Los partidos políticos forman una coalición preelectoral cuando anuncian
pública o formalmente que pretenden formar un gobierno conjunto si reciben los
votos necesarios. Sin embargo, en muchos casos los partidos políticos
contienden en las elecciones de manera totalmente independiente y, por
consiguiente, los electores no tienen ninguna oportunidad de aceptar o rechazar
las negociaciones post-electorales que derivan de la formación de una nueva
coalición gobernante.
Al coordinar sus estrategias de campaña y, en ocasiones incluso, armonizar
sus programas políticos, los partidos tratan de mejorar sus posibilidades de
ganar el mayor número de escaños. En algunos casos, los partidos políticos
incluso brindan a sus simpatizantes orientaciones tácticas para votar por algún
socio de una coalición potencial, a fin de asegurar que todos los partidos
políticos que la conforman obtengan el número suficiente de votos para contar
con representación en el Parlamento. Esto se realiza sobre todo en sistemas
electorales en que los electores pueden emitir dos votos en una papeleta y
tienen la oportunidad de dividirlos para apoyar a partidos distintos. Si, por
ejemplo, los simpatizantes de un gran partido emiten sus votos a favor de un
socio de la coalición, esto puede ayudar a que ambos alcancen representación en
el Parlamento.
Las alianzas preelectorales son un fenómeno común en las democracias
liberales. Tan sólo en Europa Occidental, se formaron más de 200 coaliciones
preelectorales entre 1946 y 2012. Los tipos de coalición pueden variar de un
caso a otro comprendiendo desde vagas promesas de gobernar conjuntamente hasta
la estructuración de una plataforma común y orientaciones a sus simpatizantes
para la emisión del voto.
Se puede clasificar a los acuerdos preelectorales entre los partidos de
acuerdo al nivel de claridad o precisión del compromiso para gobernar de manera
conjunta.
De acuerdo con Carroll y Cox46, el compromiso más débil sería aquel que se
limita a la simple manifestación de
trabajar de manera conjunta, el siguiente al anuncio de una plataforma común, el tercero a postular
listas conjuntas a nivel distrital o
nacional y el más sólido sería aquel en que las coaliciones negocian candidaturas únicas, es decir, el
candidato de un determinado partido en un distrito y el de otro partido en otro
distrito para que no tengan que competir entre sí en ninguno de ellos. Además
de estas fórmulas, los autores indican que pueden producirse formas más vagas o
genéricas de cooperación electoral entre los partidos, por ejemplo, postular
sólo algunos candidatos comunes o alentar a los electores a votar por fuerzas
aliadas.
Efectos en la naturaleza representativa del gobierno
Si un partido recibe la mayoría absoluta de los votos y forma gobierno
por sí solo, los electores pueden exigir que sea responsable de sus actos y
rinda cuenta de ellos. Así, los votantes pueden tener una influencia directa en
las políticas de gobierno. Sin embargo, si, por otra parte, los partidos tienen
que buscar socios para una coalición a fin de ganar la mayoría de los escaños,
las preferencias de los electores no necesariamente se van a reflejar en la
coalición gobernante.
Se dice que en estas situaciones son convenientes las coaliciones
preelectorales, ya que permiten a los electores identificar posibles
alternativas de gobierno antes de emitir su voto. Los electores pueden apoyar
directamente a una de las coaliciones propuestas y así conferirle al nuevo
gobierno mayor legitimidad.
Condiciones para la formación de alianzas preelectorales
Si bien las condiciones para formar coaliciones preelectorales no han
sido analizadas de manera sistemática, se pueden encontrar dos grandes
hipótesis acerca de los factores que influyen en su creación.
La denominada hipótesis de la “desproporcionalidad” sostiene que es más
probable que las alianzas surjan en los sistemas electorales desproporcionales
si existen más de dos partidos políticos. El supuesto básico es que el sistema
electoral tiene un considerable efecto en la formación de coaliciones y
alianzas en el periodo preelectoral.
Los sistemas electorales de mayoría/pluralidad generalmente conceden
ventajas a los partidos más grandes. Si contienden más de dos partidos, los más
grandes tienden a buscar alianzas preelectorales para incrementar sus
oportunidades de lograr la mayoría de los escaños. En este tipo de sistemas
electorales los partidos pueden, por ejemplo, compartir sus votos o incluso
transferirlos de manera sistemática como parte de su alianza electoral.
Otro enfoque para explicar la formación de alianzas preelectorales es el
que se sustenta en la denominada teoría del “mecanismo de señales”. La
formación de coaliciones previas a las elecciones se interpreta como una señal
o demostración clara al electorado de que el partido será capaz de
gobernar al país bajo una coalición estable. Esto puede ser especialmente
válido en situaciones donde los partidos opositores forman grandes coaliciones
contra el partido gobernante. Si un gran partido ha gobernado por mucho tiempo,
es posible que los partidos opositores traten de acercar sus posiciones para
formar una alianza a fin de sustituir al gobierno.
46 Carroll, Royce/Cox, Gary (2005) The Logic of Gamson’s Law: Pre-election Coalitions and Portfolio Distributions.