Mecanismos para impugnar resultados
Es aconsejable contar con un mecanismo para impugnar resultados en cada fase del proceso de escrutinio. Esto ayuda a asegurar que el proceso de elección es transparente, que las autoridades de la elección son responsables y que el resultado de las elecciones es aceptado por todos los partidos.
Unos mecanismos eficaces de impugnación añaden credibilidad a los resultados electorales. Si un partido que se presenta a unas elecciones no está convencido de que las elecciones se hayan dirigido adecuadamente, la capacidad real de impugnar el resultado de las mismas garantizará la corrección de los errores existentes y la identificación y tratamiento de las actividades fraudulentas.
Recíprocamente, si las preocupaciones carecen de fundamento, el proceso de impugnar el resultado de unas elecciones debe servir para tranquilizar la preocupación y reforzar la credibilidad del resultado.
Si una elección no puede impugnarse a satisfacción de todos los partidos, nos encontramos con la posibilidad de que el resultado de la elección no sea aceptado y ello pueda conducir a una contienda civil o política.
También es importante evitar que la impugnación de las elecciones retrase sin motivo el proceso de la elección. Los retrasos en la formación de parlamentos y gobiernos pueden desembocar en casos extremos en la conflictividad civil o política.
Los resultados electorales pueden impugnarse de varias maneras y en varios puntos del proceso. Las oportunidades para impugnar resultados dependerán del empleo de papeletas mecánicas o automatizadas.
Impugnación de resultados durante el escrutinio
En la primera fase del proceso del escrutinio de las papeletas, cuando se abren las urnas y las papeletas se cuentan por primera vez, a menudo se reconoce a los observadores el derecho a impugnar la autenticidad de la papeleta de voto, la oficialidad o no de la misma, y la correcta o incorrecta clasificación de la papeleta para un candidato o partido. El miembro de la mesa electoral responsable del escrutinio puede tener potestad para decidir sobre los votos cuestionados, o si no éstos son apartados para que posteriormente una autoridad superior decida sobre ellos.
Igualmente, si se computan papeletas en un centro de escrutinio regional o central los observadores podrán impugnar de nuevo las decisiones tomadas durante el recuento. En esta fase normalmente existe la posibilidad de invertir la decisión sobre una papeleta cuestionada que se adoptó en un cómputo anterior.
Cuando se emplean métodos de votación mecánicos o informatizados, los observadores de la elección deben tener derecho a inspeccionar pautas de fiscalización y la procedencia de los documentos utilizados, así como tener la oportunidad de impugnar cualquier irregularidad alegada.
En esta fase, los métodos de impugnación del escrutinio variarán según el lugar. En muchos casos la impugnación puede hacerse verbalmente. En otras circunstancias, puede ser deseable tener un proceso por escrito más formal.
Cuando se apartan papeletas para una decisión posterior por la autoridad superior, éstas deben atarse por separado y estar claramente etiquetadas para su identificación. Estos grupos atados de papeletas impugnadas pueden guardarse por separado para que en caso necesario un tribunal pudiera dictaminar sobre ellas.
Las categorías de personas con capacidad para impugnar una decisión del escrutinio pueden variar. A menudo se otorga a los representantes de candidatos y/o partidos el derecho a impugnar el proceso del escrutinio. En algunos casos, puede darse también este derecho a los observadores locales o internacionales.
Recuentos por cuerpos electorales
Cuando se usan papeletas es normal otorgar a candidatos y/o a partidos políticos el derecho de solicitar un recuento una vez completado el escrutinio y obtenido un resultado. Esto significa hacer un recuento de algunas o todas las papeletas para convencer a todos los partidos de que se ha obtenido el resultado correcto. Dependiendo de la tecnología empleada, también puede ser factible el recuento de papeletas de voto electrónicas, por ejemplo volviendo a procesar los documentos de entrada originales.
Peticiones escritas de recuentos
Como los recuentos pueden consumir tiempo y ser costosos, la decisión sobre si se produce o no un recuento podría depender del miembro de la mesa electoral responsable de la votación. Generalmente, sólo se efectúan recuentos si el resultado de la elección es por un estrecho margen y existe alguna duda sobre la exactitud de la cuenta. En algunas jurisdicciones, los recuentos son automáticos si el resultado está dentro de un cierto margen. En otros casos, los recuentos pueden ser obligatorios siempre que se impugne un resultado sin tener en cuenta el margen.
