadamente requiere de mucho tiempo para pasar de la conceptualización al análisis de los datos y al reporte escrito. Aún cuando es absolutamente imperativo entrar al campo rápidamente para captar las reacciones del público ante un evento que se desarrolla con rapidez, es difícil imaginar un trabajo bien hecho en menos de seis semanas.

Las entrevistas de muestras nacionales pueden tomarle a la compañía más experimentada varias semanas para completarlas. Proyectos más grandes, como el intento por evaluar algún modelo de participación de los votantes, por lo general demorará varios meses o hasta un año si se involucran aspectos académicos que pueden llegar a ser molestos.

Costos

El costo del proyecto incluirá los costos de administración, tabulación de datos y demás. La mayor porción de estos costos generalmente son para el trabajo de campo, que incluye la transportación, el alojamiento y la labor de los propios entrevistadores y de los supervisores de campo. La última parte se determina por el número de entrevistas que se van a realizar, el número de llamadas o visitas a hogares que sean requeridas para realizar el número total de entrevistas, el número de áreas difíciles de visitar a las que haya que ir, y la duración de cada entrevista. De esta manera, el tamaño de la muestra, la estratificación, la construcción de la entrevista y el uso, o no, de la probabilidad o de la muestra parcial es importante tanto metodológica como financieramente.

Dados los costos asociados con la conducción de una encuesta, es posible comprar uno o dos, o a veces hasta doce, espacios para realizar preguntas en investigaciones regulares de mercado que se estén llevando a cabo. |Las organizaciones de investigación de mercados tienden a conducir encuestas sobre bases regulares, así, si determinado número de clientes incluyen preguntas dentro de la encuesta, se comparten los costos. Los costos pueden ser calculados "por pregunta", algunas veces con un cargo inicial. Muchas organizaciones deciden añadir sus preguntas a encuestas que se están realizando. Esto es muy eficiente cuando tan sólo se quieren aplicar unas cuantas preguntas a una muestra representativa. Por ejemplo, verificar los niveles de interés en las próximas elecciones, o los niveles de registro. De igual manera, la realización permanente de encuestas en conjunto permite revisar estas problemáticas sobre una base más regular y monitorear las tendencias de cuando en cuando.

Algunas preguntas tales como “¿por qué las personas no están interesadas?” o “¿por qué no se han registrado aún?” conducen a muchas otras preguntas. A mayor número de preguntas, más elevados serán los costos. Además de lo anterior, puede ser mejor enfocar la atención de los encuestados en problemáticas de votación, elecciones y democracia con el fin de recibir respuestas más pensadas y consideradas. En una encuesta realizada en conjunto, puede que no se pueda controlar si los encuestados responden a una pregunta sobre la competitividad de las elecciones inmediatamente después que se le ha preguntado sobre su consumo mensual de aceite para motor. Finalmente, dados los costos y el interés del cliente, es posible que encuestas permanentes de investigación de mercados, no sean hechas en áreas rurales distantes o muy pobres.

Uso de datos disponibles

Aquellos educadores encargados de establecer las necesidades educativas, tratarán de identificar los distritos electorales y la infraestructura del país, lo cual en primera instancia, puede parecer como una tarea que debe ser asumida empezando de cero. Posiblemente lo tengan que hacer, aunque investigar fuentes de datos existentes trae ciertos beneficios:

  • menor tiempo para conducir la investigación
  • menos costos
  • carencias ya identificadas que permiten un mayor enfoque
  • los vacíos con respecto a los datos generales ya han sido identificados y de esta forma se puede prestar mayor atención al desarrollo general del propósito

Hay muy pocos lugares donde no se tiene dato alguno. Y hay muy pocos lugares donde no existe una sola fuente de información.

Las organizaciones internacionales deberían trabajar de cerca con las personas nativas del área. Muchas veces no están al tanto del conocimiento existente, particularmente si se trata de tradiciones orales, y siempre son las primeros en asumir que algo nuevo e impactante debe hacerse al respecto. Pero aquellos que trabajan con programas de educación electoral deben entender que su trabajo debe desarrollarse dentro del gran marco de la democratización. Los que gobiernan, así como la sociedad civil, necesitan buena información. Y las elecciones deben estimular el que se reúna y se haga pública esta información.

Papel, personas o bytes

La información que está disponible en bases de datos tiene la ventaja que puede ser fácilmente manipulada, revisada y movida de un lugar a otro. Cuando ha sido cuidadosamente recolectada, y el software y el hardware son los apropiados, la base de datos puede ser extraordinaria. Aún cuando también puede ser frustrante, especialmente en los países en vías de desarrollo. La información puede estar almacenada en formatos incompatibles, o puede estar desactualizada, incompleta y muchas veces inaccesible. Las computadoras pueden ser una maldición al igual que pueden ser un gran apoyo para una democracia abierta.

La información en papel, por el contrario, no sufre problemas de incompatibilidad. Si los documentos y las publicaciones están disponibles, los problemas radican en la facilidad para manejar la información, la forma en que ha sido preservada y los costos de su revisión.

Las personas sólo ven hasta donde llega su horizonte

Los encargados de buscar datos deberán tener presentes cuestiones de confiabilidad, disponibilidad y costos.  En algunos entornos, por ejemplo, donde ha habido sistemas autoritarios, no hay cultura oficial de “libertad de información”. Los burócratas gubernamentales pueden no responder a pedidos de información. Podrían considerar esa información como privilegiada o incluso como un secreto de Estado. Existe también el peligro de que los datos recolectados por el gobierno sean manipulados por razones políticas. Eso quiere decir que, aunque la información llegue a ser públicamente disponible, puede no ser útil para los educadores.

Pero aún datos correctos pueden presentar a los educadores, una variedad de cuestiones de utilidad. Esto es porque hay un mar de información que requiere una selección cuidadosa. Los educadores deberán establecer con precisión, qué información requieren y cómo la van a usar, incluso antes de empezar la búsqueda. Estas preguntas se repetirán constantemente, porque cuando alguna información resulta disponible, ésta conduce a más preguntas. Lo esencial es no perder nunca el enfoque inicial.

Buscar en los lugares obvios

Los registros electorales y datos relacionados proporcionan un primer punto de arranque, si fueron recolectados nacional o regionalmente. Pueden proporcionar información básica sobre el número de electores y su dispersión geográfica. Sin embargo, en países en desarrollo y en sociedades en transición, el registro de electores puede ser de mala calidad. En este tipo de situaciones, los educadores necesitan evaluar qué tan correcto y actual es el registro electoral para poder determinar su utilidad.

Para establecer estos listados, se debe disponer de información sobre los encargados de realizar el registro, los lugares donde se llevó a cabo, y quizás hasta de los lugares finalmente no se utilizaron. Entre estos lugares podemos encontrar muchos sitios públicos como bibliotecas, colegios, clínicas y oficinas del gobierno, al igual que estructuras temporales que tienen relación con los centros donde se reúne la gente en la comunidad tales como campos deportivos, mercados y demás.

Otra información básica estará disponible en formas que pueden ser tanto rudimentarias como altamente computarizadas. Los directorios telefónicos pueden ser útiles al igual que los directorios del gobierno, las listas de correo y de direcciones usadas para el cobro de los impuestos (si son documentos públicos), las listas de licencias de televisión y radio y las estadísticas de los oyentes.

Más allá de esta información geográfica básica y de direcciones, existirán anuarios y reportes del gobierno sobre una gran variedad de temas. En países pobres, estos reportes puede que hayan sido elaborados por agencias internacionales o compañías internacionales interesadas en planes y oportunidades de desarrollo.

Además de los reportes con un enfoque en el desarrollo, muchos países tienen oficinas de turismo y publicaciones turísticas que contienen información básica del país y que facilitan los viajes. Los horarios de autobuses y trenes, las listas de hoteles, así como las oficinas de contacto para encontrar información local, incrementan la cantidad de información sobre la infraestructura del país y de las formas básicas de gobierno.

Con la creciente popularidad del Internet, se han hecho posibles las búsquedas de información sobre países alrededor del mundo. Si bien no toda la información es conservada dentro del país, es sorprendente cuánta información tienen las instituciones académicas. Actualmente, el acceso a tales instituciones en el hemisferio occidental o norte es mayor a través de la red; sin embargo, estas instituciones cuentan con servidores de Internet que permiten un enlace permanente con las organizaciones y redes del hemisferio sur.

Más allá de estas fuentes de información, existen bibliotecas, departamentos del gobierno y unidades de investigación vinculados con los gobiernos locales, regionales y nacionales, así como con institutos estatutarios regionales y nacionales. Todos estos recolectan información, y la mayoría de ellos se la suministrarán a las personas que la pidan, quizás a un determinado costo. Las ONG internacionales y domésticas, tienen una enorme cantidad de experiencia personal e información cotejada sobre países y, por lo general, están dispuestas a proporcionarla de una manera más libre que los departamentos del gobierno.

Quizá los datos más útiles, y no siempre accesibles, son aquellos recolectados en sondeos políticos y de mercadeo. La razón por lo cual son útiles es porque tienen relación directa con las actitudes de los individuos o grupos y sus problemáticas con respecto a las elecciones. Si es posible desarrollar una relación con los recolectores de esta clase de información, podría pedírseles que re-analicen datos existentes para responder preguntas particulares que los educadores electorales puedan tener.

Todas las fuentes y las organizaciones listadas anteriormente recolectan información teniendo en cuenta no sólo propósitos electorales, sino por una gran variedad de otras razones, a lo largo de periodos considerables de tiempo. Por esto, la información recolectada es tan profunda y amplia que un funcionario que esté preparando una elección específica nunca lograría igualar.

De igual forma, surge un gran problema a la hora de reorganizar esta información para que sea útil para los educadores. Lo anterior puede resultar difícil y costoso. Además, las discrepancias en los datos, la información recolectada en diferentes periodos y con diferentes grados de confiabilidad, así como la información desigual sobre ciudades y personas, las actividades que generan fuentes de ingresos y los debates políticos desactualizados, pueden obstaculizar la labor del compilador.

En ocasiones reunir esta información es más difícil, toma más tiempo y es más costoso que salir y recolectarla de nuevo. Aunque esto es poco común en la esfera donde trabajan los educadores. Enfocarse en el desarrollo de la comprensión de la población de votantes, de la infraestructura disponible que apoye el programa educativo en el país, así como de las necesidades educativas que enfrentan los diferentes grupos y audiencias, asegurará que los datos disponibles sean más efectivos que lo anticipado.

Interlocutores e intermediarios

Mientras algunos educadores están preparando grupos de enfoque y encuestas, otros prefieren salir y hablar con las personas que están trabajando con las audiencias importantes o con el electorado. Esta actividad tiene la ventaja que es mucho más ágil, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias a la hora de establecer con quién se deben llevar a cabo las conversaciones. También tiene la ventaja que da a los educadores un rango de matices y contra corrientes políticas que son difíciles de alcanzar por medio de cualquier otra actividad. Otra ventaja más es que estas personas aportan enormes conocimientos locales sobre las condiciones educativas, el ambiente político y para la identificación de problemáticas educativas.

Esta consulta o conversación es conducida a nivel práctico, de educador a educador, o a nivel del educador y líder de la comunidad. De esa manera se garantiza la autoría del programa desde el inicio. No obstante existen desventajas en este acercamiento, particularmente si descansa sobre la exclusión de la recolección de datos adicionales. Sin embargo, para propósitos educativos, donde los conocimientos y la autoría locales son tan importantes, es una forma potente y relativamente rentable de llevar el programa a la práctica.

Se puede extender su efectividad con pocos costos adicionales, añadiendo dos técnicas relacionadas. La primera es la de conferencias consultivas, donde una variedad de personas se reúnen y discuten las necesidades educativas y las condiciones educativas dentro de un programa estructurado. El programa estructurado puede ser muy formal, con diferentes ponentes hablando de diferentes temas, o más informal y basado en el diálogo, con una breve introducción del tema a tratar seguida por discusiones en forma de mesa redonda.

La selección de los miembros para el grupo de enfoque especializado se realiza con base en competencias profesionales y conocimiento local.

Dos tipos diferentes de personas

Entrar en el campo y hablar con personas de manera aleatoria no es lo más adecuado. La selección de las personas debe ser cuidadosa. Entender el uso de los dos términos "interlocutor" e "intermediario" nos ayuda a comprender el tipo de selección que debemos hacer. Los términos también indican algunas de las dificultades y limitaciones que se pueden encontrar y que aluden al cuidado que se debe tomar. Los interlocutores hablan en lugar de los electorados o como sus representantes. Los intermediarios se localizan entre el educador y la audiencia, y actúan como un puente entre ambos.

Los educadores elaborarán una lista de personas para conversar con ellas sobre la base de una valoración efectiva de la educación comunitaria y de las organizaciones no gubernamentales que operan en la esfera de investigación. La esfera de investigación puede ser nacional, regional o local. Sumado a lo anterior, identificarán a los líderes de la comunidad basados en la legitimidad que éstos tengan dentro de la comunidad investigada.

Finalmente, pueden emplear de forma productiva las conversaciones con aquellos individuos que se mueven entre la comunidad y el mundo de los educadores, como los estudiantes, académicos y miembros de los cuerpos diplomáticos. El último grupo puede ser particularmente útil donde exista una brecha entre el grupo de educadores y la comunidad; como por ejemplo, cuando se planea un programa internacional o cuando el grupo de educadores tiene que trabajar en una parte del país que no conocen. Por esta razón, será esencial identificar a aquellas personas que pueden unirse al grupo de educadores, así sea como intérpretes y conductores y no como educadores.

Identificando a las personas

Una vez que se ha seleccionado una lista tentativa, puede ser evaluada en coordinación con las personas que ya han sido previamente identificadas. En otras palabras la elaboración de la lista de personas es un proceso repetitivo. Los educadores identifican en una primera ronda a personas, probablemente basándose en el consejo de una ONG confiable, o como una instrucción de la autoridad electoral. En este punto es cuando el grupo de gente ya seleccionada sugiere a otras personas que eventualmente se podrían contactar.

La segunda lista aumentará y considerará a personas nominadas de manera regular. La segunda ronda de conversaciones tendrá lugar y la lista crecerá nuevamente. En algún punto de este ejercicio, la lista será redundante. En otras palabras, se harán nuevas referencias sobre gente con la cual los educadores hayan hablado anteriormente.

Los educadores deberán tener el cuidado de llevar un buen registro de las conversaciones sostenidas y de los detalles acerca de los entrevistados.

Confidencialidad

Cuando las discusiones se emprenden en contextos conflictivos, y donde los involucrados discuten las necesidades de los miembros de sus electorados, debe hacerse patente que la información recolectada será manejada con confidencialidad. Especialmente cuando las conversaciones están siendo conducidas entre profesionales, habrá comentarios críticos y reflexivos sobre las organizaciones que operan en la comunidad y con el electorado mismo. Lo que estas conversaciones suponen es que los programas se están desarrollando para ayudar a los grupos de enfoque. Cualquier uso distinto de esa información puede tener un impacto sobre las relaciones que existen entre aquellos que están siendo entrevistados y las comunidades en las que estos operan.

Limitaciones

Las técnicas aquí propuestas se basan en una metodología usada en estudios de evaluaciones, y se describen como "triangulación". Este término es usado al establecer la posición de un lugar o una persona en el mapa. En otras palabras, la información obtenida establece una dirección particular. Conociendo el lugar desde donde es realizado el sondeo o se establece la dirección hacia un punto, permite dibujar una línea a través del mapa. Después un sondeo similar es realizado desde otra posición. Si esto se hace tres veces desde puntos diferentes, se forma un pequeño triángulo en el mapa. Ahí es donde se encontrará la persona o el lugar.

En el caso de las conversaciones y entrevistas que tienen lugar con una variedad de interlocutores e intermediarios acerca de la misma comunidad, el educador tomará nota tanto de la información que se está suministrando como de la fuente de información. En otras palabras, juzgarán la información según los intereses y la posición de la persona que está dando la información.

Si esto se hace con cuidado, y si la misma conversación es conducida con varias personas, los datos sobre la comunidad serán cada vez más confiables. Será entonces posible situar la comunidad en un mapa de datos, alguno de los cuales posiblemente serán confirmados y expandidos, mientras que otros generarán escepticismo y tendrán implicaciones negativas.

Como ya se mencionó, puede haber problemas. Empero, éstos se pueden superar si se utiliza esta técnica en particular complementada con los datos recolectados a través de encuestas, datos existentes y grupos de enfoque. También es posible probar los datos que han sido recogidos con un grupo de referencia.

Grupos de referencia

Los educadores pueden establecer un pequeño grupo de referencia de organizaciones e individuos confiables con los cuales revisar la información que se está obteniendo del trabajo de campo. Tales grupos se reúnen regularmente, aunque no tengan un interés directo en la dirección propuesta por el programa o el resultado esperado.

Confabulación y desconfianza

Hay momentos en los que los intereses de algunas personas y organizaciones giran en torno a que los educadores tengan un punto de vista particular con respecto a la comunidad. Puede creerse que el grupo de educadores tendrá acceso a dinero que vaya a ser utilizado en la comunidad o que el grupo de educadores debe desarrollar programas de una manera específica para que beneficie a la comunidad o hasta a un partido político en particular. Si el grupo de educadores está compuesto por gente de fuera, puede que no sepan que aquellos a los que están entrevistando se conocen mutuamente y están discutiendo las implicaciones del programa entre ellos.

Es posible que dicha confabulación no se lleve a cabo con el propósito de disminuir la confiabilidad de la información que se está proporcionando. Las personas están en interesadas en ser considerados intermediarios o en conservar su prestigio ante la comunidad. Pueden no estar dispuestos a admitir que no conocen sobre algún tema y podrían exagerar acerca de su nivel de influencia para impresionar al equipo de educadores.

Pensamiento en grupo

Pueden, igualmente, existir puntos de vista dominantes entre las personas seleccionadas que no se correspondan con la realidad actual. Durante las crisis y las transiciones, hay cambios substanciales en las condiciones de la realidad, y las organizaciones en particular muchas veces no pueden mantenerse al tanto de estos cambios.

O pueden existir organizaciones e ideas políticas dominantes que se sobreentiendan. Esto puede ser real. Un solo partido puede tener el apoyo de todos los miembros de una comunidad local. Y en tales posiciones de dominio, es usual que los disidentes sean suprimidos y se vuelvan invisibles. Claro está, esto aumenta la posibilidad de que la minoría que apoya a otros partidos haga reclamos que no pueden ser probados.

Porteros

Finalmente, hay quienes actúan como "porteros" en vez de guías. Controlan el acceso a la información de la comunidad. Algunos son admitidos en la comunidad; otros no lo son. Y las razones para esto pueden ser políticas, ideológicas o personales. Los grupos de educadores deberán desarrollar una diversidad interna para asegurar que no sean rechazados por ser todos los integrantes del mismo sexo, país o de un ambiente étnico o cultural particular.

Esto por sí mismo no va a prevenir que existan barreras. Pero el desarrollo de un acercamiento reiterado puede ayudar. En las sociedades tradicionales los educadores tienen que ser pacientes si quieren pasar por el filtro. Hay varias estrategias para lidiar con esto, pero quizás la más efectiva sea desarrollar relaciones de confianza con un intermediario que pueda presentar al educador a un líder tradicional.

Revisando la información

Los educadores que llegan a situaciones donde sospechan que la información puede estar matizada por algo de lo anterior, deberían buscar acercarse a individuos reflexivos que estén dispuestos a considerar todos los puntos políticos y que puedan demostrar la legitimidad de sus opiniones sustentándolas en evidencias. O, pueden escoger conducir entrevistas que incluyan a miembros de los grupos de enfoque directamente sobre la base de una muestra pequeña, sólo con propósitos de verificación, en lugar de llevar a cabo una encuesta completa.

Desarrollo de la estrategia educativa

Los educadores que han obtenido suficiente información acerca del contexto dentro del cual intentan operar, deben desarrollar un acercamiento general a sus programas. Este acercamiento, o estrategia, provee un marco contextual operativo dentro del cual se pueden establecer los objetivos educativos y determinar los paradigmas que operarán.

Aunque pueden existir características teóricas comunes, así el educador sea responsable por la Información al electorado, Educación electoral o Educación cívica, también hay diferencias entre ellas. Estas diferencias sutiles son discutidas en la sección Ideas básicas y definiciones de información electoral, educación electoral y educación cívica. Esta sección del área temática perfila aquellas materias que el educador tiene que abordar en una estrategia general.

Debido a que a la palabra "educación" se le han dado muchos significados y matices, parece más neutral el pensar en educación electoral principalmente como un problema de comunicación —un mensaje es creado y luego es comunicado a receptores dispuestos. Independientemente de la naturaleza problemática de este concepto, la educación electoral y la educación cívica son, efectivamente, empresas educativas. Ambas involucran personas, conocimiento, experiencia y poder y resultan en aprendizaje, comprensión, y cambios en el mundo y en el comportamiento personal.

Es fundamental, por lo tanto, que los educadores consideren la estrategia educativa que pretenden adoptar para todo el programa. Una estrategia clara les permite reunir los recursos necesarios de una forma efectiva a costos aceptables, al tiempo que pueden comunicarse con una amplia audiencia de alumnos, partes interesadas, socios, profesionales y productores individuales.

Esta sección examina, principalmente, estrategias de educación informal y de adultos. Aunque algunas de éstas tienen implicaciones para las aulas, se pueden adaptar mejor a los programas de educación nacional requeridos por los países involucrados en un proceso de crecimiento y mantenimiento de la democracia. El tema deja abierta la posibilidad de que todos los países pueden considerar esto un requisito necesario para la democracia.

Con el fin de proporcionar información para ayudar en el desarrollo de la estrategia educativa, en esta sección se considera la teoría de la educación, los medios de organización, las diferentes opciones metodológicas generales, y la cuestión de la relación entre el desarrollo de mensajes y las necesidades educativas y la elaboración de planes de estudios.

Teoría educativa

Las personas que planean los programas de educación electoral y cívica querrán conducir sus programas haciendo buen uso de la teoría y logrando los mejores resultados en la práctica de la educación general para niños y adultos.

Esta sección trata aspectos de la teoría educativa para aquellos que han recibido el portafolio de educación al votante y que carecen de experiencia previa en la educación a adultos.

Aunque es cierto que existen programas importantes para niños en los colegios y en entornos mucho más formales (ver La institucionalización de la educación cívica), la principal preocupación de esta área gira en torno al desarrollo de una práctica adecuada para los ciudadanos que estén en la edad adecuada para votar.

Existen ciertas evidencias que sugieren que la teoría sobre la educación para adultos es un acercamiento que resulta necesario a cualquier nivel, enfatizando la autonomía del educando, asumiendo que los adultos poseen experiencia sobre la vida, con un conocimiento propio, con facultades críticas que les permiten interpretar el mundo a su alrededor, y que deben ser tratados con respeto por parte del educador. Pero la subsiguiente discusión se centrará primordialmente en aquellos individuos a los que se puede acercar el educador y que deben ser abordados como adultos.

Aprendizaje de los adultos

Hay una rica tradición de educación a los adultos alrededor del mundo. La historia de este esfuerzo educativo difiere de un lugar a otro aunque inevitablemente refleja una variedad de ramificaciones.

Dentro de estas ramificaciones encontramos entrenamientos vocacionales o en el trabajo, a nivel técnico y directivo, de crecimiento y enriquecimiento personal, que promuevan la movilización social, en alfabetización e aritmética elemental, y de desarrollo de la carrera profesional. Partiendo este patrimonio educativo hay otras percepciones que deben ser tenidas en cuenta:

  • características de los adultos
  • cuándo y dónde se lleva a cabo la educación al adulto
  • quién se involucrará posiblemente
  • cómo aprenden los adultos
  • cuál es la mejor forma para enseñarles o, de acuerdo con otras personas, cuál es la mejor forma para ayudarles a aprender

Mientras que existen sugerencias que afirman que estas percepciones se aplican de forma general a la manera como aprenden los humanos, la preponderancia del colegio como lugar central y una metodología que apunta a la educación de niños exclusivamente, deja a los educadores de los adultos con la educación de postgrado e informal como principal área de estudio.

Características de los adultos

Los adultos, evidentemente, tienen ciertos atributos que son reconocidos casi de manera universal, y estos son de hecho utilizados para definir cuándo un ser humano se convierte en adulto sin tener en cuenta su edad cronológica. La mayoría de edad legal puede variar de una sociedad a otra. Existen, efectivamente, algunas sociedades que han extendido tanto la niñez como la adolescencia— y de esta forma han separado secciones más grandes de educación de postgrado del estudio de la educación para adultos.

Se supone que los adultos están conscientes de sus necesidades educativas, que son lo suficientemente maduros como para seleccionar si buscan o no medios para educarse y en qué forma, que están adecuadamente experimentados a través de la vida y el trabajo, lo cual les permite razonar y aplicar conocimientos particulares a su rango de experiencia, que son capaces de escoger cuándo y dónde estudiar y aprender, pudiendo medir los costos de dicho aprendizaje (costos, ya sea en términos de tiempo, dinero u oportunidades perdidas). Se asume que los adultos tienen tiempo limitado, y que tienen que balancear las demandas de la familia, el trabajo y la educación. Igualmente se puede asumir que éstos ya han adquirido un conocimiento propio y del mundo, suficiente para sobrevivir, aunque no puedan controlar su entorno a su gusto. En otras palabras, los adultos no son una tabula rasa, o un papel en blanco, sobre el cual otra persona pueda escribir.

¿Dónde se lleva a cabo la educación para adultos?

Los adultos escogen el lugar donde desean llevar a cabo las actividades educativas. Principalmente, prefieren lugares que se orienten hacia sus necesidades. Gran parte de la educación adulta tiene lugar en los sitios de trabajo o en la casa o en lugares donde los adultos tengan una asociación positiva. Dentro de éstos podemos incluir: salones comunales, iglesias u otros sitios de reunión y, por lo menos en algunos países, en instituciones de postgrado.

Algunos de estos lugares de reunión pueden estar preparados para brindar instrucción especializada, sin embargo los adultos normalmente prefieren utilizar lugares de reunión que se usen con otro propósito. Primordialmente, la educación para adultos se lleva acabo en pequeños grupos, a pesar de que existe una creciente tendencia que apunta hacia la realización de convenciones masivas en oportunidades educativas tanto comerciales como religiosas. Cuando los movimientos sociales se involucran en una actividad educativa también se puede trabajar con grupos de varias personas.

¿Cuándo se involucran los adultos en actividades educativas?

Cuando se programa la educación, como opuesto a lo informal, ésta probablemente sucederá fuera de las horas laborales. Como resultado, muchos programas son fijados para la tarde o para los fines de semana. Los adultos, por ende, deben decidir si atienden o no a dichos eventos y desarrollar otras actividades en su tiempo libre, a no ser que puedan organizar la educación durante sus horas de trabajo.

Cuando se usan las horas laborales, los adultos se pueden ver forzados a renunciar a sus sueldos con el fin de atender. Si no tendrían que trabajar horas extras para compensar el tiempo gastado en la educación. En estos casos, como en aquellas decisiones sobre el tiempo libre, existen costos significativos y, por ello, los adultos que sí asisten a las actividades educativas están altamente motivados y son altamente exigentes con los resultados.

Muchos adultos no tienen la oportunidad de educarse, o consideran que no tienen esta oportunidad. De esta forma, los programas educativos que facilitan la asistencia, o por lo menos aquellos que la hacen menos complicada, tienen mayores posibilidades de atraer un grupo más amplio de personas.

¿Quién se involucra en las actividades de educación para adultos?

Hay alguna evidencia que sugiere que los adultos siguen programas educacionales voluntariamente escogidos en determinados momentos de sus vidas. Además de esto, hay mayor probabilidad que los que tienen experiencias positivas de educación, especialmente durante la enseñanza primaria y secundaria, elijan un programa formal de educación.

En particular, los que se enfrentan opciones de carrera o personales, que tienen tiempo disponible, o que entienden que sus aspiraciones no se van a cumplir menos que obtengan educación adicional, participarán en programas formales. Personas que se desenvuelven en instituciones que tienen sus propios programas educativos ligados al desarrollo de personal, pueden ser dirigidos hacia esos programas, pero no todas las personas tienen este privilegio.

Debido a este interés propio, no se puede esperar que los adultos seleccionen un programa educativo por el mero hecho de que esté disponible. Debe haber una ventaja clara, pero esa ventaja no tiene por qué ser el de obtener un certificado académico más. Los que creen que la educación va a impactar positivamente en su vida o en la de sus más cercanos, ya sea mediante la satisfacción de una necesidad particular de solución de un problema específico, es probable que elijan participar. Debido a ciertas limitaciones, también pueden optar por participar en una actividad de aprendizaje que no requiera de asistir a clases, sino más bien leer, ver o escuchar.

Los adultos tratan de escoger la mejor manera de gastar sus limitados recursos de tiempo y dinero. Los programas educativos con mayor probabilidad de éxito son los que entretienen al mismo tiempo que educan, que llegan donde las personas se encuentran en vez de esperar que ellas vengan hacia él, y obviamente, los que están relacionados con su problemática cotidiana. Pero los educadores, no deben subestimar el compromiso que la mayoría de la gente tiene con la comunidad y su mejoramiento personal.

¿Cómo aprenden los adultos?

No es necesario que la gente asista a un programa educativo con el propósito de aprender. Mucha gente continuará aprendiendo de la propia experiencia —haciendo cosas por ellos mismos, observando a otras personas e imitando o improvisando lo que ellos hacen, al intentar hacer algo y, cuando esto no da resultado, "leyendo el manual" o siguiendo el conjunto de procedimientos descritos por aquellos que han realizado estas actividades con anterioridad.

Aquellos que aprenden mejor, contrario a los que repiten los mismos esquemas, son quienes reflexionan sobre lo que han hecho y la forma en como lo hicieron. El entendimiento que brindan estas reflexiones determina la forma en que se comportarán en el futuro, y esto a su tiempo lleva a la experiencia y al cambio.

Con el tiempo, los adultos son mejores en lo que hacen si son capaces de dar sentido y de reflexionar sobre su propia experiencia.

Esta reflexión disciplinada no siempre es fácil, particularmente si la experiencia es compleja o si viene acompañada con emociones que en parte ocultan lo que está sucediendo. Puede darse el caso que la gente no cuente con el suficiente conocimiento para dar sentido a lo que está sucediendo. Ciertas generaciones de gente observaron, y navegaron con, las estrellas sin cambiar su punto de vista con relación a que la tierra fuera el centro del universo.

Los educadores, por tanto, juegan un importante papel al proporcionar el conocimiento para ayudar a los adultos en la reflexión, enmarcando sus experiencias al escuchar cuidadosamente con el propósito de brindar puntos de vista calificados a su experiencia, y a través de la creación de oportunidades para los adultos a efecto de que "desempaquen" o diferencien experiencias a través de ejercicios y asignaciones seguros y restringidos, a través del estudio y la lectura guiada.

La charla

¿Si el aprendizaje del adulto se refiere a una reflexión disciplinada sobre la experiencia, y si los educadores tienen a su cargo las tareas para apoyar a los adultos a aprender más que enseñar, por qué la mayoría de las actividades educativas son tan parecidas? La mayoría consiste en charlas o presentaciones llevadas a cabo por alguien que presumiblemente cuenta con la experiencia y el conocimiento deseado por aquellos que lo escuchan.

Las charlas no necesariamente son una forma eficiente de transmitir el conocimiento. Tampoco son una forma efectiva para ayudar a la gente a aprender. Aunque continúan dominando los programas educativos. Los adultos no dependen necesariamente de otros para su aprendizaje. Incluso cuando hayan elegido asistir a la conferencia, es probable que lleguen con un catálogo de habilidades, conocimientos y capacidad de reflexión que usan para analizar y evaluar la información que se les ofrece. Cuando requieran conocimiento o información, una buena charla puede ofrecérselas en condiciones que le permitan al adulto extraer conclusiones acerca de la confiabilidad de la información —evaluando las reacciones de otros, formulando preguntas o vigilando y evaluando el comportamiento del ponente. Estas claves permiten que la charla o la plática resulten muy diferentes a mirar una película sobre la misma ponencia en privado, y dan un importante valor agregado a la experiencia del aprendizaje.

Con suficiente acceso a recursos, y el tiempo para experimentar, un adulto puede incluso descubrir que una charla produce un impacto sustancial sobre habilidades de comportamiento. Sin embargo, los educadores no querrán apoyarse en formas ineficientes de transmisión de la información si tienen la capacidad de extender la experiencia del aprendizaje al incluir ensayos, prácticas y reflexiones.

Estilos de aprendizaje

Parece que los adultos tienen diferentes estilos de aprendizaje. Algunos encuentran más fácil aprender en contextos comunitarios o de pequeños grupos, otros de actividades de aprendizaje individualizadas o más anónimas, algunos otros haciendo cosas y experimentando (con los consecuentes fracasos). Otros, requieren asesoría y pequeños avances.

Dado que la educación para adultos, especialmente en apoyo de la democracia, es voluntaria y multifacética, es probable que quienes encuentran apropiado un determinado enfoque seleccionen un programa ajustado a él. Cuando esto no ocurre, es probable que los adultos renuncien al programa. Los programas que incluyen algún elemento obligatorio necesitan adecuarse a los estilos de los participantes.

En un programa que pretenda llegar a un gran número de adultos, se requerirá incorporar una variedad que permita a las personas seleccionar las facetas que les posibiliten aprender de manera más efectiva.

Consideraciones ideológicas

La educación al votante es tan dependiente de consideraciones ideológicas subyacentes como cualquier otra forma de educación. Los educadores tendrán que manejar las diferencias entre los grupos interesados y el impacto de la ideología dominante en el programa que se esté desarrollando.

Manejar las diferencias

Es mejor si estas consideraciones ideológicas son entendidas y explicadas por los educadores. Pero existen limitaciones y muchas veces los distintos grupos interesados, aunque están de acuerdo en instrumentar un programa educativo, tienen intereses diferentes en lo que respecta al alcance que el programa debe tener.

Estas discrepancias no son necesariamente dañinas. El hecho de que haya educadores utilizando la oportunidad para estimular a las organizaciones a ser más democráticas, otros meramente queriendo que el proceso de votación y el día de las elecciones vayan sobre ruedas y otros tratando de generar confianza entre los votantes para que en un futuro puedan utilizarla para conducir y desarrollar otros programas educativos, no quiere decir que ellos no puedan cooperar, ni que los votantes vayan a estar desinformados.

Sin embargo, hay límites a las posibles divergencias entre educadores. Ciertamente, si las divergencias son muy grandes, esto conduciría a incrementar las discrepancias, y en algunos casos, degenerará en conflictos. Cuando se presenta este vacío ideológico entre los educadores y a su vez, entre quienes compiten y las autoridades electorales, es pertinente juzgar qué tanto es posible y qué no lo es.

En su forma más cruda, las distinciones ideológicas se dan entre la educación que socializa y la educación que genera poder. En la arena de la educación al votante, esta cruda distinción puede proveer algún entendimiento sobre las metas de la educación al votante y los potenciales puntos de conflicto.

Socialización y control sobre las comunidades

La educación electoral puede inculcar la aceptación de un sistema electoral en particular, motivar a las personas para que se registren y vayan a votar, capacitarlos para emitir su voto y aceptar el resultado de la elección. Los puede educar para ignorar o pasar por alto injusticias dentro del sistema social en donde las elecciones tengan lugar y puede alentar la aceptación pasiva a una forma de gobierno particular.

De igual forma, la educación cívica puede ser primordialmente un medio para socializar el que las personas acepten una cultura política y económica dominante. Esta cultura puede ser democrática, pero puede formularse una definición de educación cívica que prescriba completamente la investigación de los supuestos subyacentes de esta cultura.

Por otro lado, la educación puede alentar el cuestionamiento crítico del sistema político y económico. La educación electoral busca dar a los participantes una visión de la forma en que los resultados electorales confieren validez a un grupo de competidores en particular, así como las implicaciones que este consentimiento tiene sobre la forma como serán gobernados. Se pueden hacer preguntas sobre la naturaleza de las elecciones y el significado de los términos "libre y justo" con relación a un conjunto de circunstancias particulares. A los votantes se les pueden dar las capacidades necesarias para que escojan entre quienes compiten.

Entre la socialización y el control de las comunidades, los educadores pueden seleccionar programas donde resulte que los ciudadanos requieran de su presencia continua; o pueden seleccionar programas que hagan posible que las personas aprendan posteriormente por sí mismas y se independicen del educador.

De esta manera los educadores deberán examinar sus propios motivos y los del programa que están preparando. Deberán considerar no solamente los resultados de un programa específico, sino también las metodologías que pretenden utilizar para asegurar que éstas sean consistentes con sus valores.

Consideraciones culturales y sociales

Los educadores que están trabajando con adultos tendrán que avenirse a la cultura y las costumbres sociales de los individuos y los grupos de individuos con los cuales trabajan. En la mayoría de los casos, tendrán que ponerse de acuerdo no sólo con los individuos sino también con la sociedad de donde cada persona emerge y a la que regresan.

Puede ser verdad que la educación cambia las relaciones que las personas tienen con la sociedad. Cuando la educación apoya a las elecciones y la democracia, puede pretenderse que esas personas actúen y cambien esa sociedad. Ese potencial de la educación incrementa las probabilidades de que los educadores tengan que considerar y manejar el impacto cultural y social en el planeamiento y ejecución de su programa educativo. Estas consideraciones incluirán las determinaciones de cómo el educador va a manejar las costumbres y los significados pasados por alto en lo que concierne a ciertos grupos de personas y ciertas estructuras de creencias.

Ejemplos

Pueden existir tabúes particulares. Puede que las mujeres no hablen en presencia de hombres. Algunos hombres son líderes desde que nacieron y, por esto, asumen que tienen mayor conocimiento y sabiduría y deben hablar primero. Estas convenciones van a impactar la estructuración de los eventos educativos, la selección de los participantes y los sitios en donde los eventos se realicen.

Pueden también existir diferenciaciones entre géneros o de lenguaje entre clanes; o puntos de vista acerca de la modestia o sobre lo que se puede discutir públicamente. Así como pueden existir puntos de vista sobre los educadores, su papel y el comportamiento que de ellos se espera. En algunos grupos, mirar a la persona directamente a los ojos puede ser considerado de mala educación o puede estar asociado a consideraciones de status. Los educadores pueden mal interpretar estos comportamientos como falta de interés o engaño.

Estos son apenas unos cuantos ejemplos de la variedad de estilos de vida que la gente ha adoptado y sigue adoptando para tratar de ponerse a tono con la forma en que experimentan y perciben la vida. Algunas de estas elecciones o decisiones pueden parecer estáticas, de manera que a los extranjeros les parecen inapropiadas. Pero puede que tengan mayor significado para quienes las adoptan, y no pueden ni deben ser pasados por alto. Estos mismos extranjeros pueden estar respondiendo a señales que tienen mucho significado para ellos en sus entornos culturales, pero que no tienen nada que ver en las interacciones sociales que están tomando lugar dentro y fuera de los eventos educativos.

De manera que los educadores intentarán preparar sus planes con personas que comprendan el impacto de la intervención educativa. Estas personas pueden escoger pasar por alto las costumbres locales, pero probablemente lo harán con completo conocimiento de las consecuencias y hasta qué punto pueden hacerlo sin que por ello pierda efectividad el programa. Los programas educativos pueden desafiar o transigir estas costumbres, pero el balance será delicado. Inevitablemente, habrá aquellos que se beneficiarán de las relaciones de poder existentes en la sociedad y que pueden estar usando explicaciones culturales para mantener el poder.

En ninguna parte es esto más evidente que en las difíciles relaciones que existen en muchas sociedades entre el líder tradicional y las instituciones democráticas; y en el papel de la mujer y en los disturbios políticos que han enmarcado la concesión de su derecho al voto. Aún así, el educador electoral, o quien está encargado de apoyar las elecciones, tendrá que estar consciente de la necesidad de asegurar que la democracia se integre a la cultura del país que está estableciendo la democracia electoral, al mismo tiempo que entiende que puede estar causando un mar de cambios en ese mismo país o sociedad.

Credibilidad y legitimidad

Los educadores tienen que desarrollar estrategias para sobreponerse a cualquier escepticismo que los educandos puedan tener sobre el programa y sobre los individuos que lo están conduciendo.

El escepticismo es conveniente

En situaciones de conflicto, los educadores serán, invariablemente, cuestionados sobre quiénes son, de dónde vienen y cómo se puede confiar en su mensaje. En situaciones donde la hospitalidad es un valor importante, estas preguntas pueden no ser dichas o ser simplemente sugeridas, pero serán formuladas. Y si no es posible obtener una respuesta satisfactoria sobre si el programa educativo está bien concebido o no, el impacto será, sin excepción, menor. En algunas situaciones, puede inclusive existir una controversia que eche por tierra el programa e impida completarlo.

Estas preguntas son perfectamente legítimas. Los adultos esperan que se pueda participar libremente en el aprendizaje y ellos querrán poder elegir por sí mismos. Donde se establezca una relación directa entre el educador y el grupo de educandos, puede ser posible superar cualquier escepticismo con relativa facilidad. De todas formas, los programas de educación pública son, o inversiones sociales escogidas por las organizaciones o instituciones, o son llevadas a cabo en nombre de un cliente que represente o no los puntos de vista del grupo de educandos o de la audiencia. Quizás esto resulta más explícito cuando se observan las intervenciones educativas comisionadas por los empleadores para los empleados —especialmente aquellos que están sindicalizados— aunque una dinámica de naturaleza escéptica puede surgir en cualquier otra circunstancia.

Impulsando la confianza

La confianza se puede desarrollar por proximidad, asegurando que todos los eventos educativos incluyan una introducción apropiada de los educadores y las organizaciones de donde vienen. En algunos casos, esto es hecho de una mejor manera por los patrocinadores del evento. Los educadores tendrán que ofrecer oportunidades a los participantes, para que hagan preguntas sobre el programa, exploren sus expectativas y sepan hasta qué punto pueden alcanzarlas. Habiendo concluido un programa, se extenderá una invitación a los participantes para evaluar el éxito y hacer recomendaciones para su mejoramiento. Cuando los programas educativos no tienen contacto directo con los participantes, los educadores tendrán que buscar otras estrategias, con las que se aumente el contacto directo.

Apartidismo

Aquellos que están compitiendo por el poder político tienen todo el derecho a desarrollar programas educativos. Por ejemplo, el incremento en el número de programas al votante en los Estados Unidos parece responder, sobre todo, al interés de influir en los votantes (como un grupo de enfoque), y no precisamente por el interés de apoyar las elecciones y la democracia. Pero quienes pretenden proporcionar educación apartidista y permitir que las personas tomen sus propias decisiones sobre aquellos que compiten por el poder, y sobre la manera en que pretenden manejar las problemáticas sociales, políticas y económicas, tendrán que buscar mecanismos para diferenciarse de los programas partidarios. Para hacer esto, pueden recurrir a objetivos y códigos de conducta establecidos de forma apartidista. Pueden exigir un estándar determinado para su equipo de trabajo y hacerlo público.

Algunas veces el educador está siendo pagado para que entregue el programa no por quienes lo reciben sino por alguien más, tal como un empleador o un departamento del gobierno. Esta información debe estar disponible públicamente.

Es igualmente importante el uso de materiales y metodologías democráticas que apoyen los valores que están siendo promovidos como parte del contenido del programa educativo. Entre lo anterior se incluirán una variedad de voces, se impulsará al debate y un balance de poder entre educandos y educadores.

Credibilidad de la organización

Los educadores que representan a una organización, o se presume que lo hacen, querrán asegurar que la credibilidad de la organización no sea reprochada. Esto requiere que se adhieran a estándares de profesionalismo al trabajar con el público, al manejar las finanzas y al relacionarse con los empleados. Sumado a lo anterior, los educadores pondrán atención a la manera como manejan sus relaciones con otras organizaciones, proveedores y clientes. Las organizaciones tendrán que prestar atención a sus declaraciones públicas y, en particular, a los comentarios sobre los programas educativos. Finalmente, dada la importancia de las publicaciones que moldean las percepciones públicas, los educadores deberán asegurarse que éstas sean precisas, justas y bien producidas.

Legitimidad

Las elecciones dan legitimidad a los gobiernos. Los programas educativos deben asegurarse de obtener esa legitimidad por medio de una combinación de una escrupulosa negociación con los participantes sobre el establecimiento del programa y la coordinación continua acerca de la instrumentación del programa.

Este proceso empieza asegurándose de que el mandato ha sido confirmado y que cualquier contrato ha sido cuidadosamente considerado, pero desafortunadamente pueden presentarse controversias sobre si el programa educativo debe ser instrumentado por una organización particular o un grupo de organizaciones. Esto se puede aplicar inclusive a una autoridad electoral.

Educando a líderes y ciudadanos

Cuando una derrota electoral no resulta en la transmisión pacífica del poder, sino en disturbios o golpes de estado, o cuando un partido basa su campaña en tácticas de difamación o intimidación personal, el problema no radica en la comprensión de la democracia por parte de los ciudadanos, sino por parte de los líderes. La educación electoral y la cívica, por lo general, se dirigen a las personas ordinarias. Se parte de la premisa que son ellos quienes tienen que aprender a ser democráticos, a votar, a elegir líderes, a entender cómo funcionan los procesos políticos, la gobernabilidad y la responsabilidad cívica.

Mucho menos es lo que se dice sobre la comprensión que tienen, quienes ejercen el poder político, sobre los principios de la democracia y su nivel de adhesión a ellos. También es poco lo que se dice sobre lo que los líderes necesitan aprender una vez que son elegidos y lo que pueden dar por sentado, sin saber aún cómo representar a sus electorados, cómo gobernar y tomar decisiones democráticas, lo relativo a sus derechos constitucionales y sus responsabilidades.

Los líderes son una fuerza de alto impacto

Además de la importancia de la educación a los líderes en apoyo la democracia, está la ventaja adicional de que los líderes son un grupo de alto impacto. Cambiar su comportamiento, actitudes y nivel de conocimiento puede tener efectos profundos en sus seguidores y en los mensajes que éstos les comuniquen.

Se puede identificar una variedad de grupos de líderes y programas desarrollados durante las elecciones y entre las elecciones. En países donde el liderazgo está investido de rasgos míticos y es considerado hereditario, estos programas pueden ser particularmente importantes y también altamente politizados.

Los líderes comunales, así sea que hayan sido designados, elegidos, ordenados o nacido con la investidura, son un punto de partida obvio. Además de sus propias necesidades educativas, también proveen acceso a las comunidades que representan. Los líderes tradicionalistas tienen una relación de cercanía con sus comunidades que hace muy difícil realizar cualquier actividad educativa sin, por lo menos, obtener soporte tácito de parte de ellos.

En resumen, proveer formación en liderazgo para líderes políticos, tradicionales o de la comunidad, desarrollar relaciones de confianza, proporcionarles información útil para su electorado, y dándoles oportunidades para contribuciones, sólo puede aumentar su sentido de titularidad en los programas de educación electoral, por lo tanto aumentando su probabilidad de éxito.

Encontrar oportunidades educativas

Dentro de la vida política de un país, los oficiales elegidos a niveles locales, regionales o nacionales, tienen generalmente una rutina que hace extremadamente difícil que se eduquen o inicien programas educativos para sí mismos y sus colegas o camaradas. Aún así, hay una tendencia cada vez más programas de capacitación y orientación respaldados u organizados por partidos políticos y por las instituciones para las que son elegidos.

Áreas de capacitación

La capacitación al liderazgo partidista siempre tendrá un componente dual que puede ser difícil de separar para los educadores. No sólo tienen la necesidad de competir exitosamente en las elecciones y asegurar que tienen una ventaja comparativa sobre los demás partidos, sino que también requieren de lo que en los sistemas parlamentarios se denomina “oposición leal”, que significa que debe existir un incentivo para garantizar la legitimidad de los resultados electorales y de las instituciones, por lo que deben trabajar en conjunto para lograr ese fin.

Los programas de capacitación para los agentes o representantes partidistas, por ejemplo, han sido conducidos de manera exitosa más allá de los límites entre partidos. Los programas de información que aseguran que todos los funcionarios de los partidos entiendan las regulaciones electorales y los procesos de votación de la misma manera, así como que comprendan su obligación de acatar la ley y de sujetarse a las multas y penalizaciones, también han sido exitosos. Estas actividades hacen más que pasar información sobre elecciones, desarrollan colaboración y confianza entre competidores y establecen relaciones entre líderes, que son necesarias cuando surgen conflictos. Finalmente, estos programas aseguran que haya un gran grupo de líderes bien informados, capaces de comunicar información sobre las elecciones al mismo tiempo que están envueltos en la competencia por el poder.

Las autoridades electorales deben asegurarse de que la información que se provea abarque:

  • el código electoral o toda la legislación que rige la elección
  • reglamentos pertinentes de elecciones
  • códigos de conducta
  • papel, derechos y responsabilidades de los contendientes y sus representantes
  • los arreglos que se hacen para la votación, el escrutinio y la seguridad
  • procedimientos para la presentación y resolución de impugnaciones
  • papel de la autoridad electoral

También se puede alentar el desarrollo de educación democrática más general para líderes políticos que trate asuntos de cultura democrática, el papel de la oposición y los arreglos particulares de transferencia de poder que seguirán a las elecciones, especialmente una elección fundadora. Estos cursos pueden ser ofrecidos por agencias diferentes a la autoridad electoral, sin embargo, la autoridad puede iniciarlos y mantenerse involucrada.

Lenguaje

Hay muy pocos países en que se habla una sola lengua. Aún los países que tienen un lenguaje oficial para asuntos de gobierno, y para fines comerciales y educativos, pueden tener ciudadanos que conduzcan sus negocios personales en un lenguaje diferente al oficial. Puede deberse a que una comunidad grande esté establecida o porque la naturaleza multiétnica del Estado abarca varios lenguajes diferentes. Cualquiera que sea el caso, los educadores tienen que considerar hasta qué punto la educación se proporciona en la lengua madre en vez de (si este es el caso) el idioma oficial.

Los educadores deben comprender que los adultos en general aprenden mejor en el lenguaje con el que se sienten más a gusto. Cuando el aprendizaje involucra lecturas, leer textos en el lenguaje típicamente utilizado en otros trabajos (periódicos y libros) resulta más efectivo. De todas formas, puede haber limitaciones que deben ser superadas.

Restricciones legales

Las autoridades educativas oficiales pueden estar obligadas a ofrecer únicamente materiales y programas de educación en el idioma oficial. Una política de ese tipo puede establecerse con miras a alentar la unificación nacional en una sociedad diversa o por cualquier otra política igualmente razonable. Sin embargo, a menos que exista una política para la enseñanza a nivel nacional en ese idioma o amplios consensos acerca de ese enfoque, aquellos que no hablen la lengua dominante pueden encontrar que la educación cívica y electoral ofrecida en el idioma oficial no es efectiva y resulta excluyente, resultando ello igualmente contraproducente para el esfuerzo de construcción nacional. En otros países, sin embargo, la ley puede enumerar específicamente una serie de lenguas en las que debe darse la educación a los votantes.

Aún países que son relativamente homogéneos y que proporcionan el aprendizaje del idioma oficial a los inmigrantes y residentes temporales, acostumbran ofrecer información pública en distintos idiomas o textos paralelos. Una vez que se acuerda proveer material educativo en una variedad de lenguajes, y posiblemente hasta en un número de dialectos orales y escritos, aumentan las complicaciones para los educadores.

Terminología

Muchos de los términos usados en la educación electoral, así como en la educación cívica, son acuñados en los lenguajes internacionalmente dominantes. Pueden haberse vuelto de uso común en el lenguaje comercial y gubernamental dominante de un país, o que el lenguaje en sí sea uno internacional. De todas formas, puede ocurrir que otras lenguas no abarquen fácilmente conceptos democráticos. En algunos casos quizá sólo pueden ser traducidos de manera parcial y puede que en otros ni siquiera sea posible traducirlos. Una de las consecuencias más desafortunadas de esto, es la posibilidad de que la gente sienta que los conceptos no son de ellos o que les han sido impuestos.

Recae sobre los educadores la responsabilidad de asegurar que haya una asimilación de los conceptos. Esto se puede lograr mediante la traducción directa o indirecta a través del idioma y la metáfora, mediante el descubrimiento de palabras o frases en el idioma nativo que tengan significados similares, o mediante la invención de nuevas palabras o frases. En algunos casos, los educadores pueden tener que utilizar términos que aparecen en la ley. Para evitar crear mayor confusión, tal vez sea necesario que todas las organizaciones e instituciones dedicadas a la educación electoral, tanto internacionales como nacionales, usen las mismas palabras, frases y conceptos. Para facilitar este proceso, algunos educadores han tomado la iniciativa en la elaboración de glosarios como documentos únicos, que definen, traducen, y agrupan términos, y que pueden ofrecer sinónimos y siglas (véase, por ejemplo Paquete multiuso — Australia).

Más allá de la elaboración de la terminología para discutir el derecho al  voto y el proceso electoral, un reto inicial e ilustrativo que enfrenta cada educador en un entorno multilingüe es cómo elaborar un eslogan pegadizo. Muy a menudo un lema puede funcionar muy bien en un idioma, pero puede sonar mal o carecer de sentido en otros.

Publicaciones

La publicación de textos reviste un problema especial en las sociedades políglotas. Preparar publicaciones paralelas (bilingües o multilingües) aumenta costos y no siempre maneja de manera efectiva los dilemas terminológicos. En muchos casos, aquellos que leen el lenguaje técnico escogerán el lenguaje dominante. Hay muchos ejemplos de publicaciones bien redactadas que no se leen.

Las publicaciones en lenguajes paralelos son, por lo general, hechas primero en un idioma y luego traducidas a otros. Esto conlleva demoras, distinta calidad y secuencia en las diferentes lenguas, así como una recurrente sensibilidad de los educandos.

Ha habido intentos por superar estos problemas iniciando publicaciones separadas en diferentes lenguajes, o empezando por uno secundario y después traduciendo al dominante, o convocando a un grupo de escritores para que preparen textos paralelos de manera cooperativa. El acercamiento más exitoso parece ser la preparación de una sola publicación en diferentes lenguajes. Esto tiene la ventaja de demostrar la importancia de todos ellos.

Alternativas efectivas y rentables de publicación

Un enfoque alternativo consiste en seleccionar un idioma que sea comprendido por la mayoría y después preparar un texto básico en una versión simple de ese lenguaje junto con un glosario donde los términos clave estén traducidos a uno o más idiomas. Esta alternativa ayuda a que las personas comprendan una segunda o tercera lengua más fácilmente.

Capacitar a los educadores

Los educadores bien pueden manejar diferentes idiomas. Como resultado, y por la dificultad de conducir cursos técnicos o de desarrollar textos especiales en distintos lenguajes, puede ser posible encontrar una lingua franca. De todas formas, los mismos educadores tendrán que conducir los programas en su lengua nativa. Por esta razón, los programas de capacitación deben incluir ejercicios en donde se utilicen diferentes idiomas y los materiales para distribución deben ser traducidos durante el curso, o antes del mismo, para que puedan ser comunicados y entregados en el lenguaje apropiado.

Educación directa (cara a cara)

En algunas sociedades políglotas, puede ser posible encontrar al educador adecuado al grupo participante. Esta es sin duda la mejor forma, pero no siempre es posible. Puede que sea necesario introducir diversas estrategias para asegurar que las personas se puedan entender entre ellas.

Una forma, aunque quizás la más costosa, es proveer interpretación simultánea. Si no es posible contar con los intérpretes y equipos suficientes para suministrar a cada uno su propio receptor, se podría agrupar a las personas según al lenguaje y tener a alguien que los asista de cerca. También puede ser posible proveer traducción frase por frase. Además, se puede hacer una síntesis. Todo esto requiere que se disponga de traductores profesionales; y cuando se empleen cabinas y equipos de alta tecnología, puede que estos intérpretes necesiten capacitación adicional.

De todas formas, puede ser que los intérpretes capacitados no siempre entiendan los matices del lenguaje político, por lo que los intérpretes de la comunidad en cuestión puedan beneficiar al programa. Si el problema reside más es la facilidad con el lenguaje de instrucción que en la falta de conocimiento, puede ser posible dar instrucciones en un idioma y conducir los ejercicios en otro, teniendo a las personas agrupadas según su propio lenguaje. Las preguntas pueden ser formuladas en una lengua pero ser distribuidas en folletos impresos que las contengan en todos los lenguajes. La discusión puede tener lugar sobre una base multilingüe, donde las personas hablen en su propio idioma y después presenten una síntesis por sí mismos o con ayuda de otro participante que traduzca.

Cuando únicamente el educador es externo al grupo, puede ser preferible que esta persona tenga un intérprete que no sea uno de los participantes para que lo asista. Sorprendentemente, el no tener acceso a todo lo que las personas dicen puede hacer algunos procesos más fáciles para el educador, tal como las interacciones grupales y las preguntas que, dada la necesidad de traducción, pueden provocar un debate conceptual.

Principios de la educación pública

La educación pública nacional ha crecido, especialmente, alrededor de problemáticas de salud, pero también, en algunos países, alrededor de asuntos constitucionales, de desarrollo o de derechos humanos, por lo que hay suficientes ejemplos como para hacer propuestas tentativas sobre las mejores prácticas. Otros programas ahora incluyen la prevención del SIDA (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y campañas contra el tabaco, las drogas y la basura. Algunas campañas han adquirido proporciones mundiales, especialmente las de carácter ambiental. Pero también se pueden encontrar programas anti-minas terrestres y muchas otras iniciativas para la paz.

Los programas de educación pública son subproductos interesantes, en su forma actual, del incremento en la democratización y de la globalización de la información. Los gobiernos y las instituciones privadas tienen que depender de los programas educativos, en lugar de coaccionar o desinformar, para persuadir a los ciudadanos de cambiar su comportamiento. La rapidez de los cambios hace menos probable realizar esto de manera gradual a través de los sistemas escolarizados formales; pero el cambio mismo en el conocimiento y la información reduce la posibilidad de que las formas de socialización general sean las más adecuadas. Sin embargo, a pesar de la evidente necesidad en algunos contextos, la escasez de recursos financieros, de voluntad política y de experiencia práctica, pueden limitar el alcance y la calidad de los programas de información pública, si es que llegan a existir.

La serie de mejores prácticas que se presenta a continuación es limitada, de carácter tentativa, y abierta a evaluaciones y pruebas. Aún así, parece haber ciertos componentes y metodologías estandarizadas que son más efectivas que otras. Estas son:

  • establecer vínculos y construir organizaciones para asegurar un ambiente apropiado para el establecimiento y ejecución del programa
  • establecer mecanismos de pertenencia y retroalimentación
  • identificar, entender y usar organizaciones o instituciones para comunicarse con sus electorados, asegurando que:
    • el acceso a grupos de enfoque específicos sea a través de intermediarios que gocen de confianza
    • la comunicación está a cargo de aquellos que entienden y utilizan un lenguaje y medios apropiados, incluyendo acercamientos orales cuando sea necesario
    • el mensaje de educación pública sea distribuido rápidamente y a un amplio rango de grupos de enfoque
  • moldear los objetivos y los mensajes de aprendizaje en conjunción con individuos y organizaciones que sean representativas de los grupos de enfoque con fundamento en las necesidades reales y no simplemente en los imperativos programáticos
  • crear un contexto apropiado para que el ambiente legal, cultural y organizacional promueva el comportamiento propuesto por los objetivos de aprendizaje, en lugar de obstruirlos
  • proveer el apoyo educativo y organizacional necesario mediante la preparación de cualquier material necesario para una educación cara a cara o en pequeños grupos:
    • brindando capacitación a los capacitadores, orientación sobre los materiales y eventos de apoyo al usuario
    • suministrando grupos referenciales y apoyo a las campañas a escala regional y nacional
    • desarrollando apoyo en medios nacionales, especialmente a través de la publicidad en radio y materiales suplementarios adecuados para prensa y radiodifusión
    • construyendo asociaciones institucionales para asegurar la viabilidad financiera, administrativa y de la instrumentación, así como responsabilidad pública

Estos principios se desarrollan con mayor detalle a lo largo del tema de Educación electoral.

Organización

Puede parecer que los programas de educación formal conducidos en instituciones educativas, e integrados a un currículum estándar se desenvuelven sin mayor organización y administración adicional. Los programas informales, sean conducidos como actividades extracurriculares en instituciones o de manera regular en una serie de sedes, requieren de una cantidad considerable de organización para tener éxito. Por esto, los educadores de adultos requerirán de mucha experiencia en organización, toda vez que el desarrollo organizacional es una herramienta muy importante en su trabajo.

Aparte de la carga administrativa con la que los educadores deben lidiar, también tienen que establecer la organización necesaria para manejar un programa nacional o regional, y hasta para conducir un solo evento educativo. Si no se da la atención apropiada a estas cuestiones, los programas educativos pueden fallar sin importar la alta calidad de los diseños del material educativo.

Los educadores tienen que ser capaces de organizar los locales de reunión, al personal, el desarrollo de los programas educativos y todo el material del currículum, al igual que su acceso a los educandos. Estos requerimientos administrativos presentan sus propias exigencias (ver Administración y gerencia). Pero un programa nacional estratégico también debe confrontar problemas organizacionales más generales:

  • la forma en que se llevará a cabo la planeación del programa y en que el grupo de coordinación educativa dispondrá los recursos para alcanzar los objetivos del programa
  • el uso de las instituciones existentes, y la manera en que ese uso será negociado, acordado y financiado
  • el establecimiento de organizaciones específicas para cualquier programa particular, y especialmente para los periodos electorales

Planeación y coordinación

Un programa educativo complejo requiere una planeación considerable. Una vez que se ha desarrollado el plan, los distintos componentes que son necesarios para llegar al éxito deben ser dispuestos una y otra vez. La razón para examinar estos dos temas conjuntamente obedece a la estrecha relación entre la participación en la planeación y el deseo de contribuir ampliamente en un programa y el estar uno mismo dispuesto junto con los recursos que se tienen a lo que requiera la dirección del programa.

Es posible preparar un plan y posteriormente ejecutarlo, a través de una serie de comandos y contactos, cuando los encargados de la preparación están en capacidad de planear hasta el último detalle y de prever todas las eventualidades, cuando poseen tanto el poder como la influencia por su posición, conocimiento y dinero, y cuando es posible controlar la capacitación y la instrumentación de las actividades a escala macro y micro. Probablemente los ejércitos puedan hacer esto. La mayoría de los educadores no.

Por tanto, los educadores deben buscar la colaboración y la cooperación de otros a la hora de hacer que la información esté disponible, y al momento de hacer los ajustes al programa a la luz de las cambiantes circunstancias locales. Bajo apremios de tiempo, los elementos del programa usualmente tendrán que desarrollarse "sobre la marcha". Y cuando el programa se disemina sobre un frente amplio y no es posible sostener una comunicación regular, los educadores tienen que apoyarse en la calidad de su equipo y sus materiales, con el fin de asegurarse que el programa continúe.

Planeación

Puede considerarse que la planeación tiene dos componentes: el desarrollo de un plan estratégico o esquema lógico, y el establecimiento de programas, guías y otros detalles de trabajo. En programas nacionales de educación, con la importancia del compromiso y la participación general de diversos interesados y socios potenciales, lo primero requiere mayor atención que lo segundo. Ya sea que los educadores describan esa actividad en términos estratégicos, hablando de la visión o misión, objetivos estratégicos y evaluación de los recursos, oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades, o bien en términos de un esquema lógico de propósitos, objetivos, resultados, tareas, indicadores y supuestos (ver Preparación), es conveniente asegurarse que se incluye al mayor espectro posible de personas en las áreas relacionadas con las políticas. La planeación detallada puede entonces delegarse a especialistas, más que a un pequeño grupo de personas que considere las políticas y luego esperar que los socios educativos "llenen los huecos".

La disposición y el sentido de pertenencia requieren un entendimiento y un compromiso con el marco general. Es mejor lograr esto conviniendo talleres de planeación con varias personas, incluyendo representantes de todas las organizaciones que se esperan que contribuyan con el programa. Un taller de planeación debe ser precedido por consultas a las organizaciones socias con el fin de establecer un compromiso, para que cuando el grupo se reúna esté listo para actuar. El taller en sí debe ser facilitado por aquellos que poseen habilidades en diseño educativo, y debe ser lo suficientemente largo como para asegurarse que los asistentes concluyan en un acuerdo sobre la política general.

En otras palabras, deberá existir un acuerdo sobre:

  • el contexto dentro del cual se conducirá el programa,
  • el propósito general del programa (que debe estar acordado por escrito),
  • los objetivos claves (una vez más, esto debe quedar por escrito),
  • el papel de todas las personas presentes,
  • un compromiso con futuras tareas,
  • el plazo límite para la planeación, y
  • el paradigma general bajo el cual se pretende operar el programa.

En este punto, el equipo citado puede desarrollar un documento de planeación que perfile la política del programa y que permita a varias personas examinarlo detalladamente. El establecimiento de una serie de objetivos claves normalmente permitirá un planeamiento detallado que pueda ser delegado a diferentes individuos y organizaciones. Será necesario nombrar a un individuo u organización para que continúe coordinando las actividades de planeación, y esto crea la necesidad de establecer qué es lo que los socios entienden por coordinación.

Antes de pasar a la cuestión de la coordinación, cabe mencionar que este tipo de talleres no deben confundirse con conferencias, donde la información puede ser dada a los participantes, y donde su participación en el programa de educación electoral puede ser sondeada. Tales eventos pueden ser considerados educativos y pueden, incluso, identificar socios potenciales en el programa. Pero si el plan es presentado en la sesión de clausura como producto de esa conferencia, cuando de hecho ha sido desarrollado únicamente por un pequeño comité o por las organizaciones que han convocado la conferencia, entonces no se va a reducir la necesidad futura de más planificación o consulta. En última instancia, esos eventos tienen que ser seguidos de múltiples reuniones y comunicaciones, para garantizar el compromiso y superar malos entendidos y resistencia, que resultan mucho más caros de lo que se hubiera pensado cuando se tomó originalmente la decisión de reunir a sus participantes.

Coordinación

Los individuos y las organizaciones que operan bajo de un paradigma de interés público, donde exista un compromiso fuerte y justificable con la independencia y la autonomía, pero también con la participación e igualdad, tiende a ser sospechoso de la administración y el control. Puesto que es esencial que las organizaciones tengan sistemas de administración, ha habido una tendencia a encontrar fórmulas de palabras suaves para describir estos sistemas. Una de estas palabras es "coordinación". Hay muchas personas que asumen el papel de coordinadores cuando lo que en realidad quieren hacer es liderar y controlar. No obstante, la palabra tiene un componente de servicio, y es necesario, incluso bajo un acuerdo colegiado, establecer fórmulas bajo las cuales se puedan ajustar las actividades de los socios.

Por esta razón, a menudo suelen generar suspicacias los términos fácilmente dispuestos para inventar nuevas palabras y estructuras. Algunos de estos pueden ser "secretariados," "comités de dirección," "salas de máquinas," "grupo de operaciones," y "unidades de operación." La capacidad humana para inventar es enorme. Pero la capacidad humana para tomar o asumir el poder parece igualmente grande. Y este es el problema que necesita resolverse cuando se toman en consideración los esfuerzos de coordinación, más que las palabras mismas.

Para asegurarse que los coordinadores hacen justamente esto, más que apoderarse del programa, los socios deben reunirse regularmente, insistiendo en el mantenimiento de buenos registros escritos y minutas de las reuniones, un claro entendimiento de la responsabilidad de rendir cuentas, una política sobre quién actúa como vocero del programa, así como en la capacitación de todo el equipo de coordinación. Muchas veces la confusión surge de equipos mal preparados, incapaces de completar las tareas que el programa les asigna.

Ajuste de recursos

Una vez que se ha conducido la planeación en forma cooperativa y se ha establecido la coordinación del plan, faltaría que el equipo que dirige el programa considere la forma de disponer la variedad de recursos con que se cuenta para apoyar los objetivos del programa.

La mayoría de las veces, dicho ajuste requiere de empatar con regularidad la visión del programa y la apertura hacia la participación de una variedad de individuos y organizaciones, incluso si sus antecedentes históricos e ideológicos no son políticamente correctos. Los programas de educación nacional buscan asegurar que una gran cantidad de individuos y grupos acepten, y trabajen, por una meta común, expresando y defendiendo esa meta.

Si el programa tiene una existencia de largo plazo, el equipo puede evaluar regularmente los alcances y la posición del programa en relación con las metas. Y como resultado de esto, pueden realizarse cambios en aquello que se comunica a las personas con las que desean asociarse y que podrían contribuir al programa. Sin embargo, cualquiera que sea su posición frente al programa, deberán asegurarse de que existen oportunidades regulares para hablar con las organizaciones y para expresar su visión a través de la prensa, que exista un boletín o una página Web que constantemente invite a las personas a que contribuyan a las metas planteadas, y que hayan oportunidades de capacitación y desarrollo del personal en las que el programa pueda ser evaluar el programa y restablecer el compromiso para con el mismo.

Tales actividades sociales construyen un consenso y un sentido de pertenencia, siempre y cuando se conduzcan, no como reuniones de venta o reanimación, sino como foros para que las personas se escuchen entre sí y confirmen que comprenden y creen en el programa y sus metas. Sin embargo, puede existir el peligro que este esquema de cooperación lleve a una fe ciega. En ocasiones los programas se convierten en "vacas sagradas" en las que las relaciones entre socios son más importantes que los resultados del programa. Por esta razón, es igualmente esencial que exista de parte de los educadores, o del equipo que encabeza el programa, una evaluación independiente y honestidad.

Instituciones existentes

Los programas educativos que se han establecido partiendo de cero, y particularmente los programas de educación al votante en elecciones de transición, pueden llevar a la creación de nuevas organizaciones e instituciones porque puede no existir ninguna especializada en dichas formas de educación. Posiblemente haya ocasiones en que esto se haga necesario.

La proliferación de nuevas organizaciones para la educación cívica en Europa del Este y en Latinoamérica puede sugerir que esta es la dirección apropiada. La dificultad para establecer nuevas instituciones es usualmente subestimada, al igual que el tiempo necesario para asegurar que éstas son sostenibles y que pueden posicionarse en la dinámica política y social del país. Por tanto, los educadores deberán considerar si existen o no instituciones capaces de desempeñar las labores educativas que sean complementarias a las suyas, así como instituciones educativas que puedan asumir los intereses curriculares específicos del programa educativo.

Razones en pro de las organizaciones o instituciones existentes

Las instituciones existentes poseen infraestructura, reputación, contactos y clientela. Sus equipos conocen el contexto dentro del cual tienen que operar. Si se han dedicado a la planeación de educación electoral en el pasado, también van a tener el beneficio de una memoria institucional. Las autoridades electorales nacionales u otros órganos estatutarios pueden incluso tener un mandato legal y fondos estatales para llevar a cabo la educación electoral.

Dichas instituciones pueden ser débiles o estar limitadas en su programa o perspectivas. Pueden tener restricciones en los recursos, que posiblemente impiden la instrumentación de todos sus programas o la posibilidad de incrementar su equipo. Pueden igualmente tener restricciones legales, tanto sobre las áreas de operación como sobre el acceso a los recursos. No obstante, estas limitaciones pueden, usualmente, ser superadas a través de la capacitación, del uso de presiones internacionales para incrementar el acceso, o de la inversión en la organización. También puede haber oportunidad para construir alianzas estratégicas entre organizaciones para aprovechar al máximo los recursos, establecer una división del trabajo e incrementar el acceso a todos los niveles.

Buenas razones para la creación de nuevas organizaciones o instituciones

Puede haber situaciones, sin embargo, en las que no existen organizaciones apropiadas. Entre las razones apropiadas para decidir fundar una nueva institución está que la decisión sea tomada por un representante o grupo de participantes bien informados que incluya a aquellas instituciones que de otra forma podrían encabezar un programa. Otra buena razón es la inexistencia de instituciones disponibles dada la naturaleza del país y su historia política. O que sí existan instituciones pero que estén absolutamente comprometidas o sean muy ineficientes. Esta evaluación debe realizarse con mucho cuidado.

Razones que no justifican la creación de nuevas organizaciones o instituciones

Sin embargo, hay momentos en que aquellos que desean llevar a cabo un programa educativo pasan por alto a determinadas instituciones por razones equivocadas. En primer lugar, puede que simplemente no estén haciendo el análisis debido y no se hayan dado cuenta que hay instituciones que pueden reformarse, transformarse o informarse de tal forma que se vuelvan útiles. En algunas ocasiones se han fundado organizaciones sin importar la existencia de otras que tienen metas e infraestructuras apropiadas. También existen personas que deciden fundar instituciones porque no tienen la energía o la confianza para negociar con las instituciones existentes. O pueden existir determinados prejuicios que impiden una verdadera interacción con determinadas instituciones. Inclusive hay personas que forman nuevos programas de educación electoral porque desean adueñarse de éstos, y sienten que no podrían controlar las organizaciones existentes en el grado deseado. La decisión también puede ser motivada exclusivamente por el deseo de acceder a fondos del gobierno o privados en el país o a nivel internacional.

Ninguna de éstas es una razón lo suficientemente válida en situaciones donde hay recursos limitados, y donde un programa debe instrumentarse bajo la aceptación nacional general. Estas razones pueden terminar generando competencias por los recursos y, peor aún, por los participantes en el programa, dejando un legado de arreglos institucionales debilitados y complejos tanto en el sector público como en la sociedad civil.

Organización específica para la elección

Existen distintas situaciones en las cuales una elección es conducida en ausencia de organizaciones encargadas de las tareas de educación electoral. Como resultado, puede ser necesario establecer, ya sea dentro de la autoridad electoral, o paralela a ella, una organización que tenga el propósito específico de conducir programas educativos para la elección. Dicha organización puede tener un corto periodo de vida y, como muchas organizaciones electorales específicas, puede establecerse para una sola elección. Ciertamente, muchas autoridades electorales operan manteniendo una pequeña oficina central y expandiéndose sólo en la medida que se requiere. También existe la posibilidad de que la autoridad electoral sea un órgano temporal compuesto por personal transferido por cortos plazos desde otros organismos afines, que se disolverá una vez que los resultados de las elecciones se anuncien y que sean certificados los ganadores.

Al mismo tiempo, existen muchos programas educativos electorales, precisamente porque las autoridades electorales o las ONGs tienen el mandato, ya sea legal o derivado de la adopción de alguna declaración o misión específica, de desarrollar actividades de educación electoral y cívica entre elecciones. En aquellos lugares donde las elecciones se han institucionalizado, y donde las organizaciones de la sociedad civil se han convertido en instituciones mediadoras en la arena política, tal como lo hacen los partidos políticos, es posible conducir un programa de educación al votante de manera permanente. Sin embargo, habrá situaciones en que habrá que crear organizaciones para una sola campaña y el esfuerzo organizacional necesario para hacerlo no debe subestimarse.

Formas de organización

El tipo y la magnitud del esfuerzo variarán dependiendo de la forma organizacional que se adopte. Esta forma, inevitablemente, será escogida en parte por condiciones objetivas (el contexto, los recursos disponibles y el propósito del programa) y en parte por experiencias subjetivas (los antecedentes de los individuos involucrados, su experiencia organizacional, los consejos que puedan recibir, etc.).

En un mundo perfecto, la forma organizacional podría escogerse sólo de acuerdo a las condiciones objetivas, y sería diseñada específica y eficientemente para hacer frente a esas condiciones. Sin embargo, es mucho más factible que sea el resultado de la exposición de las personas a formas similares en otros países y a su propia historia de organización. Si fuera de otra manera, habría menos necesidad del manejo organizacional, así como de menos especialistas en organización, desarrollo o administración.

Es posible listar algunas de las formas como se han organizado las personas y sugerir algunas de las consecuencias de dichas formas de organización:

  • Compañías y organizaciones para la educación al votante
  • La facilidad con que puedan establecerse dependerá de la cultura política y legal de cada país. Se pueden instituir para obtener contratos de una autoridad electoral, o para llenar un vacío en el mercado en cuanto a eventos o materiales de capacitación. En algunos casos, puede que la ayuda económica internacional para la educación electoral estimule la creación de organizaciones que se presenten explícitamente como dedicadas al desarrollo de actividades para la educación electoral. Todas estas organizaciones tendrán, inevitablemente, que lidiar con las dificultades normales del establecimiento, desde la creación de juntas directivas, el registro, la convocatoria y el empleo de personal, y encontrar un local para sus oficinas, hasta el establecimiento de un nicho en el mercado. Si se forman de la noche a la mañana, puede que al principio existan tengan muchas más intenciones que capacidades. No obstante si tienen un buen respaldo financiero pueden ponerse al tanto rápidamente contratando expertos.

