En muchos países, especialmente en aquellos en donde siguen la tradición de la mancomunidad de países, es normal que el marco jurídico prevaleciente en la materia permita la creación de un órgano o comisión independiente que asuma la responsabilidad para la delimitación de los distritos electorales. Entre estos países se incluyen Australia, Bostwana, Canadá, y la India. Por su parte, entre los países en donde el OE asume esta tarea se cuentan Barbados, Belice, Costa Rica, Georgia, Indonesia, Nigeria, Uganda y Yemen. Hay algunos otros tales como los Estados Unidos en donde la ley electoral asigna estas tareas a la legislatura. Sin embargo, esta práctica fácilmente puede conducir a la imposición de distritos electorales que favorezcan al actual partido mayoritario en la legislatura, y por lo tanto, institucionalizarlo en el poder.
El hecho de que el OE tome la responsabilidad para delimitar los distritos electorales ofrece algunas ventajas operativas y de rentabilidad. La delimitación de distritos es, sin embargo, un elemento políticamente divisivo, y deja al OE abierto a los ataques de aquellos que perciben que sus intereses no son defendidos. Algunos analistas electorales, por consiguiente, argumentan que la delimitación de distritos es mejor administrada por un organismo distinto al OE, para protegerlo de potenciales ataques que puedan dañar su credibilidad.