Un factor que influye en la aplicación de las cuotas voluntarias es el
sistema electoral. Se argumenta que los sistemas de representación proporcional
en particular facilitan la elección de representantes de un espectro más
amplio.
En los distritos unipersonales (que son comunes en los sistemas de
mayoría), cada partido sólo puede postular un candidato. En la práctica, los
partidos suelen seleccionar a los candidatos que consideran que tienen mayores
posibilidades de ganar, esto por lo general significa que el candidato es un
hombre y es miembro del grupo social mayoritario. Este factor dificulta la
aplicación de cuotas voluntarias, por lo que las mujeres y los representantes
de grupos minoritarios tienden a ser postulados sólo en aquellos distritos en
los que el partido no tiene muchas posibilidades de triunfo. Por consiguiente,
las cuotas en los sistemas de mayoría tienden a producir que menos candidatos mujeres o de minorías sean elegidos
en comparación con las aplicables en los sistemas de representación proporcional.34
En un sistema de representación proporcional, los partidos políticos
compiten por un mayor número de escaños en cada distrito y pueden, por tanto,
“equilibrar” las listas o fórmulas partidistas entre sus distintas corrientes o
sectores. Dado que en los sistemas de representación proporcional los escaños
se asignan a los partidos de acuerdo con su porcentaje de votación, en algunos
casos, los partidos pueden decidir sobre el orden de preferencia de sus
candidatos. Algunos candidatos pueden ser colocados en mejores posiciones que
otros. Esto permite que las cuotas voluntarias puedan funcionar mejor en
sistemas proporcionales, en los que una parte de las candidaturas se pueden
asignar a representantes de grupos desfavorecidos.
Para lograr que el sistema de cuotas sea aún más efectivo, algunos
partidos incluso optan por un criterio o fórmula de ubicación (también llamado
“doble cuota”) que asegura que las personas favorecidas por el sistema de cuota
no sólo sean incluidas en las listas, sino que además estén ubicadas en
posiciones que les permitirán ser elegidos. Por ejemplo, si un partido espera
ganar cinco escaños en un distrito en el que están en disputa 15, los
candidatos que ocupan las posiciones 1 a 5 son los “ganadores”, en tanto
que del 6 al 15 no.
Otro factor importante para aplicación de las cuotas voluntarias radica
en la cultura política del país. Si las élites políticas, los medios de
comunicación y, en última instancia, los electores promueven una mayor representatividad, es más probable que
los partidos políticos sean receptivos a las ventajas que representan las
cuotas voluntarias. El grado de apertura de una cultura política determina las
oportunidades que tienen los miembros de los grupos sociales desfavorecidos de obtener influencia
en las decisiones políticas.
La cultura partidista también influye en la aplicación de las cuotas. Se
dice que la discriminación positiva de los grupos desfavorecidos a través de los
sistemas de cuota es más coherente con unos partidos que con otros, por
ejemplo, con los partidos laboristas o asistencialistas. La cultura partidista
con políticas de intervención y redistribución para combatir injusticias
sociales y económicas es muy similar a la intervención que se realiza a través
de los sistemas de cuota.