Una cuota es una regla de asignación a través de la cual se distribuyen
cargos, bienes o funciones políticas de acuerdo con una determinada fórmula. Se
suele establecer un sistema de cuota para la representación de las minorías en
situaciones en las que una distribución no regulada provoca desequilibrios e
inequidades no intencionales.21
En el caso de las minorías nacionales esos desequilibrios e inequidades
pueden tener efectos desestabilizadores si la minoría cuestiona la legitimidad
del sistema político. En esas situaciones, el establecimiento de un sistema de
cuotas busca alcanzar un acceso igualitario o más equilibrado al poder político
mediante la aplicación de medidas positivas.
Las cuotas de carácter regional
se encuentran entre las que se aplican con mayor frecuencia. Dichas cuotas
distribuyen escaños parlamentarios entre representantes de todas las regiones
del país, no sólo tomando en cuenta su porcentaje de población, sino
concediéndole escaños no proporcionales a determinadas regiones por encima de
otras. La sobre representación de ciertas regiones opera en favor de los grupos
minoritarios que se concentran en esas zonas del país.
Las ventajas y desventajas de las cuotas legales para la representación
de las minorías se examinan en la siguiente sección.
La Constitución frecuentemente consagra el principio de representación
de las minorías y se puede lograr a través de cualquiera de los tipos de cuota.
El sistema de escaños reservados es muy utilizado para asegurar la
representación de grupos de minoría en el Parlamento, mediante la asignación de
un cierto número de escaños a candidatos que representen a esas minorías. En la
mayoría de los casos, los representantes de las minorías se eligen de la misma
forma que todos los demás representantes, pero en ocasiones sólo se permite que
los miembros de los grupos minoritarios puedan votar por sus candidatos. Para
consultar los diferentes tipos de cuotas, ver la sección “cuotas legales”.22
Algunos países con grupos étnicos o religiosos claramente definidos han
llevado la representación de minorías y los escaños reservados a su lógica
extrema: todos o la mayoría de los escaños en la legislatura se reservan para
grupos específicos, y sólo los miembros de esos grupos pueden votar por sus
representantes. Cada grupo étnico o religioso tiene su propia lista de
votación. En algunas ocasiones, este sistema se ha utilizado para tratar de
hacer frente a situaciones de post-conflicto. Sin embargo, a largo plazo, los
sistemas de representación comunitaria tienden a minar el modelo de negociación
y consenso entre distintos grupos, toda vez que dejan de existir incentivos
para la interacción política entre las distintas comunidades. Este sistema
plantea también el riesgo de cristalizar una situación de diferencias entre
comunidades que en grados extremos puede derivar en iniciativas de limpieza
étnica.