La mayoría de los países que delimitan distritos
electorales han establecido límites temporales dentro los cuales ésta debe
ocurrir. Aunque no existe un período estándar, los intervalos de tiempo para la
delimitación no son muy largos. Las islas Seychelles, por ejemplo, exhortan a
que la delimitación de nuevos distritos se lleve a cabo cada tres años, en caso
de ser necesaria. Por su parte, Francia demanda que se realice solamente cada
12 ó 14 años.
La opción más recurrente, para la delimitación periódica,
parece ser diez años: Botswana, Canadá, la India (aunque
las enmiendas a la Constitución suspendieron las delimitaciones posteriores a
los censos de 1981 y 1991, y retrasaron el ejercicio posterior al censo de
2011), Japón, Kenia, Lesotho,
Malasia, Mauricio, México, Nepal, Nigeria, Pakistán, Papúa Nueva Guinea,
Tanzania, Estados Unidos, y Yemen; todos tienen una ley electoral o
disposiciones constitucionales que requieren una delimitación al menos cada década
(en el caso de Botswana, la exigencia es de cinco a diez años; y en Kenia, la ley indica que sea de ocho a diez años).
Albania, Bahamas, Fiji, Nueva Zelandia, Turquía, y
Zimbabwe redistritan cada cinco años. Australia lo hace una vez cada siete
años. Irlanda tiene la obligación de delimitar circunscripciones plurinominales
para su sistema de voto único transferible cada 12 años; Reino Unido también da
un plazo de hasta doce años antes de llevar a cabo otra delimitación.
Por supuesto, el establecimiento de un plazo no significa
necesariamente que la distritación se lleve a cabo. Posterior a la delimitación
de circunscripciones electorales en 1973, la India decidió imponer una
moratoria sobre la distritación hasta después del año 2000, a pesar de una
cláusula legal que demanda una redistritación después de cada censo decenal.
No existen plazos de tiempo establecidos en alrededor de
un tercio de los países que delimitan distritos electorales. Entre los factores
que incitan a la delimitación, además de los períodos de tiempo establecidos, están:
un cambio en el número de escaños asignados después de un censo nacional,
cambios en las fronteras administrativas, y el conseguir un nivel de mala distribución
o “malapportionment”. Por ejemplo, en Macedonia, el grado de mala
distribución no puede ser superior al tres por ciento; si esto ocurre, entonces
debe llevarse a cabo la delimitación. En la República Checa, el nivel señalado es
de 15 por ciento; mientras en Alemania, 25 por ciento.
La
desventaja de una delimitación esporádica son las enormes discrepancias poblacionales
que frecuentemente resultan. Los distritos trazados con pequeñas diferencias
poblacionales al comienzo de la década, por ejemplo, pueden variar
considerablemente en tamaño hacia finales de la misma.
Australia
ha adoptado una solución única para este problema. En lugar de emplear los
datos actuales del registro, los distritos federales son rediseñados utilizando
estimaciones, de tal manera que el número de electores inscritos en cada
distrito sea equivalente en los tres años y medio siguientes, es decir, a la
mitad del ciclo de redistritación en Australia, el cual dura 7 años.
Conclusiones
Las desventajas de las delimitaciones periódicas son el
costo y el tiempo necesario para emprender el proceso. Además, los frecuentes cambios
para distritar alteran los vínculos entre los representantes y su electorado. Para
determinar el intervalo óptimo, los países deben equilibrar los costos de
redistritar con los beneficios de mantener los distritos con cierta equidad
poblacional.