La
importancia de estas elecciones para la opinión pública nacional e
internacional radica en que el país tuvo 32 años de elecciones con un alto
grado de coerción y bajos niveles de libertad y transparencia, por esto el
escrutinio de este caso recobra gran relevancia. Los mecanismos para realizar
la elección fueron escogidos en función de la necesidad de transparencia y con
el objetivo de lograr que esta elección pudiera servir como modelo para otras
elecciones de transición.
Por
otro lado, los notorios problemas que se tuvieron para consolidar los
resultados podrían servir como un recordatorio de la importancia que tiene
planear y capacitar cuidadosamente para el escrutinio, el proceso de resultados
y el de votación. Las elecciones de transición de 1999 en Indonesia no reflejan
la conducta habitual de las elecciones tempranas, tampoco reflejan la conducta
que podrían tener las elecciones subsecuentes.
Las
principales diferencias que tuvo esta elección en comparación con las previas
fueron dos, se incrementó la participación política (hubo 40 partidos en
comparación con los 3 de los 32 años previos) y se trató de construir la
transparencia mediante procedimientos. Se autorizó la presencia de un número
ilimitado de observadores nacionales e internacionales para que presenciaran
tanto la votación como el escrutinio. Además, los representantes de partido
(máximo uno por partido), tuvieron la libertad de observar el proceso y de
impugnar los elementos de la votación y del conteo.
Las
elecciones del 7 de Junio de 1999 se realizaron para tres niveles de gobierno -distrital,
provincial y de legislaturas regionales-. Para las elecciones nacionales
estuvieron en juego 462 escaños (38 escaños se reservaron para los militares y
para la policía, haciendo un total de 500). Estos 462 escaños se repartieron
entre las provincias sobre la base de su población, pero tratando de favorecer
a las islas externas con población más dispersa sobre Java que es la más
densamente poblada.
La
votación se llevó a cabo de las 8:00 a las 14:00 horas, se contó con aproximadamente
300,000 mesas de votación a lo largo del país –lo que significó una hazaña
logística en un país conformado por 17,000 islas, de las cuales algunas son montañosas
y otras densamente boscosas.
Después
del cierre de la votación, los votos fueron contados por los oficiales de mesa
en las mesas de votación. A causa de que 80% de las mesas de votación se
colocaron al aire libre, se tuvo la oportunidad de que no sólo los observadores
y los representantes de los partidos observaran el proceso de escrutinio, sino también
el público en general, esto provocó que el escrutinio se caracterizara por un ambiente
de carnaval y entusiasmo por parte de los espectadores a lo largo de todo el
país.
El escrutinio en las mesas de
votación
Para
propósitos de este estudio de caso, se utilizó una muestra al azar para
ejemplificar ciertas etapas del proceso de escrutinio, en este ejemplo se
utilizó una mesa de votación de un pueblo del subdistrito de Sorkom en Sumatra
del norte.
Antes
de abrir las urnas, los oficiales de la mesa de votación prellenaron los
formatos oficiales de conciliación lo más que les fue posible (ver el ejemplo
del formato C1). Estos formatos fueron difíciles de manejar, eran demasiado
extensos pues hay que considerar que además de que hubo 48 partidos en tres
tipos de elección, se necesitaba que todos los representantes de partido
presentes firmaran y aprobaran la corrección de los documentos. Se tuvieron que
llenar tres copias de los formatos C1 para la mesa, además, cada agente de
partido obtuvo una copia.
El
primer dato del formato que se llenó fue el de boletas recibidas al inicio de
la votación. El total de boletas recibidas debía ser igual al número de
votantes registrados en la mesa de votación, además de otro 3% para
contingencias (por votos estropeados, o para personas agregadas al registro con
tarjetas de registro válidas, o para personas registradas en todos lados con un
formato de autorización especial).