    La principal dificultad que enfrentan estas organizaciones es el estrecho rango de actividades que ellos mismos se plantean y la dificultad que tienen para mantenerlas entre las elecciones, y la subsistencia de su organización a la larga. Una elección que se realiza por primera vez puede proporcionar un mercado dispuesto y fondos abundantes. Pero en una segunda y tercera elección puede que la responsabilidad de la educación electoral se transfiera a la autoridad electoral, o que las necesidades educativas cambien o se reduzcan, aunque siempre habrá necesidad de alguna clase de información y educación electoral en distintos grados.

    La necesidad de poder entregar un programa nacional rápidamente hace que la expansión y disminución entre elecciones sea un reto mayor que requiera una organización con un núcleo profesional y un gran grupo de voluntarios. Un modelo alternativo puede ser el de una organización que tenga un propósito educativo más amplio capaz de sostenerla. Esto usualmente permite establecer una unidad especializada para educación electoral en tiempos de elecciones llegando incluso a transformarla en toda una empresa para la ocasión.

  • Organizaciones trabajando en conjunto
  • Es poco probable que una sola organización pueda manejar todas las tareas educativas que necesitan llevarse a cabo durante una campaña de educación electoral. Por su parte, las autoridades electorales querrán desarrollar la capacidad de la sociedad civil con el fin de incrementar el alcance de su programa y también para mejorar la atmósfera democrática general en la cual se organizan las elecciones.

    Dentro de la sociedad civil pueden haber organizaciones, grandes y pequeñas, determinadas a proporcionar educación electoral. Las organizaciones más grandes pueden organizar sus propios programas de educación, y probablemente tienen la capacidad de interactuar directamente con las autoridades electorales. A través de esta interacción, pueden asegurarse de que sus actividades complementan las del programa oficial. Sin embargo, pueden haber muchas organizaciones más pequeñas, que, por una razón u otra, necesitan trabajar juntas de una forma más organizada para maximizar sus recursos y cobertura. Hay una serie de razones para trabajar juntas. Se puede:

      • lograr economías de recursos,
      • superar los prejuicios de uno u más de los candidatos o de las autoridades estatutarias,
      • utilizar una variedad de habilidades necesarias de diferentes organizaciones.

    En cualquiera de estos casos, hay dos opciones organizacionales abiertas para quienes no quieren operar a través de una relación con una entidad única y de subcontratación.

  • Consorcios
  • La primera opción para el trabajo en conjunto es la más fuerte: el desarrollo de un consorcio de organizaciones, en el que un grupo exclusivo desarrolla protocolos organizacionales y una identidad común para efectos del programa.

    Estilo organizacional: normalmente los consorcios establecen principios internos organizacionales y herramientas de gestión que les permiten compartir recursos y manejar la administración interna y las relaciones exteriores, incluidos los contratistas. Se puede considerar que el consorcio tiene una vida útil más allá de un simple programa, o bien que el consorcio se ha establecido de acuerdo a un conjunto de objetivos del programa.

    Influencia exterior: en muchos casos, los consorcios se forman debido a influencias externas, tales como una solicitud de ofertas competitivas (anuncio de licitación) o el anuncio de un donante para un posible financiamiento. La perspectiva del financiamiento o del programa puede ser utilizado por autoridades electorales u organismos donantes para fomentar la creación de consorcios en situaciones en las que parece evidente que esta forma de organización es la más adecuada. Puede ser, por ejemplo, que en una región o área local, haya habido competencia entre organizaciones que esté dando lugar a confusión entre los electores. O puede haber una cantidad limitada de dinero disponible para un programa, y el donante quiere estimular el desarrollo de la sociedad civil.

    Desventajas: por lo general, tardan mucho tiempo en establecerse, y, cuando su creación es apresurada, es probable que tengan dilemas organizacionales que lleve tiempo y energía resolver. Puede haber conflicto entre los socios, a menos que los protocolos y acuerdos de trabajo sean cuidadosamente elaborados y que las organizaciones aporten habilidades diferentes al conjunto. Estos mismos conflictos pueden surgir si las organizaciones se adhieren al consorcio por un sentimiento de pánico o como forma de supervivencia, más que por un razonamiento estratégico de que el consorcio puede aumentar su eficacia. Esta desventaja en particular puede ser un problema en situaciones de transición donde hay un aumento notable de organizaciones de la sociedad civil seguido de competencia por recursos aparentemente limitados.

  • Coaliciones
  • Las coaliciones son la segunda opción y tienden a ser más grandes y más amorfas. En principio, tienen un conjunto claro de objetivos, pero estos pueden ser sociales en lugar de programáticos. Las organizaciones de la coalición tienden a retener una autonomía considerable y pueden considerar a la coalición sólo como una oportunidad para compartir conocimiento e información y para coordinar actividades separadas.

    Cuestiones organizacionales: debido a la naturaleza social de este tipo organizaciones, es probable que haya un protocolo firme sobre el manejo de declaraciones públicas y la negociación con organismos externos. Es también probable que haya un secretariado que convoque a reuniones periódicas de todos los miembros o de diversos subgrupos de los miembros. Por estas razones, es posible desarrollar una fuerte relación entre las autoridades electorales y estas coaliciones en lo que se refiere al intercambio de información, pero es mucho más difícil de desarrollar una colaboración detallada entre los programas. De hecho, es probable que esa colaboración detallada entre programas se haga entre organizaciones individuales o subconjuntos de la coalición.

    Ventajas: debido a sus objetivos sociales, las coaliciones pueden ofrecer actividades de la sociedad civil o independientes muy útiles en apoyo a la elección. Las autoridades electorales y los educadores electorales pueden explotar estas características. Las coaliciones pueden proporcionar una supervisión independiente, distribución de materiales y de mensajes a redes muy grandes de seguidores y miembros, reclutamiento de voluntarios para distintas tareas electorales, e identificación de competencias y recursos. Pueden también ofrecer una especie de caja de resonancia para el desarrollo de mensajes y programas, y pueden así proporcionar una alerta temprana de conflictos o quejas generalizadas de los electores.

Códigos de conducta

Los códigos de conducta son herramientas para promover la naturaleza apartidista de los programas de educación al votante cuando la realizan organizaciones diferentes a las autoridades electorales. Hay ocasiones en que esto es necesario y los códigos creados siguen invariablemente ciertos patrones.

¿Por qué son necesarios los códigos de conducta?

Por lo general, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones basadas en la comunidad se involucran en la promoción de la democracia. En países donde esto ha significado movilizar apoyo en contra del gobierno en turno, o incluso en situaciones donde ha habido una lucha civil, cada organización es etiquetada por su asociación con uno u otro partido.

Aquellas organizaciones que han intentado mantenerse por encima de la contienda, o de no tener ninguna filiación política, a menudo llegan a ser asociadas con alguna de las partes en conflicto. Incluso cuando estos conflictos han sido resueltos y son reemplazados por un proceso electoral, los partidos mantienen sus sospechas respecto a estas organizaciones de la sociedad civil. Se asume que tienen un interés partidista específico.

A medida que pasa el tiempo, la conducta y la reputación general de las organizaciones pueden llegar a superar esos prejuicios transitorios. Pero cuando las elecciones están cerca y existe la necesidad de la educación al votante, es muy difícil establecer una presencia apartidista. Sin embargo, es esencial poder hacer uso de las organizaciones de la sociedad civil para promover la educación del votante.

Ante la dificultad para establecer una red de educadores de la sociedad civil confiable y apartidista, algunas autoridades electorales evitan trabajar con ellos. Sin embargo, los códigos de conducta para las organizaciones educativas o para las coaliciones ofrecen una forma de resolver este dilema.

Códigos de conducta efectivos

Un código es más efectivo cuando es auto impuesto y luego es difundido ampliamente. De esta forma, los electores y los partidos políticos pueden juzgar el desempeño de la organización contra lo que propone. Algunas veces las autoridades electorales tienen que preparar un código de conducta y solicitar que las organizaciones de la sociedad civil se obliguen a su cumplimiento. Esto puede ocurrir cuando las organizaciones no pueden ponerse de acuerdo entre ellas, o cuando las autoridades electorales han logrado que los candidatos aprueben un código. Es muy raro que las organizaciones de la sociedad civil puedan negociar por sí mismas un papel apartidista después de haber estado involucradas en un conflicto, aunque puede lograrse si organizaciones que al parecer han estado en lados opuestos del conflicto son capaces de unirse.

Desafortunadamente, dentro de una lucha nacional por la democracia, la mayor parte de las organizaciones de la sociedad civil terminan del mismo lado. Esto resulta contraproducente una vez que ha empezado el periodo electoral, debido a que el régimen anterior, por lo general, mantiene un número importante de seguidores y participa en las elecciones. En los procesos de negociación, la autoridad electoral misma suele tener representantes tanto del viejo como del nuevo orden.

Contenido de un código de conducta

Por lo general, un código contiene cláusulas relacionadas con la conducta profesional de las organizaciones y su personal, con una actitud de apartidismo en la capacitación, la producción de materiales y el reclutamiento y asignación del personal. El código también puede listar los servicios ofrecidos por la organización para limitar su esfera de actividad en las elecciones.

Aplicación del código

Cuando el código es auto impuesto, la única forma en que se puede asegurar su cumplimiento es basándose en la sanción social. Cuando una autoridad electoral lo establece, es posible suprimir algunos privilegios relativos al acceso a la información, a las reuniones informativas de las autoridades electorales, a los recursos financieros y posiblemente otras medidas más restrictivas, especialmente en contra del material publicado. Es muy difícil actuar en contra del comportamiento a menos que esté bien documentado y se pueda probar cualquier actitud partidista.

Acceso a la información

Los consorcios y coaliciones que existen para la educación al votante tienen que contar con información para que sus programas sean efectivos, y es probable que aquellos que no la tengan tiendan a frustrarse y a experimentar conflictos permanentes.

Información esencial para los educadores de votantes

Quienes conducen programas de apoyo a una autoridad electoral necesitan información que sólo tiene la autoridad electoral. Y la necesitan a tiempo si quieren producir recursos educativos o informativos precisos y confiables. Igualmente necesitan información que provenga de otras autoridades estatuarias, de empresas comerciales y sin ánimo de lucro, además de la que puedan compartir entre sí.

Desafortunadamente, la información es un bien que puede conferir poder y beneficios económicos. Como resultado, la tarea de la educación al votante está llena de restricciones con respecto al acceso a la información. Los consorcios y coaliciones tienen que desarrollar formas para sobreponerse a estas restricciones.

Cláusulas sobre divulgación pública

En primer lugar, los consorcios y coaliciones pueden guardar la información que obtengan las unas de las otras para que esto no genere ventajas competitivas o no impacte en la capacidad de alguna de las organizaciones para obtener beneficios a futuro. Aquellos que conformen un equipo querrán incluir cláusulas que eviten que los socios revelen información que hayan obtenido el uno del otro o sobre el otro.

A pesar de que estas cláusulas puedan parecer de naturaleza reservada y motivadas por intereses particulares, ofrecen la confianza que los socios necesitan dentro de un ambiente competitivo. Actúan como protocolos para determinar la forma en que la información general con relación al programa va a ser compartida con el público.

Transparencia

En las relaciones personales, los requisitos que uno se auto impone son los que marcan el tono de la revelación pública de la información y los que generan la confianza de las contrapartes. Es probable que un nivel de transparencia similar entre las coaliciones o consorcios y el mundo externo, mejore las oportunidades de reciprocidad informativa. El deseo de hacer que la información esté disponible para los donantes, los visitantes internacionales y la prensa en una forma simple y confiable puede producir beneficios que recompensen todo el trabajo que ello implica y los riesgos que pueden surgir.

Autoridades electorales

Difundir la información:

La autoridad electoral tiene que considerar formas para divulgar masivamente la información. A medida que se aproximan las elecciones, aumenta la presión sobre el personal electoral y las decisiones que debe tomar. Es muy fácil ignorar las pequeñas decisiones que pueden tener un serio impacto en los programas de educación al votante, como los cambios en las regulaciones relacionadas con el papel de ciertos oficiales electorales, los juicios de las cortes electorales que tienen impacto sobre la conducta de los competidores y otras de ese tipo. Muchas de ellas se traducirán en pequeños cambios. Pero en una elección de transición puede haber muchos cambios importantes que no son comunicados, tales como la decisión de utilizar dos urnas en lugar de una sola o cambios en relación con el diseño de las papeletas. Dichos cambios pueden desacreditar severamente los programas de educación al votante preparados con anterioridad y que no pueden ser ajustados en el último momento; y pueden tener un impacto sobre el desempeño electoral de aquellos que han asistido a sesiones de educación electoral o de capacitación partidista. En algunos casos, los conflictos que se presentan en los sitios de votación han sido agudizados por imprecisiones derivadas de la retención de información.

Apertura a la información externa:

Aparte de la responsabilidad de distribuir la información, las autoridades electorales son más y más renuentes a información generada por otros que pudiera requerir cambios en, por ejemplo, la publicidad oficial o las decisiones respecto a la capacitación del personal electoral. Las razones para cerrarse a ello pueden ser buenas. Después de todo, las presiones sobre las autoridades electorales pueden incrementarse y ser guiadas por consideraciones políticas, o pueden provenir de gente con una visión muy limitada de las elecciones. Existirá la necesidad de establecer un mecanismo que pueda responder y revisar la información dada por programas de educación al votante y por programas de apoyo similares. Cuando tal información puede ser verificada, puede proveer sistemas relativamente económicos y muy extendidos para alertar sobre problemas potenciales.

Información general a nivel estatal y gubernamental

Quienes conducen iniciativas de educación al votante necesitan tener acceso a información sobre el país y los ciudadanos. Los problemas se reducen cuando esta información es pública. Pero hay países donde la información es restringida, por razones de política o infraestructurales. En algunos lugares, las estructuras estatales pueden resistirse activamente a que la información esté disponible para ciertas organizaciones.

De manera que las coaliciones y los consorcios tendrán que desarrollar relaciones a nivel individual o con instituciones estatales, utilizando la reputación apartidista y profesional de alguno de sus miembros, para obtener la información que de otra manera se les negaría.

En algunos casos, tales negociaciones únicamente pueden ser realizadas por las autoridades electorales. Este es un servicio que puede ser ofrecido por las autoridades que han entendido la importancia de asegurar la participación de un amplio rango de individuos e instituciones en iniciativas de educación al votante.

Apartidismo

Es esencial adoptar una postura apartidista, aunque muy difícil de llevar a cabo, durante un esfuerzo tan partidista como lo es una elección. Aquellos que eligen la ruta del apartidismo imponen ciertas restricciones a su comportamiento.

La importancia de la competencia

Una elección es una competencia por el poder. Existen muchas organizaciones que dan apoyo a los candidatos, de manera tanto activa como pasiva, a través de firmas de adhesión, donaciones y su participación en actividades de campaña. Esta es una parte normal de las campañas electorales. La participación de un gran número de personas estimula el interés en las elecciones e incrementa su visibilidad. Esto, a su vez, motiva a los votantes e incrementa la posibilidad de que cada uno de ellos reciba buena información sobre los candidatos.

De hecho, una contienda animada es un prerrequisito de las elecciones. No se le puede reemplazar con programas informativos o con una educación al votante neutral. Aquellos que apoyan las elecciones y la democracia, necesitan comprometerse aún más para asegurar una contienda justa, abierta y libre.

Como resultado de los asuntos escandalosos o confusos que entrañan ciertas elecciones, es posible que los candidatos quieran imponer ciertos límites sobre la información que reciben los votantes, y respecto a los sitios donde se distribuye esta información, para poder manejarla de acuerdo a su conveniencia. En situaciones donde los votantes se mantienen alejados de los candidatos como resultado de la inequidad de recursos o la segregación geográfica o de clases, dicha información puede resultar sesgada y no del todo precisa.

En situaciones donde hay acceso total a la información, es muy difícil que los candidatos puedan desarrollar un monopolio en la comunicación con los votantes. No obstante, el enfoque apartidista tiene un papel que jugar en la información y educación al votante. Ésta es claramente la posición de una autoridad electoral, que está interesada en el proceso electoral y no en sus resultados. También puede ser la posición de las organizaciones de la sociedad civil. Este apartidismo permite a las organizaciones servir a todos los votantes, sin importar sus preferencias políticas.

Consecuencias del comportamiento apartidista

El apartidismo durante una elección puede implicar la necesidad de mantener el silencio con relación a los temas políticos que dividen a los candidatos, ya que asumir una posición en estos casos puede favorecer a un candidato más que a otro. Empero, es improbable que esto esté acompañado por una total neutralidad con respecto a los temas públicos durante el periodo de elecciones. Las organizaciones apartidistas asumen, en efecto, posiciones con respecto a temas que pueden tener algún impacto sobre las elecciones, tales como la conducta de los partidos, pero lo harán sin temor ni beneficios.

El apartidismo puede resultar difícil

En algunos casos, las organizaciones se ven obligadas a tomar decisiones políticas. Por lo que algunas deciden supervisar las elecciones en vez de ofrecer educación al votante. Otras eligen educar e intentar estimular a aquellos que no tienen impedimentos para emitir juicios sobre la elección. Los distintos miembros de las coaliciones pueden, de hecho, adoptar estrategias distintas. En un consorcio, lo más probable es que haya concordancia entre los miembros. Aquellos que deciden asumir una posición apartidista, aseguran que ésta se mantendrá de la siguiente manera:

  • seleccionado y entrenando personal que no tenga un alto perfil político dentro de su comunidad, y que sea capaz de proyectar una posición apartidista sin importar cuáles sean sus inclinaciones políticas;
  • hablando en público sólo acerca de aquellos asuntos relacionados con el proceso electoral, y no sobre aquellos que puedan afectar la percepción de la gente acerca de los candidatos;
  • asegurándose que el material que se utilice no favorezca a uno de los candidatos, revisándolo con ellos siempre que sea posible;
  • comunicándose regularmente con los dirigentes de todos los partidos participantes acerca de los programas y buscando retroalimentación.

Estrategias adicionales

En algunos casos, los programas de educación al votante o de capacitación especial pueden crear cuerpos consultivos integrados con representantes de todos los partidos participantes. Tales cuerpos pueden asegurar que ninguno de los partidos vaya a ser favorecido, al igual que pueden ayudar a que los candidatos y el programa sean honestos. Otros programas pueden estar vinculados directamente a una autoridad electoral o ser reconocidos por la misma. Empero, finalmente, lo que asegura que las personas más importantes —los votantes— confíen en los mensajes ofrecidos por los programas de educación, es la integridad de la organización para mantenerse leal a los objetivos apartidistas e independientes en apoyo a la elección y su capacidad para articularlos con firmeza y frecuentemente.

Vínculos con autoridades electorales

Las autoridades electorales tienen una serie de motivaciones para establecer contacto y cultivar relaciones con las organizaciones activas en la educación electoral. Estas incluyen acceso a recursos que organizaciones de la sociedad civil pueden facilitar, ampliar el alcance de programas oficiales de educación electoral, y el fomento de una atmósfera democrática para la celebración de las elecciones.

Los educadores que conducen programas para la educación al votante fuera del ámbito de las autoridades electorales pueden hacerlo de diversas maneras, pero cualesquiera que sean deben establecer una relación con las autoridades electorales.

Modalidades de operación

En primer lugar, pueden operar con base en una obligación contractual con la autoridad electoral. En tal caso, la autoridad estaría pagándole a la organización por sus servicios. Segundo, pueden tener un arreglo con la autoridad electoral con la cual están registrados y son reconocidas, y en el cual manejan todo o una parte de un programa que ellos mismos financian. Finalmente, pueden estar conduciendo un programa independiente, con o sin reconocimiento de la autoridad electoral.

Cada uno de estos arreglos requiere algún tipo de relación regular con la autoridad electoral. A pesar de que existe la posibilidad de que los términos de esta relación sean fijados por la autoridad electoral, puede ser necesario que la organización haga algunas propuestas y ofrezca sus servicios para mantener la relación, debido a que la autoridad electoral ha elegido mantenerse al margen, precisamente por la falta de capacidad de administración del programa educativo.

Propósito de la vinculación

En primer lugar, la relación es necesaria para lograr el intercambio de aquella información que tendrá un impacto sobre el diseño e instrumentación del programa, al igual que en el progreso de la elección. Cuando el programa es absolutamente independiente, ésta es la única tarea del proceso de relación. Empero, es necesaria para permitir la aclaración de las funciones, la evaluación de la efectividad y el acceso a los funcionarios y a la información requerida para la culminación exitosa del programa acordado.

La relación es particularmente importante cuando hay una organización que tiene sus propios recursos, pero que está actuando en nombre, o a favor, de una autoridad electoral. Si bien es probable que las obligaciones contractuales enumeren explícitamente los términos de reporte de avances y de rendición de cuentas, la propiedad de productos, el uso de insignias oficiales y otros materiales, así como la repartición de costos y recursos, puede no enumerar las relaciones voluntarias que están en juego. Sin embargo, como siempre surgen preguntas sobre esto, debe existir un mecanismo regular para discutirlas.

Ausencia de mecanismos de vinculación

Ante la falta de un mecanismo de vinculación, se celebran reuniones únicamente cuando las cosas no marchan bien, y como todo el mundo lo sabe, las reuniones siempre serán tensas y formales. La información está mal distribuida, las organizaciones acaparan la retroalimentación con respecto a las elecciones, y las autoridades electorales cuentan con toda la información requerida para asegurar una educación al votante precisa.

Posibles mecanismos de vinculación

La regularidad y la continuidad son los dos prerrequisitos para establecer un mecanismo de vinculación. Estos se logran mejor cuando se identifica, en una etapa temprana, un pequeño grupo de personas dentro de la organización y dentro de la autoridad electoral que se encarguen del mantenimiento de la relación. Al identificar no a una persona sino a un grupo, es posible evitar algunas fallas presentes en el contacto y la comunicación personal. Una de estas fallas es la suspensión de la comunicación como consecuencia de una enfermedad o ausencia, del abandono de la organización o el conflicto interpersonal. Ha habido casos en que aquellos a cargo del proceso de vinculación han causado una impresión tan buena, ya sea en la autoridad electoral o en la organización, que terminan cambiando de bando por acuerdo mutuo. A pesar de que esto puede mejorar las relaciones con el paso del tiempo, generalmente provoca trastornos y dilaciones, puesto que nuevos representantes tienen que ser nombrados.

Una vez que hay un equipo de personas encargado de la relación, fijarán diferentes mecanismos para mantenerla, desde reuniones regulares, reportes, asistencia y reuniones entre los cuerpos directivos de las dos organizaciones, hasta conferencias ocasionales de planeación.

Dichas reuniones tendrán invariablemente dos agendas, y aquellos responsables de la relación que no pertenecen a la autoridad electoral querrán asegurarse que se mantengan las dos agendas —los asuntos de ambos organismos. Si alguno de los dos lados siente que las reuniones no tienen ningún propósito o ningún beneficio pueden desilusionarse y excusarse de asistir, alegando que tienen otros compromisos.

Debido a que es la organización ajena a la autoridad electoral la que necesita más información y contacto para poder hacer su trabajo de forma adecuada; además de ser la que tiene más interrogantes y la que tiene mayores exigencias y comentarios, la autoridad electoral tiende a ser la que toma las reuniones como un compromiso y limita su participación a un personal menos experimentado.

A pesar de que esto es comprensible desde su perspectiva, no es muy útil desde el punto de vista de aquellos que proveen el servicio. Consecuentemente, puede ser necesario convenir un criterio para definir el rango de las distintas reuniones —las regulares y procedimentales en contraposición con las menos regulares para la revisión de políticas.

También puede ser posible establecer otras formas de comunicación, tales como la divulgación de minutas, informes y resúmenes, así como listas de contactos para el tratamiento de asuntos específicos.

Lista de contactos

La lista de contactos es un elemento muy útil para las relaciones, especialmente si es precisa e incluye una breve información sobre las áreas de competencia de cada persona. Lo mejor es que la lista se prepare expresamente para este fin, y no que se trate de una lista general que simplemente está disponible o una lista en la que estén incluidos todos los comités. Cuando se provee una lista de contactos, ambos organismos deberán hacer del conocimiento de las personas que la conforman acerca de quién podría contactarlos y qué tipo de información se espera que den. Hay ejemplos de listas en las que se asume que aquellos que aparecen en ellas serán de alguna ayuda. Sin embargo, las organizaciones muchas veces encuentran que estas personas no saben sobre la relación y no tienen intención alguna de proporcionar información sin antes hablar con algún superior —lo cual es producto de la centralización de todas las consultas. Esto es precisamente lo que debe evitar una lista de contacto.

Las actividades de vinculación no deben ser demasiado complicadas. A menudo, todo lo que se requiere es un contacto "de pasillo". Sin embargo, es posible que una relación que se basa exclusivamente en dicho contacto propicie que cada organismo trabaje por su cuenta, cuando lo que realmente se necesita es que trabajen juntos. Calendarizar las reuniones puede evitar esto.

El día de las elecciones

Muchas veces la relación se acaba el día de las elecciones o unos días antes. Para ese entonces, la autoridad electoral está concentrada en las tareas inminentes y han finalizado los programas de educación al votante. Sin embargo, aquellos que trabajan en la educación al votante desarrollan una relación con el electorado que los mantiene más involucrados que nunca. Como consecuencia, tales organizaciones reciben muchas quejas, observaciones, peticiones de asistencia, etcétera. En algunos casos los votantes tienen problemas para diferenciar a la organización de la autoridad electoral, y dado que ponerse en contacto con la autoridad en el último momento resulta más complicado que con el educador, las organizaciones educativas son asumidas como las conductoras de las reacciones de los ciudadanos en las elecciones.

Algunas veces es muy poco lo que puede hacerse además de escuchar las quejas. En otras ocasiones, la información puede ser crucial. Consecuentemente, debe haber una forma para que ésta pueda ser entregada a la autoridad electoral vía telefónica, y para que la autoridad responda por esa misma vía. La mejor forma de lograr esto es colocando a un educador, que entienda el proceso y que no esté involucrado en otros temas operacionales, dentro del centro de control de las autoridades electorales, para que sea ella quien atienda las llamadas de las organizaciones educativas provenientes del exterior. En otras ocasiones, esta operación puede hacerse dándole a las organizaciones una lista de contactos que precise los responsables de los servicios que la autoridad electoral esté operando, tales como la seguridad, grupos con tareas logísticas, supervisores, etcétera.

Selección de la metodología

Como resultado del análisis de las necesidades educativas, los educadores harán uso de un amplio repertorio de métodos basados en su propia estimación sobre cómo alcanzar los objetivos establecidos. No obstante, hay tres metodologías o paradigmas preponderantes: publicidad, información pública y educación, y aprendizaje en grupo.

Métodos combinados

Los programas educativos amplios pueden hacer uso de los tres paradigmas. Esto puede llevar a dinámicas interesantes, pues quienes practican cada una de éstas aportan a las reuniones y al programa su lenguaje, sus premisas de planeación y sus enfoques educativos.

La educación como soporte de las elecciones y la democracia tiende a ser una iniciativa ecléctica, debido a la diversidad de audiencias y resultados educativos. Esta área temática también es ecléctica porque tiene en cuenta muchos países y contextos electorales. Pueden existir personas que creen que estos paradigmas son mutuamente excluyentes y hay quienes consideran que traen consigo resultados inesperados que puede socavar la educación electoral.

Cada vez es más difícil mantener un enfoque purista sobre la educación para los adultos tal como aquella para el votante. Ciertamente, en el terreno político, el arte de lo posible ha sido dominante. Sumado a esta aproximación pragmática, el paradigma de aprendizaje del grupo —que aparentemente se acerca más al ideal democrático de diálogo y debate— deja bastante qué desear en términos de escala. Como resultado, tiende a llevar el programa educativo a un esquema de escolar formal. Y esto genera sus propios problemas. Así que será mejor considerar el paradigma de propaganda, información pública y aprendizaje de grupo como recursos de los cuales una educador extrae los métodos y técnicas necesarias para alcanzar sus objetivos de la forma más efectiva.

Publicidad

La publicidad establece una marca de identidad, diferencia un producto de otros en el mercado, y alerta a los consumidores sobre la disponibilidad de un servicio o producto. Sus técnicas pueden utilizarse para transmitir un mensaje de manera muy efectiva.

Una de las técnicas utilizadas, particularmente en sociedades que valoran la educación y la superación personal, es invocar la metáfora del salón de clases para realzar el mensaje. Por esta razón, usualmente se escoge el paradigma de la publicidad para programas de educación e información electoral.

Las agencias de publicidad tienen una ventaja adicional en su aparente conocimiento de la audiencia, y en su habilidad para crear mensajes rápidamente de acuerdo con los estándares requeridos por los medios de impacto nacional.

La naturaleza básica de este paradigma es que inicia con un mensaje que debe comunicarse y que se ha construido en el centro del programa. En algunos casos, el mensaje se relaciona directamente con una investigación de las necesidades educativas del grupo de enfoque. En la mayoría, es una construcción basada en parte en el conocimiento de la audiencia y en parte en los objetivos del programa. Esta decisión estará basada en suposiciones de aquello que las personas necesitan con el fin de participar en una democracia o elección. Para otros detalles, ver Publicidad comercial.

Información y educación públicas

El segundo paradigma es la campaña nacional de multimedia basada en principios de información pública. Se apoya en técnicas de comunicación de masas, algunas de las cuales vienen del mismo medio publicitario. Pero también formula ciertas suposiciones sobre la importancia de las instituciones y organizaciones en el desarrollo de las actitudes y comportamientos de las personas.

Esta preocupación por el individuo en el grupo, más que por el individuo per se, caracteriza la práctica subyacente en un programa de educación pública. Es esta dependencia en la identidad corporativa, y la importancia de los factores ambientales, lo que determina qué tan apropiado es el paradigma de educación pública en sociedades en desarrollo y en sociedades donde los valores comunales siguen existiendo.

Aprendizaje en grupo

El tercer paradigma, y el que predomina en las instituciones formales, es aquel que pone el aprendizaje en grupo en el centro del programa. Ya sea dentro de un salón formal de clase, donde tanto los logros individuales como el desempeño y apoyo del grupo operan de manera ambigua, o dentro de un grupo de aprendizaje informal de la comunidad, quienes seleccionan métodos de aprendizaje en grupo tienen que considerar su potencia contra su efecto acumulativo relativamente lento.

Si bien las actividades educativas directas se desarrollan de acuerdo a la experiencia de la mayoría de las personas y se ha desarrollado un amplio rango de tecnologías educativas para grupos pequeños, sólo tiende a alcanzarse un impacto educativo significativo cuando existe una interacción regular entre un educador y un grupo. Establecer reuniones regulares para esas interacciones es costoso, excepto cuando existen instituciones educativas formales que ya están establecidas y la educación como soporte de la democracia y las elecciones puede integrarse dentro del currículum de esas instituciones formales.

Así, quienes trabajan dentro de este paradigma tienen que compensar, constantemente, la calidad de la experiencia educativa para grupos pequeños de principiantes con las demandas de educación universal. Como resultado, el aprendizaje en grupo se utiliza comúnmente para grupos especializados y para el desarrollo de capacidades especializadas, mientras que las técnicas publicitarias y de educación pública general se utilizan para la mayoría de las actividades.

Desarrollo del mensaje

Los educadores usarán diferentes palabras y frases para describir los mensajes centrales que deben comunicarse durante la educación electoral. Pueden examinar, por ejemplo, el "tema central" del programa o los "eslóganes" (slogan) de la campaña. Principalmente, éstos son parte de un conjunto de mensajes educativos que deben comunicarse y que debe absorber el electorado objetivo.

Estos mensajes pueden ser encapsulados como parte del conocimiento general que los ciudadanos deben tener con el fin de participar enteramente en una democracia, ya sea dentro de las elecciones o en otros eventos democráticos, o bien como parte de la dinámica de una sociedad pluralista, en la cual se les exige ayudar a la toma de decisiones y a la construcción de un futuro propio.

Como mensajes, pueden alertar a las personas sobre las deficiencias en las aptitudes que poseen y que deben superar. A través de esta concientización pueden proporcionar una indicación sobre la dirección correcta de un programa educativo que tenga en cuenta su comportamiento, actitudes y conocimiento. Sin embargo, los educadores que confían mucho en la creación de mensajes educativos, en detrimento de un conjunto de objetivos educativos, posiblemente pasarán por alto los componentes afectivos y de aptitudes de un programa educativo en favor de su componente cognitivo.

Puesto que los mensajes educativos son importantes para guiar el programa, y dado que están disponibles como descripciones explícitas y fácilmente entendibles de aquello que se pretende, es esencial tomar precauciones en lo que se refiere a su diseño y desarrollo para:

  • Asegurarse que existe una relación directa entre las necesidades educativas que se han descrito y el mensaje que se prepara. Si no se hace esto, es altamente probable que se desperdicie tiempo y energía construyendo programas que busquen satisfacer necesidades que no tienen ningún significado para la mayoría del grupo de enfoque, sin importar cuán importante resulte esto para el educador.
  • Construir estos mensajes de tal forma que tengan el apoyo de los grupos de interés.
  • Probarlos para asegurarse que en efecto respondan a las necesidades del programa educativo y de los ciudadanos a quienes se pretende servir.

De la declaración de las necesidades al mensaje mismo

Estas necesidades tienden a expresarse en términos de la brecha entre lo ideal y lo real. Como resultado, es probable que exista una gran variedad de ideas. En primer lugar, los educadores tendrán que separar aquellas que se relacionan con necesidades que no se pueden alcanzar con intervenciones educativas, o habrá que replantearlas de tal forma que estén sujetas a intervenciones educativas.

Una vez hecho esto, estarán en condiciones de agrupar y categorizar la lista de necesidades y, a través de un proceso de tamizado y selección, establecer la posibilidad de caracterizar las necesidades educativas dentro de una serie de requerimientos conceptuales. Esta serie de requerimientos conceptuales permitirá que el educador escriba un conjunto de afirmaciones relacionadas con los mensajes que el grupo de enfoque puede asimilar. Esta es una tarea que es más un arte que una ciencia; y es por esta razón que los educadores querrán considerar el desarrollo de mensajes en colaboración con otras personas experimentadas en esas materias.

El papel de los organismos formalmente competentes

Es probable que la autoridad electoral y otros organismos tengan una opinión sobre los mensajes que debe comunicar un programa educativo. Más allá del contenido de estos mensajes, también son susceptibles de estar preocupados por la precisión y la coherencia y el mutuo refuerzo de los mensajes, a fin de asegurar que los electores queden verdaderamente informados, y no mal informados y confundidos. Sus opiniones pueden llegar a encontrarse en los Términos de Referencia o el documento de Preguntas Más Frecuentes (FAQs), que se distribuyen a todas las organizaciones que se dedican a las actividades de educación electoral, ya sea de forma independiente o por medio de algún tipo de asociación estratégica, por ejemplo, entre la autoridad electoral y el sector de la sociedad civil. También es probable que estas opiniones estén reflejadas en las solicitudes de licitaciones, a través de las cuales los proveedores de servicios van a ser seleccionados y contratados.

Cuando se pretende desarrollar la educación cívica, los mensajes pueden estar ligados a "eslóganes" nacionales particulares, a asuntos sociales particulares o a la Constitución. Cuando se pretende educar electoralmente, los mensajes irán de la mano de las preocupaciones sociales, tales como la calidad secreta del voto, o a una premisa sobre la población electoral.

Tener una opinión inicial —que probablemente no cambiará a menos que los educadores sean capaces de integrar información en favor de los cambios— es tal vez tan importante como el hecho de que estas mismas autoridades estatutarias tengan una opinión sobre el grupo final de mensajes. Su percepción del programa, y de su posible éxito, estará determinada por el profesionalismo con el cual se construyan los mensajes y por la medida en que reflejen sus propias opiniones.

Como las autoridades reglamentarias probablemente tendrán que proporcionar recursos, especialmente dinero, y acceso a los ciudadanos, su creencia en el programa es fundamental. Hay circunstancias en sociedades no democráticas donde las autoridades estatutarias no se considerarán como una autoridad primaria y como soporte de un programa que promueva las elecciones y la democracia. Pueden incluso existir circunstancias en las cuales haya programas que rivalicen en el campo. En dichas circunstancias, los mensajes, obviamente, se desarrollarán alejados de estas autoridades, e incluso pueden desarrollarse como una antítesis de los mensajes del gobierno.

En otras circunstancias, es posible que las autoridades estatutarias tengan el mandato legal de llevar a cabo la educación al votante y que tengan que conducir la formación de alianzas estratégicas. Podrían, igualmente, tener que evaluar, aceptar y respaldar los mensajes del programa. Como apoyo a estos mensajes, también podrían tener que prestar atención a la coordinación con otros programas sociales para asegurar la congruencia entre éstos y la intervención educativa.

El papel de los grupos objetivo

Es imposible que cada educando entre en contacto con el equipo educador mientras se desarrolla este grupo de mensajes. Es esencial, empero, considerar formas para que los educadores entiendan el impacto que estos mensajes tienen sobre los educandos. Puesto que las afirmaciones del mensaje se usan regularmente como eslogan en publicidad, o como afirmaciones que buscan movilizar apoyo de potenciales participantes en el programa, y dado que ellos formarán la base para el desarrollo de los materiales, los educadores desearán discutirlos con agrupaciones del grupo objetivo. Tales grupos se pueden seleccionar al azar, de la misma manera como los grupos de enfoque, y los mensajes potenciales pueden ser discutidos con ellos. No obstante, también se puede contactar a organizaciones que probablemente provean grupos de aprendices durante el programa. Para conocer más sobre las necesidades educativas de los grupos objetivo vea Grupos objetivo, audiencias y electorados.

Estas organizaciones tendrán una relación con esos educandos que querrán proteger, y la discusión de los mensajes será entonces de máxima importancia. Ciertamente, es posible que quieran asegurarse que el programa maneja mensajes que aún no han sido considerados, o puede que quieran excluir ciertos mensajes. Así pues, los intereses comerciales que hayan decidido proporcionar educación democrática y electoral a sus empleados podrían estar interesados en las discusiones que vinculen las elecciones y la democracia con el lugar de trabajo o con la toma de decisiones en la industria, o podrían preferir que los mensajes hagan énfasis en las responsabilidades de los ciudadanos en lugar de sus derechos.

Posiblemente no se podrán alcanzar todas las expectativas de aquellos a través de quienes el programa llegará a los educandos. Pero en un programa nacional, es posible desarrollar un conjunto de mensajes que tengan una validez general, dejando los mensajes especializados a las organizaciones.

El papel de los grupos de educadores

Facilitar un acercamiento en el cual otros tengan algún tipo de responsabilidad sobre los mensajes no presupone una abdicación de parte de los educadores. Ciertamente, la asistencia técnica que dichos grupos o individuos proporcionarán es esencial. Ellos son quienes serán capaces de estudiar la relación entre los objetivos del programa, los mensajes y la "posibilidad de educar". Serán ellos quienes investigarán la relación entre las necesidades que hayan sido expresas y la creación de los mensajes.

En particular, tendrán que asumir la responsabilidad por estos mensajes una vez que se inicie el programa y, en este sentido, tendrán que estar en capacidad de explicárselos a otros y comunicarlos a aquellos que prestan servicios y materiales al programa.

Pruebas

Una vez desarrollado un conjunto de mensajes, será importante ponerlos a prueba. La prueba de mensajes está diseñada para establecer:

  • hasta qué punto son claros y no se prestan a confusiones,
  • hasta qué punto resultan efectivos,
  • hasta qué punto pueden ser entendidos por los aprendices y comunicados por los educadores.

Cuando los mensajes han sido desarrollados en un idioma, que es lo más probable en la mayoría de los casos, será esencial determinar si los conceptos descritos pueden traducirse. Esta traducción se requerirá si se deben producir materiales. Pero también sucederá espontáneamente cuando los educandos de diferentes lenguas nativas sean expuestos al mensaje. La prueba, necesariamente, determinará si esta traducción espontánea resulta similar o totalmente diferente al concepto que se quiere expresar.

Finalmente, la prueba asegurará que los mensajes se reduzcan a lo esencial, tanto en la simple comunicación del mensaje en sí (Ej. "Su voto cuenta"), como en la descripción estándar del mismo.

La prueba se puede realizar de diversas maneras. En primer lugar, las discusiones con las autoridades estatutarias, los educadores y los grupos de enfoque proporcionarán la primera ronda de prueba. Los grupos de enfoque proveerán otra. No obstante, los educadores querrán probar los mensajes a través de una serie limitada de eventos educativos piloto. Tales eventos tendrán que estar estrictamente controlados. En algunos casos, es imposible conducir eventos piloto en intervenciones educativas, porque es poco probable que el educador tenga la oportunidad de corregir cualquier error que pueda ocurrir.

La prueba a menudo se lleva a cabo al interior de un grupo que no es ingenuo (es decir, se les ha pedido que formen parte de la evaluación y están, por ende, conscientes de su participación) y, por esto, no son enteramente representativos del objetivo real. Aún así, se pueden identificar errores evidentes.

Documento sobre el mensaje

Una vez que los mensajes han sido aceptados y probados, es necesario desarrollar un documento que los confirme y ponerlo a disposición de todos los grupos interesados con un mismo formato y contenidos. Las variaciones en los borradores pueden generar un impacto en los grupos escépticos, y la reimpresión de un borrador en lugar del formato convenido puede resultar bastante problemático.

Estrategias para casos especiales

Como se hizo notar en Electores marginados y grupos con necesidades especiales, hay partes del electorado que tiene necesidades que requieren una consideración especial. Algunos grupos presentan retos logísticos importantes, requieren un tratamiento especializado y, en ocasiones, requieren precauciones adicionales de seguridad. Estas consideraciones son discutidas en gran detalle en:

Información adicional para trabajar con militares, fuerzas de policía, y prisioneros puede ser leída en Educación en instituciones restringidas. El trabajo en áreas expuestas a la violencia es discutida en Educación en áreas inseguras.

Fuerzas de seguridad

Es esencial que las fuerzas de seguridad de un país reciban educación electoral. Aún si están integradas por otros ciudadanos en uniforme, que están en condiciones de obtener buena información acerca de la elección durante sus tiempos libres, los miembros de las fuerzas de seguridad tienen una relación institucional con las elecciones que es preferible discutir y tener en cuenta.

Las sociedades en cambio

Lo anterior es particularmente importante en sociedades que han estado altamente militarizadas. En dichas sociedades bien puede haber programas en curso para la desmovilización de soldados, la desmilitarización de la policía, el establecimiento de autoridades civiles por encima de las fuerzas de seguridad, y el entrenamiento y re-entrenamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad. Pueden existir disposiciones legales que señalen que, el día de elecciones, los soldados permanezcan acuartelados, y se excluya a la policía de los sitios de votación, así como también para que se forme y despliegue un nuevo servicio policial para la protección del proceso electoral específicamente.

En esta situación tan variable y en ocasiones tan extremadamente confusa y delicada, el entender a las fuerzas de seguridad y su rol, y la forma como van a participar en las elecciones puede ser un factor determinante para garantizar su éxito. Al mismo tiempo, los educadores podrían enfrentar una serie de retos para brindar educación a las fuerzas de seguridad bajo esas circunstancias, siendo una de las más importantes el obtener acceso a las instalaciones militares para llevar a cabo los programas de información y educación.

Los métodos cara a cara son esenciales

Dado que esta situación es delicada, los métodos de educación cara a cara deben ser considerados como primordiales. Los costos de los talleres educación se pueden reducir debido a la concentración de gran cantidad de miembros de la comunidad de las fuerzas de seguridad. Estos talleres pueden ser conducidos por educadores independientes con la autorización de las autoridades electorales y, en consecuencia, con la autorización del Estado. Sin este permiso, es muy probable que el programa educativo falle debido a las sospechas y a la falta de acceso que se pueden propiciar. Por lo anterior, la tendencia natural de dichas instituciones a inculcar la aceptación de la autoridad sirve para fortalecer el mensaje.

Reuniones con los líderes

A pesar de que se pueden organizar talleres de trabajo y otras lecciones con los soldados y miembros de las fuerzas de seguridad, es la aceptación de los cuerpos de oficiales lo que determina si el programa se concreta o fracasa. Ellos tienen la capacidad de socavar el programa una vez se ha marchado el educador, de dificultar la asistencia del personal a los talleres y de intimidar a aquellos que asistan. Siempre que sea posible se deben, también, organizar sesiones informativas a quienes ejercen el liderato.

Sin embargo, esa parte del programa no debe ser presentada como de educación al votante. Por lo general, los oficiales creen que están al tanto de todo lo que está pasando y no aceptan que se les diga lo contrario. A cambio, los programas deben ser considerados como reuniones para informar al cuerpo oficial acerca del programa conducido para los otros rangos, así como para realizar una evaluación sociopolítica de las elecciones y acerca de la función que se espera que desempeñen las fuerzas de seguridad durante el periodo electoral. Además de que el cuerpo de oficiales necesita esta información, y que es muy poco probable que la reciba de sus superiores quienes tienen otras preocupaciones, este contexto también ofrece una oportunidad para que puedan formular preguntas acerca de la información básica para el votante, durante la reunión o inmediatamente después de que se culmine.

Cuando sea posible, un grupo de educadores puede visitar una base de las fuerzas de seguridad y conducir una reunión, seguida por un conjunto de talleres generales para utilizar el tiempo de la mejor manera, especialmente si el viaje a la base ha sido largo.

Capacitación de los capacitadores

Este es un escenario que parece ser poco propicio para capacitar a quienes conducirán el programa. Los capacitadores con que cuentan esas corporaciones tienen una relación de poder con los soldados regulares, o con el cuerpo policial, que les dificulta transmitir a los soldados, o a estos últimos recibir, información sobre la democracia y las elecciones.

Oportunidades de capacitación ordinaria en las democracias establecidas

Llegará el momento en que el programa de capacitación general de las fuerzas de seguridad tenga que incluir información sobre derechos humanos, relaciones cívico-militares, los soldados como ciudadanos, y la ley internacional sobre el combate y el comportamiento militar. Durante la posguerra se han introducido programas de ese tipo en varios ejércitos occidentales, existen materiales disponibles y son regularmente compartidos entre países.

Aún en estas sociedades, se puede preparar material especial para las fuerzas armadas. Las sociedades que proveen soldados para el mantenimiento de la paz donde puede darse la organización de elecciones, también necesitan programas especiales de educación cívica y electoral.

Educación de prisioneros

Esta sección se refiere a los casos en que los prisioneros retenidos en algunos países por haber quebrantado la ley pueden recuperar su libertad antes de las elecciones o incluso pueden conservar su derecho a votar según la ley electoral. Dentro de este grupo habrá muchos que no podrán recibir educación electoral debido a que las condiciones de su encarcelamiento pueden no autorizar contacto regular si el acceso está restringido.

La discusión sobre algunas de las complejidades de manejar tal educación se puede encontrar en Educación en instituciones restringidas.

Esta sección asume que esa educación es posible y sugiere formas para llevarla a cabo.

Métodos

Los elementos más obvios de un programa que pueden trascender los límites impuestos por las paredes de la prisión son la radio, asumiendo que los prisioneros tengan acceso a ésta, y las técnicas de educación a distancia, de nuevo asumiendo que los prisioneros tengan acceso al correo, la televisión o el Internet (dependiendo de la naturaleza del programa).

Es más fácil emplear sistemas de información pública, programas de radio internos y sistemas internos de mensajes y comunicación para la distribución de panfletos y otro material impreso. En estos casos es necesario cuidarse de que el mensaje no sea tergiversado por su asociación con un medio de comunicación.

Cuando los prisioneros cuentan con un sistema de educación en funcionamiento, es posible ofrecer a los instructores —por lo general una combinación de expertos externos, personal de la prisión y compañeros confiables— una capacitación sobre educación a los votantes y luego negociar alguna oportunidad dentro del programa educativo convencional. Los riesgos de adoptar este método es que el programa abarque no sólo a aquellos que van a votar sino también a aquellos que no lo harán. Cuando no haya temor de una revuelta en caso de que se generen expectativas de participación entre aquellos que estén excluidos del derecho al voto, esta estrategia puede resultar apropiada y tendrá el valor agregado de una educación de carácter cívico.

De otra forma, se pueden llevar a cabo programas especiales de educación al votante utilizando personal capacitado con grupos de prisioneros seleccionados sobre la base de su intención y capacidad para participar en la elección. Los programas directos, o cara a cara, pueden tener más posibilidad de ser exitosos y de ser mejor aplicados en prisiones donde la educación y, por ende, la segregación de prisioneros y la disponibilidad de recintos, son asuntos usuales de los procedimientos operativos.

Puede que no haya ninguna oportunidad de lograr hacer estos arreglos, por lo cual puede ser necesario adoptar aproximaciones que incluyan contactar a los visitantes y a los familiares de los prisioneros. Aún en prisiones cerradas o en prisiones en malas condiciones existen disposiciones acerca de los visitantes. Es posible desplegar algunas exposiciones y realizar entrevistas simples con aquellos esperando hacer visitas. Esto asegura que el prisionero estará enterado de la elección, ya sea durante alguna visita o inmediatamente después de que recupere su libertad.

Grupos apáticos o desfavorecidos

Entender las causas de la apatía puede ayudar a construir un programa mucho más efectivo. Empero, las razones de la apatía de los votantes no siempre responden a motivos educativos.

Entender la apatía del votante

Cuando se programan unas elecciones, se habla mucho de la baja participación ocasionada por la apatía de los votantes. Entre elecciones, aquellos que intentan debatir temas con los ciudadanos o, más usualmente, movilizarlos para que apoyen sus programas, hablan mucho acerca de la apatía de la gente. Cuando la palabra se utiliza con un sentido neutral y netamente descriptivo, puede ser cierto; sin embargo, las discusiones sobre la apatía de los votantes o de los ciudadanos tienden a ser peyorativas. Se dice que la gente ha abandonado su responsabilidad y que debe ser motivada a participar —a través de una mezcla razonable de recompensas, retribuciones y alusiones a la culpa y al altruismo. Las razones de la falta de entusiasmo suelen endosarse esencialmente al electorado.

Sin embargo, hay otro tipo de explicaciones, y exponerlas puede ayudar a crear unas intervenciones más efectivas. Desafortunadamente, estas explicaciones no siempre son apropiadas para acciones de corte educativo, así que por lo general no se buscan sino hasta que el programa educativo ha fallado y, en algunos casos, ni siquiera entonces.

Los educadores que intentan responder seriamente a las preguntas relacionadas con la participación electoral y la apatía de los votantes tienen que contemplar programas que vayan más allá de la simple motivación y considerar todo el rango de intervenciones educativas que mejor se acomoden dentro del área de educación para la democracia. También querrán considerar las razones por las que la sociedad no tiene la motivación suficiente para participar en las elecciones —ya sea como consecuencia de la percepción de que es imposible incidir en la elección, de que consideren que no existen alternativas entre los candidatos o incluso porque los ganadores pudieran no tener el poder para efectuar los cambios necesarios en el sistema de gobierno.

Programas posibles

Esta apatía es la máxima debilidad de la democracia y no puede ser abordada simplemente incrementando el gasto en la educación electoral. Con el tiempo, puede ser enfrentada mediante programas educativos que desarrollen un nuevo grupo de gente joven capaz de reconstruir la democracia en su propio país de una manera adecuada para el futuro; o una generación de gente joven comprometida con los valores y las prácticas democráticas tanto en el gobierno como en la vida privada. Empero, estas intervenciones pueden ser un tanto "utópicas" y aquellos países que han reconstruido su sistema de gobierno para asegurar una mayor interacción con los ciudadanos en relación con una amplia gama de temas (aparte de los electorales) pueden estar en el camino indicado, al utilizar estas "escuelas para la democracia" para demostrar que la participación sí rinde frutos personales y comunitarios.

Discriminación y exclusión

Tratar con individuos y grupos que han sido excluidos, o que han enfrentado tipos particulares de discriminación, es un importante aunque difícil tema para el educador.

En algunos casos estos grupos son invisibles a cualquier otro que ellos mismos o para algunos grupos defensores o interesados que han emergido del propio grupo o que tienen intereses políticos, de derechos o de bienestar particulares para el grupo. En otros casos, la sociedad ha sido construida de tal manera, que tratar de trabajar con esos grupos directamente es cuestionado por, y plantea resistencia de, los poderosos en esa sociedad.

Los que trabajan en sociedades con un marco normativo que impida la discriminación o la exclusión tienen una ventaja. Estas normas pueden estar arraigadas en una constitución o en una institución cultural o religiosa. Donde este marco no existe, los educadores buscarán, y educarán a las personas acerca de, posibles marcos en donde puedan encontrar legitimidad o aceptación, de parte de los grupos discriminados y excluidos o por una amplia sección de la sociedad.

Por ejemplo, los educadores apelarán a los tratados y declaraciones internacionales de derechos humanos, a las directrices y cartas regionales, o a las tradiciones ocultas y a la reinterpretación de textos significativos. En algunos países, los individuos que demuestran los valores de inclusión y no discriminación, ya sea mítico, histórico o contemporáneo pueden ser invocados.

Los educadores pueden encontrar maneras de crear un mandato para llegar a estos grupos, y puedan encontrar que ese mandato —y los valores afirmados en ellos— formará la primera parte del programa educativo. Esta área temática hace énfasis en que la educación tiene que ser una actividad que ayude al crecimiento y al cambio— por lo que los excluidos y discriminados serán el primer electorado. Pero para apoyar su surgimiento, especialmente si comienzan a ejercer su poder político o buscan un papel público, la educación también tendrá que ser dirigida a quienes se oponen a que tengan más fuerza.

Hay costos derivados de la exclusión y la discriminación, y usualmente son descritos y analizados durante la educación antes descrita. Por ejemplo, la exclusión crea pobreza e inestabilidad —que consecuentemente tiene implicaciones para la sociedad en general; la discriminación provoca conflictos en las sociedades y excluye a muchas personas con un gran potencial de participar plenamente en el desarrollo de ese país. Pero esos enfoques cognitivos por sí mismos son a menudo insuficientes.

Como resultado, una amplia gama de metodologías educativas y programas han sido desarrollados, especialmente por las instituciones de derechos humanos, grupos defensores y los movimientos de mujeres.

Grupos aislados y nómadas

El reto para los educadores con respecto a los grupos aislados y nómadas es hacerles llegar los mensajes de la educación al votante en una forma que les haga sentido para que los acepten.

Aislamiento

Los retos que impone el aislamiento son menos severos una vez se ha establecido algún contacto, el cual puede requerir el uso de la radio o el envío de materiales a centros de distribución o transmisión cercanos. En algunos casos, se deben utilizar los sistemas de distribución de servicios gubernamentales generales —salud o servicios comerciales como suministros alimenticios. En este sentido, puede resultar útil adaptar el empaque de comida para enviar mensajes de educación al votante.

Debido a que los grupos aislados pueden ser pequeños, los costos deben ser valorados en función de su tamaño y relevancia política. Empero, el empleo de estrategias de "uso compartido" puede ayudar a ahorrar dinero y a ofrecer un servicio profesional.

Nómadas

Los grupos nómadas representan un mayor reto debido a la relación que tienen con un estado específico. Si esta relación es fuerte, dichos grupos se desplazarán a los lugares donde se estén efectuando las elecciones y donde puedan obtener información o educación al votante. Por el contrario, si la relación es débil, se deben desarrollar estrategias para lidiar con dicho problema. Para esto se pueden utilizar materiales portátiles en el lenguaje apropiado. Puede ser necesario capacitar a miembros de la comunidad nómada y a educadores que viajen con ellos.

Si bien los miembros de las comunidades nómadas pueden elegir no participar en la política electoral, es más fácil asumir esa opción a implicar a la sociedad dominante en una política de exclusión. Es importante determinar cuál es la posición que más peso tiene para el aislamiento social. En todo caso, los educadores deberán analizar cuidadosamente lo anterior, así como analizar muy bien sus propias opiniones y suposiciones antes de descartar una intervención educativa.

Comunicarse con exiliados, refugiados y desplazados internos

Los ciudadanos y votantes que se encuentran fuera del país, cuando no es por su propia voluntad, representan un gran reto para los programas de educación al votante. En algunos casos, puede haber muy poca gente dentro de esta categoría, pero en un gran número de Estados que han experimentado serios conflictos internos, existen grandes contingentes de personas que ha elegido exiliarse o se ha convertido en refugiados.

A pesar de que algunas de estas personas tienen los recursos para volver por su propia cuenta a su país antes de las elecciones, es probable que muchas otras necesiten ayuda para su repatriación y que ésta sólo pueda ocurrir poco tiempo antes del día de las elecciones, e incluso después, lo que en todo caso requiere arreglos electorales fuera del país. De hecho, la información sobre la elección y los sistemas de gobierno, así como los preparativos posteriores deben asegurarle a este grupo que el regreso es en realidad una opción que vale la pena tener en cuenta.

Por ende, se tienen que desarrollar programas de educación electoral para estos grupos. Puede ser más fácil instrumentarlos en situaciones donde los grupos pueden ser identificados, y puede no ser posible para algunos exiliados que tendrían que identificarse y buscar por su propia cuenta la información.

Es importante entender las razones por las cuales todos estos grupos abandonaron el país, la forma en que están siendo tratados en su lugar de residencia (incluyendo su condición legal), así como las organizaciones que pueden estar trabajando con ellos.

Afortunadamente, el movimiento de grandes grupos de refugiados a través de las fronteras trae consigo esfuerzos de apoyo y asistencia, aún cuando los involucrados en estas acciones sienten que tienen muy poco poder y recursos. Las soluciones políticas que plantean posibilidades reales de repatriación siempre son bienvenidas, y permiten que las organizaciones estén más dispuestas a obtener y repartir materiales sobre educación al votante.

Servicios y canales de apoyo a los refugiados

Por la misma razón, y a pesar de que es muy poco probable que el votante refugiado en lo individual haga uso de estos servicios, las comunicaciones electrónicas a través de Internet y los boletines de noticias computarizados pueden ser herramientas útiles para que las organizaciones que se encuentran en lugares lejanos obtengan información. Otros métodos serían las transmisiones radiales y la distribución masiva de panfletos.

Otro método podría consistir en capacitar al personal operativo responsable de las comunicaciones y servicios sociales para que pudieran responder las preguntas relacionadas con las elecciones. Estas y otras tácticas similares significan que los educadores deberían estar involucrados en los esfuerzos organizacionales generales para traer de vuelta a los exiliados y repatriar a los refugiados, de manera que puedan participar de estos programas e integrar los respectivos materiales y mensajes junto con los otros que deben ser comunicados. También utilizarán sus capacidades para evaluar si los métodos de comunicación propuestos en el programa surten los efectos deseados.

Garantizar la participación de recluidos y discapacitados

Debido a que las personas físicamente discapacitadas y los recluidos domiciliarios (por causa de alguna enfermedad o su edad) tienen necesidades específicas, los programas educativos, en ambos casos, tendrán éxito sólo si se hacen arreglos especiales para ellos.

Superando la discriminación

El trato que le dé la sociedad a los vulnerables y discapacitados dice mucho de su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Empero, la forma en que se conduzca la educación para las elecciones depende mucho de los arreglos que esté dispuesto a hacer un país para promover la participación de las personas dentro de la sociedad, así sea en las elecciones o en la vida cotidiana de la comunidad. Entre aquellos que trabajan con los individuos físicamente discapacitados hay algunos que consideran que la tarea principal de la educación no se encuentra dentro de este segmento de la sociedad, sino entre aquellos con todas sus capacidades.

La primera prioridad de un programa educativo debe ser conocer todas las formas en que una sociedad discrimina a los físicamente discapacitados a través de sus arreglos arquitectónicos, infraestructurales y legales. Además, se deben hacer todos los arreglos para permitir y fomentar la participación antes de estar convencido de que se debe llevar a cabo un programa de educación electoral para los físicamente discapacitados.

Lograda esta certeza, se tienen que desarrollar estrategias que tomen en cuenta las diferentes categorías de discapacidad. En algunos casos, puede ser suficiente comunicar a través de los programas educativos convencionales que resulten accesibles para los físicamente discapacitados que dispondrán de facilidades de acceso a la votación. Quizá no resulte necesario modificar ni el enfoque educativo ni ningún otro tipo de información.

Ampliar el alcance

En otros casos, los educadores tendrán que llegar hasta quienes estén recluidos en su domicilio mediante la identificación de las instituciones que los tienen a su cargo y preparando el contacto y los materiales correspondientes. Hay sociedades que han sido construidas de tal forma que los físicamente discapacitados y aquellos con reclusión domiciliaria parecen ser invisibles. En tales sociedades, los educadores deben convertir en visible lo invisible, por lo menos para aquellos que planean e instrumentan el programa de educación al votante. Esto se puede hacer estableciendo contactos con las organizaciones de bienestar general, con parientes y con los físicamente discapacitados mismos. También se puede hacer de una forma dramática, y que garantice que el programa va a tomar en cuenta todas las necesidades especiales, incrementando el equipo de educación para que éste incluya gente físicamente discapacitada. Efectivamente, los programas cara a cara pueden ser fortalecidos si se entrena a las personas físicamente discapacitadas para que sean educadores y comunicadores.

Sordera

Ciertos padecimientos apartan a la gente del mundo exterior en formas especiales. La sordera es uno de éstos. Los educadores deben trabajar con gente que conozca el lenguaje de señas. También deben garantizar que la televisión emita programas con subtítulos o señales visuales y que haya programas especiales en televisión para los sordos que ayuden a su preparación para las elecciones. En general, las sociedades que tienen distintas alternativas de oportunidades educativas para la gente físicamente discapacitada son más eficientes en la educación al votante. Aquellas personas con pocas facilidades siempre estarán en desventaja, a no ser que su sociedad tenga una ética de cuidado e inclusión.

Ceguera

Gracias al desarrollo de la tecnología para la producción de material braille, es posible reproducir muchos de los materiales utilizados con los videntes. Además, cuando la autoridad electoral se ha preparado para que los invidentes puedan votar mediante el sistema braille, sólo será necesario adaptar dichos materiales para ofrecer una buena información sobre el uso apropiado de este sistema. Cuando no hay material braille disponible y la votación debe llevarse a cabo con algún tipo de asistencia, la legislación debe garantizar que no se pasen por alto las inquietudes relativas a la obligada secrecía del voto de los invidentes.

Los físicamente discapacitados no por ello se vuelven incapaces. Los invidentes pueden oír y los sordos pueden ver. Los educadores de votantes deben utilizar métodos que tengan esto en cuenta. Para los invidentes esto implica el uso de la radio, cintas grabadas y comunicaciones orales; para los sordos, el uso de ilustraciones y demostraciones.

Accesibilidad

Todos los físicamente discapacitados requieren un mensaje adicional, y este mensaje debe ser transmitido universalmente a través de las distintas opciones que presenten imágenes en carteles, televisión y exposiciones. El mensaje debe invitar a los físicamente discapacitados a votar. Como consecuencia debe haber un clima de aceptación y de accesibilidad entre las autoridades electorales. A pesar de que puede haber gente físicamente discapacitada que acuda a votar sin importar las restricciones que se les imponen, debe haber autoridades electorales y educadores interesados en eliminar dichas restricciones.

Cuando se han llevado a cabo los arreglos necesarios para ofrecer este tipo de facilidades, trátese del uso de unidades móviles de votación, del acceso en sillas de ruedas a los sitios de votación o de programas de ayuda al votante, esta información tiene que ser divulgada ampliamente. Las redes y las instituciones que trabajan con los recluidos domiciliarios y los físicamente discapacitados deben ser avisadas oportunamente, para que puedan divulgar esta información y lleven a cabo los preparativos necesarios.

Electores que votan por primera vez o primo votantes

Aunque suele asumirse que son sólo los jóvenes quienes, al alcanzar la edad legal para sufragar, votan por primera vez en cuanto se enfrentan a su primera oportunidad para hacerlo, también podría incluirse en esta categoría a quienes no tenían permitido votar (por ejemplo, debido a no ser ciudadanos o por alguna condena) en elecciones previas y que se les permitió votar en alguna ocasión subsecuente. Una definición aún más amplia incluiría a personas de mayor edad que, habiendo tenido el derecho a votar desde su juventud, sólo deciden hacerlo al paso de los años. Los siguientes párrafos hacen referencia, fundamentalmente, a los de la primera definición, es decir, que alcanzan la edad para votar.

Existe evidencia que sugiere que aquellos que no votan cuando tienen la oportunidad por primera vez, quedan fuera del grupo regular de electores. Sin importar si ese es siempre el caso, o si en algún momento las personas se interesan en los procesos políticos y las elecciones, existe la preocupación de que, conforme crezca el número de jóvenes que no se interesen, la sociedad se desestabilizará o la vida política se inclinará hacia la creación de grupos marginados de jóvenes. Este es un problema, en particular, para los países desarrollados que todavía tienen patrones demográficos en que los jóvenes son, por mucho, mayoría, aunque las democracias más añejas también están preocupadas por el voto de la juventud.

Se han creado una gran variedad de programas para educar a la gente joven acerca de su papel como ciudadanos, sus derechos y responsabilidades, la importancia de las elecciones, y cómo tomar mejor decisiones y exigir que les rindan cuentas, entre elecciones, aquellos a quienes les concedieron su voto. Estas campañas suelen usar una mezcla de medios populares, medios masivos de comunicación, eventos culturales dirigidos a jóvenes, eventos sociales, y la participación de celebridades y políticos destacados.

Los educadores que estén preocupados por lograr que los electores voten por primera vez, podrían considerar hacer uso de algunas técnicas de esta área temática, basándose en su evaluación de las necesidades y aspiraciones del grupo particular al cual están enfocando sus esfuerzos, así como utilizar materiales y métodos que sean particularmente apropiados para ese grupo.

En una campaña nacional reciente dirigida a quienes votarían por primera vez en Sudáfrica, que coincidentemente eran los primeros en alcanzar los 18 años de edad desde que se había establecido la libertad política, el medio elegido fue un periódico de distribución nacional, y los materiales escritos para ser usados específicamente por ese rotativo, diseñados para la juventud, fueron circulados de manera separada a escuelas previamente seleccionadas cuyos profesores habían accedido a tomar parte en ciertas actividades y competencias escolares que les fueron sugeridas. Este suplemento semanal cubría no sólo la educación específica al elector, sino que, todavía más importante, se concentraba en formas para que los jóvenes se volvieran políticamente activos y tomaran el control de sus vidas fuera de los partidos políticos formales.

Se logró esto sobre la base de una investigación, cada vez más relevante, que muestra que la gente joven no es necesariamente apática, sino que no consideran que los partidos políticos formales se relacionen con sus vidas. Hacer esa correlación requiere de una mayor comprensión de la vida política en que los jóvenes sean actores y no sólo votantes.

Existen otros obstáculos, relacionados con el proceso de registro, para que los jóvenes participen en las elecciones. Los intentos de obtener documentos que los identifiquen —licencias de conducir, credenciales para votar, beneficios laborales, y apoyos educativos—, suelen provocar en los jóvenes escepticismo respecto del Estado, que se hace extensivo a las elecciones.

Por lo anterior, es crítico que las escuelas desempeñen un papel tanto en la educación cívica como en brindar ayuda para que los jóvenes tengan confianza en sí mismos y sean activos en su vida pública. Las escuelas deberían ser, cuando menos, lugares en que se lidie con la burocracia estatal en formas que permitan dar más poder a quienes terminan la educación secundaria. Resulta irónico que dicho apoyo sea más frecuente en países desarrollados, donde no es tan necesario.

Elementos potenciales para un programa

Una vez determinados los objetivos del programa y la estrategia general que pretenden adoptar, los educadores disponen de un amplio rango de opciones.

A medida que se han desarrollado tecnologías para la información, existe la tentación de concentrarse únicamente en los enfoques que hacen uso de medios electrónicos, computadoras y televisión. Sin embargo, la tecnología educativa ha avanzado mucho en tecnologías de bajo costo apropiadas para países en vías de desarrollo, entre las que el radio a cuerda es sólo una de las alternativas más novedosas. La labor del educador es utilizar las tecnologías más apropiadas para lograr los objetivos de la mejor forma en términos de costo-efectividad.

Esta sección del área temática ofrece un amplio rango de elementos programáticos y sugiere las distintas formas en que pueden ser utilizados, algunas de sus limitaciones y las formas en que se complementan unos con otros.

La sección incluye lo siguiente:

Hay programas que se inician con los materiales o medios de comunicación disponibles más obvios. Sin embargo, es importante que los educadores tengan cuidado de no apresurarse a sacar conclusiones. Es esencial que la evaluación inicial del programa se haga antes de seleccionar los elementos de programa que estén disponibles.

Los educadores en todo el mundo están trabajando en el diseño de programas de educación al votante, el rango de medios que están utilizando y la forma cómo lo están haciendo, demuestra mucha creatividad, puesto que utilizan desde globos de papel en Japón hasta enormes coaliciones nacionales a favor de la educación cívica en Centro y Sudamérica.

Los medios de comunicación

Es posible utilizar los medios tradicionales y emergentes para hacer llegar la publicidad y los mensajes educativos a un gran número de personas. Estos medios utilizan principalmente una comunicación de una vía, sin embargo, los cambios en la tecnología, junto con el incremento de técnicas sofisticadas de encuestas, han mejorado la habilidad para entablar una comunicación de doble vía, donde la respuesta de la audiencia tiene impacto sobre los mensajes posteriores.

A pesar de que se puede argumentar que todos los mecanismos de comunicación son medios, esta área temática utiliza el término en la forma aceptada por la audiencia en general. Es utilizado para referirse a la televisión, la radio y la imprenta (principalmente los periódicos). Estos se abordan en medios gubernamentales, donde se tratan las cuestiones de propiedad, medios de impacto nacional, y medios de impacto comunitario. Esta sección también contempla algunas técnicas similares utilizadas a través de la computadora y los métodos alternativos de comunicar la educación electoral, así como el uso de publicidad en la radio.

Medios gubernamentales

La propiedad estatal de los medios de comunicación, o simplemente “medios”, impone ciertos retos a los educadores de votantes, especialmente a quienes trabajan en situaciones de transición. Esta sección examina estos retos. También sugerimos consultar los asuntos alrededor de la Estructura de la propiedad de los medios.

La regulación estatal de los medios es una espada de doble filo; puede tanto fortalecer como limitar los programas educativos.

Propiedad

En algunos países, todos o muchos de los medios son propiedad del Estado o están controlados por el mismo.

La propiedad del Estado y, por ende, el control estatal sobre las políticas y el contenido de los medios, disminuye a medida que aumenta la tendencia hacia la privatización o por lo menos hacia la comercialización o propiedad conjunta. Sin embargo, todavía existen muchos países donde la televisión, la radio o los periódicos nacionales son todavía propiedad del Estado.

Por supuesto, el control sobre los medios puede llegar más lejos. La legislación puede prohibir o inhibir la diversidad de medios a través de distintas medidas que van desde limitar el acceso a los recursos, incluyendo los canales de transmisión, grandes multas por cubrir determinadas situaciones, hasta la censura completa.

La percepción pública del Estado

El problema que tiene la educación al votante no es necesariamente la propiedad o el control estatal de un medio específico requerido para la difusión de su mensaje, sino que los educadores no tengan acceso a este medio en lo absoluto. El verdadero problema tiene que ver con la percepción que tienen los ciudadanos hacia los medios cuando se percibe que el gobierno los utiliza como sus voceros debido a que son propiedad del Estado o están bajo su control.

Los regímenes están interesados en mantenerse en el poder, y los medios les ofrecen la oportunidad de comunicar y manipular los mensajes que pueden influir en el apoyo que les ofrecen los ciudadanos. Todos los participantes en una elección, si pueden, harán uso de los medios. Los medios también son utilizados para fomentar la igualdad a través de la cobertura periodística cuando el campo de acción dentro de las elecciones está particularmente disparejo. Los gobiernos pueden incluso controlar este acceso negociado si tienen la capacidad para determinar las tarifas de acceso.

Los educadores electorales pueden enfrentarse con un problema si la mayoría de votantes desconfían de los mensajes enviados a través de los medios que son propiedad, o están bajo el control, del Estado, o cuando el gobierno no permite que el organismo electoral prepare mensajes que sean percibidos como debilitadores del apoyo al régimen existente.

Esta situación se presentó en Sudáfrica antes de las elecciones del año 1994. Allí, los educadores de votantes propusieron y se aceptó la creación de un consorcio que se encargara de la preparación y divulgación de todos los mensajes educativos en las estaciones de radio y televisión de propiedad del Estado. Los votantes escuchaban y observaban afirmaciones provenientes de este consorcio diferentes a las noticias y temas actuales preparados por el propio medio.

En otras situaciones, para lograr que los votantes diferencien sus mensajes de aquellos que les generan desconfianza, los organismos electorales desarrollan una identidad propia para comunicarse y así incrementar el nivel de confianza en los mensajes.

Ventajas de medios de comunicación estatales

Al mismo tiempo, si la percepción negativa del público y la censura no son una preocupación, el educador puede considerar ciertas ventajas que los medios de comunicación estatales pueden tener en relación con las emisoras comerciales. En primer lugar, los medios de comunicación estatales pueden estar obligados por ley a prestar tiempo de emisión gratis a los organismos electorales, y quizás inclusive a las organizaciones de la sociedad civil, para emitir mensajes de educación electoral y anuncios de servicio público. Dependiendo del desarrollo de la infraestructura de los medios de comunicación del país, los estatales también pueden tener mucho mayor alcance que los organismos de radiodifusión privados en términos de población y alcance geográfico. Y es más probable que ellos, y no los medios de comunicación comercial, tengan emisiones en zonas donde residen los sectores más pobres de la población.

El trabajo en periodos no electorales

Desafortunadamente, es mucho más difícil establecer esa diferenciación en los mensajes cuando se relacionan con programas mucho más generales de educación cívica. Dado que éstos son diseñados para incrementar el compromiso con la democracia y con la participación cívica, los mensajes tienen que ser creados y difundidos en un ambiente abierto. Sin embargo, éste no siempre existe. Hay evidencias que sugieren que cuando no es así, los mensajes tendrán el mismo sesgo que los mensajes que difunden la posición del Estado.

Regulación

Los Estados pueden desarrollar regulaciones que fortalezcan las campañas electorales. Pueden limitar los monopolios privados de los medios, que pueden dejar sin voz a algunas opiniones políticas.

Los Estados también pueden, bajo ciertas condiciones, ofrecer tiempo al aire gratis en los medios privados o públicos. Esto puede ser importante si los organismos electorales o las organizaciones de la sociedad civil no están en posición de pagar por la transmisión de los mensajes.

Por lo general, la regulación de los medios y la función que desempeña el Estado es un tema complicado, pero muy importante para aquellos involucrados en las elecciones. Para conocer más sobre este tema, consulte Legislación o regulaciones sobre los medios durante elecciones.

Medios de comunicación de impacto nacional

Los principales y más caros medios de comunicación disponibles para propósitos educativos y de información son aquellos que tienen un impacto nacional. Debido a los cambios en la tecnología de la información y a la propiedad, diferentes medios de comunicación tienen que ser considerados de diferentes formas por las personas que buscan colocar la información o que desarrollan estrategias para comunicar mensajes especializados.

Esta sección cubre lo siguiente:

Televisión

La televisión debe ser considerada como un medio capaz de transmitir mensajes complejos y emociones a grandes audiencias. En la mayoría de los países, la propiedad de los aparatos de televisión ha dado lugar a la individualización de la audiencia: en el mejor de los casos, una familia y amigos pueden estar juntos cuando se hace una emisión. A menudo, las personas estarán solas. En algunas sociedades, puede haber una cultura de sentarse en comunidad a ver la televisión, pero esto parece disminuir conforme aumentan los ingresos personales.

Como resultado, los productores y los locutores tienen que hacer uso de técnicas para mantener la atención de los televidentes, particularmente si en lugar de un programa de contenido se utiliza publicidad. Estas técnicas se toman del conjunto de experiencias derivadas de la programación televisiva general. Los educadores hacen uso de anuncios publicitarios, documentales (especialmente historias personales y recomendaciones de las celebridades), telenovelas o series, programas de concursos, y demás.

Todos estos son costosos de producir y requieren de un alto grado de planeación para mantenerlos en los niveles de calidad requeridos. Dado que la televisión es un medio hambriento, hay también una demanda sustancial y regular de nuevo material.

Finalmente, en relación con el material del programa, es importante entender que el material tendrá que competir con los producidos comercialmente, y a menudo de calidad internacional (de producción, no de contenido). La televisión es implacable, y los televidentes apagarán o ni siquiera sintonizarán los mensajes socialmente importantes pero aburridos o poco profesionales.

