La observación del voto en el extranjero puede ser difícil cuando hay poca transparencia sobre el proceso y por los costos que implica. La recolección de evidencia representativa de primera mano de todas las etapas del proceso puede ser imposible. En un principio es necesario que la observación comprenda los siguientes pasos:
- la evaluación del entorno político en donde se desarrollará la votación externa. ¿Existe un acuerdo general sobre los términos del voto en el extranjero y la confianza en el proceso?;
- la evaluación del marco legal y de los pesos y contrapesos con que cuenta el sistema;
- la evaluación de la campaña pre-electoral. Se sabe que no aplican las leyes electorales del país anfitrión, pero será conveniente analizar las acciones que se llevan a cabo para coadyuvar a que los electores en el extranjero tomen una decisión informada;
- si la votación se realiza personalmente se debe observar la compilación, el empaquetado y el sellado de los materiales electorales a partir de una muestra razonable. La evaluación de qué tan extensa debe ser la muestra, dependerá de si se quieren sacar conclusiones del voto en el extranjero como un proceso separado, lo que requerirá mayor cobertura, o si sólo se le concibe como una pequeña parte de la evaluación de toda la elección;
- si la votación se realiza por correo se tiene que observar la verificación de las listas de electores externos, la distribución, recepción y verificación del material de votación y el escrutinio; y
- si el voto es electrónico, se evaluará el proceso de instrumentación del sistema incluyendo las reglas para verificar la identidad de los electores, los registros auditables y la validación que realiza el organismo electoral.
Desde el punto de vista de la observación, todo el dispositivo para el voto en el extranjero constituye un reto. La observación doméstica normalmente se basa más en una cobertura extensa que en una muestra y por eso las ONG locales tratan de cubrir todas las mesas de votación. Sin embargo, las organizaciones de observación locales pueden carecer de los recursos necesarios para realizar una observación adecuada en las embajadas y oficinas consulares (aunque una red mundial de indonesios, formada en su mayoría por estudiantes, logró una amplia cobertura en las embajadas para supervisar la votación de las elecciones de transición en 1999). Las misiones internacionales tienen una tarea más sencilla en términos de recursos cuando observan la votación externa en un entorno controlado, ya que la muestra puede ser más limitada.
La votación por correo y por internet es más difícil de observar. El primer problema es la identidad de los electores. En 1998 y 2000 se documentaron en Bosnia y Herzegovina una serie de intentos para suplantar a electores por correo que supuestamente vivían en el extranjero. En cuanto a la votación por internet, algunos de los problemas de seguridad se resolverán en el futuro, pero se perderá el registro en papel, que es la papeleta. En las votaciones que se basan en papeletas siempre es posible solicitar un recuento y la votación puede ser presenciada por los observadores y representes de partidos.
La confianza general en el organismo electoral es la condición más importante para que se realicen elecciones fidedignas en un entorno sin control. Incluso la votación externa que se realiza en entornos controlados necesita esa confianza, ya que la observación total resulta muy complicada para los partidos y las ONG.
El entorno político
En democracias que se encuentran en transición la votación en el extranjero suele ser un proceso controversial, ya sea por motivos políticos o técnicos, tal como se describió en el caso de Croacia. En Zimbabwe, la oposición buscó reglas más liberales para la votación en el extranjero, posiblemente porque creían que el presidente Robert Mugabe tendría menos apoyo entre las personas que abandonaron el país. Sin embargo, la misma oposición criticó la instrumentación del voto en el extranjero por la falta de transparencia y control.
El entorno político en que se desarrolla la votación externa y la independencia e integridad que tenga el organismo electoral son elementos clave para la evaluación que realizan los observadores. Particularmente, los acuerdos para llevar a cabo la votación externa tienen que estar sujetos a un alto grado de consenso, pues la transparencia del voto en el extranjero tiende a ser casi inevitablemente menor que la interna. Cualquier imposición proveniente de una mayoría política podría traer consigo acusaciones de fraude y manipulación, a menos que la integridad de los administradores esté fuera de toda duda.
