El estatus, funciones y actividades de un organismo electoral
(OE), al igual que cualquier otra rama del gobierno, están influenciadas por el
contexto social y político dentro del cual opera:
- El grado de consolidación democrática y
estabilidad política
- Los niveles de alfabetización
- La urbanización
- La población
- La movilidad
- El bienestar económico
- La cultura
- Las tradiciones y
- Muchos otros
Sin embargo, es necesario que se cumplan los principios
éticos de la administración electoral, independientemente de cuales sean las
condiciones económicas, sociales y políticas. De no ser así, las bases
fundamentales del proceso democrático serán puestas en entredicho.
En las democracias establecidas, la administración y el
manejo de las elecciones a menudo son llevados a cabo por oficiales del
gobierno nacional y local, y las disputas electorales resueltas por los
tribunales ordinarios. Una tradición de justicia y neutralidad significa que
tanto el OE como los tribunales disfrutan de la confianza y respeto de los
participantes en el proceso electoral.
El contexto de la administración electoral también
incluye la historia del país. Muchos de los países en desarrollo cuentan con
prácticas electorales basadas en las leyes electorales de las antiguas
potencias coloniales; muchos países en África, específicamente, pueden mostrar
el vínculo directo existente con las antiguas potencias coloniales.
En el contexto cultural, los métodos tradicionales de
toma de decisiones que han sido utilizados por cientos y a veces por miles de
años tienden a influenciar la percepción de la población sobre el proceso
electoral y deben ser tomados en consideración por los legisladores en materia
electoral y por los oficiales electorales.
La capacidad del OE para ejercer estas funciones también
depende del contexto social imperante en el país. Hay muchos factores que están
vinculados a las funciones del OE, entre los que se incluyen los índices de
alfabetismo, los costos y la disponibilidad de fuerza de trabajo local, el
servicio eléctrico y otros suministros de utilidad. Por ejemplo, un país que cuente
con recursos limitados puede optar por una administración electoral
centralizada de carácter temporal, mientras que otro que cuente con medios suficientes
puede decidirse por una administración permanente y descentralizada. La misma
regla aplica para las condiciones de servicio de los miembros del órgano de
dirección y del personal del OE.
Los niveles de alfabetismo influyen directamente en los
programas de educación electoral. En los países que tienen bajos niveles, el
uso de símbolos de partido ha tenido un impacto significativo en la elaboración
de las campañas y para que el electorado entienda más fácilmente el proceso de
votación.
En caso de no haber suministro eléctrico, una fuente
confiable de éste, o cuando se tienen medios de transmisión limitados, es
recomendable que la información a los electores se difunda por medios distintos
al radio y la televisión. Asimismo, en caso de que no exista servicio
telefónico o éste sea poco confiable, puede ser necesario que los
administradores establezcan su propia red de radio para efectos
administrativos, utilizando radios de onda corta para establecer contacto con
sus oficinas locales, regionales y nacionales.
La computarización o automatización puede ser de mucha
ayuda para la realización de tareas rutinarias en la oficina y para mejorar tanto
el flujo de la información administrativa como la velocidad y calidad del
proceso electoral en su conjunto. Sin embargo, para trabajar de manera
efectiva, los sistemas de cómputo necesitan de una fuente alterna de suministro
de energía confiable (al extremo de que regularmente se recomienda tener a
disposición generadores de respaldo como medida de precaución) y personal adecuadamente
capacitado. El costo del sistema informático, incluyendo todo el equipo
relacionado, se debe medir contra el costo de emplear y de entrenar, todo cuanto
sea necesario, al personal local que permita cubrir las necesidades del órgano
electoral.
La adquisición de suministros es un área en la que hay
cada vez más compañías capaces de surtir los equipos y suministros cada vez más
especializados que se requieren. Los proveedores locales pueden ser capaces de
suministrar muchos de los insumos necesarios, como pantallas para la votación, al
mejor costo final si se establecieron especificaciones realistas, si se cuenta
con el suficiente tiempo, y si el proceso está bien administrado. En algunos
países como Honduras (1993), las pantallas eran simples piezas de tela clavadas
en la esquinas de una habitación.
El contexto social y político es especialmente relevante
en términos de la seguridad de la elección. En algunos países como Perú (1993),
las fuerzas militares o policiales fueron vistas como aliadas de la población
civil en su permanente lucha contra el terrorismo, y su participación en el
proceso electoral es, por tanto, bien vista por la población. Sin embargo, en
otros lugares, los electores pueden percibir cualquier participación del
ejército en el proceso electoral, aún en la etapa de entrega de equipo y
suministros, como un claro intento de manipular el proceso electoral, en cuyo
caso será necesario tomar otras medidas para la entrega de los materiales y
garantizar la seguridad del proceso.