En
esta sección se detallan cuestiones de integridad relacionadas con la
administración del proceso electoral. Se identifican posibles problemas de integridad
para cada etapa en la administración electoral, desde la organización de la administración
electoral hasta la publicación de resultados oficiales. También se incluyen los
mecanismos de integridad que se pueden utilizar para abordar los problemas que
surgen durante las diversas operaciones. Las etapas examinados incluyen: la
administración de las elecciones; el sistema de votación; la distritación; la
planeación del calendario electoral; la educación electoral; el registro
electoral; el registro de partidos políticos, candidatos y cabilderos; la
campaña electoral, así como los problemas relacionados con el financiamiento
político; la votación; el conteo y escrutinio de votos; las denuncias y
apelaciones; y el anuncio de los resultados oficiales.
A
pesar de su naturaleza técnica, la administración electoral puede convertirse
en un instrumento politizado. El control y la manipulación del aparato
electoral están entre las herramientas más utilizadas por los gobiernos no
democráticos para garantizar su éxito continuo en las urnas. Además, se puede
sospechar que los propios administradores electorales actúan en defensa del
gobierno o de un partido o sector de la sociedad en particular.
Las
comisiones electorales sin experiencia también pueden ser sospechosas. Sus
miembros pueden tener poco conocimiento. Y los políticos y partidos experimentados
pueden aprovechar esta situación.
La
desconfianza en el aparato electoral persiste en muchos países y es una de las
principales razones para instituir salvaguardas adicionales como monitorear a
los partidos políticos y la sociedad civil. La desconfianza también puede
justificar el refuerzo de la estructura y gestión de la administración
electoral, y ha impulsado la creación de comisiones independientes. En palabras
de un comentarista:
"Esta actitud de desconfianza hacia el leviatán
que controla la organización de las elecciones explica el consenso actual sobre
la necesidad de tener, en el centro de la administración electoral, una
comisión electoral independiente, así como… órganos independientes de administración
electoral en las nuevas democracias”.[1]
Para
que una elección se perciba como libre y justa, debe ser administrada de manera
profesional y neutral. Una administración electoral bien organizada y creíble
puede disuadir de realizar acciones fraudulentas o discriminatorias a aquellos
que se oponen al proceso, y puede ayudar a crear confianza en las elecciones y
en las instituciones electorales.
[1] Schedler,
Andreas, “Democracy by Delegation: The Path-Dependent Logic of Electoral Reform
in Mexico,” documento presentado en la reunión anual de la Asociación Americana
de Ciencia Política, Atlanta, Georgia, del 2 al 5 de Septiembre, 199, p. 7.