A continuación se presenta un estudio sobre ejemplos concretos de escrutinio de votos y la forma en que éste es afectado por los sistemas electorales.
La fórmula electoral vigente tiene un efecto en la realización del escrutinio de votos. Se examina qué tiene que ser computado y dónde debe llevarse a cabo el escrutinio.
1. Qué hay que computar?
A continuación se presenta un resumen de los requisitos del escrutinio para cada fórmula electoral:
- Pluralidad o mayoría relativa (FPTP) en distritos uninominales - computa los votos para cada candidato
- Pluralidad o mayoría relativa en distritos plurinominales (Voto en Bloque de Partido) - computa los votos para cada lista de partido
- Voto limitado - computa los votos para cada candidato
- Voto único No Transferible (SNTV) - computa los votos para cada candidato
- Representación Proporcional (RP) con lista cerrada, con voto múltiple que puede distribuirse entre los candidatos de distintas listas - computa los votos para cada lista
- Lista de Representación Proporcional con voto múltiple que puede distribuirse entre los candidatos de distintas listas - computa los votos para cada candidato. Si se permite a los votantes depositar una sola lista de votos en lugar de votar por candidatos individuales, también computará el número de votos emitidos para cada lista.
- Sistema de Dos Vueltas en distritos uninominales - computa los votos para cada candidato. Si es necesaria una segunda vuelta, computa los votos de nuevo para cada candidato que se presente a la misma.
- Sistema de Dos Vueltas en distritos plurinominales, con listas cerradas - computa los votos para cada lista de partido. Si es necesaria una segunda vuelta, computa los votos de nuevo para cada lista de los partidos que se presenten a la misma.
- Pluralidad o mayoría relativa en distritos plurinominales (el Voto en Bloque), con voto múltiple que puede distribuirse entre los candidatos de distintas listas, existen dos posibles formas de ordenar la votación:
a. Cada escaño en el distrito se numera de forma distinta (Escaño "A", Escaño "B", etc.), con una competición distinta para cada escaño, y cada elector tiene un voto para cada escaño.
b. No hay ninguna competición distinta para cada escaño y el votante tiene tantos votos como miembros a ser elegidos en el distrito.
En ambos casos, se computan los votos para cada candidato.
Sistema de Dos Vueltas en distritos plurinominales, con voto múltiple que puede distribuirse entre los candidatos de distintas listas. Hay dos posibles formas de ordenar la votación:
a. Cada escaño se numera de una manera distinta (Escaño "A", Escaño "B", etc.), con una competición distinta para cada escaño.
b. No hay competición distinta para cada escaño, el votante tiene tantos votos como miembros a ser elegidos. En ambos casos, se computa los votos para cada candidato. Si es necesaria una segunda vuelta, se computan de nuevo los votos para cada candidato que se presente a la segunda vuelta.
En ambos casos, escrutinio de votos para cada candidato. Si es necesaria una segunda papeleta de voto, se hará el escrutinio nuevamente para cada candidato a partir de la segunda boleta.
Lista de representación proporcional cuando se permiten votos preferentes para candidatos individuales.
- Escenario A (Finlandia, Holanda): los electores deben votar por un solo candidato individual, y este voto también es considerado como un voto para el partido que patrocina a dicho individuo. En este caso, cuente los votos para cada candidato
- Escenario B (Bélgica, Dinamarca): los electores pueden votar a una lista de partido o a un candidato individual dentro de una lista del partido. En este caso, se computan los votos para cada lista del partido y para cada candidato.
- Escenario C (República Checa): los electores deben votar a una lista de partido y podrían además votar por uno o muchos de los candidatos dentro de esa lista. Sin embargo, sólo se tendrán en cuenta las preferencias individuales en los candidatos patrocinados por un determinado partido si el 10% de papeletas depositadas para ese partido están así marcadas. En este caso, se computan en primer lugar los votos para cada lista de partido y en segundo lugar el número de papeletas que llevan votos de preferencia para candidatos de cada partido. En tercer y último lugar se computan los votos en los que se ha tachado el nombre de un candidato.
- Escenario D (Latvia): los electores deben votar por una lista de partido y podrían votar por uno de los candidatos dentro de esa lista. Además podrían tachar el nombre de un candidato dentro de esa lista. En este caso, primero se computan los votos para cada lista de partido, después los votos para cada candidato y por último el número de papeletas donde se tachó el nombre de un candidato.
- Voto alternativo en distritos uninominales: sólo se computan para cada candidato los votos en los que aparecen como primera preferencia. Si fuera necesario, se computarán los votos de segundas o siguientes preferencias expresadas en las papeletas de voto de candidatos eliminados (el último escrutinio debe hacerse a nivel de distrito electoral, aunque Australia provea en un escrutinio preliminar extraoficial de segundas y siguientes preferencias al nivel más bajo).