Las
papeletas se fueron firmando conforme se emitían los votos, así que las que
estuvieran dentro de las urnas debían estar firmadas. Como parte de los
procedimientos de la apertura de la mesa, se abrieron las papeletas, se
contaron y se registraron a la vista de todos los presentes, incluyendo a algunos
electores.
Se
abrió la primera urna para las elecciones nacionales y se contaron los votos.
Las papeletas de Indonesia en 1999 fueron del tamaño de un cartel pequeño y se
doblaron de una forma especial para proteger la secrecía del voto. Las
papeletas oficiales tenían la firma del presidente de la mesa, del
vicepresidente y de un tercer miembro de la mesa, además de una estampa con un
holograma oficial.
Las
papeletas de los tres niveles de votación tenían tres colores diferentes para
distinguirse; asimismo, las urnas tenían los mismos colores. Cuando se abrió la
primera urna, se encontraron votos de color equivocado –problema común del
escrutinio cuando se realizan varias elecciones al mismo tiempo. Con la
aprobación de todos los representantes de partido presentes, los votos
equivocados se colocaron en las urnas correctas. Se esperaba que los votos que
faltaban para este escrutinio se encontraran en las urnas que se abrirían
subsecuentemente. Por este motivo, no se llenaría el formato de la conciliación
oficial de los resultados de cada mesa hasta que se terminara el escrutinio de
las tres urnas.
Para
la apertura de cada urna, la primera tarea fue separar los votos inválidos más
obvios, es decir, los no oficiales, los que no tenían las tres firmas y/o el
holograma oficial, las papeletas falsas, las fotocopias, las papeletas más
grandes o más pequeñas que las oficiales, o las que tenían colores distintos, éstas
se separaron y no se contaron. Después, se contaban los votos oficiales, tomando
nota del total y esperando que concordara con la suma recibida menos los votos
sin usar, los estropeados y los no oficiales/inválidos. Si los números no
coincidían, existía la posibilidad de que esto fuera ocasionado porque los
votos para esa elección estuvieran todavía sin contar en otras urnas (por
haberse metido en el color equivocado de urna). Los votos se extendieron uno
por uno enfrente de los representantes de partido, de los observadores y del
público en general, se levantaban a la vista de todos y el presidente nombraba el
partido al que correspondía, llevando la cuenta en pizarrones grandes y visibles
a todos.
Si
lo deseaban, los representantes de partido y los observadores podían tener
formatos para llevar una cuenta paralela al mismo tiempo. Una cuestión
interesante de las elecciones de Indonesia fue que los votos se perforaron en
lugar de marcarse. Por este motivo, los votos se podían mostrar por el reverso
y el voto era visible para todos, además, las papeletas eran delgadas,
traslúcidas y los símbolos de los partidos brillaban y eran fáciles de ver
desde el reverso de la papeleta, este fue un buen método excepto cuando había
poca luz, (la mayor parte del escrutinio se realizó de día, entre las 14:00 y
las 18:00 horas, pero en algunos lugares el retraso de los materiales ocasionó
que se retrasara el escrutinio, lo que hizo que el escrutinio se realizara con
poca luz) cuestión que pudo ocasionar un problema.
Hubo
casos en que los votantes no perforaron correctamente las papeletas pero
dejaron una abolladura en el papel, se consideraban válidas las marcas sólo si todos
los presentes estaban de acuerdo. Las papeletas marcadas con pluma, perforadas
más de una vez, perforadas de forma ambigua (por ejemplo, en la línea entre dos
partidos) o sin perforación se consideraban votos inválidos, y la papeleta se removía
junto con las papeletas no oficiales.
El
presidente de la mesa se esmeró en forma especial por lograr que la verificación
de validez de los votos fuera aprobada por todos. Esto ayudó a que se
incrementara la transparencia, los buenos deseos y la participación. Se
contaron los votos válidos y se clasificaron, después se verificaron contra la
cuenta del pizarrón. El conteo paralelo que realizaron los representantes de
partido y los observadores presentes sirvió como una verificación triple de la
exactitud del escrutinio.