Si el resultado inicial es un empate sería prudente, como norma general, realizar un recuento automático para determinar si se cometió algún error cuya corrección podría eliminar el empate. De otro modo, la definición de un "estrecho" resultado electoral dependerá de las circunstancias locales y del margen estimado de error en el primer escrutinio. La consideración más importante es asegurar que todos los partidos queden satisfechos con el resultado. Si dejar de realizar un recuento llevara a uno o más partidos a no aceptar el resultado de la elección, debería hacerse.
El recuento puede ser total o parcial. Según las circunstancias, debería ser posible seleccionar sólo ciertas categorías a recontar en lugar de realizar un recuento completo. Por ejemplo, podría escogerse una muestra representativa al azar para dar una indicación de la exactitud del escrutinio inicial.
Un recuento puede consistir simplemente en la comprobación de que todas las papeletas han sido clasificadas correctamente, o puede implicar retroceder uno o más pasos y dirigir el recuento como si fuera el escrutinio original.
Deben guardarse archivos completos de cualquier recuento realizado. Éstos serán necesarios para convencer a todos los partidos de que se ha seguido el procedimiento apropiado y pueden necesitarse si el resultado de las elecciones se impugna en una fase posterior.
Debe haber un límite de tiempo para solicitar un recuento. En la mayoría de los casos éste sólo se permitirá dentro de un corto periodo tras la realización del escrutinio. Por ejemplo puede establecerse un límite de veinticuatro o cuarenta y ocho horas. En algunos casos, pueden solicitarse recuentos sólo antes de la declaración oficial del resultado de la elección. Después de ese tiempo, puede permitirse recurrir sólo ante un tribunal.
Si el oficial responsable decide no llevar a cabo un recuento, cualquier candidato o partido puede apelar la decición ante una autoridad de mayor rango. Esta autoridad, que puede ser un oficial electoral en jefe, estará facultado para decidir la procedencia o no de un nuevo escrutinio.
Comunicación de los resultados de la elección
Antes de que el resultado de unas elecciones pueda impugnarse, los individuos autorizados a presentar una impugnación deben equiparse con la información necesaria. Es importante comunicar los resultados electorales progresivos a los observadores electorales nacionales e internacionales y a los representantes de partidos y candidatos en cada fase del proceso del escrutinio. También puede ser apropiado comunicar los resultados progresivos a los medios de comunicación y al público en general. Cuando se concluye el escrutinio y se declara oficialmente el resultado electoral es costumbre publicar una serie oficial de resultados electorales.
Puesto que las impugnaciones pueden llevar a cambios en los resultados oficiales finales, el organismo de gestión electoral debe hacer hincapié en que los primeros resultados publicados son preliminares y pueden ser modificados más adelante.
Este proceso de comunicar los resultados progresivos y finales facilita la transparencia del proceso electoral y permite a los representantes de partidos políticos, por ejemplo, tener la oportunidad de impugnar los resultados, si lo desean, sobre la base de toda la información disponible.
Impugnación de los resultados electorales ante un tribunal
Una vez resuelto cualquier recuento administrativo y declarado oficialmente el resultado de la elección por la autoridad electoral, puede existir una nueva posibilidad de impugnar el resultado de la elección mediante su apelación ante un tribunal de justicia o ante un tribunal de apelación electoral especial.
La impugnación ante un tribunal generalmente se hace mediante una petición legal oficial. Las impugnaciones pueden plantearse por candidatos, partidos, las personas elegibles en las elecciones o por la administración electoral. Los que plantean una impugnación normalmente tienen que argumentar la razón de la misma.
Generalmente existe un plazo límite de tiempo para impugnar los resultados electorales ante un tribunal. Este plazo suele ser más amplio del que se aplica al recuento administrativo, puesto que la naturaleza legal de los procedimientos ante una corte o un tribunal requieren mayor preparación. En Australia, por ejemplo, hay un plazo de cuarenta días para impugnar el resultado de unas elecciones ante un tribunal. Además, el tribunal puede quedar sometido a un plazo específico para manifestar su decisión.
