La organización de las elecciones requiere necesariamente que el
organismo electoral esté en contacto con los partidos políticos a través de su
estructura organizativa, sus candidatos y representantes. El organismo
electoral juega un papel vital en asegurar la integridad del proceso electoral,
pero es necesario tener en mente que los partidos políticos cumplen un papel
similar para asegurar la equidad del proceso y generar confianza en el sistema
aceptando las reglas del juego y, en especial, los resultados de las
elecciones. Por ello es muy importante que el organismo electoral establezca un
proceso que le permita mantener un contacto regular con los partidos políticos.
Durante los periodos no electorales, la comunicación se puede mantener a través
de comunicados, notas o informes complementados con reuniones trimestrales.43
Es conveniente que una vez que se convoque a elecciones, los
representantes de los partidos políticos sean invitados a participar en
reuniones donde se discutan asuntos como los siguientes:
- Calendario electoral
- Distribución de tiempo para la publicidad en los medios de comunicación
- Ubicación de los recintos o las mesas de votación
- Proceso de registro de las candidaturas
- Organización y logística de las elecciones
- Escrutinio de los votos
La adhesión de los partidos políticos a un código de conducta o, en su
ausencia, el compromiso de sujetarse a las reglas del juego, puede ser una
herramienta útil que el organismo electoral puede utilizar para demostrar un
compromiso público con la celebración de elecciones justas. Independientemente
de que los partidos jueguen o no algún papel importante en cualquier aspecto de
la organización electoral, resulta muy conveniente que se realicen reuniones
semanales o periódicas entre los administradores electorales y los
representantes de los partidos o candidatos, para asegurar que comprenden
claramente todo el proceso y están conformes con él.
Esta dinámica es particularmente importante cuando se introducen cambios
de último momento en la organización de las elecciones (por ejemplo, un
incremento en el número de sitios de votación, modificaciones a las listas de
electores o ajustes a la delimitación de los distritos). Las reuniones de esta
naturaleza también pueden brindar a los partidos y candidatos la oportunidad de
formular comentarios y sugerencias, ventilar sus quejas o inquietudes y
“descargar presiones”. Esto puede servir tanto para resolver situaciones antes
de que se conviertan en problemas mayores como para fomentar el diálogo y la
comprensión entre los partidos y los oficiales electorales.
La legislación electoral puede contemplar la creación de un comité
consultivo o de asesoría. En este sentido se puede contemplar el
establecimiento de un grupo, conformado por uno o más representantes de cada
partido político o candidatos independientes, que lleve a cabo reuniones
regulares con la comisión, o al menos con algún comité ad hoc, y que cuente con
ciertos derechos, como revisar la documentación.