Algunas aplicaciones tecnológicas para efectos electorales no son mecánicas o electrónicas. La mayoría de ellas implican un uso innovador de materiales manufacturados, por ejemplo:
- Plásticos para urnas, compartimentos de votación y sellos de seguridad.
- Cartón para urnas, compartimentos de votación y mobiliario de los sitios de votación.
- Materiales a prueba de alteración.
- Tintas para prevenir votación múltiple.
Si bien muchos de los procedimientos electorales que ocurren tras bambalinas pueden ser automatizados con dispositivos electrónicos, el proceso de votación mismo es con frecuencia un asunto no electrónico. Esto se debe en parte a los enormes costos de proveer artículos electrónicos, como computadoras o dispositivos para votación automatizados, a un gran número de sitios o mesas de votación para un acontecimiento que solo tiene lugar una vez cada determinado número de años.
Sin embargo, el uso de tecnología no electrónica se puede emplear en los sitios de votación. Muchas viejas urnas son fabricadas de madera o metal, suelen ser pesadas y difíciles de almacenar y transportar entre elecciones. Se pueden fabricar urnas ligeras y reciclables de cartón o abatibles y reutilizables de plástico.
Las urnas de plástico y cartón no ofrecen suficiente protección contra intrusos - un seguro en una urna de cartón no detendrá a un intruso armado con un cuchillo, por ejemplo. Sin embargo, pueden ser diseñadas de forma tal que resulte imposible para los intrusos tener acceso a su contenido sin dejar evidencia visible de ello. Normalmente esto se logra sellando la urna con sellos de plástico numerados en serie. Los números de los sellos son registrados por los oficiales de votación en presencia de testigos que verifican antes de abrir la urna al final de la votación para asegurarse que no han sido violados o sustituidos.
De igual manera, las pantallas destinadas a facilitar la emisión secreta del voto pueden ser fabricadas de cartón o plástico. A diferencia de las viejas pantallas de madera, las de cartón o plástico son fáciles de transportar y almacenar. Las de cartón pueden ser destruidas o recicladas si es que resulta más económico comprar nuevas para cada elección en lugar de almacenarlas. El cartón también se puede utilizar para fabricar otros artículos temporales para equipar los sitios de votación, como mesas, cartelones informativos y ordenadores de filas.
Se pueden utilizar dispositivos para evidenciar alteraciones junto con el cartón y otros materiales no tanto para evitar alteraciones como para evidenciar fácilmente cualquier tentativa de hacerlo. Algunos ejemplos de esos dispositivos incluyen la colocación de sellos de papel o plástico numerados en serie en las urnas, que no pueden ser retirados sin ser destruidos. Los números de los sellos son registrados por los oficiales antes del inicio de la votación, normalmente en presencia de testigos y verificadores antes de abrir las urnas para realizar el conteo.
Otros materiales innovadores son las tintas y líquidos utilizados para marcar los dedos de los electores para asegurar que solo voten una vez en cada elección. Algunas tintas son invisibles a simple vista, pero identificables mediante rayos ultra-violeta y difíciles de remover. Cuando se usan tintas invisibles, se deben revisar las manos de cada elector a la luz de los rayos ultra-violeta para asegurarse que no están marcadas. Después de votar, al menos un dedo se sumerge en la tinta. Se puede hacer lo mismo con líquidos y tintas especiales que son visibles, pero que los fabricantes aseguran que no se pueden remover hasta después de un tiempo de su empleo.
El que esos líquidos o tintas resulten apropiados para las condiciones de un determinado país dependerá del nivel de riesgo de que los electores traten de votar más de una vez y de la posibilidad de aceptación cultural de una medida de ese tipo. Las autoridades electorales tendrán que estar seguras que su uso no plantea ningún riesgo para la salud de los electores o del personal encargado de la votación.