El libre flujo de información es
esencial para una elección justa y libre. Los medios de comunicación difunden
información electoral y tienen diversos roles que pueden afectar la integridad
electoral. Por un lado, los periodistas observan las elecciones desde la
perspectiva noticiosa, pueden actuar como reporteros electorales acreditados,
nacionales o internacionales. Asimismo, pueden revelar fraude o corrupción
relacionados con la elección, y proveer información al público sobre el
desarrollo de la elección.
El trabajo de los medios resulta en
mayor transparencia para el proceso, lo que ayuda a garantizar la integridad
electoral. Sin embargo, reportar de manera errónea o parcial puede dar cabida a
falsas interpretaciones, darle al público una percepción injusta de un
candidato en particular o del proceso entero, y de esta manera socavar la
credibilidad en una elección. Tales acciones son inconsistentes con la
responsabilidad primaria de los medios de comunicación de mantener informado al
público de manera objetiva.
Supervisión de los procesos electorales
por parte de los medios de comunicación
Los medios de comunicación garantizan
la integridad electoral al revelar el fraude y la corrupción, e informar las
irregularidades en el proceso electoral. Ayudan a garantizar que los
responsables de las cuestiones electorales sean responsables por sus acciones,
y también ayudan a desalentar la conducta poco ética o ilegal por parte de los
funcionarios electorales o de quienes participan en la elección. Además, para muchos
electores, los medios son una fuente importante de información sobre los
procesos y acontecimientos electorales.
La transparencia funciona para mejorar
el sistema electoral debido a que si se detectan y se hacen públicos los
defectos, problemas u otros puntos débiles, los administradores electorales o
políticos pueden verse obligados a tomar medidas correctivas.
Responsabilidad de proporcionar
información equitativa e imparcial
La fuente principal de información de
los electores acerca de los procesos electorales suele ser la cobertura de las
elecciones por parte de los noticieros, incluso más que la propaganda política
o los programas oficiales. Dado el poder de los medios de comunicación para
llegar hasta los electores y a la confianza de los ciudadanos en lo que leen en
los periódicos, escuchan en la radio o ven en la televisión, los medios de
comunicación tienen una responsabilidad especial con el público. Deben ofrecer información
equitativa e imparcial, y asegurar que todos sean tratados por igual. De no ser
así, los medios de comunicación podrían representar una amenaza seria para la
integridad electoral.
- Los informes inexactos pueden dar a los electores y
políticos una impresión equivocada. Esto puede suceder si los medios de
comunicación publican declaraciones falsas, emplean datos de forma selectiva o
sencillamente no cumplen principios profesionales, como no verificar las
fuentes de información o reportar un rumor como si fuese un hecho.
- Los que pudieran aparecer como informes
irresponsables podrían ser, de hecho, deliberados. Los miembros de la prensa
podrían pretender influir en la opinión pública a través de la selección de los
sucesos que cubren y del tono en que los abordan.
- Los medios de comunicación pueden agitar
sentimientos nacionalistas o discriminatorios, centrándose de manera negativa
en los inmigrantes, minorías étnicas o en un partido político en particular.
- Los medios de comunicación puede destruir la
credibilidad de un candidato a través de alegatos no sustentados sobre
actividades ilegales o poco éticas.
- Los medios de comunicación parciales pueden dar un
trato preferencial a los grandes publicistas. La mayoría de los partidos
políticos, candidatos y grupos de interés pagan anuncios en los medios de
comunicación. Esos beneficios comerciales pueden socavar el principio de trato
equitativo para todos los participantes de una elección.
- Además, los presuntos periodistas pueden reflejar
sus preferencias políticas al preferir un partido político en particular y
tender a criticar a los otros.
- La difusión de encuestas de opinión pública en un
periodo muy próximo al día de la votación puede influir en el subconsciente de
los electores.
Para reducir el riesgo de que un
informe inadecuado pueda comprometer la integridad del proceso electoral, las
prácticas de los medios de comunicación pueden regularse por la ley. Por
ejemplo, en Francia, Italia, Sudáfrica y Canadá se emplean varias restricciones
legales para la publicación de encuestas de opinión sobre las elecciones.
Además, la obligación de los medios de comunicación de proveer un informe
justo, preciso y balanceado está arraigado a la ley electoral en varios países;
por ejemplo, el Comité Federal de Comunicaciones (BKS) en Austria ejerce esta
función incluso durante el periodo electoral.[1]
Los periódicos o compañías de radiodifusión suelen incluir un código de
conducta en el contrato de empleo que sus reporteros firman, aunque ello no
necesariamente se refleja en los reportajes relacionados con las elecciones.
[1]
Ver: Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)/Oficina
para Instituciones Democráticas y de Derechos Humanos (OIDDH), Informe final de
la Misión a las Elecciones en Austria de 2010.