La fórmula electoral utilizada influye en la manera en
que se lleva a cabo el escrutinio de votos, en lo que se tiene que contar y en
el lugar en donde esto se realiza.
¿Qué tiene que
ser escrutado?
A continuación se presenta un resumen de los requisitos del
escrutinio de la votación para cada
fórmula electoral:
- Mayoría simple en distritos uninominales: se cuentan
los votos para cada candidato.
- Mayoría simple en distritos plurinominales (voto de
lista por partido): se cuentan los votos para cada lista de partidos.
- Voto limitado: se cuentan los votos para cada candidato.
- Voto único no transferible (VUNT): se cuentan los votos para cada candidato.
- Representación proporcional con listas cerradas, sin panachage entre listas: se
cuentan los votos para cada lista.
- Representación proporcional por listas con panachage permitido: se cuentan
los votos para cada candidato. Si se permite a los electores emitir su voto por
una lista en lugar de votar por candidatos individuales, también se cuenta el
número de votos emitido para cada lista.
- Sistema de doble ronda en distritos unipersonales: se cuentan los votos para cada candidato. Si
se necesita una segunda ronda, se cuentan nuevamente los votos para cada
candidato.
- Sistema de doble ronda en distritos pluripersonales con listas cerradas: se cuentan los votos para cada lista de
partidos. Si se necesita una segunda ronda, se vuelven a contar los votos de la
misma forma.
- Mayoría simple en distritos pluripersonales (Voto de bloque), con panachage
permitido, hay dos posibilidades:
- Cada escaño del distrito se enumera de forma distinta (escaño “a”, escaño “b”, etc.)
y se contiende por separado para cada uno de ellos; el elector tiene un voto
para cada escaño.
- No hay una competencia distinta para cada escaño y los votantes tienen tantos
votos como miembros a elegirse en el distrito.
En ambos casos, se tienen que contar los votos
para cada candidato.
- Sistema de doble ronda en distritos pluripersonales, con panachage permitido. También
existen dos posibilidades:
- Cada escaño se enumera de forma distinta (escaño “a”, escaño “b”, etc.), con
competencia distinta para cada escaño.
- No hay una competencia distinta para cada escaño y los votantes tienen tantos
votos como representantes a elegirse en un distrito.
En
ambos casos, se cuentan los votos para cada candidato. Si es necesaria una
segunda vuelta, se cuentan nuevamente
los votos para cada candidato.
- Representación proporcional por lista con voto preferencial por candidatos en
lo individual:
-
Escenario
A. Los electores deben votar por un solo candidato, y se entiende que este voto
es también para el partido que postula. En este caso, se cuentan los votos para
cada candidato.
- Escenario
B. Los electores deben votar ya sea por una lista de partido o por un candidato
de esa lista. En este caso, se cuentan los votos para cada lista de partido y
para cada candidato.
- Escenario
C. Los votantes deben votar por una
lista de partido y pueden, adicionalmente, votar por uno o varios candidatos de
esa lista. Sin embargo, los votos preferenciales emitidos por los candidatos postulados
por un partido determinado sólo serán tomados en cuenta si equivalen al menos a
un 10% de las papeletas emitidas para dicho partido. En este caso, primero se cuentan
los votos para cada lista de partidos. En segundo lugar, se cuentan las
papeletas del partido en que se marcaron
votos preferenciales. Finalmente, se cuentan los votos preferenciales emitidos
para cada candidato.
- Escenario
D. Los electores deben votar por un
partido y tienen la opción de votar por uno de los candidatos de esa lista. Pero,
además, puede suprimir el nombre de uno de los candidatos de la lista. En este
caso, se cuentan primero los votos para cada partido. Después, se cuentan los
votos para cada candidato. Por último, se cuenta el número de papeletas en las
que el nombre de un candidato fue eliminado.
- Voto alternativo en distritos unipersonales: Sólo se cuentan las primeras
preferencias para cada candidato. Si es necesario, se cuentan las segundas preferencias
o las preferencias subsecuentes de las papeletas de los candidatos que han sido
eliminados (el conteo de segundas preferencias o de las subsecuentes que sean
necesarias suele realizarse a nivel distrital, aunque en Australia es posible
realizar estos conteos de manera extraoficial al nivel más bajo).
- Voto alternativo en distritos pluripersonales: cada escaño del distrito es
numerado de forma distinta (escaño “a”, escaño “b”, etc.), y se realiza una
competencia por separado para cada uno de ellos. En este caso, se cuentan las
primeras preferencias para cada candidato en cada escaño. Si es necesario, se
cuentan las segundas preferencias o las subsecuentes de las papeletas de los
candidatos que han sido eliminados.
- Voto único transferible (VUT): Se cuentan sólo las primeras preferencias para
cada candidato. Si es necesario, se cuentan las segundas preferencias y las
subsecuentes de las papeletas de los candidatos que han sido eliminados (estos
escrutinios subsecuentes se realizan a
nivel distrital).
- Sistemas de representación proporcional personalizada: Se cuentan los votos
para cada partido y los votos para cada candidato. Si esta operación no se
puede realizar simultáneamente, entonces se cuentan primero los votos de los
partidos porque éstos son los decisivos.
- Sistemas paralelos: Se cuentan los votos para cada candidato y para cada
partido. Si la operación no se puede realizar simultáneamente, se empieza con
la categoría en la que el número de representantes a elegir sea mayor.
- Sistemas mixtos: En cada distrito, se usará el procedimiento requerido de
escrutinio, dependiendo de qué fórmula electoral se use en el distrito.
¿En dónde se escrutan los
votos?
La
legislación nacional suele determinar a qué nivel de la administración
electoral se lleva a cabo el escrutinio, puede ser a nivel nacional, regional,
provincial, distrital o en las mesas de votación.
