¿Quién
vigila a los guardianes? Uno de las cuestiones involucradas en la integridad
electoral es determinar quién vigila a los responsables de hacer cumplir las
reglas de integridad electoral. Como con otros aspectos del proceso, el
cumplimiento puede verse afectado por la política partidista, perturbado por el
dinero o el poder, volverse ineficaz, o estar plagado de errores. Para
garantizar que el cumplimiento desempeña su papel en el mantenimiento de la
integridad electoral, debe monitorearse y supervisarse, exactamente como
cualquier otra parte del proceso.
La
mayoría de los sistemas legales cuentan con un mecanismo de control para garantizar
que la administración de justicia funcione como se pretende. Los departamentos
de policía generalmente tienen una oficina de asuntos internos encargada de
investigar las quejas por mala conducta de la policía. Mecanismos similares
operan en la mayoría de las agencias fiscales. Algunos sistemas legales también
tienen inspectores judiciales y un procedimiento para destituir a un juez de un
caso, en caso de ser necesario.
Los
casos serios de abuso judicial o de mala conducta pueden originar un juicio
político de un juez o su destitución. Los procesos de destitución a menudo los
realiza el poder legislativo; el poder de impugnar representa uno de los
controles y contrapesos en los poderes del gobierno. En los casos de abuso
sistemático, en donde no existe un mecanismo creíble para investigar las
denuncias, se puede establecer una comisión judicial independiente.
El
sistema de control dentro de un organismo encargado de aplicar la ley debe revisar
las quejas presentadas contra los investigadores. Un supervisor puede
monitorear el número de quejas y analizar su contenido – por ejemplo,
determinar si una queja se refiere a los métodos utilizados por una persona en
particular o involucra conductas partidistas. Los problemas sistémicos suelen
remitirse a la oficina de asuntos internos o a otro mecanismo oficial de
supervisión.
Los
observadores electorales y quienes monitorean también examinan la aplicación de
la integridad. Los observadores deben estar presentes en todas las etapas de
una actividad en la que la integridad esté en juego. Su tarea es garantizar
que:
- se lleve a cabo una investigación oficial;
- los investigadores actúen de manera imparcial, y cuenten con los recursos y la
capacidad para realizar una investigación adecuada;
- se encuentre, arreste y lleve a juicio a los sospechosos; y
- se respeten los derechos de las personas durante todo el proceso.
Celebrar
juicios públicos y monitorear los procedimientos puede promover el
profesionalismo y la imparcialidad judicial. La falta de acción por parte de las
autoridades judiciales, en particular de los tribunales, puede ser producto de una
investigación realizada por la prensa independiente. El monitoreo también puede
cubrir la fase de las sanciones para garantizar que a las personas a las que se
encontraron culpables se les castigue y que la pena sea proporcional al delito.