Los educadores también tienen que preparar el material que, aunque confiable, no parezca ostentoso o extravagante porque es producido con el dinero de los contribuyentes.

La teleaudiencia es regularmente monitoreada por publicistas y por organismos de radiodifusión. Los ratings (o índices establecidos de patrones de audiencia y números) son utilizados para determinar cuándo transmitir los anuncios publicitarios y el costo de los mismos. En general, el tiempo más barato es aquel en que pequeñas audiencias o audiencias con un poder de compra menor, están viendo. Estas audiencias pueden ser importantes para los planeadores de educación, que deberán analizar los patrones de audiencia en mayor detalle para descubrir si, por ejemplo, mujeres o ancianos están viendo.

En muchos casos, los organismos de televisión pueden proporcionar tiempos gratuitos para los mensajes de educación cívica y electoral; en otros casos, esto puede tener que ser adquirido directamente o patrocinado por compañías. Cuando el patrocinio es solicitado, se debe prestar atención a la relación entre el mensaje y el patrocinador como uno solo. La credibilidad de la empresa sobre su trato con los trabajadores, consumidores o el medio ambiente puede socavar el mensaje. Además, la actividad política o los refrendos por el patrocinador pueden también socavar la naturaleza apartidista del mensaje y del educador. Por lo tanto, los educadores necesitan discutir sus propios compromisos con el apartidismo y la neutralidad del patrocinador con anterioridad.

No es solamente la reputación de la compañía patrocinadora la que puede minar el mensaje. La confianza en el respaldo de cantantes, estrellas del deporte profesional, y demás, puede ser minada a un costo considerable por comportamientos indiscretos de una sola persona. Dicho comportamiento puede sólo ser una súbita afiliación con un partido político u otro; o que la postura sobre un tema sea asumida como propia por una plataforma partidaria. Cualquiera que sea el caso, el impacto en un programa apartidista puede ser destructivo.

Entre los programas más vistos de todos están las emisiones de noticias. Los educadores serán extremadamente afortunados si pueden crear noticias o tienen la ventaja de un presupuesto abundante, espacios de emisión gratuita, o un patrocinador que les permita llevar a cabo publicidad junto a emisiones de noticias.

Antes de hacer una gran inversión en producción de televisión en las sociedades en transición, los educadores, e incluso los donantes, deberían analizar cómo los recursos y la infraestructura locales, o la falta de los mismos, pueden afectar en el impacto de los mensajes televisados. En los países que experimentan fallas eléctricas continuas debido a la falta de suministro de energía, se debería recomendar a los educadores invertir en la radio (que puede funcionar con baterías) e imprimir publicidad.

Radio

Después de la televisión, la radio proporciona una audiencia importante. En la mayoría de los países, y entre las personas más pobres, la radio tiene un mayor alcance que la televisión.

La radio tiene la ventaja de que es más barato producir y transmitir programas, y es posible replicar los programas en una variedad de lenguajes a un bajo costo.

De las opciones de que disponen los educadores, la radio plantea algunas limitaciones. Series, documentales y programas de revista similares a aquellos en la televisión son posibles, y a menudo desarrollan una audiencia leal. Pero, algunas estaciones de radio han adoptado una programación que es altamente especializada, y eso se tiene que considerar. Los formatos más frecuentemente utilizados son programas de discusión, de música y de noticias.

Los programas de discusión hacen uso de un presentador y un teléfono en un formato de participación de la audiencia. En este, toda la programación proporcionada por los educadores debe ser realizada a través de avisos publicitarios o por la provisión de invitados para entrevistas y para que contesten las llamadas de los oyentes. Este es un formato vital y educativo, pero los invitados tienen que estar bien informados y podría pedírseles que den información y hagan observaciones sobre una amplia gama de temas. Afortunadamente, la radio es un medio efímero y la ocasional equivocación por parte de un educador mal preparado o miembro del personal de un organismo electoral puede ser tolerada, aunque no es aconsejable.

Los programas de música y noticias son mucho más difíciles. Prácticamente no hay manera de irrumpir en esta fórmula sino es mediante la difusión de publicidad, o de un buen uso de comunicados de prensa.

Segmentación de audiencias

Tanto la radio y televisión se están dividiendo en segmentos. Pueden tener un alcance nacional o internacional a través de sistemas de transmisión satelital y por cable. Incluso las estaciones de radiodifusión sin acceso a un satélite pueden tener un radio de alcance que vaya más allá de las fronteras nacionales.

Ahora bien, la programación especializada, y los cambios en la propiedad de los medios hacen que cada vez sea más factible enviar distintos programas a distintas audiencias (normalmente a través de una programación regional diferente de la nacional o viceversa) o asegurar que el programa atrae sólo a determinadas audiencias.

Como resultado de la segmentación de audiencias, la televisión y la radio deben ser consideradas dentro de una cartera general de medios, y cada canal o estación necesita ser evaluado en función de su perfil de audiencia. Conseguir que se emita un mensaje en televisión o radio nacionales puede parecer un logro importante para un educador electoral, pero el impacto real de ese mensaje puede no ser tan grande como si diferentes estrategias fueran adoptadas. Esto es particularmente importante cuando se toman en cuenta los costos de los programas educativos. Los tiempos de mayor audiencia nacional en la televisión ciertamente producirán un tremendo impacto, pero a menos que la cobertura se haya obtenido a bajo costo (mediante noticias o por proveer un invitado a un programa con mucho rating, por ejemplo) el gasto también puede ser alto.

La educación puede ser difundida a través de un amplio rango de personas, siendo ellos mismos un recurso en cada una de sus comunidades. Pero los educadores también deben sopesar el impacto de una estrategia fuertemente centralizada (los programas de televisión y radio y los anuncios publicitarios pueden ser organizados por un pequeño equipo profesional) contra una más compleja y descentralizada estrategia cara a cara.

En caso que se elija una estrategia centralizada, sería importante que los educadores obtengan asesoría profesional de parte de agencias mediáticas acerca de la mejor combinación de medios de comunicación a emplear. También existe la necesidad de que los educadores se concentren en asegurar una buena cobertura de noticias de la elección misma, y podrían hacer uso de su presupuesto publicitario para reforzar la atención a su programa.

Periódicos

Los periódicos nacionales se dividen en dos categorías: diarios, que tienen calendarios y plazos de producción muy apretados; y semanales o mensuales, que tienden a dar más profundidad y antecedentes a las noticias que publican. Ambos contarán con suplementos especiales de carácter educativo.

Durante los periodos de elección, los periódicos suelen dedicar una gran cantidad de espacio a la cobertura de los candidatos, y al proceso electoral en sí. En algunos casos, los periódicos pueden tener un historial de apoyo a un partido o facción, o pueden optar por apoyar a un determinado partido o persona en una elección.

La ventaja de utilizar los periódicos como una parte importante de una estrategia de educación es la durabilidad del producto. No sólo es un periódico leído por el comprador, sino que las estadísticas pueden dar cuenta de los lectores adicionales que esa compra representa. Además, aunque la mayoría de las personas recicla o desecha los periódicos a diario, los suplementos especiales y educativos suelen ser conservados por más tiempo.

De hecho, debido a que para un periódico representa un bajo costo la impresión de copias adicionales de un tiraje, o de una sección en particular, es posible negociar usar la producción y distribución de los materiales educativos necesarios para un equipo muy disperso de educadores locales.

También hay desventajas en cuanto a los periódicos. Los lectores de los periódicos, especialmente de las publicaciones nacionales generales, parecen estar disminuyendo, incluso en sociedades altamente alfabetizadas. En muchos escenarios de transición, los lectores de periódicos podrían limitarse a estratos sociales más urbanos, educados y financieramente más seguros estrato. Además, en sociedades con un alto nivel de analfabetismo, la lectura de periódicos es asociada con la alfabetización; y, aunque algunos periódicos pueden publicar suplementos especiales para lectores neo-alfabetos o semi-alfabetos, dependen de intermediarios para asegurarse de que estos se transmitan.

Asimismo, en contextos de transición y sociedades cerradas, la escasez —real o artificial— de papel y tinta, la confiscación de periódicos, la revocación de licencias para imprimir, e incluso la incautación de las instalaciones de la imprenta y sus equipos, pueden presentar problemas reales. En ciertos contextos, es importante evaluar los factores de riesgo antes de publicar anuncios o artículos en los periódicos.

Los patrones nacionales de lectores deben ser considerados antes de que se tomen decisiones en cuanto a cómo pueden contribuirlos periódicos nacionales, tanto a través de publicidad, artículos de opinión, entrevistas con periodistas, comunicados de prensa, o suplementos especiales. Cuando la intención es hacer de los periódicos una parte importante de la estrategia, el uso de periodistas que entiendan las demandas de las salas de redacción es esencial, ya que son bastante peculiares y, a menudo impenetrables y desconcertantes para el educador.

Es también importante que los educadores se concentren en informar a reporteros y editores acerca de sus planes, y que continúen proporcionando buena información que intensifique la cobertura que le den a las elecciones.

El contacto personal y regular es esencial, y puede lograr mucho al asegurar que los medios de comunicación ofrezcan reportes precisos acerca del trabajo de los organismos electorales y los temas que los educadores consideren importantes.

Revistas

Existe un tremendo número y variedad de revistas. Se producen trimestralmente, mensualmente y semanalmente, en ediciones regionales e internacionales, a través de distribuidores locales, y para un público altamente especializado. Algunas revistas aspiran a la calidad de las publicaciones técnicas y especializadas. Conforme la tecnología de diseño y producción se vuelve más utilizada y accesible, algunas publicaciones técnicas y especializadas aspiran a la disponibilidad de las revistas. Los continuos desarrollos tecnológicos y el incremento en el acceso a la Internet a nivel mundial, también ha habido un aumento significativo en el número de periódicos y revistas digitales.

Cada revista tiene una política editorial diferente y un público especializado. Cuando los educadores pueden acceder a estas revistas, hay muchos beneficios: un extenso número de lectores, acceso perdurable al material, y un diseño atractivo. Por otro lado, el público puede ser muy especializado y el artículo puede perder actualidad rápidamente (la mayoría de las revistas mensuales tienen un calendario de producción trimestral).

Los educadores que puedan producir artículos con regularidad y publicarlos en revistas generales y cultas durante su campaña, tienen una considerable ayuda en su estrategia general de programa. Por lo menos, las revistas pueden ser utilizadas para alentar a los electores a contactar a los organismos electorales y obtener información. Debido a los lentos plazos de entrega y los altos costos de la publicidad en las revistas, existen pocos ejemplos en que éstos hayan sido utilizados.

Sinergia de los medios de comunicación

Los modelos de propiedad de los medios en la economía de mercado, que influye en casi todos los países, se han traducido en un intento, cada vez mayor, de crear una sinergia entre diferentes medios. Esta misma sinergia ha sido a menudo buscada por las campañas educativas. Así, los programas de radio se complementan con publicaciones estilo revista; los artículos de los periódicos con debates televisivos; y los presentadores en televisión leen y comentan los titulares del día de los periódicos y entrevistan a sus periodistas, en lugar de la cobertura de las fuentes primarias de noticias.

Esta creciente combinación de medios de comunicación puede producir hastío en la vida cívica y política. Pero cuando forma parte de un programa de educación, pueden también producir notables ahorros de costos y aumentar la cobertura y el impacto del programa particular de enseñanza.

Medios de impacto comunitario

Hay una estación de radio en Mali que transmite regularmente un festival musical. El elemento que la hace diferente es que los asistentes a la fiesta no están distribuidos en todo el país, sino que están bailando justo afuera del estudio e incluso pueden entrar a hablar en el radio.

A las afueras de Johannesburgo, un invitado a una estación de radio puede mirar por la ventana y, con un poco de suerte, podrá ver a la persona que está llamando por teléfono para hacerle una pregunta.

En Washington, D.C., la televisión por cable ofrece un calendario diario del alcalde, así como de los eventos cívicos más importantes, justo en la frecuencia contigua de la transmisión de CNN desde Medio Oriente.

En Australia, tanto las estaciones de radio comunitarias como las comerciales, acostumbran enviar una unidad móvil a los centros comerciales y eventos masivos, desde donde transmiten en medio de una multitud, logrando así que la radio sea más accesible para el público como escucha y participante.

Las opciones de comunicación de alta tecnología se han vuelto más baratas, más accesibles y más capaces de penetrar el mercado de lo que nunca habían sido. Muchas veces, los educadores centran su atención en el impacto a nivel nacional; sin embargo, es posible utilizar los medios con impacto comunitario para alcanzar precisamente a los grupos especiales, a los individuos de alto impacto y a los grupos que hacen exitoso un programa.

Cuando el mérito de dichos medios ha sido reconocido por los intereses comerciales, es posible trabajar con agencias, o usando directorios, para lograr acceso a ellos. Empero, aún estas agencias y directorios muchas veces no alcanzan a estar al día con los cambios del mercado. En las sociedades donde hay intentos de centralizar el control de los medios, o donde hay grupos particulares de personas que desconfían de los medios, es más difícil identificar lo que está disponible.

Más que un catálogo exhaustivo, el siguiente es un conjunto de pistas y lugares en los cuales buscar:

Televisión por cable y comunitaria

La televisión por cable se basa en la premisa de que la gente va a pagar por el servicio regularmente o sólo para ver determinados programas. Para lograr esto, las compañías deben instalar el equipo necesario y una vez que lo han hecho, puede imponerse, como una condición para que obtengan la licencia de operación requerida, que destinen cierto tiempo a la transmisión de emisiones de servicio público o que elijan autorizar pequeñas operaciones u opciones más económicas para llenar el espacio al aire que de otra forma no utilizarían. De manera que, usualmente, hay capacidad de sobra para que estos canales puedan ser utilizados para mandar imágenes o textos estáticos a los suscriptores.

Dicho acceso permite que las producciones económicas llenen los espacios menos rentables durante el día o la noche. Sin embargo, la disponibilidad de la televisión y el apetito voraz por materiales significan que, adicionalmente a los canales especializados, hay un gran incremento en el número de estaciones locales que transmiten programas de carácter comunitario entre los horarios de mayor audiencia de la programación ofrecida por las estaciones nacionales más grandes.

Aún en los países con un pequeño número de canales de transmisión que utilizan la señal área y no por cable o vía satélite, existe una gran tendencia a establecer programas de variedades regionales que pueden ser transmitidos en distintos idiomas durante determinados horarios del día.

Puede parecer que dichos programas no tienen el mismo alcance que tiene la publicidad en los horarios de mayor audiencia; empero, son más baratos y, por ende, susceptibles de transmitirse durante periodos más largos. También es posible preparar un mensaje mucho más enfocado debido a que se tiene un mayor conocimiento de quiénes son los televidentes.

La radio comunitaria

Las estaciones de radio pequeñas siempre están buscando material de programación, y siempre están dispuestas a ubicar publicidad en pequeños espacios a un precio muy bajo. Pero lo más importante es que tienen una audiencia fiel con características bien conocidas. En algunos países, se confía más en dichas estaciones, y pueden ser más capaces de ofrecer información y debates políticos más detallados.

Los factores anteriores deben ser contemplados al preparar material. Se deben usar el lenguaje y el dialecto apropiados en la medida que sea posible. Los temas deben estar relacionados con la audiencia, y el estilo debe ser el esperado. El material que está preparado de acuerdo con las especificaciones requeridas puede ser utilizado tal cual.

Las estaciones radiales comunitarias pueden transmitir a través de una frecuencia específica en todo el país, de tal forma que un individuo que esté viajando pueda pasar automáticamente de una emisora a otra. Cuando esto es posible, la publicidad nacional puede permitirle a la gente mantenerse enterada de las elecciones o de cualquier otra campaña mientras viajan.

Esta es definitivamente la situación ideal para cualquier programa educativo a distancia.

Un programa educativo puede otorgarle importancia a un personaje local, alguien que haya recibido la capacitación necesaria o que haya sido nombrado como responsable de la información. Las estaciones comunitarias pueden entrevistar a dichos personajes en cualquier momento sin incurrir en mayores costos.

Sin embargo, existen algunas restricciones. Los educadores no deben depender únicamente de las estaciones comunitarias. Dichas estaciones pueden tener unas audiencias muy limitadas. Además, por lo general, son desorganizadas para ubicar la publicidad, lo cual deja sin garantía que la publicidad sea emitida o que haya algún registro de su emisión. Los programas son más exitosos si establecen un contacto personal con la gente de la localidad.

Periódicos comunitarios

Los periódicos comunitarios pueden ser periódicos de gran circulación dentro de una ciudad por los cuales la gente paga. Acceder a ellos puede hacerse de la misma forma como se hace a los periódicos referidos en Medios de impacto nacional. Sin embargo, es probable que éstos sean periódicos independientes patrocinados por publicidad local.

Este tipo de periódicos puede ser distribuido libremente a los hogares, al igual que pueden ser dejados en sitios públicos como bibliotecas y tiendas para que la gente los pueda tomar. El primer caso es más confiable, debido a que es más fácil determinar la repartición geográfica de la información. En el segundo caso, debe hacerse una observación más profunda para determinar si el periódico ha alcanzado al público pretendido.

Estos periódicos ofrecen servicios comunitarios importantes: noticias locales, conmemoración de eventos cívicos, publicidad de eventos y servicios locales, y muchas veces una página para correspondencia donde la gente puede debatir temas políticos. Dichos periódicos pueden no ser producidos ni distribuidos de una manera muy profesional —muchas veces son producto de la dedicación de una idiosincrasia específica. Sin embargo, son leídos, así sea para revisar la publicidad local, pero por lo general para mucho más que esto. Vale la pena tener en cuenta que, los editores están completamente al tanto de lo que está ocurriendo en la comunidad local.

De tal forma, este puede ser el medio ideal para promover eventos, para obtener información o para establecer lo que puede formar parte de un programa educativo o una campaña política. Los educadores electorales pueden utilizar estos periódicos para comunicar la información local, por ejemplo, dónde deben votar los ciudadanos, dónde se deben registrar, etcétera. Por lo general, se tiende a utilizar más el material que ha sido preparado con el editor bajo el formato adecuado.

Muchos periódicos comunitarios no se consideran a sí mismos parte de la familia de libre distribución. Ellos sienten que tienen una misión específica, además de que reciben el apoyo de una organización basada en la comunidad o de un grupo de asociaciones con un objetivo político específico. Dichos periódicos pueden tener un núcleo leal de lectores. Sin mencionar que los más exitosos ya han penetrado la comunidad en general.

Los educadores deben analizar cuidadosamente los patrones de lectores y de distribución para no crearse falsas expectativas con relación a su alcance e influencia.

Periódicos religiosos o de intereses específicos

Muchas organizaciones religiosas poseen un periódico, que puede tener un número sustancial de lectores en todo el país. Otras pueden tener grupos de lectores más pequeños y más especializados.

Ninguna organización religiosa está a favor de la actividad política o de cualquier promoción democrática específica. Por ende, muchas de sus publicaciones mantienen, con vehemencia, el acceso restringido a sus lectores.

Sin embargo, es posible involucrar a los editores y dueños de dichas publicaciones a descubrir si hay mensajes específicos que puedan ser incluidos en sus publicaciones y cuál es la mejor forma para hacerlo.

Algunos editores podrían hacer una distinción entre la información partidaria y la educación apartidista al votante. También pueden querer que el material sea escrito por sus propios escritores, para lo cual los programas educativos ofrecerían, únicamente, información contextual y artículos modelos.

También es posible contactar a los editores con las personalidades que sean miembros significativos de su fe o comunidad religiosa y que estén involucradas en la campaña. También lo es entusiasmar a los líderes de estas comunidades a que entren a formar parte de las coaliciones de la sociedad civil a favor del programa.

Revistas comunitarias

El bajo costo de las herramientas de impresión, reproducción y fotocopiado, junto con el acceso a las computadoras y a otros programas de diseño, han hecho que se incremente la distribución de revistas especializadas auto-publicadas. Tales "Zines", para usar un término utilizado por muchos de sus productores para diferenciarlas de los diarios y revistas más formales, son diseñadas y distribuidas en un mercado muy específico, especialmente aquellos asociados con la juventud, la música y el arte.

La expansión de la tecnología para producir discos compactos de manera económica ha redundado en el aumento en su uso para complementar los "Zines". La Internet también maneja un gran número de dichos diarios.

Los "Zines" sufren y se jactan de la naturaleza imitadora de su surgimiento. Van y vienen, por lo general, se acercan a la sociedad con una perspectiva bastante radical, o al menos a su grupo en particular, y muestran una irreverencia y sabiduría común que muchos diarios oficiales y más restringidos quisieran tener.

Como resultado de su inmediatez, dichos "Zines" son ideales para comunicar un punto de vista específico o para la publicidad de eventos que se llevarán a cabo en un margen muy corto de tiempo después de la aparición de la publicación. Debido a que sus lectores son objetivos fácilmente identificables, ofrecen una oportunidad para alcanzar audiencias específicas.

Cabinas, kioscos o mesas públicas de información

Muchos países tienen oficinas para turistas que ofrecen información general acerca de ellos. Algunos tienen oficinas que ofrecen información estatal y municipal. En los países con sistemas de computación avanzados, estas oficinas o kioscos han sido reemplazados por distintos tipos de pantallas electrónicas digitalizadas que ofrecen acceso a una gran información "en línea".

En Sudáfrica, estos kioscos computarizados fueron desarrollados con el apoyo de la UNESCO para poder ofrecer información al votante proveniente de los organismos electorales e información sobre los participantes preparada por los propios contendientes. Esta información es almacenada en un museo nacional, y ha sido distribuida en una amplia gama de terminales computarizadas.

En el Reino Unido, existe un sistema nacional de comunicación para ofrecer información sobre la comunidad a los viajeros. En Australia, al igual que muchos estados de los Estados Unidos de América, ese tipo de kioscos son cada vez más utilizados para ofrecer información sobre los servicios del gobierno.

La disponibilidad de estos kioscos aumenta con el tiempo, y una vez que eso ocurre, el acceso a la información es muy fácil de lograr.

Aún cuando no haya sistemas computarizados disponibles, los países con kioscos públicos de información tienen sistemas especiales que distribuyen la información y un gran número de personal puede recibir un entrenamiento específico para ofrecer información electoral.

Boletines de noticias comunitarias

El aumento en la actividad comercial y en el número de centros comerciales en lugar de plazas públicas, significa que ahora se deben identificar los centros de reunión de la comunidad en múltiples sitios. En estos centros de reunión suelen fijarse muchos tableros y boletines de noticias comunitarias, en los cuales se puede ofrecer trabajo y también se pueden utilizar como sistemas de intercambio de bienes y servicios.

Como consecuencia, hay un segmento de la población que los consulta habitualmente, al igual que otros boletines de noticias puestos en oficinas del gobierno, en centros comerciales, etcétera.

A pesar de que el uso de dichos sistemas de comunicación diversificados puede sobrepasar la capacidad de los programas educativos centralizados, una preparación cuidadosa del material apropiado para exponer y para motivar a voluntarios locales puede provocar una difusión rápida de la información en todos los boletines comunitarios.

También se examinan Métodos alternativos de comunicar la educación electoral se examinan otros métodos de comunicación.

Uso de publicidad en la radio

En las elecciones de Zimbabwe del 2005, varios donantes internacionales distribuyeron radios que funcionaban con energía solar o con cuerda a través de organizaciones domésticas, junto con tarjetas de información de estaciones de radio. Estas estaciones transmitían, desde otros países a Zimbabwe, llevando noticias e información educativa, además de que daban voz a los partidos políticos que no podían acceder a la radiodifusión propiedad del Estado.

Luego de algunos años de uso limitado, la extendida disponibilidad de los receptores digitales de radio satelital se ha impulsado por el consumo en el mercado de los Estados Unidos de América, y su programación está comenzando a emerger. Los distribuidores de la televisión satelital también han estado haciendo disponibles las estaciones de radio. El acceso a Internet de banda ancha también permite descargar material radial en vivo y grabado a las computadoras.

Esta habilidad de hacer uso de material de audio preparado y transmitido relativamente a bajo costo, usando tecnología que es altamente móvil y discreta, ha significado que la radio documental y real, de noticias y conversación sean todas disponibles para el educador bajo condiciones cada vez más flexibles, incluso cuando hay un control del Estado de las radioemisoras o de propiedad comercial con formatos inflexibles como las noticias y la música.

Los educadores podrían considerar las siguientes oportunidades:

Programa de entrevistas por radio

Los formatos de programas de entrevistas por radio tienen mala fama en ciertas sociedades, que han sido colonizadas por presentadores muy reaccionarios y excéntricos y por nichos de audiencias. En otros países, los programas de entrevistas por radio proporcionan un servicio que incluye servicios a la comunidad, educación pública y movilización, y acceso a los líderes políticos por ciudadanos ordinarios que cuenten con un teléfono. Los educadores pueden ayudar a esas estaciones, ya sean las grandes estaciones más comerciales o las pequeñas estaciones comunales, proporcionándoles los invitados al estudio, sugiriendo temas para el debate público, y ofreciendo sesiones de información para los presentadores y productores.

Programas de revista

Existe alguna coincidencia entre el formato de conversación y las estaciones con formato de revista, pero éstas últimas tienden a confiar más en materiales pre-empaquetados y entrevistas, documentales cortos, y ocasionalmente programas de educación pública o de interés público más extensos. Los educadores pueden trabajar con cualquiera de esas estaciones para desarrollar programas —tales como series introduciendo la constitución o la declaración de derechos— o para exhibir temas particulares o procesos políticos; o pueden desarrollar sus propios programas en casa y distribuirlos a las varias estaciones por medio de un portal web o por un disco digital.

Dicha producción deberá basarse en conversaciones de pre-producción con las estaciones para asegurar que ellas tienen la calidad de transmisión apropiada, el formato y duración adecuados, y que se dará espacio a la transmisión en la programación.

Noticias

La comunicación en los medios y el desarrollo de eventos y oportunidades en los medios para promover los objetivos educativos, o para obtener el apoyo para dichos objetivos, requieren de planeación y conocimiento de los medios. Esto es cubierto en el documento separado de Medios de comunicación de impacto nacional.

Publicidad

Para mayor información en el uso de la publicidad, incluyendo la radio, vea Publicidad comercial.

Métodos alternativos de comunicar la educación electoral

Comúnmente, los educadores electorales se vuelcan hacia las formas de comunicación más obvias: radio, televisión, periódicos y materiales impresos. Pero incluso en países donde éstos están ampliamente disponibles, existen otras alternativas, algunas veces más potentes, de comunicación masiva.

Los educadores deben considerar medios que lleguen directamente a las personas por las siguientes razones:

  • La educación electoral necesita métodos rápidos, confiables, legítimos y poco costosos
  • La educación electoral requiere que las personas escuchen los mensajes en sus propios lenguaje e idioma.
  • Los educadores electorales usualmente sólo tienen una oportunidad para alcanzar su objetivo.

Algunos de los medios descritos han sido probados en otras campañas de información pública aunque han sido poco utilizados para la educación electoral. Otros son mecanismos que requieren una evaluación posterior. Pero dado que son considerablemente más baratos y más flexibles que otros, sería importante utilizarlos, así sea como complemento de las campañas de información pública formales.

Esta sección trata de las siguientes opciones comunicativas:

Publicidad en exteriores

Hay una gran variedad de espacios exteriores disponibles para propaganda y para comunicar mensajes cortos y memorables. Las grandes vallas publicitarias a lo largo de las autopistas nacionales o de las líneas ferroviarias ya están siendo utilizadas para publicidad comercial, y pueden estar repletas de propaganda política partidaria durante las campañas electorales.

Sin embargo, existen otros lugares más pequeños y diversos, limitados únicamente por la imaginación. En India, las autopistas nacionales están adornadas por fincas cuyos graneros y casas sirven para exhibir publicidad comercial. Los estadios deportivos, los costados de los autobuses y trenes y cualquier otro sitio donde la gente se reúna o hacia donde apunten las cámaras puede ser utilizado.

Tal vez la forma más común de utilizar los espacios exteriores son los engomados o calcomanías para vehículos y paredes. Se puede encontrar más información en Calcomanías (también llamadas pegatinas). Cuando se han identificado estos espacios para usos comerciales, la mejor forma de acceder a ellos es a través de agencias de publicidad y los costos suelen depender de la relevancia pública del espacio.

Graffiti

Durante las campañas electorales, los partidos políticos usan vallas publicitarias y avisos pintados. Dada su popularidad entre la gente joven, es posible hacer uso del idioma, del diseño y las técnicas de los dibujantes de graffiti, enviando personas para que impriman mensajes emotivos simples a un costo relativamente bajo. En diversas ciudades de Sudáfrica, las autoridades locales han dispuesto paredes para graffiti, alentando a los artistas a pintar mensajes sociales sobre estas paredes. El uso cotidiano del graffiti durante las protestas políticas en el Norte de África (especialmente en Egipto, donde las paredes y los puentes en las inmediaciones de la Plaza Tahrir o de la Liberación, exhiben mensajes políticos al Estado y los rostros de los mártires de la revolución) ha hecho patente la importancia de este método alternativo de comunicación.

¿Cuáles son algunas de las características del graffiti?

Los mensajes aparecen sobre paredes a lo largo de rutas que la gente utiliza para ir al trabajo

Aunque en ocasiones se encuentren en sitios poco accesibles o de paso, es mucha la gente que puede visualizarlos. Cualquier persona que esté buscando este tipo de lugares necesitará transitar las rutas de trabajo, especialmente aquellas por donde pasan jóvenes y gente pobre. Sumado a esto, los sitios escogidos por los artistas del graffiti comúnmente utilizan la sorpresa o la arrogancia para realzar el mensaje: la gente se preguntará, "¿cómo pudo alguien escribir eso en ese sitio?"

Los mensajes son efímeros

Los artistas del graffiti esperan que los avisos no duren o sean alterados de alguna forma. No obstante, los habitantes de la ciudad saben que muchos de estos dibujos sí duran. Lo que resalta su atractivo es la habilidad para añadir mensajes al cuerpo original del mensaje con el tiempo.

Las mismas reglas se aplican para cualquier campaña exterior: si permanece sin alteraciones por mucho tiempo se convertirá en parte del entorno y perderá su impacto.

Los artistas del graffiti utilizan el diseño callejero

Los mensajes son crudos, los colores brillantes, el lenguaje popular y los símbolos llenos de significado para el grupo al que se dirigen.

El graffiti puede utilizarse de dos maneras: como un truco publicitario que decora una pared pero que en realidad sólo es atractivo para los que lo pusieron ahí; o como un mensaje real que busca llegar a un mercado particular. Para alcanzar lo segundo, los educadores electorales contactan a los artistas del graffiti personalmente y los tienen en cuenta para la realización de sus producciones. En este caso, hay un beneficio extra y es que se establece una relación con otro grupo de personas sobre información de educación al votante.

La advertencia, que se aplica a todos estos métodos alternativos, es que el educador electoral tendrá que encontrar una forma que permita presentar los mensajes sin infringir los marcos reguladores y legales vigentes. En algunas sociedades puede que sea más difícil que en otras.

Cintas grabadas

La libertad de prensa alguna vez significó que todas las personas eran libres de imprimir sus cosas. Pero en muchas sociedades envueltas en luchas libertarias, otras herramientas pueden ser más importantes. Entre ellas se encuentran las reproductoras de video cassettes (VCRs, por sus siglas en inglés), las grabadoras y las máquinas de fax.

Las cintas de video y audio pueden producirse a costos relativamente bajos. En el caso del cassette de audio, incluso la producción con calidad de estudio es poco costosa; y la reproducción de las cintas se limita al costo de la cinta en sí. En el caso del video, la producción profesional es más costosa, pero la reproducción es barata.

Una vez reproducida, una cinta grabada puede utilizarse en una variedad de escenarios. Las cintas de audio están disponibles para trabajadores de clase media, para aquellos que toman taxis comunales, para los que se congregan fuera de las clínicas, y ciertamente en cualquier lugar donde la gente tenga que mantenerse quieta y esté dispuesta a ser entretenida por diez o veinte minutos.

Las cintas de audio pueden ser utilizadas como una herramienta para que un capacitador inexperto imparta un curso; y junto con una grabadora portátil de pilas, los mensajes se pueden llevar más allá de la red de electricidad.

Los videos pueden ser usados como una herramienta educativa, aunque los requerimientos técnicos son mucho mayores. En diferentes contextos, los grupos que van de un lado a otro han sido capaces de cargar el equipo necesario, montando campamentos en localidades rurales y sitios informales para ofrecer una demostración o espectáculo a los votantes locales. No obstante, esto requiere un apoyo logístico sustancial y una inversión de capital.

Proporcionarle el video a colegios, salones comunales, compañías con salones de capacitación e inclusive a las iglesias y casas privadas, se convierte en una red más rápida y menos costosa de distribución. Los videos pueden requerir narradores en persona que hablen sobre los conceptos que se van visualizando. Esto significa que las personas pueden convertirse en un elemento poderoso para cambiar la actitud donde se requieren contactos para la comunicación directa.

Se han realizado algunos experimentos utilizando videos cara a cara, de la misma forma como se utiliza el audio en autobuses comunitarios. Esto aumenta la incertidumbre frente a lo que se muestra y lo que se oye. Hasta el momento, sólo hay disponible información limitada, parece que lo que mejor funciona es la creación de un programa típico de TV o radio, similar a los paquetes de entretenimiento que usan las aerolíneas internacionales en sus vuelos. Un poco de noticias, un poco de música y entretenimiento y un poco de chismes locales mezclados con mensajes de educación electoral. En los autobuses, la gente no puede concentrarse por largos periodos de tiempo y hay muchos disturbios, al contrario de lo que sucede en lugares como teatros y talleres.

Si bien el video y el audio son los métodos de grabación que se utilizan con mayor frecuencia, hay indicios que sugieren que los discos compactos (CDs) también ocupan ya un lugar importante. Todos ellos se pueden reproducir de manera económica si se tiene acceso al costoso proceso de producción y, una vez más, si los electores y otras instituciones tienen los equipos para transmitir los mensajes. Más información en materiales grabados y digitales.

Periódicos y tableros del pueblo

Durante los años 80s, había tableros pintados en las afueras de los barrios en Mozambique. La pintura es barata y puede aplicarse sobre paredes suaves. Las noticias locales y los anuncios se escribían en estos tableros con tiza, que también es muy barato.

La iglesia en las Filipinas utilizaba un mecanismo similar para comunicarse. Allí se combinaba con niños mensajeros, que podían leer y que podían tomar los mensajes de los tableros y llevarlos directamente al barrio.

Durante las elecciones, muchas instituciones pueden facilitar estos tableros temporales de noticias y boletines. Todo lo que se requiere es un sistema para preparar los mensajes y escribirlos regularmente.

Imaginación aplicada a la distribución

La premisa de todos estos métodos alternativos es que los educadores electorales deben ser creativos en la producción, exhibición, y distribución de los mensajes. Cuando éstos pueden popularizarse y descentralizarse, entran en juego otras dinámicas. Es posible que un conductor de taxi se emocione repentinamente con una cinta y se la pase a sus compañeros. Una familia que sea hospitalaria tiene la posibilidad de mostrar en su VCR la película cada vez que haya invitados. Una iglesia local se puede convertir en un agente de educación al votante. El colegio local comienza a utilizar un tablero exterior, donde los padres puedan verlo y deseen verlo porque también tiene información sobre el progreso de sus hijos. Puede que un grupo de jóvenes descubra que también pueden votar.

Existen inconvenientes. Para hacer esto bien, los educadores electorales deben estar ligados a las redes comunitarias, y tienen que hacer planes junto con personas que posiblemente no estén acostumbradas a hacer esto, a diferencia de las agencias de publicidad o los ejecutivos radiales. Sin embargo, cuando se utilizan medios alternativos, las recompensas son considerables y el sentimiento de propiedad frente a la elección y la iniciativa de educación electoral se expande de inmediato.

Materiales impresos

Los programas de educación al votante se apoyan fuertemente en materiales impresos. Imprimir es un camino rápido y barato de preparar grandes volúmenes de material; la mayoría de los países cuentan con facilidades de impresión, y en muchos casos se dispone de distintas variedades de papel.

Esta sección proporciona información sobre diferentes formas en que el material impreso puede prepararse y usarse. También facilita información básica sobre un aspecto de la producción de los materiales que con frecuencia ignoran quienes los producen, especialmente los que están en la sociedad civil.

Hay aspectos legales, sobre derechos de autor y registro, que asegurarán que los materiales pueden reproducirse, guardarse, investigarse y evaluarse de mejor forma. Muchos de los materiales o muestra disponibles no pueden ser adjudicados a una elección o momento político particular. Por lo anterior, hay tres secciones que se relacionan con este tópico, que pueden saltarse aquellos que desean tratar aspectos educativos específicos, abordados en secciones posteriores.

La reproducción, el almacenamiento, la investigación, la evaluación y la ley se discuten en:

Las cuestiones ambientales —que con frecuencia se pasan por alto al publicar— se examinan en

La publicación se discute en:

Consideraciones legales

Existen leyes, regulaciones municipales y ordenanzas locales que afectan los procesos de impresión y publicación.

Cuando esto es manejado por un publicista o editor que se mueve en el terreno y que sabe cómo se aplica la ley, el trabajo del educador puede facilitarse. Pero los editores usualmente no manejan material que busque enviar mensajes políticos. Y puede que no tengan una buena comprensión de las ordenanzas locales en lugares donde ellos usualmente no distribuyen.

Lo mejor es tener, por lo menos, conocimiento práctico de las leyes y de cómo pueden afectar la impresión y distribución. No hay nada más desalentador, costoso y que haga perder más tiempo que la reimpresión de un material porque algo se olvidó, se ubicó incorrectamente o porque no se usaron las palabras adecuadas. Es suficientemente malo si es un error de sustancia, pero más frustrante aún si obedece a un pequeño requerimiento legal que no cambia la sustancia de la publicación.

Las leyes relativas a los materiales impresos pueden hacer referencia a la información de identificación, el contenido, los requerimientos técnicos, los métodos de distribución y las restricciones comerciales.

Restricciones de contenido

Es posible conducir un programa de educación electoral o cívica en un país que tenga leyes de censura. Puede que éstas se hayan extendido o que aparezcan y desaparezcan durante el proceso electoral, mientras los gobiernos invocan o revocan estados de emergencia o de ley marcial a nivel nacional o local.

Pueden existir leyes que se aplican sólo durante el periodo electoral. Por ejemplo, puede que a las columnas de opinión de los periódicos y los titulares (y por extensión otras publicaciones de tipo periodístico) se les exija identificar al autor, cuyo nombre y dirección se publica durante épocas electorales para reforzar la responsabilidad de quienes escriben.

Inevitablemente existirán leyes generales que gobiernen la expresión pública. Algunos países tienen regímenes muy libres para las publicaciones; otros tienen restricciones relativas al uso de la bandera nacional, fotografías de líderes políticos, lenguaje y restricciones de eslóganes, entre otros.

Restricciones técnicas

Un segundo grupo de restricciones son aquellas que giran en torno a los asuntos técnicos. Los periódicos pueden definirse de cierta manera y pueden requerir un registro, y lo mismo podría aplicar para otras publicaciones similares, como tiras cómicas, revistas especializadas, revistas o panfletos. Las regulaciones pueden incluir requerimientos sobre aquella información que se suministra acerca de los propietarios o editores de la publicación, el equipo, el lugar de trabajo, la imprenta desde donde el material impreso se origina, etcétera. Pueden también existir regulaciones legales que requieran la presentación de una copia autorizada en depósitos o librerías antes o después de la publicación.

En el caso de artículos efímeros tales como carteles, volantes y pequeños folletos, puede que sea necesario incluir detalles sobre el distribuidor y el editor (y posiblemente sobre quién lo imprime).

Hay buenas razones por las cuales esta información debe aparecer en cualquier tipo de publicación (ver Derechos de autor y programas de educación electoral) y siempre hay la posibilidad de que el material tenga que ser retirado o confiscado si no cumple con las leyes locales.

Restricciones y oportunidades en la distribución

Comúnmente las municipalidades tienen reglas estrictas para regular la exhibición de carteles o afiches y la distribución de materiales en sitios públicos, en cualquiera de sus modalidades. Estas leyes normalmente son parte de un control ambiental general y se puede cumplir con ellos fácilmente.

Pueden existir leyes más generales para regular la distribución de materiales en países que son menos abiertos. Es también importante tomarlo en cuenta, puesto que podrían afectar no sólo al productor del material sino también al usuario.

Algunos países facilitan la distribución de materiales de manera rentable a través del correo. Hay métodos para identificar y empacar los periódicos, el correo especial y las comunicaciones de baja prioridad, entre otros, que aseguran que se obtengan tasas de distribución más económicas. Es necesario que los educadores que trabajan con presupuestos limitados exploren dichas oportunidades, mismas que no se difunden ampliamente.

Restricciones comerciales

Indiscutiblemente existe una protección comercial a los derechos de autor, las imágenes y los logotipos, que usualmente utilizan los pequeños impresores y publicistas para crear materiales atractivos. No es posible usar fotografías o imágenes sin verificar antes que sean de dominio público.1

Las restricciones mencionadas anteriormente surgen por una gran cantidad de razones. En algunos casos, la motivación es enteramente constructiva. Pero incluso las ordenanzas locales ambientales han sido utilizadas por algunos regímenes para restringir la libre circulación de información. Mientras que algunos organismos electorales pueden tener carta blanca en países que de otra forma restringirían la información, otros tendrán que argumentar fuertemente para que su información quede libre de restricciones que limiten su habilidad para enviar los mensajes necesarios.

Los mismos organismos deben estar vigilantes, no sólo para beneficio de ellos mismos sino también por el de las organizaciones no estatutarias y las asociaciones que proporcionan apoyo electoral. Igualmente, si pretenden desarrollar una estrategia que incluya organizaciones de la sociedad civil en programas educativos, desearán proporcionar asistencia a organizaciones pequeñas que puedan tener dificultades al tener que lidiar con las leyes.

Notas:

1 Para información sobre la imágenes que pueden ser usadas y una discusión acerca del dominio público de los materiales, vea Where There Is No Artist.

Derechos de autor y programas de educación electoral

Las discusiones sobre derechos de autor son importantes para asegurar que las personas sean reconocidas por su trabajo y que hay una buena organización y distribución de la propiedad de los derechos que asegure tanto el reconocimiento como la responsabilidad debidas. Si bien la mayoría de la información de esta sección es técnica, es importante recordar los valores que apuntalan la educación electoral y sus implicaciones en todo lo que concierne a los asuntos de derechos de autoría. Si uno de los propósitos fundamentales de la educación cívica y electoral es construir la democracia a través del desarrollo de valores cívicos y responsabilidades ciudadanas, parece razonable esperar que las organizaciones y las agencias del gobierno involucradas en este trabajo, promocionen un trato abierto y honesto con los materiales ajenos exigiendo respeto por los derechos de autor.

La sección cubre los siguientes aspectos:

  • ¿Qué son los derechos de autor?
  • ¿Cómo afectan los asuntos relacionados con los derechos de autor la educación electoral?
  • ¿Cuáles son los marcos legales que se aplican a los derechos de autor?
  • ¿Cómo se obtienen los permisos para usar material registrado?

¿Qué son los derechos de autor?

La libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia. Este derecho humano fundamental generalmente garantiza la libertad de expresión de los ciudadanos y, en particular, de los medios de comunicación. También debe garantizar la libertad creativa de los escritores, músicos, pintores, y demás artistas: personas que buscan la expresión original de ideas a través de la investigación o el arte.

Otro derecho humano fundamental es el derecho a tener propiedades, donde la propiedad no está limitada a la tierra. No se permite que las personas roben a otras lo que les pertenece. Esto se puede aplicar tanto a la expresión original de las ideas de una persona como a sus bienes materiales. El producto de los esfuerzos intelectuales de una persona se denomina propiedad intelectual: pertenece a esa persona en la misma forma que sus propiedades materiales.

Los derechos de autor, aun cuando no son considerados como un derecho humano, pueden ser concebidos como la extensión de los dos derechos humanos mencionados previamente. Las leyes de derechos de autor previenen que cualquier persona copie o se apropie de la propiedad intelectual de otra persona. Las leyes de derechos de autor proporcionan protección a todos aquellos que realizan trabajos creativos, bajo la condición de que su trabajo llene dos requerimientos básicos. El primero tiene que ver con su presentación en forma material (o física): por escrito, en una grabación sonora, como una pintura o escultura. No existen derechos de autor para las ideas, sino para la expresión material de las ideas. Lo segundo se refiere a que un trabajo sólo puede registrarse si es original. Esto no significa que tenga que ser altamente innovador y que tenga que presentar ideas que no se hayan mencionado antes. Simplemente significa que el trabajo no puede ser copiado, sino que tiene que ser el producto del propio esfuerzo del autor.

¿Cómo afectan los asuntos relacionados con los derechos de autor la educación electoral?

Los materiales de educación electoral son producidos con un propósito muy específico y usualmente bajo ciertas presiones. Hay dos tipos de agencias que generalmente se involucran en la producción de estos materiales:

  • Organizaciones no gubernamentales (ONGs), que se encargan de promover la democracia y la cultura política entre los ciudadanos
  • Autoridades electorales estatutarias, que producen dichos materiales si la ejecución de las campañas de educación electoral forma parte de su mandato oficial

En ambas instancias, el desarrollo de materiales para la educación al votante está motivado por el deseo de lograr que las elecciones resulten exitosas. Puesto que un gran número de personas requieren información que les permita entender los procesos electorales en época de elecciones, las agencias de educación electoral siempre están interesadas en la distribución de materiales a la escala más amplia posible. Combinar estos imperativos con el hecho de que la educación electoral tiene que suceder bajo enormes limitaciones de tiempo y de presupuesto, es tentador utilizar recursos ya disponibles, en lugar de diseñar nuevos materiales de la nada cada vez que se requiere.

Las ONGs, particularmente aquellas que se definen como organizaciones de interés público, se inclinan por ser totalmente desinteresadas respecto a la propiedad o posesión de los materiales que producen. Su principal preocupación es lograr que sean utilizados, y si esto significa que los usuarios terminen fotocopiando los materiales en grandes cantidades, usualmente les generará más satisfacción que desencanto. En ciertas instancias, se invita activamente a la gente a copiar o reproducir el material, como lo muestra el siguiente texto que aparece en la portada de un manual de educación cívica para un capacitador: "Este material puede ser copiado libremente por los capacitadores para ser utilizado en talleres, con reconocimiento de la fuente."

Mientras que las buenas intenciones detrás de esta afirmación se entienden fácilmente, existen limitaciones para manejar materiales originales de esta manera.

Las ONGs no sólo están dispuestas a permitir que sus materiales sean fotocopiados libremente en aras de que la información de disemine lo más ampliamente, sino que incluso es poco lo que les interesa que el material se identifique como suyo. Muchos materiales de educación al votante son efímeros en su naturaleza: panfletos, carteles, tiras cómicas y periódicos. Quizá porque son producidos con gran rapidez o porque pasan por muchas manos durante el proceso de producción, esos materiales son usualmente distribuidos sin el nombre y los detalles de contacto de la organización que los origina, ya no digamos los nombres de los autores e ilustradores que contribuyeron a su publicación.

Es importante recordar que todo trabajo original, aun en el área de la educación electoral, está protegido por las leyes de derechos de autor. Y esto, después de todo, no es malo. Considérese un escenario donde las ONG en un país que se prepara para elecciones desarrollan un folleto informativo para los votantes. El folleto es reproducido domésticamente en grandes cantidades (a través de un simple proceso de fotocopiado y grapado) para ser distribuido en el área del país donde opera la ONG. Llegado el tiempo de elecciones, el organismo electoral de ese país, después de ver una copia del folleto, decide reproducirlo y distribuirlo a nivel nacional. El nombre de la ONG que produjo el folleto no aparece en ningún lugar y el organismo electoral asume que la organización, por el interés de que la elección resulte exitosa, apoyará de todas formas la distribución del folleto. Se buscan los fondos necesarios para este proyecto y el folleto se imprime para ser distribuido con el logotipo y los detalles de contacto del organismo electoral en el frente del folleto.

Las personas respetuosas de los derechos de autor reaccionarán escenario con alarma ante a este. Este es uno de muchos ejemplos de cómo una agencia puede apropiarse de un material de educación electoral producido por otra. De igual forma, surgen situaciones donde un medio de comunicación, y los periódicos en particular, reproducen materiales de educación al votante asumiendo que son de dominio público. Y, por supuesto, también se sabe que las ONGs se copian el trabajo entre sí, sin darle crédito a quien se lo merece.

Este no es sólo un problema interno en países que están llevando a cabo una elección, cada vez es más fácil que las agencias tengan acceso a material sobre educación electoral más allá de las fronteras. Algunas agencias internacionales facilitan la educación electoral alrededor del globo. Cuando se copian materiales de fuentes extranjeras, deben aplicarse las mismas reglas.

Finalmente, es mejor no ser tímido en lo que se refiere a los derechos de autor de los materiales. No toma mucho reconocer el trabajo original de los escritores e ilustradores que crean materiales de educación al votante, y respetar los procedimientos que imponen las leyes de derechos de autor. No debe olvidarse que el desarrollo de materiales requiere insumos financieros considerables. En el caso de las ONGs, este dinero usualmente se recibe de agencias donantes. Si los materiales son reproducidos por otros sin reconocer el tiempo, el empeño y el dinero invertido en el proceso que los originó, esto sería una gran injusticia.

Cuando es posible, se debe convenir algún tipo de acuerdo para que se puedan copiar los materiales. En los Estados Unidos de América, el derecho a obtener una recompensa financiera por el esfuerzo intelectual de una persona es parte fundamental de la ley de derechos de autor. Alrededor del mundo, el sector de las ONGs lucha constantemente contra los problemas financieros. Comprar el derecho para reproducir materiales de educación electoral puede hacer una pequeña contribución para el sostenimiento de las ONGs que los desarrollan.

Cuando no es posible pagar por el permiso para reproducir los materiales de educación al votante, o en casos donde las agencias de educación electoral deciden pasar por alto dichos costos, es importante (al menos) solicitar el permiso necesario a través de los canales apropiados y reconocer formalmente la fuente de donde provienen esos materiales. Las habilidades creativas de las personas que trabajan en las ONGs son usualmente menospreciadas, y pueden ser tan modestos como sus organizaciones frente al compromiso que tienen con los intereses de la sociedad. No obstante, las ONGs son conocidas por su capacidad para responder a las necesidades de la comunidad, para experimentar con metodologías innovadoras y para ir un paso delante de aquellas instituciones educativas más grandes pero menos flexibles, particularmente el Estado, que por su naturaleza no puede moverse con la misma rapidez.

Las ONGs y su personal se merecen un mayor reconocimiento por su trabajo en el área de la educación electoral, y respetar sus derechos de autor puede ser un buen comienzo.

¿Cuáles son los marcos legales que se aplican a los derechos de autor?

Existen dos convenciones internacionales de derechos de autor, y la mayoría de los países del mundo son signatarios de una o ambas convenciones. La Convención de Berna estipula que un trabajo no necesita estar formalmente registrado para gozar de la protección de derechos de autor. Se entiende que los derechos de autor son inherentes y automáticos, así aparezca o no una notificación formal del registro. La Convención de Berna también descansa sobre el principio de que los derechos de autor sobre un trabajo particular deben ser respetados mientras el autor esté vivo y por un determinado número de años después de su muerte (en la mayoría de los países el límite son cincuenta años.) Cuando expiran los derechos de autor de un trabajo, éste se vuelve de dominio público.

La Convención Unida de Derechos de Autor (UCC, por sus siglas en inglés) no especifica la duración de los derechos de autor. La estipulación más importante es que en países donde se requiere que los autores registren su trabajo para que los derechos de autor tengan validez (a pesar de que la UCC no lo exige), dichas formalidades pueden cumplirse simplemente agregando una nota de pie de página al trabajo subrayando quién es el autor de ese texto, así como el nombre de quien mantiene los derechos y la fecha de la primera publicación. El procedimiento de registro es tan simple como esto: no requiere una solicitud formal ante los órganos oficiales, llenar largas formas, o esperar en filas interminables. Los autores de los trabajos publicados (a diferencia de las obras de arte únicas) posiblemente deberán depositar una copia (o copias) de su trabajo ante un cuerpo oficial, como por ejemplo una biblioteca nacional del país.

Estas convenciones internacionales no prohíben que el país tenga una legislación propia sobre derechos de autor. Por el contrario, las convenciones proporcionan directrices para el diseño y aplicación de dichas leyes. Lo más importante es que bajo las convenciones internacionales, los países se comprometen a proporcionar la misma protección para los derechos de autor de los escritores y artistas nacionales y extranjeros.

Como todas las legislaciones, las leyes de derechos de autor pueden ser bastante complejas, y cubrir cada aspecto de ellas aquí sería imposible. Es también difícil hacer generalizaciones que apliquen a todos los países del mundo. Hablando abiertamente, sin embargo, los derechos de autor significan que la propiedad es del autor del trabajo, esto es, el creador material de la expresión de la idea. Esta persona puede ser o no la que originalmente tuvo la idea. Cuando el autor es empleado (por ejemplo en una ONG) y el material es creado como parte de su trabajo, entonces los derechos de autor pertenecen al empleador. Cuando se produce un trabajo en el empleo y bajo la dirección del Estado, entonces el Estado es el dueño de los derechos.

En el caso de un trabajo comisionado, los derechos de autor siguen siendo propiedad del mismo, a no ser que éste los ceda. Si una organización desarrolla un manual de educación al votante, por ejemplo, y comisiona una serie de ilustraciones para que formen parte del manual, entonces los derechos de autor sobre las ilustraciones pertenecen al artista, a no ser que sean cedidos a la organización. Mucho depende de la naturaleza del contrato firmado para la comisión del trabajo. Un contrato con el ilustrador puede especificar, por ejemplo, que la organización que comisiona el trabajo tiene el derecho a reutilizar las ilustraciones un cierto número de veces o para ciertos propósitos.

Las consideraciones de la propiedad de los derechos de autor se vuelven más complejas en el caso de los trabajos colectivos. Comúnmente en las ONGs, los materiales de educación electoral son producto de la combinación de varios autores. Si las contribuciones de los diferentes autores no son claramente distinguibles unas de otras, entonces los derechos de autor les pertenecen a todos los que participaron. Donde los autores están empleados por una organización, entonces, en la mayoría de los casos, la organización mantiene los derechos de autor. Cuando un trabajo está compuesto por contribuciones separadas e identificables de diferentes autores (por ejemplo, los diferentes capítulos de un libro), entonces los autores son propietarios de los derechos de autor de sus contribuciones individuales, mientras el editor posee los derechos de la compilación como un todo (conocidos como derechos de compilación).

Finalmente, los derechos de autor pueden cambiar de dueño, tal como lo hace la propiedad física. Empero, no pueden entregarse así nada más. Para que cambie de manos, los derechos de autor se deben asignar formalmente. En dichos casos, los autores o ilustradores llegan a un acuerdo formal con los editores, las agencias que los comisionan, o cualquier otro grupo, para asignarles todos los derechos de autor. Una asignación de los derechos de autor también debe garantizar que éstos no les han sido asignados a otro grupo.

¿Cómo se obtienen los permisos para usar material registrado?

Aunque los derechos de autor claramente pretender proteger los intereses de las personas que producen trabajos originales, las leyes de registro, o derechos de autor, también están conscientes de los intereses de una sociedad más amplia. Por ejemplo, la legislación sobre los derechos de autor generalmente permite que los escritores citen palabras de otro autor, reconociendo la fuente, siempre y cuando éstas no sean excesivamente largas. En instituciones educativas, se permite el fotocopiado, con ciertas limitaciones, para el uso individual de los estudiantes. En los casos donde se permite la copia limitada, determinar los límites exactos es bastante difícil.

Las leyes sobre derechos de autor requieren que las personas apliquen el principio del "uso justo" o "trato justo" para determinar si algo puede copiarse o no sin obtener un permiso formal del autor. Es casi imposible cuantificar lo que esto significa, y el principio puede ser igualmente cualitativo. En el caso del material que comercializa, la consideración obvia es que las copias no pongan en peligro las ventas.

Fuera del respeto por los creadores del trabajo original, y teniendo en cuenta que usualmente no se respeta lo suficiente el trabajo de las ONGs, se recomienda obtener un permiso oficial para copiar cualquier trabajo si no va a ser usado con fines personales. El permiso debe solicitarse por escrito, y tendrá que especificar claramente el uso que se le dará al material registrado.

Cuando los trabajos son publicados por reconocidas casas editoras, usualmente los autores mantienen los derechos de propiedad mientras los editores mantienen los derechos para citar. Una vez más, en dichos casos, la naturaleza del contrato entre el editor y el autor es muy importante. Los contratos pueden especificar cosas como los derechos territoriales (la extensión territorial de los derechos de autor), los derechos de traducción, y otras restricciones. Generalmente, todo esto está relacionado con los intereses financieros del autor y el editor. Por esta razón, los permisos para copiar usualmente se obtienen por un precio.

En el área de la educación electoral, es inusual que a las personas las motive el deseo de obtener ganancias, si bien las organizaciones involucradas en este tipo de educación obviamente tendrán que cubrir los costos. Si una organización solicita a otra permiso para copiar material sobre educación electoral y explica claramente el contexto en el cual será utilizado, es razonable esperar que dicho permiso sea concedido sin ningún costo o a uno muy bajo. Una vez obtenido el permiso para copiar los materiales, es importante ser meticuloso al reconocer la fuente. Como cortesía, también se recomienda que ejemplares de los nuevos materiales sean enviados a la organización que concedió el permiso para que se copiara su trabajo.

Si alguien se acerca a una organización para pedir permiso para copiar materiales de educación electoral que ellos han producido, entonces se debe obtener la mayor cantidad de información posible sobre el uso que se le pretende dar al material: grupo de enfoque, distribución de la impresión, área de distribución, y precio anticipado (si el material se va a vender.) Tales detalles facilitarán la decisión sobre la necesidad o no de cobrar alguna tarifa. En lo que se refiere a las tarifas, no hay reglas establecidas y las peticiones, por lo general, deben evaluarse caso por caso. Para conceder un permiso, se debe escribir una carta estableciendo los términos y condiciones particulares que puedan aplicarse. Incluso puede solicitarse una copia de los nuevos materiales.

Finalmente, la pregunta surge sobre lo que debe hacerse cuando se violan los derechos de autor. Aunque la parte ofendida, lógicamente, se sentirá ultrajada cuando esto ocurra, desafortunadamente no hay mucho que ganar si se llevan estos casos ante la justicia. De hecho, raramente llegan ante un juzgado, a no ser que haya mucho dinero de por medio. Si una organización descubre que sus materiales de educación al votante han sido copiados sin permiso, debe exigirse una disculpa formal y, si es necesario, debe imponerse una multa.

Clasificación de materiales

Los investigadores y bibliotecarios se convertirán en los guardianes de los materiales producidos para los educadores y los ciudadanos. Estos educadores y ciudadanos requieren información sobre la procedencia de la publicación.

El problema es que esa información no suele estar disponible, puesto que los materiales usados con propósitos educativos son efímeros o muy comunes. Sumado a lo anterior, es poca la atención que se le presta a la durabilidad de los materiales, así que se preparan paquetes de materiales entre los cuales un manual puede contener toda la información aquí sugerida, pero no el resto de sus componentes.

La siguiente información básica debe proporcionarse en todos los materiales impresos:

  • Nombre y dirección del productor o editor: mientras que cierto tipo de material (particularmente libros formales) se pueden encargar a los editores registrados, la tendencia es que los organismos electorales y las organizaciones de educación electoral publiquen ellos mismos los documentos utilizando técnicas de impresión y empaste sencillas, combinadas con otros tirajes más especializados y limitados. Varios de estos editores son organizaciones establecidas con propósitos especializados y limitados, por lo tanto es fundamental una buena información sobre la organización, incluyendo dirección, y cuando son consorcios o coaliciones, los miembros que la componen.

Esto debe realizarse por dos razones. Primero, los usuarios deben estar en capacidad de evaluar el material de acuerdo con un rango de criterios (especialmente si el material es producido durante una elección, cuando la parcialidad es un asunto importante), uno de los cuales es la credibilidad de la organización editora. Segundo, porque aquellos que recolectan o evalúan los materiales de las actividades que aseguran el uso continuo de las experiencias contenidas en dicho material o mediante su utilización necesitan la información para catalogar y obtener copias o información adicional.

  • Nombre de los autores y colaboradores del proyecto: una vez más, esta información es necesaria para conocer la procedencia y la forma de catalogar el texto. Sin embargo, existe una tercera razón. Aquellos que están involucrados en la educación con fines democráticos han realizado esto de manera anónima y han acumulado experiencia y práctica considerables. Cuando esto no se reconoce, por una falsa modestia, o por razones de responsabilidad colectiva e igualdad democrática, los que han desarrollado el trabajo primario son pasados por alto en favor de aquellos que se especializan en la recolección y edición de materiales. Ni los profesionales ni las organizaciones que ellos representan reciben el reconocimiento necesario. La mayoría del material que está usualmente en uso en el mundo son del dominio público. Sus orígenes son obscuros; pero sería bueno reconocer a aquellos que han sido innovadores y líderes en esta área que se profesionaliza con rapidez.
  • Fecha de publicación: un sorprendente número de materiales impresos no llevan fecha. Al menos, debe utilizarse el año de publicación. Esto ofrece un indicio del contexto dentro del cual ha sido producido el material, e igualmente asegura que cualquier investigador o evaluador podrá seguir el desarrollo de las ideas y los métodos a través del tiempo.

Además del año, puede ser necesario las fechas sean más específicas en el caso de los materiales con información efímera. Una edición de un panfleto puede estar más actualizada y ser más confiable que otra; los suplementos del periódico pueden contener detalles que son actuales sólo el día de la producción. No obstante, los materiales impresos están en muchos lugares, especialmente en las áreas de recepción de las oficinas, en los estantes públicos y en las vitrinas de distribución gratuita. Los materiales inadecuados no pueden descartarse si no están fechados.

Así que, sumado al año, un material efímero puede requerir el mes, y quizás hasta el día de publicación.

Las publicaciones especializadas tales como listas de mesas de votación, enmiendas a regulaciones, y preguntas más frecuentes para los educadores, pueden incluir la hora de impresión para asegurar que siempre se está utilizando la última versión.

  • Palabras claves de clasificación: puesto que el campo de la educación cívica y electoral es especializado y utiliza materiales de una amplia variedad de disciplinas, es un poco difícil para las personas encargadas clasificar los materiales. Aunque no es esencial proporcionar palabras claves, puede ser muy útil que aquellos que han producido el material las sugieran o, si están publicando un gran número de trabajos, incluyan una lista de palabras clave para su propio uso.
  • Información sobre derechos de autor: para permitir el uso de los materiales publicados con propósitos educativos, hay que instruir a los usuarios sobre las formas como el material puede reproducirse o cómo se pueden obtener copias adicionales. Para mayor información sobre esto, ver Derechos de autor y programas de educación electoral.
  • Información sobre paquetes: la mayoría de los materiales se publican en paquetes o grupos. Algunas veces el material vendrá acompañado de una cantidad de folletos o estará complementado por panfletos y afiches. En algunos casos, el material puede ser parte de una colección o series de publicaciones.

Dado que los materiales se separan unos de otros, se debe prever la manera de asegurar que se lleve un registro de los componentes de cada paquete. Existe la posibilidad de que no se pueda poner toda la información en pequeños panfletos o artefactos, pero podrían contar con alguna marca identificable o logotipo y el documento primario (usualmente un manual o portada) debe contener los detalles completos y explícitos del grupo completo de materiales. Si es posible, el documento primario debe mencionar no sólo los títulos sino también debe proporcionar información descriptiva particular sobre los afiches y demás ilustraciones.

  • Propósito: los materiales educativos se producen por alguna razón. Cuando se sacan del contexto particular, se vuelven disfuncionales. Pero si son atractivos y están disponibles, los educadores de otros contextos querrán utilizarlos y adaptarlos. Los educadores insuficientemente entrenados y con pocos recursos desearán apenas adoptarlos.

Además de lo anterior, los investigadores que pretendan comprender cómo se prepararon y utilizaron los materiales para que las lecciones se vuelvan más generales, también querrán información que comúnmente no se suministra.

Los editores deberían expresar, en un prefacio, avance, o frase introductoria, un corto mensaje sobre el sentido del contexto dentro del cual se producen los materiales y el propósito para el que fueron creados. Esto es especialmente importante en la educación al votante puesto que hay muchas divergencias entre una elección y otra. El material adecuado sobre educación electoral para una primera elección, para un electorado que nunca antes ha sufragado, será muy diferente de aquel preparado para una comunidad altamente letrada y habituada a las elecciones, donde éstas son obligatorias.

Consideraciones medioambientales de la educación electoral

Los educadores no son diferentes de la mayoría de personas en suponer que su trabajo no tiene impacto en el medio ambiente. Sin embargo, las campañas masivas suponen producciones a gran escala de materiales impresos, su distribución por vías terrestres o aéreas, y la entrega de materiales efímeros, incluyendo panfletos, periódicos, bolsas de plásticos, entre otros, todos los cuales tienen consecuencias para el medio ambiente.

Estos impactos puede ser mitigados a través de consideraciones más consientes en los niveles de planeamiento.

Los métodos de producción que tengan en cuenta el agua y el manejo de residuos; la adquisición y sustitución de materias primas; y una consideración frugal del tamaño y número de las publicaciones requeridas, pueden reducir el impacto.

En algunos casos, los implicados en la producción querrán considerar la descentralización de la impresión a fin de reducir los impactos de distribución. Esto ha sido mucho más factible gracias a Internet, que permite que pruebas de impresión listas sean distribuidas electrónicamente al punto de uso.

Por supuesto que, una buena planeación puede permitir incluso medios de distribución más tradicionales como los servicios postales. Durante las campañas pre-electorales, la producción de último momento de materiales inevitablemente resulta en el uso de los más derrochadores medios de distribución —como servicios de mensajería de gran escala por tierra o aire— adicionando costos e incrementando los impactos medioambientales.

En el punto de contacto entre los educadores y el público, es posible que se tenga mayor cuidado para asegurar que se practica una buena ciudadanía en cuanto a la basura, el control del ruido y el manejo de multitudes en los eventos masivos o las interacciones con las autoridades locales y los vecinos.

Artículos impresos tradicionales

Este texto examina de cerca algunos de los materiales impresos tradicionales que son utilizados en programas de educación electoral y cívica. Estos incluyen:

  • Libros y folletos
  • Panfletos y volantes

Se discute el valor educacional de estos materiales y una variedad de consideraciones substantivas, de diseño, producción, distribución, costo y tiempo. También se trata sobre la manera que estos asuntos se integran en programas más amplios y complementan otros productos y actividades.

Hay una variedad de productos impresos, tales como carteles y estandartes, separadores de libros, portavasos, adheribles (llamados también calcomanías o pegatinas), prendas de vestir, productos de empaque y calendarios que son tratados separadamente en Artículos impresos especiales.

Esta sección discute dos materias por separado:

  • Los libros como un medio educativo
  • Asuntos que deben ser considerados durante el proceso de publicación

Esto será muy útil particularmente para los educadores que están construyendo programas por primera vez.

Ventajas educativas al utilizar libros

La publicación y distribución de libros en el lenguaje nativo de las personas cambió el mundo. Los libros siguen siendo el medio más poderoso para comunicar mensajes complejos y tienen la ventaja que son relativamente fáciles de producir en cantidad, con un precio bajo por unidad, simples de distribuir y guardar, y no dependen en lo absoluto de la electricidad, las líneas telefónicas, o terminales de computadores una vez se han impreso. Y, al contrario de las computadoras, no están sujetos a daños por interferencia magnética o virus.

Aún en situaciones de analfabetismo, sólo se requiere que una persona sepa leer para comunicar en voz alta el mensaje contenido en el libro, y esa persona únicamente necesita tener la capacidad de leer sin tener que manejar perfectamente el contenido del libro.

Sorprendentemente, hay muy pocos libros simples que contengan información sobre las elecciones y la democracia disponibles en muchos países. Quienes publican Biblias, el Corán, y otros textos religiosos inevitablemente se apoyan no sólo en las fuerzas del mercado para determinar su producción y distribución, sino que también salen a "poner en manos de la gente" dichos libros, convencidos del beneficio de que los posean. En Sudáfrica, el gobierno hizo un intento similar, utilizando métodos para imprimir a bajo costo y la red de correo nacional, para enviar copias de su nueva constitución a 7 millones de personas. En México, el organismo electoral produjo un conjunto de libros sobre varios aspectos de la democracia.

Desventajas de los libros

La utilización de libros presenta algunas desventajas educativas a nivel individual y por grupos:

  • El largo periodo que se requiere para publicar un libro incrementa la posibilidad de que la información se desactualice.
  • La publicación de un libro para una pequeña audiencia eleva el costo por unidad, haciéndolo incosteable.
  • La publicación en forma de libro se ha convertido en un misterio.

Puesto que la radio, la televisión, las revistas, y los periódicos se han convertido en los medios más populares de comunicación, los libros se han asociado a audiencias expertas o nichos particulares del mercado. Mientras que hay una plétora de novelas populares y libros de crecimiento personal que están siendo publicados, sorprendentemente es muy poco el material sobre educación cívica que se publica en forma de libro al mismo nivel. Lo que existe parece estar dirigido a niveles de enseñanza secundaria y nivel medio superior formales en forma de textos que serán interpretados por un profesor o lector.

Folletos

Ligados a los libros, y tal vez mucho más utilizados por los educadores, son los folletos y panfletos. Un folleto puede escribirse más rápidamente, puede imprimirse en mayores cantidades, y puesto que normalmente tiene un número limitado de páginas, es posible que sea menos idealizado que un libro. Empero, panfletos de esta naturaleza pueden tener una gran influencia y servir a un gran número de lectores por unidad.

Programas complementarios

Esta sección ha sugerido que los libros y los folletos sean considerados como una forma de intervención educativa. Sin embargo, también son una herramienta que complementa otras intervenciones educativas tales como los programas directos o cara a cara. Para más información sobre folletos estilo historieta, vea Tiras cómicas e historias gráficas.

Ya sean libros de consulta para un taller, material para entregar como lectura complementaria, o un regalo para dejarle a una persona o familia después de una visita, las publicaciones aseguran que el conocimiento no sea fugaz y que el aprendizaje continúa después de la primera interacción.

Una de las ventajas de facilitar el acceso a materiales sustanciales después de una interacción cara a cara es que el libro se convierte en un recurso disponible localmente. Y en situaciones donde dicho recurso es escaso, seguramente una variedad de personas le dará un buen uso.

Dicha utilización va más allá de la percepción aislada de un libro y de la razón por la que se le considera una opción relativamente costosa. Originalmente, los libros se utilizaban en espacios comunitarios, y no hay ninguna razón para no explotarlos con fines educativos.

Un uso complementario es como suplemento de la radio, que es de naturaleza efímera. Los textos se usan en programas de educación a distancia, y un folleto barato puede facilitarse antes o después de una transmisión radial particular. En este último, la radio se convierte en una opción en la estrategia de distribución de libros publicados.

Publicar un libro

La preparación de un libro, ya sea grande o pequeño, para una audiencia limitada o para distribución masiva, pasa por un proceso similar.

La idea inicial: a menos que un autor haya enviado un texto a un editor, lo más probable es que el editor tenga la idea inicial, incluyendo un grupo de metas educativas explícitas o implícitas, sobre lo que se requiere. Los editores experimentados y que conocen bien su audiencia tendrán ideas concretas. O, puede que el concepto no esté bien formado en esta etapa.

La audiencia: el concepto tiene que concretarse rápidamente, especialmente si existen medios comerciales para la publicación. Cuando un editor tiene el dinero para comprometerse a financiar la publicación, sigue siendo esencial realizar preguntas críticas sobre el tamaño y el contexto de la audiencia. Estas son preguntas que los educadores ya habrán formulado.

Sumado a lo anterior, los educadores deben considerar si la publicación de un libro o folleto es el medio más efectivo para alcanzar sus metas. Y deben establecer un conjunto de directrices para el resto del proyecto que determinarán la audiencia, la calidad de la publicación, su nivel de lenguaje, y cualquier otro tipo de principio que sea necesario para guiar a los escritores y a quienes producirán el libro.

El texto: la producción de un texto debe ser responsabilidad de uno o más escritores, trabajando ya sea independientemente uno de otro o conjuntamente sobre un esbozo establecido por el editor.

Hay ocasiones cuando la producción de un texto inicia un libro. Las conferencias y reportes de los equipos que monitorean son usualmente de tan buena calidad que existe la tentación de convertirlos en libros. Los escritores también envían manuscritos que un editor comercial puede animarse a publicar.

Pero aquellos involucrados en la educación para la democracia deben comenzar con un concepto y un conjunto de objetivos educativos antes de desarrollar un texto.

Edición del texto: los escritores escriben. Los editores editan. Tiene que existir una división entre esas dos tareas. Muy pocos manuscritos se publican sin ser editados, y la tarea del editor es considerada ya sea como el refinamiento del manuscrito, o en algunas ocasiones célebres, como la recuperación de un libro de entre una cantidad enorme de textos.

La labor de edición comúnmente se considera iterativa, y es posible que al final del proceso, el libro que se pretendía realizar sea completamente distinto al editado. Los editores necesitan mantener un estrecho contacto con el escritor y en algunos casos, puede existir un ejercicio de colaboración continua desde el comienzo del proyecto.

Diseño del libro: además del escritor y el editor, habrá una persona responsable de diseñar el libro. Cuando sólo se utiliza texto, dicha persona tendrá la responsabilidad de diseñar la distribución (incluyendo la numeración de las páginas, los márgenes, los encabezados, y los textos resaltados), seleccionando el tipo de letra a utilizar, buscando la mejor forma de separar el libro en secciones y capítulos, y estableciendo una página de contenido y todas las páginas auxiliares.

Un buen diseñador conoce de papeles y puede sugerir formas para ahorrar gastos al respecto. Hay tamaños de papel estándar que tienen repercusiones sobre la forma como se construye la página, el número de páginas que debe tener el libro, la manera en que se doblan y cortan las páginas, y si se requiere o no un tamaño de página no estandarizado para una publicación particular. Los diseñadores también conocen la calidad del papel y el impacto del texto en el color, así como la textura de los diferentes papeles disponibles.

Cuando el libro es más elaborado y se pretende que incluya diagramas, dibujos, y fotografías o textos decorativos, o cuando se requiere un papel especial, los diseñadores también tendrán que ver en su preparación. También se les puede solicitar para que hagan sugerencias sobre el encuadernado.

Muchos de los libros hoy publicados comienzan con un diseño, y cuando se planea realizar un libro elaborado, los escritores, diseñadores y editores, deben trabajar conjuntamente desde el principio del proyecto.

Por otro lado, existe software que puede ayudar a cualquier persona con habilidades o experiencia básicas de diseño a desarrollar un libro. El software todavía no puede reemplazar a las personas que están capacitadas para diseñar, pero ciertamente facilita su trabajo; y hace posible que los educadores observen una y otra vez el diseño del libro antes de su impresión, que de otro modo no sería posible.

El diseño de la carátula: sin importar cómo se vea un libro en su interior, lo que impacta a la gente es la carátula. Por esto, aquellos que las diseñan deben saber qué tipo de primera impresión se requiere.

La discusión sobre la impresión exterior del libro requiere que se decida el título, el texto que aparecerá (incluyendo la introducción del libro) y la manera como ambos serán provistos con ilustraciones que llamen la atención. Las personas encargadas de publicar libros y folletos como apoyo a programas educativos igualmente deben considerar asuntos más prácticos, como el lugar donde es probable que se ubique el libro una vez llegue a su primer punto de distribución, la forma como se guardará, y el mecanismo de distribución.

Estas consideraciones determinarán temas tales como el tamaño y el tipo de empastado. Los libros pequeños se pueden perder en el estante, especialmente si están engrapados y no tienen un lomo apreciable. Los libros del tamaño de una mesa de café pueden ser muy pesados y su envío requiere altos costos de embalaje, o puede que no quepan en un estante normal en la pequeña librería de una comunidad.

De esta manera, la decisión de producir una carátula bonita puede ser insuficiente para asegurar que el libro o folleto sea agradable para el lector, el distribuidor, la librería, y el educador. La carátula debe estar ligada a la calidad de la publicación completa.

Plan de mercadeo y distribución: así el programa educativo haya decidido producir un libro de texto, un folleto, o una serie de novelas populares para adolescentes que cubran temas democráticos, es necesario desarrollar un plan de mercadeo y distribución durante las primeras fases del proyecto.