Después
del conteo y la determinación de los votos, se agruparon por partido utilizando
ligas y se guardaron en un sobre oficial que se selló. Los votos inválidos se
colocaron en otro sobre, se registraron y se sellaron. Estos dos sobres, más el
de los votos estropeados fueron colocados en una bolsa de plástico. Este
procedimiento se repitió con los votos a nivel provincial y distrital.
Cuando
los votos ya se habían contado para cada elección, el presidente de la mesa
pidió al vicepresidente que contara el número de votos para cada partido y para
cada elección en la hoja de cálculo. El presidente anunció el número total de
votos para cada partido de tal forma que los representantes y observadores pudieran
escuchar. Entonces, el vicepresidente y otro miembro de la mesa se encargaron
de registrar el número de votos para cada partido en el formato oficial de
conciliación (tres copias). Al mismo tiempo, otro miembro de la mesa de
votación registró los mismos números en un formato grande sobre el pizarrón.
Las
tres copias que se realizaron fueron firmadas por todos los oficiales de la
mesa de votación y por todos los representantes de partido presentes. Un
formato tenía que guardarse y sellarse junto con los demás materiales de la
elección, otro se tenía que pegar públicamente en la mesa y el tercero se tenía
que mandar al comité electoral para que consolidara los resultados.
Los
sobres sellados se guardaron dentro de una de las urnas, otros materiales se colocaron
en una segunda urna y todos los materiales fueron escoltados por los oficiales
de mesa, representantes de partido, observadores y público en general hacia el
lugar designado por el comité electoral del pueblo para guardarlos de forma
segura durante la noche.
Consolidación de los
resultados
Los
comités electorales del pueblo, conocidos como PPS, fueron responsables de entre 2 y 9
mesas de votación cada uno, dependiendo de la población del área. Las
elecciones de Indonesia fueron organizadas sobre una jerarquía de seis niveles:
el Comité Electoral Nacional y la comisión (KPU/PPI), nivel provincial (PPD1),
nivel regencia/municipal (PPD2), nivel distrital (PPK), nivel sub distrital/pueblo
(PPS) y nivel mesa de votación.
Los
formatos oficiales de conciliación se consolidaron en cada nivel –esto significa
que el PPS (pueblo) consolidó los resultados de sus mesas de votación y enviaron
al nivel de sub distrital (PPK). El nivel distrito consolidó y envió los
formatos oficiales al siguiente nivel (municipal), pero también envió los
resultados directamente a un centro de escrutinio que llevaba un conteo
paralelo en Yakarta, realizado por agentes internacionales (Australia). A los
resultados oficiales realizados manualmente les siguió la consolidación a nivel
provincial y nacional. Este fue un proceso programado para realizarse en
aproximadamente dos semanas, que fue seguido por un proceso de legalización y
anuncio oficial. El conteo computarizado se consideró no oficial, pero dio
resultados más rápidos. Algunos grupos de observadores también realizaron
conteos paralelos.
La
ley estipula que los escaños se destinan a los candidatos sobre la base de las circunscripciones
(pero con un sistema de representación proporcional). La lista de candidatos de
cada partido/circunscripción se tiene que conocer por anticipado.
Si
a un partido le corresponden tres escaños, el uso de la conciliación de números
fue un aspecto importante de los formatos de la elección y también el área en
la que muchos oficiales electorales tuvieron dificultades. En el ejemplo que se
utilizó de mesa de votación, los resultados se repartieron entre once partidos,
con dos partidos muy empalmados, resultando una victoria marginal para Golear,
el partido que unos años antes había obtenido el 90% de la votación. Esto da un
ejemplo de los cambios que una nueva ley electoral, una campaña libre y
procedimientos claros y transparentes pueden dar a un pueblo pequeño.