Los partidos políticos anuncian y promueven sus programas y proponen
candidatos para que compitan en las elecciones. Los partidos pueden brindar
equilibrio en la salvaguarda de la integridad electoral al trabajar para
garantizar que otros partidos políticos o candidatos no abusen del proceso,
manipulen los resultados electorales o pretendan o reciban un trato
preferencial. La vigilancia de los partidos políticos juega un papel importante
en mantener un proceso electoral honesto.
Efecto positivo en la integridad
Para asegurar que se protejan sus intereses políticos, los partidos
políticos y candidatos pueden observar el proceso electoral de manera oficial.
La mayoría de los partidos políticos monitorean con atención todo el proceso,
que incluye cómo se integra la autoridad electoral, cómo se lleva a cabo el
registro de candidatos y electores, cómo otros candidatos y partidos políticos
realizan su campaña, cómo procede la votación y el conteo de votos, y cómo se
dan a conocer los resultados. Esto les permite identificar cualquier fraude,
discriminación y demás desviaciones de las regulaciones.
A diferencia de los observadores independientes, los de los partidos
políticos normalmente tienen cierta autoridad para intervenir en el proceso si
consideran que no se están respetando las leyes o las regulaciones. En
ocasiones se les pide que certifiquen los documentos electorales con sus firmas
(por ejemplo, los registros del conteo de los votos). En caso de que no se les
permitiera el acceso irrestricto y equitativo al proceso, pueden presentar una
queja a la autoridad electoral; esto ayuda a los administradores electorales u
organismos normativos a identificar los problemas y aumentar la credibilidad y
transparencia del proceso electoral.
A través de esas actividades de monitoreo, los partidos políticos y
candidatos constantemente equilibran el proceso electoral. Los informes que
sacan a la luz un gran número de irregularidades pueden suscitar un debate
público y potenciar el apoyo público a las reformas electorales o las medidas
correctivas. Los informes positivos pueden calmar las preocupaciones públicas
acerca de los problemas de integridad y fomentar la confianza pública en el
sistema.
Potencial efecto negativo en la integridad
Debido a que los partidos políticos tienen un interés en los resultados
de las elecciones y compiten entre sí durante las campañas electorales, sus
actividades y las de los candidatos pueden ocasionar problemas de integridad.
Pueden hacer el intento de eludir al sistema, o utilizar métodos poco éticos
para ganar una elección, o impugnar los resultados electorales. Especialmente
en países en transición a la democracia, un partido político dominante puede
monopolizar los medios de comunicación y así recibir un trato preferencial; o
el partido político en el poder puede abusar o hacer un mal uso de los recursos
del gobierno, para propósitos de la campaña electoral. Los partidos políticos
pequeños, en respuesta, pueden boicotear el proceso, reclamando que no fue
justo o transparente.
En respuesta a esto, algunos sistemas electorales
emplean un código de conducta para regular el comportamiento de los partidos
políticos, candidatos y sus partidarios durante una elección. Los códigos de
conducta deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada sistema
electoral. En democracias más establecidas, donde el financiamiento para las
campañas puede ser un problema, los códigos éticos contienen instrucciones
detalladas de lo que se debe o no hacer durante las campañas. En las
democracias emergentes, los códigos se centran principalmente en impedir el uso
de la violencia y promover la aceptación de los resultados electorales.