Dicho plan establecerá un tamaño realista del tiraje, el ingreso disponible para cubrir los costos, la manera como la publicación llegará a la audiencia deseada, la fecha en la que esto debe suceder, y el esfuerzo que tendrá que invertirse para asegurar que la audiencia reciba y lea el libro.

Las casas editoriales que trabajan con publicaciones comerciales, académicas y populares con regularidad, poseen esta experiencia. Sin embargo, pueden escoger no publicar el libro que el programa considera esencial. Usualmente, los programas educativos toman decisiones usando criterios diferentes a los de la casa editora. Pero puede ser posible que una de estas casas guíe a los educadores en el desarrollo del plan.

Si esto no es una opción, los educadores deben obtener apoyo y consejos de otras personas del mundo editorial. Obtener tal consejo también promocionará la publicación, y puede generar un beneficio adicional, pues permitirá superar cualquier vacío antes de que sea demasiado tarde.

Un plan de mercadeo y distribución debe considerar la publicidad, el lanzamiento del libro, eventos para la lectura del libro, discusiones acerca de los puntos de venta o de distribución gratuita, el envío de copias preliminares para el análisis del libro y a grupos potenciales de usuarios, así como decisiones sobre el estilo de distribución.

Algunos libros pueden permanecer mucho tiempo en los estantes, y después de una racha inicial de ventas pueden venderse a un ritmo regular por un largo periodo de tiempo. Otros libros necesitan salir al mercado una sola vez. Los textos generales sobre democracia probablemente no cambien mucho y pueden ser considerados en el primer grupo. Un libro especial preelectoral necesitará salir al mercado puesto que sólo será útil mientras se llevan a cabo las elecciones.

Selección de la letra y del diseño: un rango de opciones técnicas, incluyendo un software e impresoras, escáneres sofisticados, y fotocopiadoras hacen relativamente fácil la producción de un libro. Ciertamente, aquellos que tienen acceso a dichos equipos cometen el error de creer que todo es necesario y que el libro no puede realizarse de otra manera.

Sin embargo, hay países que todavía se apoyan en máquinas de escribir manuales, galeradas, y otras técnicas de impresión manual. Estos métodos requieren de tiempo y dedicación, y siguen siendo viables aun cuando requieren un conjunto diferente de habilidades.

En general, no obstante, los educadores que operan en países con este paradigma trabajarán en colaboración con impresores y editores especializados, en lugar de intentar generar la mayor parte de la publicación ellos mismos, como podría ser posible con la ayuda de una computadora.

Rectificación de texto: de igual manera, la rectificación o revisión de un texto para efectuar correcciones de último minuto, difiere dependiendo de si el sistema de impresión utilizado es computarizado o manual. En un sistema computarizado, pueden hacerse correcciones en la pantalla, apoyándose en las herramientas disponibles (especialmente en el corrector de ortografía.) Esto no es suficiente.

El proceso de corrección es esencial y debe hacerse en una copia impresa del formato que aparecerá en la versión final, para poder revisar todos los errores. Este trabajo debe realizarlo una persona diferente al escritor.

Impresión: puesto que la impresión parece ser una de las últimas tareas, hay una tendencia a dejar esto para el último minuto. No obstante, los impresores operan bajo gran cantidad de limitaciones.

Una vez establecido que el impresor puede realizar el trabajo, éste debe asegurar que las máquinas estén disponibles y preparadas para la cantidad de impresiones requeridas. Quienes imprimen deben tener todo el material disponible, especialmente el papel. En muchos países en desarrollo, el papel es difícil de encontrar y debe ordenarse con tiempo y guardarse con cuidado.

Una vez completado el trabajo, a no ser que se hayan hecho acuerdos para una entrega inmediata, el impresor tendrá que guardar el material, y en caso de que no tenga lugar disponible, deberá hacer los arreglos necesarios.

Distribución y entrega: hay muchos libros y folletos apilados en los pisos de las oficinas gubernamentales, en las instituciones electorales, y en las ONGs como para asumir que una vez publicados, la distribución y entrega se hará sin esfuerzo.

Debe desarrollarse un plan que asegure que la publicación llegará de las manos del impresor al lector, a tiempo.

Panfletos, folletos y volantes

Un panfleto bien diseñado puede contener una gran cantidad de información y ser fácil de distribuir a mano o por correo.

En general, ya sea un panfleto, un folleto ligeramente más grueso, o un simple volante de una página, el elemento clave en el diseño es la creatividad usada en los titulares, la distribución del texto y el papel.

Cuando un país tiene un papel y un tamaño de sobre estándar, es probable que existan algunos diseños estandarizados de panfletos. Al doblar el papel, el diseñador establece el equivalente a páginas separadas o combinadas, simulando que cada pliegue es un corte imaginario. Sumado a esto, el papel doblado permite que el diseñador establezca una portada. La información compleja puede esconderse hasta que sea explicada, y el lector puede ser guiado secuencialmente a través de la información.

El formato estándar A4 usualmente se dobla en forma de U ó Z. Una página estándar A3 puede doblarse por la mitad y después utilizarse como una hoja A4. Esto proporciona gran versatilidad y se puede intentar doblar el papel en formas más complejas. La página Web Adobe sugiere una serie de opciones para doblar el papel para pequeños panfletos.

Aunque un pliegue creativo puede producir panfletos más interesantes e incluso facilitar el flujo de información, el proceso de producción se complica y requiere maquinaria especial o un gran número de personas. También aumenta el tiempo necesario para la producción antes de poder embalar y entregar los materiales. El educador deberá tener en consideración esos factores.

La ventaja de utilizar una sola hoja de esta forma es obvio: es fácil de distribuir, relativamente barato y rápido de producir, es cómodo de sostener y de leer. No necesita empastarse ni pegarse y puede prepararse fácilmente en una oficina, en una máquina fotocopiadora si son pocos los ejemplares.

Los volantes tienden a utilizarse para promocionar eventos o lugares y normalmente se producen en grandes cantidades; una hoja tamaño A5 puede ser la apropiada y una simple impresora puede imprimir dos volantes en una hoja tamaño A4.

Propósito, contenido y diseño: estas formas de comunicación se utilizan normalmente para distribuir información en forma masiva y para una audiencia general. Por esta razón, contienen un lenguaje simple, una limitada cantidad de información y una fluidez clara y lógica. Los educadores tienden a minimizar el diseño de un panfleto o volante para una audiencia masiva, y tienden a exagerar el diseño de los folletos que se dirigen a un público elitista. Esto no es prudente, puesto que un buen diseño servirá mucho cuando se vaya a elaborar un panfleto fácil de leer y asegurará un mejor impacto.

Es importante que se garantice que el texto sea tan cuidadosamente considerado como las ilustraciones. Los costos del diseño se compensan con la producción masiva.

Distribución y Elementos Complementarios: un panfleto o folleto es un componente regular de las campañas por correo directo, pero el mismo producto también puede utilizarse en apoyo de un programa, al informar a los educadores, e incluirse en el embalaje de materiales para la educación a distancia.

Puesto que muchas organizaciones conducen campañas directas por correo, puede ser posible persuadirlas para que incluyan material de educación electoral sin ningún costo extra en sus envíos. Además, los panfletos o volantes se pueden distribuir como anexos en periódicos y en otras publicaciones que son leídos ampliamente.

Los volantes se utilizan para impulsar el apoyo a eventos tales como reuniones masivas o para incentivar el registro de electores. En general, grandes cantidades de estos materiales se les dan a los individuos para llevar de puerta en puerta, para entregar en las esquinas, o para repartir durante eventos o reuniones importantes celebradas en sitios comunales.

En entornos de transición, donde las redes de distribución a nivel nacional pueden no existir y donde la calidad de la infraestructura de transporte puede ser relativamente pobre, los educadores pueden necesitar preparar recursos de distribución ad hoc y prever más tiempo para la entrega de material a sus destinos finales.

Uso no intencional: teniendo en cuenta que los panfletos son producidos por volumen y enviados a las personas por correo o entregados en eventos o en la calle, puede que ésta sea la única información que una persona reciba sobre la elección. Es muy probable que se quede en un tablón de noticias o en una pared para que otros lo lean.

Si el diseño es complicado, esto significa que no se leerá de la forma esperada. Un doblez más complicado terminará en un panfleto que tenga que voltearse, cortarse y luego alisarse, o puede que las portadas aparezcan al revés puesto que el otro texto es más importante. Dado que la persona sólo tiene un panfleto, puede fotocopiar un lado, convirtiendo los colores rojos en negros, desapareciendo el texto del reverso, etc.

Enviar dos panfletos a un grupo comunal facilitará la exposición del mismo, pues se podrán mostrar los dos lados. Es más adecuado crear panfletos que al desdoblarse se conviertan en un cartel significativo; o por otro lado, asegurarse que el panfleto contenga algunas instrucciones sobre la forma en que deben ser mostrados. Si se decide crear un panfleto que se doble como un cartel, debe considerarse el diseño del mismo (ver Carteles y pancartas).

Los encargados de la producción de panfletos o folletos pueden lamentar la ignorancia de la comunidad, o estar motivados por el espíritu comunitario desplegado por el uso de recursos y diseñar los distintos materiales de forma que puedan pegarse en tablones comunitarios.

Patrocinadores: La distribución masiva de panfletos y volantes los convierte en vehículos ideales para llevar publicidad. Hay dos formas de aproximarse a esto.

La primera forma es acercándose a una compañía involucrada en la distribución de su propio material y solicitarle la distribución de información cívica o electoral.

La segunda forma es acercándose a una compañía, particularmente local y cercana a donde se distribuirá el panfleto, y pedirle que patrocine la producción y que reciba el crédito correspondiente por la ayuda prestada.

En otras palabras, el nombre de la compañía se asocia con el producto y con la campaña de educación al votante.

Si sienten que esto les podría afectar, la compañía puede acordar poner una propaganda en el panfleto. Las pequeñas y medianas empresas locales pueden encontrar esto útil, puesto que no suelen tener grandes presupuestos que les permitan hacerse publicidad en medios de comunicación más costosos.

Es importante que los educadores enfaticen la naturaleza apartidista de su trabajo y advertir a los posibles patrocinadores de la incompatibilidad entre un alto perfil político de su parte y el programa de educación electoral.

Artículos impresos especiales

En esta sección se da un vistazo a la aplicación de métodos de impresión, cada vez más creativa, a diferentes superficies, ya sean productos de papel, tela o plástico, así como algunas variaciones en los libros y folletos más tradicionales. En particular, los documentos en esta sección resaltan el uso en los programas de educación cívica y electoral de:

Tiras cómicas e historias gráficas

Las publicaciones ilustradas que utilizan los formatos de las tiras cómicas, caricaturas o libros ilustrados pueden usarse con buenos efectos en audiencias específicas. Cuando se utilizan con personas poco letradas, hay que tener cuidado de usar formatos simples para el texto.

Tiras cómicas

Las personas que pueden leer y que tienen algún tipo de contacto con las películas (a través de la televisión o el cine) disfrutan las tiras cómicas que combinan narrativa, diálogo e imágenes.

El formato para las tiras cómicas determina que las historias deben ser cortas, pobladas con personajes fáciles de reconocer y con los cuales el lector se pueda relacionar, así como con conceptos que sean familiares pero que puedan situarse en contextos extraños.

La novela gráfica goza de cada vez más popularidad, es mucho más larga y puede contener un amplio elenco de personajes, así como una historia más compleja, parecida a la de una novela. Tal producción puede ser la ilustración de una historia común, pero en la mayoría de los casos es una combinación de palabras e imágenes enteramente de su propio género.

Historias ilustradas

A diferencia de las tiras cómicas, utilizan fotografías y palabras en lugar de caricaturas o ilustraciones. Estas son consideradas como una derivación de las tiras cómicas, aunque siguen siendo muy populares y dan la impresión de sentimientos románticos y a novelas de televisión (telenovelas).

Es posible utilizar el formato de una tira cómica, novela gráfica, o libro ilustrado para transmitir mensajes sobre educación electoral y cívica.

Producción

A menudo estos medios se escogen porque parecen tener textos limitados y pueden contener diagramas y dibujos sobre procedimientos y papeletas electorales. Los artistas locales pueden dibujar caricaturas o ilustraciones simples y éstas pueden utilizarse, a su vez, para crear libros cortos de fácil producción y a un bajo costo.

Este formato ha sido utilizado para contar historias con fines educativos y que brindan información mientras se va contando la historia.

En cambio, también, se ha utilizado el formato en el interesante género de novela gráfica para destacar cuestiones sociales e invocar el activismo cívico.

En todos estos casos, el formato tiene la ventaja que también puede transmitir información pública básica, como muchas tiras cómicas lo hacen, a través de la publicidad en portadas y frontispicios. La publicación actúa como souvenir y recordatorio; y como una herramienta para aquellos que deciden tomar la educación en sus manos.

Limitaciones

Existen, no obstante, limitaciones serias para el uso de dichas publicaciones y éstas se relacionan primordialmente con los costos y el grupo a que están dirigidas.

Costo

Mientras que la reproducción de una tira cómica es muy parecida a un libro, existen costos de reproducción adicionales debido al número de ilustraciones, especialmente si éstas son a color. Sin embargo, el factor de mayor costo es la creación del trabajo.

Los ilustradores no son necesariamente baratos, y los que tienen la habilidad para trabajar en este medio, lo hacen al lado de escritores si no es que ellos mismos lo son. Sumado a lo anterior, existen costos considerables al desarrollar el argumento de una historia, que usualmente se asemeja y puede ser utilizada para guiones de video o producciones cinematográficas. Las técnicas de las tiras cómicas imitan algunas de las de las películas.

Opciones disponibles

El material ilustrado puede prepararse de varias maneras. Además de la novela gráfica o tira cómica, es posible utilizar el ejemplo de una postal ilustrada y narrada, comúnmente empleada en las publicaciones infantiles.

Las novelas fotográficas, o la mezcla de tiras cómicas y texto también son buenas opciones.

Audiencia objetivo

Se asume que las tiras cómicas son las más adecuadas para los iletrados en virtud de la poca utilización de palabras. Pero, de hecho, la combinación de palabras e imágenes en patrones complejos genera demandas considerables en los iletrados o nuevos letrados. Resulta de utilidad para aquellos que estén considerando el uso de las tiras cómicas en tales situaciones reflexionar acerca de la edad en la que estas historietas son más populares entre quienes tienen el privilegio de asistir a una escuela, y por ende haber aprendido a leer siendo todavía jóvenes. Ciertamente, las tiras cómicas no son la primera opción en materia de lectura: esto es determinado por la necesidad de que tengan un patrón y por su simplicidad.

En este sentido, parece ser mucho más útil y accesible el libro ilustrado (o fotonovela), una historia corta ilustrada por una secuencia de fotografías.

Por otro lado, aquellos que han utilizado las tiras cómicas y las novelas gráficas con sus audiencias naturales, personas jóvenes en un ambiente urbano escolarizado o semi-escolarizado en un ambiente de trabajo moderno, han tenido éxito.

La evaluación sugiere que las tiras cómicas tienen un impacto menor en los programas de educación nacional a lo imaginado, y su costo puede pesar más que su impacto. Empero, las tiras cómicas son útiles cuando se dirigen y enfocan adecuadamente a una audiencia en particular.

Medios de comunicación mixtos

Existen publicaciones con un formato mixto que incluye una historia con fotografías, ilustraciones y tiras cómicas. Estos probablemente presentarán problemas por querer abarcar un amplio espectro, sin embargo, pueden ser funcionales en un contexto donde las tiras cómicas son la forma de comunicación dominante.

Carteles y pancartas

Los carteles pueden enviar información y contribuir a un entorno estético. No es raro ver que sea uno de los artículos en temas electorales que más se colecciona.

El cartel siempre ha sido tanto una forma de arte como de comunicar, pero estos factores no son siempre compatibles, y el propósito y ubicación de los carteles tiene que considerarse con anterioridad a cualquier otro criterio. Cuando la forma y función se mezclan, un cartel puede ser una herramienta muy efectiva en manos del educador.

Cuando la forma importa más que la función, los carteles pueden ser una verdadera pérdida de tiempo, un esperpento público, y una frustración individual.

Las pancartas o estandartes juegan un papel similar al de los carteles, aunque normalmente son producidos en tela y usados para letreros más grandes y para espacios exteriores. Su diseño también requiere un conocimiento de los propósitos y la ubicación, y luego una apreciación de los requerimientos de producción que se traducirán adecuadamente en el medio disponible.

Propósito

  • Creación del ambiente adecuado: si el propósito del cartel o estandarte es decorar el ambiente y provocar un sentimiento particular frente a una elección, entonces es apropiado que las consideraciones estéticas dominen. Los carteles y estandartes son utilizados para decorar lugares de reunión, calles, sitios de votación, y otras oficinas electorales. Estas exposiciones, si se vuelven omnipresentes, o si uno de los carteles se vuelve una pieza de colección, y por ende lo exhiben ampliamente los individuos, pueden crear un clima electoral propicio.

Muchas ciudades han establecido la tradición de usar dichas pancartas para que pendan en postes de luz en ocasiones especiales. Transmiten más mensajes que una bandera y tienen el mismo impacto, pues son coloridas, emotivas y creadoras de energía.

  • Identidad: un segundo propósito puede ser desarrollar una identidad para el organismo electoral o para la organización encargada de conducir el programa educativo. Mientras que dicha identidad puede alcanzarse simplemente con la asociación de la organización con sus propios productos, una organización recién formada tendrá que posicionarse por sí misma, y un cartel o estandarte ubicado en lugares apropiados será la mejor forma de lograr esto. Tales carteles están diseñados alrededor del logotipo, imagen, o eslogan de la organización, o buscan asociar la organización a un momento histórico particular o a una figura popular.
  • Cultura: un tercer propósito puede ser establecer una cultura a favor de las elecciones y la democracia asociándolas con la cultura popular, celebridades, o momentos históricos. Tales diseños pueden ser muy estéticos, pero puesto que empiezan a transmitir un mensaje, éstos tendrán que superar algunas limitaciones impuestas para la ubicación del mismo.

De igual forma, una elección puede tener ciertos eslóganes claves que deseará transmitir: "Su Voto Cuenta", "Vote por la Paz y la Prosperidad", "Salve su Tierra," entre otros.

Estos carteles pueden requerir una imagen o eslogan simple, y se puede hacer uso del color para resaltar el impacto emocional, y no tanto el comunicativo, de la producción.

  • Fechas, lugares, horarios: cuando el propósito del cartel incluye la comunicación de información que debe ser leída y absorbida, los diseñadores deberán concentrarse en esa información como imagen central.

Estos carteles puede alertar sobre la fecha de una elección, los lugares dónde votar o registrarse, los eventos educativos, el reclutamiento de personal electoral, mensajes importantes de educación electoral que vayan más allá del simple eslogan de campaña, etcétera. Muchos organismos electorales han preparado carteles explicando los pasos a seguir en el proceso de votación. Puesto que todas las partes de un organismo electoral querrán comunicar dicha información, existe la necesidad de coordinar esta actividad y asegurar que quienes piden los carteles y quienes los diseñan intentan transmitir más que un poco de información con cada cartel. Esto puede llegar a la exageración, y llega un momento en que la eficiencia actúa en contra de la efectividad.

  • Audiencia: los carteles tienen propósitos generales comunes pero pueden estar enfocados a diferentes audiencias. Obviamente, un cartel creado para gente joven se diferenciará de aquel que va a ser localizado en una base militar o en una oficina del gobierno. Algunos han sido diseñados especialmente para mujeres. En todo caso, es importante hacer notar que en la mayoría de las ocasiones, los carteles que despliegan los mensajes de educación electoral están diseñados para una audiencia general.

Localización

La ubicación de un cartel deberá determinarse antes de su producción. Cuando el propósito es claro, quienes los diseñan deben considerar la ubicación intencional del cartel tanto como la no intencional. Aun cuando se dan instrucciones precisas a aquellos que ubicarán los carteles, es posible que también sean utilizados en otros contextos. Las instrucciones de localización podrían incluir una lista de los contextos en los que el cartel no debe ser utilizado. Las leyes electorales y las disposiciones locales pueden también imponer restricciones a los lugares donde se pueden colgar carteles.  Con respecto a las pancartas, se puede llegar a requerir un permiso especial para poder colocarlas en postes de luz, edificios y otros tipos de estructuras. Los educadores deben conocer estas restricciones y requerimientos para proporcionarlos a quienes colgarán los carteles.

  • Tablón de anuncios: si se pretende poner un cartel en un tablón de anuncios en un lugar interior como, por ejemplo, una oficina de correos, donde las personas podrán observarlo con alguna calma y de ser posible acercarse para mirarlo mejor, es factible contemplar un diseño con un contenido de palabras elaborado, simulando, por ejemplo, la página de un libro de tamaño A1 ó A2.1 Pueden incluso ser tamaños más pequeños, como A3 ó A4, si la información a incluir es poca. Estos carteles deberán estar diseñados para transmitir un mensaje a cierta distancia, tentando al lector a acercarse para mayor información.
  • Exteriores: si, por otro lado, el cartel se exhibirá en un camino donde transitan vehículos automotores, no se puede utilizar el mismo diseño. Aunque usualmente así se hace. Los conductores y los pasajeros de los carros pueden leer más o menos siete palabras grandes de letras claras sobre un fondo oscuro en un cartel tamaño A1 ó A2. Una indicación de lo que puede utilizarse puede obtenerse de un estudio sobre el tamaño y diseño de los carteles localizados en esos caminos y autopistas que hoy día tienen validez internacional.

Cuando se necesita enviar mensajes más detallados, y existen otros medios para lograrlo sin distraer a los conductores, los mensajes pueden disponerse en secuencia a lo largo de la carretera.

  • Lugares de reunión: en los salones de clase o frente a un grupo de personas, donde podrán estudiar el cartel pero sólo a distancia, debe incluirse información limitada y ésta puede complementarse con una charla e interpretación o discusión. Tales carteles raramente contienen palabras, especialmente si están siendo utilizados en situaciones con bajos niveles de alfabetización. En dichas situaciones, las palabras se convierten en rompecabezas que no transmiten significados, sino que más bien distraen la atención de otro tipo de comunicación y causan inseguridad entre los aprendices. Es en este tipo de situaciones que los rotafolios se convierten en una herramienta útil.
  • Multitudes en tránsito: puede que las personas no tengan la oportunidad de parar y leer o echar un vistazo, y que tampoco estén sentadas como en un salón de clase. Pueden ser conductores que simplemente vayan pasando por ahí. Quizás estén en la escalera de un metro o en medio de una multitud de personas. La ubicación dentro de estos contextos debe ser la misma que en las carreteras: sólo debe transmitirse la información suficiente, y lo mejor es repetirla a través de una secuencia de carteles.

En general, la repetición de un cartel complejo es menos exitosa que la secuencia de una variedad de carteles simples. Las personas, raramente, son disciplinadas o están capacitadas como para empezar a leer u observar en la mitad de un mensaje (como sería necesario con carteles que se repitieran).

De esta manera, la ubicación determina cuánta información, y en qué formato, tamaño, y colores, debe ser diseñado. Muchos carteles se diseñan y luego se aprueban en salas de juntas. Cuando sea posible, deben realizarse evaluaciones del cartel observándolo en el lugar apropiado, especialmente si este debe transmitir información crítica.

Producción

El diseño efectivo de un cartel o estandarte está basado en el propósito y la ubicación, y no en el colorido o el termina brillante. Ciertamente, muchos de los diseños más exitosos utilizan colores muy limitados y papel e impresión poco costosa. Puede que no se convierten en objetos de colección, pero este no es el propósito principal.

Los países que tienen una cultura publicitaria de carteles para periódicos comprenderán cuán efectivas pueden llegar a ser unas pocas palabras en un fondo blanco, tentando a las personas a comprar el periódico. Dicha compra debe considerarse como una lección sobre el diseño de un cartel, así como de las actividades complementarias que le siguen.

Pero en general, la producción se hará en un papel o tela para los carteles y pancartas. Recientes innovaciones en la impresión a gran escala permiten el uso del plástico y otros materiales sintéticos con buenos resultados.

La reproducción de una imagen, cuando se requiere un gran número de copias, usualmente se hará a través de una imprenta. Y el tamaño del cartel estará limitado por el tamaño de la imprenta. Es posible imprimir grandes carteles en secciones y después compilarlos, tal como usualmente se hace con las presentaciones exteriores. Sea cual sea el tamaño que se elija, habrá ramificaciones para el embalaje, el almacenamiento, la entrega y la distribución, así como la disposición de espacios donde se pueden colgar carteles y las instrucciones, el esfuerzo, y los suministros necesarios para colgar los carteles adecuadamente.

Estos son caminos alternativos para preparar pequeños tirajes, o cuando el costo por unidad no puede bajar sustancialmente. Lo más costoso es la preparación de litografías, usualmente utilizadas para ediciones artísticas limitadas. Un método menos costoso y capaz de reproducir más copias sin degradación es la serigrafía. Carteles simples con pocas palabras (que no por ello pierden impacto) pueden elaborarse utilizando pintura y dibujos con plantillas u otras técnicas simples.

Cada pancarta puede prepararse utilizando técnicas estándar de escritura, así como pinturas. Si no, el uso de técnicas con plantilla y serigrafía, así como el uso de métodos de impresión en tela son apropiados. La utilización de papel tratado o plástico puede permitir nuevos métodos de impresión o de serigrafía comercial.

Cada uno de éstos tiene sus usos. La capacidad de producir un cartel de manera muy simple, lo hace no solamente una buena herramienta, sino también un método educativo apropiado.

Actividades complementarias

La creación de carteles por parte de los estudiantes es un método para categorizar y sintetizar el aprendizaje en forma creativa, lo cual se convierte en un poderoso examen de lo que tiene que ser aprendido, sirviendo como un excelente mensaje para otros. Por lo anterior, los educadores pueden escoger decorar un lugar con carteles y estandartes producidos localmente, en lugar de desarrollarlos a distancia. En algunos casos, se han llevado a cabo concursos en escuelas sobre diseño de carteles, logos y eslóganes, con lo que se atrae la cobertura de los medios de comunicación hacia los programas de educación al votante, y se seleccionan algunos para se usados por los propios programas.

De esa manera, el cartel se convierte en una herramienta educativa, y, mientras algunos se producen con este fin, de otros se apropian los grupos experimentados de educadores.

Notas:

1 Los tamaños de papel son diferentes en los Estados Unidos de América y en los lugares que han adoptado los estándares europeos. Este documento hace referencia a los estándares de medida europeos. A4 es el estándar de página de carta. A5 es la mitad de una página carta, mientras que A3 es el doble.

Separadores de libro

Otra idea interesante es imprimir separadores de libros con lemas y mensajes de educación electoral. Estos pueden ser distribuidos a través de bibliotecas públicas y salas de lecturas, tiendas de libros, escuelas y universidades, organizaciones no gubernamentales, así como incorporarlos en una variedad de publicaciones, como libros, folletos, revistas o a través de periódicos y similares. Pueden incluso ser trabajados como parte del diseño de un panfleto o folleto (según el peso y la calidad del papel) para ser separado a lo largo de una línea perforada antes de ser usado. También pueden ser incluidos en paquetes multimedia junto con otros productos con el mismo tema, lema, logotipos, afiches, e incluso vestimenta. Esto puede ser particularmente popular con los jóvenes.

Portavasos

Los portavasos se han ido haciendo cada vez más populares en las culturas donde la población puede gastar una gran cantidad de tiempo relajándose, mirando gente, y sociabilizando con amigos alrededor de una taza de café, un vaso de agua, o una copa de vino. Si bien una gran cantidad de información puede no caber en un portavasos, éste es del tamaño suficiente como para acomodar un logo, un lema y algunas porciones de información vital, como la fecha, horario y tipo de elección, y puede reflejar el diseño y las combinaciones de color utilizados en otros productos de educación electoral, como calcomanías, carteles, bolsas de compra, playeras, y demás. Una vez producidos, los portavasos pueden ser distribuidos a restaurantes, bares y cafés, que suelen estar más felices de utilizarlos. Su producción requiere de materiales especiales y de la experiencia del impresor para cortarlos de acuerdo a un tamaño y forma específica.

Calcomanías

Las calcomanías son también productos para la información electoral cada vez más populares. Estas pueden venir en cualquier variedad de tamaños y formas, desde las relativamente pequeñas que pueden ser utilizadas para adornos de cuadernos de colegio y artículos de niños, a específicamente diseñadas para los postes en la vía pública, tableros de información, e incluso los parachoques de los carros. La cantidad de información que puede ser incluida dependerá del tamaño de la etiqueta. Las calcomanías pequeñas no serán aptas para diseños muy complejos o muchas palabras, tal vez un logo y un lema solamente. Información adicional, como la fecha, tiempo y tipo de votación, puede ser incorporada en calcomanías más grandes.

Las calcomanías tienden a ser un gran éxito entre los electores más jóvenes y pueden ser distribuidas a través de escuelas y universidades, de organizaciones de la sociedad civil y en eventos especiales, así como parte de paquetes con diferentes productos que pueden incluir playeras, carteles, libros de historietas, etcétera. Las calcomanías también son muy útiles para llamar la atención acerca de algún evento o actividad relacionados con la elección, como el registro de electores. Si bien una etiqueta puede ser muy pequeña como para contener un mensaje completo, podría tener sólo una palabra que llamara la atención del público hacia otros materiales en el paquete, como carteles y espectaculares. Muchos países, además, usan calcomanías con la proclama “Yo Voté” como un medio de demostrar el orgullo de los que han emitido sus votos y motivar a quienes no lo han hecho aún.

Si las calcomanías serán colocadas en áreas públicas, ya sea en autobuses, postes, edificios, paradas de autobús, o en estaciones de metro, los educadores deberían revisar las leyes electorales y reglamentos municipales para asegurarse que eso no es problema. Algunas compañías tienen derechos exclusivos para la publicidad en el transporte público y producen sus propias calcomanías, de tamaño especial, para los lugares designados.

Ropa de educación electoral

Puede haber una variedad de ropa con lemas y diseños de elección, desde playeras y gorras de béisbol hasta ropa hecha con el mensaje de la elección trabajado directamente sobre el diseño de la tela, como ocurre en África, donde las mujeres pueden, literalmente, convertirse en carteles caminantes por una causa.

La ropa puede ser usada para ayudar a promover eventos y programas de educación electoral, como las campañas del estilo de “Rock the Vote”; para identificar a los participantes en esas campañas (o a ciertos grupos de monitoreo electoral o equipos de educación electoral); y para crear ímpetu por el activismo ciudadano, por ejemplo, alentar a las personas a registrarse y votar.

La ropa puede imprimirse relativamente a bajo costo utilizando impresión en bloque, serigrafía o métodos de impresión de más calidad.

Todos estos artículos pueden ser medios para autofinanciar los mensajes de educación electoral y tienden a ser relativamente fáciles de distribuir debido a la demanda popular. Sin embargo, la experiencia en los países en vías de desarrollo es que los que organizan la educación terminan pagando por todo y no recuperan su inversión inicial.

La normatividad de la elección a menudo restringe el uso de ciertos tipos de ropas en los días de la elección. Si bien estas normas están destinadas a evitar los conflictos y la campaña electoral en las inmediaciones de las mesas electorales, la ropa distribuida por los grupos apartidistas de educación que ostenta algún lema o la imagen de alguna personalidad pueden ser confundidos con la distribuida durante las campañas, o puede incluso llegar a ser asociada con un partido o un grupo de partidos en particular después de algún tiempo.

Por lo tanto, las condiciones locales deben ser tenidas en cuenta al momento de desarrollar este tipo de materiales.

En Taiwán, la ropa con propaganda electoral y la parafernalia que la acompaña —mascotas, bandas de tela para la cabeza y los brazos, botellas de agua, y toda clase de artefactos para hacer ruido y pancartas— se han convertido en parte intrínseca de las campañas. Estas tienen la ventaja de darle vida a las elecciones, vea Los partidos políticos y la educación electoral. En otros países, una participación tan exuberante puede ser intimidante y limitar la libertad de movimiento y de asociación. Ese ha sido ciertamente el caso en elecciones conducidas bajo condiciones de conflictos latentes y no resueltos u opresión.

Promoviendo la educación cívica y electoral en los empaques de productos

Un medio de comunicación cada vez más empleado para mensajes de educación cívica y electoral es el uso de productos empaquetados. En esa manera, artículos tales como cajas de cereal, contenedores de leche, envolturas de galletas, tarjetas de prepago para telefonía y cajas de fósforos pueden llevar mensajes a los electores.

Otra opción ha sido imprimir bolsas de compras con lemas de educación electoral, logos e información pertinente para ser distribuidas por los vendedores de tiendas y mercados. Debido a que las bolsas plásticas, en particular, pueden ser usadas una y otra vez, tienden a ser un artículo muy visible en las calles durante el curso de una campaña electoral. (En el caso de las bolsas de plástico, es importante considerar el impacto ambiental de su uso.)

Algunos restaurantes también tendrán manteles de papel individuales o para charolas (en el caso de varios restaurantes de comida rápida) que pueden ser impresos con mensajes de educación electoral y que pueden alojar una cantidad significativa de información. Usando los mismos estilo y tema, puede reforzar otros materiales como carteles y panfletos que se distribuyen Por otros medios.

Los empaques se imprimen cotidianamente, y las compañías suelen estar dispuestas a proporcionar un servicio público valioso mediante la incorporación de ciertos mensajes en el diseño de los mismos. Una vez que la cooperación se ha acordado, los educadores deberían reunirse con la empresa que imprime y arma los envases para compaginar su calendario en relación con el programa de educación electoral. Diseños listos para imprimir, en las dimensiones y formatos especificados, para los anuncios de educación electoral pueden entonces ser proporcionados a la imprenta.

Calendarios

Ya sean de bolsillo o colgados en la pared, los calendarios también se han convertido en medios de comunicación de mensajes de educación cívica y electoral. El tamaño del calendario determinará cuánta información puede ser incluida.

Algunos calendarios tienen sólo un lema, logo, y detalles acerca de la fecha, horario y tipo de elección. Estos pueden caber fácilmente en una billetera, agenda o un diario para una fácil referencia.

En el caso de un calendario que cuelga en la pared, y donde los hitos relacionados con la elección se conocen con anterioridad, mucha más información puede ser proporcionada. Esta puede incluir información sobre el proceso de registro para el voto; los procesos de nominación y calificación del candidato; eventos pre-electorales y actividades como la votación temprana o los plazos para las solicitudes para acceder al voto ausente o a las urnas de votación móviles; actividades del día de la elección; y los plazos para la determinación de los resultados preliminares y finales, la certificación de candidatos, y el inicio de funciones en el cargo. Cada mes se puede introducir un nuevo tema, que para los meses del periodo de elección estarían enfocados en información electoral y mensajes educativos, mientras que para el resto del año se dedicarían a mensajes de educación cívica más amplios, aunque todos tendrían que reforzarse mutuamente.

Calendarios más profundos pueden incluir preguntas frecuentes (FAQs) o ejercicios de aprendizaje. Si se desarrolla para jóvenes, los calendarios pueden venir con calcomanías especialmente desarrolladas para que los estudiantes, al localizar los eventos electorales y luego identificarlos, las vayan pegando en las fechas donde cada una corresponda. Los calendarios pueden, también, incluir información para contactar las oficinas electorales y de registro, así como las de partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil activas en educación cívica y electoral o monitoreo electoral y apoyo público, y otras oficinas públicas de renombre.

Muchos organismos electorales, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos también pueden tener calendarios especiales que anuncian el número de días restantes para la elección, por ejemplo: ¡Faltan 10 días para la elección! Cada día, una página es arrancada para develar la disminución del calendario hasta el día de la elección. Esto ayudará a quienes trabajan en algunos aspectos de la campaña o la elección a enfocarse y como motivación.

Materiales digitales

Es complicado establecer una distinción completamente clara entre los medios de comunicación electrónicos, descritos en general en esta área temática, y los medios electrónicos que han surgido como resultado de las nuevas tecnologías, y que son el objeto de discusión en estas líneas. Por ejemplo, la Internet ha revolucionado la forma en que las personas acceden desde su computadora a una variedad de productos digitales.

La nueva tecnología y el creciente impacto de las redes sociales y de profesionales especializados hace posible que los individuos registren sus intereses y que la información asociada a ellos les sea enviada. La Internet ha modificado la manera en que se llevan a cabo muchas cosas.

El hecho de que las computadoras están mucho más accesibles, tanto en los hogares, como en los espacios públicos y comunales, hace que los individuos tengan acceso directo a materiales (documentos, fotografías, videos, podcasts, y otros) disponibles en la Internet y permite dar respuesta a mensajes publicados en la red.

En lo que a educación electoral se refiere, incluso en países en desarrollo (aquellos que generalmente tienen escasos recursos también tienen menos acceso a las redes de computadoras, y donde se apoyan en conexiones telefónicas) donde no hay un acceso generalizado —individual o de grupo— a Internet, existen oportunidades para mensajes y programas especializados. Curiosamente, la Web es el único medio que trasciende al ámbito local. Una vez en ella, se puede acceder incluso a un recurso local, como uno creado para electores semi-analfabetos en un estado dentro de Estados Unidos de América, por un usuario de una biblioteca en Sudáfrica.

Esta vorágine de la Internet, que evoluciona día con día, hace difícil el predecir su impacto en los patrones de aprendizaje y en la estrategia educativa. Los programas de educación cívica y electoral han innovado en el uso de la Web, pero se puede hacer mucho más.

Por desgracia, sigue siendo cierto que, como ocurre con todas las nuevas tecnologías, las innovaciones suelen estar impulsadas por el entusiasmo más que por una evaluación profesional de los productos, resultados e impacto. Los costos iniciales de desarrollar un sitio web eficaz pueden ser altos. Este costo puede ser recuperado mediante la venta de espacios para publicidad, aunque eso sólo podría ser justificado al generar tráfico suficiente (y atraer a la audiencia adecuada). Inicialmente, será mejor utilizar las herramientas que permitan, esencialmente, la distribución de materiales a los educadores y electores oficiales.

Gastar dinero para que un estudiante en California aprenda cómo votar en Bosnia puede no ser un uso efectivo de recursos, sin embargo, los países con un alto número de electores expatriados pueden encontrar que una página web bien diseñada les es muy útil.

Esta sección se ocupa de la publicación en la Web y de las ventajas y oportunidades disponibles producto de los avances en la producción digital.

Materiales digitales y grabados

Los métodos estándar de grabación análoga siguen estando en uso en muchos contextos, y sus productos son medios de distribución de contenido educacional importantes y versátiles, vea Métodos alternativos de comunicar la educación electoral. Sin embargo, la aparición de medios de grabación digital significa que un mundo completamente nuevo de producción, edición y distribución ha surgido.

Como ocurre con muchas nuevas innovaciones, los costos por producto y de producción han bajado, y en algunos casos los materiales pueden ser producidos o reproducidos de manera adecuada para un uso educativo en oficinas o casas con equipos individuales y en pequeños grupos de computadoras que cuenten en el equipamiento periférico necesario como micrófonos, cámaras digitales y grabadoras digitales. La capacidad para tomar fragmentos de materiales de producción profesional —clips de películas, fotogramas, extractos de música y demás— editando éstos en producciones desarrolladas en uno u otro formato digital —desde del ubicuo Power Point (o una programa similar de presentación) hasta los varios formatos de sonidos y de imágenes en movimiento— ha liberado los medios de producción de las casas de producción.

Aún así, los educadores tienen que ser conscientes de los problemas de licencias de programas y derechos de autor; de pensar, erróneamente, que una producción puede ser realizada de manera adecuada por personas sin formación —el acceso a programas de diseño para publicaciones no hace a una persona capaz de diseñar una publicación— y de subestimar los costos de los programas de software y del tiempo del personal para una producción "casera". A pesar de todo, un nuevo mundo está surgiendo.

Una vez que se han adquirido o desarrollado materiales digitales para ser usados como materiales educativos de apoyo en un plan de estudios amplio, o bien que se confíe en ellos para que sean la principal herramienta de educación, existen nuevas oportunidades de distribución.

Materiales de audio

Se ha producido un auge de dispositivos personales de audio. El de más venta es el Ipod, pero es sólo uno de muchos dispositivos diseñados para almacenar y reproducir materiales de audio a discreción del usuario. Fabricados para la música, estos dispositivos sirven también para almacenar archivos de gran tamaño, y hay una creciente tendencia de los usuarios a descargar material especialmente preparado y hecho disponible en los sitios web. Conocido como el “podcasting” —aunque no se limita necesariamente a esta marca— los materiales ya se han producido en la forma de revistas semanales de radio, guías de museos, y blogs de audio o diarios sobre los acontecimientos actuales.

Dado que cada vez hay mayor disponibilidad de estos dispositivos, o que es factible darlos a bajo costo para los educadores que viajan, pueden ser conectados a sistemas de megafonía y proporcionar una interfaz donde los materiales son producidos, cargados en un sitio web, y pueden ser descargados en cualquier locación remota para ser reproducidos a una audiencia de una o más personas en el momento de su elección.

Materiales de video

Dispositivos similares capaces de mostrar imágenes en movimiento están llegando a los mercados. Sin embargo, estos son más costosos. El cada vez más disponible DVD es mucho más apropiado para la distribución de materiales de video. Equipos de grabación para discos de video digital están ahora disponibles.

Teléfonos celulares o móviles

Los fabricantes de teléfonos celulares están utilizando una combinación de los programas y equipos desarrollados para hacer que sus teléfonos funcionen también como dispositivos digitales, y para actuar como receptores de radio. Sin embargo, imperativos comerciales han hecho que su desarrollo sea conducido a favor de alentar a sus usuarios para descargar material directamente a través de conexiones inalámbricas y para mantenerse conectados mientras lo escuchan, ven o envían.

Para los educadores, esto significa la creación por separado (y en el momento) de arreglos para la distribución de materiales para aquellos que usan teléfonos móviles.

Materiales de educación electoral basados en la web

Con la mayoría de los programas de computadora desarrollados en sociedades con la capacidad de conectar computadoras a un bajo costo y alta velocidad, incluso los programas básicos para el funcionamiento de las oficinas están habilitados para conectarse a la Internet, para que mientras se está en línea, se puedan obtener actualizaciones, corregir los errores, y obtener ayuda desde otro sitio. La revolución, de la que mucho se ha hablado anteriormente, ya es un hecho. El mundo ha sufrido un cambio fundamental —y a aquellos que tienen acceso a un teléfono y a una computadora les resulta difícil incluso concebir un tiempo antes de la Internet.

Sin embargo, aún existen brechas digitales, entre los que tienen acceso y quienes no— que son aún la mayoría de la población del mundo; y entre los que tienen, entre para quienes los teléfonos y computadoras son más baratos y fáciles de obtener y mantener, y aquellos para quiénes son herramientas necesarias pero costosas.

Los educadores que desarrollan materiales basados en la Web deben estar en sintonía con su público, tal como para el desarrollo de materiales en cualquier otro medio. Desafortunadamente, el costo de ingreso y publicación en la web son bajos, los materiales pueden ser publicados rápidamente y modificarse sobre la marcha. Todo esto puede contribuir a que se ceda ante la tentación de publicar en la web sin ninguna consideración de por las normas y el control de calidad discutido en Materiales impresos. Esta tentación debe ser resistida.

Pero adicionalmente a esas consideraciones estándar, quienes están dedicados a la publicación en la Web deben considerar algunas otras cuestiones que surgen como resultado del cambio cualitativo que la Web ha traído.

Si bien hay algunos ejemplos de materiales que funcionan a través de la Web que han sido proyectados a una audiencia, es principalmente para usar a la Web como distribuidora de un contenido particular —por ejemplo, un video clip o un archivo, o posiblemente una entrevista en vivo transmitida por la Web. Ahora bien, la Web es más bien una herramienta para el acceso simultáneo de un número de personas. Incluso donde estos individuos están involucrados en una actividad conjunta, la tecnología requiere de pantallas y teclados separados, si no es que de computadoras separadas. El trabajo colaborativo en un solo punto de acceso es posible, pero no enteramente exitoso o satisfactorio.

Multimedia

Hay muy pocos límites, distintos de la imaginación y la habilidad del educador y su equipo técnico, para el rango de medios que pueden ser usados para animar, resaltar, ilustrar, iluminar o meramente decorar materiales que están disponibles en la Internet. Las limitaciones deben ser impuestas al considerar los objetivos educacionales, las audiencias y la limitación de los equipos y la velocidad de descarga, y el buen funcionamiento para el usuario final. Esto puede significar, por supuesto, que quienes esperan un sitio web con un alto grado de características se pueden decepcionar por uno aparentemente insustancial o de “baja tecnología”. Algunas veces estas personas han proporcionado el dinero y los recursos, han sido comisionados para hacer la programación necesaria, o parte interesada del programa en lugar de la audiencia. Los educadores deben estar preparados para defender sus decisiones enérgicamente.

Plataformas diferenciadas de usuarios

Además de las preocupaciones anteriores, hay que tomar en cuenta que todo usuario accede a los materiales web con diferentes interfaces. Diferentes navegadores, diferentes tamaños y calidad de pantalla, y diferentes sistemas de descarga — módems lentos, dispositivos de transmisión de datos vía por cable o satélite, líneas telefónicas digitales, análogas o de fibra o inalámbricos— son todas posibilidades en la actualidad. Esto afecta todo lo que un usuario ve, en qué orden ven el material que ha sigo cargado en sus pantallas, y la medida en que los colores e imágenes de la pantalla son los mismos. El manejo de estas diferencias normalmente se deja a los programadores, aunque los educadores deben tomarse el tiempo de ver los resultados de su trabajo, especialmente si tratan de asegurar la estandarización y el acceso general, en oposición al discriminatorio, a sus materiales. Existen sitios con notas que sugieren los programas más apropiados, la configuración de las pantallas, y otras condiciones para ver el material, pero estos no ayudan a aquellos que puedan cumplir con esas condiciones.

Web para imprimir

La mayoría de los sitios web siguen funcionando como libros electrónicos interactivos, entre cuyos contenidos puede haber instructivos y manuales, o se puede hacer referencia a contenido desarrollado por otros. Cada vez es más probable que estos materiales vayan a ser impresos para uso posterior o para distribución. Por lo tanto, los educadores deben considerar, y desarrollar, las herramientas necesarias para permitir dicha impresión sin que los materiales pierdan su integridad. Pero, además de simplemente considerar las condiciones en las que los materiales van a ser impresos, este servicio proporciona una oportunidad para la distribución de materiales a los educadores y alumnos en áreas remotas o en sitios aislados. Hay un número de posibles ventajas para esto —la reducción de costos e impacto, la superación de las infraestructuras pobres, la superación de las limitaciones de seguridad y censura. Vea Consideraciones medioambientales de la educación electoral.

Actividades en línea

Sin embargo, la Web no es solamente una editorial. Proporciona oportunidades significativas para el comportamiento interactivo entre un educador y sus alumnos, ya sea en tiempo real o a través de actividades consecutivas. En tiempo real, las interacciones pueden incluir conversaciones entre los individuos, o dentro de un grupo, o la realización de una conferencia en video o audio, junto con las preguntas de un público a distancia. Las actividades consecutivas podrían incluir foros de discusión moderados en los que los colaboradores envíen sus contribuciones por correo electrónico para que se muestren a continuación, editados o sin editar, para todos los demás; la presentación de asignaciones asignadas en línea después de la celebración de lecturas publicadas por el educador y así sucesivamente (véase más abajo sobre e-mail). Hay un número cada vez mayor de pruebas y encuestas automatizadas que se realizan en línea, cuyos resultados se retransmiten a la persona adecuada después de ser cotejados. La eficacia de estas técnicas de aprendizaje a distancia —con un ámbito de aplicación más amplio, más veloz y facilitado por la Web— debe juzgarse de la misma manera que todos los procesos de educación a distancia. ¿Resultó en un cambio en cuanto a conocimiento, comportamiento o actitudes? ¿Son rentables? ¿Cumplen con las normas de calidad de la educación en general? ¿Cuáles son las tasas de deserción escolar?

Sinergia

Aparte de la convergencia, en donde el mismo material es “trasmitido” o difundido a través de una variedad de medios de comunicación o “receptores”, la Web ofrece algunas conexiones fundamentales entre distintos medios de comunicación. Si bien es perfectamente posible para las personas utilizar el correo electrónico con independencia de un navegador Web, hay un creciente número de listas de suscriptores de boletines informativos por correo electrónico que alertan a la gente acerca de un material en un sitio Web. Los mejores resultados parecen provenir de e-mails cortos que proporcionen vínculos a los usuarios, de modo que puedan decidir acerca de qué contenidos leer y cuándo hacerlo. Los sitios Web también utilizan el correo electrónico para solicitar respuestas a su material.

Wikis

“Wiki wiki” es un término hawaiano que significa “rápido” o “informal”. Ha sido adoptado para nombrar y describir el desarrollo del software de colaboración que permite a un grupo de usuarios contribuir y modificar el contenido. El primer uso de este software fue en la creación de Wikipedia, pero una variedad de versiones de código abierto ha hecho que ahora sea posible a un costo limitado desarrollar un sitio wiki y permitir que un grupo de interés establezca una comunidad Web donde pueden interactuar el uno con el otro o desarrollar materiales. Anteriormente no era posible hacer esto, y hay otras maneras de hacerlo. Cada vez más, las herramientas para dichas comunidades colaborativas y para la publicación en la Web, son cada vez más fáciles de usar y se pueden adquirir más libremente.

Rastreo de usuarios y estadísticas

Existe el software para permitir un rastreo automatizado de usuarios de un sitio Web. Desafortunadamente estos sistemas automatizados no son capaces de discriminar como se necesita, por lo que invariablemente un gran número de usuarios se registran como de Virginia en los EE.UU., o de sitios comerciales, sólo por el predominio de determinados proveedores de servicios de Internet que permiten a las personas acceder a la Web. Sin embargo, para fines de evaluación, así como para garantizar que la entrega de los materiales educativos es para el público correcto, es necesario un seguimiento más fino. Los sitios buscan incentivar el registro a fin de que puedan reconocer a sus visitantes de la misma manera que una institución puede requerir que los visitantes se registren en la recepción, o que una tienda u hotel quiera reconocer a los visitantes frecuentes. Tales sistemas de registro a veces pueden tener un efecto negativo sobre los visitantes, que no esperan tener que revelar su identidad o recordar contraseñas y nombres de usuario. Debido a esto, algunos sitios están segmentando su contenido para incentivar el registro, o la reservación de algunas partes del sitio para aquellos con quienes han establecido una relación, ya sea comercial o programática. Los sitios de servicio público que ofrecen materiales educativos probablemente adopten un enfoque de acceso universal, y sacrifiquen la calidad de sus estadísticas y datos de seguimiento, aunque las organizaciones no gubernamentales han hecho algunos intentos por hacer sus sitios web auto-sostenibles a través de la publicidad. Estos van a ser los dilemas a que se enfrenten, sobre todo, las instituciones y los países más pobres.

Archivos compartidos

Existen programas para facilitar el uso compartido de archivos y su descarga. Los protocolos de transferencia de archivos son, ahora, rara vez utilizados por los ocasionales usuarios de computadoras que confían en la transmisión y conexiones de alta velocidad para preservar la integridad de sus archivos, pero eran y siguen siendo un elemento básico de la Internet. El desarrollo de mecanismos para la libre copia y distribución por programadores ha sido motivo de especial preocupación para los productores comerciales de imágenes en movimiento y música. Pueden haber ocasiones en que la habilidad de compartir archivos sea útil para los educadores que buscan una distribución rápida y barata de materiales, ver Materiales digitales y grabados.

Las artes y la cultura

La educación cívica y electoral son actividades culturales. Están ligadas con la expresión de los derechos humanos de las personas y la organización social. Requieren interacción entre las personas, una gran pasión y la evocación de sentimientos e interdependencia.

La mayoría de la educación sucede, empero, en ambientes relativamente estériles y altamente conceptuales. No obstante, el aprendizaje y la expresión humana se graban profundamente a través de las palabras, la danza, el drama y el juego. El increíble impacto y energía que se reporta en los pocos programas educativos que involucran el teatro apoya lo dicho.

Así pues, es triste encontrar tan pocos ejemplos del uso de las artes y la cultura para promover la democracia, la responsabilidad cívica, los derechos humanos y la educación al votante. Las secciones siguientes contienen comentarios sobre programas de arte y ofrecen sugerencias sobre cómo las artes pueden incluirse en programas educativos.

Arte de representación formal se refiere a las actuaciones en lugares formales.

Teatro callejero tiene que ver con escenarios más informales.

Eventos especiales presenta actividades sociales que pueden o no incluir algún tipo de actuación.

Artes y artesanías examina cómo los artistas pueden ser llevados a realizar esfuerzos educativos.

Arte de representación formal

El título de esta sección ha sido seleccionado para asegurar que los educadores no limiten sus posibilidades potenciales frente a una expresión artística en particular. La única diferencia entre esta sección y aquella que se encarga del teatro callejero está en el sitio de ejecución o actuación y, por ende, en los recursos disponibles para la obra.

Los conciertos de rock, las obras de teatro, las lecturas de poemas, la danza (tradicional y moderna), la música y otras formas de comunicación artística pueden usarse para promover la participación cívica.

En la mayoría de los casos, se les ha utilizado para celebrar o conmemorar eventos políticos, para movilizar apoyo (personal y financiero) para causas políticas, y para reunir personas para enviarles mensajes educativos. Es en este último donde se han dado ejemplos relacionados con la educación y movilización electoral, especialmente enfocados a una cultura joven.

En la mayoría de los casos, la actuación ha sido secular, y no ha estado relacionada con el mensaje educativo, por lo que se convierte en una intrusión en el evento. Esto no necesariamente lo hace irrelevante: "una cucharada de azúcar ayuda a mejorar el sabor de la medicina", como dice la canción. Una actuación donde el medio y el mensaje se conjuguen para transmitir una visión democrática, aunque puede ser poco frecuente y exigir mucho más de la puesta en escena, genera mayores beneficios educativos.

En las escuelas, las representaciones históricas y las recreaciones de eventos sociales pueden utilizarse para proporcionar información y para educar. En el otro extremo de la balanza, el teatro político ha jugado un papel para movilizar apoyo para determinadas causas, o para alertar sobre injusticias. Quedamos a la espera de la resurrección del arte que hable a las personas en nombre de la condición actual de la gente en democracias modernas y emergentes.

En esto, los educadores tendrán que proporcionar apoyo y libertad a los artistas que trabajan en sus comunidades. Pueden haber tensiones entre aquellos que planean para una audiencia específica y con programas ajustados a un calendario con mensajes limitados y no ambiguos, y el artista. Sin embargo, la colaboración puede ser muy valiosa al establecer una red completamente nueva de asociados, al identificar temas educativos de especial poder, y al asegurar que la educación se lleva a cabo en una variedad de lugares y para una mayor variedad de personas.

Teatro callejero

El teatro callejero es una herramienta importante para los educadores y hay algunas directrices simples que deben seguirse para que sea exitoso. Éstas se examinan en las secciones descritas a continuación.

¿Qué es el teatro callejero?

Las personas están ocupadas. Tiene vidas que llevar. Sólo unos pocos tendrán tiempo para asistir a un evento educativo voluntariamente. La mayoría querrá entretenerse.

Si el entretenimiento puede ir a donde ellos están, será mucho mejor. Teatro callejero es un término genérico para todas las formas de actuación que se desarrollan donde las personas se encuentran, no sólo en la calle o en el mercado.

Las actuaciones pueden ser cortas e improvisadas, aprovechando la interacción con la multitud espectadora, o pueden ser ligeramente largas y cuidadosamente escritas y ensayadas. Sin embargo, siempre operan bajo el supuesto de que la audiencia puede irse en cualquier momento, y que al menos algunos lo harán durante la función. Depende de los actores llamar la atención de la gente y retenerla lo suficiente como para transmitir su mensaje.

Encontrar una audiencia

La primera labor del artista callejero es encontrar una audiencia. Por esta razón, los mercados, los lugares donde la gente tiene que hacer fila, y los eventos sociales son las mejores posibilidades. Las rutas de autobuses y taxis que llevan a la gente a trabajar, las clínicas rurales, los hospitales y las estaciones de tren son todos lugares donde las personas están esperando y tienen tiempo suficiente.

Para manejar una compañía callejera, puede ser necesario facilitarles transporte para que se movilicen. Hay compañías que han desarrollado itinerarios fijos. Los centros comerciales en las ciudades modernas y los almacenes de intercambio en los pueblos pueden alentar a dichos grupos de actores, porque cuando son buenos mantienen una buena cantidad de gente que al terminar la representación puede estar satisfecha y hambrienta o sedienta. En algunos países y ciudades, las asociaciones de músicos callejeros y las ordenanzas locales regulan lo que está permitido: cuándo pueden hacerse funciones, dónde y por cuánto tiempo. En otros lugares, pueden existir normas y reglas locales, y puede que sea necesario contactar a personas y organizaciones importantes antes de la función.

También pueden existir sitios disponibles en parques públicos, o en plazas para la realización de las obras. No son siempre tan frecuentadas como las áreas más comerciales. El teatro callejero está diseñado para encontrarse con las personas donde estén, y no para llevarlas a un lugar distante.

Llamar su atención

Puesto que las personas suelen estar preocupadas, hay que llamar su atención hacia la función. Esto requiere de cantantes y bailarines de teatro, mimos, pequeñas simulaciones de la actividad diaria actuadas a un ritmo frenético, actores vestidos con ropas llamativas, con máscaras, o usando zancos. Todos estos son signos de que algo inusual está a punto de suceder.

Puede ser posible montar pequeños escenarios y cargar artefactos teatrales al sitio de la función. El grupo de actores tendrá que asegurarse que este material sea portátil y resistente.

En muchos lugares, no es posible amplificar el sonido o puede ser ilegal. En otros lugares, los artistas pueden haber desarrollado su propio sistema para conectar el sonido, ya sea a través de los buenos oficios de un negocio local, o usando la batería de un carro, o inclusive un pequeño generador a combustible. Las condiciones locales requieren de arreglos, también, locales.

Atraer y mantener la atención de las personas tiene algo que ver con lo que la gente espera y con lo inesperado. Los artistas profesionales que tienen alguna experiencia en teatro callejero deben ser invitados a formar parte del proyecto, en lugar de enviar a un grupo de personas inexpertas a la calle.

Transmitir el mensaje

El teatro callejero puede ser utilizado para llevar mensajes simples. También puede utilizarse para demostrar y practicar ciertas aptitudes; y con mucha habilidad de por medio, puede provocar un debate y un diálogo entre los actores y la audiencia. Guiones preparados pueden ser útiles, y muchos paquetes de educación electoral incluyen algunos muy cortos.

Los eventos más exitosos incluyen humor, algo de sátira, uso imaginativo de implementos teatrales e interacción con la audiencia. El teatro usado para la educación electoral se enfocará en los procedimientos para votar, tal vez con unas pocas personas tomando parte en una elección simulada. Existirán mensajes sobre las campañas y roles de los partidos políticos y sus representantes, cómo juzgar y seleccionar de entre las ofertas de los contendientes, y la información sobre cuándo y dónde votar.

Generalmente, el teatro callejero no puede garantizar que habrá una audiencia que retorne, pero esto es posible, especialmente en pueblos pequeños o en áreas rurales. Por esta razón, los actores tienen que desarrollar un repertorio que les permita cambiar su tema si notan que las personas ya poseen algún tipo de información.

Entregar algo a los asistentes

El teatro siempre está en constante movimiento, así que el público debe llevarse algo de recuerdo. Pequeños panfletos y volantes, pequeños detalles que promuevan la elección, como por ejemplo camisetas o calcomanías, son muy útiles. Tienen la ventaja de que son fáciles de cargar y de rápida distribución entre una multitud cuando se dispersa.

Es igualmente posible dejar recordatorios permanentes que recuerden que los actores estuvieron en el pueblo o mercado. Pueden dejarse carteles que anuncien el show pegados en las paredes o postes, si esto no ofende a sus dueños. Los comerciantes locales pueden ser persuadidos para que cuelguen afiches dentro de sus tiendas.

Actividades complementarias

El teatro callejero es un espectáculo en vivo. Es, igualmente, fotogénico. Donde se reúnen las multitudes, se crea la noticia. Así que, aparte de la utilidad de los folletos en el lenguaje de la audiencia, también existe la posibilidad de que la presentación se use para obtener una cobertura gratis por parte de programas televisivos de noticias, o que los actores sean entrevistados por estaciones locales de radio. Fotografías tomadas por el grupo o por fotógrafos del lugar pueden aparecer en los periódicos locales con historias sobre el evento.

De esta manera, la exposición del mensaje se multiplica más allá de la audiencia disponible en un tiempo y lugar particular.

Las buenas funciones también se pueden grabar en videocassette para una distribución general, pero esto requiere de una producción y preparación adecuada, que no puede tomarse a la ligera. La transición del teatro callejero a la video producción no es siempre exitosa.

Reunir a los actores

Si se crea un grupo callejero y viaja por muchos lugares, las comunidades locales cuentan con recursos educativos para cuando el grupo termine de actuar. Es posible incluir dentro del grupo a alguien que se encargue del entrenamiento de los programas de educadores electorales, y utilice la función para reclutar personas para una capacitación más a fondo en un evento posterior. Así, el equipo va dejando un pequeño cuadro de educadores capaces de hablar con sus propias organizaciones y contactos individuales una vez se han marchado los actores.

No obstante, no es tan fácil mantener un grupo de esa naturaleza en movimiento. Esto requiere de un apoyo logístico sustancial. El transporte, el hospedaje, el manejo del personal, y las relaciones públicas pueden ser costosos, sin mencionar los salarios de los actores.

Pero usar dicho grupo puede seguir siendo una actividad que vale la pena realizar dada la alta visibilidad que tiene y la oportunidad de asociar otras actividades y posibilidades de promoción con el grupo.

Una alternativa es desarrollar un programa que movilice a los actores callejeros existentes, suministrándoles entrenamiento y recursos; alentándolos para incluir información electoral en sus propios espectáculos. Pequeños subsidios para grupos comunitarios, que provengan no de los organismos electorales sino de los programas de artes, pueden generar beneficios indirectos no sólo en términos educativos sino también adicionándole color y confianza a las elecciones.

Eventos especiales

Hay una variedad de otros acontecimientos especiales que se pueden utilizar para unir a la población en torno del apoyo de una causa, pero que no requiere necesariamente de una función en la forma de un concierto, teatro, lectura de poemas, o algún otro tipo de espectáculo. Los bailes o maratones en los clubes locales, las fiestas en plena calle, las barbacoas o picnics, una carrera u otro tipo de acontecimiento deportivo y las ferias, son todos eventos que pueden planificarse como un medio para promover la conciencia y proporcionar información, así como crear impulso para las elecciones. Este tipo de actividades pueden ser dirigidas a la comunidad en general, o a un grupo particular, tal como los jóvenes, las mujeres o las personas con discapacidad.

En el caso de una fiesta en una discoteca local, los organizadores podrían imprimir portavasos, manteles individuales y de mesa, y globos con mensajes de educación electoral y mensajes de motivación. También pueden distribuirse camisetas, gorras, broches, calcomanías u otros elementos a los asistentes para que se los lleven una vez que la fiesta ha terminado. Una estación de radio local puede reportar el evento en directo, e incorporar información para los votantes en la emisión. Personalidades locales pueden anunciar el evento y animar a la gente a votar el día de las elecciones. Los picnics, eventos deportivos y ferias también ofrecen oportunidades para mostrar materiales de motivación y de educación electoral, distribuir artículos a grandes grupos de personas, montar puestos de información, y como un medio para obtener publicidad.

Artes y artesanías regionales

Artesanías

Vaya al mercado de un país que tenga turistas. Las personas locales han tomado las artes y artesanías que crearon para su uso, entretenimiento, diversión, y celebraciones religiosas propios, y han realizado versiones para el consumo general.

Ya sean tótems, telas o ropa, canastas, cerámica, elementos de metales fundidos y joyería, esculturas o pinturas, las artes y las artesanías locales definen la identidad de las comunidades y los países. Hay un debate continuo y acalorado sobre la manera como estas artesanías están siendo desplazadas por bienes de otros países, un miedo que las viejas tradiciones se pierdan, y una nostalgia del tiempo cuando las artes y artesanías se practicaban como parte de la vida comunitaria, que puede estarse disipando o por lo menos pareciendo que desaparece.

En países grandes, como Estados Unidos e India, los turistas internos actúan como un mercado para la producción adicional; en países más pequeños existe un comercio internacional. De hecho, los mercados alrededor del mundo siempre han sido lugares en donde los bienes de una variedad de fuentes se reúnen.

Estos artefactos pueden ser utilizados por los programas educativos como recordatorios constantes de las fechas y eventos importantes, como motivadores del comportamiento, y como detonante para la acción. La ropa, las banderolas tejidas, las pinturas e impresos vernáculos, las esculturas en madera, que comunican el significado y las aspiraciones de la gente local no se pueden recolectar o reconocer fácilmente. Precisamente porque éstos se comunican directamente con las personas, o puesto que tienen un valor mercantil que los hace autofinanciables, pueden ser herramientas útiles al desarrollar un entorno que realce la importancia del mensaje educativo electoral y ayude a su mejor aceptación.

Arte

El arte ya no se limita a categorías establecidas. La pintura, la fotografía, el dibujo y la impresión se entretejen con formas tridimensionales; la escultura incorpora la dimensión del tiempo, así como del espacio y el arte juega con el movimiento, el sonido y el tacto a través de las computadoras, las instalaciones en que se exhibe, el video y el cine.

Los artistas que colaboran con educadores y promotores de la democracia han producido registros fotográficos de triunfos electorales, carteles que alientan la participación del público, esculturas evocativas e imágenes reveladoras del espíritu humano. Los artistas, solos o en colaboración con otros, han producido exposiciones que dan apoyo a eventos electorales y políticos, y que hacen alusión sobre la condición humana.

Dichas obras se exhiben o se crean en lugares públicos, ya sea en las galerías y en los parques, o en los jardines y las calles de las ciudades de todo el mundo.

Si bien se puede necesitar de un trabajo encargado especialmente, hay una ventaja educacional en el desarrollo de caminatas turísticas, de reuniones de artistas con el público, exposiciones especialmente montadas, y seminarios y simposios educativos que seleccionen temas y eventos democráticos que coincidan con otros aspectos de un programa educativo. Estos programas pueden utilizar materiales existentes, e incluso material que parezca ser antidemocrático a fin de proporcionar lecciones objetivas sobre lo que la elección va cambiar.

El arte y los locales donde se muestra son recursos que los educadores deben aprovechar. Muchos de los museos públicos y galerías más grandes tienen su propio personal especializado en educación. Estas personas pueden estar dispuestas a apoyar un programa de educación y tienen aptitudes y recursos propios con los cuales contribuir. Tales funcionarios están acostumbrados a elaborar programas que atraen audiencias, y a menudo trabajan partiendo de presupuestos limitados y en ambientes relativamente hostiles o al menos apáticos. Es posible que también hayan desarrollado programas de acercamiento a las escuelas y comunidades más pobres o desfavorecidas, en algunos casos después de haber establecido estrategias para el transporte de artefactos.

Esta experiencia es de gran valor para los programas de educación electoral.

Concursos

Los organismos electorales han utilizado concursos para obtener imágenes y diseños para ser usados en los programas de educación electoral, así como para anunciar la campaña a través de medios como los eslóganes y logotipos. En Etiopía, un concurso produjo una canción para las elecciones. Los concursos escolares son particularmente útiles para lograr la participación de jóvenes en la discusión de temas y conceptos, para producir materiales que se pueden mostrar, y para lograr publicidad. Dichos concursos implican organización, pero resultan en una imagen positiva de la democracia y del organismo electoral.

Comunicación directa

Los programas de educación usualmente incluyen interacciones cara a cara. Estos son conocidos también como formas de comunicación directa (la televisión o la radio son formas indirectas de comunicación). Bien sea a través de reuniones comunitarias o campañas de puerta en puerta, el contacto directo con potenciales electores es un aspecto importante de la información y educación electoral. Algunas evaluaciones también sugieren que es necesario complementar las formas de comunicación indirecta con interacción cara a cara, para pasar de simplemente distribuir información a poder influir en el comportamiento.

En muchas democracias, donde las tazas de alfabetización pueden ser bajas y donde puede existir un desconocimiento general producto de procesos de votación y de elecciones recientemente definidos, este contacto directo es una herramienta que puede reforzar las capacidades, el conocimiento y las actitudes de las personas, que les permitirán convertirse en ciudadanos activos. La naturaleza oral de las reuniones cara a cara, proporciona a las personas iletradas y semi-letradas una oportunidad para realizar preguntas y obtener respuestas inmediatamente.

Reunirse con personas que proporcionen información en forma creíble y apartidista reduce la desconfianza en el proceso. Igualmente reduce la ignorancia y el miedo asociado con el desconocimiento frente a lo que hay que hacer y lo que hay que esperar. En grupos, en talleres o sesiones informativas, las personas se darán cuenta que no están solas, y saber que otras personas van a votar les dará confianza. Las personas que asisten a los talleres o sesiones informativas, y que por ende pueden acceder a información actual, pueden convertirse en fuente de información para en sus comunidades.

Sin embargo, los programas educativos directos pueden resultar costosos. Es importante asegurarse que los eventos se realizan en comunidades locales, utilizando lugares y comidas locales. Cuando los eventos son organizados en forma de conferencias en grandes hoteles, los costos pueden aumentar significativamente.

Sumado a los costos del lugar, los eventos directos, tales como talleres y conferencias, requieren de apoyo administrativo y secretarial, así como viajes, reclutamiento, entrenamiento y pagos a personal educativo capacitado, y un cuidado extremo del programa. Para que los eventos sean exitosos, los participantes deben ser reclutados y animados para que vayan a sedes centrales, lo cual no siempre resulta muy exitoso. Con gran frecuencia hay que repetir los eventos.

No es necesario realizar eventos extravagantes: las actividades del programa que sean cara a cara pueden desarrollarse a bajo costo y con apoyo externo limitado.

Esta sección del área temática describe las posibilidades y, también, proporciona una guía para los educadores que se dedicarán a tales programas.

Aprendizaje grupal

En fechas cercanas a la jornada electoral, las personas pueden reunirse en grupos para obtener información sobre las elecciones. Esta información puede ser puramente logística o puede proporcionar a los ciudadanos un conocimiento más profundo del proceso de elecciones y de la votación, así como de los principios democráticos asociados con el desarrollo regular de esos eventos.

No todos los grupos de personas son iguales. Un programa de educación electoral debe tener en cuenta a cada grupo y debe determinar el tipo de reunión que mejor se amolde a ellos:

  • Las reuniones informativas se realizan para personas que están en capacidad de integrar la información en sus propios programas como apoyo a una elección.
  • Los talleres son eventos más prolongados, y se llevan a cabo con personas que deseen o requieran información y entendimiento más profundo.
  • Las sesiones de información general se realizan a medida que se acerca más el día de las elecciones, en espacios públicos donde las personas escucharán mientras desarrollan sus actividades cotidianas. Estas sesiones proporcionarán información básica en un periodo corto y en tiempos establecidos.

Reuniones informativas

Las reuniones informativas son encuentros organizados por grupos claves o instituciones en colaboración con organizaciones que proporcionan educación electoral. Estas reuniones buscan apoyar a las organizaciones en el trabajo de campo que desarrollan, proporcionándoles información relevante para sus grupos de enfoque. Las personas que asisten a las reuniones informativas son, usualmente, capaces de llevar de vuelta la información a su organización e integrarla a su programa de educación electoral.

Para informar bien al público, grupos tales como los partidos políticos, los organismos electorales y los departamentos más importantes de gobierno pueden decidir convocar a un determinado electorado, o grupo de personas, para proporcionarles información relacionada con el trabajo que están desarrollando y la información que desean darle a los ciudadanos sobre las elecciones. Ello también les permite a los practicantes tener la oportunidad de cuestionar a los expertos sobre asuntos claves, y recibir información actualizada y exacta sobre debates y fechas relacionadas con la elección.

Las reuniones informativas son por lo general de poca duración, y se llevan a cabo en horarios que son convenientes para la audiencia deseada. También pueden convocarse rápidamente en casos de crisis o cuando se toman decisiones que generan cambios sustanciales. Los temas de estas reuniones para los educadores electorales incluyen:

  • derechos políticos y al voto
  • procedimientos de registro
  • mecanismos para establecer los límites de los distritos electorales
  • fechas importantes previas a la elección y la fecha de la elección misma
  • horarios de votación
  • ubicación de los centros de votación
  • preparación de la mesa de votación y otras regulaciones y procedimientos
  • disponibilidad de los servicios especiales de votación, como votación anticipada, en ausencia, o móvil
  • asuntos relacionados con las elecciones, tales como fraude e intimidación
  • documentos de identificación requeridos a los electores
  • mecanismos para asegurar el secreto del voto
  • procedimientos para resolución de controversias
  • información sobre el conteo de votos y consolidación de resultados
  • explicación de cómo los votos se traducen en escaños
  • información sobre cuándo van a estar disponibles los resultados preliminares y finales
  • información sobre los derechos y obligaciones de los observadores independientes y de los representantes de partidos o candidatos

Se deben preparar paquetes informativos para aquellos que asisten para profundizar en ciertos temas. Estos paquetes pueden incluir lo siguiente:

  • una breve hoja informativa sobre la organización o institución
  • una explicación del porqué se ha convocado la reunión
  • una historia o recuento de los eventos recientes que han llevado a determinada coyuntura, punto de vista, descubrimiento, o decisión
  • estadísticas y gráficas sobre la materia o asunto en particular
  • análisis de la situación y resultados esperados
  • un documento con las preguntas más frecuentes (comúnmente conocidos como FAQs, por sus siglas en inglés: Frequently Asked Questions)
  • una copia de la ley electoral

Para preparar una reunión informativa exitosa, los grupos deben recordar lo siguiente:

  • invitar con anticipación a las personas importantes
  • llamar a las personas para saber quién va a asistir
  • reservar un lugar apropiado
  • hacer arreglos para que haya comida suficiente
  • invitar conferencistas y confirmar su asistencia
  • informar a la prensa, si es necesario
  • preparar paquetes informativos
  • asegurar que existan suficientes copias de los paquetes informativos

Talleres

En programas de educación electoral, los talleres proporcionan información logística, así como una mirada más profunda a los propósitos e importancia de las elecciones dentro de un rango más amplio de conceptos sobre democracia y derechos humanos.

Como en toda labor cara a cara con los ciudadanos, los talleres requieren de mucho trabajo, pero los beneficios de la interacción directa con personal entrenado y versados en elecciones incluyen que:

  • Los ciudadanos pueden sondear el valor de las elecciones y su importancia para establecer y mantener democracias estables.
  • Los ciudadanos tendrán un conocimiento más profundo, hecho que acallará las preocupaciones que éstos tienen sobre un proceso desconocido o nuevo para ellos.
  • La información recolectada en el taller se transmitirá a otras familias, amigos y vecinos.
  • Después de los talleres, las personas que han asistido pueden reconocerse como fuentes informativas dentro de sus comunidades.

En cada país la democracia se asienta y estabiliza en un contexto diferente. Diferentes organizaciones estatutarias y no estatutarias pueden enfatizar los diferentes aspectos de las elecciones democráticas, de acuerdo al contexto particular del país y la misión de la organización. Algunas áreas que pueden enfatizarse en los talleres son:

  • la historia del país y su transición a una administración democrática
  • los derechos humanos asociados con las elecciones
  • los valores y procedimientos de la democracia
  • los principios y estándares internacionales para elecciones democráticas y para una buena gobernabilidad
  • la importancia de la participación ciudadana en las elecciones como parte de la construcción de una cultura democrática
  • el marco legal e institucional que gobierna y asegura elecciones libres y justas en el país de que se trate
  • debates políticos actuales
  • asuntos sociales y económicos importantes para el público

Entre los factores contribuyen a la realización de talleres exitosos podemos incluir:

  • una evaluación minuciosa y representativa de las necesidades
  • el conocimiento de la infraestructura del área, incluyendo transportes, infraestructura vial, telecomunicaciones y electrificación
  • el conocimiento de, y sensibilidad hacia, la situación política, los obstáculos, y las áreas geográficas susceptibles
  • el conocimiento de la densidad poblacional y el movimiento de personas en el área
  • el conocimiento de las personas, su lenguaje, costumbres, prioridades, niveles educativos y rutina diaria
  • el conocimiento de las leyese instituciones relacionadas con las elecciones

Consejos para llevar a cabo buenos talleres: toma mucho tiempo, compromiso, y trabajo duro organizar y llevar a cabo talleres. Algunos factores claves que contribuyen a organizar bien los talleres son:

  • Haga los arreglos logísticos de los talleres con anterioridad
  • Obtenga los permisos para utilizar lugares adecuados y páguelos si es necesario
  • Tenga todos los equipos necesarios
  • Conozca los objetivos del taller y transmítaselos a los participantes
  • Reúna información exacta
  • Tenga suficiente material para los participantes

Consideraciones de costos: los talleres no necesitan ser muy costosos. Mantenerlos a un nivel local utilizando los recursos disponibles, ayudará a los educadores a llevar a cabo talleres con costos mínimos. Las limitaciones presupuestales usualmente determinan el potencial de trabajo de los programas de educación electoral y mantener bajos los costos puede permitir que los educadores realicen más talleres de los planeados.