En esta fase puede cuestionarse cualquier aspecto de la elección, incluyendo:
- La exactitud de la lista de los votantes.
- Si ha existido intimación, soborno, obstaculización para el ejercicio del voto a los electores.
- Si los candidatos o partidos han actuado inadecuadamente.
- La elegibilidad de los candidatos.
- Si se han emitido votos fraudulentamente.
- Si ha existido cualquier error o irregularidad en el proceso del escrutinio.
Los tribunales o juzgados encargados de las elecciones en litigio pueden tener potestad para el examen de las papeletas y otros documentos electorales u ordenar el recuento de las mismas. Normalmente se les otorga potestad de decisión para confirmar el resultado electoral inicial o anular el resultado de la elección y declarar un resultado diferente. Ellos también podrían tener potestad de solicitar la celebración de un nuevo proceso electoral.
Los tribunales pueden quedar obligados por antecedentes de fallos sobre impugnaciones electorales anteriores. Para mantener la integridad del proceso electoral, es importante interpretar las leyes electorales de forma coherente. En particular, cada sistema electoral tendrá un conjunto de reglas con la definición de las marcas aceptadas a emplear en las papeletas y otras partes cruciales del proceso electoral.
En algunos casos puede ser posible apelar contra la decisión de un tribunal ante una autoridad superior. En otros las leyes especifican que no pueden realizarse apelaciones contra la decisión de un tribunal o corte electoral. Ello ayuda a prevenir retrasos excesivos en los resultados electorales y en la constitución de parlamentos y gobiernos producidos por los procedimientos legales.
¿Cuánto tiempo deben guardarse los materiales electorales?
Los materiales electorales importantes deben guardarse en lugar seguro como mínimo hasta transcurrida la última oportunidad de impugnar el resultado de unas elecciones. En algunos casos, esto puede significar guardar los materiales electorales durante toda la vida de un parlamento. En otros casos, pueden destruirse materiales electorales una vez transcurrido el tiempo para impugnar un resultado ante un tribunal, o si se ha iniciado una impugnación, después de que la impugnación se haya sido finalmente resuelta.
Sólo hay que guardar los materiales importantes para el resultado de unas elecciones. Ello normalmente incluirá papeletas, listas de votantes, cualquier declaración completada por los votantes, los resultados electorales y cualquier archivo relacionado con los resultados impugnados. Ante la duda, es mejor guardar los materiales a destruirlos.
Debe impedirse que cualquiera material guardado sea manipulado. El organismo responsable no puede fiarse de unas papeletas que posteriormente necesiten someterse a un recuento si es incapaz de garantizar que no sean falsificadas.
Una vez adoptada la decisión de destruir materiales electorales, el organismo de gestión electoral responsable debe asegurar que sean correctamente destruidos. Cualquier material electoral que pudiera identificar el sentido del voto de un individuo debe destruirse de tal manera que guarde el secreto del voto de ese individuo. Si fuere posible, deben reciclarse los materiales de papel.
Impugnación de elecciones y el proceso político
Las impugnaciones electorales pueden trastornar en gran medida los procesos electorales y políticos. Pueden retrasar la conclusión de los resultados electorales, lo que a su vez podría afectar a la primera sesión del nuevo parlamento y a la formación del gobierno. Esta situación podría desestabilizar el ambiente político y conducir a la conflictividad civil si el resultado electoral es crucial en la estabilidad. Por ello es importante que la impugnación de las elecciones se trate rápida y eficazmente, y con la máxima transparencia y responsabilidad.
El proceso electoral pretende elegir representantes en el parlamento que reflejen los deseos de las personas que votaron por ellos. Los procesos de impugnación de los resultados electorales aspira a garantizar que los deseos de las personas se reflejen con precisión en el resultado.
Por favor remítase a Escrutinio por los Organismos Electorales y Impugnaciones a la Validez de las Papeletas de Votación para más detalles referentes a la impugnación de resultados.