La
opción más sencilla es contar los votos en las mesas de votación. Esta opción es
recomendable porque ahí se encuentran los oficiales que recibieron la votación y
no es necesario transportar las urnas de un lugar a otro, cuestión que brinda
más transparencia al escrutinio.
Realizar
el escrutinio en las mesas de votación también tiene un impacto en términos de
oportunidad, ya que los votantes y candidatos están ansiosos por conocer los
resultados.
Los
votos también pueden ser contados en centros de escrutinio a nivel distrital o
nacional.
En
este caso, se requieren medidas de seguridad que garanticen la confianza del
público: las urnas deben ser selladas para que sus contenidos no puedan ser
alterados o vaciados durante su transporte. Es necesario que los votos sean
transportados por oficiales confiables. Siempre que sea posible es conveniente adoptar
la precaución de permitir que los representantes de los partidos viajen en el
vehículo que transporta las urnas. En países políticamente inestables, puede
ser necesaria la protección armada de los vehículos que transportan las urnas y
a los representantes de los partidos.
Aunque
se considera que escrutar los votos en un lugar distinto a las mesas de
votación no es la mejor alternativa, puede haber algunas razones sólidas para
optar por esta solución:
-
Proteger
la secrecía del voto: Si todos los electores, o un número considerable de ellos
vota por el mismo partido o candidato y existe la posibilidad de que se conozca
el sentido de su voto, el hecho de escrutar los votos en otro local, en donde las
papeletas de varias mesas de votación se puedan mezclar, minimizaría la
probabilidad de que eso ocurra.
- Proteger
a los votantes: Si el partido o candidato electo sabe en cuáles mesas de
votación lo apoyaron y en cuáles no, existe el riesgo de que durante su gestión
tome represalias en contra de las zonas que votaron de “forma errónea”.
- Proteger
la cohesión nacional o social: Si los distritos electorales incluyen
comunidades marcadamente diferenciadas por la lengua, la clase social u otro factor, hacer públicos los resultados
para cada zona que integra el distrito puede reflejar claramente las diferencias
entre el electorado. En situaciones políticas muy inestables, esto puede llevar
a la “victimización” de los candidatos de algunos grupos específicos (por
ejemplo, de minorías étnicas ó lingüísticas). Escrutar los votos en un lugar
distinto a las mesas de votación puede contribuir a ocultar tales diferencias
y, se supone que también, a mantener la cohesión nacional y social.
- Razones
materiales: Las mesas de votación pueden estar mal equipadas para escrutar los
votos. Por ejemplo, si están localizadas en áreas descubiertas debido a la
escasez de inmuebles apropiados, o son demasiado precarias como para que las
operaciones se realicen de forma eficiente. Es preferible escrutar los votos en
centros escrutadores más grandes que estén localizados en edificios públicos
(como escuelas u oficinas administrativas) que están mejor ubicadas y
protegidas contra intrusos.
- Distancias:
En países muy pequeños, puede ser más fácil centralizar el escrutinio debido a las
cortas distancias que se tienen que recorrer.
- Asegurar
que las reglas que rigen la validez de los votos sean aplicadas de manera uniforme
y justa: mientras que escrutar los votos para un candidato o partido es una
función relativamente sencilla que no requiere muchas habilidades, la decisión
de validar cada papeleta requiere mayores capacidades. Incluso en algunos
casos, los jueces más capacitados tienen dificultades para ello. Además, las
reglas que rigen la validez del voto pueden ser comprendidas de forma distinta
por varias mesas y/o por el personal escrutador. Se supone que, el hecho de
tomar tales decisiones a nivel nacional o distrital asegura que las reglas sean
aplicadas por personal capacitado y que la ley sea aplicada de manera
consistente, aún en casos dudosos.
- Necesidades
de los sistemas electorales: Si bien la legislación nacional puede diferir
respecto a los sitios para realizar el escrutinio, las fórmulas electorales suelen
imponer mínimas restricciones a los legisladores en este sentido. En otras
palabras, independientemente de la fórmula que se elija, es posible que el
escrutinio se puede realizar en las mesas de votación o en cualquier otro
lugar, siempre y cuando se tenga claro que una cosa es el escrutinio y otra la
determinación del o los ganadores de la elección.
Los
sistemas de voto alternativo (VA) y de voto único transferible (VUT) sólo
imponen una restricción importante respecto al escrutinio de votos: mientras
que el escrutinio de las primeras preferencias puede realizarse en las mesas de
votación, el escrutinio de las segundas preferencias y de cualquier otra
subsecuente debe realizarse a nivel distrital. Esto porque es sólo sobre la
base de las resultados agregados de primeras preferencias en todo el distrito
que se puede determinar si es necesario un conteo de preferencias adicionales
para determinar un ganador.
El
punto crucial para decidir si es necesario o no el conteo y la transferencia
entre candidatos de preferencias adicionales reside en determinar si alguno de
ellos obtuvo la mayoría requerida de las primeras preferencias. Esta decisión sólo
puede tomarse sobre la base de las estadísticas del distrito. Si con las
primeras preferencias se alcanza la mayoría
necesaria, el escrutinio se detiene ahí y otras preferencias jamás serán
escrutadas.
Si pasa lo contrario, corresponderá a los oficiales
electorales de distrito realizar la eliminación del candidato que haya obtenido
el menor número de primeras preferencias y transferir las segundas preferencias
marcadas en estas papeletas a los otros candidatos hasta que uno de ellos
alcance la mayoría o cuota requerida. Esto implica que, bajo los sistemas de
voto alternativo y único transferible, el ganador no es conocido de forma
inmediata. Este es uno de los inconvenientes señalado por los opositores a esta
fórmula.