Los partidos políticos y los candidatos son actores fundamentales en el
ciclo de las elecciones. Los candidatos que compiten por los cargos públicos
están afiliados a partidos políticos, lo que define su ideología y posición en
cuanto a las políticas públicas y los lleva a reflexionar acerca de una serie
de asuntos con los que el electorado puede identificarse de acuerdo a la
plataforma de ese partido y a cómo se refleja en las promesas electoral de
dicho candidato hacia el público. Todos los candidatos, en lo individual,
representan la plataforma de un partido y, con el apoyo y respaldo del aparato
partidista, compiten por los cargos públicos, llevan a cabo campañas
electorales y tratan de convencer a los ciudadanos para que voten por ellos. En
última instancia, la capacidad de realizar campañas abiertamente, recibir el
respaldo público mediante el proceso electoral, ocupar cargos públicos o
constituir una oposición creíble cuando se está en el gobierno dependen del
marco legal, político y cultural de cada país, así como de la administración de
las elecciones, de su resultado y de que éste sea aceptado públicamente. A esa aprobación
de los resultados debe seguir la validación final del resultado de una elección
por los partidos políticos y sus respectivos candidatos. Si los resultados no
son aceptados, ni por el electorado ni por los candidatos, debido incluso a la sola
percepción de que se haya cometido fraude o que hubieren existido irregularidades,
la legitimidad del gobierno o de la legislatura elegidos estará en riesgo.
Los partidos y los candidatos son, además, actores políticos con
potencial para influir de forma negativa en el ciclo de las elecciones. Las
prácticas ilegales de compra o coacción del voto, el financiamiento ilícito, la
calumnia o difamación durante las campañas, la corrupción en los procesos de
toma de decisión en cuestiones electorales o la exclusión sistemática de
ciertos sectores de la sociedad son ejemplos de cómo los partidos políticos
pueden amenazar el funcionamiento de los sistemas democráticos en lugar de
apoyarlo. Las leyes y regulaciones relacionadas con el funcionamiento de los
partidos políticos, el financiamiento y las campañas electorales tienen como
propósito disminuir el potencial disruptivo de los partidos políticos y
garantizarles, al mismo tiempo, un marco adecuado de libertades para competir
por el poder.
Los derechos y garantías para asociarse y expresarse libremente, así
como para votar y postularse a un cargo de elección popular, son algunos de los
principios que guían esta área temática.
Así, se examinan los siguientes asuntos:
Las leyes y regulaciones externas relativas a los partidos y candidatos son
agrupadas en un apartado donde se hace referencia, por ejemplo, al registro y
al financiamiento de los partidos políticos, así como al establecimiento de
cuotas para la postulación de candidatos.
Al abordar el funcionamiento interno de los partidos políticos, aspectos
relacionados con su estructura organizativa, las responsabilidades y funciones
de los grupos auxiliares, los procesos de toma de decisión internos y los
procedimientos para la selección de candidatos son analizados.
En cuanto al proceso electoral, se explora un abanico de temas
estrechamente vinculados a las elecciones, como el registro de candidatos, los
términos de su relación con los organismos electorales y los códigos de
conducta.
Cuando se trata el tema de los partidos y candidatos en la legislatura,
se examinan asuntos asociados con la formación de gobiernos, la construcción de
coaliciones y la relación entre los partidos políticos y los representantes
elegidos.
“Las elecciones brindan la oportunidad
para que ideas y personalidades políticas compitan de forma pacífica, de modo
que los debates políticos y sociales se lleven a cabo en una arena de conflicto constructivo. Para mantener
esta oportunidad, se requiere prestar atención al proceso electoral más allá
del día de la elección. El acudir a votar es sólo un evento dentro del ciclo de
actividades y procesos que vinculan una jornada electoral con la siguiente. Es
por ello que la mayoría de los involucrados, así como los donantes, han optado
por procurar que la adecuada planeación y la asistencia electoral se realicen
tomando como base el ciclo electoral.”
(Consultar: Un
planteamiento integral de las elecciones y el conflicto, de Lisa Kammerud. Abril
2012)