Realizar talleres en lugares muy costosos puede crear confusiones sobre los recursos disponibles para programas de educación pública, y puede generar falsas expectativas de los talleres comunitarios.

Algunos de los costos que deben tomarse en cuenta para llevar a cabo un taller comunitario de un día incluyen lo siguiente:

  • transporte para el educador/facilitador
  • transporte para los participantes
  • alquiler del lugar
  • comida
  • material para el encargado del taller (papel, marcadores, etc.)
  • material para los participantes (plumas, papel para escribir, etc.)
  • copias de lo que se va a entregar en el taller y otros materiales

Minimizando costos: es importante utilizar a los educadores locales, en lugar de buscar personas externas para conducir las sesiones, puesto que esto reduce los costos de estancia y transporte. Hacer uso de espacios públicos es otra manera de minimizar los costos de los talleres. Las organizaciones y organismos electorales deberán hacer arreglos para utilizar sitios locales (iglesias, colegios o salones comunales) ya sea gratis o por una donación nominal.

Los costos de alimentación pueden reducirse al mínimo si se le pide a las personas que traigan su propia comida (si el taller ocupa las horas de almuerzo), si se consiguen donaciones de distribuidores de alimentos, o utilizando abastecedores locales. Los sitios de reunión deben ser accesibles para que los participantes gasten lo menos posible en transporte. La compra de material y equipo necesario por mayoreo reduce los costos por unidad.

Sesiones de información general

El propósito de la educación electoral es promover el voto de la mayor cantidad de gente posible, a través del suministro de información a la mayor cantidad de personas que pueda asistir. Las sesiones informativas representan una alternativa viable para conseguir este propósito. El trabajo es intenso, pero estas sesiones son muy valiosas puesto que son inmediatas y las personas pueden hacer preguntas y recibir respuestas. Son verbales, y por ende, apropiadas para las personas iletradas y semi-letradas. El educador puede que no tenga otra oportunidad para hablar con las mismas personas, así que esta corta oportunidad debe usarse con cuidado.

Las sesiones informativas son reuniones cortas, formales o informales que proporcionan información básica sobre las elecciones a los grupos de votantes. La información suministrada es precisa y actualizada y se proporciona en forma concisa. Las personas pueden averiguar la fecha, horarios de votación, y cómo encontrar su mesa de votación, así como la forma adecuada para emitir su voto.

Darle a la gente información con mucho tiempo de anticipación a la celebración de las elecciones no tendrá muy buenos resultados. Las personas pueden olvidar la información y los detalles pueden cambiar. Las fechas deben proporcionarse una vez sean definitivas. Las personas querrán conocer información acerca de las elecciones en forma precisa y rápida, a medida que se acerca la fecha, y las sesiones informativas pueden proveer este servicio.

¿Qué grupos organizan las sesiones informativas?: tanto las instituciones estatutarias, como los organismos electorales, como los grupos de la sociedad civil pueden organizar sesiones de información al votante (en ocasiones conjuntas) como parte de campañas apartidistas de educación pública. La meta de dichas organizaciones es la diseminación rápida y precisa de información actualizada sobre las elecciones. Dentro de estas reuniones también se alienta a los votantes para que se acerquen a las mesas de votación y participen en el proceso democrático.

Estrategia: las sesiones informativas se llevan a cabo en horarios convenientes y no duran tanto como los talleres. Pueden desarrollarse en horas de almuerzo en los lugares comerciales más congestionados de una ciudad o a la hora de los servicios religiosos. La misma información puede proporcionarse a diferentes horas del día en los mismos u otros lugares y a audiencias distintas.

Información complementaria: los panfletos contienen la misma información que proporciona el educador, y son fáciles de llevar. Pueden proveer detalles sobre la forma de establecer contacto con diversos funcionarios electorales, los candidatos, y los partidos políticos. Pueden también incluir líneas de atención telefónica.

Algunos consejos para una buena sesión informativa incluyen lo siguiente:

  • Conocer ampliamente el tema para poder responder la mayoría de las preguntas
  • Ser claro y conciso, puesto que el tiempo es limitado
  • Realizar los arreglos logísticos de la sesión con anterioridad
  • Obtener los permisos de las autoridades relevantes
  • Dar tiempo para responder preguntas
  • Asegurarse de que hay bastantes copias de los panfletos y otros documentos informativos para que los asistentes puedan disponer de ellas con el propósito de repartirlos entre sus amigos y vecinos. (Esto es particularmente efectivo para personas que están en el colegio y que pueden pasarle la información a sus padres y familiares).

Consideraciones de costo: con el fin de reducir los costos de transporte, es necesario hacer uso de los educadores locales en estas sesiones. La utilización de los espacios públicos es otra forma para disminuir los costos de las sesiones informativas, puesto que no habrá que pagar por el sitio. Una buena opción es utilizar espacios públicos en momentos de gran afluencia de personas que puedan escuchar los mensajes mientras almuerzan en una plaza, o esperan su transporte en las estaciones de tren o transporte público.

Equipando a los educadores electorales

Para facilitar la efectiva realización de estas sesiones cara a cara, es importante que los educadores tengan las herramientas apropiadas, entre las que podemos destacar:

  • Tener un conocimiento pleno y la habilidad para compartir información sobre la logística de las elecciones,
  • Conocer y entender los asuntos políticos que rodean las elecciones,
  • Ser capaces de responder satisfactoriamente las preguntas comunes que el público pueda elaborar,
  • Recibir la capacitación adecuada, así como información exacta y actualizada,
  • Utilizar ropa que los caracterice como de una organización apartidista, para establecer la procedencia del educador y brindar alguna información sobre el propósito de la información entregada.
  • Proporcionar a los educadores algún tipo de documentación, ya sea una identificación, un certificado, o una carta de apoyo que pueda ser usada para comprobar sus identidades, a qué organizaciones están afiliados, sus credenciales profesionales o su relación con la autoridad electoral, en caso de haber dudas.

La persona encargada de la sesión será vista como parte del mensaje. Es importante que esta persona pueda generar confianza en las elecciones, por lo cual es necesario hacer uso de personas que muestren credibilidad. El reclutamiento de educadores electorales es crucial. Reclutar personas que vengan de organizaciones o de autoridades electorales reputadas puede asegurar esto, sin embargo es responsabilidad de los coordinadores de dichos programas mantener un monitoreo constante para asegurar la imparcialidad.

Simulacros

Las experiencias simuladas brindan a las personas la oportunidad de experimentar la realidad. Estas pueden incluir experiencia de campaña, dando a los participantes la oportunidad de actuar como candidatos, directores de campaña, portavoces, y voluntarios, activistas de organizaciones no gubernamentales y periodistas. La simulación también puede demostrar la experiencia electoral, desde la preparación de las mesas de votación hasta el conteo de votos, y desde la perspectiva de los trabajadores electorales, votantes, observadores electorales, y agentes de los partidos.

Estas experiencias tienen lugar en un ambiente controlado por el educador. Las personas no aprenden a montar bicicleta mirando cómo se monta; aprenden montando la bicicleta. De la misma manera, un método efectivo de educar a los votantes sobre cuestiones prácticas de las elecciones y el voto es creando una situación real donde los ciudadanos tengan una experiencia verdadera.

Las elecciones ficticias, los juegos, y el desempeño de roles, son formas de proporcionarle a las personas experiencias reales, y usualmente forman parte de un programa de trabajo para talleres y permiten que las personas tengan la oportunidad de trabajar interactivamente y de manera participativa. El éxito real de las actividades dependerá de la forma como sean facilitadas y supervisadas. No es suficiente tener una actividad, se debe discutir con los participantes sus sentimientos, opiniones y la relevancia de la experiencia para sus propias situaciones.

Elecciones ficticias

Estas se utilizan para crear una situación en un taller que constituya una réplica de la mesa electoral, que permitirá a las personas explorar las realidades de esta situación en un ambiente seguro. Una de las razones por las que las elecciones ficticias son tan efectivas es porque son capaces de desmitificar las elecciones para las personas. Quienes votan por primera vez estarán ansiosos por descubrir las cuestiones prácticas de los procedimientos de votación y elección. Las elecciones ficticias les permitirán saber qué pueden esperar.

Las personas deben saber desde el principio que la simulación no es una cosa real y que no reemplaza la asistencia a las mesas de votación el día de las elecciones.

Hay que tener cuidado de crear una imagen de la escena de las elecciones antes de embarcarse en el ejercicio. Esto hará que la situación sea lo más real posible y clarificará en las mentes de las personas el proceso por el que pasarán. Cerca de la fecha de la celebración de las elecciones, la gente que no está familiarizada con el proceso de votación puede resolver muchas de sus inquietudes a través de la experiencia de una votación simulada.

Conforme las personas atraviesan por esta experiencia, es importante que el educador electoral introduzca factores inesperados para alertar a los ciudadanos sobre situaciones que no están previstas en el libro de texto pero que pueden suceder. Las situaciones de conflicto entre los mismos electores, entre los electores y los funcionarios, así como situaciones de fraude deben ser considerados y hay que discutir los medios eficaces para enfrentarlos.

Montar un ejercicio de este tipo no requiere ni mucho tiempo ni mucho dinero. Materiales simples y poco costosos pueden utilizarse para crear una situación real. La mesa de votación puede montarse en el sitio donde se está realizando el taller o en la parte de afuera. Este método para transmitir información a las personas también le permitirá al educador electoral detener e iniciar el proceso en puntos estratégicos para proporcionar explicaciones más profundas sobre el porqué de determinadas cosas en el proceso.

Las elecciones ficticias son muy efectivas cuando se usan con grupos que no están familiarizados con los procedimientos anteriores a las elecciones y del día de las mismas. En contextos de transición, las elecciones ficticias pueden ser hechas a gran escala y buscar llegar a la mayor cantidad de personas posibles.

Los educadores deben usar lo que tienen: cualquier caja con tapa puede servir para simular una urna. Lo que hay que resaltar sobre las urnas es que deben estar selladas y que estén ubicadas a la vista de todas las personas en el sitio de votación. Los programas de educación electoral pueden inventarse sus propias papeletas con candidatos y partidos ficticios. Si la actividad se lleva a cabo por, o en colaboración con, un organismo electoral, materiales de la verdadera elección pueden ser prestados para los fines de la actividad.

Juego de rol

El juego de rol es una técnica mucho más utilizada en eventos educativos basados en los principios del aprendizaje experimental. Los capacitadores no siempre tienen que lograr que los educandos se centren en su experiencia pasada, pueden ayudarles a construir experiencias en situaciones desarrolladas en los talleres. Una buena forma de hacer eso es a través de los juegos de rol.

El juego de rol requiere que los participantes se pongan en el lugar de otras personas. Por un rato, ellos dejan de lado su identidad real y toman otro papel. Por esta razón, el juego de rol es una herramienta particularmente útil para desarrollar empatía y para llegar a comprender los puntos de vista de las personas. Es, igualmente, un medio adecuado para que las personas practiquen determinadas destrezas en una situación imaginaria.

Hay muchos tipos de juegos de rol para un taller, que van desde una completa improvisación hasta una actuación de acuerdo con un pequeño guión. Algunas veces, todos los participantes pueden desempeñar roles similares. En otras ocasiones, un juego de rol puede significar que todos los participantes desempeñen papeles distintos. De acuerdo al propósito del ejercicio se debe determinar el acercamiento más apropiado.

Ejemplos de juegos de rol

Aptitudes de comunicación. Se puede conducir una sesión de entrenamiento sobre habilidades comunicativas, por ejemplo, dividiendo a todos los participantes en parejas. A cada pareja se le dan instrucciones para que un participante actúe como padre y el otro como un hijo adolescente rebelde. Esa información puede ser suficiente, de manera que se permita que los participantes actúen libremente y con espontaneidad ante cualquier situación que se les venga a la mente. O se les puede guiar un poco más, por ejemplo, describiendo una situación donde el adolescente insista en que quiere salir con unos amigos y el padre no lo apruebe. En un juego de roles como este, no se busca que los participantes se "identifiquen" con el mal comportamiento del adolescente, pero alguien debe jugar este rol para darle al padre la oportunidad de practicar sus habilidades de comunicación. Es muy útil interrumpir a las parejas después de unos minutos y hacer que los participantes cambien de roles. También puede ser una buena idea formar grupos de tres (en lugar de parejas) y tener un participante que observe y comente el comportamiento de los que están desempeñando los roles.

Roles individuales. Al final de un taller sobre educación electoral, se puede planear una elección ficticia en la cual todos los participantes tengan un papel diferente. Todos reciben una tarjeta, no sólo con las instrucciones que les explican el rol que tienen que desempeñar, sino también cómo lo deben hacer (por ejemplo, un funcionario electoral perezoso que no revisa la identidad de los votantes o que no se asegura que los electores aparezcan en la lista, o un votante ebrio que perturba la fila). Después de que todos los participantes han leído y entendido las instrucciones, el juego comienza. Hay espacio para una actuación espontánea, pero se han estructurado los roles cuidadosamente para asegurarse que la elección ficticia tenga un determinado curso.

Olvidar los roles

Después de que el ejercicio ha concluido, es muy importante que los participantes se despojen del rol que desempeñaron. Algunas veces es suficiente agradecer a las personas por entrar en el espíritu del ejercicio y después invitarlos a retornar a sus asientos normales para que retomen su identidad real. No obstante, particularmente cuando las personas han desarrollado su papel con gran seriedad y cuando las situaciones han estado muy intensas, puede ser necesario asegurarse que los participantes se despojen de sus roles con mayor cuidado. Pídales a las personas que se quiten los disfraces que hayan utilizado, y que den la mano a sus compañeros (padres y adolescentes), que realicen un ejercicio de relajación y que asuman que el ejercicio se terminó. Esta actividad es importante para evitar que un participante se apegue a un rol particular.

Reflexión

Habiendo creado una experiencia común para los participantes de un taller, es muy importante asegurarse que el ciclo de aprendizaje se ha completado. La experiencia por sí misma no basta. Se debe proporcionar el tiempo suficiente para reflexionar acerca del juego de rol. En primer lugar, los participantes deben recordar lo que sucedió y las actividades del papel que les tocó interpretar (la etapa de "identificación"). Los comentarios vertidos por observadores pueden ser de mucha utilidad en este punto. Hay que fomentar que la gente que participó en el ejercicio analice lo sucedido. Posteriormente, hay que estudiar las lecciones aprendidas que pueden ser aplicadas en situaciones reales de la vida cotidiana.

Cosas para recordar cuando se desarrollan juegos de rol

Se debe construir el escenario con cuidado antes de que empiece el juego. Las instrucciones en un juego como este pueden ser bastante complejas, y es importante que todos los participantes comprendan lo que está sucediendo, de lo contrario la experiencia puede generar confusiones. Si es necesario, escriba en un papel las características del escenario en que se desarrolla el juego de rol, o proporcione a cada participante una tarjeta con las instrucciones.

No se debe permitir que el juego se prolongue por mucho tiempo. Hay que recordar que las personas están actuando y que esta situación puede volverse forzada si se pierde la noción del tiempo. En el caso de un juego de rol elaborado con múltiples partes diseñadas para ilustrar numerosos propósitos, puede ser útil usar la técnica de "detener y continuar" —detener el ejercicio después de unos minutos, discutir lo sucedido, y luego retomar la acción. Si es necesario, se puede parar y reiniciar varias veces.

Hay que animar a los participantes a actuar como si todo fuera real, evitando los estereotipos. Un juego de rol requiere una dosis significativa de sensibilidad, pues las personas intentan externar los pensamientos y las experiencias de otros. Los estereotipos tienden a confirmar los prejuicios, dificultando el aprendizaje. El objetivo no es la actuación, sino lograr una visión del mundo desde un punto de vista distinto. El papel del educador es estar siempre atento y abierto a la forma como se desarrolla el juego; ayudar a los participantes en su reflexión sobre la experiencia (observando lo que sucedió y formulando preguntas), pero permitiendo que las personas expongan sus puntos de vista. No se puede decir a las personas lo que es significativo, ni imponerles lo que deben aprender.

Juegos

En la educación electoral, los juegos son una herramienta que se utiliza con gran frecuencia para ilustrar muchos aspectos de la elección. Mientras que las elecciones ficticias y los juegos de roles crean una realidad virtual sobre las mesas de votación y los procedimientos para votar, los juegos ayudan a los electores potenciales a comprender la importancia del voto, sus derechos, libertades y responsabilidades como votante, la actitud que deben tomar frente a otros votantes y frente a las autoridades electorales, de forma participativa e interactiva.

En algunos juegos, las personas tendrán que participar oyendo lo que dicen otras personas, en lugar de asumir lo que dirán basados en prejuicios frente a determinadas filiaciones políticas o religiosas, de género y edad.

Sondeos de puerta en puerta

Ir a donde están las personas es una forma muy personal de diseminar la información sobre las elecciones. Para muchas personas, este es el único momento en que la política forma parte de su ambiente inmediato y se les presenta la dinámica de la política de manera tangible.

Las organizaciones estatutarias y los partidos políticos hacen esfuerzos por "llegar al elector" para proporcionarle información, animarlo a que se registre y revise sus datos, responderle preguntas y, en el caso de los partidos políticos, persuadir a los ciudadanos para que voten por una determinada opción.

Este tipo de actividad de puerta en puerta sirve para sensibilizar a los miembros del público en relación con su derecho al voto o la forma de registrarse ante las autoridades electorales. Alternativamente, puede utilizarse para diseminar información sobre las diferentes decisiones que se toman en una elección o plebiscito.1

Al ir de puerta en puerta, los encuestadores pueden formular preguntas básicas sobre la disposición de las personas frente a la elección que se aproxima. Es también importante que pueden servir como medio para llevar las quejas y preocupaciones de las personas a las autoridades electorales.

Este tipo de actividad requiere una planeación apropiada para que los voluntarios sepan cómo reaccionar correctamente frente a las diferentes situaciones que puedan surgir. La mejor forma para desarrollar estas actividades es construyendo programas específicos que tengan una fase preparatoria y que incluyan lo siguiente:

  • Entrenamiento de los voluntarios
  • Establecimiento de un sistema para guardar registros
  • Establecimiento de una estrategia de visitas

Después de la fase preparatoria, los voluntarios pueden conducir un programa ininterrumpido donde se reúnan regularmente con los organizadores, rindan informes, y reciban capacitación y materiales adicionales.

Dicho programa funciona mejor cuando se desarrolla en un periodo corto de tiempo y cuando no se dejan solos a los voluntarios para que cubran un determinado número de casas. Diariamente se pueden hacer cambios, grabar información, y realizar ajustes.

Es importante que exista una diferenciación entre los programas de puerta en puerta diseñados meramente para obtener información, tales como sondeos y censos, y aquellos que forman parte de un programa educativo. Se espera que los voluntarios interactúen con aquellos que visitan, para lo cual deben estar bien preparados.

Privacidad y seguridad

Hay muchas sociedades donde no es posible realizar visitas a las casas. Las residencias pueden estar muy separadas o muy protegidas; los visitadores pueden no estar dispuestos a caminar por las calles; o los residentes pueden ser demasiado suspicaces y renuentes respecto de atender a personas que no conocen.

Ciertamente, cualquier campaña debe tener buena publicidad y los visitadores deben estar en capacidad de identificarse antes de entrar a una residencia, ya sea a través de un documento de identidad o un uniforme.

Notas:

1 Monica Jiménez de Barros, “Educación Ciudadana: su importancia en América Latina y Europa Central”, ponencia presentada en un simposio sobre los sistemas electorales de Europa Central en Budapest, Hungría, del 30 de julio al 2 de agosto de 1991.

'Una persona le enseña a otra'

Cualquier campaña de educación electoral nacional es una responsabilidad enorme que implica mucho tiempo, planeación, y recursos. Entrenar personas para que organicen y conduzcan talleres, o sesiones informativas, y preparar y promocionar espacios educativos en la radio y televisión son actividades que generan mucho más impacto, si las personas quienes atienden a las reuniones y reciben información se la transmiten a otras personas en sus familias, calles, y comunidades. Las recomendaciones personales de individuos que gocen de cierta confianza, permiten que otras personas se informen y confíen en el proceso y reconozcan la importancia de su contribución.

Cada reunión e interacción entre los educadores electorales y los ciudadanos debe incluir un elemento para distribuir la información. Cuando ésta ha sido proporcionada y se ha llevado a cabo un aprendizaje significativo, los participantes se animan a transmitir la información a cuantas personas les sea posible. Formular la pregunta, "¿Y, ahora qué?" permitirá que los participantes inventen caminos, tanto formales como informales, para difundir la información dentro de sus comunidades.

En algunas circunstancias, las instituciones religiosas pueden facilitar voluntarios con el perfil apropiado que ayuden a promocionar el voto de las personas, proporcionando información sobre dónde, cuándo y cómo hacerlo.

La mesa del comedor es otro sitio adecuado para discutir, y permite que un participante comparta la información con amigos, mediante charlas fluidas en un ambiente seguro y familiar. El mercado también ofrece un lugar donde hay mucha interacción humana y donde la información puede pasarse de una persona a otra.

Para que los participantes lleven a cabo esta actividad es esencial que cuenten con distintas modalidades de actualización, en cuanto a la información electoral se refiere. Las fuentes deben ser confiables y preparadas para manejar las inquietudes de los ciudadanos. Proporcionar a las personas muchas copias de los panfletos o volantes informativos les permitirá entregar algo concreto a las personas con quienes interactúen. Pedir a cada persona que haya asistido al taller que se lleve un cartel que promocione las elecciones a su comunidad y lo ubique en un lugar visible es otra forma de difundir la información acerca de las elecciones. Es importante proporcionar medios de contacto a las personas para obtener información actualizada.

Puede resultar especialmente valioso encontrar personas que estén bien relacionadas dentro de la comunidad y lograr que colaboren (ver Interlocutores e intermediarios).

Fuera del costo inicial del primer nivel de talleres, la transmisión oral de información no tiene costo. Existen, sin embargo, preocupaciones frente a este tipo de transmisión de información, pues es difícil asegurar que la información sea precisa. Una forma de que la información sea actual radica en decirle a las personas dónde y cómo obtenerla. La información imparcial es muy difícil de monitorear, empero, es vital que los ciudadanos emulen a los educadores electorales en su comportamiento imparcial y apartidista.

Otra razón por la cual esto se vuelve más difícil es que, una persona que deba tomar cierta decisión, naturalmente, deseará que sus amigos y vecinos estén de acuerdo con la misma, y en su afán de persuadirlos les puede proporcionar una visión sesgada de un candidato o partido frente a otro. Aquí también, lograr que los ciudadanos transmitan números de líneas de información es una forma para que verifiquen la información que les ha dado la familia, amigos, o inclusive la prensa.

Idealmente, cada ciudadano debe responsabilizarse de la transmisión a otros ciudadanos del mensaje sobre la participación en la democracia a través del voto. En un país donde cada ciudadano comunica el mensaje electoral, eventualmente toda la gente podrá saber cómo puede contribuir a la construcción de la democracia.

Es este enfoque de múltiples niveles del trabajo en equipo, el de lograr que la gente converja en un punto de credibilidad en donde el voto individual hace la diferencia, que hace que una elección sea libre y justa, y lo que contribuye a una democracia estable.

Otras estrategias para los programas educativos

En esta sección se incluyen cuatro posibilidades de programas que no encajan fácilmente en la categorización general.

Son los siguientes:

Tienen un mérito considerable.

Aunque el primer tópico, empleo de centros de información y líneas directas, no es una práctica recurrente, ejemplos de experiencias nacionales sugieren que éste debe ser un componente vital en un programa electoral.

El correo directo lo utilizan, por lo general, los partidos políticos y las autoridades electorales para información general. Como tal, es regularmente usado, pero no siempre es un componente obvio para un programa de educación electoral.

En muchos países las campañas políticas y de intereses especiales también utilizan mucho la propaganda por teléfono.

Finalmente, las campañas en calles y vecindarios describen la participación activa en la vida política local por la que la mayoría de los líderes políticos han sido electos, y donde se desarrolla la educación más importante en cuanto a responsabilidad cívica.

Educación electoral vía centros de información y líneas directas

El establecimiento de líneas directas y centros de información proporciona la capacidad necesaria para responder al público y realza cualquier programa educativo.

La mayoría de las intervenciones educativas están basadas en un principio de mayor alcance, llevando la información y educación hasta donde están las personas, utilizando estrategias activas tales como la publicidad, los contactos cara a cara, el desarrollo de campañas, y el correo.

Pero, particularmente en época electoral y durante momentos sociales importantes, los miembros del público desean y buscan información. Esta demanda puede abrumar a una organización u organismo electoral, puesto que no están preparados para atender llamadas individuales o contactos con miembros del público.

No obstante, dichos contactos tienen ventajas significativas. Demuestran formas de participación cívica que, aunque sean egoístas en cuanto al motivo o limitadas en diseño, tienen que ser reconocidas. El individuo que busca información tiene una necesidad educativa específica que puede satisfacerse rápidamente y con un enfoque poco común. Aquellos que buscan información también proporcionan información sobre sus impresiones y posturas, sobre la manera en que se conduce la elección, o la condición de la sociedad, y sobre el desempeño de un programa, o campaña, educativo. Finalmente, el individuo satisfecho posiblemente transmitirá tanto su satisfacción como la información a otros, convirtiéndose en un aliado poderoso del programa educativo.

Empero, no es suficiente esperar al público. Cuando se toma la decisión de montar un centro, éste debe publicitarse y debe complementar el programa general, proporcionándole información, y utilizando la información del programa, brindando los servicios generales del mismo y permitiendo que el programa también promocione el centro.

Tipos de centros informativos y líneas directas

Un centro de información puede establecerse como un sitio al cual dirigirse, o puede estar ligado directamente a una línea telefónica y ser invisible para el público. Una línea directa puede estar centralizada y operar sobre una base continua, o puede ser descentralizada y operar sólo en momentos particulares durante una campaña.

Cualquiera que sea el modelo que se desarrolle, tiene que ser un establecimiento de una sola parada, donde las personas que interactúan con el público tengan información a su disposición que les permita responder a cualquier pregunta sin referir a la gente a otro departamento o fuente de información. El público no tiene ni el tiempo ni el conocimiento para pasar de un lado a otro buscando información, y espera recibirla en el primer contacto. Es importante para quien sea que opere un centro de información que comprenda que se enfrentará con un amplio rango de preguntas, y por ende tendrá que contar con un sistema para manejarlas.

Con el aumento de la sociedad de consumo en países urbanizados e industrializados, muchas compañías han establecido dichas líneas directas para atender a sus clientes. La tecnología y las técnicas de una línea de información pública son similares a estas.

La diferencia es el nivel del servicio demandado, la neutralidad que debe fomentarse, y la diversidad del servicio requerido. Es esencial tratar con las personas en su idioma nativo, tener la capacidad de enlazarlas directamente para que reciban asistencia administrativa o legal, y tener acceso a un amplio rango de información para responder las preguntas. Tal vez el paralelo más cercano es el apoyo al consumidor que proporcionan los vendedores de software para computadoras.

La importancia del teléfono

Los centros de información son posibles gracias a las computadoras y los teléfonos. En particular, requieren acceso a suficientes líneas telefónicas, conmutadores, y, cuando es posible, líneas gratuitas para que quienes llamen puedan hacerlo desde cualquier lugar del país sin ningún cargo, y escuchar una operadora bien entrenada y con buenos recursos.

Puesto que estos centros tienen que reunir información, es mucho más fácil hacerlo de forma centralizada, pues los centros regionales con frecuencia requieren computadoras con sistemas de redes más elaboradas.

Esto significa, sin embargo, que el público tiene que tener acceso al teléfono. En algunas sociedades esto no es objeto de mayor consideración, ya sea porque hay un acceso universal personal o porque existe un buen servicio público que además es barato.

En otros países este no es necesariamente el caso.

Cuando se instala un centro de información se deben considerar formas alternativas de establecer contacto con el público. Dentro de las estrategias que se han probado podemos encontrar:

  • El establecimiento de oficinas descentralizadas y mesas de información comunitaria. Un centro nacional puede instalar oficinas regionales o centros locales de información que tengan personal entrenado que pueda reproducir el servicio nacional, así como personal que utilice radios, teléfonos celulares, o líneas terrestres para contactar a las personas capacitadas en nombre del individuo.
  • El establecimiento de sistemas de comunicación temporal. En algunas circunstancias, es posible organizar sistemas telefónicos temporales. Se puede hacer uso de sistemas telefónicos solares, y sistemas de telefonía celular comunitaria. En algunos casos, una autoridad electoral tendrá que preparar una conexión telefónica o radial para un posible sitio de votación y este mismo lugar puede utilizarse como un punto de conexión con el centro de información nacional.
  • El establecimiento de respuestas por correo. Sumado a los sistemas telefónicos, es posible, cuando el correo es confiable, utilizar un sistema postal de respuesta.

Todos estos sistemas son complementarios al eje central de información, y su establecimiento es clave para el éxito del programa.

Hay algunos casos en que se ha utilizado este sistema en apoyo de las elecciones y la participación democrática, y las lecciones aprendidas están disponibles.

Resumiendo, se reducen a lo siguiente:

  • Establecer sistemas para recolectar, guardar y recuperar la información
  • Establecer una buena comunicación personal con el público
  • Promocionar ampliamente el sistema para asegurarse que la gente lo utilice
  • Contar con un sistema telefónico fuerte, capaz de crecer para satisfacer una demanda ilimitada y capaz de reducirse cuando esta demanda disminuya
  • Establecer una relación operativa positiva entre los organizadores de los centros y la autoridad estatutaria

Cuando se establecen los sistemas, éstos son extremadamente populares. En Sudáfrica, el centro de información para las elecciones locales de 1995 recibía tres mil llamadas por hora durante el periodo electoral. En Australia, se hicieron más llamadas al servicio de la comisión electoral en los últimos días de registro que a todos los departamentos de gobierno y a la aerolínea nacional.

Esta popularidad, con una demanda tan importante cuando los números telefónicos han sido publicitados en televisión o radio, muestra la importancia de establecer dichas líneas, así como la importancia de tener contar con la planeación y la tecnología adecuadas.

Beneficios indirectos

Uno de los mayores beneficios indirectos de dichos centros es la habilidad para actuar como sistema de alerta temprana de crisis de seguridad y administrativas. Puede actuar como un colchón entre los organismos electorales y el público cuando se externan quejas.

Muchos ciudadanos tienen quejas el día de las elecciones, y dado que el organismo electoral trabaja a toda capacidad, una línea de información no sólo proporciona un buen servicio, sino que reduce la frustración, así como la tensión y posibles motivos de quejas postelectorales.

Teléfonos móviles

Los teléfonos móviles, o celulares, han sido adoptados con rapidez en la mayoría de los países. En países en desarrollo han tenido un éxito especial al permitir superar, por un lado, la deficiencia estructural en el tendido de cables para líneas telefónicas basada, y por el otro la existencia de viviendas informales, para las que no existen cables, direcciones de facturación, y servicios básicos fijos.

Conforme la tecnología de la telefonía móvil se desarrolla, los operadores comerciales y consumidores individuales han aprovechado la tecnología en formas sorprendentes. Los encargados de planear los programas educativos pueden estar seguros que las redes móviles nacionales incorporarán a un número cada vez mayor de su población urbana, y, posiblemente, a una proporción significativa de la población rural comercialmente activa, a través de servicios individuales y servicios comunitarios (como aquellos en Bangladesh).

Las principales características que se pueden aprovechar actualmente incluyen el servicio de mensajes cortos (SMS), teléfonos que ofrecen servicios comerciales de identificación y ubicación de los llamantes, tonos y logotipos. Otras tecnologías, que pueden introducir nuevas innovaciones, incluyen cámaras, servicios de medios múltiples (MMS), video-teléfono, servicios de datos GPRS, y el correo electrónico.

Un número creciente de teléfonos móviles permite recepción de radio, y se están incorporando en algunos equipos características de archivos MP3 o reproductores similares de música.

Actualmente, se están llevando a cabo varios experimentos entre los cuales están los siguientes:

  • acceso a varios servicios de emisiones en vivo o pre-grabados
  • acceso a servicios basados en el teléfono móvil, tales como inscripción en, y revisión del, registro de electores
  • distribución masiva de mensajes de educación pública
  • observación y supervisión de elecciones
  • sondeo y votación
  • campañas de partidos políticos

Correo directo

Los países que tienen sistemas postales confiables cuentan con una fuente de información inestimable. Los educadores y administradores electorales que logran diferenciar su correo de aquel que es comercial, y en el que envían publicidad no solicitada (propaganda por correo), y que son capaces de prepararlo para que tenga un alto status y sea fácil de leer, son capaces de penetrar directamente a todos y cada uno de los ciudadanos. En países donde no se cuenta con un sistema postal confiable, las campañas de correo directo no serán factibles.

Prepararse

Para lograr esto, los educadores deben:

  • Tener acceso a las direcciones de correo de los ciudadanos, a través de distintas listas estatutarias o a través de una lista de votantes computarizada,
  • Asignar suficiente dinero para preparar y enviar el material, o llegar a un arreglo especial con los servicios postales para que envíen artículos gratis o con un descuento sustancial,
  • Tener un sistema para preparar y personalizar los artículos enviados.

Decidir el contenido

Una campaña exitosa por correo directo puede ser conducida sobre la base de un conjunto efectivo de materiales que tengan utilidad para el ciudadano. Cuando los materiales son personalizados, el valor por unidad puede aumentar, pero la motivación por leer material un poco menos útil también se incrementa.

El material que se envía por correo puede incluir información sobre el proceso de registro y de la votación, información general sobre la elección, información general de la Constitución, y material promocional.

El paquete de correo directo que tiene mayor impacto incluye una carta personal en papel membretado y unos panfletos suplementarios referenciados y explicados en la carta. Dicho paquete puede incluir más de un tipo de material. Si no es posible escribir una carta (o cuando menos una circular en forma de carta), entonces la cantidad de material contenido en un sobre debe ser reducido para evitar que quien lo reciba se confunda.

En algunos países, el organismo electoral debe enviar, por ley, “invitaciones” para votar o notificaciones sobre el voto. Estas invitaciones normalmente incluyen el nombre del elector, un número de identificación del elector, y el número y el local de la mesa de votación asignada. Los educadores pueden aprovechar este envío para incluir mensajes breves de educación electoral en la invitación o adjunta a ella.

Precisión en los nombres

Si se incluye el nombre y dirección del destinatario, estos deben ser precisos. Si hay alguna probabilidad de que estos sean inexactos, es necesario agregar una nota de disculpa e invitar al destinatario a realizar la corrección. Esto permite revisar la lista con exactitud y establecer el impacto de la campaña, pero requiere de un sistema que corrija el error una vez detectado.

Entrega personal/en mano

Mientras que es posible entregar el correo personalmente, esto es muy poco valorado por el destinatario, especialmente si la carta está dirigida al dueño de la casa o a ninguna persona en particular. En algunas circunstancias, este correo puede incrementar su impacto si forma parte de una campaña más ambiciosa y si viene con el nombre de una organización en el sobre, y su llegada es esperada por el destinatario.

Costos e impacto

Mientras que una campaña por correo directo requiere de un sólido soporte infraestructural, como se mencionó anteriormente, y mientras que el costo total de dicha campaña puede ser elevado, el costo individual por pieza enviada puede ser bastante bajo. Puesto que los materiales son estandarizados, se pueden preparar centralmente con un número reducido de personal y sin mayor experiencia. Sumado a esto, si la información es importante y se prepara anticipadamente, la entrega a un individuo puede ser bastante confiable.

La suposición que guía dicha campaña es que el paquete tiene una relevancia general y será bien recibido. En campañas privadas por correo directo, donde se pretende que los destinatarios respondan con una donación o compra, las respuestas llegan a un 5% del total del correo enviado.

Esto sugiere que una campaña que descanse sobre el correo directo con propósitos motivacionales o para promocionar eventos o productos educativos, debe contar con un universo masivo de nombres antes de convertirse en algo significativo.

Respuestas al correo directo

El correo directo busca incrementar el número de respuestas, volviéndose más científico en su determinación del universo y dirigiendo información basada en estudios demográficos más sólidos. Cuando las respuestas vienen de los individuos, éstas se pueden rastrear. Cuando se hacen compras o se solicitan servicios particulares, éstos también pueden rastrearse y el correo que se envía puede revisarse para satisfacer las necesidades de los individuos en forma más directa.

Es por todas estas razones que los sistemas de correo directo buscan obtener respuestas, y por lo que un creciente número de instituciones comerciales utilizan las tarjetas de crédito y otros sistemas de tarjetas para rastrear los patrones individuales de consumo.

Hasta el momento, no existen ejemplos de un programa educativo que haga uso de estas técnicas, a pesar de que las compañías privadas las utilizan.

Obtener listas de correo

Además de las listas de votantes, las organizaciones que trabajan con programas educativos más generales pueden decidir añadir el componente de correo directo a su programa. No obstante, puede que no sepan cómo obtener listas de correo sustanciales.

En algunos países, estas pueden comprarse en un mercado abierto. Sin embargo, un programa democrático, dado su valor social, puede que logre hacerse de dichas listas a un menor costo y obtener acceso a listas que con muy poca frecuencia son vendidas. Dentro de éstas podemos encontrar las listas de registro de instituciones terciarias, las listas de miembros de una iglesia, las listas de los miembros de los sindicatos, las listas de registro de propietarios de un automotor y las listas de las licencias de conducir.

Envíos por correo cuando éste no existe

Un programa puede decidir que, a pesar de la dificultad de enviar un paquete de materiales a los individuos, desea hacerlo con el fin de superar las dificultades de organizar reuniones al aire libre, los prejuicios y el miedo del único equipo de información o educación disponible, o la desconfianza en otras formas de comunicación.

Es posible preparar materiales y distribuirlos a través de organizaciones nodales, redes de la sociedad civil, departamentos de gobierno, o enviarlos a un depósito para que la gente vaya y los recoja. Dichos sistemas son menos confiables que el servicio postal, pero pueden operar como servicios postales informales para otro tipo de paquetes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una campaña puede no llegar en forma confiable a cada individuo, y que es posible que se pierdan materiales, lo cual incrementará el costo por paquete entregado.

Sondeos telefónicos

Los sondeos telefónicos efectivos son una herramienta poderosa para conocer algunos aspectos del electorado, para responder a las preocupaciones de la gente, así como preguntas sobre el voto, que sirven igualmente para popularizar las elecciones, y animar a las personas a votar. La ventaja más grande de contactar a los votantes de esta manera es que las llamadas telefónicas permiten un acceso a miles de personas en un periodo de tiempo relativamente corto.

Los sondeos telefónicos se apoyan en un sistema telefónico operacional y están basados en la suposición de que existen teléfonos disponibles en las casas de las personas. Debe existir un directorio exacto, ya sea manual o electrónico, que provea los nombres y números telefónicos de las personas. En instancias donde el receptor no tiene teléfono, la calidad del sistema de telecomunicaciones es baja, donde no hay información que permita contactar a los electores, o donde no se estime a los que hacen las llamadas telefónicas, existen obvias limitaciones que impiden el desarrollo de campañas de sondeos telefónicos.

Sin embargo, con las líneas directas no se presentan los mismos problemas, puesto que las personas pueden comunicarse a este número a través de teléfonos móviles o públicos.

Tanto los partidos políticos como las organizaciones no estatutarias pueden hacer uso de los sondeos telefónicos. Los partidos políticos hacen uso de esta herramienta para proporcionar información y obtener el apoyo de potenciales votantes. Las organizaciones no estatutarias usan este mecanismo de tele-sondeo para popularizar las elecciones y animar a las personas a apoyar el proceso democrático.

Varios factores contribuyen al desarrollo de una campaña de sondeos telefónicos exitosa:

  • Hay que informarse sobre el grupo objetivo. Acercarse a las personas teniendo la posibilidad de hablar con ellas sobre sus preocupaciones les brinda tranquilidad y libertad para hablar sobre el voto y las elecciones.
  • Hay que estar seguro de la información. Contar con datos actualizados e información precisa, permite a los encuestadores proporcionar información valiosa y dar asistencia a los potenciales votantes.
  • Hay que saber datos del votante. Si se obtiene información estadística sobre los votantes y sus necesidades y preocupaciones, los encuestadores pueden crear buenos guiones para sus operadores.

Una herramienta popular de mercadeo

El tele-marketing se ha convertido en una herramienta muy popular para conocer temas de interés público y para vender bienes. Actualmente, las personas que viven en países donde esta herramienta se usa con frecuencia, están cansadas de que les llamen por teléfono para que compren cualquier producto o servicio.

Los encuestadores de educación electoral pueden entonces enfrentarse a una fuerte competencia, y deben asegurarse que han pensado con precisión la información que pretenden que sus operadores obtengan o suministren. Esta debe incluirse en una especie de guión que los operadores están entrenados para seguir.

Una llamada telefónica exitosa depende de que los encuestadores se presenten y describan su misión efectivamente. Hay varios puntos que deben recordarse e incluirse en una introducción:

  • El nombre del encuestador
  • La organización que el encuestador representa
  • Lo que el encuestador puede ofrecerle a la persona
  • Lo que el encuestador desea de la persona
  • La seguridad de que la información que la persona proporcione no comprometerá el secreto del voto

Toda esta información debe ser transmitida de manera amistosa, honesta y abierta.

Organizando una operación de sondeo telefónico

Para que una organización nacional organice e instrumente una operación de sondeo telefónico, hay un número de factores que puede contribuir a que ésta sea exitosa:

  • buenos sistemas telefónicos
  • una capacitación apropiada de los encuestadores y supervisores
  • un equipo comprometido que crea en la importancia del voto y que proporcione información que anime al público a votar
  • una supervisión efectiva de los operadores, y cuando sea necesario un re-entrenamiento
  • una buena organización y asistencia técnica
  • el uso de mecanismos sencillos para mantener datos y garantizar la confidencialidad de la información obtenida
  • una evaluación continua y una adaptación flexible, para satisfacer las necesidades del electorado

Capacitación

Hablar con un encuestador puede resultar bastante frustrante si el votante potencial formula constantemente preguntas que el encuestador no está en capacidad de responder. Por esta razón, hay que hacer un gran esfuerzo para proporcionarles a los encuestadores información y aptitudes útiles. Ellos necesitan:

  • Estar bien informados sobre la información logística de las elecciones y tener acceso a información más técnica, como la demarcación de distritos electorales y la ubicación exacta de las mesas de votación, basados en las direcciones de los individuos,
  • Tener una voz clara cuando hablen,
  • No hablar ni muy despacio ni muy rápido,
  • Hablar con paciencia cuando respondan las preguntas,
  • Tener los hechos relacionados con las próximas elecciones a la mano, esto debe incluir un entendimiento analítico de las implicaciones de las decisiones clave (como por ejemplo la demarcación de los distritos electorales) tomadas por los partidos o el organismo electoral,
  • Tener la capacidad de referir a las personas a otros organismos o instituciones que los asistan con información específica,
  • Reunir información pertinente sobre las personas,
  • Poder alimentar con información una central de datos si así se requiere.

El tele-sondeo sólo funciona en sociedades donde el teléfono es un medio natural de comunicación y de negocios. Donde esto es posible, los educadores tienen una herramienta potencial para llegar a los individuos a costos relativamente bajos.

Campañas en la calle y el vecindario

Los educadores tienen que estar abiertos a las posibilidades de una campaña o evento en vivo que pueda proporcionar oportunidades educativas. Hay varios tipos de campañas que son apropiadas, acciones que pueden ser tomadas por los educadores, y momentos electorales que deben ser explotados.

La acción lleva al aprendizaje

La participación cívica y política se aprende con la acción en colaboración con otros ciudadanos. Dicha acción, aunque pequeña, permite que las personas aprendan a trabajar y a tomar decisiones conjuntamente, desenmascara los contratos y dinámicas sociales que determinan la vida comunitaria, y expone a las personas las fortalezas y debilidades de los otros frente a los modelos de acción cívica y a los dilemas de bien común.

Aunque la mayoría de los ciudadanos se involucran en dicha acción por una mezcla de intereses personales y altruismo, muchas campañas políticas y sociales empiezan a causa de una experiencia, frustración, o pérdida personal. Existen movimientos sociales con un modelo de activismo que inducen a las personas a aprender y crecer a través de una exposición secuenciada, y cuidadosamente seleccionada, a diferentes campañas y diferentes tareas en dichas campañas.

Los partidos políticos proporcionan esta oportunidad a los ciudadanos. Las personas involucradas en la educación cívica y electoral necesitan considerar formas en que se pueden utilizar las oportunidades que ya existen para la participación cívica, y, donde éstas no existen, crearlas.

Si el aprendizaje es la reflexión disciplinada sobre la experiencia, entonces éstas no sólo deben vivirse sino también reflexionarse. Si bien muchas organizaciones de la sociedad civil sí fomentan dichas oportunidades de educación y reflexión, muchas no lo hacen, en detrimento propio y de sus miembros.

Tipos de campañas

Los educadores no deben intentar limitar las posibilidades al alcance de los ciudadanos, y es importante que estén abiertos a dos posibilidades:

  • Las organizaciones de la sociedad civil, los movimientos sociales, o los grupos locales de ciudadanos emprenderán campañas que promuevan claramente la participación cívica y la democracia. Los educadores deben buscar formas para contactarse con los organizadores de dichas campañas y ofrecerles, a ellos y a sus miembros, una serie de servicios que aumente la efectividad de sus campañas, y que genere un cambio a largo plazo en aquellos que participan.
  • Es posible que surja una problemática que tenga la capacidad de movilizar a los ciudadanos. Los educadores trabajarán con la sociedad civil y otros aliados potenciales para establecer una campaña social alrededor de ésta.

En ambas circunstancias, los educadores tienen que saber que aunque sus motivaciones son principalmente educativas, es poco probable que las de los participantes sean las mismas. Aquellos que participan en campañas cívicas esperan cambiar sus vidas, ya sea asegurando un plan de tráfico para su vecindario, obteniendo el derecho a una jornada de trabajo de cuarenta horas a la semana, reclamando tierras ancestrales, pasando una ley, o destituyendo a un alcalde corrupto. Pueden ser lo suficientemente realistas como para darse cuenta de que no alcanzarán todos sus objetivos, y podrían conformarse con haber aprendido cómo hacer las cosas mejor en el futuro tras la campaña, pero es poco probable que se sientan satisfechos con una mejor comprensión del sistema electoral.

No obstante, durante la campaña pueden aprender mucho sobre el sistema electoral y sobre el rol de los políticos locales, regionales y nacionales, de la importancia de buscar aliados, de usar las instituciones democráticas existentes, y sobre las posibilidades para obtener y mantener el apoyo público para su causa.

La educación cívica no puede escapar a las demandas de la actividad política. Pero los educadores pueden escoger acercarse a este asunto de manera apartidista y con la creencia de que las personas pueden colaborar para alcanzar las metas sociales, y que estas metas no necesitan ser basadas en el conflicto y la contradicción.

Esta visión será probada por las campañas. Las oportunidades educativas son grandes y especialmente significativas para aquellos que participan. Los riesgos y retos para el educador son mayores en una proporción similar.

Formas para fomentar las oportunidades educativas

Durante la búsqueda de un objetivo, los ciudadanos desean aprender. Quieren incrementar su comprensión sobre los problemas que enfrentan y aumentar las aptitudes necesarias para organizarse. Puede suceder, sin embargo, que aquellos que ya tienen este conocimiento y aptitudes se mantengan alejados de la campaña o simplemente no se involucren. Frecuentemente, el liderazgo recae en aquellos que no se sienten preparados.

Así, la primera tarea de los educadores es asegurarse que pueden acercarse a dichas personas, de manera que puedan proporcionarles apoyo y ánimo. Si los educadores pertenecen a organizaciones que son conocidas por apoyar los derechos humanos y a las organizaciones laborales, así como otros recursos de la sociedad civil, entonces es probable que mientras que proporcionan esta ayuda, se presente la oportunidad para la educación.

Otras organizaciones pueden tener una estrategia para el desarrollo de liderazgo que termine con la creación de un amplio rango de ciudadanos conscientes, con algunas capacidades y que ya poseen vínculos con las organizaciones. Cuando se inicia una campaña tienden a recurrir a quienes les brindaron capacitación para solicitarles ayuda.

Una vez establecida la relación, o al ser identificado como capacitador o educador por la organización que lidera la campaña, los educadores deben considerar la forma de planear, organizar, y cumplir con la campaña, cada uno como una oportunidad para compartir conocimientos y habilidades.

Los ejercicios de planeación estratégica incrementan la conciencia ciudadana frente a las problemáticas y fuerzas sociales; incrementan las capacidades de planeación y de organización, de movilización de recursos y de construcción de alianzas; la preparación para actividades particulares ayuda a desarrollar un rango de capacidades personales que tienen consecuencias cívicas, así como otras más generales. Dentro de dichas capacidades se encuentran las de publicidad, redacción de cartas, administración, contabilidad, catalogación de registros, comunicación, impresión, y distribución de materiales.

Los educadores deben insistir en dos actividades adicionales que se pueden introducir en los planes de campaña. Lo primero es ensayar antes de cualquier actividad pública, ya sea una obra de teatro callejera, un mercado de barrio, un programa de visitas de puerta en puerta, o una acción de protesta directa. Dicho ensayo y simulación beneficia a los individuos o equipos inexpertos, preparándolos mejor para cada actividad.

Además existirán los beneficios educativos adicionales de establecer un marco de referencia para la actividad y de desarrollar una distancia crítica entre los participantes aún en momentos críticos.

Todo esto pondrá a las personas en una mejor posición para la segunda intervención educativa: un análisis y reflexión posterior a la actividad. Además de las evaluaciones extensivas de la campaña, los informes deben mejorar el aprendizaje y la organización del personal.

Campañas electorales

Dado el poder del activismo cívico como herramienta de aprendizaje, los educadores que trabajan en programas apartidista, como por ejemplo en programas de educación electoral, deben buscar personas que estén interesadas no sólo se involucren en la ayuda al programa de educación electoral sino también a alguno de los contendientes o que se una a la administración electoral.

Las personas que han organizado, o más aún, trabajado en una mesa de votación o centro de escrutinio comprenden, y tienen un compromiso, con las elecciones que no puede transmitirse en el transcurso de un taller educativo, por emocionante que este sea. Aquellos que han trabajado en una campaña política, así haya sido exitosa o no, adquieren un cierto conocimiento de la vida política y un punto de referencia para una futura actividad política que les permite dar sentido a cualquier educación venidera.

Una vez más, vale la pena repetir que la experiencia por sí misma, sin una reflexión disciplinada, no puede generar un aprendizaje extensivo. Las personas involucradas en campañas partidistas y en la administración electoral deben considerar las intervenciones educativas, tanto para el aprendizaje individual como organizacional.

Publicidad comercial

Los educadores harán uso de la publicidad durante sus programas, pero pueden optar por utilizar las técnicas de publicidad como un componente mayor en su programa. Esta sección estudia las razones para esto, las responsabilidades del equipo de educadores, las limitaciones de la publicidad, y la necesidad de evaluar el impacto.

Muchos programas educativos requieren publicidad y los de mayor envergadura pueden desarrollar una relación con una agencia de publicidad para que los ayude. Dicha publicidad va desde la colocación de anuncios publicitarios hasta la promoción de eventos y productos. Asimismo, puede involucrar medios nacionales o comunitarios.

¿Qué puede hacer la publicidad?

La publicidad es buena si se emiten mensajes cortos y repetitivos, recordatorios, hechos simples, entre otros (especialmente en televisión). Es menos efectiva si se usan información detallada y cuestiones complejas. La publicidad no puede resolver cada problema o manejar cada aspecto de un programa educativo, aún cuando las agencias sugieran que sí puede.

Elegir y utilizar los servicios de una agencia

Existe un uso mucho más significativo de la publicidad en la educación cívica y electoral. Este es el uso de un paradigma publicitario y la contratación de una agencia que guíe y coordine el programa entero.

Pueden seleccionarse las agencias de publicidad que tienen experiencia en el manejo de cuentas de servicio público, o aquellas que han trabajado anteriormente en campañas de candidatos políticos.1 Pero la característica central es que se le pide a una agencia, y no a una institución educativa, que ayude en el manejo del programa de educación pública e información.

Esta decisión parece resolver un número de problemas para los que encargan el programa. Las agencias de publicidad tienen acceso inmediato a la información que se ha recolectado a través de las investigaciones de mercado sobre los votantes y los ciudadanos; tienen un interés comercial en la conducta profesional de programa; saben cómo producir y colocar grandes anuncios publicitarios en los medios de comunicación con impacto nacional y en algunas ocasiones con impacto comunitario; y hacen uso de sus habilidades para manejar el programa y su presupuesto para desarrollar sinergia con otras compañías.

Es por demás obvio que, mientras que el programa puede alcanzar ciertos objetivos, se pueden pasar por alto una variedad de resultados educativos que un programa democrático deseará satisfacer. Y no todas las agencias de publicidad tienen la misma habilidad para manejar este tipo de cuenta o la inclinación a trabajar con un grupo de jefes que dicha comisión pueda traer. Sus posibles vinculaciones con los partidos políticos o candidatos que participen en una elección pueden implicar problemas, aunque sólo sea de percepción, para los esfuerzos apartidistas.

En general, aquellos que escogen una estrategia publicitaria, en oposición a un programa educativo con apoyo publicitario, tendrán que entrar en contacto con una o más agencias, y éstas manejarán la cuenta bajo los términos normales de las agencias de publicidad del sector privado. En tal caso, será necesario que se establezcan presupuestos generales, se presenten ofertas y se acuerden márgenes aceptables de ganancias y el informe habrá de ser explícito.

Administración del proyecto

Una campaña publicitaria no es la oportunidad para que la organización renuncie a la responsabilidad que tiene sobre el programa, aun cuando pueda existir la tentación de privatizar el programa y adoptar un enfoque de no intervención, simplemente pagando las cuentas y aceptando el reporte final.

Dicho enfoque le cede la responsabilidad a la agencia de publicidad, la cual posiblemente incurrirá en gastos extravagantes e innecesarios, planes demasiado ambiciosos que busquen la obtención de premios publicitarios en lugar de impactar en la sociedad, y creando incongruencias ocasionales entre los mensajes comunicados y el programa de educación electoral o cívica en sí. Las relaciones con los aliados potenciales del programa general pueden deteriorarse, especialmente entre los educadores, los organismos electorales y las organizaciones de la sociedad civil que operen fuera del paradigma del sector privado.

En particular, las organizaciones deben comprender que si una campaña publicitaria falla, no se culpará a la agencia. Es la organización patrocinadora la que tendrá que enfrentar las críticas públicas. Se han dado casos donde las agencias han sido muy poco profesionales al escoger las imágenes y los eslóganes, los voceros de los productos, o la ubicación de la propaganda.

Es, por tanto, esencial que la organización establezca un equipo, vigoroso y con recursos suficientes, para manejar el proyecto que cuente con acceso directo a toda la información requerida, incluyendo la habilidad para conducir su propia evaluación de impacto (ver abajo). Dicho equipo desarrollará el informe, establecerá el calendario, y supervisará todos y cada uno de los aspectos del proyecto. La agencia reportará al equipo, y no será la responsable de convocar las reuniones en las que se elaboren los informes y se tomen las decisiones.

Ofertas y contratos

Los responsables de instrumentar el programa, especialmente aquel relacionado con las elecciones, están bajo presiones de tiempo. Posiblemente buscarán ceder este aspecto de su responsabilidad tan pronto como puedan. Este acercamiento puede incluir la decisión de consultar una agencia publicitaria con el fin de determinar qué puede y qué debe hacerse, para después, pedirle a la misma agencia que lo haga. Puede incluso existir una recomendación informal que sugiera qué agencia puede realizar el trabajo.

Es peligroso omitir ofertas competitivas que permitan que la organización descubra enfoques alternativos al proyecto que pudieran asegurar que el precio pagado es el apropiado.

Hay formas para acelerar este proceso, y para desarrollar la capacidad interna necesaria para establecer el documento original del proyecto. Puede buscarse una propuesta inicial de entre una lista de agencias acordadas, para finalmente preparar un documento sobre esa base; o puede comisionarse a un grupo de individuos para que desarrollen esta tarea.

El documento de licitación puede formular varias demandas organizacionales que aseguren que el trabajo se repartirá entre un número de agencias publicitarias, cada una de las cuales tendrá una experiencia particular, sin permitir que la industria dicte los términos de la licitación.

Una vez realizada la exploración inicial o preparación del documento de licitación, así como la investigación de las condiciones iniciales dentro de las cuales operará el proyecto, es mejor excluir a aquellos que prepararon este material de presentar una propuesta final de licitación. De lo contrario, existirá la tentación de adaptar la documentación a la aptitud y experiencia de su propia organización. En referencia a las directrices para llevar a cabo una licitación competitiva, consultar Newspaper - Sweden - Multilingual.

Cuando se acuerda que se emitirá una licitación, hay que tener mucho cuidado con el contrato para no excederse en costos.2 Es muy fácil permitir que una agencia diga que el informe era inexacto, o que las expectativas del cliente crecieron, o que el tiempo necesario se calculó incorrectamente. Cuando los organismos electorales están bajo presión y buscan sacar adelante una elección a cualquier precio, es posible que las agencias publicitarias incrementen el costo del contrato más allá del monto inicial.3

Comprender los términos

Las agencias de publicidad hablan su propio lenguaje, y los educadores pueden confundirse. Es necesario tomarse el tiempo suficiente para asegurarse que el equipo que manejará el proyecto está en la misma frecuencia de la agencia.

En particular, existen dos tipos de actividades relevantes, en el marco de una campaña, que se conducen a través de un paradigma publicitario. Las agencias hablan de actividades por encima de la línea (above-the-line, ATL), que implican formas regulares y probadas de campañas publicitarias a través de los medios de comunicación nacionales y locales: prensa, radio, espacios publicitarios, y carteleras. De igual forma hablan de la actividad por debajo de la línea (below-the-line, BTL), que significa el manejo de eventos para alcanzar los propósitos de la campaña. Dentro de estas actividades se encuentran la distribución de baratijas, la producción de programas de concurso, el posicionamiento de los productos y la realización de eventos públicos.

Compromiso de la sociedad civil

Puede asumirse que las actividades de la sociedad civil pueden manejarse a través de aquellas agencias con experiencia en campañas mediante eventos (BTL). Esto puede o no ser cierto, sin embargo, hay evidencias que sugieren que el control que normalmente ejercen los publicistas sobre estas actividades no es aceptable para las organizaciones no gubernamentales (ONGs) y las organizaciones basadas en membresías. De igual manera, no les es satisfactorio que les digan qué actividades deben desarrollar. Por el contrario, estas organizaciones prefieren involucrarse en la etapa de planeamiento estratégico, algo que no es posible cuando una agencia ha recibido el contrato inicial.

Empero, hay formas de estimular la actividad de la sociedad civil para que apoyen una campaña en los medios de comunicación (ATL). La mejor forma de hacerlo no es a través de una agencia, sino a través de las personas que comprenden a las organizaciones de la sociedad civil, y trabajan con ellas regularmente (ver La sociedad civil organizada como grupo de interés en el mandato para la educación electoral).

Evaluación del impacto

Hay evidencia para sugerir que las actividades educativas cara a cara (enfoque directo) tienen un mayor impacto sobre los niveles de confianza de las personas en las elecciones y la votación que los espacios publicitarios (enfoque indirecto). Existe, también, cierta dificultad para separar el impacto de los espacios televisivos (normalmente considerados como el factor más importante en una campaña publicitaria, así como los más costosos) de la cobertura general en televisión, especialmente durante las campañas electorales.

Las grandes campañas publicitarias también determinan el diseño organizacional de la organización promotora, puesto que tienen efectos particulares sobre la respuesta del público. Promocionar un número gratuito genera una gran cantidad de llamadas, seguidas de un rápido descenso, a no ser que se repita la propaganda. Las organizaciones tendrán que buscar una forma para darse abasto con las llamadas cuando normalmente no necesitan esa capacidad.

Hay ejemplos de pequeños negocios que sufren porque no puede satisfacer la demanda que una campaña nacional exitosa puede generar; y puede igualmente existir el peligro de que una organización sea asociada con el material promocionado. Por ejemplo, una organización de la sociedad civil promueve un voto libre y justo, y luego falla la elección, en el momento cuando más se necesita a la organización, ésta será asociada con el fracaso y el público la culpará.

Estas cuestiones puede que no tengan que ser consideradas por una compañía grande, pero las pequeñas y efímeras coaliciones democráticas, los organismos electorales, las ONGs en lo individual, y las organizaciones de afiliados sí tienen que hacerlo.

Más importante que el miedo de embarcarse en el ejercicio mismo, es la evaluación del éxito de la campaña. A una agencia de publicidad le interesa que el proyecto sea exitoso.

Si los criterios para medir el éxito no son acordados al inicio, los criterios que se formulen al final sólo podrán ser medidos positivamente. En un programa con objetivos cualitativos, como los que puede tener un programa educacional, es tan fácil para una agencia manipular sus logros como lo puede hacer una organización educacional o una ONG. Un reporte que se centre en el número de anuncios publicitarios colocados (indicador cuantitativo) puede lograr resultados más positivos que, por ejemplo, el que considera su impacto en el comportamiento.

Es posible incluso manipular el impacto no sólo al final sino durante la campaña, seleccionando áreas donde el éxito sea más probable en lugar de ocuparse de las problemáticas.

Existe la necesidad de que las personas encargadas de manejar un proyecto establezcan un programa de monitoreo y sus propios medios de investigación para medir el impacto. Deben facilitarle la información que obtienen a la agencia de publicidad, y pueden incluso escribir en el contrato la forma como se recolectará dicha información y cómo será integrada a la campaña a medida que ésta avanza.

También debe desarrollarse un mecanismo que asegure que el programa es sensible a esta información, y que existe la suficiente flexibilidad como para renegociar el informe de tal manera que se pueda adaptar a cambios en las condiciones iniciales, en particular, en el contexto político.

Existen ejemplos de programas que han hecho esto y que al mismo tiempo se han mantenido a la par de las dinámicas cambiantes del contexto general y del desarrollo de las necesidades de la organización del cliente, así como de su interpretación de la necesidad pública. Existen igualmente programas que se han mantenido fieles a su estrategia original sin importar que, de acuerdo con las evidencias, no se estuviera dando respuesta a las preguntas que el público formulaba. Este es, sin embargo, uno de los peligros de contratar una agencia que está habituada a vender un producto y no a fomentar en las personas cambio o aprendizaje alguno.

La relación entre la publicidad y los programas de educación pública

La publicidad juega un papel importante a la hora de asegurar el éxito de un programa de educación pública. Es un componente esencial y de gran valor del programa. Pero en general, un programa de educación pública debe buscar extender su alcance más allá de simplemente brindar información y del mercado, llegando hasta áreas donde las agencias de publicidad no llegan normalmente. No obstante, el éxito de los programas de educación pública, y el uso continuo de agencias de publicidad para desarrollar componente tales como proyectos de servicio público, ha generado una convergencia entre aquellos involucrados en la educación y los anunciantes.

La pregunta que hay que resolver entonces no es cuál de los dos es mejor, sino quién controla el programa de servicio público. Dadas las necesidades políticas de los programas de educación pública, sus metas sociales, y la importancia de la consulta y la participación públicas, parece lógico que las agencias de publicidad continúen actuando como proveedores de un servicio particular especializado y no como administradores del programa general.

Notas:

1 Tal trabajo es normalmente sometido a licitación, pero hay países en que una agencia de publicidad que trabaja en campañas políticas no es considerada para una cuenta de educación electoral no partidista.

2 Si bien un organismo electoral o una organización de educación electoral pueden no tener mucha experiencia con contratos, es probable que en el gobierno haya organismos con más experiencia: de hecho, las autoridades electorales que son parte de una oficina del gobierno pueden tener de trabajar a través de un organismo encargado de la evaluación y otorgamiento de licitaciones.

3 Quienes contratan agencias publicitarias deben ver las maneras en que éstas cobran por sus servicios. Las agencias pueden solicitar el pago directo por trabajo realizado. O pueden aplicar una comisión sobre la publicidad colocada. Aunque la segunda opción pueda parecer más barata, existe un incentivo para que la agencia coloque un exceso de publicidad a fin de aumentar sus ingresos. Es esencial que se debatan las consecuencias financieras de la publicidad antes de que los contratos sean firmados.

Técnicas de educación a distancia

Educación a distancia es el mejor término para describir la educación en la que existe una distancia geográfica entre el proveedor educativo y el alumno, y donde no hay un contacto regular o diario entre ambas partes.

En cierta forma, toda la educación electoral y cívica parte de ese punto, a menos que se conduzca en un salón de clase en una institución donde tanto el educador como el estudiante están regularmente presentes.

En este sentido, las técnicas de educación pública se parecen a las técnicas de educación a distancia, con la eventual excepción de que la educación a distancia está inevitablemente basada en objetivos educativos específicos y comprobables en los cuales el educando, al final, tiene que demostrar determinada capacidad a través de una tarea o examen.

Las técnicas son particularmente convenientes para los educadores encargados de la capacitación y orientación, y consisten de los siguientes aspectos:

  • Reclutamiento de los educandos: en primer lugar, la educación a distancia requiere una identificación de los educandos y el establecimiento de formas de comunicación entre éstos y la institución educativa. Esta comunicación puede ser telefónica, por correo, a través de redes de cómputo, o a través de un coordinador local para los alumnos. Este contacto es esencial puesto que debe existir una interacción permanente entre ambas figuras. Para que esto suceda, la institución educativa debe preparar un programa prospectivo que permita a los alumnos seleccionar con anterioridad los cursos que tomarán.
  • Preparación y distribución de los materiales de aprendizaje: una vez identificados los alumnos, y después de que éstos se registren en un determinado grupo de cursos, los materiales que han sido cuidadosamente preparados para los diferentes niveles se distribuyen, incluyendo instrucciones y ejercicios para el estudio individual. Puede que para trabajar dichos materiales, tengan que reunirse en pequeños grupos para trabajar en secciones particulares, o puede que el estudio sea totalmente individual.
  • Programas que apoyan los módulos de estudio individual: las instituciones deben establecer una serie de programas que apoyen los materiales de estudio individual, siendo la habilidad de la institución para movilizar estos programas lo que le da mayor valor a su papel como proveedor de educación a distancia.

Lo primero, y más tradicional, es que la institución establezca un mecanismo que permita asignar y evaluar tareas, y otros de corrección de exámenes y de evaluación, de tal manera que los alumnos puedan evaluar su progreso antes de cualquier examen final o recolección del portafolio estudiantil.

Segundo, la institución puede proporcionar oportunidades para que los alumnos se reúnan con los proveedores del curso en grandes eventos cerca de sus lugares de residencia. Estos programas pueden o no incluir un contacto personal. Lo que seguramente sí incluirán serán ponencias que complementen los cursos educativos. Pueden incluso proveerse orientación profesional en pequeños grupos o que se organicen reuniones entre estudiantes de diferentes áreas.

Tercero, la transmisión de un programa de educación puede hacerse a través de canales nacionales, regionales, o comunitarios, de televisión o radio. Pueden programarse de acuerdo a un horario, que sea facilitado a los estudiantes con anterioridad para que éstos puedan sintonizar los de su preferencia. El programa puede complementarse al dotar a los estudiantes de instrumentos para que reciban la emisión, tales como radios de pilas o de cuerda, o televisores comunales.

Finalmente, la institución puede contratar, capacitar, y pagar a un grupo de coordinadores educativos locales, para que proporcione orientación profesional y facilite el trabajo de los grupos de alumnos regularmente. Puede que estos grupos sólo se reúnan para revisar el material proporcionado, o que tengan que trabajar conjuntamente en las tareas asignadas para los cursos.

  • Programas pre desempeño: en los programas a distancia que cuentan con un componente formal, se examina el desempeño. En programas que utilizan técnicas de educación a distancia para capacitar a las personas para programas de educación electoral o alguno similar, el desempeño posiblemente consistirá en salir a desarrollar un trabajo de campo.

Tales programas también pueden consistir en un gran evento, pero por lo general se basan en reuniones entre el equipo educador y los alumnos, utilizando un formato de preguntas y respuestas sumado a una orientación de último minuto y posiblemente una sesión informativa final.

En el momento previo al desempeño, los alumnos están ansiosos, y dichas sesiones están diseñadas para aliviar esta ansiedad al asegurar que las preocupaciones administrativas y prácticas de las personas se resuelven.

La radio proporciona un formato particularmente adecuado para este tipo de eventos, puesto que es posible que quienes escuchan llamen para formular preguntas y que éstas sean transmitidas junto con las respuestas.

  • Certificación: una vez que el curso ha sido completado exitosamente, y tras examinar las capacidades del alumno, se expedirá una especie de certificación, tomando en cuenta dos aspectos.

Primero, si bien algunas de las personas en los programas de educación a distancia tendrán poca experiencia, muchas otras tendrán experiencia laboral y educativa. Así pues, la certificación tiene que tener en cuenta esto, y en el caso de la educación electoral o una capacitación similar, hay que dar algún tipo de reconocimiento para que el alumno pueda realizar un trabajo práctico durante el transcurso del curso. Es iluso pensar que los alumnos no conducirán eventos antes de recibir el certificado. Su validez debe considerarse cuidadosamente y su importancia debe comunicarse claramente para evitar que sea subestimado o sobre valuado.

Segundo, es importante considerar la relación del programa con otros certificados y con el marco nacional de calificaciones. Si se espera que los adultos participen en extenuantes jornadas educativas durante horas extras, significa que tendrán que dejar de lado otras actividades (trabajo, estudios, y tiempo con la familia y amigos). Es difícil reclutar este tipo de personas sin que exista algún tipo de valor curricular, con la posible excepción durante una elección fundacional.

Instrumentación del programa de educación electoral

Preparar un programa educativo requiere un conocimiento integral de la población a educar, comprensión de sus necesidades educativas, un conjunto de aspiraciones desarrolladas con los educandos o sus representantes, así como una idea de las opciones disponibles que tiene el educador en términos de metodología, medios de comunicación y mensaje.

La instrumentación requiere una serie de aspectos adicionales:

  • Es necesario desarrollar los objetivos educativos para cada grupo (ver Diseño del programa).
  • Estos deben convertirse en el punto de partida para un plan educativo.
  • Este plan debe tener en cuenta no sólo los elementos curriculares sino los mecanismos de entrega.

En particular, los mecanismos de entrega deben tener en cuenta a las personas involucradas (ver Personal), los materiales que deben ser preparados para apoyarlos (ver Abastecimiento), los mecanismos de distribución (ver Almacenamiento y distribución), y los sistemas de monitoreo que aseguren que el programa se completará efectivamente (ver Administración y gerencia).

Cuando un programa de educación o información está ligado a una elección próxima, estas tareas pueden condensarse en un periodo corto de tiempo. Aunque se requiere un programa de educación más general, los cambios en la legislación y las necesidades de los aprendices, requieren del establecimiento de sistemas de entrega más flexibles y robustos.

Sumado a estos temas, estas secciones también cubren problemáticas de la instrumentación específica del programa relacionadas con instituciones cerradas y seguridad.

Preparación

La preparación para la instrumentación requiere prestar atención a varios temas. Si bien algunos de estos pueden ser abordados durante la preparación del programa y las etapas preliminares, por desgracia, un número de ellos debe posponerse hasta que el plan de educación esté más desarrollado.

Por esta razón, un Calendario de educación electoral mucho más detallado que un calendario de elección, es requerido. Deben considerarse planes para financiar el programa (ver Presupuestos y financiamiento para programas de educación electoral). A menos que se haya obtenido financiamiento con antelación al plan del programa, los educadores necesitan buscar recursos después de la elaboración de un plan y antes de su aplicación. Esto puede tomar una cantidad considerable de tiempo.

El diseño del programa en sí necesita ser desarrollado en lo general y en detalle. Una vez que se ha decidido qué elementos serán usados, los encargados de desarrollar los planes de estudios y los productores de materiales necesitan enfocarse en planes detallados o de lección específicos.

Habiendo establecido estos planes, habrá que encargar la producción de materiales y aquellos que ya existan tendrán que ser adquiridos, almacenados y distribuidos (vea Abastecimiento). El personal deberá ser reclutado y capacitado (vea Contratación de personal para la educación cívica y electoral).

Cualquier plan tiene, además, que tener incorporado algún grado de flexibilidad para lidiar con cualquier imprevisto.

Haciendo uso de lo que ya existe

Esta narrativa sugiere una progresión lineal, pero incluso cuando hay poco en el lugar antes del programa, la preparación se basa en las condiciones locales. Puede haber personal o materiales existentes, en torno a los cuales el programa puede ser desarrollado.

Puede que haya habido un plan previo para financiar el programa antes del nombramiento de los primeros miembros del equipo educativo, o tal vez determinados bienes y servicios ya se han encargado.

Teniendo decidida una estrategia, puede llegar a ser evidente que no hay suficientes materiales para su éxito, o puede estar más allá de la capacidad de personal disponible. Los cambios se pueden realizar en un nivel macro o, más frecuentemente, micro.

Cronograma

Debido a que la fase preparatoria tiene ese aspecto iterativo, se debe tener cuidado en establecer un cronograma o calendario que contemple el tiempo suficiente —en particular para la producción de materiales y su distribución. Además de esto, el calendario debe estar preparado para permitir que se desarrollen esas actividades mientras se está ejecutando el programa. Es esencial que responda a los comentarios derivados del trabajo de campo, y que asegure que la entrega sea en el menor tiempo posible. Puede que no sea necesario contratar a personal para capacitar a oficiales encargados de brindar información electoral en una mesa de votación hasta justo antes de comenzar los talleres de formación. O bien, podría ser posible orientar a los formadores hacia ese programa y, luego, involucrarlos en otros talleres más urgentes. El personal debe ser empleado sobre esta base desde el principio, especialmente, cuando se trata de los programadores de las elecciones. Los materiales que se requieran para ese mismo caso puede que tampoco sean necesarios sino hasta justo antes del evento.

Compromiso

Toda la fase preparatoria consiste en organizar los recursos y el tiempo de la manera más eficiente posible. Los educadores que han llevado a cabo un programa similar ya tendrán experiencia a partir de la cual trabajar. Los que realizan un programa por primera vez deben trabajar en equipo para poner a prueba su plan, y cabe esperar que incluso con el mejor plan posible, van a trabajar más horas y bajo más presión de la que se había previsto originalmente.

Calendario de educación electoral

Prepararse para un programa educativo requiere del conocimiento de cualquier calendario establecido, ya sea uno de elecciones u otro de fechas conmemorativas. También se necesita elaborar uno propio.

Visibilidad y detalles

Este calendario debe exhibirse donde todo el mundo lo vea. En programas educativos donde los administradores son experimentados, dicho calendario puede incluir solamente eventos importantes. Pero cuando los administradores son menos experimentados, el calendario debe incluir todas las fechas de corte preparatorias. Los detalles son igual de importantes que su exhibición. Todos aquellos que tienen alguna actividad qué cumplir en el programa necesitan poder verlo y entenderlo.

Además de la confianza que genera el calendario, pues se sabe que el programa continuará incluso ante la ausencia de un miembro clave del equipo, el calendario proporciona un imperativo visual para completar el programa de acuerdo con los planes originales.

Construcción del calendario

A efecto de construir dicho calendario, los educadores deben empezar por delimitar las fases de su programa. Después, deben identificar los eventos particulares más importantes.

Sobre esta base, los educadores deben trazarse fechas límites realistas. Tales fechas límite pueden incluir aquellas de acuerdo al mejor y al peor de los escenarios, y aparecer entre paréntesis como fechas alternativas.

