La publicación de los resultados electorales es un proceso que debe tratarse con mucha precaución. Como los primeros resultados disponibles son generalmente provisionales y podrían necesitar correcciones o nuevos datos durante el proceso, hay que considerar cuidadosamente la forma en que se publican los resultados.
Los votos se computan de muchas maneras diferentes. En la mayoría de casos, los votos son escrutados por primera vez en las mesas electorales el día de las elecciones, una vez cerradas las votaciones. En otros casos antes de escrutarlos, los votos se llevan a los centros de escrutinio. En algunas jurisdicciones estos primeros escrutinios son los únicos cómputos realizados y las papeletas se examinan de nuevo si se impugna el resultado de la votación, o si un candidato, partido o tribunal solicita un recuento.
En otras jurisdicciones, tras el escrutinio de votos a nivel de mesa electoral éstos se trasladan a un centro de escrutinio después del día de las elecciones, se comprueban y recuentan, admitiendo que es normal encontrar errores en el escrutinio inicial. Los votos pueden recontarse de nuevo en distintas etapas del proceso, en función de la complejidad del sistema electoral, de la necesidad de exactitud y de si el resultado se ha impugnado.
Los resultados electorales pueden ser conocidos en varias etapas del proceso. En algunos casos, los resultados se anuncian progresivamente durante la noche electoral, ya que cada unidad de escrutinio informa de su cómputo. Por ejemplo, en Australia, mientras cada mesa electoral completa su escrutinio, los votos emitidos para cada candidato se comunican a una sala de escrutinio central donde se acumulan los resultados para cada candidato en cada distrito electoral, se presentan públicamente en un tablero de escrutinio y en el ordenador, y son ampliamente difundidos en los medios de comunicación. En este sistema, si nos enfrentamos a un estrecho margen entre los posibles vencedores se producirán cambios en la posible victoria de uno u otro a medida que se conozcan los resultados de las diferentes áreas. A pesar de que ello genera un acontecimiento cargado de emoción, este nivel de incertidumbre no sería deseable en un país más inestable.
En otros países, no se anuncian los resultados para cada distrito electoral hasta que todas las mesas electorales han informado sus resultados al responsable del distrito electoral, de forma que la publicación de los primeros resultados provisionales se acercará al resultado final.
Mientras que algunas jurisdicciones permiten votar en las mesas electorales únicamente el día fijado, otras permiten votar por métodos diferentes para dar cabida a votantes que no pueden acudir a una mesa electoral el día de las elecciones. Entre estos se incluyen los ausentes, el voto por correo, la votación anticipada o a las mesas electorales móviles, en las que los miembros de la mesa visitan a los votantes en localidades alejadas, hospitales, asilos de ancianos, prisiones o incluso en su propio hogar. No siempre es posible escrutar este tipo de votos antes de la noche electoral, de forma que las hojas contables de estos votos tienen que añadirse a cualquier resultado provisional anunciado en la noche electoral.
En sistemas electorales más complejos, concretamente aquellos que implican la distribución de preferencias, el escrutinio puede durar días, semanas o, en casos extremos meses. En este sentido, los resultados suelen publicarse progresivamente en cada etapa del proceso.