Cuando se clasifican las papeletas el responsable del escrutinio debe distinguir las papeletas válidas de las falsificaciones. Cada papeleta de la urna tiene que ser verificada. En algunas jurisdicciones, se usa a menudo papel de seguridad para las papeletas. Este papel contiene una marca de agua u otra forma de identificación única (color especial, líneas, símbolos o logotipos) haciendo casi imposible su falsificación. La textura, el espesor, los colores, el tamaño y el formato de la papeleta también son indicadores para diferenciar una la papeleta válida de una falsa.
El responsable del escrutinio debe saber dónde mirar en la papeleta para estar seguro de su autenticidad. Si no reconoce la papeleta o si la papeleta no fue emitida en el lugar donde se celebró la votación, no debe ser incluida en el cómputo y debe ser apartada.
Para acelerar el proceso de autentificación de papeletas, ciertas jurisdicciones exigen que un miembro de la mesa electoral añada sus iniciales en un espacio provisto al dorso de la papeleta antes de dársela al votante. Si las iniciales al dorso de la papeleta no son de un miembro de la mesa electoral, entonces deberá apartarse y no contarse como válida. Estas iniciales deben aparecer en el formulario contable de papeletas, en el formulario de transporte, en los precintos o en el libro de registro de votos. Si no hay ninguna inicial al dorso de la papeleta ésta no debe escrutarse como válida.
La medida de añadir las iniciales de una autoridad electoral al dorso de la papeleta puede ayudar a identificar las papeletas válidas de las falsificadas, pero las iniciales de la autoridad electoral siempre deberán ser idénticas para proteger el secreto del voto. La autoridad electoral debe usar siempre el mismo color de tinta o lápiz para añadir sus iniciales.
En todo caso, todas las papeletas se guardan incluso cuando no sean válidas. No debe destruirse ninguna papeleta en esta fase del proceso, ver Impugnación de Resultados para más detalles sobre cuánto tiempo deben guardarse las papeletas de voto) puesto que debe reunirse una pauta de fiscalización de todas las papeletas para que el cómputo pueda reconstruirse totalmente.
Ante cualquier tipo de duda, y antes de tomar la decisión de rechazar una papeleta por falsa, el responsable del escrutinio podrá verificar la base de su decisión con el supervisor del centro de escrutinio y/o con el Organismo de Gestión Electoral. Rechazar una papeleta basándose en que es una falsificación es una decisión importante y debe tomarse sin ninguna vacilación.