Las normas comunes
para evaluar las elecciones plantean importantes dificultades. Si bien las
normas internacionales están claramente articuladas y son vinculantes a través
de instrumentos legales internacionales, son abstractas y requieren de
interpretación y criterio antes de aplicarse a ciertas circunstancias. Además,
es difícil llegar a una conclusión general sobre una elección tomando como base
sólo las normas existentes: no existe una fórmula establecida sobre cómo los
casos de violaciones o irregularidades se relacionan con una evaluación de
calidad más amplia de una elección o de sus resultados.
La experiencia
muestra que estas preocupaciones se justifican y que no siempre es fácil
alcanzar un consenso. Los informes de observación internacional pueden estar en
desacuerdo, porque los distintos grupos de observadores utilizan un criterio
diferente. El problema es que las inconsistencias pueden generar confusión en
el país en cual se están observado elecciones.
Es más, los informes
contradictorios socavan la credibilidad y el propósito de la observación. Por
ejemplo, durante las elecciones de 1998 en Camboya, la declaración de los
observadores electorales sembró confusión y resentimiento. Muchos grupos
parecieron dar cierto grado de aprobación a la elección, con base en su
observación de la votación y el conteo; mientras otros objetaron enfáticamente,
señalando el intenso entorno político que había antes de la elección.[1]
De manera similar,
durante las elecciones legislativas del 2000 y las presidenciales de 2002 en
Zimbabue, varios grupos de observadores nacionales e internacionales emitieron
evaluaciones contradictorias.[2]
Una vez más, los actores nacionales recibieron los informes con cierta
amargura.
Es por ello que la
adopción de normas de observación común se está volviendo esencial para
garantizar la credibilidad y legitimidad de las misiones. Los criterios son los
siguientes:[3]
1) La observación
debe cubrir una amplia gama de asuntos:
- La
administración y funcionamiento del proceso electoral;
- El marco legal e
institucional del proceso;
- La
circunstancias políticas y el clima en donde la elección se realiza
(extensión de los derechos políticos).
2) La observación
debe cubrir todo el proceso, desde el inicio hasta el final, incluyendo:
- El periodo pre
electoral de las campañas oficiales y no oficiales;
- El día de la
elección y el inicio del conteo de votos;
- El periodo
posterior a la elección, que incluye el anuncio de los resultados
oficiales, resolución de quejas y la formación del nuevo gobierno.
3) La cobertura debe
ser lo más amplia posible:
- Suficientes
observadores desplegados por todo el país;
- Candidatos,
observadores nacionales y agentes públicos.
[1] Neou, Kassie and Gallup,
Jeffrey C., “Conducting Cambodia’s Elections,” Journal of Democracy, 10(2), 1999.
[2] Bjornlund, Eric C., Beyond Free and Fair: Monitoring
Elections and Building Democracy, Washington, D.C.: Woodrow Wilson
Center Press, 2004.
[3]
Los criterios han sido tomados de Beyond
Free and Fair.
Comparison with ACE 1.0