Después
de que se realizaron recuentos administrativos y de que la autoridad electoral
declaró oficialmente los resultados de la elección, puede existir la
posibilidad de impugnar los resultados mediante una apelación ante un tribunal ordinario
o un tribunal especial en materia electoral.
Algunos
países establecen tribunales electorales especiales durante los períodos
electorales, o incluso de manera permanente.
Normalmente,
la impugnación ante un tribunal se tiene que realizar a través de una petición
legal formal. Las impugnaciones pueden ser realizadas por candidatos, partidos,
por el electorado o por el organismo electoral. Quienes impugnan formalmente el
resultado de una elección tienen que fundamentar su solicitud.
Generalmente
existe un límite de tiempo para impugnar los resultados de la elección ante un tribunal.
El límite es por lo regular más largo que el que se da para solicitar un recuento
administrativo, porque la naturaleza legal de los procedimientos que maneja un tribunal
requieren mayor preparación. Adicionalmente, es usual que el tribunal disponga
de un plazo límite para resolver sobre la impugnación.
En esta
etapa, se puede cuestionar cualquier aspecto de la elección, incluyendo:
- La
exactitud de la lista de electores,
- Si los
electores fueron intimidados, sobornados, o se les impidió votar,
- Si los
oficiales electorales actuaron de manera parcial o partidista,
- Si los partidos
o candidatos actuaron de manera inapropiada,
- Si los
candidatos reúnen los requisitos para ser elegidos,
- Si los
votos fueron emitidos fraudulentamente, o
- Si hubo
errores o irregularidades en el proceso de escrutinio.
Algunos
países limitan la posibilidad de presentar apelaciones ante el organismo
judicial solo a aquellas que afecten los resultados. Por eso se requiere que
quién presente la apelación compruebe que tiene un efecto sobre los resultados
de la elección.
Los
tribunales encargados de resolver las disputas electorales suelen tener la
facultad para reexaminar las papeletas y otros documentos de la elección, o
para ordenar un recuento. Normalmente tienen atribuciones para confirmar o
modificar los resultados originales de la elección. También pueden tener el
poder para ordenar que se realice otra elección.
Los
fallos de los tribunales suelen estar condicionados por resoluciones
precedentes (jurisprudencia). Para mantener la integridad del proceso
electoral, es importante que se interpreten las leyes electorales de forma
consistente. En particular, cada sistema electoral debe disponer de un conjunto
de reglas que definan con la mayor claridad cuáles son las marcas aceptadas
para llenar la papeleta y otras cuestiones cruciales del proceso electoral.
En algunos casos es posible apelar contra la decisión de un tribunal
ante una autoridad de mayor jerarquía. En otros casos, la ley prescribe que no
se puede apelar en contra de la decisión que tome un tribunal. Esto ayuda a
prevenir que se retrasen los resultados de la elección y la conformación de los
parlamentos o los gobiernos debido a un proceso legal.