La delimitación de distritos es una iniciativa costosa que involucra muchas tareas. Se debe recopilar, verificar y sintetizar una gran cantidad de información dentro de una base de datos unificada. A menudo es necesario contratar y entrenar una gran cantidad de personas para crear la base de datos. Una vez que se ha completa el plan de distritación, debe ser evaluado y, eventualmente, modificado. Una vez adoptado el nuevo plan de redistritación, debe ser instrumentado.
La instrumentación del plan requiere a menudo la producción de un gran número de mapas e informes. Se deben hacer cambios en el registro electoral y los electores deben ser notificados de la nueva asignación de distritos. Además, los funcionarios electorales tendrán que redibujar las áreas y reubicar los sitios de votación. Si bien la computarización puede hacer más eficiente el proceso, también puede volverlo más costoso.
Personal
El uso de personal asignado temporalmente puede resultar conveniente en términos de costo-efectividad, dada la relativa naturaleza de corto plazo de los proyectos de redistritación. Los costos subirán si el personal requiere de un gran programa de entrenamiento. Seguramente se requerirá un entrenamiento extenso si se utilizan sistemas automatizados la redistritación.
Creación de una base de datos para la redistritación
La creación de una base de datos para la distritación requiere la recolección y verificación de una gran cantidad de información. Esto incluye información sobre la población -- sean datos de censos o de inscripción de electores-- y mapas detallados y exactos de todo el territorio a ser redistritado. Si la base de datos va a incluir información política, también será necesario recopilar los resultados de las elecciones precedentes. Aunque la información para la base de datos pueda ser almacenada a nivel central, es muy probable que tenga que ser recolectada desde diferentes oficinas de gobierno regionales o locales. Los contactos con estas oficinas pueden ser también necesarios para la verificación de la información.
El costo de crear una base de datos para la redistritación dependerá de la disponibilidad y precisión de la información y mapas requeridos. También dependerá del tamaño del territorio que será redistritado y del nivel geográfico seleccionado como unidad básica para la creación de los distritos. Esta unidad básica puede consistir en condados, villas o barrios enteros, o bien en unidades geográficas más pequeñas como áreas de votación o incluso algunas calles o manzanas en las ciudades. Entre más pequeña sea la unidad básica, mayor será la información que será necesario recopilar y verificar y mayor el costo del proyecto en su conjunto.
Añadir información política a la base de datos incrementará los costos de su preparación. Si los resultados de las elecciones no se pueden obtener fácilmente de una sola fuente o si deben conseguirse a través de procesos de adquisición separados, la recolección de información será más costosa. Si la información política no es reportada al mismo nivel geográfico que la información poblacional disponible, las unidades geográficas electorales y poblacionales tendrán que ser igualadas con el fin de que resulten comparables. Este procedimiento de igualación se sumara a los costos de preparación de la base de datos.
Si se utilizan computadoras, pero la información y los mapas no están disponibles en un formato legible, tendrán que ser convertidos al formato apropiado para poder ser leídos por las computadoras. El procesamiento de los resultados de una elección y de otra información relevante para crear una base de datos automatizada es una empresa costosa. El costo de digitalización de los mapas es aún mayor, pero será necesario si se utiliza el programa GIS (sistemas de información geográfica). Se puede evitar este gasto, si la información y/o los mapas pueden ser obtenidos en un formato electrónico en un diskette, cinta o CD-ROM.
Trazado de las líneas de los distritos electorales
Aunque la etapa del trazado de fronteras de un proceso de redistritación involucra tareas que pueden ser tediosas y que consuman mucho tiempo, el proceso en sí mismo no es particularmente costoso. Los únicos costos significativos son aquellos asociados con el proceso de consulta al público una vez que el plan ha sido propuesto.
Instrumentación del plan de redistritación
Cuando se ha adoptado un plan final de redistritación, sus mapas e informes descriptivos deben ser producidos y difundidos entre los funcionarios electorales y de los gobiernos a nivel regional y local. Esta actividad puede ser menos costosa si se han empleado computadoras para trazar el plan de redistritación, ya que desde las computadoras se pueden generar esos mapas e informes.
Para ejecutar el plan, los funcionarios electorales deben ajustar las listas de registro electoral y notificar a los electores sobre la nueva asignación de los distritos. Los funcionarios electorales deben también redibujar y reubicar las áreas de votación. Estas tareas pueden ser menos costosas si se utilizan computadoras para la configuración de los distritos.
Computarización del proceso de redistritación
El uso de computadoras permite que el proceso de redistritación sea mucho más exacto y eficiente, pero también puede elevar significativamente los costos del proyecto. Se puede emplear un amplio repertorio de tecnología computacional para la redistritación, pero entre más sofisticada sea, es probablemente que el proceso resulte más costoso. Los principales costos de la computarización del proceso será la compra de programas (software), la creación de una base de datos automatizada compatible y la contratación y entrenamiento de personal calificado.
El equipo computacional (hardware) requerido para el proceso de distritación no es particularmente caro. Se puede utilizar una computadora Pentium para la mayoría de los proyectos de redistritación. Los costos pueden ser salvados si las computadoras ya se encuentran disponibles.
El precio de los programas computacionales (sofware) varia ampliamente. Las opciones más costosas son las diseñadas especialmente para un programa de configuración GIS (sistemas de información geográfica). Las opciones menos costosas son los programas comerciales de bases de datos y hojas de cálculo. Pero estas opciones menos costosas son también las menos eficientes.
La contratación y entrenamiento del personal para operar las computadoras pueden ser costosa. Los consultores pueden ayudar en la selección del equipamiento computacional (hardware), el diseño, adaptación o integración del software conforme al equipo disponible y al entrenamiento del personal en la operaciones computacionales. Pero los consultores pueden también ser costosos.
No obstante, la parte más costosa de una computarización del proceso de redistritación puede ser la creación de la base de datos. Esto depende en gran medida de la información que pueda ser obtenida en un formato legible para una computadora. Si la información poblacional y, en su caso, política no está disponible en formato electrónico, debe ser procesada. El procesamiento de la información para crear una base de datos puede ser costoso. La digitalización de los mapas para los programas GIS es especialmente costosa.
Conclusión
El precio etiquetado para la configuración de distritos varía enormemente. En Nueva Zelanda, por ejemplo, se gasta relativamente poco en la redistritación realizada cada cinco años -- se presupuestaron $NZ 1.89 millones para la redistribución en 1998. La última redistribución en Inglaterra costó LUK 5 millones. En los Estados Unidos, se gastan grandes sumas en la redistritación del Congreso cada diez años. Por cierto, el proceso de redistritación en los Estados Unidos es bastante descentralizado, y el monto del dinero que cada estado gasta varía considerablemente. Algunos estados gastaron más de un millón de dólares para trazar los distritos del Congreso en 1991, otros gastaron menos de un diez por ciento de esa cifra.