La selección de candidatos es el procedimiento a través del cual los
partidos políticos deciden quién los representará en las elecciones. La forma
en que toma esta decisión se determina principalmente por sus reglas y
procedimientos internos. La nominación o postulación es el procedimiento legal
a través del cual las autoridades electorales registran a los candidatos
propuestos por los partidos y aprueban sus candidaturas.
En cada elección, son miles las personas que pueden competir por un
cargo, pero sería prácticamente imposible para los electores realizar una
selección informada entre todos ellos. Por tanto, los partidos políticos actúan
como filtros útiles y necesarios para reducir el número de potenciales
aspirantes.
Los partidos pueden seleccionar a sus candidatos de distintas formas. En
muchos casos, el marco legal establece que los partidos políticos deben elegir
“democráticamente” a sus candidatos, pero este concepto suele ser muy vago o
genérico y no suelen existir normas legales rigurosas o precisas para asegurar
su cumplimiento. Sólo en pocos casos la legislación determina los
procedimientos a través de los cuales se debe seleccionar a los candidatos, y
esos procedimientos pueden tener un impacto directo en el alcance e importancia
del proceso democrático, particularmente si el del partido carece de
transparencia.29
Hay dos conceptos que son claves para el proceso de selección de
candidatos. Uno es el de centralización, es decir, a qué nivel lleva a
cabo el partido el proceso de selección - nacional, regional o localmente-. El
segundo es el de participación que se refiere a quiénes controlan el
proceso de selección, puede ir desde los simples afiliados hasta los
principales dirigentes.
Centralización
En un sistema altamente centralizado, la estructura partidista a nivel
nacional decide lo relativo a la selección de sus candidatos sin ninguna
participación de las estructuras locales. En el extremo opuesto se ubican los
sistemas en que las estructuras locales deciden lo concerniente a la elección
de sus candidatos. Como en muchos otros campos, las prácticas comunes se ubican
usualmente entre ambos extremos.
En la mayoría de los partidos políticos, los candidatos se eligen a
nivel local aunque la estructura partidista a nivel nacional suele tener algún
grado de influencia. Esta influencia puede ser proactiva si se orienta a
promover, recomendar o forzar a las estructuras locales a que elijan a
determinados candidatos, o negativa cuando se reserva el derecho de vetar a los
candidatos propuestos por las estructuras locales. En ambos casos, los partidos
tienen que encontrar un punto de equilibrio entre las estrategias a nivel nacional
y las sensibilidades de carácter local.
Participación
Un caso de participación extremadamente limitado es cuando el líder del
partido decide por sí mismo todo lo relativo a la selección de candidatos. El
extremo opuesto, cuando los miembros ordinarios del partido deciden sin
participación alguna de los líderes en funciones. Esta última situación se
puede ejemplificar con el caso de los Estados Unidos, en la que algunos
miembros (o incluso en algunos Estados todos los electores registrados) pueden
elegir a los candidatos de los partidos a través de un voto directo en
elecciones primarias. La elección se celebra entre todos los candidatos que se
postularon individualmente y es supervisada por el gobierno, sin que tenga
mayor injerencia o control en la estructura partidista. El gobierno también
asegura que la persona que ganó la elección primaria será la que aparezca en la
papeleta representando a su partido.
Los partidos en el mundo optan por distintas modalidades de
participación para sus miembros en los procesos de selección, que pueden
comprender desde elecciones primarias hasta elecciones indirectas en las que
las distintas estructuras del partido envían delegados a un congreso nacional.
¿Qué determina el proceso de selección?
Se suele afirmar que factores como el sistema electoral, la ideología
partidista, la cultura política y la organización gubernamental tienen
influencia en el grado de centralización y participación del proceso de
selección de candidatos de los partidos. Sin embargo, no hay evidencia de que
estos factores sean determinantes.
Es lógico pensar que las estructuras nacionales tengan mayor influencia
en los sistemas electorales basados en distritos pluripersonales, en tanto que
los sistemas basados en distritos unipersonales favorecen la influencia de las
estructuras locales.
En la misma lógica, los sistemas federales tienden a favorecer los
esquemas de selección descentralizados, los partidos con una ideología política
incluyente favorecen los procedimientos de selección más participativos y los
partidos de países con una cultura política altamente jerarquizada pueden
llegar a ser reticentes hacia procesos participativos.
Sin embargo, todos estos factores (y otros más) se combinan en el seno
de los partidos políticos y resulta difícil extraer conclusiones o generalizar.
Ni siquiera en los países en que la legislación dispone un procedimiento
particular en la selección de candidatos es posible saber si la ley es la que
ha determinado los procedimientos o se ha limitado a reflejar las prácticas
existentes.