Un solo país puede ser subdividido en diferentes tipos de configuraciones de distritos y diferentes resultados electorales son posibles a partir desde esa delimitación , aún si el modelo de votación permanece constante, la designación de la autoridad de límites y el poder garantizado a esta autoridad son muy importantes.
En el siglo XIX los distritos, casi en todas partes, fueron trazados por las legislaturas. Los legisladores provenientes del partido político mayoritario, fueron a menudo tentados para promulgar los planes de distritación que favorecieron a sus candidatos a costa de los candidatos de los otros partidos. La delimitación o redistritación, es un proceso que llega bajo un creciente ataque a las tendencias o inclinaciones partidistas.
Durante los últimos cincuenta años, un importante número de países se han inclinado por una tendencia hacia una comisión neutral o no partidista, para evitar caer en tendencias políticas al momento de efectuar la delimitación. En 1964, cuando Canadá adoptó una comisión independiente para fijar los límites en la redistritación, Estados Unidos quedó como una de las pocas democracias que existían deste tiempo atrás, en donde el proceso de redistritación seguía en manos de los políticos. Estados Unidos ha sido también uno de los países que acepta como parte inevitable del proceso de delimitación, la participación de los partidos políticos.
El desacuerdo con la proposición que los políticos no pueden ser sacados del proceso de delimitación, ha llevado a que muchos países hayan establecido comisiones neutrales y promulgado reglas para el trazado de los límites de los distritos. Estas comisiones no tienen vínculos formales con los partidos políticos, y a los comisionados no les es permitido considerar información o datos políticos cuando están trazando los límites de los distritos. En su lugar, los comisionados están obligados a considerar criterios tales como la igualdad de la población y el respeto a los límites administrativos en la decisión sobre la distritación. Desde la adopción de las reformas, pocos han cuestionado la neutralidad del proceso de redistritación en esos países.
La única desventaja para las aproximaciones no partidarias a la delimitación es que, esto no necesariamente produce un plan de delimitación políticamente imparcial. Simplemente ignorar a los políticos no significa que un plan de delimitación no tenga efectos políticos. La aproximación no partidista garantiza solamente que cualquier tendencia política en un plan de delimitación no es intencional.
Soluciones para inclinaciones o tendencias políticas en la delimitación
Algunos países han intentado para idear soluciones al problema de las inclinaciones o tendencias políticas en los resultados de la delimitación. Una solución es permitir que representantes de los partidos políticos más antiguos trabajen en el organismo que toma las decisiones de delimitación. Otros permiten que los representantes de los partidos políticos más antiguos analicen el potencial impacto partidario de un plan de delimitación antes de su promulgación. En Estados Unidos, una o ambas aproximaciones han sido adoptadas por muchos de los estados federados.
En Estados Unidos, un comité legislativo o una comisión bipartidista pueden trazar un plan de delimitación. La información política para determinar los efectos de un plan será ciertamente empleada. Debido a que un plan distrital es también siempre promulgado por la legislatura estatal, el resultado probable es, de cualquier modo, un plan que astutamente favorezca a un partido político o que sea apoyado por legisladores de ambos partidos en vez de un plan políticamente imparcial.
Nueva Zelanda ha adoptado otra aproximación al problema de los resultados con inclinación partidista. Dos de los siete miembros de la Comisión de Representación, son políticos designados -- uno representa al partido de gobierno y el otro a los partidos de oposición. Su presencia en la comisión ayuda a asegurar que cualquier flagrante inclinación política sea reconocida y rectificada. Debido a que los dos políticos nombrados constituyen una minoría de la comisión, ellos no pueden quedar fuera de la votación de los comisionados apolíticos. La neutralidad de las comisiones es por lo tanto, incuestionable. Para mayor información sobre la composición de la Comisión de Representación en Nueva Zelanda, ver el caso de estudio, Redistribución Electoral en Nueva Zelanda.
Conclusión
Si las consideraciones partidistas están para jugar un rol en el proceso de delimitación, entonces esto debe ser claramente entendido por todos los partidos políticos y por el público en general desde un principio. Sea, que los partidos actualmente controlen el proceso, o simplemente lo monitoreen para asegurar un resultado políticamente imparcial, las reglas de regulación del proceso deben permanecer iguales, a pesar de quien sea el partido que tiene el control del gobierno o de la legislatura.
Si, por otra parte, el proceso de delimitación es no partidista, entonces los partidos políticos deben abstenerse de intentar influir en el proceso de delimitación, por lo menos fuera de los canales aceptados. Esto en el hecho quiere decir que el proceso es conducido de una manera políticamente neutral que garantice la aceptación del plan de redistritación, aún si éste termina con un resultado políticamente parcial.