La votación en el extranjero puede ser controversial. Por ejemplo, los partidos de oposición podrían alegar que se usa para favorecer al partido en el poder, ya sea permitiéndola o no, o bien porque la forma en que se conduce no es suficientemente transparente.
Cuando una elección se observa, una parte integral del proceso es la evaluación de la votación en el extranjero. Sin embargo, esto no significa que cada etapa del proceso tenga que ser evaluada por los observadores, aunque esto fuera posible. La votación de Croacia en el extranjero es un ejemplo claro. Poco tiempo antes de que se realizaran las elecciones legislativas de 1995, se enmendó la ley para permitir que los croatas que vivían en el exterior eligieran a 12 miembros del parlamento. La ley de ciudadanía permitía que cualquier croata por sangre obtuviera la ciudadanía sin necesidad de tener una liga familiar o territorial con la república y sin tener intención de mudarse al país. La única condición era que la persona interesada firmara una declaración en la que afirmara “que se consideraba ciudadano(a) croata”. La intención y el resultado de la regla fue que los más de 300 mil croatas que residían en Bosnia y Herzegovina obtuvieron la ciudadanía croata y el derecho a votar. La oposición señaló que el gobierno en turno tenía confianza en que los croatas residentes en Herzegovina, votarían a favor de los partidos nacionalistas. Es por eso que las condiciones políticas y legales de la votación en el extranjero fueron más importantes que su conducción técnica.
La OIDDH-OSCE decidió no observar la votación en el extranjero de las elecciones presidenciales de Croacia en 1997. La votación se realizó en mesas que se instalaron a lo largo de Herzegovina y en algunas ciudades de Bosnia y Herzegovina; por lo que con una misión de la OSCE bien establecida en Bosnia y Herzegovina se hubiera podido realizar una operación de observación de muy buena calidad. Debido al marco general y a las inusuales reglas de ciudadanía (que Bosnia y Herzegovina podrían considerar hostiles), el problema principal para desplegar una misión de observación no tenía que ver con la logística, sino con el hecho de que las elecciones mismas se llevaran a cabo.
En las elecciones legislativas de Croacia en 2000, la votación en el extranjero fue observada por la OIDDH-OSCE, en parte porque se estaba desarrollando una discusión entre Croacia y Bosnia y Herzegovina, sobre la ciudadanía, y en parte porque los partidos en disputa querían que también se observara esta parte del proceso.
Aunque exista un acuerdo general para permitir el voto en el extranjero, el proceso en sí mismo puede ser difícil de observar. Con frecuencia, los votos en el extranjero no se emiten de manera personal y el dispositivo puede cubrir áreas geográficas muy extensas. Por eso, las consideraciones referentes a la observación del voto en el extranjero pueden involucrar cuestiones logísticas y prácticas. Al final, es muy importante que la misión de observación no emita conclusiones que no puedan sustentarse con la evidencia que se recolectó del proceso.