La pregunta acerca de quien es o no un periodista practicante queda bajo la responsabilidad de sus propias organizaciones -aunque muchos gobiernos, a través del Ministerio de Información o instancia similar, cuentan con un sistema de acreditación de periodistas.
Cualquiera que sean las bondades de los distintos sistemas, no obstante, es necesaria la instrumentación algunos sistemas de acreditación en cualquier proceso electoral. Esto se debe a que los medios serán facultados para asistir a los distintos eventos -tales como la propia votación o el escrutinio de los votos- que en primera instancia no estarán abiertos al público ordinario.
El sistema más adecuado en la acreditación de periodistas en el marco de una elección es el conducido por un órgano de supervisión electoral o un órgano regulador de medios de comunicación (en caso de ser distintos) de manera conjunta. El proceso de acreditación debe estar disponible para los representantes de organizaciones de medios de comunicación tanto nacionales como internacionales (ver Medios de comunicación extranjeros). La autoridad encargada de la acreditación no podrá rehusar la entrega de credenciales a ningún representante de estas organizaciones.
La naturaleza del proceso de entrega de las credenciales de identificación deberá ser acordada entre la policía o cualquier otro organismo responsable de la seguridad en la elección, así como con el personal del organismo electoral. Estas credenciales deberán ser con fotografía, donde se identifique claramente al portador como un representante de algún medio de comunicación. Estos preparativos deben hacerse del conocimiento de los partidos políticos, quienes estarán en espera de hacer del conocimiento de sus miembros y personal de apoyo (y no impedir) el acceso a cualquier persona que porte estas credenciales (ver también El Derecho de los Periodistas a Obtener Acceso a los Eventos Electorales y Medidas para la Protección de los Periodistas).
Cuando se conoce con anticipación la fecha en que se va a llevar a cabo una elección, la acreditación de la mayoría de los periodistas se puede organizar con el debido tiempo de antelación, a efecto de evitar retrasos de última hora. No debe haber límites sobre el número de personal de medios de comunicación para la entrega de acreditaciones. Las organizaciones de reciente creación no están obligadas a limitar el número de periodistas a acreditar, aunque resultará mucho más razonable para los organizadores de un evento, limitar el número de solicitantes de una organización periodística particular, en caso de ser necesario para asegurar el acceso de un espectro más amplio de instituciones de comunicación.
Aunque una credencial con fotografía -evidencia visible de acreditación- es sin duda alguna de mucha utilidad para el público ligado a la organización de la elección, únicamente deberá ser solicitada como precondición de asistencia en dos circunstancias:
- Cuando la seguridad del proceso está en juego -tanto en la votación como en el escrutinio.
- Cuando la logística de la organización determina que únicamente un número limitado de periodistas pueda tener acceso.
En este último caso, será preciso que los periodistas operen su propio sistema en donde puedan seleccionar por si mismos a sus representantes para asistir a los distintos eventos, con el propósito de compartir la información conseguida.
En otras palabras, el proceso de acreditación es entendido en gran medida como una herramienta administrativa que en pocas ocasiones tiene una dimensión de seguridad. Generalmente, lo más importante es el principio de que nadie puede tener acceso al proceso electoral, escribir sobre él y difundirlo.