Todo lo que se ha dicho acerca de El Derecho de los Periodistas a Obtener Acceso a los Eventos Electorales y del proceso de Acreditación aplica de igual forma a cualquier medio de comunicación extranjero que esté presente. Es importante enfatizar que esto es una cuestión de principios. Las fuentes fundamentales del derecho de libertad de expresión -La Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto sobre Derechos Civiles y Políticos- explícitamente definen esta prerrogativa como el derecho a la comunicación y la recepción de información "sin considerar fronteras".
En la mayoría de las veces, habrá corresponsales extranjeros que residan en el país - o al menos, acreditados - por periodos prolongados. Si partimos de la base de que estos periodistas invariablemente contarán con una forma de acreditación como condición para residir en ese país, la acreditación para cubrir una elección presentará pocos problemas en principio. Es más probable que se presenten problemas si la elección está sujeta a intereses internacionales (tal y como las elecciones tienden a ser), con la posibilidad implícita de que un gran número de representantes de medios extranjeros, esperando cubrir las elecciones, arriben al país de última hora.
Será necesario que el organismo que normalmente es responsable de la acreditación de los medios extranjeros coordine sus actividades con las de esos medios y con los organizadores de la elección. Por motivos migratorios todos los periodistas extranjeros necesitarán estar acreditados, sin embargo tanto el personal de los medios locales como el gobierno, e inclusive el administrador electoral cuentan con facultades para decidir quien puede y quien no formar parte del proceso informativo sobre una elección. La acreditación es una medida administrativa, no una forma de hacer a un lado a la gente.
El sentido común sugiere que es necesaria como medida de planeación prioritaria, la valoración sobre el número de representantes de medios extranjeros que desean cubrir las elecciones. No solamente se puede planear anticipadamente el proceso de acreditación, sino que también otras facilidades tales como las relativas al establecimiento de una sala de prensa.
Se requiere un medida de paciencia y entendimiento mutuo.Las elecciones están organizadas para beneficiar al electorado, no a los medios internacionales (un hecho que finalmente y en algunas ocasiones tenemos que recordar). Los medios internacionales no benefician directamente al electorado al supervisar el proceso y a los contendientes políticos (aunque el crecimiento de las estaciones radiodifusoras y las noticias por internet están cambiando esta percepción). No obstante la responsabilidad internacional es parte del proceso para organizar elecciones libres y justas, y hasta este punto, los medios internacionales juegan un papel parecido al de los observadores electorales internacionales. Está, por consiguiente, en el interés de la democracia y del propio proceso electoral, que se les permita realizar su trabajo.