La magnitud del distrito se refiere al número de escaños o cargos
asignados a un distrito, que puede ir desde la aplicación de distritos unipersonales
en todo el país hasta un sistema en que todo el país funcione como un solo
distrito. La magnitud de un distrito es el principal determinante de la
capacidad de un sistema electoral para convertir votos en escaños de manera
proporcional.
La magnitud de los distritos también tiene efectos en los partidos
políticos, los candidatos y la forma de hacer campaña. Los distritos de pequeña
magnitud, por ejemplo, alientan fuertes vínculos entre los candidatos en lo
individual y su electorado. Por otra parte, los distritos de gran magnitud
ofrecen mayor proporcionalidad, pero cuando se elige a un mayor número de
personas en un solo distrito, es más probable que representen distintos puntos
de vista y por tanto, que los electores sientan que sus puntos de vista están
representados en la legislatura. Por consiguiente, la magnitud del distrito
influye en la forma en que los electores sienten que sus opiniones están
representadas.
Los distritos de gran magnitud (junto con un número relativamente
reducido de partidos políticos), incrementan la magnitud de los partidos, esto
es, el número de representantes elegidos de un partido en un distrito. Esto
influye en el proceso de selección de candidatos en los partidos políticos, ya
que si la magnitud del partido es grande, es más probable que la legislatura se
integre por miembros de diferentes grupos sociales y étnicos, y de ambos sexos,
ya que los partidos considerarán que pueden ganar un mayor número de escaños o
cargos si presentan una variedad más amplia de candidatos.
La magnitud del distrito también tiene implicaciones en las campañas. Si
el distrito es pequeño y la magnitud del partido es menor a uno, los partidos
políticos pueden decidir invertir sus recursos de campaña en aquellos distritos
donde tienen oportunidades reales de ganar y no “desperdiciarlos” en aquellos
en los que no tienen oportunidades.
Por lo antes expuesto, ha sido motivo de fuertes controversias cuál es
la magnitud de distrito más apropiada. Los sistemas que quieren reportar el
mayor grado de proporcionalidad utilizarán distritos de mayor magnitud, porque
esos distritos pueden garantizar que aún los partidos más pequeños cuenten con
representación en la legislatura. En los distritos más pequeños, el umbral
efectivo de representación es mayor.
El problema es que cuando los distritos son grandes en términos del
número de escaños y, en consecuencia, en términos de su magnitud geográfica, el
vínculo entre los representantes elegidos y su electorado se debilitan.
Los distritos de gran magnitud pueden tener serias consecuencias en las
sociedades donde los factores locales desempeñan un papel importante en la
política o donde los electores esperan tener fuertes vínculos con sus
representantes para que efectivamente actúen como sus “delegados” en la legislatura.
Los mecanismos de rendición de cuentas pueden disminuir y la gente puede
alejarse de la política si no tienen claro quién representa a su región o
distrito en la legislatura.