Especialmente en las nuevas democracias, donde los periodistas pueden tener poca experiencia en la cobertura de elecciones, bien puede valer la pena que la autoridad electoral o la entidad responsable de regular a los medios (si es que son diferentes), inviertan algo de tiempo y esfuerzo en capacitar a los periodistas. Esto puede realizarse de manera conjunta con alguna institución nacional o regional especializada en esta materia, o bien con algún organismo sindical.
Idealmente, la capacitación debe ser dirigida por el organismo profesional apropiado, con la colaboración de la autoridad electoral, ya sea en forma de expositores o de materiales documentales. Sin embargo, es posible que en un contexto de transición el propio organismo electoral quiera tomar la iniciativa para asegurarse de que la capacitación se lleve a cabo.
La ventaja de que la autoridad electoral o el organismo encargado de regular a los medios lleve a cabo la capacitación es que agilizará el ulterior flujo de información hacia los medios, sin necesidad de que se repitan los aspectos básicos. También será una buena oportunidad para informar a los periodistas acerca de los arreglos o facilidades que tendrán a su disposición durante las elecciones. Será una buena oportunidad de recordarles o aclararles que es lo pueden hacer y lo que no durante el desarrollo del proceso electoral, tanto por mandato legal como por normas de profesionalismo.
Se esperaría que el resultado de todo esto sea una mejora en la calidad de la cobertura, pero también una clara comprensión de parte de todos los involucrados de las diferencias entre aquellos aspectos de la cobertura electoral que quedan bajo el control editorial de los medios -noticias, hechos de actualidad, debates, etc.-, de aquellos que no lo son, como la publicidad, los tiempos de acceso directo y buena parte de las actividades de educación electoral.