Existen programas de cómputo para el manejo de proyectos que facilitan mucho este proceso, aunque pueden hacerse manualmente y prepararse gráficas utilizando imprentas o agendas anuales. Ciertamente, a medida que el personal adquiera mayor experiencia, su habilidad para predecir con precisión cuánto tiempo se necesita antes de cada fecha importante en el calendario, mejorará.

Inicialmente, es necesario considerar tiempo extra a efecto de que los calendarios se construyan de tal forma que se puedan hacer adecuaciones en la medida en que se cuente con mayor información acerca de su progreso.

Plazos impuestos

En algunos casos, no es posible planear la ruta preferida en forma regresiva cuando se está estableciendo el programa por primera vez. Hay un número limitado de días hasta un evento democrático. En tal caso, los asuntos cruciales giran en torno a los proveedores externos y la disponibilidad de las personas por día (hay que multiplicar el número de días disponibles por el número de personas disponibles para un trabajo particular). Es posible hacerlo con mayor velocidad si se gasta más dinero: para incrementar los incentivos a los proveedores, y para emplear más personal que realice el mismo trabajo.

Estas decisiones se pueden tomar con anterioridad si el equipo educativo tiene un borrador del calendario ya disponible.

Presupuestos y financiamiento para programas de educación electoral

Los programas educativos requieren financiamiento. Pero, ¿cuánto se necesita?

Antes de considerar las distintas alternativas para financiar el programa, se tiene que preparar un presupuesto. Para llevar a cabo esta actividad en el contexto de un programa educativo, se requiere de un mínimo de conocimiento del programa que va a ser instrumentado.

Los educadores tienen que involucrarse en el proceso que sigue la elaboración de un presupuesto y necesitan conocer las diferentes formas en que se puede formular un presupuesto.

Presupuestos a partir de cero

El más preciso, así como el que más tiempo demanda para su preparación, es el presupuesto que se realiza a partir de cero conforme se planea el desarrollo del programa educativo.

Lo anterior significa que se tiene que determinar el costo real de cada artículo a utilizar en el programa. Por ejemplo, si el programa necesita que doce hojas de papel sean distribuidas, entonces el costo de esas doce hojas de papel se calcula y se suma al total acumulado. Dicho proceso requiere de prestar mucha atención a los detalles y de una descripción muy clara del programa.

Presupuestos en bloque

Un presupuesto en bloque comienza con una concesión o con un ingreso específico. Dicho ingreso puede dividirse de acuerdo con las categorías generales: costos de personal, administración, publicaciones, y eventos de educación electoral.

De estos bloques parten una serie de cálculos que determinan cómo gastar el dinero disponible de manera efectiva. Cuando hay bloques o rubros designados, puede no ser posible mover dinero de un rubro a otro, y esto puede ser verdaderamente frustrante para quienes diseñan el presupuesto cuando se dan cuenta que se puede gastar menos en salario y más en eventos o viceversa.

Sistemas de fondo fijo

El sistema más débil y que menos poder confiere es aquel donde el dinero se controla en el centro y los diferentes proyectos pueden solicitar efectivo y ocasionalmente con anterioridad a los desembolsos. En dichos sistemas, el centro puede tener una idea del monto del presupuesto, pero rara vez se la comparte a las oficinas periféricas, quienes deben pedir cada cantidad sin saber si estará disponible o no. Al ser los criterios de disponibilidad tan vagos, aquellos que solicitan recursos financieros no saben si en realidad no hay dinero o si es que el centro no aprueba determinado proyecto.

Presupuestos de acuerdo al costo de vida

Luego de los sistemas de fondo fijo vienen los sistemas históricos, en los cuales el presupuesto de un año simplemente se vuelve a calcular permitiendo variaciones de acuerdo con la inflación o con los cambios en el costo de vida (CDV). Dichos presupuestos se vuelven cada vez más imprecisos, reflejando cada vez menos el programa que tiene que ser presentado. Donde hubo y existe continuidad, dichos presupuestos pueden ser posibles.

Sin embargo, planear un programa para satisfacer determinado contexto y una serie específica de objetivos educativos posiblemente requerirá la innovación de un presupuesto a partir de cero, aún cuando tome más tiempo integrarlo.

Financiamiento

Después de completar un presupuesto, los educadores deben considerar formas para financiar el programa. Predominan dos formas en las intervenciones sociales aparte de aquellas financiadas por el Estado:

  • Subvenciones y donaciones
  • Recuperación de costos y autofinanciamiento

Subvenciones y donaciones

La educación como soporte de las elecciones y la democracia es una prioridad nacional e internacional, aunque pasa por fases de acuerdo a si es más o menos popular. Como tal, lo más probable es que se financie a través de subvenciones y donaciones. Para obtener subvenciones, ya sean del gobierno, agencias de ayuda internacional, fundaciones filantrópicas o solidarias, o instituciones de caridad, es necesario preparar cierta documentación basada en la planeación del programa que emprenderá el equipo educativo.

La profundidad y coherencia de la planeación, así como su significado social, ampliamente documentadas y referenciadas, son la fuente primaria del éxito en obtener financiamiento a través de subvenciones. El financiamiento a través de donaciones, que puede basarse en un rango más amplio de percepciones individuales que cuestionen el porqué de las mismas, posiblemente estará influenciado por factores adicionales. Estos incluyen la forma en la que se realiza la solicitud, el respaldo que ha recibido el programa, y las relaciones existentes entre el donante y la organización que instrumenta el programa.

Las subvenciones son otorgadas con base en el trabajo previamente desempeñado y en las coincidencias entre las prioridades de quien da las subvenciones y la propuesta que le es presentada.

Quienes otorgan subvenciones tienen diferentes prioridades y estándares para la presentación de las propuestas. En la mayoría de los casos, estas son ofrecidas públicamente.

Escribir la propuesta

Una propuesta debe incluir documentación que especifique el contexto del programa y las razones por las cuales es necesario. Esta será acompañada de una descripción de la estrategia a seguir y los resultados esperados expresados en una serie de objetivos. Se requiere, además, de un plan de trabajo, ya sea detallado o resumido, en que se incluyan los acuerdos de monitoreo y evaluación. De igual forma, debe proporcionarse un estimado del presupuesto necesario para el programa propuesto.

La propuesta también debe proporcionar información sobre la organización que propone el trabajo, así como del personal de la organización que tendrá la responsabilidad del programa.

Dentro de este simple marco, algunos de los que dan subvenciones pueden requerir información adicional, y pueden especificar cuál es. Tales instrucciones inevitablemente incrementarán la dificultad en la preparación de las propuestas para las organizaciones educativas de la sociedad civil; pero pueden existir incrementos concomitantes en la cantidad de dinero concedida.

Se aconseja a los educadores que preparan propuestas que consideren las siguientes secciones de este tema.

Marcos lógicos

Un número creciente de proveedores de subvenciones solicitan planes en marco lógico a quien envía las propuestas. Desafortunadamente, no todos utilizan exactamente el mismo formato y terminología.

El razonamiento del marco lógico es simple. Es una manera de intentar asegurar que quienes envían las propuestas se han involucrado en las materias descritas anteriormente y que saben cómo se evaluará el programa. En todo caso, este marco menciona las bases de un plan de negocios o de trabajo y permite al planificador del programa hacer hipótesis sobre “cuando…” y “en caso de que…”.

La primera condición de un marco lógico es establecer las metas y resultados esperados y la relación lógica entre éstos, las actividades que el programa desarrollará, y el impacto real en la sociedad. Los marcos lógicos posiblemente requerirán una lista de suposiciones de planeación, una evaluación de los riesgos a considerar, y los indicadores que servirán de referencia externa para medir el éxito del programa.

Es posible desarrollar un marco lógico que pueda ser visualizado en la forma de una tabla simple, en la cual las diferentes etapas del plan se van sucediendo. También es posible utilizar el diseño del marco lógico para crear un documento narrativo.

Cuando el marco lógico ha sido establecido, es teóricamente posible presupuestar cada artículo (y por lo tanto preparar un presupuesto a partir de cero). Dicho presupuesto puede estar ligado directamente a los resultados y no a los procesos generales organizacionales que deben emprenderse para conseguir los resultados.

Tal vez una de las contribuciones más útiles del marco lógico es que ha sistematizado el proceso de planeamiento y que ha forzado la formulación y resolución de ciertas preguntas, tales como, "¿Vale la pena hacerlo?" y, "¿Realmente marcará una diferencia en donde pensamos que debe haberla?".

Fuentes de financiamiento

Hay muchas fuentes de financiamiento, y las organizaciones de la sociedad civil involucradas en la educación como apoyo a las elecciones y la democracia deben desarrollar la mayor cantidad de alianzas posibles. El sitio Web de la National Endowment for Democracy (NED), que se puede acceder en http://www.ned.org, es un recurso valioso entre las instituciones en todo el mundo que otorgan subvenciones.

Los organismos electorales pueden estar limitados en su habilidad para desarrollar el mismo grado de asociaciones por las restricciones legales. No obstante la fuente de dinero es más limitada.

Primero, están los ingresos discrecionales de individuos y organizaciones privadas que ellos mismos manejan y ponen a disposición de acuerdo con sus propias prioridades.

Segundo, hay fondos fiduciarios que han sido establecidos para manejar dinero que se ha acumulado a través del tiempo. Estos fondos tienen un carácter predominantemente profesional para desembolsar sus recursos, basados en los deseos de quien estableció los fondos en primer lugar. Esto implica tanto flexibilidad como limitaciones.

Tercero, algunos países ofrecen un porcentaje de sus rentas nacionales para ayuda y asociaciones internacionales. La instancia final que controla dicho dinero son los votantes de ese país en particular, aunque esté en las manos de los funcionarios estatales o profesionales del desarrollo. Por ende, dicho dinero está sujeto a los caprichos del electorado, pero lo más importante es que el dinero ha sido ganado por personas ordinarias, sin importar que tengan la fortuna de vivir en un lugar más opulento del mundo.

Acuerdos de financiamiento

Cuando una propuesta ha sido enviada y aceptada, probablemente el paso siguiente sea establecer un acuerdo legal que imponga ciertas condiciones a la organización que acepta la concesión en relación con los reportes, la auditoría, la responsabilidad, y las restricciones en el uso del dinero ligado a la propuesta original o enmendada.

Recuperación de costos y autofinanciamiento

Aún con financiamiento del gobierno y fondos internacionales, los proyectos de educación electoral pueden requerir financiamiento adicional. Existe incluso la posibilidad de que, si se obtiene financiamiento adicional para ciertos proyectos, éstos puedan aumentar el alcance de otros aspectos de un programa nacional.

Cierto tipo de proyectos se prestan a la recuperación de costos y al autofinanciamiento; y existen acuerdos institucionales que proporcionan mejores maneras para desarrollar este tipo de trabajo. Esta sección define la recuperación de costos, sugiere la forma en que algunos programas de educación al votante pueden autofinanciarse, y explica cómo organizar un sistema para lograrlo.

¿Qué es la recuperación de costos?

La mayoría de las organizaciones no estatutarias involucradas en la educación electoral son fideicomisos, beneficencias y organizaciones no lucrativas. Desarrollan su trabajo por el interés público. En términos de su estatus legal nacional o internacional, no son compañías que busquen generar utilidades.

Sin embargo, pueden recuperar los costos de sus negocios a través de un cliente o a través de una tercera parte. Estos costos incluirán, si están cuidadosamente presupuestados y facturados, los costos del desarrollo de programas, gastos organizacionales, y sustentabilidad de futuros proyectos.

¿Qué hay de las actividades comerciales?

A medida que la educación electoral se convierte en una actividad más especializada, y con el advenimiento de programas de educación electoral que son licitados, hay compañías que ven la posibilidad de obtener trabajo sobre una base comercial. Esto es particularmente cierto para los proveedores de las organizaciones de educación electoral, ya sean impresores, artistas comerciales, agencias de publicidad o distribuidores. Los organismos electorales podrán obtener los servicios de las agencias gubernamentales al costo, o utilizar su tamaño para obtener precios comerciales especiales, aun cuando la mayoría de los servicios no se ofrecen pro bono.

Manejar estos servicios, ya sean como subcontratos o como proveedores primarios, requiere especial atención y plantea varias problemáticas separadas. Ver Gestión de contratos, y Publicidad comercial.

Hacer que la educación electoral se pague por sí misma

Hay una variedad de opciones abiertas para quienes planean los programas.

Proporcionar educación a aquellos que puedan pagarla

Ciertas organizaciones están interesadas en asegurar una educación electoral efectiva para sus miembros y son capaces de pagar por este servicio. Las compañías, en particular, pueden considerar esencial la educación cívica para su fuerza de trabajo. Si ven los beneficios de ésta en términos de niveles más altos de compromiso con la compañía, menos disturbios por incertidumbre política, y mejores relaciones humanas, así como capacidad para tomar decisiones, es posible que incluyan este entrenamiento dentro del presupuesto de la compañía.

Adicionalmente, pueden estar dispuestos a cubrir los costos de los materiales y permitir que las copias excedentes sean usadas por otros fuera de la compañía.

Encontrar quienes paguen por servicios a terceros

Muchas compañías tienen inversiones sociales y presupuestos de mercadeo que pueden poner a disposición sobre la base de pagos por servicios a terceros. Los educadores electorales identifican a la audiencia de enfoque que tenga algún vínculo con la compañía. Tal vez un grupo de escolares hijos de empleados de la compañía, o las fuerzas de seguridad que sirven a la compañía, o simplemente un grupo que la compañía apoya en otras circunstancias (personas con discapacidad, un grupo de teatro).

Se diseña un programa educativo para este grupo y a los miembros se les cobra por el programa individualmente o en grupo. Los que pagan por servicios a terceros recogen la factura.

Solicitar contribuciones en especie

Si bien algunas empresas o instituciones pueden no estar en condiciones de cubrir los costos de un programa de educación electoral, pueden ser capaces de ofrecer una contribución en especie, que reduce los gastos totales del programa. Esto puede incluir espacio para oficinas, equipos, materiales, vehículos, o hasta personal.

Obtener patrocinios o publicidad local

Los materiales de educación al votante están dirigidos a grandes números de personas. Las compañías también podrían desear que los asocien con los mensajes positivos comunicados. Es posible incluir ciertos arreglos en la estructura de los materiales impresos y de radiodifusión que les permita a las compañías usar sus presupuestos publicitarios para cubrir los costos.

Es usual que en estos acuerdos, los anunciantes paguen por la exhibición y no tengan control sobre el mensaje. No obstante, pueden tener ciertas expectativas contractuales que deben ser cumplidas: el número de personas a quienes está dirigido el mensaje, la calidad de la producción, y la actitud profesional y apartidista del mensaje. Los anunciantes desean un servicio profesional y no quieren que los relacionen con un trabajo de baja calidad.

Lo anterior aplica para cualquier propaganda que se venda, ya sea en un simple volante donde se anuncien la carnicería o la tienda de la esquina local, como para una transmisión nacional de televisión en horario estelar.

Fomentar la inclusión de mensajes de educación al votante en productos comerciales

Las compañías distribuyen sus propios productos. Pagan por la producción de los mismos. Es posible animarlos para saquen un empaque especial durante la época electoral. Muchos empaques de leche y cereal para el desayuno están diseñados para apoyar competencias, campañas cortas, y demás, y han sido usados para buscar niños perdidos e impulsar varias campañas de salud. Proporcionarle a las compañías un conjunto de logotipos y mensajes estándar que puedan imprimirse sobre el empaque es una manera simple de cubrir los costos de producción y distribución.

Sumado a estos productos, muchas compañías organizan sus propios periódicos y volantes. Artículos informativos encontrarán aceptación en este medio con el único costo de la preparación básica y el enfoque del artículo.

Organice los sistemas necesarios

Para conducir éstos y otros programas de recuperación de costos, los educadores electorales necesitarán organizar una serie de sistemas que usualmente van más allá del orden normal de funcionamiento de las organizaciones no gubernamentales u organismos electorales.

Será necesario contar con una licencia de operación para preparar y monitorear el uso de mensajes estándar y logotipos, un departamento de facturación que pueda rastrear y hacer los pagos correspondientes a toda la actividad comercial y contractual, y una agencia publicitaria que pueda manejar la reservación y colocación de la publicidad.

Los objetivos de esta actividad son dos. Por un lado, generar ingresos para que otros programas que no los produzcan puedan realizarse. Por el otro, evaluar las oportunidades de distribución gratuita o con costos reducidos para los mensajes de educación electoral a través de la interacción con el mercado.

Es esencial comprender el propósito de esta actividad. De lo contrario, puede tomar impulso y empezar a dominar las decisiones relacionadas con la colocación de los recursos. De igual manera, debe mantenerse totalmente separado de las decisiones relacionadas con el manejo de contratos comerciales para educación electoral o para proveer servicios, o de lo contrario puede llegarse a un conflicto de intereses complicado e incluso hasta controversias acerca de la manera en que determinada tarea fue asignada o fraudes. Una compañía fácilmente puede decidir patrocinar una publicación a efecto de asegurar que el trabajo de impresión les será proporcionado, y las controversias similares están limitadas sólo por la imaginación del sector comercial.

Diseño del programa

Un programa educativo es la disposición planeada y secuencial de actividades educativas diseñadas para alcanzar un conjunto de resultados educativos predeterminados y explícitos. El programa puede ser sencillo, al consistir de una lección de cuarenta minutos en un salón de clase; o puede ser un intento ligeramente megalómano que busque educar a todas las personas de un país para que voten y para que comprendan la legislación electoral por la que los políticos y los jueces han estado peleando por años.

En el primer caso, el programa escrito puede consistir en un par de páginas de cuaderno. El segundo, requiere de la coincidencia de una serie de elementos programáticos en una estrategia coherente y del desarrollo y provisión de los recursos para alcanzar determinados objetivos educativos.

El Ciclo de diseño

Esta área temática requiere que los educadores consideren el programa más amplio, y que de igual forma organicen procedimientos para que los programas más reducidos puedan diseñarse con el fin de alcanzar objetivos complejos.

Para lograr esto, los educadores deben:

Revisión del marco teórico para el diseño del programa

Es posible construir un rango de diferentes programas educativos con el fin de alcanzar un conjunto de objetivos establecidos. El reto para el educador es seleccionar el programa que alcance los objetivos en el menor tiempo posible, con la menor cantidad de recursos, y con la mayor posibilidad de que se lleve a cabo un aprendizaje efectivo.

Es posible, por ejemplo, aprender sobre teoría aerodinámica trabajando como aprendiz en un taller donde se construye un aeroplano experimental, visitando un túnel de viento, o bien mediante un video que muestre la operación de un túnel de viento, construyendo un modelo de aeroplano con madera de balsa o leyendo un libro de texto sobre teoría aerodinámica. Todos son programas educativos válidos, sin embargo, los educadores tienen que escoger basados en lo que saben de sus educandos, los recursos disponibles, incluyendo tiempo y dinero, los objetivos que deben alcanzarse, y el nivel de competencia requerido.

Para diseñar un programa hay que aplicar el principio de Occam, con el fin de desarrollar un programa que sea efectivo y eficiente.1 Esto es particularmente cierto para programas que puedan disponer de recursos estatales. Las expectativas de las personas poderosas e influyentes pueden generar distracción, tal como lo puede hacer la creencia errónea en que la apariencia pública del programa es más importante que su habilidad para fortalecer a los ciudadanos para que se ocupen de su ambiente social y político.

Todos los programas suelen incluir actividades que no son esenciales para la consecución de los objetivos, o que se establecen para alcanzar otros objetivos distintos, situación que surge como consecuencia de la inexperiencia o de la falta de un análisis posterior al evento. Estos elementos innecesarios deben ser desechados del programa.

En los programas de comunicación directa, dichos componentes no esenciales pueden incluir ejercicios particulares o comentarios teóricos. En los programas de educación pública, éstos pueden incluir eventos o anuncios que, dada la cantidad de energía gastada en ellos, no marcan una diferencia adicional en el comportamiento o conocimiento de las personas.

Notas:

1 La Navaja de Occam es una técnica de pensamiento que incluye preguntas excluyentes, por lo general planteadas por los científicos, y reducir a sus elementos esenciales el número de posibles respuestas. Esta técnica debe su origen al filósofo Guillermo de Occam (m. 1349), y a lo que solía decir, "las entidades no deben ser multiplicadas excepto por necesidad."

Ciclo del diseño

El ciclo del diseño educativo es una herramienta de planeación cíclica.1 Esta sección enumera y explica esta herramienta. Está compuesta por los siguientes siete pasos.

Establecer el enfoque del programa

En la educación como soporte de las elecciones y la democracia, este enfoque ya ha sido determinado en su forma más general. El mandato (ver Mandato en materia educativa) del educador confirmará y restringirá este enfoque.

El enfoque es esencial al determinar el área dentro de la cual de desarrollará el análisis inicial del electorado en cuestión. Sin esto, los educadores fracasarán. El enfoque no debe confundirse con los objetivos educativos. Estos también deben ser establecidos.

Comprender a los educandos y su entorno

Los educadores necesitan comprender y entrar en el mundo de los educandos. Esto es particularmente cierto para los educadores que vienen de fuera, aunque es igualmente necesario para los educadores que se consideran como parte de ese mundo. Deben desarrollar la distancia reflexiva que acompaña el análisis estudiado.

El análisis tratará de descubrir la información básica, así como develar un conjunto de necesidades educativas.

Comprender los recursos disponibles

Además de comprender el mundo de los educandos, los educadores necesitan saber qué recursos tienen a su disposición. Dicho conocimiento asegura que los objetivos establecidos para los programas son reales y asequibles de acuerdo a los recursos disponibles.

Es posible que ya exista un diálogo fluido entre los recursos disponibles y los objetivos a alcanzar. Para empezar, los educadores tienden a sobreestimar aquello que puede alcanzarse, o puede que otros tengan expectativas demasiado ambiciosas. Inevitablemente, habrá que hacer algunos ajustes, y lo mejor es hacerlos durante la fase de evaluación y diseño, y no durante la fase de instrumentación.

Seleccionar los objetivos educativos

Durante esta parte del diseño, los educadores deben discutir los posibles mensajes declarativos, los temas generadores, y establecer un conjunto de objetivos programáticos que: valgan la pena, que estén dirigidos a la acción, que sean reales, y que se puedan medir (ver Objetivos educativos). Estos objetivos deben enmarcarse en un lenguaje que ponga al educando en el centro del programa.

Para asegurar que el programa puede ser evaluado, deben crearse una serie de indicadores para marcar los alcances de estos objetivos.

Objetivos primarios y complementarios. En un programa complejo, es probable que los objetivos establecidos sean los primarios. Para completar el diseño es necesario determinar una serie de objetivos complementarios. Al final del diseño, puede describirse como un árbol de objetivos. Por ejemplo, para lograr que "los electores en el norte rural tengan la posibilidad de votar con confianza," puede ser que necesiten "ser capaces de llegar a la mesa de votación indicada", "ser capaces de manejar un lápiz", y "comprender el papel de los partidos políticos en la democracia".

El árbol de objetivos. Algunos educadores consideran a este árbol de objetivos como el aspecto fundamental del diseño educativo. Otros consideran que es superficial, bajo el supuesto que todos los resultados educativos pueden determinarse antes de la interacción con los educandos. Este árbol se usa con frecuencia cuando el programa educativo propuesto depende en gran medida de ciertas habilidades, y cuando se usa un plan de estudios previo en lugar de uno creativo.

La educación electoral y cívica se encuentra de alguna manera en el centro. Efectivamente, requiere capacidad técnica, pero también tiene un componente creativo.

Sin embargo, todos los que apoyan dicho programa (donantes y otros involucrados) requerirán de una descripción previa de lo que se pretende, y los educadores deben poder establecer sus intenciones para explicárselas, por igual, a los educandos adultos quienes tienen derecho a saber cuál será el posible resultado de su interacción con el educador.

Es esencial determinar un grupo detallado de objetivos, escritos en forma apropiada y en un lenguaje específico.

Aquellos que operan primordialmente en el establecimiento de mensajes o de temas creativos podrán comunicar esto fácilmente. Lo que cuenta no es la primera comunicación, sino el cambio en el conocimiento, comportamiento, o actitud del receptor o alumno. La educación no significa enviar mensajes etéreos, sino generar cambio.

Diseñar el programa

Una vez que se han delimitado los objetivos, los educadores deben iniciar el proceso de diseño. Este proceso debe incluir el diseño en lo general, es decir, un esbozo de todo el programa de acuerdo con el marco lógico y cronológico.

Muchos educadores tienen experiencia en llevarlo a cabo para un único grupo de principiantes: un itinerario es como un diseño general.

Diseño macro. No obstante, el diseño general requerido para un programa nacional es un poco más detallado. Posiblemente incluirá mucho de lo que se puede considerar como itinerarios para extensos cursos de capacitación, determinación del tiempo para el material de radiodifusión, estimaciones generales del número de eventos a organizar, y la secuencia en que serán ofrecidos. Este diseño reúne toda la información recolectada sobre los elementos potenciales para un programa. Debe basarse en un paradigma estratégico general, y pretender adecuarse a los recursos disponibles sin ser ni muy ambicioso ni muy tímido.

Planes detallados. El segundo aspecto del diseño educativo es el desarrollo de los planes específicos. Dichos planes o diseños detallados son similares a los planes que se elaboran para las lecciones, pero puesto que es de esperarse que sean programas en que el horario, lugar y método varíen, y que contengan un rango de opciones o de desarrollo de estrategias educativas, llamarlos planes para las lecciones es poco apropiado.

Estos planes se desarrollan en parte antes de que comience el programa, e igualmente durante la fase de instrumentación. El diseño detallado de esta naturaleza es un proceso tedioso, pero se compensa por el impacto que un diseño cuidadoso del programa tiene sobre los educandos y sobre la habilidad del programa educativo para sacar provecho de los educadores y los productores de materiales, éstos últimos sin ser educadores altamente calificados.

Los diseñadores tratarán de asegurarse que cada aspecto del programa vaya de acuerdo con la teoría del aprendizaje, que concuerda con lo que se sabe de los alumnos, y que puede alcanzarse en el tiempo establecido, en el lugar, y con el personal y los recursos educativos y financieros disponibles.

La razón por la cual algunos de estos diseños se hacen antes de la instrumentación es porque son determinantes para la producción de los materiales. No es suficiente preparar un conjunto de materiales y después buscar formas de hacer llegar este material.

Es mucho mejor determinar el diseño educativo y después preparar los materiales de acuerdo con ese diseño. Es también mucho más efectivo en relación con el costo porque el material producido se le limita al nivel y a la cantidad de contenido necesario. Además de que se le prepara de la forma requerida.

Cuando hay materiales existentes que deben utilizarse (tal vez un manual o un libro de texto), los diseñadores deben considerar la mejor forma para adaptar ese material al contexto particular en que trabajarán (ver Evaluación y adaptación de materiales existentes).

Instrumentación del programa

En este punto, puede considerarse que el diseño educativo ha culminado, pero de hecho es hasta la fase de instrumentación cuando se probará el programa y se aprenderán las lecciones. Algunas de estas lecciones necesitarán ser aplicadas inmediatamente; otras tendrán que esperar al próximo ciclo.

En la programación educativa, si bien puede existir una fase piloto durante la cual se prueban y adaptan los materiales, se debe reconocer que las necesidades del programa completo deben estar abiertas a la innovación y a la adaptación con el fin de asegurar que se cumplan los resultados esperados.

Los evaluadores pueden preferir que el desarrollo del programa siga el cronograma establecido, y que cualquier variación se evidencie. No se puede, sin embargo, experimentar con las personas. Si se hace patente que el programa, ya sea en el aspecto general o en el particular, no está satisfaciendo las necesidades de las personas y no es apropiado para alcanzar los objetivos planteados, debe ser cambiado tan pronto como sea posible.

Evaluación del programa y preparación del próximo ciclo

Una vez completado, el ciclo pasa por una fase de evaluación y a una mayor comprensión de los principiantes y su mundo, así como de los recursos disponibles para el educador. El ciclo, entonces, vuelve a comenzar.

En la educación como apoyo a las elecciones y la democracia, dicho ciclo puede usarse para describir un gran programa general a nivel nacional. De igual forma, puede utilizarse para facilitar la descripción de un pequeño aspecto del programa.

Es probable que los educadores en diferentes partes del programa y en diferentes organizaciones dentro de la red general del programa revisen su propia versión del ciclo.

A un educador que, de acuerdo al programa en lo general, se le asigna la tarea de conducir un programa para mujeres en una ciudad del interior de un país desarrollado, tiene que entrar en ese mundo, determinar las necesidades del grupo a que se dirige, establecer los objetivos para el programa en particular, diseñarlo, instrumentarlo y evaluarlo, y ya sea solo, o conjuntamente con otras personas, prepararse para futuras intervenciones educativas con el mismo electorado.

Notas:

1 El término "cíclico" se usa en el sentido de un proceso que es en parte lineal, puesto que un paso lleva al otro, y en parte también es circular. Hay momentos cuando un paso o un conjunto de pasos tienen que repetirse a medida que se cuenta con más información o a medida que se realizan los cambios.

Desarrollo del equipo de trabajo

Un programa educativo complejo conducido bajo las condiciones de presión de una elección o dentro de las limitaciones impuestas por un programa de educación cívica nacional, se desarrolla de una mejor manera si el equipo educador es multidisciplinario. Es importante que los miembros del equipo se entiendan unos a otros. Esta sección cubre la diversidad en los equipos, el nexo con otros actores, y los ejercicios para construir un equipo.

La importancia de establecer y desarrollar un equipo

Establecer dicho equipo es una tarea que debe hacerse en la etapa inicial. Puede incluso ser la primera tarea que emprenda la organización o el organismo electoral.

Una vez que se ha establecido el equipo, hay que prestar atención a su desarrollo. El equipo educador operará en un medio donde los roles y responsabilidades se negocian regularmente, y donde la interacción entre cualquier miembro del equipo central y aquellos involucrados con las redes y organizaciones que instrumentan el programa es crucial.

Puesto que el tiempo es tan importante, no es posible que el equipo educador espere hasta que determinada persona proporcione las respuestas, o que haya una reunión de la que se derive una política, para tomar una decisión. Es esencial que los miembros del equipo comprendan la estrategia, así como los objetivos, del programa.

Los equipos de educadores probablemente estarán compuestos de personas que no han trabajado conjuntamente con anterioridad. Puede que anteriormente hayan colaborado, pero seguramente vendrán de diferentes organizaciones o entornos. Como podemos ver es importante trabajar intensamente desde el principio.

Aquellos encargados de establecer el equipo pueden sentir que pueden acortar este proceso si seleccionan un equipo homogéneo, sin embargo, esto denota una visión muy limitada.

Diversidad

Un equipo intencionalmente diverso traerá consigo una gran cantidad de ventajas al programa.

Primero, la diversidad proporciona diferentes capacidades y experiencias, componentes esenciales de un programa multifacético. Este tipo de diversidad también asegura que, si la controversia se maneja constructivamente, los miembros del equipo se complementan unos a otros, incrementando así la creatividad del programa.

Segundo, la diversidad proporciona acceso a diferentes comunidades, ya sea por el lenguaje, el entorno, o la experiencia. Dicho acceso, permite comprender una comunidad particular o el acceso real a la misma, lo cual es esencial para un programa donde la confianza, la credibilidad, y la legitimidad son tan importantes.

Finalmente, la diversidad brinda la aceptación y el reconocimiento públicos. Hay pocos países que son homogéneos. Su homogeneidad puede y debe reflejarse en el equipo educativo, ya que incluso en países aparentemente homogéneos hay cuestiones de clase, género y geografía que deben ser considerados.

Un equipo educativo diverso proporciona una imagen de la sociedad que el programa educativo promociona.

Enlace

Existe un ámbito donde se tiene que acordar una especialización y donde un equipo querrá desarrollar la confianza de los que lo integran. Este es el que se refiere al enlace con otras organizaciones o niveles dentro de la organización que ha sido creada para los propósitos del programa. En dichos roles, la continuidad es esencial.

Como resultado de esta continuidad, puede que una persona resulte siendo la vocera del equipo, o que tome las decisiones en nombre del equipo. Donde hay bajos niveles de confianza o mala comunicación dentro del equipo, esto puede convertirse en un impedimento para la realización efectiva del programa y puede ocurrir que el equipo pierda mucho tiempo ocupándose de las dinámicas interpersonales.

Ejercicios para consolidar un equipo

Existe una serie de ejercicios que son apropiados para el desarrollo de equipos educativos. Los ejercicios se deben concentrar en lo siguiente:

  • asegurar que todos los miembros del equipo tienen un entendimiento común del mandato y los objetivos educativos del programa
  • asegurar que los miembros del equipo se entienden mutuamente en términos de sus estilos didácticos, incluyendo sus fortalezas y debilidades
  • asegurar que hay un compromiso entre los miembros del equipo que busque superar las debilidades de cada uno de los miembros, y que incentive el desarrollo personal durante la duración del programa
  • asegurar que hay claridad en lo relativo a la administración general y los procedimientos organizacionales

Objetivos educativos

Seleccionar y delimitar los objetivos es una de las tareas más difíciles para los educadores, e incidentalmente también, para aquellos que desarrollan intervenciones sociales y propuestas programáticas (ver Presupuestos y financiamiento para programas de educación electoral).

Como resultado, hay incluso una escuela de pensamiento que considera que establecer el objetivo es un ejercicio arrogante y preferiblemente debe dejársele a los educandos. Sin embargo, los educandos adultos que establecen un diálogo con el educador deben comprender las intenciones del educador y de sus propias expectativas. La declaración explícita de metas u objetivos, permite lograr esto.1

En ocasiones, es posible construir los objetivos conjuntamente durante eventos de aprendizaje con grupos pequeños. Pero, los programas de educación nacional no tienen esta oportunidad, por lo que los educadores deben, entonces, establecer los objetivos por sí mismos, basados en su comprensión de las necesidades educativas del electorado de enfoque.

Destacar las afirmaciones objetivas

Cuando los educadores escriben los objetivos deben tener presentes los criterios necesarios para que éstos sean útiles para el ejercicio de planeación y educación. Existen diversos acrónimos que se utilizan para este proceso. Marie-Louise Strom de IDASA en Sudáfrica ha desarrollado un acrónimo particularmente útil: WARM (Cálido). Los objetivos WARM, o en español CÁLIDOS, son aquellos que: valen la pena, están orientados a la acción, son reales, y se pueden medir. (la palabra WARM resulta de la unión de las primeras letras en inglés de cada una de las palabras que caracterizan a estos objetivos: Worthwhile, Action-oriented, Realistic, y Measurable.) Son igualmente "cálidos", o apasionados, puesto que la educación a los adultos pretende hacer posible que los ciudadanos ejerzan su poder mediante la participación en los procesos democráticos.

Que valgan la pena

Los objetivos educativos deben ser significativos para el educando. Deben estar basados en las necesidades educativas relevantes y en las oportunidades importantes de la vida. Los individuos que enmarcan los objetivos tienen que recordar que, lo significativo o trascendente está basado en lo que los potenciales educandos consideran importante más que en lo que el educador considera relevante. Cuando es posible involucrar al electorado de enfoque, o a partes que lo componen (ver Desarrollo del mensaje), puede establecerse un diálogo sobre lo que es significativo.

La expresión "que valgan la pena" sugiere que cualquiera que sea su significado, su valor debe ser claro para todos desde el comienzo.

Orientados hacia la acción

Los objetivos tienen que ser concebidos en términos de cambios en el comportamiento, el conocimiento, o las actitudes. Aún los objetivos cognoscitivos deben ser diseñados para describir una actividad después de la intervención educativa, en vez del proceso durante el evento. El propósito de todos los objetivos, ya sean educativos o programáticos, es describir un conjunto de productos o resultados predecibles y probables, obtenidos a raíz de los procesos e insumos empleados durante la intervención.

Aún cuando se tendría que especificar cuáles son esos procesos e insumos, éstos no son objetivos.

Realistas

Los objetivos deben ir de acuerdo con las limitaciones impuestas por el tiempo, la metodología, y otros recursos disponibles. Lograr que los objetivos sean realizables requiere de una serie de iteraciones. Frecuentemente, los educadores establecen objetivos trascendentes y orientados hacia la acción sólo para descubrir que éstos no pueden alcanzarse en el tiempo disponible, o que las estrategias educativas existentes no son lo suficientemente adecuadas o flexibles para alcanzar estos objetivos.

El realismo va de la mano con la evaluación puesto que hace que los educadores sean honestos. No es suficiente establecer unos objetivos y después decir que se hubieran alcanzado si hubiera habido un poco más de tiempo, o si el educador de campo hubiera estado mejor capacitado, o los educandos hubieran sido más receptivos. Dichas limitaciones usualmente no pueden cambiarse, así que el equipo encargado de la planeación debe enfrentarlos durante la etapa de planeación.

Que se puedan medir

El logro de objetivos debe poder medirse. La forma como se miden los resultados requiere una serie de indicadores que bien pueden desarrollarse al mismo tiempo que los objetivos. No obstante, esto resulta imposible si no se conciben los objetivos de manera que puedan medirse, a fin de evaluar el aprendizaje y el impacto educativo.

Mientras quienes planean el programa están más preocupados por la evaluación general del impacto educativo, los educandos requieren de una evaluación menos rígida, pero igualmente urgente. Ellos desearán saber si pueden confiar en lo que están aprendiendo y utilizarlo en su vida diaria o si simplemente es mejor que busquen otras experiencias educativas.

Así, resulta absolutamente esencial el establecimiento de los objetivos como el primer paso para determinar el programa educativo. Esta etapa del proceso de planeación suele ser la más intensa, y en algunos casos, la más frustrante. Si se lleva a cabo de la manera correcta, nos brinda certeza y dirección, posicionando el programa educativo en un buen punto. Fallar en esta etapa, o ignorarla, esperando que el proceso esclarezca los puntos finales es la receta perfecta para caer en la confusión y gastar tiempo que más adelante puede ser necesario en el programa.

Notas:

1 Debido a la necesidad de explicar una taxonomía de objetivos —cada uno de los cuales conduce a otro conjunto, y todos requieren mayor definición— los educadores y planificadores han desarrollado, en distintos momentos y lugares, sus propias categorías de las distintas palabras disponibles en inglés. Con el tiempo, se ha llegado a un cierto enfoque común, pero todavía hay diferencias, y es importante que los involucrados en la planeación puedan darse cuenta de que están creando estas taxonomías para su propia conveniencia. En los países donde el inglés no es la primera lengua, la formación de educadores puede verse obstaculizada por la confusión y el abierto conflicto sobre si algo es un fin, un propósito, un objetivo, una meta o un resultado. Cuál es el término más amplio y cuál el más pequeño y conciso, es una cuestión de costumbre, convención y decisión local.

Alcanzar y mantener un compromiso con el plan

Una vez que el plan ha sido desarrollado, y cuando la gente ya tiene confianza en él, es necesario darle seguimiento. Los educadores no pueden pasar esto por alto, especialmente en tiempos de elecciones donde hay mucha presión de por medio. Deben asegurar un compromiso creando un libro sobre el programa, llevando a cabo conferencias acerca del programa, y comunicándose con todas las personas involucradas.

Si el plan se ha desarrollado a través de un proceso consultivo, teniendo en cuenta un cierto espectro de personal involucrado, habrá muchos que quedarán excluidos de este diseño. Aún aquellos que trabajaron en la recolección inicial de datos del programa o en la determinación de los objetivos educativos podrán quedar excluidos del trabajo de diseño técnico detallado.

Así pues, es esencial obtener un compromiso con el plan y con las partes que lo componen de parte de aquellos que deben instrumentarlo o apoyarlo. Este compromiso no puede ser descuidado en ningún momento del periodo que comprende el programa. Las personas, incluyendo el personal, van y vienen y es esencial crear un mecanismo para integrar a los nuevos participantes y para orientarlos en el plan tan pronto como sea posible una vez que se unen al equipo.

Apegarse al plan flexibilizando la instrumentación

Puesto que dicho programa ha sido construido a un costo sustancial, y dado que es posible que exista una crisis de confianza en algún punto durante la instrumentación, será necesario trabajar para mantener el compromiso con el plan. Esto último es un arte particular, puesto que hay que mantener un equilibrio entre afianzar la confianza en el plan original contra la necesidad potencial de cambio, como resultado de las fallas en el plan o cambios en las condiciones bajo las cuales éste está siendo instrumentado.

Crear un libro sobre el programa

La primera actividad debe ser la creación de un libro sobre el programa que puede suministrársele a los participantes y ser usado por el personal del propio programa para presentarse y explicarlo a los socios y participantes potenciales.

Dicho libro no tiene que ser el texto completo del diseño del programa, aun cuando puede ser anexado como apéndice para aquellos que lo requieran. Este debe ser un sumario bien organizado del contenido, objetivos, estrategia, perfil, personal de instrumentación, así como de las organizaciones que participan en el programa. Puede incluso prepararse en forma de diapositivas que pueden utilizarse en gráficos, presentaciones con retroproyector o con proyectores digitales.

Es posible utilizar esta presentación para reclutar, regularmente, nuevos miembros de la red, reunir dinero para el programa y obtener publicidad, etcétera. Como resultado, debe prepararse de tal manera que perdure, y que tenga la flexibilidad para proporcionar un visión general del programa a aquellos que la necesiten así como un plan detallado para aquellos que deban darle seguimiento.

Realizar conferencias acerca del programa

Existen diferentes conferencias sobre el programa que son necesarias.

Los primeros eventos para los involucrados, asegurarán que sea convocado todo el personal que necesita estar informado antes de la instrumentación del programa. Las conferencias para el personal, orientarán al nuevo personal en relación con el programa con tanta rapidez como sea posible.

Durante la fase de instrumentación, se pueden sostener conferencias en momentos particulares para evaluar el programa, para incrementar el apoyo para la siguiente fase, para introducir nuevos materiales, o para hacer notar que se cuenta con nuevo personal y componentes del programa.

Tales conferencias deben ser una mezcla de buena comunicación y consultas apropiadas. Las conferencias al personal deben incluir capacitación, desarrollo y revisión del personal. Las conferencias a los involucrados deben servir para informar, y evaluar, lo referente a las responsabilidades.

Circular un boletín de prensa

Incluso con las conferencias, un programa amplio no puede mantener a todas las personas al tanto de lo que está sucediendo regularmente, especialmente si están localizadas alrededor de todo el país. Además de estimular la cobertura del programa por parte de los medios de comunicación nacionales y locales, y por parte de las organizaciones que forman parte de la red del programa, el programa en sí debe considerar la elaboración de un boletín de prensa.

Este puede ser costoso si se pretende preparar un boletín en papel de alta calidad y de amplia difusión. Puede que esto sea necesario en circunstancias donde el programa requiera un amplio mercadeo. No obstante, es más importante producir un boletín de prensa que se emita regularmente y que cubra el programa adecuadamente.

Las nuevas tecnologías permiten incluso editar e imprimir a color los boletines de prensa sin mucha dificultad. Sin embargo, la distribución debe ser considerada antes de la producción. Lo mejor es establecer una carta que pueda enviarse por fax o correo electrónico, o que pueda obtenerse al marcar a un sistema de mensajes.

Dicho boletín de prensa puede emitirse sin tener que gastar mucho dinero en su producción e impresión. Aunque algunos de los destinatarios no tengan fax, teléfono, o computadora, es posible que una organización nodal imprima un único ejemplar y lo fotocopie para proporcionarlo a las organizaciones e individuos con las que tiene contacto.

Organizar una página en Internet

Además del boletín de prensa se necesita una página en Internet que permita realizar dos tareas: proporcionar al público acceso a materiales e información educativos, y a la información de tipo técnico que probablemente requieran los educadores y partes involucradas en la instrumentación del programa.

En particular, dicha página puede asegurar que la información que cambia rápidamente y los documentos grandes (tales como legislaciones electorales) estén disponibles en cualquier momento, y no tengan que guardarse o buscarse en oficinas alrededor del país.

Identificar momentos públicos

Finalmente, mantener el compromiso con el plan significa ganarse la confianza del público y mantenerla a través del tiempo. Para lograr esto, las personas deben ver que algo está sucediendo, aún si el programa no está llegando a ellos directamente. Sumado a esto, obtener una cobertura de los eventos por parte de los medios multiplica su impacto.

Así, el programa identificará momentos específicos, y los capitalizará desarrollando y promocionando eventos con los medios de comunicación, celebraciones, así como grandes eventos públicos.

Un programa no puede subsistir sólo de esto, y no puede apoyarse en los momentos públicos dejando de lado un programa educativo que llegue hasta donde están las personas. Ciertamente, organizar eventos públicos sin contar con una buena preparación, sean eventos cara a cara o una organización comunitaria, probablemente será contraproducente. Las reuniones son el producto de una actividad programática, no suceden ni antes ni en reemplazo de éstas.

Consideraciones de producción

Existen temas de educación que pueden ser considerados al producir algunos de los materiales de instrucción que se usan con mayor regularidad. Estos temas son discutidos en las 3 siguientes secciones.

La de Materiales para proyección se ocupa de algunas de las diferentes formas en que los materiales de instrucción pueden ser producidos y las ventajas y limitaciones de estos.

La de Pizarrones ofrece sugerencias para la actividad que es más natural a la enseñanza a la luz de los limitados recursos y las necesidades para trabajar en ambientes informales.

Y la de Preparación de materiales de instrucción ofrece un conjunto de reglas para lo que se refiere a las ilustraciones, los colores, las palabras y la escritura.

Los educadores que desean desarrollar lineamientos generales para la producción de materiales que son comisionados, pueden encontrar esa información en Encargar materiales.

Materiales para proyección

Los materiales proyectados le permiten al educador transmitir información a grandes números de personas al mismo tiempo. No obstante, dichos materiales tienen que prepararse con cuidado e incluso pueden necesitar de una preparación profesional.

En todos los casos, requieren tres cosas:

  • el material
  • el proyector
  • la pantalla

Si alguno de estos artículos no es el adecuado, el material, sin importar su excelente contenido, es inservible. De hecho, las distracciones que generan unos materiales pobremente proyectados, o la demora al instalar pantallas y proyectores, hacen que este tipo de presentaciones costosas sean menos útiles que una charla bien preparada o una demostración en vivo.

Estos problemas se agravan cuando no hay electricidad disponible.

La pantalla

Las proyecciones requieren una pantalla suave, sin manchas, blanca a la sombra o una pantalla oscura. Dentro de estos parámetros existen muchas opciones.

Las pantallas pueden fabricarse para la ocasión, aunque también es posible solicitar prestadas instalaciones que cuenten con las mismas (en un centro de capacitación o lugar para la celebración de seminarios, en un cine, etc.), o utilizar una pared blanca.

En el caso de un arreglo temporal, ya sea una pared, una lámina, una hoja de poliestireno o el lado de un camión, es importante ensayar a la misma hora y en el mismo lugar donde se realizará la presentación final, para resolver las cuestiones relacionadas con la luz y la definición.

El proyector

Existen diversos tipos de proyectores:

  • pequeños, portátiles, y baratos, para una sola diapositiva o para varias
  • retroproyectores al alcance de los expositores al momento de la exposición
  • epidiascopios (proyector de cuerpos opacos) y proyectores de películas de 16mm, no tan modernos, pero muy útiles
  • proyectores digitales de alta tecnología, pero de alto costo

Cada uno de estos tiene su utilidad. Los educadores deben utilizar los que se consigan con mayor facilidad, en los lugares en que estén disponibles.

Los materiales

Afortunadamente, sólo hay dos medios que pueden utilizarse en los diferentes proyectores:

  • diapositivas
  • películas o animaciones

En términos generales, para producir los materiales es posible utilizar una imagen sola (o diapositiva) en una variedad de formas:

  • Una transparencia para ser utilizada en el retroproyector
  • Como diapositiva fotográfica para los proyectores de diapositivas
  • Para incorporar en una producción de video para mostrar en un televisor o a través de un proyector de video
  • Para ponerlo en un CD-ROM o en un paquete de software para exhibirlo a través de un proyector digital

En todos estos, los principios básicos son similares y una diapositiva puede utilizarse con los mismos fines que un cartel (para obtener información adicional ver Carteles y pancartas).

Las películas requieren una producción mucho más especializada. Los educadores deben trabajar con las casas productoras para hacer esto, ya sea para la preparación de un corto comercial, una película sobre el procedimiento de votación, o algún tipo de material de mayor envergadura sobre democracia.

Es posible, dados los costos, que dicha producción se realice en una cinta de video. Aunque cada vez con mayor frecuencia las animaciones se hacen a través de una computadora, lo cual puede ser suficiente para alcanzar el objetivo educativo.

Aquellos que consideren producir videos o películas deben tener en cuenta los costos, los cuales varían de un lugar a otro; y deben, igualmente, considerar los altos costos de la proyección, puesto que los equipos necesarios no son nada baratos. Discusiones adicionales sobre los videos puede encontrarse en Medios de comunicación de impacto nacional, Medios de comunicación de impacto comunitario, y Métodos alternativos de comunicar la educación electoral.

Pizarrones

Las personas que se encuentran en países desarrollados o que cuentan con adecuados sistemas de educación en que los educadores sobre democracia tienen acceso a éstos, probablemente no necesiten pensar en la forma para encontrar o hacer tableros donde escribir, exhibir los carteles, o proyectar imágenes.

La experiencia en la capacitación de educadores comunitarios en algunos países, sugiere que esta es una necesidad apremiante y una de las más difíciles de superar.

Generalmente, los educadores usan papel periódico cuando no cuentan con las suficientes pizarras. Pero esto presenta sus propios problemas, y puede que no lo haya en suficiente cantidad. Sin embargo existen otras opciones.

Uso del papel disponible

Además del papel de periódico especialmente preparado (o papel encerado) que se vende en hojas sueltas o encuadernadas para el uso de los educadores, es posible que los educadores comunitarios utilicen lo siguiente:

  • papel de estraza o cualquier papel de un solo color preparado para forrar libros, recubrir estantes o envolver paquetes
  • retazos de trabajos de imprenta

Fabricación de pizarras para tiza

En la India, los pregoneros venden lino tratado para tapices que puede utilizarse como una pizarra de tiza.

En muchos otros lugares, es posible comprar pintura verde y negra que puede utilizarse para transformar una pared en un pizarrón.

La tiza de color puede incluso utilizarse en un pared blanca, pero es difícil de lavar. Tal vez lo mejor sea utilizarla para mensajes básicos o propaganda.

La tiza blanca no siempre es fácil de conseguir, pero el carbón sí, y puede ser, y ha sido, utilizado como herramienta para escribir.

Fabricación de pizarras blancas

Las pizarras blancas, o expógrafos, son una buena herramienta sobre la que se puede escribir con marcadores secos que se puedan borrar. Aquellos que fabrican y venden dichos tableros los han convertido en una herramienta esencial en la capacitación. Ciertamente, su única desventaja (que el material que se escribe tiene que borrarse) se ha resuelto añadiendo una cámara de fotocopiado a la pantalla.

No obstante, estos materiales son costosos y usualmente sólo están disponibles en instituciones educativas o en lugares comerciales de entrenamiento.

Los marcadores que escriben sobre estas superficies tienen un precio razonable, y la versatilidad de las pizarras es considerable. Los educadores comunitarios deben entonces considerar la posibilidad de fabricar expógrafos portátiles del material que es utilizado para cubrir superficies lavables en la cocina, añadiéndole un marco y una lámina de plástico con bisagras. Es posible crear un estuche portátil para materiales educativos que se abra y se convierta en un tablero blanco (o, usando pintura, en una pizarra para tiza).

Estas y otras técnicas de bajo costo son utilizadas por los educadores sanitarios y por los comunitarios en los países en vías de desarrollo, pero aún no ha existido un esfuerzo real por transferir estas habilidades a aquellos encargados de la educación cívica y electoral.

Preparación de materiales para la enseñanza

Los educadores, por lo general, están facultados para manejar el contenido de los materiales, por lo que es probable que los materiales para la enseñanza lleguen a su etapa de producción con las problemáticas correspondientes ya esclarecidas (ver Materiales impresos).

Sin embargo, hay cuestiones relacionadas con la producción que tienen que considerarse dado su impacto educativo sobre cualquier material.

Nos referimos a las ilustraciones, y su relación con las palabras, y al color, particularmente en el proceso de impresión.

¿Qué tipo de ilustraciones son las mejores?

Las siguientes directrices se aplican al material para la enseñanza para los participantes que pueden no tener la capacidad de entender imágenes y dibujos:

  • Omita los dibujos con profundidad
  • Debe existir una cantidad moderada de detalles
  • Elimine el fondo y los detalles innecesarios
  • Los objetos importantes deben enriquecerse con detalles: combinación de diferentes texturas, sombreados, etc.
  • Los retratos deben ser reales, evitando el impresionismo o el expresionismo

Las siguientes están ordenadas de acuerdo con su utilidad:

  • Fotografía sin fondo (fotografías a las que se le elimina el fondo). Estas proporcionan un buen contraste, pistas y detalles reales que permiten identificar los objetos retratados, mientras que el fondo neutro elimina los detalles que generan distracción
  • fotografías
  • siluetas
  • dibujos simples, especialmente en formas de diagramas o caricaturas, son una taquigrafía visual desprovista de todo detalle

Los dibujos pueden ser más expresivos e informativos si se usan algunas características del arte egipcio. Esto quiere decir, dibujar en dos dimensiones en lugar de usar la perspectiva para crear efectos tridimensionales.

Otros consejos incluyen lo siguiente:

  • Utilizar de manera consistente una fisonomía, ropa o aspecto, al representar a las personas.
  • La acción debe ser simplificada.
  • El comportamiento debe dibujarse de acuerdo con la perspectiva de las tradiciones de los espectadores, y no con las del productor.
  • Los dibujos de las personas y lugares deben ser relevantes de acuerdo con la vida diaria y el ambiente, para que se desarrolle un reconocimiento apropiado (estar en el contexto cultural correcto).
  • Los colores y las formas deben escogerse cuidadosamente puesto que los significados simbólicos atribuidos a los colores y formas pueden distorsionar la intención del mensaje. En especial el uso de colores en el contexto de una elección, pues algunos pueden ser asociados con los partidos políticos. El uso de símbolos, como tales, puede ser igualmente problemático, así que es mejor evitarlos.

Ilustraciones vs. palabras

Las ilustraciones son de por sí interesantes, mientras que las palabras no son interesantes por sí mismas, son las ideas transmitidas a través de las palabras las que importan. De manera que, las ilustraciones pueden atraer o distraer al lector.

  • Las ilustraciones son adecuadas para transmitir mensajes concretos y para proporcionar un material de apoyo cuando se enseña un concepto, como una forma de evitar lenguajes técnicos, y para comunicar conceptos visuales y espaciales (por ejemplo, el tamaño relativo de los objetos).
  • Las palabras son adecuadas para transmitir mensajes abstractos y para comunicar conceptos que ya se han aprendido, así como para establecer conceptos a discutir.
  • Las ilustraciones y los diagramas son adecuados para transmitir ideas que tienen que ser consideradas simultáneamente. Permiten que los educandos hagan múltiples discriminaciones fácilmente.
  • Las palabras son, posiblemente, mejores para transmitir ideas que tienen que tratarse en secuencia puesto el orden de las mismas es crucial (un poema o un conjunto de instrucciones). Las tiras cómicas son útiles para enseñar.
  • La posición de las ilustraciones es muy importante y debe evaluarse cuando sea necesario.
  • Los dibujos no deben utilizarse cuando la información puede transmitirse fácilmente con palabras.
  • Las representaciones bidimensionales de objetos tridimensionales genera confusión en algunas culturas.
  • La traducción de tiempo en espacio implica el uso de lineamientos ya establecidos, por lo que los autores deben enseñar el código o tener la seguridad que los lectores lo conocen. (Este es un aspecto decisivo para enseñar los mecanismos para votar).
  • Las ilustraciones de un proceso que involucra pasos o acciones separados, deben tener, por lo menos, tantos dibujos o marcos individuales como pasos o acciones principales.
  • Es más sencillo para la gente recordar cómo se ilustran algunas cosas (especialmente con dibujos simples), que cuáles sus nombres.
  • Las ilustraciones funcionan mejor con títulos. Etiquetar las ilustraciones ayuda a su clasificación y a que se recuerden a largo plazo.
  • Los bocetos o dibujos básicos son mejores, particularmente, en materiales instructivos para transmitir conceptos básicos (como la figura de un hombre), mientras que las ilustraciones altamente detalladas pueden utilizarse para conceptos particulares (un observador electoral internacional).
  • Las personas se sienten atraídas por la complejidad relativa y el cambio.
  • Hay que evitar problemas de ambigüedad, de significados literales y figurados, señales de profundidad, acción, cambios en la escala, etc., especialmente para personas iletradas.
  • Se tiene que enseñar a la gente a interpretar las ilustraciones, las tablas, los diagramas, las gráficas y los símbolos. Las personas tienen que aprender los lineamientos de la misma forma como aprenden a leer. Los autores y los diseñadores deben, por ende, conocer el grado de experiencia de sus lectores potenciales.
  • Ubique los diagramas e ilustraciones en lugares visibles a los lectores.

Color

El color puede en algunos casos ser innecesario y causar problemas. Algunos puntos que hay que considerar son:

  • No utilice ni muchos colores ni muy pocos (por ejemplo, cuando se usan para ilustrar o representar ciertas funciones).
  • Los códigos de los colores deben comprenderse, y éstos se construyen culturalmente, aún cuando parece haber algunos que son más universales.
  • El 8.5 por ciento de los hombres y el 0.5 por ciento de las mujeres no pueden ver los colores.
  • Si el material hace referencia a un color, éste debe tener el nombre en el lenguaje del educando. Se recomienda el uso del nombre genérico del color, en lugar de las variaciones de tonalidades que pueden no ser de uso popular (por ejemplo, el color morado es mejor conocido que el lila).

Los colores y la impresión

Esto sucede con algunos colores cuando se imprimen:

  • Las palabras y líneas delgadas en colores pálidos son casi invisibles.
  • Las palabras y líneas delgadas en colores oscuros casi siempre parecen negras.
  • Las palabras y líneas delgadas en colores vivos por lo general deslumbran.

Para contrastar, el color negro sobre el blanco es la mejor alternativa. La legibilidad del texto se compromete si se imprime sobre papel de color o cuando se usa sobre ilustraciones o fotografías. Los colores fuertes o los patrones en negro y blanco distraen si están muy cerca al texto.

Los productores de los materiales deben pensar en lo que le sucederá a la página cuando se fotocopie, a no ser que puedan controlar el copiado de la misma. Los materiales educativos posiblemente serán copiados, y de hecho cabe la posibilidad de que se aliente dicha práctica en aras de aumentar su uso y rango de distribución.

Abastecimiento

Los educadores enfrentan problemas especiales cuando se trata de obtener materiales. Mientras que los administradores electorales cuentan con una lista estándar de suministros, los educadores tienen que obtener los materiales educativos de una gran variedad y un amplio rango de proveedores. Esta sección del área temática se enfoca en cinco asuntos importantes para los educadores:

Los educadores electorales que trabajan con un organismo electoral o dentro de una gran organización pueden obtener asistencia en estas áreas. Muchos de los que trabajan en organizaciones más pequeñas y especializadas pueden no tenerla, aunque pueden querer obtener directrices y asistencia de otros a su alrededor. Desafortunadamente, no suele buscarse esta ayuda con mucha frecuencia, y cuando se busca la gente no la da tan fácilmente, puesto que, en general, es parte de la historia institucional y la experiencia personal y no está por escrito. Para un conjunto de directrices para el abastecimiento, consultar Newspaper - Sweden - Multilingual.

Encargar materiales

Los educadores que encargan la elaboración de estos materiales se enfrentan con una serie de problemáticas tanto educativas como comerciales. La resolución de éstas depende, en parte de su habilidad para desarrollar descripciones fuertes y claras de los materiales requeridos, y en especial de las cuestiones educativas y de desempeño que deben cubrirse.

Cuestiones educativas

Los materiales educativos tienen que ir de acuerdo con estándares apropiados que consideren el contenido y el desempeño.

Congruencia con los resultados esperados

Los materiales tienen que ser preparados por escritores, diseñadores, y practicantes que puedan contribuir a alcanzar los objetivos establecidos por el programa. Incluso si sólo están preparados en un aspecto muy limitado del programa, es necesario que exista un conjunto de objetivos educativos frente a los cuales se pueda juzgar qué tan apropiados son los materiales.

Por esta razón, no se deben ordenar los materiales antes de generar los objetivos educativos. Puede haber momentos en que las limitaciones de tiempo exijan que los materiales sean ordenados tan pronto como se establezcan los objetivos educativos y antes de que se haya diseñado la totalidad del programa.

Pero esto debe evitarse a toda costa. Hay muchos ejemplos de carteles, materiales audiovisuales, libros de texto, entre otros, que se han ordenado y que después resulta que exceden los requerimientos del programa final. Algunas organizaciones han intentado utilizar materiales inapropiados, simplemente porque estaban a la mano, en detrimento del programa.

Nivel apropiado

El nivel educativo con el que deben prepararse los materiales no es el de quienes están comisionados para encargar tal material. Están diseñados para ser utilizados en el campo, y por un grupo de estudiantes. Cuando los materiales deben ser aprobados por una junta, especialmente si es una junta directiva y no un grupo de educadores, usualmente se cae en tratar de impresionar a la junta directiva en lugar de satisfacer las necesidades de los educandos.

Esto puede asegurar que los presupuestos estarán disponibles, pero no le sirve a aquellos a quienes va dirigido el programa de capacitación. Por esta razón, el personal que tiene que encargar el material debe explicar con precisión para quién son tales materiales, y esta explicación debe proporcionársele a aquellos que deben aprobar los materiales antes de que los vean.

En general, aquellos que comisionan los materiales tienen diferentes expectativas frente a los materiales y tienen un conocimiento base y una experiencia de vida distinta de los futuros educandos. En consecuencia, rara vez son representativos. Si es posible establecer grupos representativos de alumnos que evalúen el material, será, obviamente, de gran ayuda, como lo puede ser una evaluación inicial en campo.

Lenguaje y símbolos apropiados

Los materiales tienen que hacer uso de un lenguaje y simbología apropiados. En sociedades políglotas y multiculturales, los materiales traducidos de una copia maestra pueden generar problemas. Pero, aún los materiales preparados en países donde existen lenguas y culturas dominantes, pueden confundir las combinaciones de palabras y símbolos.

Esto debe evaluarse antes de iniciar el proceso de adquisición; igualmente, deben existir oportunidades durante la producción de los materiales, especialmente los materiales de exhibición, para ser evaluados.

Textos claros para la enseñanza e instrucciones para su uso

Cuando se encargan libros y textos para la enseñanza, los educadores pueden inclinarse a entregar al editor separadamente el texto y las ilustraciones, asumiendo que diseñarán la publicación de tal forma que tenga coherencia. Esta suposición debe comprobarse, y si existe alguna duda, o bien debe entregarse un texto ya integrado, o los educadores deben revisar los materiales durante las etapas de composición y hasta el momento previo a la impresión. Ellos deben aprobar completamente el trabajo, de acuerdo a una prueba de impresión, antes de que pase a la etapa de producción final.

Hay muchas posibilidades para generar confusión entre los educandos y los capacitadores como para que los educadores dejen esto en manos de los no lo son.

Además del cuidado que hay que tener en la composición y claridad de los textos para la enseñanza uso, los materiales rara vez pueden ser entregados a quienes no los prepararon o estuvieron involucrados en su preparación sin proporcionarles orientación. Y ésta puede que no sea posible cara a cara.

Los carteles costosos preparados para un lugar específico pueden desperdiciarse si se usan en un lugar diferente. Entregar a las personas comunes los materiales destinados a los capacitadores es muy costoso y puede generar confusión.

Usualmente, los educadores solicitan los materiales básicos y una vez que los reciben de manos de los productores, ya sea un editor, un impresor, un escritor, o un diseñador, descubren que necesitan producir un segundo grupo de materiales, un manual resumido, o un conjunto de instrucciones para su uso. Estos, entonces, son producidos rápidamente con los recursos inmediatos disponibles y sin el cuidado brindado al documento original.

Al encargar los resúmenes hay que tener en cuenta el paquete completo de materiales requeridos.

Formato apropiado

Los educadores deben conocer con anterioridad qué es lo posible y hacer uso de estas sus especificaciones durante el planeamiento. Los educadores tienen poco margen de maniobra en cuestión de tiempo y costos.

Si los educadores determinan que un cartel debe ser de una forma particular, o que una carpeta para un paquete educativo tenga un color o peso específico de papel en especial, y luego descubren que el material no está disponible o que sólo puede producirse mediante cortes al papel que redundará en un desperdicio, entonces le habrán causado daño al programa.

Algunos formatos para materiales son más apropiados que otros. Al comisionar los diseños originales se debe partir de la suposición de que el propósito educativo siempre tendrá preponderancia sobre las consideraciones de diseño.

Cuestiones relativas al desempeño

Con relación al desempeño, se deben considerar ciertos factores:

Durabilidad

Un volante puede estar diseñado para ser leído una vez y luego descartarse. De hecho, puede que sea necesario diseñarlo y producirlo de tal forma que éste pueda reciclarse o que sea rápidamente biodegradable. Por el contrario, puede ser diseñado para que el que lo recibe lo obsequie a sus amigos, familiares o vecinos, lo que significará que el papel tendrá que ser lo suficientemente fuerte para resistir el uso excesivo.

Por otra parte, es de esperarse que un manual de capacitación se abrirá y cerrará continuamente. Se utilizará para ser copiado y para tomar notas; se guardará y se sacará de los maletines; se pondrá encima de mesas y pisos; y, posiblemente, estará cerca de comidas y bebidas. Por ello, requiere de un proceso de producción que lo haga duradero.

¿Los carteles serán colocados en exteriores? De ser este el caso, cuánto tiempo tendrán que durar. Es posible que se tenga que transportar un rotafolio en camiones y taxis. De ser así, comenzarán a caerse las hojas.

Las especificaciones de elaboración deben tomar en cuenta, y describir, el posible uso y el nivel de durabilidad requerido para todos los materiales. También debería tomarse en cuenta la propia durabilidad del empacado para asegurar que los materiales lleguen en buenas condiciones a su destino final. Cuando se requiere una mayor durabilidad, quizá sea necesario rediseñar los materiales. En otras palabras, los educadores deben asegurar que el material perdurará en las peores condiciones y no en las óptimas.

Legibilidad

El contenido de los materiales elaborados, deberá ser legible tanto para personas letradas (palabras e ilustraciones) como para personas de bajo nivel de alfabetización (símbolos e ilustraciones).

Es esencial, por tanto, que los materiales educativos sean completa y ampliamente legibles. Una impresión manchada, con colores que oscurezcan el primer plano y el fondo, unos dibujos incorrectamente escaneados o donde se pierda su definición por haber utilizado una resolución equivocada, o carteles que utilicen un tamaño de fuente incorrecto, son tan sólo algunos de los elementos de la larga lista de problemas que pueden experimentar los educadores al trabajar con compañías de producción sin experiencia, y aún con aquellas que poseen cierta experiencia.

Almacenamiento, distribución y facilidad de uso

En cuanto los materiales se reciben del área de impresión tienen que ser distribuidos. Repentinamente, se descubre que el sobre que iba a ser utilizado es muy delgado, la decisión de doblar los afiches termina arrugando y distorsionando la tinta en lugares cruciales, y el montón de manuales es tan alto, que el personal se encuentra en peligro de sufrir una avalancha. Antes de iniciar la producción de los materiales se tienen que considerar las cuestiones relacionadas con su distribución (ver Almacenamiento y distribución), las actividades relativas a su almacenamiento y posterior embalaje tienen que considerarse durante la fase de comisión y lo tienen que hacer los educadores, puesto que impacta sobre el resto de las cosas. Como se mencionó antes, la durabilidad de los materiales de embalaje tiene que ser considerada. El número de ejemplares por paquete tiene que ser especificado, y las instrucciones y etiquetas para la distribución necesitan ser incluidas como parte del embalaje.

Por estas razones, lo mejor es utilizar un solo impresor que pueda pre-empacar, organizar y proteger (con un plástico o papel de envoltura) los materiales en forma correcta.

Una vez que los materiales educativos llegan a su destino, deben ser almacenados por los usuarios, ser extraídos para su uso y quedar al cuidado de los usuarios. Los usuarios que requieren de un equipamiento especial para manejar grandes rollos de cartulina, cartulinas, plásticos, portafolios de tela, o pesados cajones llenos de papel, pueden sentir cierto disgusto frente a la excesiva diligencia de los diseñadores y del equipo de educadores, más que brindar una buena acogida a los materiales.

Los encargados de viajar con los materiales pueden verse forzados a viajar por tierra en lugar de viajar por aire, en carro privado en lugar de transporte público, o tendrán que reunir a los educandos en su lugar de trabajo en vez de ir a donde éstos se encuentren.

Estas preguntas no pueden responderse en sentido general, puesto que están determinadas por la disponibilidad de recursos en un país y por los requerimientos de un conjunto particular de materiales.

En algunos países, se puede contar con materiales ligeros tales como plásticos corrugados, así como con papeles especiales laminados o en tela. En otros países deben trabajar con lo que tienen disponible.

Como resultado, se deben considerar materiales que requieran de una distribución limitada, cuyas instrucciones de producción puedan ser transferidas y luego elaborarse en el lugar donde van a ser utilizados y otros que puedan ser transportados por los educadores de manera individual mientras viajan alrededor del país, o bien, enviados con otros materiales electorales.

Seguridad

Los materiales que van a ser utilizados por los ciudadanos y los votantes, en particular por gente joven, deben ser seguros. Puede que ésta no sea una gran preocupación en cuanto a las publicaciones, pero los materiales producidos para simular juegos y para exhibirse tienen que prepararse de tal forma que sean resistentes al fuego, difíciles de romper, inocuos, etcétera.

Una vez considerado lo anterior, hay que ocuparse de la seguridad de los materiales. Con la posible, pero improbable, excepción de que los materiales de capacitación sean de muy alto nivel, los materiales educativos están diseñados para que estén disponibles al público.

Ahora bien, son valorados aunque sólo sea como una fuente de papel para reciclar y ese valor puede aumentar en países pobres donde los recursos son escasos. Por lo tanto, hay que tener cuidado de asegurarse que la forma en que fueron producidos aliente el que se les dé un almacenamiento cuidadoso. Los materiales que son muy grandes y que deben permanecer en exteriores, las pancartas en tela que cuelgan en sitios vulnerables, envíos que deben mandarse antes que los educadores, así como otros materiales similares pueden perderse innecesariamente.

Aunque esto puede parecer una preocupación que debe considerarse después de la recepción de los materiales, se deben tomar en cuenta estos factores durante la etapa de preparación y producción, ya que ello contribuirá a reducir los riesgos.

Asuntos contractuales

En general, el proceso para encargar materiales conlleva el desarrollar informes detallados, una carta de acuerdo o contracto por el cual el proveedor de un bien o servicio se compromete a entregar el producto un día específico y bajo circunstancias particulares, así como un sistema mediante el cual todo el proceso es administrado.

Informes detallados

Los educadores prepararán un informe en el cual se describan todos los detalles necesarios, algunos de los cuales habrán sido considerados con anticipación. Cuando no se tienen los detalles necesarios, los educadores deben negociar con los potenciales proveedores basados en un borrador, y después aclarar los detalles en un informe final.

Este informe formará parte de cualquier contrato, por lo cual debe ser explícito y claro. Si no lo es, podría generar conflictos; ahora que si está bien elaborado, puede ayudar a resolver cualquier conflicto a favor de quienes contrataron el servicio.

Los proveedores experimentados pueden tener un formato detallado o una portada propia que incluya una lista con las especificaciones técnicas necesarias. Los educadores que no están familiarizados con éstas deben solicitar que les sean explicadas.

Contratos

Contratos formales pueden ser usados como ejemplos para aquellos encargados de comisionar materiales. Aunque éstos deben ir de acuerdo con los requerimientos legales del país en el que se prepara y firma el documento.

Sin embargo, incluso las adquisiciones pequeñas deben estar respaldadas por una carta de acuerdo que incluya lo siguiente:

  • Los términos del acuerdo
  • El producto requerido
  • Los objetivos que debe alcanzar
  • Los estándares que debe cumplir
  • Las fechas límites a las que debe apegarse
  • La manera como se atenderá cualquier disputa o falla

Los proveedores querrán usar su propia versión de dichos contratos o cartas dada la regularidad con la que suscriben contratos. Un educador seguramente no manejará contratos con regularidad y estará acostumbrado únicamente a la discusión verbal. Es importante evitar cualquiera de estas dos situaciones, a no ser que exista una confianza considerable entre el proveedor y el programa; por lo cual, los educadores deben preparar (o revisar cuidadosamente) cualquier acuerdo.

Si no es posible establecer un acuerdo formal (es probable que sea un arreglo con el carpintero de la comunidad para que clave dos astas con el propósito de colgar una pancarta), tiene que haber un entendimiento sobre la forma en que se presentó el acercamiento entre ambas partes. Por su parte, los educadores deben registrar en una bitácora todas las situaciones de esta naturaleza que se presenten.

Sistema de administración

La forma como el educador administra estos contratos y comisiones, ya sean grandes y formales, o pequeños e informarles se discute en Gestión de contratos.

Gestión de contratos

Todos los contratos se deben manejar con mucho cuidado. Esto es particularmente cierto cuando la calidad, el precio y el tiempo son importantes. Los educadores necesitan invertir más tiempo para pensar en la forma como los van a manejar.

Los educadores se desvinculan de los proveedores

Una vez que el contrato ha quedado establecido, las cuestiones relacionadas con el manejo del proyecto se manejan aparte de las cuestiones relacionadas con el manejo del programa educativo. El contratante puede manejar parte del proyecto (o la totalidad de este), o una unidad administrativa de la organización educativa o de la autoridad electoral puede hacerse cargo del contrato.

Así, la relación con el programa educativo puede atenuarse y puede suceder que aquellos que hicieron el encargo dejen de evaluarlo y manejarlo de cerca.

Cuando la capacidad educativa es limitada, es mucho más probable que el contratante tenga mayor responsabilidad sobre el proyecto.

La consecuencia de todo esto es que toda la información disponible sobre el proyecto, así como su evaluación y criterios de desempeño pasan del contratante, quien es el encargado de pagar las facturas, al contratista, como encargado de enviar las cuentas. Esto puede considerarse como una máquina para imprimir dinero.

Capacidad de gestión del proyecto

Un equipo educativo, u organismo electoral, que comisione bienes y servicios, ya sea a gran escala o a de manera más limitada, necesita asegurarse que cuenta con la capacidad para manejar estos contratos en detalle. Aspectos tales como las capacidades para manejar un proyecto, las reuniones regulares, la revisión de los objetivos y costos, así como las variaciones en los costos, la calidad de los suministros y los detalles del proyecto, deben ser considerados conjuntamente por el contratante y por el proveedor.

Esto es de alguna forma una cuestión de confianza, y se puede argumentar que los proveedores confiables que trabajan de acuerdo a un conjunto de resoluciones pueden hacerlo sin supervisión. Pero también es una cuestión de conocimiento y poder.

Los proveedores que trabajan con sus propios recursos en la conducción de un proyecto, y que no cuenta con un programa de supervisión, pueden llegar a convertirse en expertos. Esto lleva a dos problemas. El primero es el problema con futuros contratos —el experto se encuentra en una posición ventajosa en relación con futuros proyectos y puede establecer el precio si no hay otra alternativa para desarrollar el trabajo. El segundo es un problema de capacidad de personal. El proveedor experto nunca se puede comparar con un contratante informado, lo que da cabida a que siempre hagan valer su autoridad.

Un servicio en el corto plazo

Los recursos específicos para la administración de proyectos pueden ser adquiridos en el corto plazo de manera separada e independientemente de los bienes y servicios generales. Con frecuencia, esto lo hacen organismos electorales y organizaciones de reciente creación. No obstante, aquellos que pretenden encargar bienes y servicios sobre una base regular necesitan desarrollar una capacidad propia.

El desarrollo de la capacidad interna puede incluirse en los contratos, de tal forma que un equipo encargado de manejar un proyecto tiene que transferir su experiencia capacitando y ayudando a establecer sistemas locales.

Evaluación y adaptación de materiales existentes

Los educadores electorales deben tener acceso a los materiales preparados para programas previos de educación electoral ya sea en su país o en otros contextos geográficos. También, pueden solicitarles a potenciales proveedores de programas que envíen materiales para evaluarlos o para una producción y distribución posterior.

Se deben realizar tareas generales de valoración del plan de estudios, así como tareas de adaptación del programa más detalladas, las cuales deben terminarse antes de llevar a cabo un evento educativo o de capacitación particular.