El voto personal en un entorno controlado
Puede ser difícil observar todas las etapas del voto en el extranjero. Si la votación se realiza personalmente en un entorno controlado (como en las oficinas de embajadas o consulados), es posible la observación pero a un costo elevado. Si se dispone de recursos, la observación de esta clase de votación puede asemejarse a la que se realiza dentro del país, donde se elige una muestra para recolectar evidencia de primera mano y el proceso se observa desde la apertura hasta el cierre de la votación, incluyendo la compilación y el sellado de los materiales. Sin embargo, hay diferencias importantes con relación a la observación dentro del país. Los observadores tienen que permanecer en el mismo recinto o mesa durante toda la votación, en lugar de moverse de un sitio o mesa a otra durante la jornada electoral. Si el conteo de los votos se realiza en centros de escrutinio en lugar de hacerlo en las mesas de votación, pueden surgir dudas sobre la integridad de los votos durante su traslado. En esos casos, será tarea de los observadores vigilar el proceso de compilación, empacado, sellado y recepción en el centro de escrutinio, además de supervisar el conteo.
El voto por correo
Si la votación se realiza por correo, la emisión del voto no se puede observar, pero sí se pueden observar otros procesos como el mantenimiento del registro de electores en el extranjero, los formatos de las cartas enviadas a los electores y la documentación que tiene que acompañar a la papeleta a su regreso, así como revisar la autenticidad de las papeletas y vigilar el escrutinio. Sin embargo, el proceso puede extenderse por un largo periodo que sería difícil de observar en su totalidad.
El voto electrónico
Si la votación en el extranjero se realiza electrónicamente, por ejemplo vía internet, la observación de todas las etapas del proceso representará un reto aún mayor. La confianza en el proceso dependerá del nivel de confianza que se tenga en el sistema informático, que a su vez depende en gran medida de la confianza que se tiene en el organismo electoral.
Los sistemas informáticos tienen que cumplir con ciertos criterios, como ser confiables, fáciles de usar, seguros (que puedan resistir ataques internos o externos) y verificables (que puedan revisarse). Es importante que los sistemas informáticos se puedan manejar interna y externamente. Los programadores internos pueden incluir funciones capaces de modificar los resultados. En teoría, una manipulación de este tipo sería dirigida por la administración electoral. En las democracias en transición, si la confianza general es baja, un sistema electrónico de votación podría aumentar la desconfianza en el proceso electoral.
Es casi imposible que cualquier misión de observación efectúe una validación total. Por eso es importante que se tenga cuidado para no dar la impresión de que se realiza una validación de todo el sistema cuando los expertos en informática han validado solamente una parte del proceso. Realizar un ejercicio de inspección técnica por medio de expertos podría dar la falsa impresión de que los sistemas se están validando a la luz de estándares internacionales.
Específicamente, es casi imposible que una misión de observación pueda evaluar una manipulación interna del proceso. Aunque la misión de observación contara con expertos en informática, es mejor que se concentren en el proceso que siguió el organismo electoral para la adquisición de los sistemas y no en realizar una validación independiente.
La evaluación del proceso de adquisición debe incluir:
- la selección del proveedor, incluyendo los requisitos de certificación comparados con los estándares aceptados de calidad y seguridad;
- la validez de las necesidades específicas y de diseño;
- el uso de auditorias de calidad durante la instrumentación; y
- las estrategias para probar el sistema.
Adicionalmente, es importante evaluar si se cuenta con registros auditables o si se pueden recuperar datos en caso de fallas en la operación del sistema. Sin embargo, no debe perderse de vista que siempre faltará el principal registro para auditorías que tienen las elecciones tradicionales: las papeletas. Por este motivo, no es posible reconstruir los resultados sobre la base de los registros en papel. Esto explica por qué los observadores tienen que poner énfasis en evaluar si existió un consenso general sobre la introducción del voto por internet y en la integridad del organismo electoral. Dicho organismo tiene que validar un prototipo del sistema informático y sólo él puede asegurarse de que el sistema que se use en las elecciones es efectivamente el que ha sido validado, sin haber sufrido manipulación alguna por parte de los administradores electorales.