Los requisitos para el registro electoral deben ser análogos a los
requisitos básicos para votar. Estos se establecen normalmente en la
constitución o en la ley. La mayoría de los países que aspiran a ser
democracias tratan de conferir el sufragio universal a todos los ciudadanos que
han alcanzado la edad adulta, frecuentemente establecida a partir de los 18
años. Pueden existir requisitos de residencia para el registro y la votación,
especialmente en un sistema basado en distritos electorales separados. Varios
países restringen el voto de los ciudadanos cuyos derechos han sido suspendidos
porque han sido sentenciados por un delito o tienen algún tipo de
incompetencia mental.
Menos barreras para el registro y la votación
En el pasado existían más criterios para determinar los requisitos
de elegibilidad para participar en los procesos democráticos de toma de
decisiones, como los derechos de propiedad, la raza, el género y la
“calidad moral”; por lo que cuando se consideraba que alguien no cumplía con
alguno de estos criterios era excluido. A lo largo del tiempo estos criterios
han perdido legitimidad y han desaparecido. Una liberalización similar se puede
observar con algunos de los requisitos actuales. Por ejemplo, algunos países
permiten a nacionales de otros países votar en elecciones locales siempre y
cuando cumplan plenamente con ciertos requisitos de residencia. En países
como Mauricio, se les permite votar a los nacionales y las personas de países
de la Commonwealth que viven ahí. En Nueva Zelandia, ocurre lo mismo con los
extranjeros que cuentan con residencia permanente, incluso si se encuentran en
el extranjero al momento de la elección. Además, va en aumento el número de
países que permiten votar a sus nacionales en el extranjero; algunos ejemplos
recientes son México, Honduras, Ecuador, Sudáfrica, Bosnia y Herzegovina e Irak.
El requisito de ciudadanía como una barrera para el registro
Los Estados o países emergentes, con fronteras que recientemente
han sido cambiadas o disputadas, se enfrentan frecuentemente con la cuestión de
definir en que casos un residente consigue la calidad de ciudadano y, con
ello, plenos derechos democráticos. Esto no es una cuestión que atañe
sólo a las autoridades electorales. Por el contrario, es un tema político que
plantea cuestiones claves para la gobernabilidad, tales como la relación entre
la nación, el estado y la naturaleza de la ciudadanía en el nuevo Estado. Pero
hay un impacto directo en las elecciones si se establecen requisitos rígidos de
ciudadanía que impiden que un porcentaje importante de los residentes del país
se puedan registrar y votar. Actualmente, cuando la mayoría de las elecciones
alrededor del mundo son monitoreadas por observadores electorales -incluyendo
observadores ciudadanos e internacionales, así como representantes de partidos
políticos- erigir barreras al registro puede percibirse fácilmente como una
violación a los principios democráticos de elecciones libres y justas.
Identificación de los electores calificados
Los funcionarios electorales pueden elegir entre diferentes
métodos para confirmar que los electores potenciales cumplen con los requisitos
de ciudadanía y que se pueden identificar a si mismos. En países con un sistema
de listas periódicas, el método utilizado frecuentemente es el de visitar en su
domicilio a los electores, establecer centros de registro electoral o una
combinación de ambos. El procedimiento puede ser más complicado cuando los
electores potenciales se tienen que presentar ante los funcionarios
electorales. En países donde los residentes normalmente portan una
identificación, como certificado de nacimiento, pasaporte, cédula de
identidad o licencia de manejo, su simple presentación puede ser una prueba
suficiente de identificación. Si los residentes normalmente no traen consigo
una identificación personal –particularmente en los países menos desarrollados-
puede ser necesario presentar una declaración bajo juramento o el testimonio de
otro ciudadano como procedimiento de identificación.
En países con el sistema de lista permanente, el procedimiento
varía dependiendo de si alguien se registra por primera vez o si sólo se debe
cambiar la información ya contenida en la lista. Cuando se hace un registro por
primera vez, el método de la lista permanente difiere poco del utilizado
en la lista periódica. Por ejemplo, para probar su identidad y que cumple
con los requisitos de elegibilidad, alguien que ha alcanzado la
edad para votar puede presentar su certificado de nacimiento junto con una
identificación personal con fotografía, mientras que los nuevos ciudadanos
deben presentar el documento migratorio que prueba su ciudadanía. En caso
de sólo cambiar la información ya contenida en la lista, puede ser necesario
presentar alguna documentación relativa al cambio –como el certificado de
matrimonio para un cambio de nombre o la licencia de manejo para un cambio de
dirección.
En países con el sistema de registro civil, la identificación de
un elector potencial se hace normalmente a través del número de identificación
que tiene cada persona para revisar su expediente. La información se puede
transferir del registro civil al registro electoral en forma regular para que
todos los cambios al registro civil se reflejan en el registro electoral.
Voto fuera de las mesas de votación correspondientes
Los sistemas de varios países requieren que los electores se
registren en un determinado centro o mesa de votación y sólo pueden votar
allí las personas registradas en ese lugar. Sin embargo, frecuentemente
es necesario hacer excepciones para los electores que tienen que salir de su
localidad durante las elecciones. Una solución es permitir el voto anticipado a
las personas que estarán fuera durante el periodo normal de votación. Otra
solución es proveer un certificado de transferencia de registro a aquellos que
estarán ausentes por razones que se consideran válidas y legitimas. Las razones
para hacer uso de estas facilidades pueden definirse en términos restringidos y
permitirlas sólo a funcionarios electorales y/o a personal militar que
estará fuera de su demarcación por razones laborales; o puede definirse en
términos más amplios y permitirlas a cualquier persona que tenga alguna
dificultad para votar el día de la elección como ocurre en Botswana y
Sudáfrica.
Excepciones para votar
Las autoridades electorales normalmente tratan de registrar a
cualquier persona que sea elegible para votar. Pero en países en donde el voto
es obligatorio, la gente puede desear eximirse de votar. En Brasil, por
ejemplo, el voto es obligatorio para todos los ciudadanos que tengan entre 18 y
70 años –a excepción de las personas no letradas, en cuyo caso es opcional.
Asimismo, votar es opcional para las personas entre 16 y 17 años, o los mayores
de 70. Los electores registrados que deseen eximirse de votar deben solicitar
su permiso ante un juez electoral del distrito electoral al que pertenecen.