A continuación se estudian los principales grupos de tecnología que se pueden usar para la logística electoral.
En esta sección, la logística electoral se entiende como los procedimientos que se instrumentan para garantizar que todos los ciudadanos calificados ejerzan su derecho a votar dentro de los parámetros establecidos. Se pueden usar distintas tecnologías para asistir en el cumplimiento de las tareas necesarias, para que la logística electoral tenga una organización exitosa.
Con la evolución de los sistemas electorales y el incremento en la cantidad de electores, la mayoría de las democracias están experimentando presiones para usar las tecnologías pertinentes conforme salen al mercado. Esto no solo tiene el objetivo de garantizar que todos los electores, sin importar sus imposibilidades, puedan ejercer su derecho a votar, también se aplica para que los resultados electorales se conozcan con rapidez.
A su vez, aunque algunas tecnologías han probado ser eficientes, también resultan controversiales porque existen probabilidades de que se presenten fraudes difíciles de rastrear.
Además, la tecnología evoluciona muy rápido, de manera que lo que se discute un día puede ser obsoleto al siguiente. El proyecto ACE ha tratado de introducir las tecnologías conforme van apareciendo, o al menos suministrar vínculos con información sobre las nuevas tecnologías para los que estén interesados.
Los grupos de tecnología que son más importantes para la logística electoral se pueden aplicar para:
· La logística;
· Registrar votos;
· Escrutar votos;
· Consolidar los resultados de manera regional y nacional.
También es importante que se tome en cuenta que las distintas tecnologías que se usan para la logística electoral podrían impactar a los acuerdos para la votación, la planeación sobre los procedimientos para votar, la adquisición, almacenaje, transporte y distribución de los materiales y equipo, la logística del funcionamiento y a la capacitación de los oficiales electorales.
Además, cualquier tecnología puede fallar, pero en el caso de la logística electoral, el impacto sobre el proceso podría ser importante y depende del nivel de desconfianza que tengan los grupos políticos y de interés. La presencia de fallos en una máquina de votación, en un país podría considerarse como un mal funcionamiento, mientras que en otro podría atribuirse al sabotaje o incluso al fraude.
Cuando un organismo electoral estudia las tecnologías que podrían resultar adecuadas para su logística electoral, debería evaluar a la tecnología y la manera en que garantiza que se escrute cada voto. También debería analizar el contexto político y social, para asegurar que la tecnología pueda contribuir con la instrumentación de un proceso democrático libre, justo y transparente.