Como el derecho al voto generalmente comporta requisitos de
ciudadanía y residencia, la mayoría de los electores viven en el distrito
electoral donde son electores potenciales. Sin embargo, algunos ciudadanos
viven temporalmente en el extranjero y pueden conservar su derecho a
registrarse y votar. Además, puede ocurrir que algunos electores que cumplen
con todos los requisitos para votar se encuentran en el país pero fuera del
distrito electoral en el que les corresponde votar el día de la elección; ellos
también conservan el derecho a registrarse y votar. Asimismo, en una situación
de post-conflicto por lo general se justifica que el derecho de votación se
extienda a las personas que se encuentran viviendo fuera del país en calidad de
desplazados, refugiados o alguna otra denominación en el nuevo país de
residencia.
Hasta hace poco, era usual que los miembros de las fuerzas armadas
establecidos fuera de su país fueran los únicos ciudadanos que conservaran su
derecho a registrarse y votar en el extranjero. Como estos electores mantienen
normalmente su residencia en el país de origen, por lo general se les asigna a
una determinada mesa o centro de votación. La gran movilidad laboral ha
expandido el número de países con ciudadanos que migran al extranjero para
trabajar, particularmente en la Unión Europea, y esta tendencia ha incrementado
los niveles de electores no residentes. Algunas personas pueden incluso tener
el derecho de votar tanto en su país de origen como en el país en el que
actualmente residen como en Australia. El incremento de los ciudadanos con
posibilidad para viajar y trabajar en el extranjero hace que la tarea de
organizar el registro y las votaciones sea mucho más onerosa.
Estancia temporal en el extranjero
En determinado momento, un gran número de ciudadanos de un país
puede encontrarse realizando viajes breves en el extranjero. Estas personas
pueden tener la posibilidad de registrarse. Algunos países permiten el registro
de personas que se van al extranjero por razones específicas, como la
realización de estudios o por cuestiones de negocios; tomar vacaciones puede
ser una razón no aceptable. En estos casos es necesario diseñar procedimientos
que permitan atender a los electores que se encuentran en el extranjero en los
períodos de registro o votación, como pueden ser el registro anticipado o por
correo.
Aparte de los militares y de otras personas designadas
especialmente, como los nacionales que cubren misiones diplomáticas, no han
sido muchas las regulaciones que se han emitido a lo largo de la historia para
que los ciudadanos residiendo en el extranjero puedan votar. Pero esta
situación está cambiando. Es cada vez más frecuente que los ciudadanos que
están fuera de su país puedan solicitar su registro y votar por medio de un
sistema de votación especial. Algunas veces pueden incluso votar por medio de
un representante o apoderado adelantado. Hacer posible que las personas en el
extranjero puedan emitir su voto puede ser costoso, sin embargo la tendencia es
a concebir el voto en el extranjero como un derecho ciudadano.
Registro y voto en el exterior en situaciones de post-conflicto
Recientemente, en varias situaciones de post-conflicto, los
ciudadanos que viven en el extranjero han conservado su derecho a registrarse y
votar en el país de origen. Administrar unas elecciones libres y justas en
estas circunstancias es un gran reto, particularmente porque algunos de esos
ciudadanos no pueden comprobar su situación mostrando documentos oficiales u
originales de su país de origen. Sin documentos oficiales como certificados de
nacimiento, pasaportes o cédulas de identidad, puede ser necesario que la
autoridad electoral se apoye en cualquier documento disponible –por ejemplo
documentos de agencias internacionales que confirmen el estatus de refugiados
de los individuos. En varios casos la comunidad internacional ha llegado a
involucrarse en el proceso, apoyando el registro electoral y las votaciones en
el extranjero. En algunos casos se puede solicitar a las autoridades electorales
del país receptor de la migración que administren las elecciones de los
extranjeros viviendo en su país.
En un caso reciente, el registro para la elección se realizó por
teléfono. Los electores suministraron detalles sobre su identidad y se les envío
un formato de registro generado por computadora, el cual debían firmar y
regresar junto con fotocopias de cualquier documento de identidad que tuvieran.
Cualquier persona a la que se le rechazara su solicitud podía apelar ante
alguna agencia internacional reconocida.