Los
sistemas de votación difieren en su tipo y capacidad de salvaguardar la integridad
electoral. Cada país desarrolla su propio sistema electoral, con base en su propia
historia y cultura política. Cada sistema tiene ventajas y desventajas.[1]
Las
preocupaciones sobre la integridad electoral y el tipo de sistema de votación que
se elige pueden surgir cuando se utiliza un sistema para excluir a una parte de
la población elegible, o para negar un escaño a un candidato que ha ganado un
gran porcentaje de los votos. También pueden surgir los problemas de integridad
en un sistema que permanece estático cuando las condiciones sociales o políticas
cambiantes hacen imprescindible una reforma para garantizar que la población
esté mejor representada.
El sistema de votación impacta en los resultados
electorales
Existen
varios sistemas de votación, cada uno con su propia fórmula para transformar
los votos en escaños en la legislatura. La elección del sistema de votación
puede tener un impacto en la estabilidad del gobierno, en la representación de
los diversos intereses sociales y en el nivel de responsabilidad de los
representantes electos. Aunque la estabilidad del gobierno está fuera del
alcance de la integridad electoral, es una cuestión importante que debe
considerarse cuando se seleccione un sistema de votación. La representación y
la responsabilidad tienen un impacto directo en la integridad electoral. La
representación implica que cada partido político obtiene un número de escaños
proporcional al número de votos que recibe, y que cada voto cuenta. La responsabilidad
es crucial para garantizar la confianza de los electores en el proceso
electoral.
Igualdad de votos, estabilidad del gobierno y confianza
en el Proceso Electoral
En
los sistemas de pluralidad-mayoría (o "mayoritarios"), el candidato
que recibe más votos en un distrito electoral gana un escaño en la legislatura.
Esta fórmula beneficia a los partidos más grandes a costa de los más pequeños
que carecen de una fuerte presencia regional. El principio de una persona, un
voto se ve afectado si los electores que apoyan a los partidos más pequeños
tienen menor probabilidad de ser representados. También, un partido con un
porcentaje relativamente bajo de votos a nivel nacional puede obtener una gran
mayoría de escaños. Al mismo tiempo, los sistemas de pluralidad/mayoría tienen
la ventaja de fomentar gobiernos estables que tienen menos probabilidades de
verse obligados a depender de una coalición de partidos.
En
los sistemas de representación proporcional (PR), los escaños se asignan los
partidos con base en el porcentaje de votos obtenidos en las elecciones. Este
enfoque promueve la representatividad del resultado electoral sobre la
estabilidad del gobierno siguiente. Más partidos pueden ser capaces de que sus
candidatos sean elegidos, una situación que puede fomentar una proliferación de
partidos. El gobierno de coalición es más común, y esto puede tener un impacto
negativo en la estabilidad del gobierno. Mientras que el lado positivo es que en
los países que han optado por la representación proporcional hay mayor
confianza de los electores en el proceso electoral debido a que el resultado de
la elección es más uniforme, transparente y justo para los participantes.[2] Los sistemas de RP utilizan
diferentes fórmulas matemáticas ("algoritmos") para asignar los asientos,
y la elección de la fórmula puede tener un impacto significativo en la
representación. Por ejemplo, una fórmula puede garantizar un equilibrio entre
las zonas urbanas y rurales; otra, puede garantizar la representación de una
minoría o de un sector tradicionalmente sub-representado de la sociedad.[3]
Los
sistemas de representación proporcional pueden imponer umbrales electorales,
exigiendo que cada partido reciba un porcentaje mínimo de votos para obtener un
escaño. El umbral intencionalmente busca incrementar las posibilidades de
elegir un gobierno estable y efectivo, al reducir el número de partidos
necesarios para formar o apoyar a un gobierno. Sin embargo, la integridad se
convierte en un problema si se utiliza el umbral para evitar que los partidos
más pequeños ganen escaños de manera que restringe la representación de ciertos
grupos minoritarios.
El
sistema de votación adoptado con más frecuencia es el resultado de una
evolución política que de una decisión legislativa consciente. La
representación proporcional es bastante común, y varios sistemas de pluralidad-mayoría
están considerando adoptar un sistema de RP o una versión mejorada conocida
como "representación proporcional personalizada" (RPP). Este sistema
ofrece los beneficios tanto de una mejor representación y de un gobierno estable.
Por ejemplo, Nueva Zelandia ha abandonado su sistema de mayoría por uno de
RPP.
[1] Ver OSCE/OIDDH, “Existing Commitments”…, op. cit. Parte
Uno, párrafo 2.4: “[T]he system for direct election of legislators and other public
officials is a matter for national determination, provide the system operates
transparently, is based on universal and equal suffrage of voters, and does not
discriminate among candidates and political parties. In choosing an
electoral system, states should take into account to what extent it gives
effect to the will of the voters, preserved political pluralism, and protests
the interests of minorities and other groups in society.” [Traducción no oficial: “El sistema para la elección directa
de los legisladores y otros cargos públicos es un asunto de determinación
nacional, de que el sistema funciona correctamente, se basa en el sufragio
universal y equitativo de los electores, y no establece discriminaciones entre
candidatos y partidos políticos. Al elegir un sistema electoral, los Estados
deben tener en cuenta hasta qué punto tiene efecto en la voluntad de los
electores, preserva el pluralismo político, y protege los intereses de las
minorías y de otros grupos de la sociedad.”
[2] Birch, Sarah, “Explaining Confidence in the Conduct of
Elections,” [Explicando la Confianza en la Celebración de Elecciones”]
documento presentado en la Conferencia Opinión Pública y Partidos Políticos,
Universidad de Essex, Reino Unido, 9-11 de Septiembre, 2005.
[3] Goodwin-Gill, Guy S., Free and Fair Elections: International Law and Practice,
[Elecciones Libres y Justas: Leyes y Prácticas Internacionales], Unión Interparlamentaria, 1994, pp. 32–33.