La delimitación o redistritación, requiere de la
compilación de diferentes tipos de información. Las dos piezas esenciales de
esta información son los datos demográficos y los mapas. Los datos demográficos,
que pueden presentarse en forma de censos o registros de electores, representan
el único mecanismo para crear distritos relativamente iguales poblacionalmente.
Estos datos deben estar asociados con un área geográfica específica y ser lo
más exactos y actualizados posible. Los mapas son necesarios para asegurar que
únicamente las unidades de población geográficamente contiguas sean asignadas a
los distritos.
Un tercer elemento que podría ser utilizado en el
proceso de delimitación es la información política. Generalmente, estos datos
se refieren a los resultados electorales –votos por candidatos y de procesos de
elección previos por área de votación. La inserción de datos políticos en la
base de datos de redistritación permite que los delimitadores generen un perfil
político de los distritos propuestos y predecir, en cierto grado, las implicaciones
partidistas de un plan de redistritación.
Los resultados de la elección pueden ser fácilmente
insertados en la base de datos de la distritación si son detallados para la
misma unidad geográfica que la información demográfica. Este probablemente será
el caso cuando las unidades poblacionales para redistritación se basen en los
datos del registro de votantes. Si, por otra parte, las unidades de población
están basadas en un censo, las unidades geográficas y la información política
pudieran no ser las mismas. En este caso, la geografía del censo y la de la elección
tendrán que corresponder de tal manera para poder crear unidades geográficas
que sean asociadas con ambos criterios (información demográfica y política).
En Estados Unidos, por ejemplo, los distritos
electorales son regularmente creados a partir del censo geográfico (censo por bloques
o áreas), pero los resultados de las elecciones son detallados a nivel del área
de votación (los recintos electorales). Estas dos unidades geográficas -- censo
por bloques y recintos electorales -- no son equivalentes. Los estados que
deseen emplear datos políticos, junto con los demográficos, deben desarrollar
algún método para relacionar la información política con las unidades correspondientes
de la geografía del censo.