La evaluación de los materiales no puede hacerse sino hasta que los objetivos del programa y los objetivos de los elementos individuales del programa se hayan definido. En ausencia de éstos, no puede haber una medición objetiva para llevar a cabo esta evaluación.

Una vez establecidos estos objetivos, es posible evaluar los materiales sobre las siguientes bases:

  • Su conveniencia para alcanzar los objetivos establecidos para una audiencia en particular
  • Su costo en relación con el derivado de la preparación de materiales nuevos y específicos
  • La habilidad de los educadores disponibles para utilizar los materiales
  • La facilidad de adaptación a las condiciones locales

La adaptación a las condiciones locales puede incluir la traducción de los materiales, el reemplazo de ilustraciones eurocéntricas por ilustraciones locales apropiadas, la simplificación del lenguaje, el ajuste de los materiales para poder manejarlos de acuerdo con las condiciones locales, incluyendo las diferencias en el contexto político.

Cuando los materiales van a ser utilizados en talleres conducidos por entrenadores locales, puede ser posible desarrollar una adaptación limitada, tal vez proporcionando guías y un pequeño grupo de ayudas visuales alternativas. Cuando los materiales tienen que ser enviados a individuos o para una exposición, se tendrán que hacer adaptaciones significativas y probablemente los materiales enviados sirvan exclusivamente como una guía potencial para una auto-producción.

Obviamente, los materiales que están cerca de nuestro hogar serán los más útiles y fáciles de adaptar. Los producidos para elecciones anteriores en el mismo país son los más adecuados, pero hay que fijarse que todas las evaluaciones programáticas iniciales y los ejercicios para determinar los objetivos se hagan antes de considerar el material. Los tiempos cambian, algunas veces sustancialmente.

También puede ser útil leer las evaluaciones a los materiales hechas después de que fueran utilizados por primera vez.

Adaptar materiales para eventos específicos

Muchos educadores tienen que realizar adaptaciones a los materiales que fueron programados de manera general y después les fueron proporcionados para que los utilizaran. Esto aplica aún a los paquetes para programas nacionales preparados de acuerdo con los criterios de diseño más cuidadosos. Como resultado, la capacitación de los educadores debe incluir información sobre cómo realizar adaptaciones sobre la base y antes de cada evento.

Bienes y servicios

Para el abastecimiento de bienes y servicios se requiere:

  • El establecimiento de las necesidades,
  • Una requisición de bienes,
  • Obtener una serie de cotizaciones o poner el requerimiento en licitación; y,
  • Un proceso de toma de decisiones basado en una evaluación independiente del proveedor apropiado.

Las organizaciones y los gobiernos tienden a tener procedimientos y estándares para adquirir bienes, ya sean materiales, publicaciones, muebles, computadores, o equipos audiovisuales. Éstos, típicamente, incluyen una categorización de procedimiento basada en el costo, junto con un creciente nivel de autorización y formalidad. Pueden incluso contar con una lista de proveedores aprobados (ver abajo). También pueden presentarse consideraciones especiales que los educadores deberían considerar, a las que se refiere esta sección.

Desarrollo y acción afirmativa

En algunos países, pueden existir criterios adicionales diseñados para impulsar el desarrollo. Por ejemplo, el abastecimiento puede estar orientado a favorecer los intereses de compañías y organizaciones locales, o pequeñas compañías, o compañías cuyos dueños son mayoritariamente mujeres o grupos minoritarios. En lugares en donde no existe una legislación al respecto, el organismo electoral puede establecer sus propios criterios y de esta forma promover el equilibrio de poder y bienestar dentro del cual la democracia reside más fácilmente.

Procedimientos generales

En algunos casos, las regulaciones sobre adquisiciones aplican de igual forma para los proveedores de bienes como para los servicios de oficina comunes.

Puede existir mayor incertidumbre frente a la provisión de servicios profesionales cuando se usan criterios menos estrictos para agilizar procesos, o para superar limitaciones encontradas en el número y la calidad de personas disponibles.

Para la adquisición, tanto de bienes como servicios, existen disposiciones estándar para las licitaciones que pueden utilizarse para asegurar que se encontrará al mejor proveedor a un precio apropiado, y sin que la organización parezca injusta o a favor de aquellos que pueden tener ciertas ventajas gracias contactos de familia o de carácter político.

Modalidades posibles

Listas cerradas

Una opción que resulta bastante justa y que puede agilizar el proceso de abastecimiento, se refiere al establecimiento con anterioridad de ciertos criterios generales para asegurar que se ha creado una lista de potenciales proveedores. Una vez elaborada, las solicitudes se envían sólo a esta lista y se elige al proveedor de entre las opciones que dicha lista ofrece.

Para inscribirse en la lista, el proveedor deberá demostrar su competencia, pasando por una serie de requerimientos básicos, entre los que se pueden incluir una visita al lugar, el envío de información sobre la compañía, y posiblemente haber proveído servicios anteriormente.

Informes pre-licitación

Si se prefiere que una licitación sea lo más abierta posible, y que no se excluya a aquellos que previamente no han podido participar en mercados emergentes, o en países con limitaciones para que ciertas personas formen empresas u organizaciones, puede ser que como una forma de nivelar el campo de juego se establezca que todos los proveedores potenciales estén obligados a asistir a sesiones informativas donde se repartirá información y se podrán hacer preguntas en público.

Las ofertas sólo pueden ser presentadas después de esta sesión, y las condiciones bajo las cuales se evaluarán las ofertas son entendidas por todos.

Proveedores acreditados

Por varias razones, puede que existan ciertas tareas especializadas, y relaciones comerciales a largo plazo que dan como resultado organizaciones que cuentan con listas de proveedores acreditados. Si dicha lista es establecida, es necesario que exista una revisión regular de los precios, una evaluación de la calidad, y una oportunidad para que nuevos proveedores se unan a la lista.

La lista puede estar abierta en parte por la siguiente estrategia, aunque debe existir un límite de tiempo durante el cual cualquier compañía pueda permanecer en la lista.

Desagregación de bienes y servicios

Los responsables de las adquisiciones pueden verse en la necesidad de limitar sus peticiones para que un mayor rango de compañías y organizaciones puedan ser incorporadas. Puede haber la tentación de conceder un único contrato por todas las adquisiciones, y dejar el asunto de obtener diferentes bienes al ganador, que puede o no decidir usar subcontratistas más pequeños.

Al dividir la licitación se faculta a las organizaciones más pequeñas, incluidos grupos no gubernamentales y no lucrativos, para que hagan una oferta y tengan las mismas oportunidades de ganar. Dicha estrategia es particularmente útil para obtener servicios profesionales de una gran variedad de ámbitos, sin obligar a estas personas a entrar a consorcios y asociaciones a los que no están habituados. Además, proporcionan oportunidades a pequeños negocios para que obtengan el acceso a dichas licitaciones, especialmente si la desagregación se hace a lo largo de líneas funcionales o geográficas.

Criterios de selección

El mejor precio no es el único criterio económico. Incluso las personas que comisionan bienes y servicios sobre esta base evalúan aspectos tales como la calidad, la capacidad de entrega, la confiabilidad, entre otros.

El personal encargado de preparar el abastecimiento a escala nacional puede escoger adicionar ciertos criterios que estimulen a ciertas organizaciones a concursar, brindándoles una buena oportunidad de ganar la oferta. Fuera de las estrategias directas de acción afirmativa simple, las cuales pueden recompensar la participación de los grupos minoritarios o mujeres, deben existir criterios lingüísticos, o de conocimiento de las condiciones locales, o habilidades para trabajar con grandes cantidades de voluntarios y hasta de atraerlos. En todos estos casos, la suposición que se hace es que estos criterios beneficiarán la prestación del servicio y su aceptación general en la sociedad; y que los abastecimientos a gran escala tienen el deber de incrementar la calidad.

Almacenamiento y distribución

Entre más descentralizado sea el programa educativo, y entre más se apoye en panfletos de papel, carteles, volantes y publicaciones que tengan que producirse en el centro, mayores serán los problemas de almacenamiento y distribución, especialmente de los programas electorales.

Durante la fase de planeación, considerando alternativas programáticas y estratégicas, los educadores deben pensar en formas para reducir los costos y dificultades inherentes al almacenamiento y distribución de los materiales elaborados.

Programas basados en los medios de comunicación

Los programas diseñados alrededor de un conjunto de mensajes centralizados, utilizando principalmente los medios de comunicación nacionales, reducen los problemas de almacenamiento y distribución.

Balancear la complejidad con el impacto

Los educadores tendrán que balancear el valor de involucrarse en la campaña y las reuniones directas o la distribución individualizada de materiales, con los costos y dificultades de la distribución y almacenamiento de los materiales.

Algunas alternativas para reducir las dificultades incluyen lo siguiente:

  • Adherirse a estrictos calendarios de producción que permitan que los materiales vayan directamente de la producción a la distribución sin que tengan que almacenarse
  • Utilizar un sistema central de preparación, manejado por más de un agente de producción que esté cerca del punto de distribución
  • Estimular la producción local de materiales de acuerdo con las especificaciones o mensajes acordados
  • Aprovechar los materiales preparados para otros aspectos de la elección

Costos

Los educadores que tienen que distribuir materiales tienen que apoyarse o en una amplia red de educadores y organizaciones participantes, o contratar a aquellos especializados en tareas de distribución. En entornos de transición, en el que puede no haber distribución nacional en funcionamiento y donde la infraestructura de transporte del país es pobre, los educadores se enfrentan a retos adicionales en la elaboración de un plan de distribución de materiales que sea eficiente, confiable y de costo razonable. La geografía y el clima del país también pueden entrar en juego. Por ejemplo, en países montañosos con zonas remotas y condiciones climáticas que pueden convertir las carreteras en intransitables durante ciertas épocas del año, los educadores pueden tener que utilizar transporte aéreo o el sistema ferroviario en vez de camiones. El transporte aéreo es el método más caro de transporte de materiales. En general, entre más corto sea el lapso de tiempo y mayor la complejidad de la empresa, más alto será el costo.

Espacio

Si los materiales deben almacenarse y luego trasladarse en diversas cantidades a distintos lugares, los educadores tienen que tener claro exactamente cuánto espacio se necesita para almacenar, por ejemplo, 1 millón de volantes, y el número y/o el tamaño de camiones o contenedores de transporte necesarios para su traslado. Los educadores deben discutir esto tanto con la imprenta como con la compañía de distribución. Si se utiliza, por ejemplo, un grupo especialmente integrado para actuar como distribuidores, de entre las organizaciones de la sociedad civil, es todavía más importante buscar el asesoramiento de expertos sobre la cantidad de espacio necesario.

Tiempo

Un error hecho por educadores novatos es el de no asignar suficiente tiempo para la distribución. El énfasis tiende a estar en las fases de producción y en el proyecto. Sin embargo, si los materiales no llegan a tiempo para un evento especial o para que los estudiantes puedan recibir y reflexionar sobre la información contenida en los mismos, entonces todo el trabajo habrá sido en vano. Los educadores necesitan considerar el tiempo suficiente para la entrega y distribución en los planes de programa. Este dependerá de las dificultades para hacer llegar los materiales a su destino final, el número de materiales que se necesita distribuir, y el número de personas que presten asistencia en el proceso de distribución.

Distribución ulterior

El personal encargado de la distribución de los materiales a centros locales o regionales para distribución ulterior, necesitan asegurarse que los materiales son esperados y que llegarán a su destino sin demoras. Hay ejemplos de muchos materiales, particularmente aquellos que no son absolutamente cruciales para lograr el éxito administrativo de una elección, abandonados en un pasillo o bodega porque la persona que esperaba el material no fue notificada sobre la llegada del mismo. También puede ser útil incluir instrucciones sobre la distribución del material en el empaque respectivo, para que quienes están encargados de repartirlos sepan qué es lo que tienen que hacer, incluyendo cualquier clase de restricciones. Puede que no sea apropiado, por ejemplo, que los carteles de educación electoral sean puestos en locales o sedes de partidos políticos. Los ordenamientos locales también pueden restringir la colocación de carteles en determinados sitios históricos o culturales. Los encargados de la distribución tienen que estar conscientes de estas particularidades para evitar posibles multas, disputas con los funcionarios locales, o incluso quejas de los ciudadanos.

Almacenamiento y peso

El almacenamiento siempre es escaso. Los programas nacionales que dependen de grandes cantidades de papel, especialmente los carteles consecutivos o secuenciales y los panfletos de campañas, deben tener conocimiento de lo mucho que estos materiales pesan y de la dificultad que representa transportarlos de un lugar a otro.

Contratación de personal para la educación cívica y electoral

Los encargados de planear un programa educativo deben establecer un equipo de personal, sin importar cuán pequeño sea. En los programas de alcance nacional y que duran un largo periodo de tiempo, la cuestión del personal ocupa un prioridad particularmente alta. El componente de mayor tamaño en los presupuestos educativos tiende a ser el del personal.

Cuando se llevan a cabo programas de educación al votante, puede ser necesario emplear personal por cortos periodos de tiempo, y forjar un equipo de un amplio grupo de individuos dispares. Sin importar si es el organismo electoral quien crea el equipo, o una o más organizaciones no gubernamentales (ONGs), éste posiblemente estará construido alrededor de un pequeño grupo de educadores existentes.

Con el propósito de resolver los problemas potenciales y asegurarse que el personal esté funcionando correctamente y de la forma más rápida posible, es necesario definir cuidadosamente el trabajo (ver Definición y perfil de puestos ) y el establecimiento de los perfiles del candidato, su reclutamiento, así como una capacitación y orientación anticipada.

Los equipos creados, posiblemente estarán conformados por personal de tiempo completo, temporal, y personal voluntario, quienes requieren de un manejo especial (ver Administración de personal y voluntarios).

Las organizaciones que cuentan con un departamento de recursos humanos o con personal estable desearán ignorar esta sección. Los responsables de establecer equipos educativos encontrarán en esta sección material adicional sobre problemáticas de personal más generales.

Definición y perfil de puestos

Es difícil observar la forma en que puede reclutarse un equipo de personal sin haber definido los trabajos que deben ser realizados, y más aún sin considerar las relaciones con otros, y entre éstos y los objetivos de programa. No obstante, hay ejemplos que muestran cómo se forman y crecen rápidamente organizaciones que operan, exclusivamente, bajo un conjunto de designaciones o títulos de trabajo.

Dichas designaciones pueden o no resultar en un equipo capaz de definir roles y funciones interdependiente. Comúnmente, dichos títulos hacen que se pierda mucho tiempo en las etapas iniciales y a lo largo del programa tratando de negociar los roles. Puesto que las designaciones no explican con precisión el tipo particular de trabajo, las personas establecen quién hace qué de acuerdo a las capacidades de cada individuo. Es altamente probable que el programa se modifique para aprovechar los dones y aspiraciones del personal designado, en lugar de seguir estrictamente los objetivos del programa.

Un ejemplo de definición de roles está disponible en Job Descriptions/Staff Profiles - New Zealand, así como un resumen de sus componentes.

Responsabilidad

El supervisor debe identificarse con un título, y si existe una línea de reporte dual o de matriz, o un conjunto de comités a los cuales tiene que reportar dicha persona, éstos también deben listarse.

A pesar de contar con una descripción detallada del trabajo, la cadena de responsabilidades es el principal indicador de desempeño, expectativas organizacionales, y del verdadero trabajo diario.

Objetivo clave

Una frase corta puede establecer el objetivo general que debe ser alcanzado por la persona que realiza el trabajo. Sin embargo, el objetivo clave, o principal, debe ser la característica que defina el trabajo. Los detalles que siguen pueden ser considerados como una guía para su realización.

Áreas de resultado

Para alcanzar los objetivos claves, el individuo tiene que alcanzar ciertos resultados en áreas tales como la administración de personal, el control financiero, la construcción de equipos, la adquisición de materiales, el desarrollo de cursos, y la vinculación con el público. Estos criterios constituyen el cuerpo de la descripción, pero una vez más, deben concentrarse en las áreas de resultado y no en todas las actividades que el individuo tiene que desempeñar.

El marco de resultados puede requerir un listado de objetivos específicos que deben alcanzarse de acuerdo con cada resultado.

La descripción del trabajo debe identificar aquello que debe hacerse, permitiendo que la persona elija la forma en que desea alcanzar los resultados. Dicho acercamiento permite que, aún aquellos que desempeñan trabajos sencillos, puedan tener un determinado control personal sobre su trabajo, desarrollándose como personas y tomando iniciativas, manteniendo un balance entre la autoridad y la discreción.

Nivel de autoridad y discreción

Finalmente, el documento debe establecer el nivel de autoridad que acompaña al trabajo, por lo que debe incluir una lista de las personas que deben reportarse ante esa persona.

Otras responsabilidades también deben especificarse, tales como la discreción sobre los presupuestos, las posibilidades para suscribir contratos, el hablar en nombre de la organización, tomar decisiones fuera de los parámetros del plan de trabajo, etcétera.

Estableciendo un perfil de trabajo para el candidato

Una vez establecida la descripción del trabajo que permita el reclutamiento, las cartas de oferta de trabajo, y la evaluación en el trabajo, aquellos responsables del reclutamiento deben desarrollar un perfil que les ayude a buscar la persona apropiada para el puesto.

Dicho perfil considerará no sólo las aptitudes necesarias que establece la descripción del trabajo, sino también las cualidades que hacen posible que una persona encaje en el equipo que está siendo establecido.

La elaboración de los perfiles de trabajo debe hacerse internamente y considerando no sólo las leyes laborales y de empleo del país, sino también los derechos humanos y la orientación democrática.

Ciertos trabajos requieren personas extrovertidas o que hablen ciertos idiomas, o que tengan un conocimiento cultural y político de ciertos grupos de interesados o socios potenciales del programa. Aquellos encargados de seleccionar los equipos pueden tener determinados puntos de vista sobre si los equipos son más efectivos cuando son diversos, o cuando son homogéneos.

También pueden existir puntos de vista sobre si mujeres, o miembros de los grupos minoritarios, deben ser incorporados al equipo de personal por razones diferentes a las arriba mencionadas, con el fin de asegurar que éstos tengan igualdad de oportunidades para desarrollarse en sociedades que de alguna forma los discriminan.

El reclutamiento puede iniciar una vez que se ha definido el perfil de la persona conforme al puesto de trabajo solicitado.

Reclutamiento

Es una práctica común que el reclutamiento se lleve a cabo de una forma competitiva. Esto puede lograrse mediante un anuncio abierto o por una lista cerrada. En el caso de los anuncios abiertos, pueden ser publicados en periódicos o revistas en línea. Esto es particularmente útil cuando la organización está abierta a reclutar personal tanto local como de otros países.

Ahora bien, cuando el reclutamiento es únicamente para aspirantes locales, esto puede hacerse a través de un anuncio de lista cerrado. Esto implica colocar anuncios de ofertas de empleo sólo en medios de comunicación locales.

Es importante que todo anuncio de cualquier vacante especifique los objetivos del trabajo y las aptitudes necesarios, así como un perfil de personalidad. Igualmente, debe incluir una dirección de contacto, el plazo para presentar solicitudes y la descripción del proceso de selección.

Es también habitual que se establezca un comité de reclutamiento o selección integrado por personal de la unidad de recursos humanos y del equipo educativo. Este comité será responsable de seleccionar de entre las solicitudes recibidas aquellas que recomiende para el proceso de entrevista, que dependerá del número de personas a ser reclutadas. Por ejemplo, 6 solicitantes pueden ser entrevistados para un puesto.

La forma en que se lleve a cabo la entrevista, ya sea presencial o por teléfono, dependerá de la política de la organización. El formato de la entrevista también dependerá de las habilidades y capacidades a ser examinadas en el proceso. Por ejemplo, para probar las destrezas de los solicitantes para la capacitación o la facilitación, se les podría pedir que conduzcan la discusión de grupo durante el proceso de la entrevista.

Administración de personal y voluntarios

Sin importar si el personal está compuesto por voluntarios, trabajadores eventuales, o empleados de tiempo completo, es necesario que existan declaraciones explícitas sobre las metas del trabajo, los estándares de desempeño, la resolución de conflictos y la evaluación de las estrategias y procedimientos. El personal también debe saber cómo encaja en el equipo.

Mantener un balance entre las necesidades del programa y las necesidades del personal, especialmente de los voluntarios, requiere de un estilo de administración que estimule el trabajo en equipo y la autonomía personal, manteniendo las metas del programa como la prioridad. A continuación hay algunas sugerencias para asegurar el trabajo en equipo y el manejo de voluntarios.

Los programas de educación cívica y electoral querrán estimular el trabajo voluntario. Igualmente, van a tener personal especializado, entre los que se pueden encontrar contratistas, consultores, personal transferido temporalmente, aprendices e investigadores.

Puede ser difícil manejar este grupo diverso de personas, especialmente si lo hace un grupo de educadores cuya responsabilidad primordial es la entrega del programa y el uso de su conocimiento especializado.

Los equipos responsables de una sección del programa de trabajo, compuesto por una serie de definiciones de trabajo y habilidades personales, le permiten al programa alcanzar una variedad de necesidades personales con relación a la trascendencia, aprendizaje, y cumplimiento del trabajo. La separación del personal, para que no exista contacto entre los especialistas y los voluntarios, genera divisiones. Es esencial que exista un personal que haga una supervisión adicional que verifique y administre tanto al personal voluntario como al personal de tiempo completo.

Trabajo en equipo

Los miembros de un equipo deben tener claramente definidas las metas del programa (ver Desarrollo del equipo de trabajo). Partiendo de esta premisa, pueden entonces agregar su experiencia y entusiasmo a las labores encomendadas.

Los voluntarios, trabajen o no en un equipo, requieren acuerdos formales y explícitos sobre lo que se espera de ellos y lo que pueden esperar recibir del programa. Dichos acuerdos deben cubrir lo siguiente:

Voluntarios

  • La cantidad de tiempo de trabajo que puede esperarse
  • Los días particulares de la semana en que los voluntarios deben estar presentes
  • Si pueden o no esperar algún tipo de remuneración
  • Un conjunto de estándares de desempeño

Sumado a lo anterior, debe existir una declaración explícita que hable de la posibilidad de cancelar el contrato y de las condiciones para que ello suceda, aún cuando no conlleve remuneración alguna.

Los voluntarios pueden tener opiniones sobre lo que pueden y deben estar haciendo, y el acuerdo explícito está diseñado para asegurar que su posición en el programa es reconocida y no es menospreciada (algunos voluntarios son tratados como esclavos) o sobrevalorada (algunos voluntarios exigen un cuidado y atención que aún el personal de mayor jerarquía no puede llegar a requerir). De todos modos, será importante mantener motivados a los voluntarios.

Capacitación y orientación

Todo el personal, sin importar su posición en la organización, debe recibir la capacitación que necesita para desempeñar su trabajo apropiadamente, así como para realizar el trabajo educativo más sencillo o explicar los objetivos del programa educativo.

Pero aquellos que deben llevar a cabo programas educativos requieren capacitación adicional. Esta sección del área temática trata sobre la preparación de los educadores y no de la capacitación del personal a nivel interno y administrativo.

Principios estándar de capacitación

El nivel de capacitación requerida depende de las estrategias educativas seleccionadas. Si el trabajo directo (cara a cara) es reducido, y la mayor parte del programa se basa en comunicación masiva y correo directo o técnicas similares, es probable que la necesidad de capacitar al educador sea limitada.

Por el contrario, puede que sea necesario capacitar a un pequeño grupo de encargados de hacer visitas domiciliarias, de funcionarios encargados de la información, o de operadores telefónicos.

Cualquiera que sea el caso, se aplican los mismos principios:

  • Entrenamiento en cascada, sujeto a las limitaciones descritas abajo
  • Métodos de aprendizaje activo
  • Programas de orientación

Entrenamiento en cascada

Un programa de capacitación masiva que requiera ser instrumentado en un tiempo límite debe consistir en un sistema en cascada. Se debe tener mucho cuidado para que esta modalidad no se convierta en un entrenamiento a gotas. Con el debido cuidado y entusiasmo del personal que recibe la capacitación, es mucho lo que se puede alcanzar.

El entrenamiento en cascada está basado en el principio de capacitar a un grupo avanzado de educadores, quienes después transfieren sus conocimientos y habilidades a un segundo grupo de personas, y éstos a un tercer grupo, y así sucesivamente. Si cada evento de capacitación opera sobre una proporción de un miembro del personal por cada quince participantes, al llegar a la tercera ronda de entrenamiento es posible, teóricamente, que se haya llegado a mil cien personas. La cuarta ronda llegará a casi diecisiete mil personas.

Para que esto sea efectivo, los materiales para todo el programa deben estar disponibles, y dotar a los participantes con el adecuado conocimiento del contenido, así como de la habilidad para transferirlos a otras personas. Puesto que posiblemente la mayoría de aquellos que participan tendrán capacidades educativas limitadas, es esencial el establecer diseños fijos de los cursos que pueden ser reproducidos fácilmente.

Por esta razón, es necesario que cada evento, incluyendo el primero, sea conducido en circunstancias similares a las que enfrentarán los que están en la parte final de la cascada. En muchos programas se comete el error de asumir que la primera ronda es la más importante, y que por ello puede conducirse en forma diferente (normalmente en entornos más saludables y costosos).

Limitaciones del entrenamiento en cascada

Calidad — el sistema en cascada tiene ciertas limitaciones que imposibilitan una estricta progresión geométrica. Lo primero es que aquellos que son reclutados pueden no ser capaces de duplicar la calidad del primer evento. Al igual que la fotocopia de una fotocopia, los programas en cascada tienden a degradarse, incluso cuando existe un monitoreo del programa.

Hay varias razones por lo que esto sucede:

  • El grupo encargado de preparar el primer evento, típicamente, se constituye de educadores altamente capacitados, quienes tienen el privilegio de preparar los materiales con tiempo, y puesto que es el primer evento, lo realizan con cuidado, con una preparación tan elaborada que es imposible de repetir en el campo de trabajo.
  • La primera ronda de reclutamiento atrae a las estrellas; las rondas siguientes, deben conformarse con personas más ordinarias.
  • Las personas encargadas de conducir la segunda y tercera rondas, y de ahí hasta el final, tienen que prepararse para realizar los programas en condiciones que no facilitan la reflexión y que posiblemente se encuentran lejos de los recursos disponibles.

Selección de los participantes — la segunda limitación se relaciona con la elección de los participantes. A menos que se haga un trabajo considerable antes de todos los eventos, es probable que los participantes consistan en una mezcla de los conocedores y competentes, los que están dispuestos pero que son menos capaces, los confundidos que han sido enviados por una persona que obtuvo la información, y los que están buscando un trabajo de medio tiempo o hasta de tiempo completo.

Así pues, es mucho el tiempo que se utiliza en aclarar las metas del programa, las cuestiones administrativas, y en manejar a un grupo diverso en términos de competencias educativas.

La tasa de deserción aumenta, a menos que el programa tenga estrictas obligaciones contractuales y un grupo específico que se encargue de organizar los eventos para que los capacitadores sólo tengan que impartirlos.

Recursos de último nivel — la última limitación puede surgir bastante rápido. Mientras que la intención del programa en cascada es eventualmente crear un cuadro de educadores quienes puedan conducir un programa cara a cara con la audiencia seleccionada, ésta usualmente empieza a llegar al programa en la parte más alta de la cascada. Los organizadores pueden prever esta situación en una cascada de educación al votante cuando es claro que los asistentes están aprendiendo, pero no tienen ninguna intención o inclinación en salir al campo y educar a otros. Esta situación también puede ocurrir cuando no hay suficiente tiempo para aplicar la formación en cascada antes de las elecciones, por ejemplo. Cuando el tiempo es corto, la pirámide puede derrumbarse a medida que crece la presión para llegar a la audiencia final, en lugar de preparar formadores que no van a tener tiempo para ejecutar las actividades de capacitación antes del día de las elecciones.

Pero los programas que llegan al último nivel adecuadamente necesitan prepararse para la posibilidad de que los recursos disponibles no puedan "estirarse" lo suficiente. Cuando se cuenta con diecisiete mil personas, los organizadores deben ser capaces de solventar 17 mil eventos locales a un costo nominal de USD$2 por persona para un taller de quince personas, el presupuesto repentinamente asciende a medio millón de dólares. Y tiene que ser resuelto de forma tal que se asegure que esos diecisiete mil eventos sean organizados.

Las cascadas siguen siendo importantes

A pesar de estas limitaciones, es posible usar métodos en cascada para llegar a un número relativamente grande de personas y prepararlos para la tarea deseada, ya sea para conducir eventos de educación electoral, proporcionar información pública, o visitar electores y distribuir materiales.

Métodos de aprendizaje activo

Las metodologías de capacitación de capacitadores que mejor funcionan son las que combinan una considerable atención a las metas y objetivos, las que proporcionan simulaciones y oportunidades para ensayar, y que aseguran que el personal encargado de capacitar a otros entiende los principios que entraña el curso y la forma en que deben ser dirigidos a otros. Ver Aprendizaje grupal, Simulacros, y Técnicas de educación a distancia para metodologías apropiadas.

Un aspecto importante de la simulación y el ensayo de actividades es la preparación de los formadores para tratar participantes difíciles. Si bien la mayoría de los participantes, sean los futuros formadores o la audiencia final, pueden tener la mejor de las intenciones, siempre hay un pequeño grupo que puede ser conflictivo. Las simulaciones pueden ayudar a preparar a los formadores en la manera de abordar desafíos a su autoridad y dinámicas de grupo difíciles.

Los capacitadores no deben apoyarse en que las personas tengan que llevar grandes cantidades de material para revisar en casa. Los adultos cuentan con tiempo limitado (ver Aprendizaje de los adultos) y esperan que un taller sea la principal experiencia educativa.

Programas de orientación

Además de la capacitación detallada, se presentan situaciones donde los materiales producidos tienen que ser utilizados por otros. Es posible que sea necesario orientar a las personas sobre el uso de estos materiales.

Esta actividad puede hacerse con grupos numerosos, limitando el número de asistentes en función del tamaño del sitio de reunión y la calidad de sistema utilizado para dirigirse al público.

La orientación algunas veces se disfraza de capacitación; pero un verdadero entrenamiento en grandes grupos requiere un diseño del curso que dé lugar al equivalente de un gran número de grupos reducidos con algunos conceptos teóricos ofrecidos al grupo más grande; y prácticas, reflexiones, ensayos, y retroalimentación a lo largo de muchas sesiones subsecuentes.

Un programa de orientación es un recorrido por los materiales elaborados, con oportunidades para discutirlos y familiarizarse con ellos. Se presume que las personas son lo suficientemente competentes como para tomar, preparar y exponer el material adecuadamente con intervenciones de capacitación limitadas, que pueden proporcionarse al volver a casa, por ejemplo, al hacer el repaso para un evento próximo.

Administración y gerencia

Los programas educativos requieren ser administrados. Esto no difiere en nada de cualquier otro tipo de empresa.

Hay ciertas preocupaciones específicas con respecto a la administración y gerencia en la instrumentación de un programa:

En general, los equipos de educación electoral se apoyan en las técnicas estándares de administración. Aunque se pueden describir las mejores prácticas de gestión de maneras diferentes, una simple categorización sirve de apoyo a los que, tal vez, tengan más experiencia educativa que gerencial.

PLOC o Planeación, Liderazgo, Organización, y Control, representan las cuatro áreas funcionales dentro de las cuales una o más personas, o un conjunto de ellas, ejercen la administración para alcanzar los resultados esperados y para reducir los no deseados.

La Planeación se refiere al establecimiento de objetivos, la disposición de los recursos, la evaluación de las fortalezas y debilidades, y la identificación de las oportunidades y riesgos que se traducen en un programa operacional.

El Liderazgo se refiere a aquellos comportamientos que llevan a la organización a apegarse a los objetivos establecidos, que motivan y retan al personal para alcanzarlos. Asimismo, el liderazgo también se relaciona con el posicionamiento de la organización para asegurar su continua efectividad.

La Organización se encarga de la construcción de los medios necesarios para alcanzar los objetivos. Incluye procedimientos, políticas, equipos, unidades operativas, y otros sistemas.

El término Control, algunas veces suavizado con el término coordinación, indica la necesidad de administrar el logro de los objetivos. Esto incluye sistemas para monitorear sus logros, recompensas y las consecuencias de la falta de un buen desempeño, reportes y auditoría, entre otros. El control se alcanza de diferentes formas en cada organización.

Liderazgo

Los programas de educación electoral plantean demandas específicas a quienes los instrumentan. Las demandas se incrementan si el programa está siendo desarrollado por una coalición.

El equipo bajo presión

El equipo encargado del programa educativo probablemente estará

  • Enfrentando demandas y fechas de vencimiento diariamente,
  • Presionado por aquellos quienes tienen ciertas expectativas de lo que debe, y cómo debe, hacerse,
  • Enfrentando numerosas problemáticas con respecto al personal, dentro de las cuales se encuentran el acelerado crecimiento del tamaño de la operación,
  • Encargándose de mantener el apartidismo y la neutralidad a medida que la campaña electoral se torna más compleja,
  • Enfrentándose a considerables demandas de relaciones públicas, dada la importancia de involucrar a los medios de comunicación nacionales y locales en el programa.

Todo lo anterior se debe manejar en forma diplomática y apartidista, sin importar quién o qué ejerce la presión.

El líder del equipo

Los líderes de equipo también serán abrumados con información proveniente de los encargados de llevar a cabo los programas educativos, a menudo de tipo negativa sobre el nivel de preparación de la ciudadanía o de la autoridad electoral. Asimismo, tendrán que manejar esto de tal forma que se mantenga la confianza en el proceso electoral.

Un acercamiento de liderazgo compartido

El liderazgo puede estar centralizado, lo que puede asumirse como algo natural. Pero dadas las presiones antes mencionadas, tiene más sentido desarrollar una teoría de liderazgo compartido y funcional, en el cual la responsabilidad y experiencia se diversifican y comparten sobre la base de las respectivas habilidades.

Llegar a un liderazgo funcional y compartido no siempre es fácil. En última instancia, no absuelve a los responsables de la decisión final, probablemente forzando a aquellos que están designados como líderes del programa a tomar decisiones regulares, y ocasionalmente impopulares.

Hershey y Blanchard proporcionan un modelo útil de liderazgo situacional, que no exime de responsabilidad al líder, pero que sí cambia dicha responsabilidad a diagnosticar los momentos apropiados para comportarse en cuatro formas diferentes.1

  • Un modo directivo o ejecutivo
  • Un modo persuasivo o de convencimiento
  • Un modo participativo o consultivo
  • Un modo que permita delegar

Cada uno de estos modos está basado en el diagnóstico que el líder hace del grupo al cual es designado, mostrando disposición y siendo capaz de emprender y completar una tarea específica. En este modelo, un grupo puede estar calificado para realizar una actividad, y el líder puede delegarla y no tomar parte en ella.

El mismo grupo puede, frente a otras tareas, ser inmaduro o incapaz o no estar dispuesto a desarrollarlas. En este punto, el líder tendrá que adoptar su papel de directivo, determinando lo que se debe hacer y diciéndoles a las personas qué hacer y cómo hacerlo.

Notas:

1 Este modelo, e información extremadamente útil sobre el liderazgo y el fortalecimiento de los equipos puede ser encontrada en Johnson & Johnson, Joining Together.

Coordinación y control

Los programas de educación nacional que son altamente descentralizados, ya sea geográfica o funcionalmente, imponen demandas especiales de coordinación y control sobre el equipo educativo. Esta sección discute estas demandas y proporciona algunas sugerencias para enfrentarlas.

Coordinación

Además de la necesidad para manejar distintos insumos de los programas, de conformidad a un calendario o itinerario particularmente apretado, existen problemáticas de poder y de autoridad.

En coaliciones, consorcios, o programas que involucran a la sociedad civil, no hay una línea directa de autoridad, a menos que haya sido negociada por el tiempo que dure el programa. Bajo esta premisa, un equipo de educadores tiene que desarrollarse, dándole el tiempo necesario para manejar las relaciones de los socios, definiendo los términos del trabajo, la delegación de tareas, y la relación de éstas entre sí.

Algunas veces se requiere de personal de tiempo completo, generalmente proporcionado por las organizaciones socias.

Los comités directivos, los comités administrativos, o los coordinadores de proyectos deben comprometerse a llevar relaciones muy estrechas e invertir una buena parte de su tiempo en las reuniones de trabajo. Siendo necesaria la posible reducción de algunas de las responsabilidades de las personas que acuden a estas reuniones.

Control

Los líderes de los equipos requieren buena información y reportes precisos sobre el proceso del programa. Cuando los programas tienen cierta inclinación hacia el personal de campo o contratistas externos, el equipo probablemente tendrá que apoyarse en ellos para conseguir esta información. Existen problemas potenciales en las áreas encargadas de la elaboración de reportes y de contabilidad.

El personal encargado de elaborar los reportes puede encontrar que esta tarea es un tanto difícil de llevar a cabo con precisión por los siguientes motivos:

  • Un reporte preciso requiere habilidades particulares y un adecuado conocimiento de los resultados esperados. Es probable que estas características no estén disponibles para aquellos que se encuentran alejados del centro.
  • Un educador o contratista puede minimizar en su reporte los problemas o el bajo desempeño; o puede subestimar el número de personas a las que llega un gran evento o la distribución masiva de materiales. Quizá por la propia carencia de información, o una mala interpretación de lo que ha sucedido. También es probable que exista algo de engaño propio. Cada uno de estos problemas reduce la precisión de la información que retroalimenta al programa principal.

Adicionalmente, pueden presentarse reportes de eventos o servicios que no se hayan celebrado, aunque no siempre es la malicia lo que sesga la información y dificulta una respuesta apropiada.

Del lado financiero, los programas educativos tienen que manejar distintos flujos de gasto derivados del centro. En los programas descentralizados hay cada vez más niveles de gasto. Los educadores, frecuentemente, tienen que pagar la renta de los lugares para los eventos, los refrigerios, y hasta subsidiar a los participantes cuando es difícil desarrollar una facturación precisa, y donde el educador de campo tiene que servir de secretario, contador, y capacitador, todo al mismo tiempo.

Todos estos flujos de gastos necesitan ser resueltos durante la etapa de planeación, siendo necesario desarrollar sistemas que permitan un buen control financiero sin impedir el cumplimiento del programa.

Sistemas y confianza

En cada uno de estos dilemas, se presenta la necesidad de encontrar fuentes de información externas y de contar con sistemas de pesos y contrapesos para la contabilidad y el manejo. Tales sistemas tienen que ser relativamente sencillos, y se tienen que ponderar los costos de tales sistemas en relación con el presupuesto total de programa.

Tal vez, el mejor sistema sea el que desarrolle la integridad personal, basado en un excelente desempeño y un compromiso con los objetivos sociales del programa, generalmente acordado e inevitablemente censurado cuando la integridad personal falla. Es difícil concebir cómo podría establecerse un sistema administrativo, capaz de tratar con todas las formalidades de coordinación y control de un programa nacional de educación electoral, que no conlleve cierto grado de confianza.

Cuando esta confianza no existe, establecerla puede ser menos costoso que instrumentar un control burocrático. Cuando esto no puede lograrse, los controles burocráticos, revisar todos los recibos auditables, los procedimientos de doble reporte y las supervisiones inmediatas, inspecciones puntuales, auditorías profundas y las investigaciones externas estarán a la orden del día.

Control de calidad

Los programas educativos establecen estándares para ellos mismos o los promotores del programa los establecen por ellos. Cuando la certificación es un componente del programa, ésta actúa como un punto de referencia. Cuando no se cumple esta condición, se considera una combinación de las aptitudes del personal, los resultados de los educandos, los materiales y la planta de educación disponibles, el personal de apoyo, así como el programa mismo.

Al monitorear programas de educación no formales (para más sugerencias de evaluación detallada, ver Monitoreo y evaluación), los dos puntos de referencia que hay que considerar son los procesos y los resultados.

Procesos

Los programas educativos requieren ciertos procesos. Estos pueden ser la realización de un calendario de espacios radiales educativos y anuncios publicitarios en televisión, o un conjunto de eventos educativos, cada uno de los cuales tiene sus propios procesos internos.

Los organizadores educativos deben ocuparse de los procesos que están en curso, y asegurar que la calidad esperada se está manteniendo a través de una serie de actividades de monitoreo, evaluaciones del personal y evaluaciones cuidadosas por parte de sus similares.

Resultados

Los resultados requieren de un monitoreo sólo para asegurarse que en realidad se están dando. Se asume que los objetivos han sido establecidos correctamente y que si determinados resultados pueden verse y medirse, el programa está alcanzando la calidad planeada. Este es el enfoque de manejo de calidad que predica el lema: "si funciona, no lo arregle".

Por supuesto, es posible que además de los resultados esperados, aparezcan algunos no deseados que pueden, al paso del tiempo, afectar la calidad del programa.

Dichos resultados puede incluir percepciones de la organización educativa, impresiones sobre la manera como la actividad debe ser desarrollada, e incluso las actitudes frente a otros educandos.

Evaluación regular del programa

Descubrir estos resultados y considerar las cuestiones de procedimiento puede ser difícil a menos que exista un foro para la evaluación regular del programa, en que el personal se reúna con los líderes del equipo y revisen una lista de control del comportamiento deseado del personal y los objetivos educativos. Los procesos pueden evaluarse preguntando: "¿Cómo lo estamos haciendo?" y los resultados puede evaluarse al preguntar: "¿Qué está sucediendo como resultado del programa?".

Dicha evaluación, basada en la lista de control, debe respaldarse con los datos provenientes de fuentes externas. Estos datos pueden proporcionarlos los cuerpos de monitoreo y evaluación, o pueden recolectarlos los gerentes al participar en los eventos reales o que al comportarse como clientes de sus propios servicios.

Moral del personal y los voluntarios

Los programas educativos, y especialmente los programas de educación electoral, pueden provocar fatiga a las personas. Y, bajo presión, a las personas se les dificulta desempeñar sus labores de la mejor manera. Esta sección sugiere algunas formas para ayudar a las personas a mejorar su desempeño.

Ciertamente, mientras que el programa en sí probablemente marche correctamente, algunas personas pueden empezar a mostrar síntomas de desgaste y depresión. Éstas se tornarán egocéntricas y actuarán a la defensiva, y el programa empezará a denotar las mismas características.

Lidiar con esto bajo circunstancias estresantes no es nada fácil, y posiblemente no existan ni recursos ni tiempo disponible para darles a las personas un descanso real. Sin embargo, hay ciertas cosas que pueden ayudar tanto al personal como a los voluntarios.

Reconocimiento

Los gerentes y los líderes de equipo tienen que desarrollar sistemas para reconocer y confirmar el buen desempeño. Deberán identificar este desempeño de varias maneras, con el fin de asegurarse de no enfocarse sólo en una estrecha parte del comportamiento.

Equipos reducidos

Integrar y mantener pequeños equipos en los cuales las personas puedan encontrar apoyo para su propio trabajo y puedan, a su vez, ayudar a otros. Es probable que dichos equipos estén compuestos sobre la consecución de objetivos en vez de tener una orientación especializada. Pero, de entre estos equipos, una organización puede construir grupos afines, que reúnan a investigadores o administradores con un perfil específico.

Las reuniones de ambos grupos se deben llevar a cabo durante las horas laborales: el tiempo invertido en el mantenimiento no debe ser el de las personas.

Celebrar

Los líderes de los equipos tendrán que encontrar oportunidades para celebrar. Los cumpleaños, días de fiesta, especialmente aquellos que conmemoren los derechos humanos y los hitos democráticos, así como otros momentos similares, proporcionan una oportunidad para que las personas se reúnan y celebren la importancia de su trabajo y el de los demás. Curiosamente, el día de las elecciones y sus consecuencias pueden ser una terrible decepción para los que trabajan en educación electoral. La naturaleza apartidista de su trabajo los deja fuera de la competencia real y de las emociones que conlleva; y el hecho de que trabajen hasta el último minuto preparando asuntos administrativos, por lo general, significa que no podrán ocupar puestos en las mesas de votación.

En Sudáfrica, fue producida una camiseta especial para los trabajadores electorales, para que no se sintieran desplazados de todo el barullo.

Cuando no es posible que los programas educativos liberen a su personal para participar de lleno el día de las elecciones, se deben hacer arreglos especiales para asegurar que el personal y los voluntarios tengan la oportunidad de celebrar el cierre y previsible éxito de su labor.

Ser administrativamente competente

Aspectos tales como el pago tardío de los salarios por los servicios recibidos, nombres mal redactados en los certificados, exclusiones de las listas internas de correo, decisiones postergadas sobre políticas y prácticas, la espera por la papelería y los materiales necesarios para realizar el trabajo, tienen un efecto debilitador sobre las personas. Estas situaciones pueden evitarse si existe una administración adecuada y profesional del programa.

Lidiar con las terminaciones y la conclusión de actividades

Es importante la moral del personal y los voluntarios. Ningún programa puede darse el lujo de tener personas que abandonen el programa en el último momento.

A pesar de todo, no son sólo los programas los que concluyen cuando una elección llega a su término, sino también el empleo de muchas personas. Así, en los momentos más agitados, el personal piensa en su próximo empleo, o en la posibilidad de quedar desempleados. Los programas deben, entonces, organizar los contratos de tal forma que estos finalicen con la elección o asegurar que las personas puedan resolver su futuro con anticipación. Esto ayuda a tener claridad sobre los acuerdos y contratos, determinando el tiempo de empleo, evitando que lleguen a distraerse a última hora y en los momentos menos apropiados.

Relaciones con otras instancias interesadas

Los educadores no siempre tienen que agradar a todas las personas cuando están conduciendo un programa de educación electoral o educación cívica. Sin embargo, para lograr que un programa sea exitoso, y para asegurar una apropiada relación entre costo y efectividad, y su efecto multiplicador, tienen que mantener el interés de todos.

Lo anterior tiene que hacerse a través del establecimiento y mantenimiento de canales de comunicación entre los grupos y actores involucrados y el programa.

Reportes

Los reportes regulares dirigidos a aquellos que proporcionan el presupuesto pueden incluir un boletín, una serie de informes y consultas, y reuniones regulares entre los líderes de los equipos y los representantes de la comunidad de involucrados.

Grupos consultivos o de asesoría

En algunos casos, es posible establecer uno o más grupos consultivos entre los involucrados que se reúnan regularmente. A pesar de lo difícil que resulta mantener el interés en estos grupos si no tienen poder de decisión, o si su enfoque es muy amplio, es posible desarrollar un conjunto de grupos fuertemente orientados y representativos.

Por ejemplo, un grupo puede revisar y brindar asesoría sobre una campaña publicitaria, otro sobre el contenido de los mensajes, y un tercero sobre un código de conducta y el monitoreo de la efectividad del programa.

Dichos grupos son más que grupos de trabajo, puesto que con el tiempo se establece una relación con los involucrados. Los grupos requieren atención; organizarlos y después ignorarlos puede ser peor que no haberlos organizado.

Si se establecen tales grupos, deben permanecer abiertos a nuevos miembros, aunque éstos deban cumplir ciertos criterios. Los miembros que representan a los actores involucrados deben identificarse y asistir a las reuniones con cierta regularidad, de lo contrario cada reunión se convertirá en un evento educativo y no en una continua discusión.

El esfuerzo es importante

Todas estas estrategias son importantes, puesto que un programa de educación, particularmente uno conducido sobre un periodo de varios meses, no se puede subestimar el valor de la buena voluntad y de la comprensión del programa que puede haberse generado en las discusiones iniciales. Los puntos de vista de los participantes cambian de acuerdo con la experiencia del programa, a los cambios en el entorno, y algunas veces producto de cambios dentro del mismo grupo. Así pues, es necesario ocuparse constantemente de la legitimidad del programa.

Cuando se mantiene la atención de los grupos involucrados, un programa puede llegar a territorios que de otra forma no alcanzaría. El programa está protegido contra los efectos secundarios de carácter político a medida que se va instrumentando (de otra forma, un aspecto del programa podría considerarse muy sensible o no lo suficientemente sensible), existiendo un sistema de alerta que asegura que la información que reciben los líderes del programa no proviene únicamente de su propio personal (ver Coordinación y control).

Seguridad para el personal

Los organizadores educativos y los líderes de equipo encargados de conducir los programas durante la época electoral no pueden proteger a los miembros de su equipo contra todas las eventualidades. En circunstancias de conflicto de carácter electoral, los promotores de la elección también pueden encontrarse en riesgo. En programas educativos conducidos en situaciones donde hay un significativo número de eventos y un número limitado de personal, las posibilidades de accidentes se incrementan.

Aunque todos los programas deben tomar precauciones y cuidados básicos, nada garantiza su perfecta seguridad. Existen necesidades específicas en relación con la seguridad, que deben ser consideradas al administrar un programa de educación electoral o cívica.

  • En instituciones restringidas o protegidas tales como prisiones, cuarteles del ejército, lugares de seguridad, entre otros, la educación electoral puede ser esencial, pero la naturaleza de las instituciones requiere de una segunda línea de atención alterna a la corriente principal del programa.
  • Cuando se presenta un conflicto comunitario, posiblemente generará reductos territoriales que seguirán existiendo hasta que se verifique una elección. Es necesario desarrollar programas para tales lugares. Algunos afirmarán que en estos lugares es donde son más necesarios los programas de educación cívica y electoral.

Mantenimiento de la paz y la imposición de la paz

Ha habido un aumento en las intervenciones internacionales en los Estados fallidos y en la resolución de conflictos entre Estados y al interior de los mismos. Si bien el mantenimiento de la paz tiene una larga historia y ha desarrollado sus propios protocolos, se ha producido una convergencia entre esta actividad y la de asistencia electoral. Las acciones a gran escala para la reconstrucción de países encabezadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o por organizaciones regionales intergubernamentales similares, están recibiendo más atención. A los casos de Namibia, Camboya y Eritrea se han unido los de Bosnia, Liberia, Sierra Leona, Timor Leste y la República Democrática del Congo. En el continente africano, el mantenimiento de la paz y sus, más complejas y controvertidas, misiones de imposición de la paz están presentes en los países en el Cuerno de África, la región de los Grandes Lagos y África Occidental. Afganistán e Irak atraen la atención y los recursos de muchos países del Norte.

Los educadores están llevando a cabo innovadores programas de educación cívica en muchos de estos países, haciendo uso de las asociaciones de voluntarios, la expansión de la matrícula escolar, especialmente entre las niñas, y la adaptación o la reforma de los planes de estudio, utilizando muchas de las técnicas y tácticas descritas en otras partes de esta área temática. El proceso de elaboración y aplicación de estos programas en condiciones adversas puede ser tan importante en el desarrollo de un compromiso con la democracia y el fortalecimiento del tejido social, como los resultados de la educación abierta.

Una actividad más peligrosa se lleva a cabo cuando la educación de los votantes se realiza en países inseguros o inestables, en el periodo previo a las elecciones con la intención de actuar como mecanismos de solución de conflictos. Si bien es comprensible que las elecciones previstas bajo estas circunstancias, donde puede no existir un gobierno legítimo nacional o donde la legitimidad sea cuestionada, es esencial que sendas elecciones reflejen los deseos informados de un amplio electorado, de lo contrario, fallarán en cumplir con sus limitados objetivos. Esto significa brindar educación a los votantes, o por lo menos información para los votantes dada de manera universal.

En algunos de los países en los que las tropas internacionales y la policía se han desplegado, han adoptado en cuanto a la educación, ya sea un mandato de impartirla ellos mismos o el mandato de proteger a los educadores cívicos y electorales. Tal vez sea demasiado pronto para evaluar esta actividad y para determinar si ha fortalecido los compromisos nacionales con la democracia, o si ha tenido el efecto de crear una percepción de que la democracia es un concepto extranjero o impuesto. Cuando esa es la única manera de garantizar la seguridad de los educadores y los participantes en eventos educativos, puede haber algunos principios que deben tenerse en cuenta. Estos son:

  • apartidismo
  • autoría y mandato locales y civiles
  • dotar de conocimiento a los votantes en cuanto a sus facultades
  • la no discriminación

Hay algunas preocupaciones, sobre todo técnicas, acerca de la celebración de las elecciones en condiciones en que la autoridad puede estar dispersa al interior de un país entre los administradores internacionales y las fuerzas de seguridad, los organismos estatales previamente establecidos y las nuevas estructuras de transición. Estas tendrán un impacto en los educadores y sobre la oferta educativa, a pesar de que a menudo no tienen voz en la manera en que estas relaciones se desarrollan.

La experiencia en la República Democrática del Congo sugiere que los educadores pueden insistir en dar mayor poder a los organismos electorales, de manera que al crearlos se desprende la capacidad con que se les dota. Esto ubica el centro de autoridad, donde posteriormente recaerá, y aumenta la pertenencia nacional. Esto tiene algunas consecuencias inmediatas —la eficiencia de la entrega puede disminuir—, pero a la larga contribuye a la consolidación del Estado y a la del programa de creación de la democracia, que se supone es la razón para que los organismos internacionales hubieran entrado en el país en el primer lugar.

Las experiencias en la ejecución de los programas de educación e información en estas circunstancias —a menudo inestables o beligerantes— aún se están recabando. Algunos han optado por la vía centralizada en los medios de comunicación, otros han utilizado estrategias en cascada para garantizar que los programas de educación sean proporcionados por las personas locales, que tienen menos problemas con el acceso y la seguridad.

Educación en instituciones restringidas

Todas las sociedades tienen instituciones restringidas. En algunos casos, éstas están literalmente cerradas al público y a sus habitantes, como las prisiones de máxima seguridad o los manicomios; otras podrán estar parcialmente abiertas, pero la naturaleza de la institución la protege del contacto general con el público, por ejemplo, los centros de detención, los hogares especiales, o los hospitales para personas con enfermedades crónicas. Otras puede crear una especie de aura de aislamiento, que dificulta el acceso de los no agremiados: instituciones militares, algunas casas religiosas, y, en algunos países, las estaciones de policía.

En estas instituciones restringidas, con pocas excepciones, las personas están participando actualmente en sociedad, o van a retornar a ella en algún momento. En instituciones donde existe un constante contacto entre los miembros y el mundo exterior, la educación puede presentarse durante dicho contacto. En algunos casos, es posible que no exista esa relación o que sea mínima, y aunque no sea posible que los miembros, presos o pacientes de estos lugares voten en una elección particular, continúa siendo necesario que tengan oportunidades de aprender sobre temas tales como la democracia y la ciudadanía.

Esta sección sugiere tres aspectos que deben considerarse al dirigir la seguridad de los programas conducidos en instituciones restringidas:

  • la seguridad del personal
  • la seguridad de los participantes
  • la eficacia del programa

Selección de programas

Los educadores hablan del perfil escondido de los colegios: lo que no se enseña durante una lección, pero que es resultado del ambiente dentro del cual se lleva a cabo. Las prisiones plantean un problema particular, en especial si están principalmente diseñadas como lugares de restricción y castigo; las bases militares operan bajo sistemas de autoridad que, de alguna forma, van en contra de lo que comúnmente se considera como comportamiento democrático entre las personas.

Como resultado de este contexto particular, se tienen que desarrollar programas especiales, y se tienen que encontrar distintos métodos para asegurar la eficacia de este programa.

Seguridad

Una vez establecido esto, hay que llegar a acuerdos para manejar las problemáticas relacionadas con la seguridad general: el acceso a la institución, el contacto (o la falta del mismo) entre los educadores y los presos, las relaciones con el personal de la institución, y su relación con aquellos que participan en el programa. Dichas discusiones deben llevarse a cabo antes de que comience cualquier programa, y, dada la naturaleza especializada del trabajo, la responsabilidad debe recaer sobre un personal igualmente especializado.

Utilizar al personal especializado disponible

Muchas instituciones restringidas tienen programas de visita, de asistencia social y servicios psiquiátricos, capellanías religiosas, facilidades para la educación formal, y educación vocacional. Es esencial establecer contacto con los encargados de estos grupos, puesto que son personas que han formado una relación de trabajo con la institución y conocen su cultura organizacional, las regulaciones, limitaciones, y oportunidades.

Es probable que dicha experiencia haya sido ganada con dificultad. Es importante que esto no se ponga en riesgo al enviar personal inexperto a conducir este tipo de programas. Puede que sea mejor orientar a los educadores existentes y a otros visitantes, suministrándoles la información y material necesario, y dejar que sean ellos los conduzcan el programa actuando como delegados o representantes del mismo.

Educación en áreas inseguras

Las sociedades en conflicto dan origen a áreas geográficas que son inseguras para las autoridades y para los partidarios una facción o grupo alternativos.

Estas se convierten en áreas donde nadie puede ir, al menos no sin arriesgarse a ser atacado. En la mayoría, pero no en todos estos casos, los límites de dichos territorios están claramente demarcados. Puede incluso haber existido un desplazamiento forzoso de aquellos percibidos como extraños (ya sea por su identidad étnica, política o religiosa).

Cuando una sociedad de éstas da inicio a un proceso electoral, o empieza un proceso de conciliación o un ejercicio de construcción de nación, estas áreas permanecen. Ciertamente, se pueden convertir en el obstáculo más significativo para el restablecimiento de la paz y la democracia.

Es esencial que exista un programa educativo en tales áreas. Durante las elecciones, puede inclusive considerarse necesario que los ciudadanos que viven en esas zonas tengan acceso a los diferentes contendientes políticos o sus ideas.

Los partidos políticos y facciones pueden haber dividido un país de tal manera que no sea posible acceder al territorio controlado por uno u otro. Este puede ser un fenómeno reciente o de tiempo atrás que plantea situaciones especiales para los administradores electorales.

Sin embargo, para los educadores, significa una serie de dilemas. Los votantes requieren información y educación que debe suministrarse de forma profesional y apartidista, en momentos en que tanto los educadores como los electores corren riesgos muy altos. Para que esta educación sea relevante y eficaz, los votantes requieren información acerca de todos los competidores. La territorialidad genera efectos negativos sobre los votantes y sus percepciones democráticas, los cuales pueden ser difíciles de superar a través de programas educativos comunes. Ciertamente, estos pueden estar tan alejados de la realidad de aquellos que están siendo educados, que el programa es susceptible de generar cinismo e incredulidad.

La vida no es perfecta. Puede decidirse que a pesar de los problemas (y los problemas de los educadores son invariablemente secundarios frente a aquellos del contexto político) es importante continuar con las elecciones, sin importar la creación de áreas inaccesibles donde la oposición política no es ni bienvenida ni tolerada.

En estas circunstancias, habrá que desarrollar programas que requieran la ayuda de las fuerzas de seguridad para proteger a los educadores, y donde los propios educadores tendrán que transmitir información sobre los partidos políticos de forma apartidista.

En algunos casos este dilema puede superarse utilizando programas radiales, que pueden ser sintonizados a lo largo de cualquier frontera. En otros casos, los programas deberán incluir actividades cara a cara en eventos de ambiente tan poco natural como aquellos que cuenten con la protección de las fuerzas de seguridad.

Precauciones de seguridad

Cuando esto sucede, hay que proteger a los votantes cuando van y cuando dejan el evento, además de asegurarse que todos los detalles de éste han sido aprobados por el partido o facción que controla el territorio. Los educadores se irán junto con las fuerzas de seguridad, pero los votantes no. La determinación sobre si se debe proceder con dicha educación tiene que basarse en la seguridad personal de los participantes una vez terminado el evento. La seguridad del evento en sí es la parte fácil del ejercicio, y no debe convertirse en la principal preocupación de las fuerzas de seguridad y de los organizadores.

En algunos casos, puede decidirse conducir una exposición rodante, en la cual la autoridad electoral crea una plataforma para que todos los candidatos o partidos competidores hablen en un área particular. Los educadores deben utilizar esta oportunidad para enviar mensajes sobre el secreto del voto, la tolerancia a la oposición, y la aceptación de los resultados de la elección. Igualmente, deben entregar materiales que sean claramente identificables como no pertenecientes a ningún partido.

En algunas situaciones, la educación como tal resulta riesgosa. Un territorio puede estar controlado por una facción que se esté resistiendo a las elecciones mismas. Aquí, hay que tomar una determinación sobre cómo se continuará con la elección y qué tipo de seguridad se le va a proporcionar a los electores que desean votar sin importar las opiniones de la facción que controla el territorio.

El material para transmitir por radio o televisión es el más conveniente en estas situaciones, aun cuando pueden existir otras redes de información que pueden utilizarse.

La educación electoral que se lleva a cabo bajo circunstancias tan difíciles puede valer la pena. La presencia de educadores apartidistas en áreas inaccesibles puede incrementar el clima de tolerancia frente a diferentes puntos de vista. Estos educadores desarrollan niveles de confianza que no pueden ser alcanzados por los programas transmitidos por radio o televisión, marcando el paso de lo que inevitablemente debe seguir en las mesas de votación y durante el monitoreo de la realización de las elecciones durante el horario de votación. Estar presente cuando los encargados de las campañas de los partidos políticos no pueden estarlo, también establece una única presencia no ligada al control partidista, y proporciona una oportunidad para que los votantes obtengan información general de todas las campañas.

El apartidismo es crucial

Hay que tener cuidado de asegurarse que los involucrados en dichos programas están entre los más experimentados y claramente apartidistas. Ellos pueden llegar ser el único personal disponible, y la gente se les acercará para que le den información sobre otros partidos. Si esta información no se facilita con prudencia, los educadores pueden proporcionar la excusa perfecta para que el líder de un partido torne las elecciones a su favor, o incluso se retire de éstas. Basta una palabra para que el educador parezca tendencioso, por lo que se debe tener mucho cuidado en el lenguaje que se utiliza.

Una forma de solucionar este problema en particular es contar siempre con equipos de educadores de diferentes regiones. Esto, además, tiene un significado adicional, pues actúa como una demostración física de la conciliación que se está buscando, aunque puede resultar difícil para el equipo en sí. En tal virtud, estas personas deben ser apoyadas por los líderes y administradores del programa.

Monitoreo y evaluación

Los programas educativos buscan determinados resultados. Existen planes que se han venido siguiendo con el fin de alcanzar estos resultados y que consisten en una serie de componentes que trabajan conjuntamente para asegurar una instrumentación exitosa.

Esta sección trata sobre la formas como puede llevarse a cabo el monitoreo y la evaluación, así como algunos de los dilemas que enfrentan aquellos que conducen las evaluaciones. Observa, igualmente, cuestiones metodológicas y organizacionales, al tiempo que aborda el asunto clave que enfrentan todos los educadores: ¿hasta qué punto toman ventaja de las recomendaciones de evaluación quienes instrumentan el programa? Asimismo, ofrece una revisión general sobre la evaluación y su relación con la verificación educativa.

Mediante la instrumentación de planes de monitoreo y al evaluar sus resultados una vez finalizados, los educadores buscan asegurar su responsabilidad frente a las partes interesadas, fieles a sus intenciones, y que ellos mismos aprenderán de la reflexión disciplinada de su experiencia en el programa para trabajos futuros, que probablemente ellos desempeñarán.

Terminología y significado

Aún cuando es común utilizar al mismo tiempo la terminología de monitoreo y evaluación, esta sección fusiona estos términos en otro único de carácter genérico: evaluación, y habla sobre la evaluación formativa (aquella que busca cambiar el programa mientras está en proceso) y de la evaluación agregada (aquella que busca resumirlo). Pero una no es enteramente independiente de la otra.

El significado de la palabra evaluación es engañoso. Aquellos que solicitan una evaluación pueden estar buscando establecer la importancia del programa. Los evaluadores pueden tener ya una visión del mismo, y simplemente estar buscando una verificación externa de esa visión. Probablemente estén buscando el respaldo para una determinada forma de actuar, ya sea para eximir su responsabilidad o para obtener una segunda opinión antes de actuar.

Lo que puede ser evaluado

Cada tema del programa merece una evaluación. No hay restricción alguna para aquello que es susceptible de ser evaluado. Puede existir una evaluación del análisis contextual elaborado, de la relevancia de los propósitos, de los propósitos y objetivos, de la relación costo-beneficio del programa, de hasta qué punto cumplió el programa sus objetivos, del proceso a través del cual logró esto, de la capacidad del personal, de la relación entre materiales y objetivos, y así sucesivamente. Finalmente, lo que la gente espera que les diga la evaluación es si el programa marcó una diferencia en los participantes o beneficiarios esperados.

Dicha evaluación inevitablemente se lleva a cabo, sea planeada o no. Las personas desarrollan opiniones sobre los aspectos del programa. Estas opiniones pueden basarse en una buena información o en prejuicios, una experiencia particular limitada, o en una perspectiva restringida del programa. Las buenas evaluaciones están diseñadas para asegurar que la visión obtenida es la más confiable. Los educadores deben asegurarse que la evaluación sea profesional y no meramente intuitiva, pues los programas están compuestos por numerosos componentes complejos tales como costo, duración, o implicaciones a largo plazo.

Evaluación educativa y programática

La evaluación educativa, por lo general, ha consistido en la evaluación de los educandos y sus logros o su progreso a lo largo del periodo del programa educativo. Dependiendo del tipo de intervención, esto se puede hacer de diferentes maneras. Primero, se puede verificar su capacidad o conocimiento a través de exámenes y presentaciones orales o escritas. Segundo, se recolecta información de base y se conducen encuestas de seguimiento, mientras persiste la intervención, para identificar cambios en los niveles de consciencia, las actitudes, e inclusive la conducta. Los datos cualitativos pueden ser complementados con comentarios cualitativos, obtenidos a través de grupos de enfoque. Algunos datos estadísticos electorales también pueden dar información valiosa. Sin embargo, los educadores tienen que tomar en cuenta que, con ciertos tipos de encuestas y datos estadísticos, no siempre es posible aseverar que su intervención causó un resultado determinado en el caso de algunos datos de la votación o estadísticas de la elección.

La evaluación programática va más allá de la evaluación del aprendizaje individual. Sin embargo, los programas educativos no deben eludir la necesidad de asegurar que esto sea evaluado. En los programas informales de educación puede que las evaluaciones no sean la mejor forma de hacerlo, aun cuando los exámenes de competencia son esenciales para capacitar a los educadores.

Indicadores

Las evaluaciones establecen un rango de indicadores a través de los cuales será posible juzgar si se ha desarrollado o no el aprendizaje necesario.

Indicadores similares son establecidos para otros componentes del programa. En cada caso, el alcance de éstos (a no ser que exista evidencia de lo contrario) indica que el programa ha sido exitoso. Estos indicadores pueden incluir, por ejemplo: un aumento significativo en el número de electores registrados, en el número de los que votan por primera vez, o en el número de votantes que hicieron uso de un dispositivo especial de voto —todos éstos pueden ser indicadores de que un programa de educación ha afectado los niveles de consciencia y de conducta electoral. En forma semejante, disminuciones en el número de votos no válidos o nulos pueden ser usados como indicadores de que los votantes entendieron mejor el proceso de votación.

Establecer estos indicadores es una tarea difícil que debe realizarse mientras se establecen los objetivos. Omitir esto se traduce en el desarrollo de programas cuyos objetivos no pueden ser evaluados, o en el desarrollo de indicadores insignificantes que son establecidos fuera de tiempo.

Controversias de evaluación

Puesto que la evaluación es vista como un componente importante al validar un programa ante extraños, y dado que implica una serie de actividades técnicamente difíciles (ver Medición de impactos (Evaluación agregada) y La importancia de una planeación previa), así como un rango de expectativas y temores por parte de los involucrados, puede convertirse en una actividad política de gran carga emocional, especialmente si el programa ha sido objeto de una fuerte inversión por parte de los involucrados. Este puede ser el caso si el programa es altamente costoso, o si ha sido dotado de una trascendencia social (por ejemplo, cuando se desarrolla una primera elección o cuando se instrumenta una nueva tecnología).

Los educadores deben retener el control sobre el proceso evaluador, sobre su planeamiento, instrumentación y costos. La mejor forma de hacer esto es asegurarse que este proceso forme parte del programa desde el inicio, y que no se convierta en una actividad impuesta a última hora. Cuando se vuelve parte de la rutina estándar de operaciones, la evaluación es una herramienta valiosa. Cuando es una ocurrencia tardía, una herramienta de manejo para gerentes externos, una herramienta para tomar decisiones o una herramienta de diagnóstico considerada en momentos de crisis, la evaluación se convierte en una carga y en una actividad controversial y difícil.

¿Quién debe evaluar?

Los programas educativos serán evaluados, ya sea profesionalmente o de manera intuitiva. La pregunta es, quién se encargará de la planeación y realización de la evaluación.

La vigilancia es una responsabilidad de quienes administran el programa. Se puede utilizar una variedad de herramientas para garantizar que se hace con precisión y de manera adecuada. Sin embargo, una evaluación implica distanciarse del programa que, se supone, no puede lograr el propio personal.

Sin embargo, hay aspectos de una evaluación que pueden ser realizados adecuadamente por el personal, y hay diseños de evaluación que se benefician de la participación del personal.

Evaluadores independientes

Los evaluadores externos aportan la independencia y el desinterés en el resultado de una evaluación necesarios para garantizar el estudio produce resultados fiables. Estos resultados están libres del sesgo, obcecación o recelo que viene de aquellos que están demasiado cerca el programa.

Puede ser más fácil para los forasteros obtener comentarios objetivos de parte de los participantes, además de tener acceso a aquellos que hubieran sido excluidos del programa. También pueden proporcionar el prestigio adicional que requiere una evaluación, a fin de que sea tomada en serio y de manera que se garantice que las recomendaciones del estudio sean aplicadas.

Ellos tienen tiempo para llevar a cabo la evaluación, que es poco probable el personal involucrado en los programas en curso tengan disponible.

Y, por último, el contratar a evaluadores externos puede ser la única manera de obtener la experiencia necesaria para la evaluación de un amplio y complejo programa.

Auto-evaluación

Aquellos que están cerca del programa contribuyen a la evaluación con el conocimiento íntimo que tienen del programa y de los resultados, tanto esperados como reales. Tienen interés en el resultado y un compromiso profesional para la mejora de su trabajo, de modo que la aplicación de los resultados de la evaluación es más probable.

Las evaluaciones internas sensibilizan al personal en cuestiones relativas a los programas que tienen que ser consideradas, tales como la relación entre el costo de los recursos y su uso eficaz, la necesidad de contar con objetivos claros, y la importancia de recopilar la información pertinente a lo largo de todo el programa.

Las deficiencias de ambos enfoques

  • Los evaluadores externos pueden necesitar de una cantidad considerable de tiempo para entender el contexto en el que el programa se está ejecutando, para poder entrar en el mundo de las partes interesadas del programa —a fin de interpretar sus respuestas a las preguntas y su reacción a los informes evaluador—, y para seguir el plan del programa y su aplicación.

Contratarlos es costoso, aunque el costo de emplear a los extranjeros puede ser compensado por su capacidad para llevar a cabo la evaluación en un periodo más corto de tiempo, suponiendo que estén familiarizados con el contexto y los conceptos.

Ellos no tienen que vivir con sus recomendaciones, y tampoco con las consecuencias de sus informes. En el peor de los casos, esto puede dar lugar a recomendaciones poco realistas que no reflejen adecuadamente la comprensión del medio ambiente en el que un programa tiene que ser realizado.

  • Los evaluadores internos son personas que, por el contrario, pueden tener demasiada cercanía con el programa. Tienen relaciones que tienen que ser protegidas y carreras personales que pueden verse comprometidas. Pueden, también, tener un interés especial en un resultado o recomendación en particular.

Como se ha mencionado, a menudo no tienen tiempo suficiente, aunque es posible dar la tarea a un equipo específico dentro de la organización. Puede ser difícil para ellos obtener información fiable y objetiva de sus compañeros de trabajo o de los participantes en el programa.

Combinar internos y externos

Una evaluación eficaz requiere de una combinación de evaluadores internos y externos. Es posible que el informe final sea preparado por los externos, mientras que los internos actuarán como enlace y como personal de apoyo. Además, ambos podrían asentar sus intereses en el informe.

Un diseño de evaluación eficaz alienta la participación de las partes involucradas, se centra en el desarrollo de aptitudes, y establece la utilidad del informe y sus recomendaciones. Utiliza una variedad de herramientas para la recopilación de datos y el análisis que fomentan la participación y el sentido de pertenencia.

En una evaluación como esa, los roles de los evaluadores y de todos los interesados en el programa se describe cuidadosamente. La determinación de cómo hacer uso del personal del programa o de evaluadores independientes, se basa en lo que es más eficaz para la evaluación del estudio en cuestión.

Monitoreo o evaluación formativa

Los educadores hablan de la evaluación formativa, la cual es similar al monitoreo. Es una actividad que se desarrolla de manera paralela a la instrumentación del programa, lo depura y lo perfecciona durante la fase de instrumentación.

Las agencias de publicidad se refieren a la investigación de seguimiento: para mantener el programa por el camino adecuado, o para seguir la forma en que el mismo se desarrolla.

Las herramientas utilizadas para dicha evaluación pueden ser las mismas que se utilizan en una evaluación hecha al final de un proyecto, o agregada (ver Medición de impactos (Evaluación agregada)). También utiliza otras herramientas administrativas más tradicionales y aquellas desarrolladas para realizar eventos educativos individuales.

Las dificultades que enfrenta la evaluación formativa no son las de recolección de datos, sino, primordialmente, aquellas que buscan establecer mecanismos para convertir los hallazgos de la evaluación en modificaciones e innovaciones programáticas. Esta sección analiza los conflictos que pueden surgir, con la importancia del plan programático (ver también Alcanzar y mantener un compromiso con el plan) y con algunas herramientas de monitoreo.

El monitoreo debe mantener un ritmo

Los programas de evaluación tienen un itinerario apretado. Los eventos y las actividades se planean con anticipación, y se toman las decisiones sobre la producción de materiales, la preparación de los educadores, y la transmisión de información que no son fácilmente alterables. Las actividades cara a cara, en particular, requieren de plazos de entrega sustanciales.

Los evaluadores deben estar estrechamente vinculados a los administradores del programa, y deben ser capaces de analizar los datos recibidos con gran rapidez si estos han de marcar una diferencia. Sumado a lo anterior, deben tener un buen conocimiento de los objetivos y propósitos del programa, para no sugerir cursos de acción que lo alejen de estos objetivos. Todos los cambios sugeridos deben aumentar el logro de los objetivos, con una excepción.

Los programas extensos pueden incluir evaluaciones de mitad de periodo que son mucho más minuciosas y pueden incluir una evaluación de las estrategias y los objetivos. Cualquier cambio recomendado a raíz de la retroalimentación recibida tiene que ser considerado cuidadosamente, especialmente si existen obligaciones contractuales basadas en los objetivos y perfiles originales del programa. A pesar de que es relativamente fácil hacer cambios en la forma como se instrumenta el programa, resulta mucho más difícil hacer cambios en lo que se pretende.

En algunos casos, esto es necesario cuando la información recibida sugiere la existencia de problemas de consideración en el diseño del programa. La evaluación formativa usualmente se encarga de depurar el programa.

Conflictos entre los evaluadores y los administradores del programa

Incluso cuando exista una clara distinción entre los equipos de evaluación y de administración, y aún si sus roles están claramente definidos, pueden surgir conflictos entre el personal encargado de obtener y analizar los datos a evaluar y los responsables de la instrumentación del programa.

Las reuniones constantes y los acuerdos formales sobre cómo resolver dichos conflictos son bastante útiles. Los evaluadores se pueden ver forzados a llevar un registro de las recomendaciones que no fueron seguidas. Al mismo tiempo, si se siguen las recomendaciones y éstas no generan cambios exitosos, pueden causar controversias. Los evaluadores pueden encontrarse repentinamente evaluando innovaciones programáticas que ellos motivaron, pero que no están funcionando.

El papel de los evaluadores, entonces, se vuelve bastante problemático, a menos que ellos actúen como asistentes técnicos, que proporcionan datos no analizados a los administradores del programa, y como ayudantes en el análisis conjunto de dicha información. Esta relación seguramente será menos propensa al conflicto.

Trabajar el programa

El trabajo preliminar sobre el plan educativo es la herramienta disponible más importante para la evaluación formativa o el monitoreo del programa. Sobre una base regular, es posible verificar hasta qué punto se está instrumentando el programa y hasta qué punto las cambios en el contexto, o en el electorado de enfoque, requieren adaptaciones programáticas.

Tener un plan documentado, también permite que dichos cambios sean registrados y anotados para una evaluación general posterior.

Herramientas para monitorear

Además de las herramientas de recolección general de datos, que son discutidas en esta área temática, la respuesta o reacción del cliente es quizá la más importante.