- Voto alternativo en distritos plurinominales: cada escaño del distrito se numera de una manera específica (Escaño "A", Escaño "B", etc.), con una competición distinta para cada escaño. Se computan las primeras preferencias por cada candidato individual para cada escaño. Si es necesario, se computarán los votos de segundas o siguientes preferencias expresadas en las papeletas de voto de candidatos eliminados
- Voto Único Transferible (STV): sólo se computan primeras preferencias para cada candidato. Si fuera necesario, se computarán los votos de segundas o siguientes preferencias expresadas en las papeletas de voto de candidatos eliminados (el último escrutinio debe hacerse a nivel de distrito electoral).
- Sistemas Proporcionales de Miembros Mixtos (ver Alemania: el Sistema Proporcional de Miembro Mixto Original y Nueva Zelanda: Una Democracia Westminster cambia a la representación proporcional): se computan los votos para cada partido, y los votos para cada candidato. Si ambos no pueden hacerse simultáneamente, primero se computarán los votos para el partido ya que éstos son los más decisivos.
- Sistemas Paralelos (Japón): se computan los votos para cada candidato y los votos para cada partido. Si los dos no pueden hacerse simultáneamente, se empieza con la categoría de miembros que sea más numerosa.
- Sistemas de Coexistencia Mixta (Senado francés): En cada distrito se empleará el procedimiento de escrutinio pertinente, en función de la fórmula empleada en el mismo.
2. Dónde deben contarse los votos?
La determinación del nivel en el que se realizará el escrutinio es una decisión ad hoc que vendrá definida por la legislación nacional.
La opción más simple consiste en escrutar los votos en las mesas electorales individuales. Esta es la alternativa generalmente más recomendada puesto que los miembros de las mesas electorales ya están en el lugar. También existen argumentos de tiempo: tanto los electores como los candidatos están ansiosos por conocer los resultados, así que ¿por qué no computar los votos inmediatamente después de completar la votación? Asimismo encontramos razones de seguridad y de confianza pública: computar los votos a un nivel superior hace necesario el transporte de las urnas a una localidad diferente, la operación implica el riesgo de manipulación o robo, y por supuesto alimenta la sospecha de que esto pueda ocurrir.
También puede realizarse el escrutinio de votos a un nivel superior, ya sea en centros de escrutinio que incluyan numerosas mesas electorales, a nivel de distrito electoral (Reino Unido) o incluso a nivel nacional. Ello hace necesario tomar medidas de seguridad para superar las objeciones sobre la seguridad y confianza pública anteriormente citadas: las urnas deben ser cuidadosamente selladas para evitar que su contenido pueda ser vaciado o falsificado durante el transporte. El transporte debe efectuarse por autoridades fiables. Una precaución siempre útil consiste en requerir a los inspectores de los diversos partidos que vayan en el vehículo que transporta las cajas. En su caso, puede juzgarse necesaria la protección armada de los vehículos que transportan las urnas y los inspectores del partido.
Aunque el escrutinio de votos a nivel superior no suele ser la mejor alternativa, puede haber razones legítimas para seleccionar esta opción, como por ejemplo:
1. La protección del secreto del voto: puede ocurrir que todos los votantes de una determinada mesa electoral voten por el mismo candidato o partido en cuyo caso su voto es conocido por todos. El escrutinio de votos a un nivel superior, donde se mezcla el contenido de numerosas mesas electorales minimiza la probabilidad de que esto ocurra.
2. La protección de los votantes: si el miembro elegido sabe qué mesas electorales le apoyaron y cuáles no, se corre el riesgo de que durante su mandato en el cargo castigue a aquellas partes del distrito que votaron "en su contra".
3. La protección de la cohesión nacional o social: si los distritos electorales incluyen comunidades enormemente diferenciadas por el idioma, clase social o por otro motivo, haciendo que se conozcan los resultados para subdivisiones más pequeñas del mismo centro, se podrían presentar en cada distrito importantes escisiones internas entre su electorado. En situaciones de tensión política ello puede desembocar en que los candidatos perdedores señalen a un subgrupo particular (por ejemplo, una minoría étnica o lingüística) como el responsable de "inclinar la balanza". Contar los votos a un nivel más alto ayuda a ocultar esas escisiones y, probablemente, a conservar la cohesión nacional y social.
4. Consideraciones materiales: en ocasiones las mesas electorales están mal equipadas para la realización del escrutinio. Por ejemplo, si se sitúan en espacios al aire libre debido a la indisponibilidad de edificios apropiados, o si poseen una iluminación insuficiente para efectuar la operación de una manera eficaz. En tales casos, podría ser mejor el escrutinio de los votos en centros de escrutinio más grandes situados en edificios públicos mejor provistos y protegidos contra los intrusos (como escuelas u oficinas administrativas).
