La tecnología que se desarrolló durante el siglo XX y los primeros años del siglo XXI, influyó dramáticamente en la administración electoral y en la forma de conducir las elecciones, especialmente la tecnología de cómputo. Aunque las tareas electorales básicas como el registro de electores, la votación y el escrutinio han permanecido conceptualmente iguales desde el inicio de los procesos democráticos modernos, en nuestros días, la organización de las elecciones dependen en gran medida de la tecnología.
Se puede decir que las nuevas tecnologías tienen el potencial de continuar cambiando la manera en que se conducirán las elecciones a lo largo del siglo XXI.
Aunque resulta difícil identificar todos los cambios que las nuevas tecnologías podrían ocasionar en la organización de las elecciones, algunos de ellos sí se pueden predecir, como:
La desaparición de las papeletas
Las papeletas han servido al proceso electoral de buena manera. Son relativamente fáciles de producir, de marcar y de escrutar; pero pueden resultar costosas al imprimirlas y distribuirlas, además, sólo se pueden usar una vez y no permiten que los recursos se utilicen de forma efectiva.
El tipo de papeleta que se use podría determinar que se considere o no como el mejor método para registrar los votos y también influye en su propensión a que sean usadas de forma fraudulenta, como en la compra de votos.
Aunque el escrutinio manual de las papeletas es relativamente confiable, puede resultar engorroso y ser propenso a errores, lo que a su vez podría ocasionar que se tengan que escrutar varias veces las mismas papeletas.
El desarrollo de métodos para la votación electrónica que sean baratos, fáciles de entregar, reutilizables y confiables, podría reemplazar gradualmente el uso de papeletas en muchos países.
La desaparición de los sitios de votación
Cuando se puedan usar mecanismos electrónicos que sean seguros, los sitios de votación que se tienen que rentar, equipar y proveer de personal se podrían convertir en un costoso anacronismo en muchos lugares. La tendencia de ofrecer servicios gubernamentales en línea mediante internet y en lugares públicos, podría reemplazar la necesidad de instalar áreas de votación físicas.
El incremento de los métodos para la votación electrónica
Conforme los artículos electrónicos se vuelven más baratos, poderosos y seguros, se puede esperar que se acelere y se expanda el uso de los métodos para la votación electrónica que sean más baratos y confiables.
Votación por internet
Aunque las cuestiones de seguridad e identidad han ocasionado que el uso de internet para votar sea muy cauto, muchos países lo están considerando seriamente, por lo menos para algunas elecciones, no solo por facilitar el proceso, sino también en un esfuerzo por aumentar la participación, ya que desde finales del siglo XX se tiene una tendencia al abstencionismo.
Referendos e iniciativas por internet
La expansión que ha registrado el acceso a internet está incrementando el uso de la llamada democracia digital, en donde los ciudadanos pueden votar de forma directa para ciertas cuestiones y propuestas legislativas. Muchos de estos ejercicios de votación se toman como un indicativo y no son vinculantes, pero ya existen algunos países que los consideran así.
De esta manera, se puede esperar que los electores tomen el control de los procesos políticos de una forma que no era factible anteriormente. No obstante, todavía se debate si esta tendencia podría ofrecer un resultado favorable para el proceso democrático.
Identidades electrónicas
Se están desarrollando sistemas de identidad electrónica para garantizar que los ciudadanos puedan participar en el nuevo mundo de comercio y gobierno electrónico. Entre más actividades cotidianas se pueden realizar de forma electrónica, como pagar las cuentas y consultar los estados bancarios, más aumenta la presión por contar con sistemas de identidad electrónica que sean confiables, y que se instalen nacional y mundialmente para identificar a las personas.
Envío de la información electrónicamente
Generalmente, el siglo XX se ha descrito como la era de la información. Nunca antes las personas ordinarias tuvieron acceso a tanta información. Por eso, podría esperarse que el continuo desarrollo que atraviesan internet y otras tecnologías electrónicas aumente la disponibilidad de información.
Esto podría impactar profundamente al proceso democrático porque se expanden las oportunidades de diseminar y recuperar información, más allá de los métodos dominados por los medios establecidos. Para los organismos electorales, los nuevos métodos para enviar información electrónicamente aumentan las opciones que tienen para informar a los electores y a otros clientes, con el uso de un amplio rango de productos informáticos.
Envío electrónico de servicios
Además de las oportunidades que los servicios electrónicos le proporcionan al proceso de votación y al suministro de información, muchos otros de los servicios que el organismo electoral suministra tienen el potencial de ser ofrecidos por vía electrónica. El registro de electores, el registro de los partidos políticos, la designación de candidatos, la publicación de las donaciones y del gasto, el suministro de ayuda y otro servicios que proporcionan las autoridades electorales, ya se están ofreciendo de manera electrónica
Infraestructura electrónica inalámbrica
La utilidad de la tecnología que se tiene actualmente podría adecuarse únicamente a los países desarrollados, sin embargo, en los primeros años del siglo XXI se presenció la aparición de un avance importante que podría permitir su uso en los países con infraestructuras débiles. El desarrollo de la infraestructura electrónica inalámbrica que es suministrada por satélite, microondas o trasmisiones de radio está permitiendo que se ofrezcan servicios en muchos lugares remotos. Si estos sistemas inalámbricos se combinan con instrumentos para la votación electrónica que sean baratos y producidos en masa, se podría esperar que en un futuro se pueda contactar a las personas en cualquier parte del mundo.
Suministro de servicios en lugares remotos
Con los servicios electrónicos ya no existe la necesidad de que los proveedores se encuentren en el mismo suburbio, ciudad o país que el usuario. Se puede prever un escenario en donde los organismos electorales locales puedan instalar su oficina en cualquier lugar que les resulte conveniente, pudiendo entregar sus servicios mediante internet, comunicaciones inalámbricas, satélite, o usando cualquier otra tecnología que se invente para reemplazar a las vigentes.
De verdad que nos enfrentamos a un contexto electoral totalmente nuevo.