Dichas formas de respuesta han sido refinadas por las preocupaciones comerciales, siendo posible utilizarlas como modelos de diseño y brevedad. Cuando la audiencia es letrada, es posible recolectar respuestas individuales de los eventos o servicios particulares, procesarlas, y posteriormente utilizar los resultados para perfeccionar el programa. En caso contrario, las discusiones en grupos pequeños y los registros de la información obtenida pueden servir con el mismo propósito.

Dentro de las herramientas adicionales se pueden incluir líneas telefónicas de quejas, evaluaciones cuidadosas de los educadores, encuestas cortas, y reuniones ocasionales de las partes involucradas en discusiones semejantes a los grupos de enfoque.

Rol del personal

La mejor fuente de información es un personal reflexivo y consciente. La orientación acerca de la evaluación y el monitoreo debe estar entre las preocupaciones de cada evento de capacitación. Las reuniones programáticas deben incluir oportunidades para que el personal comunique lo que ha aprendido y lo que ha descubierto en sus interacciones en el campo.

El propósito de la evaluación formativa no es decir, "se los dije", sino asegurar que el programa es apropiado y efectivo. Todo debe encaminarse a este fin, y los educadores deben crear, tanto interna como externamente, un clima de aprendizaje.

Medición de impactos (Evaluación agregada)

La evaluación agregada no sólo tiene que ver con la medición del impacto. La evaluación efectuada a la conclusión de un programa puede concentrarse en muy diversos intereses, tales como el costo del programa en comparación con su efectividad, los materiales educativos apropiados, y en las estrategias de instrumentación efectivas.

De todas formas, en general, las personas quieren saber qué diferencia ha marcado un programa. Qué impacto ha tenido sobre la institución, el educando, el grupo de enfoque, y el beneficiario del programa. Aún el análisis de los costos contra los beneficios, presupone algún entendimiento del impacto que el programa ha tenido, teniendo en cuenta las erogaciones.

Pero la medición del impacto de una intervención social no es fácil por las siguientes razones:

  • Los grupos de enfoque se mueven.
  • Los indicadores son difíciles de determinar.
  • Controlar los insumos y los procesos es difícil.
  • Es posible que el programa se vea interrumpido.

Una metáfora de un recinto ferial es útil. En una prueba de fuerza (y como medio de obtener el dinero de los lugareños que esperan impresionar a sus amigos), las ferias suelen tener un juego donde el fin es "tocar la campana y ganar". Se trata de dar en un blanco, con un martillo, para que la campana en lo alto de una larga columna suene si el impacto del martillo sobre el blanco es lo suficientemente fuerte.

En este ejercicio, hay un rango de indicadores (normalmente usando palabras que empiezan con calificativos despectivos hacia la persona que balancea el martillo, se le estimula a intentar de nuevo, y por fin hacer sonar la campana para ganar un premio); hay un claro objetivo; hay un insumo muy sencillo (la persona con el martillo); un rango de procesos potenciales (cómo la persona debe utilizar el martillo); y un impacto que puede ser medido (asumiendo que el juego no tiene trampas).

Ojalá los procesos sociales, de los que la educación forma parte, fueran algo tan sencillo.

Los grupos de enfoque se mueven

En primer lugar, las discusiones sobre impacto hacen suposiciones sobre los grupos de enfoque. Se asume que éstos se conocen, que el programa está dirigido a un grupo de enfoque particular, y que éste no es objeto de ningún otro programa alternativo o proceso de aprendizaje significativo.

Pero las personas se están moviendo y cambiando constantemente como resultado de una variedad de diferentes actividades sociales y oportunidades. Es poco probable, en los programas educativos tales como los de educación cívica o electoral, que se llegue a conocer todo lo necesario sobre el público para quien el programa ha sido preparado. Y, puesto que los programas son realizados en el tiempo y el espacio, es probable que no sólo sean recibidos por un grupo de enfoque específico y particular, sino también por otros. El grupo de enfoque también puede cambiar de tamaño o potencial, conforme se tiene más información, a lo largo de la instrumentación del programa.

A pesar de estas dificultades, cuanto más se conozca sobre los educandos del electorado, incluyendo la determinación de una línea base del programa (ver Estudios de base), habrá más posibilidades que los educandos tengan mayor exposición a un único programa o que la evaluación tenga más en cuenta a todos los programas con los cuales los educandos han entrado en contacto. En la medida que la evaluación sea sensible a los cambios en el conjunto propuesto de educandos, más confiable será la estimación del impacto del programa.

Los indicadores de impacto

En una feria, el que la campana suene es un indicador de éxito y al mismo tiempo el objetivo del ejercicio. Hay una correlación muy cercana entre los objetivos (descritos por algunos como declaraciones de resultados) y los indicadores del programa. Si a un programa se le debe hacer una evaluación agregada, entonces es necesario establecer un juego de indicadores mientras los objetivos son determinados.

Las preguntas que podrían formular los encargados del planeamiento son:

  • ¿Cómo podemos saber que nuestro objetivo ha sido alcanzado?
  • ¿Cómo mediremos que se alcanzó el objetivo?

Pueden haber diferentes indicadores para cada objetivo, o alternativamente un indicador central que valida todos los objetivos dispuestos. Los encargados del planeamiento suelen buscar esto último como una solución, pero es una quimera.

Uso de las papeletas invalidadas y de la participación electoral como indicadores

Los educadores electorales han estado tentados a utilizar el número de papeletas nulas o invalidadas como indicador central. Si el objetivo de un programa de educación electoral es asegurar que los votantes sean capaces de votar, entonces parece lógico que un bajo porcentaje de papeletas nulas signifique que el programa educativo fue exitoso.

Pero el porcentaje de papeletas invalidadas puede verse afectado por muchas otras cosas:

  • El diseño de las papeletas puede ser muy bueno.
  • La asistencia a los votantes en los sitios de votación puede estar autorizada.
  • La definición de una papeleta válida puede ser muy amplia y los escrutadores pueden ser generosos al determinar los votos válidos.
  • Rellenar la urna, u otros métodos de fraude electoral, pueden resultar en la existencia de papeletas preparadas en lugar de los votos de electores mal capacitados.

O puede ser que el programa de educación electoral haya tenido como uno de los objetivos el motivar a que las personas voten. En este caso, un indicador obvio sería el porcentaje de participación de los electores.

Al igual que con las papeletas invalidadas, pueden haber explicaciones alternativas:

  • El día puede ser soleado.
  • Los contendientes políticos pueden haber tenido éxito en provocar gran interés en las problemáticas y los resultados.
  • El significado de las elecciones a nivel social puede ser considerable.
  • Incentivos materiales o amenazas de represalias pueden haber impulsado la participación.
  • Las estadísticas de la participación pueden haber sido manipuladas por los funcionarios electorales.

Quien evalúa, debe cuestionar los indicadores para asegurarse que en realidad son significativos, únicamente, para la medición de impacto del programa. O puede que, a un costo y tiempo significativos, tengan que investigar si estas explicaciones alternativas tienen validez y someterlas a un proceso de eliminación, para buscar mostrar el impacto del programa.

Los indicadores que se concentran solamente en lo personal no generan resultados sobre el impacto total de un programa sobre la sociedad. La medición del impacto del programa sobre una sociedad más grande requiere suposiciones sobre la relación causa-efecto que difícilmente pueden describirse, ya no digamos medirse.

Insumos y procesos

Es difícil establecer los indicadores. Controlar los insumos y los procesos que pueden conducir a un impacto es aún más engañoso. Algunos de éstos pueden ser invisibles, o involuntarios. El plan puede especificar ciertos insumos y describir ciertas formas en que será instrumentado el programa (el proceso). La terminación exitosa puede verse interrumpida por algunas variaciones no anticipadas y no reportadas.

Los evaluadores involucrados con los programas desde el principio o que han usado métodos que alientan la observación participativa y la recolección de información pueden darse cuenta de esto. Un investigador astuto puede notar anomalías que se pueden explicar con la simple búsqueda de lo que no se ha registrado y después puede ser posible que lo encuentre.

No obstante, entre más grande sea el programa, resultará más difícil seguirle el rastro a todos los insumos y los procesos. Asimismo, mediante una evaluación se dificultará atribuir el impacto o la falta del mismo a uno u otro, excepto si se hace a groso modo.

Un conjunto particular de eventos de entrenamiento puede ser muy exitoso en formar entrenadores efectivos:

  • Esto puede ser el resultado del programa de entrenamiento desarrollado y utilizado.
  • Igualmente puede depender de la personalidad y las habilidades del capacitador.
  • Cabe la posibilidad que los participantes hubieran sido capacitadores efectivos de antemano.
  • Los participantes pueden haber sido reclutados de una organización que les dio apoyo continuo y asesoramiento permanente.

Posibles interrupciones

En el juego de "hacer sonar la campana", puede que la campana no suene, no porque el martillo no impacte, sino porque el dueño del juego introdujo un mecanismo que evita el éxito.

Hay muchas razones posibles por las cuales un programa puede no alcanzar su objetivo, inclusive siguiendo todas las directrices establecidas. No siempre es posible entender estas razones o identificarlas en su totalidad.

No es culpa del programa de educación al votante si hay fraude en una elección. La apatía de los ciudadanos, a pesar de que se desarrolle un programa extensivo de educación cívica, puede ser motivada por un inadecuado sistema político.

En resumen

Establecer el impacto de un programa requiere conocimientos básicos sobre el grupo de enfoque, indicadores cuidadosamente considerados y modestamente establecidos, la habilidad de visualizar explicaciones alternativas del aparente éxito, o fracaso, del programa, y poder reflexionar sobre ellas, así como un conocimiento profundo no solamente sobre el plan sino también sobre el proceso real de instrumentación.

Todo lo anterior es difícil de conseguir incluso en un programa de intervención pequeño y limitado. En un gran programa nacional, se hace extremadamente difícil medir el impacto con algún grado de certeza.

Los evaluadores deben, entonces, considerar las evaluaciones agregadas con cierta precaución y desarrollar varias modalidades para comunicar la importancia del programa, en lugar de hacer afirmaciones poco convincentes sobre la magnitud del cambio en el mundo.

La importancia de una planeación previa

Es posible evaluar un programa de educación luego de que éste ha sido terminado. Sin embargo, esta es una tarea mucho más complicada. Es por esa razón que la evaluación debe ser incluida dentro del programa desde su inicio.

De otra forma será imposible hacer algo más que reportar la terminación del programa de una forma tan sencilla como un reporte final.

Para evaluar un programa adecuadamente, deben existir objetivos susceptibles de ser medidos, indicadores significativos, criterios concretos para la evaluación, un compromiso para documentar el programa, y la preparación de información requerida para la evaluación en el transcurso de los eventos.

Lo anterior presupone que la decisión de hacer una evaluación se toma en el momento en que se planea el programa, y que el diseño de evaluación está incorporado en el plan. Muy pocos ejercicios de planeación logran esta coincidencia.

Lo más que se puede esperar es que el compromiso con la evaluación se haga al comenzar el programa, que se destinen fondos para esta actividad y que se establezcan fechas para el diseño de la evaluación, trayendo evaluadores externos y conduciendo las actividades de evaluación necesarias al margen del programa.

Entre más temprano se logre esto, más fácil será obtener una evaluación satisfactoria.

Metodología de la evaluación

La evaluación es una forma especializada de investigación social, realizada por uno o más consultores independientes o por el personal a cargo de un programa. Como tal, utiliza distintas metodologías de investigación (ver Encuestas) que permiten responder a un conjunto de inquietudes o preguntas de la evaluación.

Dichas preguntas serán establecidas, de forma conjunta con cualquier limitación en la metodología u otras obligaciones, en los Términos de referencia o en un documento que sirva de contrato para la evaluación.

Una vez que se establecen los términos de referencia, el equipo de evaluación puede contemplar un rango de Opciones para el diseño de evaluación, de acuerdo al cual se seleccionará una gama de distintas Opciones para la recolección de información.

Puesto que las elecciones involucran políticas sociales, que pueden ser altamente politizadas, los evaluadores deben contemplar todos los conceptos relacionados con la Legitimidad y confiabilidad.

Finalmente, el diseño de la evaluación está altamente determinado por el tiempo disponible y por el tamaño del presupuesto (ver Tiempos y costos de las evaluaciones).

Términos de referencia

Sin importar si la evaluación será hecha por un equipo externo o por el personal a cargo del programa, es necesario redactar un documento correspondiente a los términos de referencia.

Dicho documento, permite a todas las partes interesadas (y es probable que estén involucrados como receptores del reporte de evaluación, como entrevistados o como proveedores de información esencial) entender y aceptar las áreas investigadas, la forma en que se va a hacer la investigación, el horario, y en los casos en que los términos de referencia implique la contratación de evaluadores externos, los costos.

Por lo general, el documento de los términos de referencia cubren los siguientes temas:

  • El contexto. Una pequeña sección explicando los motivos de la evaluación y el contexto del programa.
  • Principal motivo de la evaluación. Una afirmación que describa la intención general de la evaluación, para que pueda ser juzgada con relación a si cumple con las metas de aquellos que solicitan la investigación.
  • La metodología que se va a adoptar. Esta es la sección más larga, ya que debe identificar si la investigación va a ser cualitativa y descriptiva o cuantitativa basada en encuestas, así como la forma como los evaluadores van a realizar el trabajo. Esta sección también puede incluir las decisiones con relación a las reuniones que se deben llevar a cabo con los grupos interesados, si éstas van a estar compuestas por entrevistas cara a cara, en grupo, por teléfono, estructuradas o no estructuradas.
  • Un cronograma. Por lo general, una evaluación es conducida en un tiempo muy reducido. Para que los participantes estén al tanto de esto, es aconsejable incluir un calendario detallando plazos de las actividades dentro de los términos de referencia. Si esto no es posible, se debe especificar claramente la fecha de inicio y de entrega del reporte.
  • Información adicional. Cada evaluación es diferente, por ende, es posible que sea necesario especificar ciertas condiciones. Estas pueden incluir algunas restricciones sobre quién hace la evaluación, si el equipo incluye o excluye al personal y otras calificaciones de los evaluadores. También pueden existir algunas instrucciones acerca de la accesibilidad de ciertos involucrados para guiar a los evaluadores, así como algunos datos existentes que deben ser tomados en cuenta.
  • Obligaciones contractuales. Si el documento que contiene los términos de referencia va a ser utilizado como uno central o como un contrato entre el evaluador externo y el programa educativo, entonces debe incluir información acerca de los costos, la forma en que va ser entregado el reporte, las obligaciones del evaluador para entregar los reportes preliminares, total confidencialidad y discreción de la información, etcétera.

El documento de los términos de referencia es una herramienta esencial para realizar una evaluación. Es posible que deban escribirse muchas veces antes de ser aceptados por aquellos cuya anuencia es requerida.

La discusión sobre este tema también se facilita a través del desarrollo de los términos de referencia. Una vez se determina la importancia de la evaluación, se asume que los posibles involucrados sean el equipo de educadores, su organización y posiblemente el que financia el programa. A medida que se desarrolla la discusión, otros involucrados pueden tomar parte activa, por lo que puede mostrárseles un borrador de los términos de referencia.

Se debe tener mucho cuidado cuando se desarrolla el documento de los términos de referencia, debido a que es el documento al cual se remiten los evaluadores durante la evaluación. Muchas evaluaciones y evaluadores son atacados (ver Legitimidad y confiabilidad) por lo cual, inevitablemente, hacen alusión a los términos de referencia para poder defenderse.

Entre más explícito sea el documento, mucho mejor para todos los involucrados.

Opciones para el diseño de la evaluación

Una buena evaluación combina las perspectivas cualitativas con el análisis cuantitativo para poder dar soporte a las recomendaciones hechas. Esta considerará el grado de utilidad de las recomendaciones hechas y será conducida de tal forma que puedan ser adoptadas e instrumentadas.

Existen diversas formas para poder lograr estos objetivos. Diseñar una evaluación requiere de tomar algunas decisiones acerca de:

  • Quién debe estar involucrado
  • El diseño que se va a elegir
  • Los objetivos de la evaluación

A continuación, se deben tomar algunas decisiones acerca de la relación entre los instrumentos para recoger información y los métodos (ver Opciones para la recolección de información).

¿Personal externo independiente o personal interno con cierto conocimiento?

¿Qué relación debe existir entre los evaluadores externos y el personal a cargo del programa? Estas preguntas son respondidas en ¿Quién debe evaluar?

Diseños típicos de evaluación

La mayoría de las evaluaciones pueden fácilmente ser consideradas como opiniones profesionales. Una persona, o quizás un grupo reducido, recibe autorización para hablar con el personal involucrado siguiendo el formato de una entrevista semi-estructurada, para ser conducida de manera, igualmente personal o en un grupo. Los evaluadores tendrán acceso a los documentos del programa.

Con base en lo anterior, utilizando incluso las series de entrevistas para verificar el desarrollo de su opinión, los evaluadores preparan su reporte. El reporte puede entregarse tal cual o, si aún hay tiempo, ser sometido a comprobación con un grupo representativo antes.

Dicha evaluación adquiere importancia según la reputación del evaluador. Ésta puede hacerse rápidamente y a un costo limitado. Dada la reputación del evaluador, puede hacerse con base en unos términos de referencia muy generales. Los evaluadores son elegidos porque conocen el tema y el contexto del programa, y porque son capaces de penetrar en el mundo de las partes interesadas sin ningún problema.

Una auditoría

Un diseño relacionado permite al equipo de evaluación acceder a todos los documentos que conforman el programa, así como realizar la evaluación completa mediante la inspección de tales documentos. No se lleva a cabo ninguna entrevista aparte de las aquellas con quienes encomendaron el reporte. Toda la información que necesita el evaluador estará siempre disponible.

Dicha evaluación puede ser ampliada mediante encuestas basadas en las indicaciones preliminares de las áreas de interés, de tal manera que se recolectarán datos adicionales. Sin embargo, la fuente principal es documental.

A pesar de que una investigación así (por ejemplo, sobre los materiales de educación al votante) puede ser útil, ésta nunca podrá reemplazar a la evaluación un programa en acción.

Una conversación disciplinada

La evaluación más compleja y más participativa, es aquella que puede ser descrita como un diálogo continuo.

En este tipo de diseño, la discusión empieza con el desarrollo de los términos de referencia, que pueden incluir el establecimiento de uno o más comités conformados por las partes interesadas para determinar al avance de la evaluación, para discutir los datos y los descubrimientos, y para dictaminar la necesidad de una investigación posterior.

Por lo general, los evaluadores desempeñan la función de facilitadores y de asistentes técnicos dentro del grupo. Ellos también hacerse cargo de la recolección de información, aunque también puede haberla por parte de cada parte interesada de manera independiente.

En dicha evaluación, el reporte final se negocia y puede consistir en un conjunto de reuniones en las cuales, no sólo se evalúan las recomendaciones y las propuestas, sino que también son puestas en marcha por los organismos responsables o los individuos.

¿Qué tanto deben involucrarse los evaluadores?

En estos tres tipos de diseños existen muchas sutilezas, y cada evaluación es enfrentada por el equipo de evaluadores de la mejor forma para poder producir los mejores resultados. Debido a la naturaleza de la evaluación participativa, es muy fácil que ésta se entrecruce con la instrumentación del programa general y que se convierta en una auto-evaluación y no en algo acumulativo.

En dichos ejercicios participativos, la función de los evaluadores puede llegar a ser refutada. Existe personal externo que tiene influencia comparable con la del personal interno, lo cual puede resultar en una confusión entre la evaluación y la instrumentación del programa. La evaluación o la reflexión sobre la experiencia resulta ser primordial.

Dentro de un grupo de adultos en educación continua, esto puede ser apropiado, sin embargo, en un programa de educación nacional esto puede tornarse engorroso, debilitando el diseño del programa general.

Objetivos de la evaluación

Por lo general, una evaluación comienza con un conjunto de preguntas para las cuales se deben buscar respuestas. Dicha lista puede volverse más extensa a medida que la evaluación prosigue, o bien, puede resultar que es suficiente con una lista más pequeña y más concisa.

Esta lista debe generarse en consulta con la organización que respaldó la evaluación. Las distintas partes interesadas pueden formular sus preguntas de forma diferente o hacer distintas preguntas; sin embargo, la lista final es la que establece los parámetros para la evaluación y sus objetivos.

Al fijar un conjunto de preguntas, la evaluación debe servir como un paso en torno a la utilización de los resultados. La relevancia es predeterminada, y la pertenencia está parcialmente garantizada. Los evaluadores pueden descubrir que, como resultado de la ignorancia o de la falta de dirección, las partes interesadas aún no han hecho una pregunta crucial que luego agregan a la lista.1

Los evaluadores hacen esto asumiendo el riesgo. Ellos deben justificar su motivación para incluir dichas preguntas, pudiendo ser acusados de sobrepasar su propio límite. La decisión de establecer la importancia que tiene la pregunta sobre los resultados de la evaluación depende únicamente de los evaluadores.

Notas:

1 Ejemplos típicos de tales preguntas pueden ser las que se refieren a la continuación del programa, el papel del director o de la estructura de gobernación del programa, o el resultado de un proyecto del personal.

Opciones para la recolección de información

Los evaluadores tienen abiertas todas las opciones de recolección de datos para la investigación social. De tal forma, los métodos utilizados para recabar información sobre la Evaluación del contexto dentro de un programa educativo, serán muy útiles para la evaluación del programa.

Dichos métodos incluyen entrevistas abiertas con individuos o grupos estructurados, grupos de enfoque, encuestas, contacto con los intermediarios y con los interlocutores, reuniones de consulta con las partes interesadas, y el uso de toda la información existente (ver Antecedentes del votante y Uso de datos disponibles).

Dentro de esta información se encuentran las encuestas de clientes y los formularios con los comentarios obtenidos acerca de las reuniones, los cuales deben ser utilizados dentro de elementos del programa educacional relacionados con contactos frente a frente y los servicios que tal programa presta. Adicionalmente, los evaluadores deben tener acceso a todos los otros documentos preparados por el programa y a las investigaciones hechas por otros.

La relación entre la planeación y la evaluación ahora debe ser clara. Muchos de los datos requeridos para el desarrollo del programa son recolectados durante una evaluación exhaustiva del ciclo anterior del programa. Relacionar el desarrollo del programa con la evaluación previa es esencial para poder hacer un uso eficiente de los recursos. De hecho, la evaluación puede incluir dentro de sus términos de referencia (ver Términos de referencia) el requerimiento de una evaluación para la preparación de un futuro programa.

Legitimidad y confiabilidad

Existen dos tipos de comentarios que alteran a los evaluadores. La primera es: "¿Quién es usted?". La segunda: "No es que esté en desacuerdo con usted, pero ¿de verdad habló con la gente adecuada, le hizo las preguntas pertinentes?".

El primero tiene que ver con la legitimidad de los evaluadores y, en consecuencia, de sus descubrimientos. El segundo, está relacionado con la confiabilidad de los descubrimientos, y por lo general se utiliza no para atacar los resultados ni el éxito de la evaluación, sino la metodología como tal.

Es difícil evitar cometer el mismo error de la persona que hace este tipo de preguntas y no adoptar una posición defensiva. Hay muchas cosas que el equipo de evaluadores y el educador pueden hacer para establecer marcos de legitimidad y asegurar la confiabilidad de los resultados.

Establecer la legitimidad

Los evaluadores pueden ser seleccionados a partir de una discusión entre todas las partes interesadas quienes, habiendo desarrollado un documento de los términos de referencia acordados, y luego de haber establecido un conjunto de criterios para el evaluador, seleccionan a la persona de entre una lista de candidatos.

Sin embargo, también pueden ser fácilmente asignados por el patrocinador del programa o por el cuerpo directivo del mismo, o aún por el mismo director del programa.

Aún en el primer caso, habrá muchas sorpresas respecto de la realización de la evaluación, las razones de la misma, y sobre la identidad de los evaluadores.

Las primeras reuniones

Es muy importante que los evaluadores establezcan quiénes son las partes interesadas claves, y provistos con un documento de los términos de referencia, se entrevisten con ellos para dialogar acerca de la evaluación para conocer sus expectativas con relación a los resultados de la misma. En muchas ocasiones, estas entrevistas forman parte del diseño de evaluación. En este caso, quienes parecieran estar en contra de la evaluación deben ser los primeros en ser entrevistados.

De hecho, después de llegar a un acuerdo que asegure que la evaluación se va a llevar a cabo, que ninguna cooperación específica tendrá como consecuencia prejuicios con respecto a los resultados, y que la cooperación y la participación de todos incrementa la posibilidad de que los resultados sean confiables, los evaluadores deben mantener una relación con las partes interesadas en el transcurso de la evaluación.

Reportes regulares

Para mantener un contacto hay que tener una comunicación adecuada a través de mensajes o reportes internos.

Sin embargo, esto también puede lograrse sondeando cualquier posible cambio en los términos de referencia o respecto de cualquier recomendación que pudieran sorprender o tener impacto político sobre los interesados, o por lo menos a través de un conjunto de garantes de la evaluación.

Los garantes de la evaluación

Estos garantes serán representados por un grupo de personas altamente comprometido con la evaluación, con el poder organizacional suficiente o una buena reputación para que su participación garantice un alto grado de compromiso por parte de los otros. Este tipo de personas deben recibir un reporte regular. Sin embargo, deben comprometerse a aceptar los resultados de la evaluación, así ésta incluya comentarios acerca de su función.

Los evaluadores deben garantizar que los resultados de la evaluación expresen verdades acerca del programa sin ningún temor y sin hacer favores a nadie. Sin embargo, deben hacerlo de tal forma que las verdades puedan ser escuchadas.

Garantizar unos resultados confiables

Los evaluadores tendrán que presentar un conjunto de recomendaciones a las personas responsables del desarrollo del programa. Dichas recomendaciones pueden afectar el personal, la base financiera, el diseño operativo, y las aspiraciones personales de los individuos involucrados en el programa o a cargo de las estructuras. Una evaluación de alto nivel puede tener un impacto sobre los resultados de una elección o en las perspectivas de la permanencia de un miembro de la autoridad electoral.

Es muy importante creer y confiar en los resultados obtenidos. Para estos efectos, los reportes de las evaluaciones deben considerar lo siguiente:

  • Asegurar un proceso transparente. Quienes reciban las recomendaciones deben entender el proceso que les dio origen. Esto incluye la metodología para la recolección de información, la forma en que ésta fue analizada y la forma en que el evaluador llegó a determinar sus recomendaciones, lo cual implica hacer disponibles versiones de trabajo del reporte de evaluación. Aún cuando haya habido una buena comunicación hasta la presentación del reporte, los evaluadores tienen que haber pensado mucho más en las recomendaciones que quienes lo van a recibir, incluso si la evaluación fue realizada en conjunto con ellos. Las evaluaciones que se llevan a cabo a puerta cerrada corren el riesgo de no ser entendidas, a no ser que quienes lo reciban obtengan una explicación de los procesos cognitivos de los evaluadores.
  • Comparar las recomendaciones con los términos de referencia. El documento de los términos de referencia contiene el objetivo general de la evaluación. Describe la forma en que las recomendaciones serán utilizadas, y en consecuencia, el grado en que el reporte cumpla con estas expectativas explícitas, es el grado en que los destinatarios aceptarán los resultados. En los casos en que haya divergencias con relación a los términos de referencia, éstas tendrán que ser explicadas.
  • Crear un apoyo anticipado para el reporte final. Antes de distribuir el reporte final, los evaluadores deben conducir una serie de actividades que garanticen la confiabilidad de las recomendaciones señaladas en el reporte. Entre las posibilidades abiertas para los evaluadores, y dependiendo del grado de independencia del equipo de evaluadores con relación al programa, están las siguientes:
      • Una auditoría externa del borrador del reporte por parte de un experto reconocido en el tema.
      • Reuniones informativas sobre el borrador del reporte en general, o algunos aspectos de dicha versión, con los involucrados.
      • Discusiones con el posible responsable de instrumentar las recomendaciones, donde se aborden su viabilidad y validez.
      • La recolección de información adicional para examinar las recomendaciones con mayor profundidad.

En el momento en que sea distribuido el reporte ya debe existir un apoyo general.

  • Clasificar las recomendaciones. Es muy probable que la evaluación tenga como resultado una amplia gama de recomendaciones: las esenciales, las obvias, las inocuas y las controversiales. Asimismo, también es posible que los reportes sean mejor recibidos si las recomendaciones son categorizadas, para que las personas puedan concentrarse en las más controversiales o difíciles y puedan aceptar las más directas. La aceptación de éstas últimas valida el reporte y garantiza que la discusión no se limite a las cuestiones de confiabilidad y metodología, y que prosiga a responder las inquietudes relacionadas con la viabilidad e instrumentación.

Tiempos y costos de las evaluaciones

Las evaluaciones son costosas. Aún cuando sean llevadas a cabo por el personal, requieren de un tiempo valioso. Cuando son realizadas por personal externo, normalmente incluye equipos internacionales y nacionales que necesitan de sueldos, alojamiento y transportación aérea.

Una vez que el equipo esté ubicado, surgen costos relacionados con la recolección de datos, las encuestas a nivel nacional e internacional, el trabajo de campo, las entrevistas con los involucrados, y las reuniones para realizar consultas.

Por lo general, los estudios de evaluación deben tener un presupuesto asignado de entre 1 y 3% del presupuesto general del programa. En algunos casos, puede requerirse dinero adicional. Es poco probable que se pueda realizar una evaluación con muy poco dinero, aún cuando ésta se realice a nivel interno. Los programas que no son costosos, y que quizá tampoco haya la intención de mantenerlos, deben considerar el tipo de evaluación que se pretende efectuar.

En tales casos, las reuniones con el personal son suficientes para evaluar el programa, con base en una serie de preguntas:

  • ¿Qué funcionó bien?
  • ¿Qué puede mejorarse?
  • ¿Qué cambiaríamos si volviéramos a hacerlo?

Cuando una pequeña parte del programa educativo se transforma en un presupuesto importante, los educadores deben considerar la modalidad más adecuada para gastar los fondos asignados de la mejor manera para obtener una evaluación que resulte útil.

Rápido y sencillo, o profundo y bien pensado

Los investigadores pueden alargar las evaluaciones por largos periodos de tiempo. La utilidad del reporte requiere buena información en el menor tiempo posible.

El tiempo y los costos deben ser considerados cuidadosamente. Puede parecer cierto que entre más tiempo y dinero se invierta, mejores serán los resultados. Sin embargo, esto no siempre es cierto, por ende debe evaluarse si dichos resultados estarán listos a tiempo para el desarrollo de la política y para la planeación futura.

Por lo general, las evaluaciones tienden a ser, como es de esperarse, rápidas y sin mayores complicaciones. Cuando hay más en juego, y cuando hay más dinero disponible y un programa más grande a evaluar, los evaluadores deben contemplar la posibilidad de hacer un estudio más profundo.

Ambas modalidades tienen sus ventajas. Sin embargo, hay mucho por hacer, y sólo se tiene cierto tiempo y dinero. ¿Cuál debe ser la elección?

Estudios de base

Debido a la importancia de la medición del impacto, los evaluadores y los educadores deben remitirse a los estudios de base. Estos estudios, que usan una variedad de métodos para establecer un punto de partida para el programa, permiten determinar si ha habido algún cambio a consecuencia del programa.

Esta sección sugiere distintas formas para obtener información de base, al igual que explica lo que se puede hacer cuando esto no es posible.

Es mejor establecer esta base, o punto de partida, antes de instrumentar el programa y, por supuesto, mucho antes de llevar a cabo la evaluación. Es posible recordar la forma como eran las cosas, pero la memoria está estrechamente relacionada con las percepciones del presente y con las aspiraciones futuras.

Con suerte, podría descubrirse que un estudio ya hecho por alguien más es contemporáneo con el punto de partida del programa. Sin embargo, dejarlo a la suerte o a la memoria no es la mejor política.

Dificultades para medir la base

Muchos estudios trabajan bajo el supuesto de poder determinar qué información es relevante, cuál puede estar sujeta a cambios como consecuencia del programa, y que la información puede ser recolectada con suficiente rapidez y no cambia antes de que el programa sea instrumentado.

Estos son supuestos sustanciales. Cuando la información es aproximada, esto será posible de hacer, como por ejemplo: un programa para la construcción de escuelas puede contar el número de colegios existentes, instrumentar el programa y contar de nuevo. Un programa de educación electoral efectuado en sociedades donde la gente nunca ha votado, puede tenerle relativa confianza a ese dato y puede medir el desempeño de la votación durante la primera elección.

Cuando hay un gran número de factores que afectan la información de base, es mucho más difícil establecer tal información y se requiere de una considerable investigación y habilidades analíticas.

Aún así, desarrollar una información de base, aunque sea aproximada, como modelo de trabajo, es preferible a no tener idea de dónde está empezando el programa o cómo su instrumentación ha tenido algún impacto.

Recolección de información para los estudios de base

Existen dos formas para obtener información de base. Cuando ninguna de ellas es posible, los educadores deben sopesar la necesidad de contar información de base al conducir su primer programa.

Puede resultar mucho más efectivo y menos costoso el hacer la labor de campo sin un pleno entendimiento del contexto y sin la habilidad de evaluar el impacto completamente, para que así los datos obtenidos en el primer ciclo puedan ser utilizados en el segundo.

Elecciones periódicas

Cuando se realizan elecciones periódicamente, y donde se han institucionalizado programas de educación cívica y electoral, es posible revisar los datos anuales o de ciclos previos. Esto constituye la información de base para cada programa en lo sucesivo, y en la medida en que se acumule la información, es más fácil identificar las tendencias, comparar los resultados del programa y transferir las lecciones aprendidas de un programa a otro.

Lo anterior puede hacerse únicamente cuando se cuenta con un buen sistema de registro de una elección a otra, y cuando existe una continuidad dentro de la organización (así sea un organismo electoral o una organización no gubernamental) que esté a cargo del programa.

Datos para la evaluación del contexto

A pesar de que se puede llevar a cabo un programa educativo sin haber hecho un análisis del contexto, esto significa que el programa va a tener un enfoque muy limitado y que sus resultados pueden no ser tan efectivos. Desarrollar una evaluación del contexto garantiza que toda la información necesaria para el estudio de base esté donde debe estar.

El programa tendrá a su disposición toda la información sobre los electores o los ciudadanos, también información anecdótica o de encuestas sobre sus necesidades educacionales, y cierta información geopolítica básica que, aunque tiene como objetivo principal facilitar el programa, también puede ser utilizada por los evaluadores.

De hecho, la relación entre la evaluación y el conocimiento del contexto es simbiótica. El objetivo principal de un programa educativo es la continuidad cíclica, que le permite que gran parte del trabajo preparatorio llegue a ser de rutina.

De esta forma, cabe la posibilidad de un mejoramiento continuo del programa, así como del ciclo de investigación que mantiene cierta información básica sobre los participantes del programa y el electorado objetivo.

Desafortunadamente, muchos programas educativos a nivel nacional no se repiten en intervalos regulares que permitan lograr lo anterior. En los países donde no se ha institucionalizado la educación cívica y electoral, los programas a gran escala se deben rehacer y ser pagados cada vez.

Cuando no se pueden establecer estudios de base

Se puede dar el caso en que no sea posible establecer información de base confiable. Aún así, la evaluación se puede llevar a cabo, y también estudios de impacto.

Una evaluación puede estar diseñada con base en una serie de ciclos, de tal manera que la misma área o asunto en cuestión puedan ser revisados periódicamente durante el programa. Los evaluadores también pueden hacer comparaciones entre áreas similares, donde haya una que no haya pasado por el programa y otra que sí.

Existen un sin número de técnicas de estudios sociales que se pueden usar, y muchas evaluaciones operan de esta manera. Sin embargo, aquellos que quieren estudiar el impacto de un programa educativo a través del tiempo deben esforzarse en establecer información de base significativa.

Desarrollo de la capacidad organizacional

Una evaluación competente es un aspecto esencial de la programación social y de la educación para adultos. Sin embargo, en muchos países, particularmente en las democracias emergentes, los evaluadores capacitados son muy escasos. Esta sección sugiere distintas formas para poder cambiar este desafortunado estado de las cosas, para así poder utilizar la evaluación como un instrumento para desarrollar la capacidad organizacional y educativa.

La responsabilidad de los que encargan evaluaciones

Aquellos que encargan realizar evaluaciones deben estar al tanto de la necesidad de desarrollar capacidades en esta actividad. Cuando los programas educativos han sido financiados substancialmente por, o recibido apoyo técnico de, la comunidad internacional, existe una gran tendencia a contratar evaluadores internacionales.

Aunque esto puede resultar en una evaluación un tanto menos dolorosa pero mucho más costosa, también deja a los países en una continua dependencia del apoyo externo. Las evaluaciones deben lograr, a través de su realización y selección de personal, el desarrollo local de la capacidad organizacional y del personal.

La evaluación es una forma de averiguación que reúne el entendimiento organizacional, la investigación social, la teoría educativa, y la habilidad grupal. Permite a los evaluadores acercarse a un programa sin tener que instrumentarlo. Estos factores hacen de la evaluación una oportunidad ideal para el aprendizaje y el desarrollo de aptitudes de todos aquellos que tendrán que llevar a cabo, no sólo evaluaciones, sino también programas propios.

Los que encargan una evaluación deben tener en cuenta lo siguiente:

  • ¿Existe algún tipo de institución local independiente que pueda conducir la evaluación?
  • ¿Debe la autoridad electoral desarrollar su propia capacidad de evaluación?
  • ¿Se puede llevar a cabo una evaluación sin un liderazgo internacional, o sin participación internacional?

Organizaciones locales independientes

A pesar de que muy pocos países tienen el privilegio de contar con organizaciones especializadas en programas educativos o de evaluación, la mayoría sí tiene institutos para la investigación social basados en instituciones terciarias, consultores para el desarrollo organizacional o programas y asociaciones para la educación de adultos.

Puesto que la evaluación del programa es un componente esencial del diseño del mismo, se puede considerar que las organizaciones especializadas en otorgar fondos de subvención cuentan con la capacidad de llevar a cabo un proceso de evaluación.

Además de las organizaciones formales de las que puede provenir el grupo de evaluadores, también habrá individuos con experiencia en evaluación situados en instituciones académicas y en organizaciones de la sociedad civil.

Hacer un buen uso de los recursos limitados

Si el programa está operando dentro de un ambiente donde dichas instituciones o individuos tienen muy poca experiencia, es posible segmentar la evaluación y delegar algunos aspectos que la componen. También es posible establecer un equipo de evaluadores que tenga un integrante internacional y otro doméstico.

Dentro de los términos de referencia es posible establecer el entrenamiento y capacitación del personal, reservando un cierto número de plazas para el personal local, asegurando su participación en la administración y la planeación de la evaluación, y demás.

En cada uno de los casos anteriores, el control de la evaluación es más complicado, sin embargo, los beneficios en el desarrollo de capacidades son considerables.

Organismos electorales

No es apropiado que la autoridad electoral evalúe su propio programa en su totalidad. Inevitablemente, deben incluir evaluadores externos, aún cuando éstos participen principalmente como facilitadores del proceso participativo. Es probable que el organismo electoral esté involucrado en un amplio rango de iniciativas educativas; es una verdadera ventaja cuando decide fortalecer la sociedad civil, pues al delegar mucho de su trabajo a organizaciones independientes, su propia capacidad para evaluar programas, licitaciones educativas (propuestas competitivas) y los programas ya instrumentados, se incrementa.

Los evaluadores especializados empleados por una autoridad electoral pueden operar no sólo en el área de educación electoral, sino que también pueden ser útiles en la evaluación de los programas de entrenamiento conducidos para funcionarios electorales, representantes de los partidos y otros.

Por estas razones, los organismos electorales deben contemplar la posibilidad de desarrollar su propia capacidad de evaluación, así sea empezando con la asistencia técnica de la comunidad internacional o utilizando evaluadores ya calificados.

Estas personas deben participar en cualquier programa de evaluación si se encuentran en proceso de ser establecidos. Asimismo, deben desarrollar una colección de estudios de evaluaciones. Debido a que dichos estudios son raramente publicados, esto requiere de establecer contactos con otras autoridades e instituciones educativas para obtener dichos estudios.

Conducir la instrumentación de los estudios sobre evaluación

La evaluación de programas es una tarea de carácter internacional. Es cada vez más frecuente que dicha actividad entre a formar parte del ámbito de las agencias consultoras del sector privado y, como consecuencia, es mucha la competencia en este campo, incrementándose los costos de la contratación de los individuos, las compañías y las organizaciones.

Los países que encargan estudios sobre evaluación relacionados con sus programas de educación cívica y electoral, deben tener la capacidad para administrar a los distintos grupos de evaluadores que se crearán. Dichos países requieren de la experiencia suficiente para garantizar que son capaces de manejar a los consultores externos y de desarrollar el liderazgo local capaz de establecer y encabezar dichos equipos.

Para poder lograr lo anterior, los países deben buscar oportunidades para que su personal electoral y otros obtengan experiencia internacional.

Enfrentar las recomendaciones de la evaluación

Las evaluaciones formativas y las evaluaciones agregadas formulan ciertas recomendaciones. Sin embargo, las que resultan al final de un reporte acumulativo llevan una doble carga. En primer lugar, deben recibir la aceptación general; y luego, esperar su instrumentación en un programa futuro.

La instrumentación y la comunicación de las recomendaciones son esenciales para el éxito de la evaluación. A menos que éstas sean tomadas en cuenta con seriedad y tengan impacto sobre los trabajos futuros, el desarrollo del estudio de evaluación habrá sido en vano. Es este el caso incluso cuando los términos de referencia hacen la pregunta expresa sobre la efectividad del programa. Resulta sorprendente ver cómo un reporte que escasamente describe el impacto del programa no es siempre bien recibido. La institución que contrata un servicio de evaluación busca reconocimiento y respaldo, pero también quieren sugerencias para su futuro accionar.

A pesar de que la evaluación puede descubrir una amplia gama de cosas interesantes, el desarrollo de las recomendaciones está restringido por los términos de referencia o por las alteraciones negociadas del mismo documento.

Probar las recomendaciones

Antes de entregar el reporte final, los evaluadores deben poner a prueba las recomendaciones que planean hacer ante un grupo representativo de participantes. En el caso de que haya recomendaciones para futuros programas, los evaluadores deben interactuar con aquellos que pueden probar la validez y la viabilidad de la propuesta.

Si la propuesta tiene implicaciones de personal o de organización, puede ser necesario poner a prueba la viabilidad y la validez con un experto externo. Cuando no es posible, la recomendación debe incluir sugerencias sobre cómo se puede hacer el trabajo adicional antes de su instrumentación.

Dirigir las recomendaciones

Las recomendaciones que no son dirigidas a una agencia con capacidad para instrumentarlas pueden ser de interés general, pero se convierten más en sermones que en propuestas para políticas específicas. Si en el momento de diseñarlas no queda claro quiénes deben instrumentarlas, se debe ponderar entre varias posibilidades para conocer con exactitud quién estará a cargo durante la prueba o durante la fase final de reporte.

En el caso en que sea necesario, una recomendación puede ser formulada como una doble propuesta. Dicha propuesta puede decir: "Este organismo debe investigar y dirigir la creación de un comité permanente para la evaluación del programa."

Diferenciar las recomendaciones

El equipo de evaluación debe organizar un conjunto de recomendaciones a partir de la evaluación, para que éstas sean fáciles de entender y susceptibles de ser priorizadas con el tiempo.

Algunas recomendaciones son fáciles de instrumentar sin causar ningún tipo de controversia. Éstas deben ser identificadas de esta forma. Para el evaluador, éstas tienen la ventaja de establecer un compromiso con el reporte sin requerir mayor inversión por parte de los destinatarios del reporte.

Las recomendaciones más importantes deben ser separadas de aquellas que son opcionales. Las que tendrán un impacto significativo en el futuro deben estar separadas de aquellas que pueden ser utilizadas únicamente cuando resultan interesantes.

Calculando el tiempo de las recomendaciones y del reporte final

Las evaluaciones están sujetas al tiempo. Las recomendaciones individuales deben acompañarse de un calendario, especialmente si la evaluación incluye responsabilidades preliminares para la evaluación del programa.

Sin embargo, el reporte entero también debe tener un plazo de expiración. Las recomendaciones que inicialmente se obviaron pero que se retoman mucho después de que el informe se presentó, se vuelven menos importantes ya que el tiempo ha pasado. Esto es particularmente cierto en el caso de las recomendaciones relacionadas a la dotación de personal o cambios organizacionales.

Los evaluadores deben poner un límite de tiempo a la eficacia de las recomendaciones, así como sugerir la manera en que futuras evaluaciones, de ser necesarias, debieran ser consideradas.

Planeación para la instrumentación

La tarea de los evaluadores continúa. Mucho de lo que sugieren o escriben no es llevado a cabo. Aumentando la pertenencia, legitimidad y confiabilidad del proceso evaluador es posible incrementar también la posibilidad de llevar a cabo estas recomendaciones.

También existe la posibilidad de que la instrumentación se realice sin tomar en cuenta el estudio evaluador; los evaluadores deben estar preparados para esta eventualidad.

Empero, hay momentos en que los evaluadores deben contemplar la posibilidad de trabajar junto con su cliente para establecer unos términos de referencia que permitan planear para la instrumentación, y que de alguna forma el equipo evaluador pueda participar en dicha instrumentación.

Los equipos que incluyen miembros del personal de la organización del cliente pueden tener más éxito en esto, al igual que las evaluaciones que han invertido tiempo para comunicar sus descubrimientos y que han los discutido en un foro para la planeación junto con los involucrados.

Aprendizaje del sistema

Los sistemas establecidos para poner en práctica los programas de educación al votante y de educación cívica son por lo general efímeros. Estos sistemas pueden tener como componente principal, un grupo de educadores, o incluso una o dos instituciones estables; no obstante, mucha gente y muchos recursos habrán sido movilizados por el bien del programa. Estas personas volverán a retomar sus otras responsabilidades y los recursos redistribuidos o simplemente se terminarán.

Si bien los programas educativos institucionalizados tienen, por definición, un sistema de aprendizaje del sistema incorporado, los programas más efímeros y de naturaleza más periódica requieren de procedimientos especiales para garantizar que en el momento de construir el siguiente programa, lo que se pierda sea verdaderamente muy poco. Debido a que es muy probable que la educación relacionada con las elecciones y otros eventos democráticos sea predominante dentro de los programas organizacionales o dentro de las campañas nacionales, el aspecto efímero de la educación cívica y de la educación al votante por lo general se mantiene dominante.

Conservación de registros

Muchos educadores están acostumbrados a llevar registros de los alumnos. También pueden conservar planes para las lecciones, portafolios para el aprendizaje, conjuntos de materiales y, ocasionalmente, perfiles de evaluación del personal. Los registros que se requieren para los programas educativos a favor de las elecciones y la democracia, deben permitirle a los planeadores ahorrar tiempo y esfuerzo al establecer un nuevo programa, al igual que ayudarles a entender el contexto dentro del cual operó el programa anterior, con el fin de facilitar los ajustes y las adaptaciones necesarias.

La organización o el personal responsable

Cuando existe una autoridad electoral o una institución oficial responsable de la educación cívica y de mantener los registros, el o los responsables saltan a la vista. Sin embargo, en muchos de los casos, no resulta tan obvio. Muchos de estos programas involucran un amplio rango de organizaciones locales e internacionales, las cuales pueden insistir en llevar sus propios registros. Éstas pueden no tener un protocolo para compartir sus registros. Por el otro lado, cualquier registro que consista de recursos compartidos puede haberse perdido. En los lugares en que se ha conservado un registro universal, gracias a que fue integrado por la organización creada para una tarea específica (por ejemplo, el que instrumenta el proyecto o el evaluador), éste desaparece dentro de una organización que no reconoce su existencia o importancia.

Métodos para archivar la información

Sin importar el método que se elija, el propósito principal de archivar la información es que pueda ser encontrada nuevamente. Distintos tipos de información puede ser archivada de diferentes formas, pero antes de establecer el sistema se deben considerar las necesidades de los futuros usuarios.

  • Fichas técnicas o bibliográficas. Las tarjetas, son organizadas en orden alfabético dentro de un conjunto de cajones o (si son lo suficientemente pequeñas) dentro de un marco como los Rolodex, los cuales son especialmente buenos para archivar detalles personales. Éstas son utilizadas por muchos profesionales que mantienen información de sus clientes, debido a que son fáciles de llenar, no ocupan mucho espacio y pueden ser encontradas y revisadas con facilidad. Ahora bien, éstas no pueden incluir mucha información y no son útiles para guardar documentos. Por lo general son utilizadas, junto con otros sistemas de archivo, como una forma de mantener un índice o un registro acumulativo de un sistema más amplio.
  • Sistemas de archivo. Se debe desarrollar un sistema de fácil acceso para archivar los documentos. El encargado de desarrollarlo debe entender que su principal propósito es facilitar la búsqueda de documentos. Con suerte, dicho entendimiento puede conducir a la creación de un sistema que permita el archivo de los documentos en orden de importancia y profundidad. Siempre debe enfrentarse el problema de la cantidad de espacio disponible para el archivo de los documentos. Quizá sea necesaria una limpieza y eliminación de algunos documentos, y por tanto, algunos protocolos deben crearse para la administración del archivo. Los sistemas de archivo pueden ir desde un conjunto de cajas para llenar los cajones, hasta microfichas y computadoras. Se debe tener mucho cuidado en que el sistema elegido no desgaste los materiales con el transcurso del tiempo. También es muy importante mantener copias de toda la información para que no se pierda nada de lo que se necesita.
  • Agendas de direcciones. Muchos documentos y recursos pueden resultar dispersos después del programa. Por ello, es muy útil mantener una pequeña libreta en orden alfabético que contenga la ubicación de todas las cosas para facilitar cualquier búsqueda. Dicha libreta enumerará las cosas de la siguiente forma: los hoteles se encontrarán bajo el título de "hospedaje", los proveedores telefónicos, las agencias telefónicas, etc., se encontrarán bajo el título de "comunicaciones". El objetivo de dicha libreta es concentrar toda la información que le permita a un programa encontrar los proveedores, recursos, consultores y empleados que cuentan con la experiencia anterior en elecciones requerida.
  • Archivadores y estantes. Parte de la información tendrá que ser mantenida dentro de un ambiente parecido a una biblioteca. En los lugares donde hay una biblioteca con ubicación central, ésta debe ser utilizada. Sin embargo, sin importar si ésta existe o si los recursos están dispersos, un sistema de índice y de catálogo debe permitir la ubicación de los documentos. Los sistemas con base en bibliotecas son especialmente útiles para guardar reportes y publicaciones. Éstas pueden ser extremadamente versátiles. El centro de recursos F. Clinton White de IFES puede preservar y poner a disposición materiales de audio y de video, parafernalia de las elecciones, estudios de caso y materiales de trabajo.
  • Sistemas de cómputo. Antes de computarizar cualquier sistema, debe haber una estrategia que permita el archivo, la indexación y la recuperación de información. Los sistemas computarizados, en su forma más simple pueden reemplazar los sistemas de tarjetas indexadas. Si los materiales pueden ser copiados con un escáner, los registros computarizados pueden incluir dibujos, sonidos, e incluso películas y videos. Un contacto personal puede ser añadido a una foto, a un discurso grabado o a un currículum vitae. Al igual que todos los otros sistemas, el computarizado es tan bueno como la información que almacene.

Todos los sistemas requieren unos parámetros claros:

  • Quién es el responsable de registrar y de recolectar los materiales
  • Qué formato se va a utilizar para mantener los registros
  • Qué se va a guardar
  • Dónde se van a guardar los registros
  • Quién tendrá acceso a ellos
  • Quién va conservar los registros

Detalles sobre el personal y los voluntarios

Una buena organización en los procedimientos para el registro de personal, sin importar que éste sea de medio tiempo, temporal o voluntario, facilitará el preservar los detalles del personal. Empero, dentro de la dinámica de unas elecciones, especialmente en las semanas anteriores a ésta, los voluntarios en particular, entrarán a formar parte de los programas por muy corto tiempo. Como consecuencia de esto, sus nombres y los detalles de contacto pueden perderse fácilmente.

Este es uno de los elementos disponibles más importantes dentro de un programa educativo, así como el que mayor inversión en tiempo y dinero ha recibido. Esta sección utiliza el término de "personal" y "voluntarios" para recordarles a los educadores que sus programas siempre involucran gente proveniente de distintos ambientes. Estas personas pueden ser empleadas directamente por la autoridad electoral o pueden ser remitidas a dicha autoridad por otra organización para una ocasión específica. Pueden ser trabajadores temporales o voluntarios con un salario mínimo o sin ninguna remuneración. También puede haber empleados de tiempo completo provenientes de otra organización, quienes participan en el programa por cuenta de dicha organización. Igualmente, pueden ser personas reclutadas por dicha organización a partir de una lista de opciones similares.

Cualquiera que sea su posición, es muy probable que estas personas hayan recibido un entrenamiento o que hayan tenido experiencia en el desarrollo de los materiales o conduciendo algunos aspectos del programa. También puede ser que dichas personas hayan trabajado en una oficina haciendo el trabajo preliminar o analizando los datos de la encuesta y la evaluación. Sin importar cuál sea el caso, éstas llevan consigo la sabiduría y la experiencia organizacional asociada normalmente con los sistemas, pero dichas personas tienden a dispersarse una vez finalizan las elecciones. Los programas educativos son aún más vulnerables que los partidos políticos en este aspecto, debido a que no hay ninguna expectativa confiable con relación a que la gente vaya a estar disponible la siguiente vez, a menos que se mantengan unos buenos registros y que la gente pueda ser localizada. Aún entonces, pueden no estar disponibles durante periodos largos de tiempo. Puede que sólo lo estén para transmitir su experiencia.

Resulta obvio que, cuanto mayor sea el número de gente que participe, y cuantas más veces se involucre a la gente en los programas educativos, hay más posibilidad de encontrar a las personas para futuros programas. Sin embargo, es probable que los países con escasos recursos hayan tenido mayor dificultad para encontrar y entrenar a las personas en todos los niveles. La escasez de personas entrenadas se verá exacerbada si no se llevan buenos registros de aquellos que han obtenido entrenamiento y experiencia.

Hay dos formas para garantizar que se mantengan los registros adecuados, y ambas deben ser utilizadas —las tarjetas indexadas y los certificados.

Tarjetas indexadas

En primer lugar, los educadores deben crear e insistir en el uso de un formato de registro o unas tarjetas para registrar y archivar los detalles personales de todo el personal, ya sean empleados o voluntarios. Este registro debe ser preparado cuando una persona empieza a trabajar, aún cuando no se sepa el tiempo que dicha persona va a ser empleada. Antes de que la persona se vaya, se debe actualizar el registro para que éste incluya la última información de contacto disponible.

Entre más grande sea la inversión en la persona, más importante será el conservar el contacto, por lo cual se debe tener mayor cuidado para que así sea. Sin embargo, un voluntario que entra para dirigir tres seminarios de alto nivel dentro de una elección puede resultar un recurso valioso y central para la próxima elección.

La siguiente información debe ser incluida en una tarjeta indexada, o dentro de una base de datos computarizada:

  • nombre completo
  • todos los detalles necesarios para el contacto (ver Interlocutores e intermediarios)
  • información sobre el trabajo que realizó como miembro del personal
  • una anotación de su supervisor acerca de su desempeño
  • oportunidades de capacitación
  • los certificados entregados (ver más abajo)

Debido a que las elecciones son cada cinco años, por ejemplo, es probable que la información para el contacto en estas tarjetas, no importa si están archivadas en computadoras o en archivos en orden alfabético, se desactualicen y se torne incorrecta. Las personas cambian de residencia; sin embargo, si el archivo ha incluido los antecedentes en organizaciones o la historia laboral de la persona esto puede facilitar la búsqueda de la nueva dirección.

Certificados

Una vez finalizado su trabajo, se puede hacer entrega de un certificado de desempeño a los miembros del personal. La clave es, entonces, que el individuo mantenga esta información. Debido a que mucha gente desempleada puede ser incorporada al programa, y debido a que pueden desear este empleo temporal, hay un gran beneficio si se mantiene una certificación personal de esta naturaleza.

De manera similar, se puede otorgar una certificación para todos los eventos de entrenamiento. Esta forma de registro tiene un valor adicional. Muchas de las personas que trabajan en la educación electoral o cívica no reciben la remuneración adecuada, y en ocasiones no reciben ninguna. La certificación actúa como un reconocimiento del trabajo que han hecho. Dicho certificado no debe ser confundido con un diploma de rendimiento u otro certificado con validez académica, a pesar de que la habilidad de los educadores para ofrecer dichos certificados para por lo menos algunos de sus entrenamientos es una gran ventaja. Los certificados deben ser vistos como un reconocimiento público que debe ser tenido en cuenta.

Por ende, cuando hay instituciones e individuos encargados de recordar y registrar cuidadosamente el trabajo hecho por un individuo en la campaña anterior, encontrar a la gente adecuada para trabajar en la próxima elección es una tarea más sencilla.

Los arreglos logísticos

Cada organización tiene una versión de la broma acerca de la jerarquía, en la que la secretaria resulta ser más importante que el jefe. Uno sugiere que el jefe piensa que él es un dios, pero la secretaria considera que ella controla a su jefe. Sin ella, él no sería capaz de salir por la puerta, y mucho menos ser un dios. Cuando se trata de conseguir que se hagan las cosas, las razones de esta pequeña broma pueden llegar a ser evidentes.

La información importante (tanto formal como informal) a menudo recae en los secretarios, empleados, o auxiliares, que también preparan los itinerarios, las minutas de las reuniones, y los informes de las decisiones. Lamentablemente, en la empresa de la educación electoral, hay una buena probabilidad de que estas personas no estarán cerca para preguntarles cuando algo se necesite. Con toda probabilidad, habrán cambiado de trabajo, junto con su director o comisionado, hacia otras empresas. Si organización educativa fue una muy temporal, el conocimiento normalmente concentrado en una o dos personas clave puede haberse dispersado y, a continuación, se puede haber perdido cuando las personas partieron.

Por lo tanto, registros bien escritos y recuperables deben estar disponibles, permitiendo a las personas que se incorporan al programa por primera vez, o que vuelven después de otro puesto de trabajo, se familiaricen de forma rápida y sencilla. Incluso cuando hay un grupo que se ha mantenido, para que esas personas puedan comunicarse diligentemente con una organización de rápido crecimiento, es esencial un libro sobre la logística y los procedimientos de administración.

Este libro debería incluir una amplia gama de información, de preferencia integrada de manera que se puede encontrar fácilmente. Los libros indexados de los secretarios sobre "dónde está algo", o sus listas ordenadas alfabéticamente, son útiles. Los documentos reunidos en una forma que se puedan buscar por palabra clave también pueden ser utilizados. Como sea que este registro sea hecho, deben tenerse en cuenta el usuario y sus necesidades.

Proveedores de bienes y servicios

Los bienes y servicios pueden variar desde lo más básico (qué agencias inmobiliarias proporcionan bienes en arrendamiento) a lo muy técnico (quién proporciona las estadísticas demográficas de diversas estaciones de radio). La lista puede incluir proveedores preferidos de sistemas de telefonía, servicios legales o de notario y las instituciones educativas, así como el nombre del local de comida rápida y otros recursos necesarios del día a día.

Dichas listas incluyen no sólo la información formal, sino también los nombres de los contactos que de hecho atienden el negocio. También pueden incluir notas acerca de la relación comercial que existía anteriormente y de los mecanismos especiales que se hubieran puesto en práctica para servicios especiales o reducciones de costos.

Este es el tipo de información que no es apreciada en las grandes organizaciones que son más estables y que puede ser recopilada por las autoridades electorales permanentes. Sin embargo, es sorprendente cómo a menudo incluso en esas instituciones, este conocimiento es personalizado y sólo existe mientras algunos funcionarios clave permanecen en su puesto. Esto no puede ser garantizado en los programas de educación, y es un problema particular en las organizaciones no gubernamentales que tienen más probabilidades de estar estrechamente asociados con esos esfuerzos educativos.

La red de la sociedad civil

Una segunda área de conservación de registros es la que se refiere a disponer de los detalles de todas las organizaciones de la sociedad civil que han prestado apoyo al programa educativo. En este caso, las listas deberían ser computarizadas, si es posible, a fin de que puedan mantener una gama de información acerca de cada organización y ser fácilmente actualizadas. En particular, los educadores deberían asentar los detalles, incluidos los de contacto personal, de todos aquellos que participaron en coaliciones y consorcios. El personal de las ONG puede seguido un camino distinto, y puede ser necesario involucrar a las personas, así como la organización anterior.

¿Quién lo tiene?

Debido a la probable dispersión del personal y los recursos, especialmente de los materiales preparados para programas anteriores, debe haber un registro a prueba de fallas acerca de dónde encontrar esos recursos y cuál puede ser la mejor manera. Esta lista puede incluir información acerca de los derechos de autor y otras bibliotecas, de los institutos de investigación y los investigadores individuales.

¿Cómo podemos hacer las cosas?

Durante los programas educativos, se establecen procedimientos que protegen los activos, aseguran la responsabilidad fiscal y las prácticas de empleo justo, reducen los gastos, y mejoran la eficacia del personal. Estos procedimientos deben ponerse por escrito y ser puestos a disposición de las personas antes de que fallen en el procedimiento, o de tener que pasar por la curva de aprendizaje que dio lugar al procedimiento establecido en primer lugar. Debido a que muchos de estos procedimientos tienen implicaciones legales o financieras, deben ser escritos de tal manera que no pueden ser malinterpretados. Están diseñados para hacer la vida de las personas más fácil, así que tienen que ser accesibles y sencillos en lugar de complicados y confidenciales.

Documentación sobre las lecciones aprendidas

Si los educadores han conducido las evaluaciones del programa necesarias y han desempeñado sus propias actividades de información, obtendrán un conjunto de reportes y documentos sustanciales con las recomendaciones pertinentes. (Ver Preparación de reportes).

Aún cuando éstos han sido preparados de acuerdo con los mejores estándares posibles, contendrán mucha información que no tendrá ninguna utilidad en los siguientes programas, que por necesidad empiezan a partir de una base distinta a la que ha sido evaluada. Adicionalmente, aquellos reunidos para establecer el siguiente programa —inmediatamente después del programa anterior o unos años después— pueden no tener tiempo para leer toda la documentación. Un documento, corto y conciso, listando todas las lecciones aprendidas puede ser preparado en muy corto tiempo. Esta pequeña guía puede ser la primera orientación para todos los futuros equipos educativos.

¿Cómo hacerlo?

Por ende, será muy útil conducir un ejercicio de clausura después de la presentación de cualquier reporte al cual asista un gran número de participantes del programa. Este incluirá al equipo de educadores, representantes de la autoridad electoral, y posibles representantes o miembros de organizaciones de interés público que representen los intereses de la ciudadanía en su totalidad. Dicho ejercicio incluirá presentaciones de varios reportes, si hay más de uno, y contemplará varias recomendaciones hechas para desarrollar un documento mucho más corto que liste un conjunto de afirmaciones que puedan ser utilizadas por los planeadores de los programas educativos futuros.

Dicha lista debe consistir de afirmaciones agrupadas bajo el lema de "lecciones aprendidas" o "principios para ser adoptados en los programas futuros". Las afirmaciones serán una combinación de las distintas recomendaciones válidas para un programa educativo, que serán agrupadas y categorizadas bajo una serie de distintos temas tales como: planeación, administración e instrumentación.

Dos ventajas clave

  • Autoría de las lecciones aprendidas. Los futuros programas deben partir de la creencia en que existe una aceptación general de los cambios y las innovaciones, o de cualquier alteración en las funciones y las responsabilidades de las oficinas y las organizaciones específicas. Dicha confianza es esencial si los programas han de ser desarrollados rápidamente, y se construye a partir del desarrollo del conjunto de declaraciones sobre el aprendizaje y del hecho de que han sido creadas por un grupo de gente y no sólo por un educador o por un evaluador.
  • Enunciados sobre planeación resumidos y comprensibles. Tal escrito es un inevitable resumen de una serie de recomendaciones. Es en esa calidad que los grupos de educadores que preparan futuros programas pueden consultarlo. Puede hacer las veces de información básica para quienes desarrollen encuestas, establezcan grupos de enfoque o hagan investigación de campo, y puede ser enviado a los productores de materiales por fax o correo electrónico, cosa que no sería posible con un reporte completo. De hecho, si se prepara con cuidado y está apropiadamente documentado, a diferencia de las recomendaciones que suelen desprenderse de los reportes, es mucho más probable que sea instrumentado.

Conservación de la documentación

Sin embargo, todo esto puede perderse si no se guarda la documentación. En general, parece ser más fácil guardar libros en vez de un pequeño documento de un par de páginas de papel. Es muy posible que la declaración de "mejores prácticas y lecciones aprendidas" se transforme en un libro (oscureciendo su verdadero propósito) o de que sea dejado de lado para favor los reportes más voluminosos de los cuales fueron extraídos.

La mejor manera de asegurar su conservación es incluirlo como un prefacio o resumen ejecutivo en los reportes de proyecto; o si esto no es posible, que se haga referencia a éste y que se incluya como un apéndice. En algunos casos, una colección de todos los reportes pueden archivarse como un solo documento empastado o en una caja de archivo, y luego ese documento reducido puede ser incluido, preferiblemente, como el primero dentro del conjunto de documentos.

Preparación de reportes

La discusión sobre la naturaleza del reporte final del programa, su formato, su audiencia, el contenido general y las personas responsables de su preparación, debe hacerse preferiblemente durante la fase preliminar de planeación del programa. Los educadores son responsables ante su organización, la autoridad electoral, los donantes y patrocinadores, y el público en general de reportar el programa una vez éste haya finalizado.

Existen varios ejemplos de legislación electoral que imponen determinados límites de tiempo para la preparación de los reportes posteriores a la elección. Dichos límites también se aplicarán a los programas educativos que hayan sido patrocinados por la autoridad electoral u organizados en su nombre.

Una vez que ha concluido, es demasiado tarde

El peor momento para contemplar la realización del reporte es una vez que se ha finalizado el programa educativo. Para entonces, la motivación para hacerlo será muy poca, la información requerida no siempre estará disponible y los comentarios requeridos de parte del personal son ya imposibles de captar, puesto que éstos ya se han marchado. Adicionalmente, a pesar de que los conductores de los programas cara a cara o involucrados en la publicidad pueden haber incorporado sistemas de reacción y evaluación, la relación entre esos resultados y el reporte final puede resultar confusa. Mucha información tendría que ser procesada, de la cual sólo una pequeña parte es relevante para el reporte final, lo que requeriría de tiempo y energía adicional.

Prepararse para el reporte

Tras haber establecido oportunamente la necesidad de un reporte, se destinará el personal necesario para prepararlo y empezará a definir las áreas requeridas para la recolección de la información imprescindible para los reportes. Éstos también empezarán a discutir con aquellos a quienes irá dirigido el reporte, acerca de sus expectativas con relación al mismo y a la forma como éste será utilizado y se hará público.

El propósito del reporte tendrá que ser muy claro desde el principio. Por ejemplo, puede ser la historia del programa, un diario día a día, una visión general de los aspectos más importantes o una opinión de alguien externo. En algunos casos, puede haber cierta inclinación para dejar el reporte en manos de aquellos que realizan evaluaciones externas, pero el mejor de los escenarios sería aquel en que dichos evaluadores tengan un reporte interno como parte de su documentación.

Para cumplir con los propósitos del aprendizaje del sistema, los reportes deben ser lo suficientemente anecdóticos y descriptivos como para permitir a los futuros educadores entender el contexto dentro del cual se llevó a cabo el programa, y para ofrecer la información vivencial necesaria, cuyo análisis sirva para el desarrollo de las lecciones generales.

El tipo de reporte

Existen un gran número de reportes aceptables que hacen que la reseña del programa sea considerada como un ejercicio educativo y de comunicación. Dichos reportes hacen uso de un gran número de voces que aportan distintas perspectivas acerca del programa, citas y reflexiones de los participantes, educadores locales, planeadores y administradores. El reporte resumido permite a los lectores reflexionar sobre el programa y sirve como una especie de registro público.

Los reportes no necesitan ser escritos en su totalidad. Existen formas alternativas para mantener un registro, como por ejemplo, la narrativa. Estas alternativas tienen la ventaja de capturar las emociones y la parte humana del programa, haciéndole llegar estos sentimientos al público en formas tal vez más persuasivas y comprensibles.

Los documentales fotográficos, producciones de audio y video, así como la publicación de revistas especiales, ofrecen un registro que puede ser utilizado junto con la narrativa más técnica requerida por un estatuto o por un acuerdo hecho con quien financia.

Los reportes deben incluir al menos los siguientes aspectos del programa:

Los reportes que son preparados después del evento, y que han sido retrasados a raíz de la falta de personal, información o acceso a las partes involucradas, pueden ser útiles para preservar un registro del evento, pero es poco probable que vayan a tener el impacto formativo de los reportes hechos de manera más expedita. Se puede argumentar que dichos reportes poseen el beneficio de ser retrospectivos, cuando la verdad es que se convierten, por lo general, en ejercicios académicos con todas las desventajas que ellos presentan.

La elaboración de estos reportes se hace con base en registros contemporáneos: actas, periódicos, publicaciones mensuales o trimestrales, reportes quincenales, mensuales, semanales o diarios. Si éstos no han sido preparados, se corre el riesgo de perder incluso aquellos reportes diferidos. Entre más se retrase, más difícil será llevar un registro preciso.

Acceso público y transparencia

Sin importar la idea que se tenga acerca del reporte —aún cuando éste sea un compendio de distintos reportes— es muy importante que los referentes a programas educativos estén disponibles para todos los involucrados. La discusión sobre la divulgación debe ser llevada a cabo al mismo tiempo que la planeación del reporte, para que se pueda establecer un compromiso que no sea quebrantado por temor el contenido del reporte.

Si se tiene la creencia de que los reportes incluyen asuntos confidenciales que no pueden ser de conocimiento público, los educadores tienen una serie de opciones abiertas para manejar estos casos. Se puede preparar un reporte público junto con un documento que incluya la información confidencial para ser entregado a los involucrados principales. El reporte puede ser dividido en un reporte altamente técnico y otro anecdótico que esté disponible para todo el mundo. De otro lado, el reporte también puede llevar una fecha para la cual deba hacerse disponible, antes de la cual pueda ser considerado confidencial. Finalmente, los principales involucrados, es decir, aquellos para quienes fue hecho el reporte, pueden elegir divulgarlo sin su respaldo o con una aclaración como apéndice.

Lo anterior es una lista de los compromisos que, por lo menos, permiten que el público tenga acceso a los reportes que son, ante todo, de interés general y sobre el público en cuestión. Con suerte, dichos compromisos pueden no ser necesarios. Empero, al final, son mejores que las prohibiciones directas de los reportes, que ocasionalmente ocurren cuando los reportes contienen información crítica. La palabra "crítica", por sí misma, reúne el significado que hace de ésta una opción infortunada. Estos reportes, a la larga, suelen ofrecer las lecciones más importantes para el público en general y para la mayoría de educadores.

Archivo y protección de materiales

Al igual que en todas las esferas de la actividad institucional, los procesos de educación al votante generan grandes cantidades de documentos, desde información publicada hasta actas de las reuniones, correspondencia escrita y directorios computarizados. Sin embargo, es esencial mantener un registro documental apropiado de dichos procesos. Este registro debe:

  • apoyar la memoria institucional de la organización,
  • permitirle a la organización rendir cuentas,
  • ayudar a garantizar que las lecciones aprendidas sean transmitidas apropiadamente,
  • garantizar que los proyectos futuros no empiecen de la nada,
  • contribuir a la memoria social general.

El término "registro documental apropiado" se utiliza deliberadamente. Claramente, ninguna organización puede mantener todos los documentos que genera, ni tampoco querrá relegar el material realmente valioso dentro de una avalancha de material efímero. La administración de la información es un campo bastante amplio, que incluye un extenso rango de procesos corporativos y de elementos tecnológicos.

Sin embargo, los requisitos fundamentales para el éxito pueden ser resumidos de la siguiente forma:

Primero, hay que adoptar una política flexible que se pueda instrumentar sin incurrir en muchos costos para la administración de la información. Asignarles a los trabajadores responsabilidades específicas para la administración de los recursos informativos. La documentación debe ser administrada en términos de sistemas que faciliten la clasificación, la búsqueda y la preservación. Esto es especialmente importante dentro de la esfera de los registros electrónicos (computadoras). Adoptar políticas en torno a los temas relacionados con el tratamiento del correo electrónico, aquello que conforma los registros institucionales (frente a los registros personales), los directorios compartidos, y los procedimientos de clasificación e identificación. Se deben establecer parámetros precisos sobre dónde se mantiene la información y quién tiene acceso a ella; claridad respecto a lo que debe ser guardado durante un corto periodo y lo que debe ser guardado indefinidamente. De hecho, la política puede determinar que los registros del personal sean mantenidos durante tres años luego de la terminación del servicio, pero que se mantengan dos copias de toda la información publicada relacionada con el reporte.

Resulta imperativo que la documentación que se vaya a preservar sea administrada sistemáticamente. Lo ideal es que se establezca un archivo institucional que sea administrado internamente o a través de un acuerdo con una institución especializada en archivos. Por lo general, las organizaciones son gobernadas en este aspecto por una legislación pública para los archivos. Por supuesto que la organización debe estar acorde con toda la legislación que tenga implicaciones para la administración de la documentación, y la relativa a los archivos es sólo una categoría. Es muy probable que también exista una legislación para los derechos de autor, para el depósito legal, leyes de impuestos y otra legislación para gobernar la documentación financiera, la libertad de información y la protección de la privacidad.

Desarrollo de continuidad

La educación es una tarea que avanza gracias a la innovación y el cambio. Debido a que tanto los educandos como el contexto cambian de un evento a otro, y a que la educación exitosa debe, por definición, dar como resultado el cambio, cuando menos en un alumno, hay una tendencia entre los educadores a subestimar la necesidad de desarrollar una continuidad de un programa a otro.

La constante falta de recursos

Uno de los problemas consecuentes de lo antes mencionado es la falta de practicantes en el campo de la educación a los adultos con habilidades para apoyar las elecciones libres y la democracia. Adicionalmente, sólo una limitada cantidad de lecciones aprendidas y de material son transferidos de una elección a otra. Resulta sorprendente la forma como un solo material, por simple que sea, cuando es registrado puede formar parte de distintos programas alrededor del mundo. Aunque esto puede ser resultado de la eficacia de una pieza de material específico, parece estar más relacionado con la falta de información y de materiales en circulación.

Aquellas autoridades electorales que han sido capaces de desarrollar una continuidad, es porque han podido llevar a cabo programas completos, que siguen el ciclo de la identificación de las necesidades, el desarrollo de los objetivos y de la estrategia de educación, la instrumentación, la evaluación y la reformulación necesaria para establecer un currículum educativo igualmente continuo. Otras autoridades se ven forzadas a apoyarse una y otra vez en el apoyo técnico y la experiencia externos.

La documentación es mejor que nada

La continuidad se logra, por un lado con una buena base documental, y por otro, a través del acceso a un grupo de gente con la experiencia necesaria. Empero, existe un nivel de continuidad que únicamente puede ser alcanzada cuando una institución u organización se mantiene entre programas, y evoluciona y se fortalece al aprovechar sus propias experiencias y convertirlas en lecciones para el futuro.

Establecer instituciones responsables

Para que esto sea un hecho, los países deben responsabilizar a la autoridad electoral o a otro cuerpo estatuario para que se encargue de la conducción de los programas educativos como soporte de las elecciones y la democracia. Rusia, Ucrania y México son ejemplos de autoridades electorales permanentes a las que legalmente se les confiere la obligación de realizar tales programas. Dicho organismo puede contar con poco personal, sin embargo, el sólo hecho de tenerlo significará que se le puede delegar el mantenimiento de los registros sin temor a perder la experiencia del programa. Los educadores deben centrar su atención en el establecimiento de dicho organismo con el apoyo del Estado, sin importar la fuerza de la sociedad civil —a menos que se pueda confiar en que la sociedad civil será capaz de sostener dichos organismos— cada vez que puedan levantar sus ojos de aquellas tareas que les resultan más apremiantes.1

Notas:

1 Algunas sociedades pueden optar por el establecimiento de mecanismos de financiamiento que permitan a las organizaciones de la sociedad civil que promueven la democracia, el obtener fondos del Estado sin una indebida supervisión por parte del mismo; otras sociedades pueden crear organizaciones estatutarias o dar esas funciones a las autoridades electorales o a otras agencias del Estado. Independientemente de la forma elegida, es esencial mantener la separación entre la promoción de la democracia y de un estado democrático, de la promoción de un gobierno en función.


Educación electoral