Para tener un buen desempeño en cuanto a los criterios de actualidad, precisión e
integridad, un sistema de registro debe ser sencillo y cordial para los
electores. El registro electoral no debe ser una prueba de conocimientos.
Además, en la medida de lo posible deben evitarse las barreras financieras para
que los electores se registren, como lo puede ser el establecimiento de
tarifas. Este tipo de cuestiones pueden restar legitimidad al proceso y, por
ende, el desempeño de los criterios de
calidad no será eficiente.
A continuación se enlistan algunas vías para promover el
registro:
- Utilizar
una forma y/o procedimiento sencillo de registro.
- Planear
campañas especiales orientadas a grupos de difícil registro.
- Si el
sistema está basado en el establecimiento de centros de registro
electoral, considerar la opción de utilizar unidades móviles para poder
contactar a las personas que se encuentran en áreas remotas.
- Involucrar
a otros grupos en las iniciativas de registro –por ejemplo, grupos de
mujeres, organizaciones de minorías y representantes juveniles.
- Si es
viable, permitir el registro electoral en forma electrónica (e-registro).
- Contar
con horarios amplios de registro cuando se están llevando a cabo las
campañas electorales, pues es cuando el interés en el proceso puede ser
más alto.
- Permitir
el registro el día de las elecciones en las mesas de votación.
- Negociar
acuerdos de intercambio de información con otras dependencias de gobierno
para dar seguimiento a los cambios del electorado.
- Considerar
el registro provisional para los jóvenes que alcanzarán la edad para votar
en el siguiente periodo de uno o dos años. Asimismo, se puede aprovechar
esto para emprender una campaña de educación electoral en las escuelas de
nivel bachillerato.
- Desarrollar
e instrumentar campañas efectivas de educación electoral.
Si
los ciudadanos no tienen la obligación formal o legal de registrarse, los
sistemas de registro electoral son voluntarios. En estas circunstancias, las
autoridades electorales pueden optar por dos maneras de llevar a cabo el
registro:
- Puede
brindársele a todos los ciudadanos
la igualdad de oportunidades para registrarse, asegurando que el proceso de registro
sea sencillo, claro y transparente. Sin embargo, no se toman medidas
específicas para promover el registro de individuos o grupos de personas
que cumplen con los requisitos pero es poco probable que se registren y voten -por ejemplo, los
jóvenes, las personas con escasos recursos económicos o que no cuentan con
casa, y los miembros de las minorías étnicas y lingüísticas. Esta forma de
registro es esencialmente pasiva.
- Pueden
facilitar el registro y la participación de los grupos que históricamente han tenido una baja representación
en el proceso electoral a través de campañas orientadas a ellos. Esta es
una forma mucho más activa de registro y se basa en una concepción en la
que la autoridad electoral es responsable de asegurar que todos los grupos
de ciudadanos ejerzan su derecho al voto.
Aunque ambas formas de llevar a cabo el registro
electoral tiene simpatizantes entre los funcionarios electorales, las
iniciativas para llevarlo a cabo en una
forma activa pueden provocar algunas controversias. La autoridad electoral debe
ser no partidista e independiente tanto del gobierno como de los partidos de la
oposición. Si históricamente los grupos de baja representación tienden a apoyar
más a un partido sobre otros, los esfuerzos para promover el registro y voto de
esos grupos pueden concebirse a favor de dicho partido. Cuando se tiene una
forma de registro activa, las autoridades electorales tienen que ser
conscientes de que este tipo de controversias surgen y por lo tanto deben
prepararse para argumentar a favor de esta forma de llevarlo a cabo.