Para establecer y mantener la confianza pública en el proceso electoral, los sistemas y procedimientos del escrutinio deben incorporar los principios fundamentales de las elecciones democráticas
Estos principios fundamentales son:
- Transparencia
- Seguridad
- Profesionalismo
- Exactitud
- Secrecía
- Puntualidad
- Rendición de cuentas
- Equidad
Transparencia
Para que el proceso sea abierto y transparente debe autorizarse a los representantes de partidos políticos y de candidatos ser testigos y/o participar en el proceso, así como copiar el acta de los resultados del escrutinio. Se debe autorizar también a los observadores electorales nacionales e internacionales ser testigos del proceso y copiar el acta de los resultados del proceso de escrutinio. En algunos países se anima a los ciudadanos a observar el proceso del escrutinio.
Por su naturaleza, el escrutinio manual es más transparente que el informatizado. Si el escrutinio de votos se informatiza, deben introducirse nuevos mecanismos para asegurar la transparencia, tales como fiscalizaciones externas.
Seguridad
La seguridad de las papeletas de votación y de las urnas, desde el inicio de la votación hasta la terminación del recuento es fundamental para la integridad del proceso del escrutinio. Los miembros de las mesas electorales y de las mesas de escrutinio así como los representantes de partidos políticos, candidatos y los observadores electorales nacionales e internacionales deben vigilar cuidadosamente en todo momento las papeletas de votación y las urnas y acompañarlas si se trasladan de un lugar a otro. Deben usarse precintos o bolsas numerados individualmente y a prueba de manipulación para asegurar el transporte seguro de las papeletas de votación.
Profesionalismo
Los miembros de las mesas electorales y de las mesas de escrutinio deben actuar de forma profesional. Deben ser formados a fondo en el proceso del escrutinio, como algo distinto del proceso de votación; deben ser minuciosos en sus procedimientos, y comprometerse a tratar los materiales electorales con cuidado y respeto. Una vez que una persona acepta trabajar como autoridad en el escrutinio debe mantenerse imparcial durante todo el proceso. Algunas jurisdicciones requieren que todos los miembros de las mesas de escrutinio (así como los miembros de las mesas electorales) firmen un juramento a tal efecto, haciéndoles tomar conciencia de que pueden ser legalmente procesados si se demuestra que su trabajo es partidista.
Exactitud
La exactitud se relaciona directamente con la integridad del escrutinio y de las propias elecciones. El descubrimiento posterior de errores puede llevar a imputaciones de manipulación o fraude. La exactitud del escrutinio dependerá de la claridad de los procedimientos y de los manuales, de la formación adecuada del personal y su dedicación al proceso. Unas pautas de fiscalización claras de las papeletas de votación y de las urnas, así como mecanismos de comprobación y verificación contribuirán a la exactitud de los resultados. Aunque la votación mecánica o informatizada puede potenciar la exactitud, ésta debe ser valorada teniendo en cuenta que implica una aparente pérdida de transparencia.
Secrecía
El secreto del voto es importante porque garantiza que los electores no puedan ser castigados por el sentido de su voto, ni intimidados para votar en un sentido en particular. Para conservar el secreto del voto, se debe proteger la identificación de los votantes durante el recuento. Si, como resultado del procedimiento de escrutinio, se llegara a determinar la identidad y el sentido del voto, se deberá mantener siempre su carácter confidencial y no revelarse en ningún momento.
Si preocupa el secreto del voto de los individuos o de una comunidad, deberán considerarse medidas tales como el recuento en centros de escrutinio, en lugar de en las mesas electorales individuales, o la mezcla de papeletas de votaciones diferentes. Si bien las papeletas de votación numeradas que contienen un talón foliado con los datos del elector facilitan la contabilidad y clarifican las pautas de las fiscalizaciones, comprometen la secrecía del voto, por lo que es preferible evitarlas.
Puntualidad
Los retrasos para completar el recuento y la difusión de resultados preliminares extraoficiales pueden afectar negativamente el nivel de integridad y confianza en el proceso de la votación. El organismo electoral debe planificar cuidadosamente todas las fases del proceso de recuento para facilitar el anuncio de resultados con rapidez, o por lo menos para evaluar de forma real, cuando pueden anunciarse los resultados teniendo en cuenta las comunicaciones y la infraestructura del transporte.
Responsabilidad y rendición de cuentas
La claridad en la responsabilidad y rendición de cuentas son importantes en cada fase del proceso de escrutinio. A nivel nacional, el responsable es el organismo electoral. A nivel de distrito electoral, el responsable puede ser un oficial de alto rango o u oficial comisionado. En las mesas electorales, algunos de sus miembros pueden ser los responsables de la votación y del escrutinio. También es importante disponer de procedimientos claramente definidos para presentar quejas y recursos.
Las normas del escrutinio, incluyendo el criterio para rechazar papeletas de votación, deben ser claros, conocidos de antemano, y entendidos por todos los involucrados en las elecciones, es decir, miembros de las mesas electorales, el público general, los partidos políticos, candidatos, organizaciones no gubernamentales y observadores electorales nacionales y internacionales.
Para asegurar la responsabilidad, son esenciales unas pautas claras de fiscalización.
Equidad
La equidad generalmente significa que las reglas son las mismas para todos los participantes en el proceso electoral, y que éstos aceptan dichas reglas. Una formación adecuada, así como la ausencia de partidismo de los miembros de las mesas electorales implicados, tanto en el escrutinio como en la votación al igual que la presencia de representantes de los partidos políticos y de observadores electorales nacionales e internacionales ayudarán a asegurar que el escrutinio se dirija de forma correcta y justa.