El registro anónimo también es conocido como registro de electores
“silenciosos”. Es una práctica que consiste en incorporar a ciertas personas en
la lista de electores pero de tal forma que sus nombres o datos personales (por
ejemplo su dirección) no aparezcan en ninguna versión pública de la lista de
electores. En algunos casos, la autoridad electoral hace posible el registro anónimo
creando y manteniendo una lista separada de electores silenciosos. El registro
anónimo se utiliza en Australia y Nueva Zelandia.
Los electores pueden desear mantener su anonimato por varias
razones. La más común puede ser que han sido sujetos de violencia doméstica y
les preocupa que al hacer pública su localización arriesguen su seguridad
personal o la de su familia. De igual forma, las víctimas de algún crimen
pueden temer que, al salir de prisión, el culpable conozca su localización y
busque vengarse.
Al ofrecer la posibilidad de un registro anónimo, la autoridad
electoral debe ser capaz de cumplir plenamente con su compromiso. Además, está
plenamente reconocido que los individuos no deben ser privados de sus derechos
democráticos como resultado de haber sufrido algún tipo de violencia doméstica
o criminal. Pero al mismo tiempo, el registro anónimo parece no ser consistente
con el principio de apertura y transparencia en el proceso electoral. Al menos
en teoría, una lista de electores silenciosos podría ser una capa bajo la cual
se puede cometer un fraude electoral a gran escala, pues un gran número de
electores incluidos en este tipo de listas podría escapar a la revisión
acostumbrada por parte de ciudadanos, partidos políticos y otras instituciones.
Como en varios aspectos de la administración electoral, la mejor
solución es encontrar el equilibrio entre la necesidad de privacidad de un
número relativamente pequeño de individuos y la necesidad de apertura y
transparencia en el proceso. La autoridad electoral puede requerir evidencia
que demuestre que la seguridad de las personas que desean su inclusión en una
lista de electores silenciosos está en riesgo. De igual forma, la autoridad
electoral puede hacer que la lista de electores silenciosos esté disponible
para el escrutinio de un número reducido de representantes electorales que
declaren bajo juramento mantener la confidencialidad de la lista.