Los primeros pasos para preparar la lista permanente de electores
son similares a los que se realizan para compilar la lista periódica. La
diferencia entre los dos sistemas radica en que después del registro inicial,
la información que se consigue se utiliza como columna vertebral de la lista
permanente y los esfuerzos subsecuentes se centran en verificar la precisión de
la información y actualizar regularmente la lista. El tipo de información que
se obtenga y la forma en que se recopile puede hacer fácil el mantenimiento de
la lista. Por ejemplo, es común encontrar más de una persona con el mismo
nombre. Por lo tanto, se necesitan identificadores únicos (como la fecha de
nacimiento o el número de identificación ciudadana) para distinguir a cada
elector.
Por el contrario, la lista periódica se desarrolla para un solo
evento electoral. En algunas ocasiones utiliza la información de listas pasadas
pero no hay un sistema de lista permanente de electores, como el del registro
permanente.
Reducción o incremento en el número de centros de registro
Después del registro inicial de la lista permanente, la autoridad
electoral puede desmantelar la mayoría de los centros de registro y dejar
abierto un pequeño número de ellos para la gente que necesite registrarse o
actualizar su información. A pesar de tener centros de registro en un número
limitado, por lo general representan un significativo componente del
presupuesto del sistema de lista permanente. El costo puede reducirse
utilizando métodos electrónicos para el mantenimiento de la lista, que pueden
hacer uso de una gran variedad de recursos de información –esta forma de
recolectar la información para el registro electoral se parece a la del
registro civil.
Por lo general hay un centro de registro para cada distrito electoral
o condado. Cuando se convoca a una elección, la autoridad electoral puede
incrementar el número de centros o configurar unidades móviles para visitar
áreas donde las tasas de registro hayan sido bajas en las experiencias pasadas.
La autoridad electoral puede desarrollar medidas para validar el desempeño (en
cuanto a precisión, actualidad e integridad) e intentar mejorarlo
sistemáticamente.
La actualización a tiempo es indispensable
La lista de electores permanente puede desactualizarse. Los
criterios de desempeño –como el de actualidad- pueden ayudar a identificar las
deficiencias e indicar cómo lograr mejorías.
Por ejemplo, en Gran Bretaña la fecha límite para presentar los cambios de
información electoral es en otoño y la lista preliminar de electores se pública
a finales de noviembre de cada año. Hay un tiempo permitido para presentar las
objeciones o demandas y la lista final se publica aproximadamente 4 meses
después, el 15 de febrero. Dicha lista tiene vigencia del 16 de febrero al 15
de febrero del siguiente año, o 16 meses después de la fecha límite para
presentar los cambios de información. Si en este periodo algunos electores se
cambian a otro distrito electoral, no pueden votar en el nuevo distrito –este
es un caso clásico de pérdida administrativa del derecho al voto. Dicha
jurisdicción tiene que introducir cambios para permitir la actualización de la
lista con mayor frecuencia.
Aunque la jurisdicción anteriormente referida esté oficialmente
clasificada dentro del sistema de lista permanente, se hacen cortes anuales en
los que se actualiza la información del electorado y se define la elegibilidad
de los electores con la información de la fecha de corte, pero no se actualiza
permanentemente a lo largo del año. Este es un ejemplo híbrido entre los
sistemas de lista periódica y permanente. Otras jurisdicciones con lista
permanente la actualizan de forma más frecuente. Pueden conducir actividades de
intercambio de información con otras dependencias de gobierno cada mes o hacer
actualizaciones diarias al integrar la información proporcionada directamente
por los electores.
A lo largo de Estados Unidos, la fecha límite de registro es 30
días antes de la elección y la mayoría de los estados requieren que se produzcan
listas de electores certificadas con no más de dos semanas de anticipación al
día de la elección.