5. Consideraciones de tamaño: en países muy pequeños, puede considerarse más fácil centralizar el escrutinio en vista de las pequeñas distancias a recorrer.
6. Asegurar que las normas que rigen el rechazo de papeletas sean uniformes y justamente aplicadas: mientras que el escrutinio de votos para candidatos individuales o partidos es una operación simple y directa que no requiere habilidades especiales, la decisión sobre la validez de cada papeleta exige cualificaciones superiores. Incluso los jueces especializados pueden tener dificultades para decidir sobre algunos casos específicos. Más aún, las reglas que gobiernan esa operación pueden ser entendidas de distintas formas por autoridades inferiores. Probablemente el tomar tales decisiones en niveles superiores asegura que sean hechas por las autoridades especializadas y que la ley se aplique de manera uniforme en todos los casos dudosos.
7. Requisitos de los sistemas electorales: mientras la legislación electoral nacional difiere a menudo en función del nivel al que se ha realizado el escrutinio (local o superiores), las fórmulas electorales imponen restricciones mínimas a los legisladores sobre este particular. En otras palabras, con independencia de la elección de cualquiera de las fórmulas electorales anteriormente citadas, el escrutinio de votos, a diferencia de la proclamación del ganador, puede realizarse in situ en las mesas electorales, o a los niveles superiores si es necesario.
Esta evaluación viene determinada por la observación empírica que indica que ninguna fórmula electoral, incluso la más compleja, realmente impide que el escrutinio de votos se haga en la mesa electoral, a nivel nacional o en algún punto intermedio. Por ejemplo, según la fórmula más simple, Pluralidad o Mayoría Relativa en distritos uninominales, el escrutinio de votos se hace en las mesas electorales (Canadá) o por el distrito escrutador de la totalidad del distrito electoral (Reino Unido).
En el sistema de Voto Alternativo (AV), el escrutinio de las primeras preferencias se ha realizado en las mesas electorales de las tres provincias canadienses que tenían ese sistema, y en dos de ellas durante aproximadamente 30 años, mientras que en Australia dicho escrutinio tiene lugar en centros de escrutinio más grandes. Incluso en el sistema del Voto Único Transferible (STV), el escrutinio de primeras preferencias se ha realizado en mesas electorales en las dos provincias canadienses que tenían ese sistema, nuevamente durante aproximadamente 30 años, mientras que en Malta el escrutinio se desarrolla a nivel nacional.
El Voto Alternativo y el Voto Único Transferible sólo imponen una restricción importante al escrutinio: mientras que el escrutinio de primeras preferencias que puede hacerse en la mesa electoral, se debe trasladar a nivel de distrito electoral la segunda y siguientes preferencias. La explicación se centra en que sólo sobre la base de cifras agregadas para el distrito electoral puede decidirse si será necesaria alguna transferencia o si se eliminará a algún candidato, de forma que se compute la segunda preferencia de la papeleta y se transfiera oportunamente. El punto crucial a determinar antes de decidir computar las segundas y siguientes preferencias es si el candidato ha obtenido o no una mayoría de primeras preferencias en el distrito electoral, decisión que obviamente sólo puede tomarse basándose en las cifras a nivel de distrito.
Si efectivamente se ha alcanzado dicha mayoría, el escrutinio se detiene allí y las segundas y siguientes preferencias no se computarán nunca. Si sucede lo contrario, dependerá de las autoridades del distrito electoral eliminar a los candidatos más débiles, contar las segundas preferencias en las papeletas en las que se han dado votos de primera preferencia a tales candidatos, y transferirlos a los candidatos restantes, hasta que un candidato asegure la mayoría o cuota requerida.
Esto implica que el ganador de la elección se conocerá después de la noche de las elecciones en ambos casos. Este es uno de los inconvenientes señalados por los opositores de estas fórmulas. En la noche de las elecciones uno solo puede especular, sobre la base de las tendencias de elecciones anteriores, sobre el destino a determinados candidatos de las segundas o siguientes preferencias de los candidatos más débiles. Para superar este punto débil, Australia decidió a comienzos de los 90 que el escrutinio de votos en centros de escrutinio, (nivel que se encuentra entre las mesas electorales y el distrito electoral), involucraría no sólo el escrutinio de primeras preferencias sino también de las segundas o siguientes.
Ello permite a los miembros de las mesas electorales proporcionar inmediatamente a los medios de comunicación y al público una estimación fiable acerca del destino de las segundas y siguientes preferencias en los votos de los candidatos más débiles, y quién es el probable ganador. Sin embargo, éste es sólo un escrutinio preliminar, a ser repetido después a nivel de distrito electoral, y sólo el último escrutinio tiene algún valor oficial.